Basado en Proverbios 13:24 – 14:2 (Versión Reina Valera 1960)
El que detiene el castigo, a su hijo aborrece; mas el que lo ama, desde temprano lo corrige. El justo come hasta saciar su alma; mas el vientre de los impíos tendrá necesidad. La mujer sabia edifica su casa; mas la necia con sus manos la derriba. El que camina en su rectitud teme a Jehová; mas el de caminos pervertidos lo menosprecia.
El filósofo, matemático, y físico francés, Blaise Pascal dijo: "En el corazón de todo hombre existe un vacío que tiene la forma de Dios. Este vacío no puede ser llenado por ninguna cosa creada. Él puede ser llenado únicamente por Dios, hecho conocido mediante Cristo Jesús." Uno de los problemas más grandes de nuestra sociedad hoy, e inclusive dentro de nuestras comunidades cristianas, es el problema de desafiar la estructura que Dios ha creado para nuestra raza, comenzando con la estructura de la familia. Porque sencillamente, la gran mayoría de las personas, a pesar de confesar tener alguna fe en Dios, han dejado llenar el vacío de su corazón con las cosas del mundo que son totalmente ajenas a Dios. Vivimos en un tiempo donde muchos supuestos creyentes se dejan llevar por las ideas y las filosofías mundanas que son influenciadas por el propio Satanás, y que dicten su estilo de vida. Y de esa manera piensan que de todas maneras tendrán la bendición de Dios y entrada al cielo, lo cual es un error.
Lo que el diablo siempre ha tratado de atacar es la estructura familiar, desde el comienzo. Y no entraremos en los asuntos que tengan que ver con las preferencias sexuales o parejas del mismo sexo, aunque ya sabemos que esas cosas están plenamente en contra del diseño de Dios. El diablo comenzó por destruir la familia desde el comienzo, desde Adán y Eva. Dios siempre quiso que el hombre propagará la tierra, siendo obvio, que lo quería hacer sin pecado. Y esto lo vemos en este pasaje: Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra. Genesis 1:27-28. Así que, el que piensa que a través de la caída del hombre fue que se hizo posible la multiplicación de la humanidad, esta errado. Y ¿cómo ataco el diablo a la familia en aquel entonces? Para comenzar, el poner duda sobre lo que dijo Dios. Y ¿no es esto lo mismo que hace hoy, de poner en duda las cosas de Dios, y hacer que parezcan necedad las enseñanzas del Altísimo? Y ¿Qué paso? Y sé que lo que próximo diré no gustara, precisamente por el desorden que existe hoy. La mujer aparentemente andaba sola, y tendiendo conversaciones con un ser que estaba desafiando lo que Dios dijo. Ella conocía bien lo que Dios mando, pero se dejó llevar por su deseo, por su propio criterio. Y el hombre se dejó manipular por su debilidad por la mujer, y para mal, para comer del fruto prohibido, lo cual también sabía muy bien que era desobediencia. Y ¿Qué se produjo? El desastre que tenemos hoy, un mundo lleno de muerte, de enfermedades, de guerras, y de todo lo destructivo que trae el pecado, de una manera u otra, porque el pecado solo produce destrucción y muerte.
Y, ¿Qué seguimos teniendo hoy, aún dentro de nuestras iglesias? Personas que se dejan llevar por lo que les parece, en vez de dejarse guiar por la voluntad de Dios quien los creo. Tanto el hombre como la mujer hace como le parece, y para peor transgresión, piensan que Dios le debe servir y hasta cumplir sus deseos, y que se merecen las bendiciones de Dios y la entrada al cielo. Si volvemos al pasaje de hoy, vemos que uno de los principios bíblicos es de corregir a los hijos, y comenzarlo desde temprano. Y por supuesto, no como nos parece, sino como Dios manda, usando los principios bíblicos para edificar en sus vidas, para hacerlos personas de bien, que sean una bendición para nuestra tierra y no otra persona que aumente el mal en el mundo. También los padres deben tener muy en cuenta que serán tenidos por responsables delante de Dios en Su juicio por lo que hicieron con sus hijos. No yerren, todos daremos cuentas delante de Dios por nuestros hechos, tanto el inconverso como el creyente, porque escrito esta: Por tanto procuramos también, o ausentes o presentes, serle agradables. Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo. Conociendo, pues, el temor del Señor, persuadimos a los hombres… 2 Corintios 5:9-11a. Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios, el cual pagará a cada uno conforme a sus obras: vida eterna a los que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad, pero ira y enojo a los que son contenciosos y no obedecen a la verdad, sino que obedecen a la injusticia; tribulación y angustia sobre todo ser humano que hace lo malo, el judío primeramente y también el griego, pero gloria y honra y paz a todo el que hace lo bueno, al judío primeramente y también al griego; porque no hay acepción de personas para con Dios. Romanos 2:5-11. Así que, la persona que piensa que los creyentes estamos excluidos del juicio de Dios y que no daremos cuenta por nuestros hechos, está muy errada. Una cosa es cierta: Nuestra opinión no dicta la realidad.
Y, ¿Qué más podemos ver en este pasaje? Que el justo, o sea, la persona que le teme a Dios y le obedece, tendrá su alma saciada, pero el impío, la persona que no le teme a Dios, y por virtud de que no teme a Dios, no le obedece, siempre estará vacío. No importa cuánto dinero obtenga, o poder adquiera, o relaciones tenga, o cuanto sea querido o venerado por el mundo, siempre estará incompleto. Lo que logre tener lo hará feliz, pero por instantes. Pero vuelve pronto, y aún más fuerte, la dura realidad de que nada le llena, nada lo satisface, mientras su alma yace en el producto del pecado: la muerte eterna. Por fuera, los demás verán sonrisas o risas, pero en su profundidad, un increíble vacío que carcome todo su ser. Pero, cuando estamos en Cristo, no solo Dios llena el vacío, pero nos da de Su paz que sobrepasa todo entendimiento, cuando nos mantenemos enfocados en Su reino y en lo que llegaremos a obtener a través del Señor Jesucristo.
Finalmente, toda persona que es necia y que no busca de Dios, ni respeta lo que El dice, solo traerá destrucción a su propia vida y en los que le rodean. Nada bueno se puede construir fuera de la voluntad de Dios. Nada será perfecto aquí, pero cuando le obedecemos al Señor, El estará con nosotros, y todo lo que hacemos para cumplir Su voluntad en la tierra, contará en la eternidad. A Dios sí le importa lo que hacemos, y nos recompensará eternamente de acuerdo a nuestros hechos, si efectivamente hacemos Su voluntad. Porque escrito esta: No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Mateo 7:21. Nadie que menosprecia al Señor y Su instrucción vera la vida eterna, ni tampoco el bien en esta vida, lo que va más allá del dinero, el poder, la fama, y las relaciones. Así que, ¿Buscás la sabiduría de Dios y la estructura que El ha creado por tu propio bien? ¡Qué el Señor les bendiga! John ¡Dios bendiga a Israel!