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Basado en Juan 19:28-30 (Versión Reina Valera 1960)

Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba consumado, dijo, para que la Escritura se cumpliese: Tengo sed. Y estaba allí una vasija llena de vinagre; entonces ellos empaparon en vinagre una esponja, y poniéndola en un hisopo, se la acercaron a la boca. Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu.

Hay a veces que pensamos que mientras más palabras usamos para expresar un pensamiento, más significado tienen. Como también, muchos piensan que, si usan palabras difíciles o elocuentes para decir algo, lo que dicen se tornará más especial. Pero, en rendidas cuentas, lo que más importa de las palabras es “Quién” lo dijo, y lo que estaba haciendo. Las palabras más significativas del ministerio del Señor fueron sus frases más cortas, como las que leímos hoy: Tengo sed, y consumado es.

El primero que veremos es: Tengo sed. ¿Qué significado tiene esto? Bueno, lo primero, lo que debiera ser obvio, es que el Señor fue completamente humano. Aunque era (y es) Dios, El tomo nuestra forma con todas sus flaquezas, debilidades, y necesidades. Poco después de que el Señor había sido predicado en muchos lugares, se comenzó a propagar la herejía de que Jesus fue solo espíritu, y que no se manifestó en carne. Se cree que una de las grandes razones por lo cual Juan escribió este evangelio fue para combatir herejías como esas. La verdad es que Jesús vivió y sufrió todo con nuestra semejanza. El vivió el sacrificio por nuestros pecados con toda nuestra condición humana. El sintió los escarnios y los azotes. El sintió el extremo dolor y cansancio cuando cargo el peso del madero en el cual sería colgado. El sintió la corona de espinas sobre Su cabeza. El experimento el dolor de ser clavado en la cruz. El sintió el dolor de estar colgado por todo ese tiempo que estuvo mientras sus pulmones se iban destruyendo por la tortura de la crucifixión. Y pocos momentos antes de expirar, dijo estas pocas palabras: Tengo sed, porque El en realidad tenía sed. Ya no podía más. Y claro, lo peor que le puedes dar a una persona que tiene sed, es vinagre. Y cuando esto sucede, se cumple la profecía escrita en el Salmo 69:21, como dice: Me pusieron además hiel por comida, y en mi sed me dieron a beber vinagre. Al experimentar la plenitud del horror de la cruz y su proceso (porque era una muerte con un proceso muy largo), como Dios y como ser humano, ya no quedaba nada más por cumplirse. El Señor lo sufrió todo, para pagar por todos nuestros pecados.

Y esto nos lleva a la segunda frase: Consumado es. Como se había dicho antes, ya no quedaba nada más ni por hacer, ni por sufrir. El Señor cumplió todo el sacrificio para que no quedara nada incompleto. El cumplió el sacrificio a su perfección. Toda palabra se cumplió. Toda profecía se hizo realidad. Nada que tenía ser hecho se dejó sin hacer. Y claro, el único que pudiera haber hecho las cosas así era Dios, porque un ser humano no puede controlar las cosas de tal manera. No hay ningún ser humano que pudiera haber cumplido con cosas que se comenzaron a ver desde la caída del hombre, cientos de años antes que naciera en esta tierra, como el sacrificio que el mismo Dios hizo por Adán y Eva para cubrir su pecado, su maldad, y su vergüenza, al matar a un inocente para que tuvieran pieles para poder cubrirse. Ese fue el inicio de todo lo que se cumpliría a través del Hijo de Dios, de que el Santo, el Perfecto, el Cordero de Dios vendría a derramar Su sangre y morir por todos los culpables pecadores los cuales somos todos nosotros.      

Esta siguiente profecía describe todo lo que el Mesías iba a sufrir por nosotros: ¿Quién ha creído a nuestro anuncio? ¿y sobre quién se ha manifestado el brazo de Jehová? Subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca; no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, más sin atractivo para que le deseemos. Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos. Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; más Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros. Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca. Por cárcel y por juicio fue quitado; y su generación, ¿quién la contará? Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue herido. Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca. Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada. Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos. Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores. Isaías 53. Este pasaje es lo que demuestra la culminación del “Consumado es” en la vida del Señor.

Y finalmente, la razón por lo cual el Señor sufrió todo esto fue sencillamente por amor; y por ninguna otra razón. Como también todos lo sabemos muy bien: Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna. Juan 3:16. Así que hoy, al ver palabras muy sencillas, pero con hechos extremadamente significativos, se debe hacer la siguiente pregunta (porque siempre debe haber un desafío personal cuando la Palabra de Dios es expuesta): ¿Cómo le corresponderás al “tengo sed” y el “consumado es” que Dios cumplió por ti, para que tu pudieras tener perdón de pecados y la vida eterna? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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