Basado en Éxodo 16:1-3 (Versión Reina Valera 1960)
Partió luego de Elim toda la congregación de los hijos de Israel, y vino al desierto de Sin, que está entre Elim y Sinaí, a los quince días del segundo mes después que salieron de la tierra de Egipto. Y toda la congregación de los hijos de Israel murmuró contra Moisés y Aarón en el desierto; y les decían los hijos de Israel: Ojalá hubiéramos muerto por mano de Jehová en la tierra de Egipto, cuando nos sentábamos a las ollas de carne, cuando comíamos pan hasta saciarnos; pues nos habéis sacado a este desierto para matar de hambre a toda esta multitud.
¿Entiendes que Dios ve y escucha todo, y sabe aún hasta lo mas profundo de tu ser? Dios lo sabe todo. ¿Cómo es que puedo dar tal afirmación? Porque la Palabra lo dice. Para comenzar, la Palabra de Dios es más que una colección de palabras y pensamientos escritos a través de los siglos por hombres inspirados por Dios. La Palabra de Dios es una persona, la persona de Cristo, como esta escrito: En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Juan 1:1-2. El Verbo, o la Palabra es parte de la Divina Trinidad, y Juan lo revela como el Señor Jesús. Así que, estableciendo este principio fundamental es que podemos establecer lo siguiente, como también está escrito: Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta. Hebreos 4:12-13. Entonces, se habla de la Palabra de Dios en un sentido personificado porque se esta refiriendo a una persona, la persona del Señor. Por lo tanto, la Palabra de Dios, o más bien, el Señor penetra hasta partir el alma y el espíritu de una persona, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón, y, todo está manifestado en Su presencia, desnudas y abiertas. El lo sabe absolutamente todo.
En el siguiente pasaje, podemos ver este principio en acción, por decir, como está escrito: Aconteció también en otro día de reposo, que él entró en la sinagoga y enseñaba; y estaba allí un hombre que tenía seca la mano derecha. Y le acechaban los escribas y los fariseos, para ver si en el día de reposo lo sanaría, a fin de hallar de qué acusarle. Mas él conocía los pensamientos de ellos; y dijo al hombre que tenía la mano seca: Levántate, y ponte en medio. Y él, levantándose, se puso en pie. Entonces Jesús les dijo: Os preguntaré una cosa: ¿Es lícito en día de reposo hacer bien, o hacer mal? ¿salvar la vida, o quitarla? Y mirándolos a todos alrededor, dijo al hombre: Extiende tu mano. Y él lo hizo así, y su mano fue restaurada. Y ellos se llenaron de furor, y hablaban entre sí qué podrían hacer contra Jesús. Lucas 6:6-11. Aquí vimos que El conocía sus pensamientos, y entendía toda intención que tenían porque se puede ver en Su proceder. Y claro, ellos se llenaron de furor por todas esas razones, porque se dieron cuenta que lo sabia todo, y que no tenían ni la más mínima excusa para llevar acabo precisamente lo que deseaban llevar a cabo, sus planes fueron frustrados completamente. Como un paréntesis, y como más aclaración de todo lo que sabia el Señor de sus planes, los escribas y fariseos no podían llegar y matar al Señor, tenia que ser hecho de tal manera para que ellos se vieran como buenos, para sentirse justificados públicamente, y para que nadie se diera cuenta de sus verdaderas intenciones.
Ahora bien, volviendo al pasaje principal de hoy, volvemos a ver el asunto de murmurar o hablar mal del Señor, porque eso es lo que significa la murmuración: de reclamar o hablar mal de alguien, y hacerlo con procederes encubiertos. Después que Dios había hecho grandes proezas, milagros, señales con poder supernatural, para poder liberarlos del poder de Egipto, donde habían sido esclavos por siglos, con amos rígidos, duros, e implacables, los cuales los hicieron construir esas grandes pirámides que vemos hoy en día, con duro trabajo, a filo de espada y con azotes, con sangre y muerte, ¿se atreven a reclamar de que Dios no estaba haciendo las cosas bien, y que estaban mejor en Egipto? ¡Que increíble injusticia y tan falsa acusación! ¿De verdad que estaban mejor en Egipto? ¡Bajo ningún punto! ¡La falta de apreciación y agradecimiento no tenia limites! Y este asunto de murmurar y de reclamo en contra de Dios hastío a Dios, en conjunto con sus otros pecados. Por eso que rondaron el desierto por 40 años, hasta que la generación que salió de Egipto termino toda en el desierto. Por sus rebeliones y reclamos, un viaje que le hubiera tomado 9 meses si hubieran caminado una milla (1.6 km) por día nada más, les tomo 40 años. ¿Entienden que el asunto de reclamar de Dios, de hablar mal de El, de murmurar solo trae mas problemas? Y ¿Por qué pasa esto? Porque si no hay un corazón que reconozca realidades, y de darse cuenta de todo lo que ha hecho el Señor, sigue haciendo el Señor, y hasta ha determinado hacer el Señor con aquellos que le aman, sencillamente no se recibirá ni el bien aquí en la tierra, ni aún menos, en la eternidad. ¿Cómo puede Dios recompensar a aquellos que no ven como bendición y bien lo que El hace? ¿Cómo puede Dios dar el bien si todo lo que El hace se ve como malo, o como algo inferior?
El asunto es que no debemos tentar al Señor, ni tampoco murmurar como muchas veces tenemos la tendencia de hacer (si somos sinceros), porque escrito esta: Ni tentemos al Señor, como también algunos de ellos le tentaron, y perecieron por las serpientes. Ni murmuréis, como algunos de ellos murmuraron, y perecieron por el destructor. Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos. 1 Corintios 10:9-11. Y esto es Nuevo Testamento, no Antiguo Testamento, para aquellos que alegan que ya las cosas del Antiguo Testamento no tienen validez hoy en día. Se nos dio escrito el pasado para aprender de aquello, y aplicar lo que aprendimos de aquello ahora, y en el futuro. Esto es lo que tenemos que tener en cuenta antes de murmurar: Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos. Isaías 55:8-9. Y yo más bien diría que tenemos que tener cuidado con pensar mal de Dios, habiendo aclarado todo lo que se ha aclarado, porque no solo El sabe cuándo se habla mal de El, sino también, ya que sabe y conoce aún lo más profundo de tu ser, sabe tus pensamientos e intenciones, porque también está escrito: Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras. Jeremías 17:9-10.
Así que, si no buscas mas bien aprender y entender todo lo que Dios ha hecho, hace, y piensa hacer con los que le aman, no te va a ir muy bien. Pero, si buscas sentir y pensar bien de Dios, viendo la realidad, de que El te ama, y solo desea tu bien, aunque no lo entiendas al momento porque sencillamente no tienes la capacidad de saber lo que El sabe, entonces sí obtendrás lo que El tiene para ti ahora, y aún más importante, lo que tiene para ti después, en la eternidad. Entonces, ¿Seguirás murmurando en contra de Aquel que, mas tarde o más temprano, te dará según las intenciones de tu corazón? ¡Qué el Señor les bendiga! John