Basado en Juan 19:31-37 (Versión Reina Valera 1960)
Entonces los judíos, por cuanto era la preparación de la pascua, a fin de que los cuerpos no quedasen en la cruz en el día de reposo (pues aquel día de reposo era de gran solemnidad), rogaron a Pilato que se les quebrasen las piernas, y fuesen quitados de allí. Vinieron, pues, los soldados, y quebraron las piernas al primero, y asimismo al otro que había sido crucificado con él. Mas cuando llegaron a Jesús, como le vieron ya muerto, no le quebraron las piernas. Pero uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, y al instante salió sangre y agua. Y el que lo vio da testimonio, y su testimonio es verdadero; y él sabe que dice verdad, para que vosotros también creáis. Porque estas cosas sucedieron para que se cumpliese la Escritura: No será quebrado hueso suyo. Y también otra Escritura dice: Mirarán al que traspasaron.
Muchas veces se confunden las cosas del Señor, en el sentido de cómo se le sigue. Desgraciadamente, la gran mayoría de las personas siguen más bien una religión que una relación con el Señor. Preguntarán algunos ¿Cuál es la diferencia? Y para responder a eso, hay que escarbar (por decir) e ir mas allá de la superficie de las cosas, y llegar a lo mas profundo del hombre: la intención del corazón. El corazón o el centro del ser humano es lo que lo revela todo.
Si vemos el pasaje de hoy, vemos uno de los tantos ejemplos de la religiosidad de los judíos. Para comenzar, la religión (como lo practica o lo ha creado el hombre) no le sirve de nada al Señor. La real academia española define en general la religión como tal: Conjunto de creencias o dogmas acerca de la divinidad, de sentimientos de veneración y de temor hacia ella, de normas morales para la conducta individual y social y de prácticas rituales, principalmente la oración y el sacrificio para darle culto. Una relación con Dios no se trata ni de creencias, ni de dogmas, ni de normas morales, ni de nada semejante. Esto era lo que practicaban los fariseos. Estaban mas preocupados de cumplir ciertas cosas de las Escrituras, pero solo dentro de sus conveniencias, y para la gloria de ellos, para que las personas pudieran admirarlos y venerarlos. Pero, el corazón de ellos estaba muy lejos del Señor. En este pasaje, vemos que estaban mas preocupados de la pascua y del día de reposo, que de lo que realmente importaba. ¿De que les servía guardar el día de reposo, la pascua, los sacrificios, el apedrear a los pecadores, y otras cosas que sentían ellos importantes si terminaron persiguiendo y hasta matando a Dios? ¡Tan ciegos estaban en su orgullo y religiosidad que sintieron envidia del Dios Viviente, y planearon y llevaron a cabo la muerte del Mesías! Por eso es que la religión no sirve. La religión en si es basura, y solo es un utensilio de Satanás para llevar al hombre a un desvió y a la autojustificación.
¿Qué es lo que realmente desea Dios? Dios no está interesado necesariamente de cuantas veces tú vas a la iglesia, o de como tú diezmas y ofrendas, o de como tú ayudas a las personas, o de cuanto conocimiento tú tienes de las Escrituras, o de lo moral que eres, etc. Lo que Dios le interesa es que tú le entregues tú corazón, y que la intención de tú corazón sea amarle a El por sobre todas las cosas. Como está escrito: Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Deuteronomio 6:4-5. A Dios sencillamente le interesa la intención de tu corazón, porque escrito esta: Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras. Jeremías 17:9-10. También está escrito: Porque aunque de nada tengo mala conciencia, no por eso soy justificado; pero el que me juzga es el Señor. Así que, no juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor, el cual aclarará también lo oculto de las tinieblas, y manifestará las intenciones de los corazones; y entonces cada uno recibirá su alabanza de Dios. 1 Corintios 4:4-5. Si no amas al Señor, y que esa sea la razón por lo cual tú haces las cosas, nada de lo que tu hagas tendrá algún tipo de valor. Desgraciadamente, muchas personas buenas (por decir) terminaran en el infierno, a pesar de sus muchas buenas obras.
Y en fin, a raíz de ese amor, de ese rendimiento completo a El, para complacerle y obedecerle, entonces uno debe buscar cumplir Su Palabra. Uno tiene que llegar a cumplir la Palabra de Dios en su vida. Si una persona no vive la Palabra de Dios, tampoco tiene vida en El. Esto es lo que trata de explicar Santiago, como está escrito: Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta. Santiago 2:26. Cuando creemos en el Señor y le amamos, buscaremos obedecer y vivir Su Palabra, porque la Palabra de Dios se cumple, como dice: El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. Mateo 24:35.
Esto es algo que muchos no entienden tampoco. Hay muchos que malinterpretan este pasaje: Así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié. Isaías 55:11, pensando de que, si una persona es expuesta a la Palabra de Dios, que de seguro va a ser tocado su corazón, y que en fin, llegará a la salvación de Dios. Seria bueno que fuere así, pero así no es necesariamente. El exponer a una persona a la Palabra de Dios es lo mejor, es lo que eleva las probabilidades de la conversión de una persona, pero, no necesariamente quiere decir que la Palabra de Dios va a dominar a una vida, en el sentido de que llegue a la Salvación. La Palabra de Dios siempre se revela como una espada de dos filos, o sea, corta para ambos lados. No yerren: la Palabra de Dios se cumple en Su plenitud, y en todas las dimensiones posibles; se cumple literalmente (hay un cielo y hay un infierno, y Dios físicamente si dividió el Mar Rojo delante de Su pueblo, como ejemplos), y también se cumple espiritualmente (en las cosas que van mas allá de nuestros ojos humanos). El asunto es que la Palabra de Dios se cumple para bendición, o para maldición de una vida: eso es lo real de la Palabra. ¿Cómo puedo decir esto? Judas Iscariote no esta en el cielo, sino en el infierno, a pesar de los tres años que escucho todos los mensajes de la boca de Dios mismo, y de ver todos los milagros y prodigios que vió. Anás y Caifás también fueron expuestos a la Palabra de Dios, y estoy muy seguro de que también están ardiendo en estos momentos, y lo estarán por toda la eternidad. Así que, el exponer a una persona a la Palabra de Dios no garantiza que algo sucederá, porque de nuevo, todo depende de la intención del corazón, de lo que decidan hacer con la Verdad de Dios.
Así que, y como siempre, debemos hacer un inventario de nuestra vida cuando somos enfrentados por la Palabra. ¿Amas al Señor con todo tu corazón y esa es la única razón por lo cual haces lo que haces? ¿Buscas cumplir la Palabra de Dios en tu vida, para tratar de complacer al Señor en las cosas que a El realmente le importan? ¡Qué el Señor les bendiga! John