Basado en 2 Corintios 4 (Versión Reina Valera 1960)
 
Por lo cual, teniendo nosotros este ministerio según la misericordia que hemos recibido, no desmayamos. Antes bien renunciamos a lo oculto y vergonzoso, no andando con astucia, ni adulterando la palabra de Dios, sino por la manifestación de la verdad recomendándonos a toda conciencia humana delante de Dios. Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto; en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios. Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo como Señor, y a nosotros como vuestros siervos por amor de Jesús. Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo. Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros, que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados; perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos; llevando en el cuerpo siempre por todas partes la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos. Porque nosotros que vivimos, siempre estamos entregados a muerte por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal. De manera que la muerte actúa en nosotros, y en vosotros la vida. Pero teniendo el mismo espíritu de fe, conforme a lo que está escrito: Creí, por lo cual hablé, nosotros también creemos, por lo cual también hablamos, sabiendo que el que resucitó al Señor Jesús, a nosotros también nos resucitará con Jesús, y nos presentará juntamente con vosotros. Porque todas estas cosas padecemos por amor a vosotros, para que, abundando la gracia por medio de muchos, la acción de gracias sobreabunde para gloria de Dios. Por tanto, no desmayamos; antes, aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día. Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.
 
Un nuevo año ya viene otra vez. Y con cada nuevo año, hay millones de personas alrededor del mundo que querrán cambiar su vida de alguna manera. Creo que todos sabemos cómo se llaman: resoluciones de año nuevo. Entre las muchas resoluciones, en lo primero de muchas listas estará: “el ponerse en forma”. Cada año nos recuerda que estamos un poco más viejos; no tan esbelto como solíamos ser. Algunos verán fotos de ellos mismos de años pasados y desearán poder verse así de nuevo.
 
Cualquier experto de salud y de bien estar te dirá que la clave para ponerse en forma y estar saludable (no entrando en vanidad) es a través de la dieta y el ejercicio. Esa es todavía la mejor manera de estar saludable duraderamente; adoptando un estilo de vida saludable. Hay personas que pasaran hambre por semanas, pero ganaran todo el peso perdido rápidamente. Hay aquellos que se esclavizaran en un gimnasio por algún tiempo también, pero el esfuerzo será insostenible, y también terminara rápidamente. Hay aquellos que se meterán en locuras como costosas operaciones, o tomar peligrosas pastillas para hacerlo rápidamente. No obstante, aún haciéndolo correctamente tomara esfuerzo y paciencia. No pasa de la noche a la mañana. ¡Sin dolor, no hay ganancia!
 
¿Qué tiene que ver esto con el pasaje de hoy? ¡Mucho! Aunque la gracia salvadora que Dios derramo sobre nosotros a través de Jesucristo es gratuita, por decir (aunque es el sacrificio más costoso que un ser pudo pagar), el seguirlo envuelve trabajo y esfuerzo. En realidad, si te metes en la Palabra de Dios, es bien desafiante seguir a Cristo. Hay aquellos que predican que el caminar cristiano envuelve la riqueza y la prosperidad, la perfecta salud, y la motivación positiva. Hay aquellos que han ganado mucho dinero escribiendo libros y enseñando en iglesias con estilo de estadio, tratando la Biblia como una herramienta de motivación; diciendo que no hay necesidad de cambiar y de dejar el pecado. Suenan atrayentes e interesantes, casi hipnotízante (a los simples). Y no es que Dios no pueda proveerte lo que necesitas (porque lo puede); no es que Dios no pueda sanar y hasta hacer milagros (porque lo puede); y no es que Dios no quiera inspirarnos, pero no a expensa de crear ilusiones. Seguir a Cristo es grandioso y fantástico, con muchas bendiciones, pero puede ser difícil y desafiante porque las cosas realmente finas y de valor en la vida toman tiempo y sacrificio, especialmente lo espiritual.
 
Pero las buenas noticias (y aquí es donde entra la verdadera inspiración) es que hay una increíble recompensa para aquellos que resisten las distintas durezas por la cruz de Cristo. Porque escrito esta: Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más. Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron. Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas. Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida. El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo. Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda. Apocalipsis 21:1-8.
 
Así que, habrá cosas difíciles con que lidiar cuando seguimos a Cristo, desde desafiar al espíritu malo que gobierna este mundo, hasta negarse de cumplir nuestra naturaleza carnal y caída; pero a través de Cristo, todo es posible. Y en el camino, encontraremos a algunos que también tendrán hambre de la gracia que solo Dios puede dar a través de Jesucristo. No todos en el mundo quieren ser gobernados y cegados por el dios de este siglo. Así que, ¿Crees que vale la pena luchar por Jesús? ¡Qué el Señor les bendiga! John

Comment