Basado en Hebreos 2 (Versión Reina Valera 1960)
Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos. Porque si la palabra dicha por medio de los ángeles fue firme, y toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución, ¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? La cual, habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron, testificando Dios juntamente con ellos, con señales y prodigios y diversos milagros y repartimientos del Espíritu Santo según su voluntad. Porque no sujetó a los ángeles el mundo venidero, acerca del cual estamos hablando; pero alguien testificó en cierto lugar, diciendo: ¿Qué es el hombre, para que te acuerdes de él, o el hijo del hombre, para que le visites? Le hiciste un poco menor que los ángeles, le coronaste de gloria y de honra, y le pusiste sobre las obras de tus manos; todo lo sujetaste bajo sus pies. Porque en cuanto le sujetó todas las cosas, nada dejó que no sea sujeto a él; pero todavía no vemos que todas las cosas le sean sujetas. Pero vemos a aquel que fue hecho un poco menor que los ángeles, a Jesús, coronado de gloria y de honra, a causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios gustase la muerte por todos. Porque convenía a aquel por cuya causa son todas las cosas, y por quien todas las cosas subsisten, que habiendo de llevar muchos hijos a la gloria, perfeccionase por aflicciones al autor de la salvación de ellos. Porque el que santifica y los que son santificados, de uno son todos; por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos, diciendo: Anunciaré a mis hermanos tu nombre, en medio de la congregación te alabaré. Y otra vez: Yo confiaré en él. Y de nuevo: He aquí, yo y los hijos que Dios me dio. Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre. Porque ciertamente no socorrió a los ángeles, sino que socorrió a la descendencia de Abraham. Por lo cual debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo. Pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados.
Ronald Reagan dijo: Nunca seremos derrotados a no ser nos rindamos con Dios. El rendirse es una de las cosas que las personas usualmente son tentadas a hacer cuando se ponen difíciles las cosas. Muchos se rinden en bajar de peso porque les cuesta mucho, o porque no ven resultados inmediatos. Muchos abandonan carreras porque se les puso difícil, o porque sintieron que no podían más. Muchos dejan sus empleos porque no les gusta su jefe, o porque se complicaron las cosas, o porque ya no les gusto. Muchos se rinden con sus matrimonios por muchas razones. Y muchos abandonan su fe en Cristo porque sintieron que era muy difícil, o porque sintieron que Dios les fallo de alguna manera. ¡Hay mucha rendición en este mundo! El problema es que se están rindiendo por muchas cosas que son buenas.
Hay abandono que no es malo. Como hecho, el abandonar algo, puede ser bueno si una persona deja aquello que le daña. Es bueno dejar de fumar. Es bueno dejar toda droga, inclusive las legales. Es bueno dejar de beber, o a lo menos, reducir el volumen. Es bueno terminar con relaciones toxicas. Es bueno dejar de tener sexo antes de casarse. Es bueno dejar de engañar a tu esposo o esposa. Es bueno dejar de robar. Es bueno dejar de hacer aquellas cosas que solo te traen destrucción temporal y eterna. Entiendes la idea, ¿no?
Así que, sea que envuelva cosas malas o buenas, la implicación de terminar con algo envuelve decisión. Puedes escoger dejar de hacer algo, o continuar haciéndolo; cualquier cosa que sea. ¿Está ya todo determinado? ¿Hay tal cosa como destino (o la predestinación; un término más teológico)? La respuesta es: no. La idea del poder escoger esta por toda la Escritura; desde Génesis hasta el Apocalipsis. Ahora, las cosas mayores y universales si están determinadas. Nada podemos hacer con eso. Por ejemplo, el mundo va hacia su final, y no hay nada que lo detenga. Pero, las cosas no están determinadas al nivel individual. Cada persona tiene la opción de escoger. Aun en un callejón sin salida, una persona puede escoger con enfrenta esa situación. Y ¿Quién puede decir que es un callejón sin salida? Dios levanto a Lázaro de los muertos después de estar enterrado algunos días. Y si fuéremos a morir como cristianos, ese es solo el comienzo de nuestra existencia espiritual. Aquí está la importancia de la decisión y lo que hacemos con ella; sea que escojamos persistir en nuestra fe, o rendirnos.
Algunos dirán: ¿Y qué de aquellos que nunca escucharon la Verdad de Dios? Y la respuesta es: Tú no sabes lo que paso o no paso con ellos. Y, ¡preocúpate más de ti mismo! Después de todo, ¿No deberíamos estar más preocupados de que exactamente nos va a suceder personalmente? Sería lógico, ¿No? El Señor mismo siempre lleva las cosas a un nivel personal. Porque aun Él le dijo a Pedro que estuviera más preocupado por el mismo que por Juan. Porque escrito esta: Volviéndose Pedro, vio que les seguía el discípulo a quien amaba Jesús, el mismo que en la cena se había recostado al lado de él, y le había dicho: Señor, ¿quién es el que te ha de entregar? Cuando Pedro le vio, dijo a Jesús: Señor, ¿y qué de éste? Jesús le dijo: Si quiero que él quede hasta que yo venga, ¿qué a ti? Sígueme tú. Juan 21:20-22.
A través de toda la Biblia, incluyendo el pasaje de hoy, somos instados a continuar siguiendo a Cristo, a siempre seguir adelante. Eso es una elección. Y con la elección, eso es personal. No te preocupes por lo que los demás hacen o no hacen. La Biblia nos exhorta repetidamente a permanecer y seguir; así que es imperativo no parar. Habiendo dicho esto, no se trata de llegar a Cristo y eso es todo. De acuerdo a la Palabra de Dios, y para poder recibir las promesas eternas, tienes que correr, vencer, permanecer, etc. hasta el final. Esa es tu parte. Si te rindes a medio camino, entonces no lo lograrás. ¡Mantén el curso considerando lo que Cristo hizo por ti individualmente! ¡No descuides tu salvación! Porque escrito esta: Más el justo vivirá por fe; y si retrocediere, no agradará a mi alma. Hebreos 10:38.Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden. Juan 15:5-6. El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo. Apocalipsis 21:7. Él te ama y te quiere ayudar, pero es tu decisión el seguir adelante. Así que, ¿no te debiera ser suficiente el amor que Dios te ha demostrado a través de Jesucristo para ayudarte a seguir hasta el final? O, ¿no es suficiente para ti? ¡Qué el Señor les bendiga! John