Basado en Apocalipsis 2:12-17 (Versión Reina Valera 1960)

 

Y escribe al ángel de la iglesia en Pérgamo: El que tiene la espada aguda de dos filos dice esto: Yo conozco tus obras, y dónde moras, donde está el trono de Satanás; pero retienes mi nombre, y no has negado mi fe, ni aun en los días en que Antipas mi testigo fiel fue muerto entre vosotros, donde mora Satanás. Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que tienes ahí a los que retienen la doctrina de Balaam, que enseñaba a Balac a poner tropiezo ante los hijos de Israel, a comer de cosas sacrificadas a los ídolos, y a cometer fornicación. Y también tienes a los que retienen la doctrina de los nicolaítas, la que yo aborrezco. Por tanto, arrepiéntete; pues si no, vendré a ti pronto, y pelearé contra ellos con la espada de mi boca. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, daré a comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita escrito un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe.

 

Alguien dijo una vez: No importa como comienzas, sino como terminas es lo que cuenta. Hay un malentendido general en muchos creyentes, que lo único que importa es llegar a Cristo, y que todo lo demás ya está hecho. Eso no está completamente correcto. Si fuere así el caso, entonces tendríamos que ignorar muchos de los pasajes en la Biblia, particularmente en el Nuevo Testamento. ¿Por qué Dios insistiría que tendríamos que pedir por sabiduría? ¿Por qué se nos animaría a estudiar la Biblia? ¿Para que tener cuidado de las cosas? Después de todo, si está todo listo después de aceptar a Cristo como tu Señor y Salvador, ¿Para qué hacer algo más?

 

Hay algo crucial que se debe entender. La Palabra de Dios es infalible, y nunca se puede contradecir. Si fuere así, entonces no se podría confiar en ella. La respuesta es que no se contradice. Así que, si una enseñanza o doctrina no concuerda con otros pasajes en las Escrituras, entonces debe ser desechada, o entendida como incompleta. Cuando un concepto espiritual está de acuerdo con varias partes de la Escrituras, entonces tienes una enseñanza sana y sólida. La respuesta es: aunque alguien haya venido a Cristo, y haya nacido de nuevo a través de Él, ese es solo el comienzo. Ahora hay un camino puesto por delante donde tienen que escoger seguirlo o no. Como hecho, por eso que hay un castigo más grande para aquellos que han sido expuestos a la Verdad de Dios y se devuelven; porque tienen todo lo que necesitan para seguir el Camino, triunfar sobre las debilidades de su carne, y hacer grandes cosas para la gloria de Dios. Una persona, a través de Cristo, gana un nuevo comienzo, y completo acceso y entendimiento de la Palabra de Dios a través del Espíritu Santo. El Espíritu Santo, mientras una persona estudia y aplica la Palabra de Dios a su vida, comienza a equiparla para cada experiencia con que se encuentre en su caminar con el Señor. Y por supuesto, la Palabra de Dios dice: Si Dios es por nosotros, ¿Quién contra nosotros? Romanos 8:31. Entonces, ¿Qué está pasando con tantos que dicen creer en Dios?

 

Un problema es que comprometen su relación con Dios (porque todo todavía depende de la decisión, aun después de venir a Cristo). Algunos pueden que hallan llamado a Jesús el Señor de sus vidas, pero puede que no sea una realidad. Algo mas esta dominando su vida. En el pasaje de hoy, Dios advierte a través de Su ángel a una iglesia (no a inconversos), y de cómo han comprometido su fe. Se han permitido ser influenciados, y están siendo advertidos de que tienen que cambiar y vencer (no todo está determinado en cada vida). Las personas tienen que dejar que Dios tome el control completo de sus vidas, al dejar ir el pecado que todavía los influencia. Cada día que pasa, tiene que haber un rendirse, y dejar ir todo lo que produce muerte.

 

En el pasaje de hoy, uno de los compromisos está relacionado al amar más el dinero y las cosas que vienen con él, que mantenerse fiel a Dios, a pesar del ambiente que los rodea. Lo vemos a través de la doctrina de Balaam, un profeta que se permitió ser seducido por Balak (rey de los moabitas) para maldecir al pueblo de Dios para su propia ganancia y beneficio, y ser débil ante una persona en una posición de poder. Dios no estaba mandando en la vida del profeta. El miedo y la avaricia si lo estaba, y casi le costó la vida. No es muy distinto hoy. Muchos creyentes desafortunadamente piensan más en el mundo material y en el no tener problemas con las personas que los rodean, en vez de Dios. Muchos prefieren “mantener la paz” con su familia, sus amistades, sus compañeros de trabajo, etc. y comprometer su relación con Dios, que pararse firme. Ceden más a los distintos estilos de vida y a ser influenciados por Satanás en sus propias vidas. Así que, no solo viven cerca del mal, sino también comienzan a ser absorbidos y adoptan lo que hacen los demás porque quieren caber. No quieren ser diferentes.

 

El otro asunto es la doctrina de los Nicolaitas, aquellos que se consideran ser líderes religiosos e imponen su voluntad sobre los débiles, enseñoreándose sobre ellos, mientras mesclan la Palabra de Dios con conceptos carnales y humanos. En vez de enseñar la “pura” Palabra de Dios, o una “doctrina sana”, imponen su evangelio oscuro que esta entretejido con cosas que no le pertenecen a Dios. Son personas que ejercitan algún tipo de poder percibido sobre los más débiles, similares a los fariseos. Los fariseos eran la autoridad religiosa durante el tiempo de Jesús, los cuales echaban a las personas de las sinagogas si no hacían lo que ellos decían, enseñando reglas humanas como si fueran mandamientos de Dios. El Señor fue muy claro de mantener las cosas separadas como leemos: Y les dijo: Dad, pues, a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios. Mateo 22:21.

 

Así que, debemos temerle más a Dios que al hombre. Debemos ser más celosos de las cosas de Dios que de ceder al pecado que todavía nos puede destruir, si lo dejamos. Porque escrito esta: Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios. El que viola la ley de Moisés, por el testimonio de dos o de tres testigos muere irremisiblemente. ¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia? Pues conocemos al que dijo: Mía es la venganza, yo daré el pago, dice el Señor. Y otra vez: El Señor juzgará a su pueblo. ¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo! Hebreos 10:26-31.

Así que, ¿estas comprometiendo tu relación con Dios? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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