Basado en Deuteronomio 4:23-40 (Versión Reina Valera 1960)
Guardaos, no os olvidéis del pacto de Jehová vuestro Dios, que él estableció con vosotros, y no os hagáis escultura o imagen de ninguna cosa que Jehová tu Dios te ha prohibido. Porque Jehová tu Dios es fuego consumidor, Dios celoso. Cuando hayáis engendrado hijos y nietos, y hayáis envejecido en la tierra, si os corrompiereis e hiciereis escultura o imagen de cualquier cosa, e hiciereis lo malo ante los ojos de Jehová vuestro Dios, para enojarlo; yo pongo hoy por testigos al cielo y a la tierra, que pronto pereceréis totalmente de la tierra hacia la cual pasáis el Jordán para tomar posesión de ella; no estaréis en ella largos días sin que seáis destruidos. Y Jehová os esparcirá entre los pueblos, y quedaréis pocos en número entre las naciones a las cuales os llevará Jehová. Y serviréis allí a dioses hechos de manos de hombres, de madera y piedra, que no ven, ni oyen, ni comen, ni huelen. Mas si desde allí buscares a Jehová tu Dios, lo hallarás, si lo buscares de todo tu corazón y de toda tu alma. Cuando estuvieres en angustia, y te alcanzaren todas estas cosas, si en los postreros días te volvieres a Jehová tu Dios, y oyeres su voz; porque Dios misericordioso es Jehová tu Dios; no te dejará, ni te destruirá, ni se olvidará del pacto que les juró a tus padres. Porque pregunta ahora si en los tiempos pasados que han sido antes de ti, desde el día que creó Dios al hombre sobre la tierra, si desde un extremo del cielo al otro se ha hecho cosa semejante a esta gran cosa, o se haya oído otra como ella. ¿Ha oído pueblo alguno la voz de Dios, hablando de en medio del fuego, como tú la has oído, sin perecer? ¿O ha intentado Dios venir a tomar para sí una nación de en medio de otra nación, con pruebas, con señales, con milagros y con guerra, y mano poderosa y brazo extendido, y hechos aterradores como todo lo que hizo con vosotros Jehová vuestro Dios en Egipto ante tus ojos? A ti te fue mostrado, para que supieses que Jehová es Dios, y no hay otro fuera de él. Desde los cielos te hizo oír su voz, para enseñarte; y sobre la tierra te mostró su gran fuego, y has oído sus palabras de en medio del fuego. Y por cuanto él amó a tus padres, escogió a su descendencia después de ellos, y te sacó de Egipto con su presencia y con su gran poder, para echar de delante de tu presencia naciones grandes y más fuertes que tú, y para introducirte y darte su tierra por heredad, como hoy. Aprende pues, hoy, y reflexiona en tu corazón que Jehová es Dios arriba en el cielo y abajo en la tierra, y no hay otro. Y guarda sus estatutos y sus mandamientos, los cuales yo te mando hoy, para que te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti, y prolongues tus días sobre la tierra que Jehová tu Dios te da para siempre.
Pat Riley dijo una vez: Cuando un gran equipo pierde por complacencia, buscará constantemente por nuevas y complicadas explicaciones para explicar la derrota. Otro término para la complacencia (bíblicamente hablando) es el ser tibio. No hay reacciones cuando las cosas están tibias; y en la actualidad, la tibieza es lo que buscamos como parte de nuestra comodidad humana. No creo que nadie quiere darse una ducha con agua casi congelada. A la misma vez, nadie quiere que lo quemen sus sopas. La mayoría de las personas normales les gusta estar cálidos y cómodos. No podemos dormir si sentimos frio o calor. No podemos pensar claramente cuando somos expuestos a temperaturas extremas. Así que, ¿es malo querer sentirse cómodo? Para ciertas cosas, no. Para otras, especialmente en la manera en que vivimos y nuestro caminar espiritual, no es bueno.
Tengo que admitir que esta semana ha sido “desafiante” para mí, como compartí con una cajera quien me pregunto muy respetuosamente como estaba hoy en la mañana. Yo brevemente le mencione mi asunto de salud familiar, y aun que casi murió un trabajador en un sitio de nuestra construcción. Ella dijo: Yo usaría una palabra más fuerte que “desafiante” para lo que tu estas atravesando. Yo le dije con una sonrisa: Creo que tienes razón, pero el Señor es bueno. Mientras decía las palabras, recordé el pasaje de hoy (el cual fue lo que medite más temprano hoy).
Las cosas pasan por alguna razón, o por muchas razones. Esta vida es complicada por sí misma, y puede ser aún más desafiante cuando Dios se envuelve en ella. Dios permite (¡si! Dios) que vengan las presiones de la vida para provocar reacciones en nuestras vidas. Aquí es donde entra lo frio y lo caliente. Cuando algo esta tibio, hay un sentido de comodidad y tranquilidad. No nos movemos o no reaccionamos. Al contrario, nos relajamos. Cuando hay algo tan frio que se siente como que quema, produce una reacción en nosotros. Te mueves, ajustas, corres, lo que sea, pero hay una reacción. A la misma vez, cuando algo esta tan caliente, que sientes que te quemas; reaccionas similarmente. No te quedas quieto. Te mueves, te agitas, etc. Temperaturas extremas causan acción y movimiento. La calidez te mantiene cómodo. No te vas a mover. ¡Dios nos quiere mantener en movimiento!
En el pasaje de hoy, leemos de una advertencia al pueblo de Dios, de lo que les sucedería si apartaban sus ojos de Dios. Desafortunadamente, esta advertencia fue una profecía cumplida en contra del pueblo de Israel. Fueron azotados por sus enemigos; muchos fueron muertos y tomados cautivos por sus enemigos, y esparcidos por todo el mundo conocido (tal como fue escrito). Cuando se les advirtió, Dios les pidió que mantuvieran en mente las grandes cosas que Él hizo por ellos, pero se olvidaron. Se volvieron complacientes. Comenzaron a mezclar su adoración a Dios con otros ídolos y dioses. Y finalmente, se olvidaron completamente de Dios e hicieron cosas impensables. Así que, Dios permite que las pruebas, las tribulaciones, y las “correcciones” sucedan para traernos a la acción, para seguir tras Él. La destrucción sucede cuando hemos cometido errores pecaminosos, malas decisiones; y los desafíos suceden para mantenernos enfocados en Él.
Así que, esto es lo que tenemos para ayudarnos a seguir mirando hacia Dios (más que señales y maravillas), recordando lo que Él ha hecho por todos nosotros: Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Juan 3:16. Cualquier cosa que toma el lugar legitimo (el primero) de Dios en nuestra vida es un ídolo. Puede ser el dinero, el poder, la fama, la familia, nuestras propias habilidades, el entretenimiento, etc. Si somos desviados por los ídolos, la destrucción sucederá. Los desafios vendrán tambien para mantenernos enfocados. Es el propósito de Dios de que tengamos presiones para mantenernos en movimiento hacia adelante, para hacernos sentir incomodos en este mundo caído y pecaminoso, al poner nuestros ojos en Él, quien permanece para siempre; no sobre estas cosas temporales que tenemos aquí. Así que, ¿te quedaste estancado en alguna parte sintiéndote cálido, cómodamente mezclando el pecado en tu vida? O ¿te estas moviendo hacia adelante, hacia Él? ¡Qué el Señor les bendiga! John