Basado en James 1 (Versión Reina Valera 1960)
Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo, a las doce tribus que están en la dispersión: Salud. Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna. Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor. El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos. El hermano que es de humilde condición, gloríese en su exaltación; pero el que es rico, en su humillación; porque él pasará como la flor de la hierba. Porque cuando sale el sol con calor abrasador, la hierba se seca, su flor se cae, y perece su hermosa apariencia; así también se marchitará el rico en todas sus empresas. Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman. Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie; sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte. Amados hermanos míos, no erréis. Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación. El, de su voluntad, nos hizo nacer por la palabra de verdad, para que seamos primicias de sus criaturas. Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse; porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios. Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas. Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos. Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era. Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace. Si alguno se cree religioso entre vosotros, y no refrena su lengua, sino que engaña su corazón, la religión del tal es vana. La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo.
Jonatán Swift dijo: La visión es el arte de ver lo que es invisible a los demás. Vivimos en un mundo donde constantemente se nos empuja a prestar atención a nuestros ambientes y circunstancias a través de los sentidos. Continuamente somos provocados a enfocarnos en el aquí y ahora, de pensar más en el presente, y posiblemente en los próximos 5 minutos; pero rara vez en el futuro distante. Esto va mano-en-mano con la generación microonda que nuestra sociedad se ha convertido; donde el esperar por 10 segundos son 9 segundos demás. ¡Necesitamos ver resultados ahora! ¡Necesitamos arreglar nuestro problema ahora! ¡Tenemos que tener lo que queremos ahora! No hay visión para el futuro. No es que el “ahora” no sea importante, o que tu presente no importe. Pero el problema que surge con el querer las cosas a nuestra manera, y quererlas ahora, disuade del esquema mas grande. Es como decirle a Miguel Ángel que tiene 30 minutos para pintar el cielo de la Capilla Sixtina, y si no lo hace como tú quieres en el tiempo determinado, entonces le vas a cortar las manos (se demoro 4 años en pintarla). ¿Qué tiene que ver esto con nuestro pasaje de hoy?
Una de las primeras cosas que Santiago menciona es: tenemos que tener por sumo gozo cuando nos hallemos en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de nuestra fe produce paciencia. ¿Quién puede estar feliz con pruebas (o dificultad)? Y ¿Qué de esta cosa que se llama “paciencia”? Como, ¿Quién tiene tiempo para ser paciente? ¿verdad? Así que, hay dos problemas fundamentales aquí (a lo menos en la mentalidad de las personas al momento): la dificultad y la paciencia. Nadie quiere dificultad y casi todos quieren las cosas enseguida.
Aunque las pruebas y paciencia son difíciles, es importante entender que hay un propósito y fin más grande que necesitamos tener en mente. Y aquí está el más importante elemento que se necesita pedir para poder entender como todo trabaja: La sabiduría divina. La razón principal por lo que se nos anima a orar por sabiduría es para que podamos entender el “porqué” estamos pasando las pruebas, y el propósito de la paciencia. Volviendo a la Capilla Sixtina, si Miguel Angel hubiera corrido en pintarla, o se hubiera rendido porque era muy difícil o porque demoraba mucho, unas de las obras de arte más grandes del mundo no hubiera sido creada.
Aquí hay algo que tenemos que mantener en mente, y adonde nos lleva la sabiduría (si le tememos realmente a Dios—el cual es el comienzo de la sabiduría, y si realmente creemos en Dios y en lo que tiene preparado para aquellos que le siguen fielmente). Estamos aquí en esta tierra por un corto plazo. Un día, estamos aquí; y el próximo, ya no lo estaremos. Aquí está la visión que la sabiduría nos ayuda a enfocarnos: hay algo más grande y mejor que viene después de este momento (al compararlo a la eternidad) de dificultad y de prueba. Y la “tentación” de la cual Santiago está hablando no está relacionada a las “tentaciones” en general. Está relacionada a la “tentación” de ceder, de rendirse al pecado, de dejar de seguir a Cristo, el negar la fe, etc. Y eso es que lo Satanás quiere que hagamos al forzarnos a enfocarnos más en el “ahora” que en el “después”. Si le damos más prioridad al ahora, entonces el “después” sufrirá. La pieza de arte fino que Dios está tratando de crear de nosotros nunca será aquí, ni después en el futuro si cedemos. Después de todo, ¿A quién le interesa un lienzo a medio pintar?
Lo que la sabiduría nos dicta es de ver a este mundo más como un tiempo donde somos moldeados y formados para ser algo con mucha más importancia en el futuro, en vez de enfocarnos tanto en las cosas de ahora, y en tratar de aferrarnos a las cosas de este mundo como si no hubiera algo mejor después que todo esto pase. La sabiduría nos ayuda a estar conscientes de lo que hacemos “ahora” y como eso afectara el “futuro” (la religión pura y sin macula). Nos enseñará que necesitamos entender de las circunstancias en que nos encontramos; y como usarlas como oportunidades para crecimiento y transformación.
Así que, ¿Le estas permitiendo a Dios que te prepare para algo más grande en el futuro? ¡Qué el Señor les bendiga! John