Basado en Juan 1:14-18 (Versión Reina Valera 1960)

Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad. Juan dio testimonio de él, y clamó diciendo: Este es de quien yo decía: El que viene después de mí, es antes de mí; porque era primero que yo. Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia. Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.

Uno de los milagros más grandes que han ocurrido en la historia, es la forma en que Dios escogió tener contacto con nosotros, fue a través de Su Hijo Unigénito Jesús. Es un milagro porque no puede caber como Alguien tan grande pudo ser hecho algo tan bajo como nosotros, porque en realidad somos muy poca cosa (siento herirles el orgullo a algunos, pero es la verdad).

¿Qué es el hombre? Nacimos en un momento, vivimos unos pocos años (en comparación a la eternidad de Dios y los ángeles), haciendo algunas cosas limitadas durante ese tiempo, que ni afectan el universo, y después morimos; débiles, frágiles, y deshechos. No podemos llevarnos nada de lo que hicimos o juntamos. Y con el último suspiro termina todo (lo humano). Y a cada persona le ha pasado y le pasara esto; al rico y al pobre, al poderoso y al débil, al famoso y al desconocido, a todos. Y aquí es donde comenzamos a entender el milagro.

Para comenzar, Jesús, la segunda persona de la Trinidad, siempre a existido. Dios creo todo a través de El. Pero aún mas allá, Jesús (o Jehová, como es conocido en el Antiguo Testamento), ha sido el único de la Deidad que siempre ha tenido contacto con el hombre. Por ejemplo, leemos acerca del gran YO SOY, como está escrito: Dijo Moisés a Dios: He aquí que llego yo a los hijos de Israel, y les digo: El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros. Si ellos me preguntaren: ¿Cuál es su nombre?, ¿qué les responderé? Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros. Éxodo 3:13-14. El YO SOY era el Señor. Vemos un vislumbre de esto cuando vienen a buscarle para arrestarle, de esto Juan dice: Pero Jesús, sabiendo todas las cosas que le habían de sobrevenir, se adelantó y les dijo: ¿A quién buscáis? Le respondieron: A Jesús nazareno. Jesús les dijo: Yo soy. Y estaba también con ellos Judas, el que le entregaba. Cuando les dijo: Yo soy, retrocedieron, y cayeron a tierra. Juan 18:4-6. Con solo mencionar Su nombre, los que venían en busca de El cayeron a tierra. También vemos la parte celestial del Señor en este pasaje: Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Jacobo y a Juan su hermano, y los llevó aparte a un monte alto; y se transfiguró delante de ellos, y resplandeció su rostro como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la luz. Y he aquí les aparecieron Moisés y Elías, hablando con él. Mateo 17:1-3. Entonces, Jesús es Jehová, y el YO SOY.

El Señor tomo la forma más humilde para manifestar Su amor y Su gracia al hombre. Siendo Dios, el Creador de los cielos y de la tierra, el Omnipotente y Todopoderoso, tomo nuestra semejanza para descender a nuestro nivel, para finalmente poder ser el Cordero para el sacrificio que limpiaría a todo hombre de su pecado. Lo problemático es que muchos no le respetaron porque al tomar una forma tan humilde; le menospreciaron, y claro, lo torturaron y lo mataron. No fue (ni es) suficiente para muchos ver el amor de Dios a través de la persona de Jesús. Desgraciadamente, no hay como dar en el gusto a muchos. Si era Jehová de los Ejércitos, no les gustaba porque era supuestamente muy duro, inaccesible, o muy difícil de comprender. Se presentó ahora como el Cordero de Dios, manso, humilde, lleno de la gracia de Dios, tampoco les fue agradable porque no demostraba poder humano o riquezas. ¿Cuál es el problema?

El problema es el hombre, y el pecado que mora en él, y que prefiere someterse mas a su pecado, que a lo que en realidad produce vida. Y esto es lo que causa la desobediencia. Finalmente, si el hombre se pierde, no se pierde porque Dios desea que se pierda, sino por la desobediencia a Dios. Haga lo que haga Dios, si una persona no quiere obedecer a Dios, no habrá nada que le haga entrar en razón, ni la Omnipotencia de Dios, ni el Amor de Dios. Vemos el siguiente recuento en la Palabra: Entonces le dijo: Te ruego, pues, padre, que le envíes a la casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que les testifique, a fin de que no vengan ellos también a este lugar de tormento. Y Abraham le dijo: A Moisés y a los profetas tienen; óiganlos. Él entonces dijo: No, padre Abraham; pero si alguno fuere a ellos de entre los muertos, se arrepentirán. Mas Abraham le dijo: Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán aunque alguno se levantare de los muertos. Lucas 16:27-31. Acuérdense que el Señor no vino a abrogar la ley, sino a cumplirla. Y también, El sí resucito de los muertos, y muchos todavía no quieren creer.

Y como parte de la Ley, y ahora de la Gracia, esto sigue vigente: Y uno de ellos, intérprete de la ley, preguntó por tentarle, diciendo: Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley? Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas. Mateo 22:35-40. El aprender a amar a Dios a través del nacer de nuevo en Cristo es lo único que produce la vida eterna, y también nos enseña a amar a nuestro prójimo. No hay otra manera.

Así que, ¿entiendes que el Señor vino como vino no solo para cumplir la voluntad de Dios, sino para demostrar Su amor para con nosotros? Y si lo entiendes, ¿estás aprendiendo a valorar lo que Dios ha hecho por ti, al seguirle y amarle como se merece?¡Qué el Señor les bendiga! John

Comment