Basado en Santiago 2:1-17 (Versión Reina Valera 1960)
Hermanos míos, que vuestra fe en nuestro glorioso Señor Jesucristo sea sin acepción de personas. Porque si en vuestra congregación entra un hombre con anillo de oro y con ropa espléndida, y también entra un pobre con vestido andrajoso, y miráis con agrado al que trae la ropa espléndida y le decís: Siéntate tú aquí en buen lugar; y decís al pobre: Estate tú allí en pie, o siéntate aquí bajo mi estrado; ¿no hacéis distinciones entre vosotros mismos, y venís a ser jueces con malos pensamientos? Hermanos míos amados, oíd: ¿No ha elegido Dios a los pobres de este mundo, para que sean ricos en fe y herederos del reino que ha prometido a los que le aman? Pero vosotros habéis afrentado al pobre. ¿No os oprimen los ricos, y no son ellos los mismos que os arrastran a los tribunales? ¿No blasfeman ellos el buen nombre que fue invocado sobre vosotros? Si en verdad cumplís la ley real, conforme a la Escritura: Amarás a tu prójimo como a ti mismo, bien hacéis; pero si hacéis acepción de personas, cometéis pecado, y quedáis convictos por la ley como transgresores. Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos. Porque el que dijo: No cometerás adulterio, también ha dicho: No matarás. Ahora bien, si no cometes adulterio, pero matas, ya te has hecho transgresor de la ley. Así hablad, y así haced, como los que habéis de ser juzgados por la ley de la libertad. Porque juicio sin misericordia se hará con aquel que no hiciere misericordia; y la misericordia triunfa sobre el juicio. Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle? Y si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día, y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha? Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma.
Sholem Aleichem dijo: La vida es; un sueño para el sabio, un juego para el necio, una comedia para el rico, una tragedia para el pobre. En el pasaje de hoy, se nos enseña un fundamento cristiano muy básico, que debiéramos tratar a todos de la misma manera, y que debiéramos ser más atentos con los necesitados que con los que tienen. No significa que hay que olvidarse totalmente de los ricos (porque también tienen necesidad espiritual), pero debemos concentrarnos en lo muy obvio. Lo obvio es que la vida es mucho más difícil para aquellos que les faltan las cosas básicas que a aquellos que ya lo tienen. Si alguien piensa que solo se trata de ayuda espiritual, entonces tiene que estudiar la Biblia un poco más, y entender lo que Dios quiere que hagamos. Si no lo entienden todavía, entonces necesitan experimentar una semana sin comida, ropa, y techo (para comenzar).
La Palabra de Dios es muy clara; que necesitamos ayudar. Como cristianos, es parte de nuestro caminar espiritual. Si el dar no es parte de nuestra vida, nuestra espiritualidad no le significa mucho a Dios. Juan el Bautista dijo: Y decía a las multitudes que salían para ser bautizadas por él: ¡Oh generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera? Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento, y no comencéis a decir dentro de vosotros mismos: Tenemos a Abraham por padre; porque os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras. Y ya también el hacha está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto se corta y se echa en el fuego. Y la gente le preguntaba, diciendo: Entonces, ¿qué haremos? Y respondiendo, les dijo: El que tiene dos túnicas, dé al que no tiene; y el que tiene qué comer, haga lo mismo.Lucas 3:7-11.
Algunos dirán: Bueno, yo no soy rico. Y tendría que decir que eso es lo que dicen los ricos usualmente, cuando están inconsciente al mundo que los rodea. La riqueza obvia es cuando tienes dos de algo cuando necesitas solo uno. Por ejemplo, si tienes dos casas cuando solo necesitas una, eres rico. Cuando tienes dos carros cuando solo necesitas uno, (y en realidad hay personas que usan el transporte público, y no son pobres tampoco), entonces eres rico. Cuando tienes un closet lleno de ropa y más zapatos que días de la semana; entonces sí también eres muy rico. Cuando estas preocupado de aumentar de peso (o ya estás de sobrepeso) porque comes mucho, entonces eso significa que tienes mucho acceso a la comida, y sí, eso dice que eres rico. Y la riqueza tiene distintas formas; no solo el dinero y las posesiones. Así que, cuando te comparas a alguien que no tiene nada, entonces te comienzas a dar cuenta de la gran diferencia. Estas entendiendo, ¿verdad?
Dios nos enseñó principios valerosos a través de las parábolas. Él nos enseñó lo siguiente con respecto a la responsabilidad y el tener mucho: Y dijo el Señor: ¿Quién es el mayordomo fiel y prudente al cual su señor pondrá sobre su casa, para que a tiempo les dé su ración? Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así. En verdad os digo que le pondrá sobre todos sus bienes. Más si aquel siervo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir; y comenzare a golpear a los criados y a las criadas, y a comer y beber y embriagarse, vendrá el señor de aquel siervo en día que éste no espera, y a la hora que no sabe, y le castigará duramente, y le pondrá con los infieles. Aquel siervo que conociendo la voluntad de su señor, no se preparó, ni hizo conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes. Mas el que sin conocerla hizo cosas dignas de azotes, será azotado poco; porque a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará; y al que mucho se le haya confiado, más se le pedirá. Lucas 12:42-48. Así que, es la expectativa de Dios de que, si se nos dió mucho, tenemos que compartir mucho. El comer y beber, y el tratar al prójimo injustamente no lo tolera Dios, especialmente cuando te ha encomendado mucho. No significa que no puedes disfrutar lo que trabajas, pero no puedes vivir solo para la próxima entretención, sin ningún cuidado por las necesidades de tu prójimo. ¡Es pecado, y con razón! Es cruel el engordarse (por decir) sin tener ningún cuidado por los demás.
Finalmente, necesitamos ser sabios de la manera que ayudamos, y de cómo administrar lo que tenemos. Dios desea darnos toda la sabiduría que necesitamos para saber cómo ayudar, y también poder disfrutarlo a la misma vez. Porque dice: Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. Santiago 1:5. Si tu corazón está en el lugar correcto, y estas buscando la sabiduría de Dios, Él te guiara a quien tienes que ayudar y cómo ayudarle. Pero al final del día, puede que no importe a quién ayudes, porque debiéramos hacerlo todo por Él. Después de todo, ¿No es Dios el que permite que tengas todo lo que tienes? Así que, ¿estas supliendo sabiamente las necesidades, administrando la riqueza que Dios te ha dado? O, ¿Necesitas que Dios te lo quite para que aprendas a apreciar lo que Él te da? ¡Qué el Señor les bendiga! John