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Basado en Romanos 16:17-20 (Versión Reina Valera 1960)

Mas os ruego, hermanos, que os fijéis en los que causan divisiones y tropiezos en contra de la doctrina que vosotros habéis aprendido, y que os apartéis de ellos. Porque tales personas no sirven a nuestro Señor Jesucristo, sino a sus propios vientres, y con suaves palabras y lisonjas engañan los corazones de los ingenuos. Porque vuestra obediencia ha venido a ser notoria a todos, así que me gozo de vosotros; pero quiero que seáis sabios para el bien, e ingenuos para el mal. Y el Dios de paz aplastará en breve a Satanás bajo vuestros pies. La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros.

Algunas personas puede que digan que este pasaje es un poco contradictorio, en el sentido que dice que tengamos cuidado con aquellos que causan divisiones, y que nos apartemos de ellos; y en otra parte de las Escrituras el mismo Señor pidió de esta manera: Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste. Juan 17:20-21. Entonces ¿Cuándo debe haber unidad y cuando debe haber separación?

Lo primero, y lo esencial es que tenemos que entender que el conocimiento Bíblico, desde el Genesis hasta el Apocalipsis, es vital. Hoy en día, uno de los problemas mas grandes que tiene la Iglesia universal de Cristo es que falta el conocimiento de la Palabra. Muchos no están estudiando las Escrituras como debieran. Se conforman con saber un poco, escuchar un poco en la iglesia el Domingo (si es que van a la iglesia regularmente), etc. Y desgraciadamente, cuando se toma tan leve o poco en serio el conocimiento de Dios, se cometen muchos errores, y están expuestos a las decepciones de Satanás, a las doctrinas demoniacas que se han infiltrado en la iglesia, y a los lobos rapaces que se meten en el ministerio solo para vivir de la lana de las ovejas. Al no saber lo necesario, caen como presa muy fácil con aquellos que nos advierte hoy la Palabra. Y bueno, ¿cómo no caer en la trampa si ellos usan palabras suaves, y lisonjas, usando un aparente cariño y adulación para poder aprovecharse de las personas? Parecen personas muy amables, con bonitas y convincentes sonrisas. Y el arma mas grande que tienen es que te dicen lo que tú quieres escuchar, apelando a tus deseos y egoísmos. Lo que enseñan parece y suena como la verdad, usando ciertos pasajes en la Biblia para poder respaldar lo que quieren decir. Son sutiles y difíciles de detectar. Entonces, si no se conoce la Palabra como se debiera, lo único lo que va a pasar es que el ignorante tranquilamente va caminando hacia su perdición eterna, mientras le llenan los bolsillos de dinero a los inicuos.

Volviendo a nuestro pasaje, la Biblia explícitamente enseña que debemos tratar de estar unidos, pero solamente cuando estamos de acuerdo con lo Santo de Dios. Es posible que no todos estemos de acuerdo en todas las cosas, pero si tenemos que estar de acuerdo en lo esencial. En relación a la división, el Señor enseño lo siguiente: A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos. Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también le negaré delante de mi Padre que está en los cielos. No penséis que he venido para traer paz a la tierra; no he venido para traer paz, sino espada. Porque he venido para poner en disensión al hombre contra su padre, a la hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra; y los enemigos del hombre serán los de su casa. El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí; y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí. El que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará. Mateo 10:32-39. El Apóstol Pablo muestra un camino aún más estricto, con referencia a nuestras relaciones con supuestos hermanos en la fe que andan en desorden: Os he escrito por carta, que no os juntéis con los fornicarios; no absolutamente con los fornicarios de este mundo, o con los avaros, o con los ladrones, o con los idólatras; pues en tal caso os sería necesario salir del mundo. Más bien os escribí que no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón; con el tal ni aun comáis. 1 Corintos 5:9-11. Así que, el Señor es muy claro con la compañía que no debemos tener. Debemos tener mucho cuidado con quién nos juntamos, y a quién seguimos, en respecto a líder o guía espiritual. Como dice el dicho: Dime con quien andas, y yo te diré quien eres.

Entonces, ¿cómo podemos darnos cuenta si hay malas intenciones en algún llamado siervo de Dios que solo busca llenar su vientre? En la primera instancia, usar el sentido común. Si una persona vive mejor que las personas que lo mantienen, en lo mas mínimo hay un problema. Aún más, el Apóstol Pablo mandaba a que trabajasen los siervos, como él mismo dió ejemplo. Lo único lo que no lo dejo cumplir con un empleo regular era la cárcel, o la salud, o casos extenuantes. Pero de otra manera, Pablo siempre trabajo con sus manos para sostenerse. En lo mas mínimo, si una persona es sostenida por una congregación, debe vivir humildemente, por muy rica y dadivosa que sea esa congregación.

La segunda manera de poder darse cuenta de que uno está siendo presa de algún lobo encubierto es cuando te dicen lo que deseas escuchar, especialmente cuando tiene que ver con alimentar tu ego, excusar tus pecados, y buscar solamente tu bienestar; como ejemplos. ¿Como sé esto? Porque basado en las Escrituras, todo es para la gloria del Señor (y no de nosotros), el Señor siempre nos esta llamando al arrepentimiento, al cambio, y a la santificación, y el Señor nos enseña que puede que hasta tengamos que dar la vida por Él en algún momento dado. Con este mismo razonar entendemos que el utilizar la psicología (como ejemplo) en el ministerio no tiene relación con lo que la Biblia nos enseña, porque si uno mira la cosas psicológicamente, los pecados que uno comete siempre van a ser la culpa de alguien más, y no nuestra. Cada uno es responsable por sus propios pecados. No importa ni el trasfondo de una persona, ni lo que hicieron o no hicieron sus padres, etc. El que peca, peca porque quiso, y tiene que arrepentirse de ese pecado para poder recibir el perdón de Dios. Y siempre hay una elección, aunque la elección sea morir. Como lo hicieron los héroes de la fe cuando Cesar les mandaba que blasfemasen, reconociéndolo a él como señor, y renunciando a Jesús como el Señor. Su elección era blasfemar y poder vivir, o no blasfemar y morir. Eligieron morir. Tenían una elección.

En fin, hay que ser sabios para el bien. Hay que buscar del conocimiento de Dios, si deseas evitar ser presa de alguien con malas intenciones. Entonces, ¿entiendes la necesidad de tener más conocimiento Bíblico, por tu propio bien? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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