Basado en Jeremías 52:12-30 (Versión Reina Valera 1960)

Y en el mes quinto, a los diez días del mes, que era el año diecinueve del reinado de Nabucodonosor rey de Babilonia, vino a Jerusalén Nabuzaradán capitán de la guardia, que solía estar delante del rey de Babilonia. Y quemó la casa de Jehová, y la casa del rey, y todas las casas de Jerusalén; y destruyó con fuego todo edificio grande. Y todo el ejército de los caldeos, que venía con el capitán de la guardia, destruyó todos los muros en derredor de Jerusalén. E hizo transportar Nabuzaradán capitán de la guardia a los pobres del pueblo, y a toda la otra gente del pueblo que había quedado en la ciudad, a los desertores que se habían pasado al rey de Babilonia, y a todo el resto de la multitud del pueblo. Mas de los pobres del país dejó Nabuzaradán capitán de la guardia para viñadores y labradores. Y los caldeos quebraron las columnas de bronce que estaban en la casa de Jehová, y las basas, y el mar de bronce que estaba en la casa de Jehová, y llevaron todo el bronce a Babilonia. Se llevaron también los calderos, las palas, las despabiladeras, los tazones, las cucharas, y todos los utensilios de bronce con que se ministraba, y los incensarios, tazones, copas, ollas, candeleros, escudillas y tazas; lo de oro por oro, y lo de plata por plata, se llevó el capitán de la guardia. Las dos columnas, un mar, y los doce bueyes de bronce que estaban debajo de las basas, que había hecho el rey Salomón en la casa de Jehová; el peso del bronce de todo esto era incalculable. En cuanto a las columnas, la altura de cada columna era de dieciocho codos, y un cordón de doce codos la rodeaba; y su espesor era de cuatro dedos, y eran huecas. Y el capitel de bronce que había sobre ella era de una altura de cinco codos, con una red y granadas alrededor del capitel, todo de bronce; y lo mismo era lo de la segunda columna con sus granadas. Había noventa y seis granadas en cada hilera; todas ellas eran ciento sobre la red alrededor. Tomó también el capitán de la guardia a Seraías el principal sacerdote, a Sofonías el segundo sacerdote, y tres guardas del atrio. Y de la ciudad tomó a un oficial que era capitán de los hombres de guerra, a siete hombres de los consejeros íntimos del rey, que estaban en la ciudad, y al principal secretario de la milicia, que pasaba revista al pueblo de la tierra para la guerra, y sesenta hombres del pueblo que se hallaron dentro de la ciudad. Los tomó, pues, Nabuzaradán capitán de la guardia, y los llevó al rey de Babilonia en Ribla. Y el rey de Babilonia los hirió, y los mató en Ribla en tierra de Hamat. Así Judá fue transportada de su tierra. Este es el pueblo que Nabucodonosor llevó cautivo: En el año séptimo, a tres mil veintitrés hombres de Judá. En el año dieciocho de Nabucodonosor él llevó cautivas de Jerusalén a ochocientas treinta y dos personas. El año veintitrés de Nabucodonosor, Nabuzaradán capitán de la guardia llevó cautivas a setecientas cuarenta y cinco personas de los hombres de Judá; todas las personas en total fueron cuatro mil seiscientas.

Creo que posiblemente habrá personas que se pregunten: ¿Por qué sucede la destrucción? Y temo decir que siempre, la destrucción viene a raíz del pecado, especialmente cuando les concierne a personas que supuestamente saben de Dios. Hoy leímos de la destrucción que vino sobre el pueblo de Israel a manos de los Caldeos, del rey de Babilonia. Fue extremadamente difícil lo que le sucedió al pueblo de Israel. Fue un evento donde pocas personas conservaron la vida, en comparación a la populación que había en aquel entonces. Los pocos que se salvaron o fueron llevados cautivos, o fueron dejados para cultivar la tierra, pero nada más. El país fue enteramente desbastado. Entonces, puede que pregunten aún más, ¿Dios permitió eso? Y si lo permitió, ¿Por qué?

Casi siempre lo primero en las mentes y en los corazones de las personas existe el juzgar a Dios, y cuestionar Sus motivos y Sus acciones. Y como todo en el mundo tiene explicación, especialmente lo que Dios hace y permite, es fácil responder, pero siempre escogiendo ver el lado de Dios, a través de Su Palabra. Este es un gran problema que existe hoy, que la gran mayoría de las personas solo quieren ver su lado de la historia, pero nunca ponerse en el lado del Señor. Exigen ver el amor de Dios, y lo cuestionan, pero sin nunca ver el lado de Dios y lo que a El se le hace. A Dios se le ofende a cada momento, pero ni por un solo instante, se preocupan la gran mayoría en ver ¿Qué fue lo que se le hizo a Dios? Y recuerden que estamos hablando de personas que conocen de Dios, porque lo que leímos constaba del pueblo de Dios, y no de un pueblo que desconocía de Dios. Y eso podemos decir de casi todo el mundo hoy, que casi toda persona ha escuchado o sabe de Dios. Ya prácticamente se ha evangelizado el mundo entero. ¿Qué es el Evangelio? El no solamente hablar de Dios, sino de dar a conocer a Cristo y lo que El hizo por toda la humanidad, el mensaje de la cruz. Un gran ejemplo de eso fue Billy Graham quien predicó el evangelio a cientos de millones de personas por todo el mundo por varias décadas. Y claro, ¿qué se puede decir de la Iglesia Católica? Dirán lo que dirán, cada vez que una persona ve un crucifico, ve el símbolo único que habla de la misericordia y del amor de Dios. No se puede evitar la explicación del símbolo de la cruz. Y también, Dios dice: Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. Romanos 1:20. Así que, se puede concluir que casi todo el mundo, de alguna manera u otra, conoce de Dios y están conscientes de lo que hizo Cristo por todos nosotros.

Entonces, ¿qué hizo Israel con el conocimiento de Dios? Lo mismo que mucho del mundo hacen hoy con un hecho aún más grande que el que conocía el pueblo de Dios antiguo, de que no solamente existe Dios, sino que Cristo murió y resucito para darle vida eterna a todo aquel que creyere en El. Desgraciadamente, la gran mayoría desprecian conscientemente al Señor. Crean y siguen a sus ídolos, e inclusive, se convierten a sí mismo y a su pecado en ídolos, como está escrito: Vinieron a mí algunos de los ancianos de Israel, y se sentaron delante de mí. Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, estos hombres han puesto sus ídolos en su corazón, y han establecido el tropiezo de su maldad delante de su rostro. ¿Acaso he de ser yo en modo alguno consultado por ellos? Háblales, por tanto, y diles: Así ha dicho Jehová el Señor: Cualquier hombre de la casa de Israel que hubiere puesto sus ídolos en su corazón, y establecido el tropiezo de su maldad delante de su rostro, y viniere al profeta, yo Jehová responderé al que viniere conforme a la multitud de sus ídolos, para tomar a la casa de Israel por el corazón, ya que se han apartado de mí todos ellos por sus ídolos. Por tanto, di a la casa de Israel: Así dice Jehová el Señor: Convertíos, y volveos de vuestros ídolos, y apartad vuestro rostro de todas vuestras abominaciones. Ezequiel 14:1-6. Finalmente, ¿Cómo puede Dios darle de Su favor y gracia a personas que prefieren buscar en cosas que solo producen muerte? La paga del pecado es muerte, y mientras se justifica y se glorifica al pecado, entonces solo encontraran la muerte como fin. Todo ser tiene libre albedrio, pero como tal, toda decisión tiene su propia consecuencia, comenzando con el desprecio a Dios. Entonces, hoy te ofrezco un consejo: Busca ser más justo con el Señor y aprende a amarle (mientras haya tiempo), no solo para tratar de utilizarlo para resolver tus problemas temporales, sino más bien, para vida eterna, porque este mundo jamás será perfecto, y lo único que realmente importa es la eternidad. ¡Qué el Señor les bendiga! John

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