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Basado en Romanos 8:28-39 (Versión Reina Valera 1960)

Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó. ¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aún, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros. ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; somos contados como ovejas de matadero. Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.

Este pasaje tiene uno de los mensajes mas profundos de amor, pero también de confusión. Trataremos de explicar un poco lo que causa confusión para poder llegar a lo que realmente importa (porque desgraciadamente, el enemigo trata de turbar las cosas de Dios con polémicas que dividen y destruyen). ¿Qué significa la palabra predestinación? La Real Academia Española lo define de la siguiente forma: destinación anterior de algo; ordenación de la voluntad divina con que tiene elegidos a quienes por medio de su gracia han de lograr la gloria. Si creemos en el Dios de la Biblia, entendemos que el Ser Supremo es eterno. Él siempre es; sin principio, y sin fin (Apocalipsis 1:8). Aún más, si creemos en el Dios de la Biblia, creemos que es compuesto por tres personas (Padre, Hijo, y Espíritu Santo) (véase 1 Juan 5:7 en versión Reina-Valera 1960 porque otras versiones más modernas omiten esto, incluyendo otras partes de las Escrituras originales). Entonces, por definición de que Dios es un ser eterno (el hombre no es eterno, porque tiene un comienzo), entonces es el único que pudiera haber sido predestinado desde el principio. Dios ya sabia que el hombre iba caer, y preparo de antemano que Cristo iba a morir por Su creación antes que el hombre cayere.

Aquí viene la otra parte de la explicación. Dios creo al hombre para bien, no para que se quemara en el infierno. Así que, su “predestinación” (antes que cayere en el pecado) era para practicar la justicia. Porque escrito esta: Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas. Efesios 2:10. Entonces la “predestinación” o “destinación anterior de algo” fue para buenas obras. Porque el infierno no fue hecho para el hombre, sino para el diablo y sus ángeles. Porque escrito esta: Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Mateo 25:41. No era la intención de Dios enviar al infierno al hombre, pero por su obstinación en pecar y no sujetarse al Señorío de Dios, se envía por si mismo a un lugar que Dios nunca predestino para él.

Entonces, la respuesta a la predestinación es que: Dios predestino a Cristo para salvar al hombre de su pecado, para que aquellos que “escogen” bajo el “libre albedrio” que existe, de someterse bajo la poderosa mano de Dios, haciendo a Jesús el Señor y dueño de sus vidas, para que puedan entonces formar parte de nuevo de esa predestinación, cumpliendo el propósito original de Dios. Porque escrito esta: Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad. Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad. Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo. 1 Timoteo 2:1-6. Una persona finalmente decide ser parte de Cristo, o no. Dios nos llama, pero está de uno contestar el llamado del Señor. Pero, si estuviera de Dios, Él quisiera que todos fuesen salvos. Así que, el hombre nunca fue predestinado para perderse. Lo decide bajo su propia voluntad.   

Ahora, a lo mas importante. Dios nos ama increíblemente a cada uno de nosotros. No hay nada que nos separe de Su amor. Él ha provisto una salvación increíble, removiendo la maldición del pecado para siempre a través de Su Hijo Jesucristo. Pero, hay algo que hay que entender. Es necesario corresponder al amor de Dios. Dios nos ama incondicionalmente, pero espera que ese amor sea correspondido. Porque escrito esta: Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Y estas palabras [el de amarle] que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas. Deuteronomio 6:4-9. Acuérdense que las promesas de Dios son condicionales. Todas las cosas ayudaran a bien si “amamos a Dios”. Si no amamos a Dios, no hay nada. Por eso que hay que aprender a amarle como el nos enseña a través de Su Palabra. El amor a Dios es todo. Y cuando se ama a Dios, todas las cosas con posibles. El amor a Él hace que uno le obedezca, le siga a pesar de las circunstancias, a pesar de las pruebas, a pesar de los desprecios y las persecuciones, etc. Por amor a Él, uno puede hasta llegar a dar la vida, como lo hicieron mucho de los santos apóstoles, profetas, y muchos otros creyentes que existieron antes de nosotros. El verdadero amor no tiene límites. Porque escrito esta: El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará. 1 Corintios 13:4-8. El amor de Dios no tiene nada que ver con el amor del mundo o el amor humano. Va mucho mas allá. Y el amor de Dios nunca justifica o acepta el pecado.

Así que, ¿Conoces el amor de Dios, que no se compara a nada más en este mundo? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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