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Basado en Juan 1:10-13 (Versión Reina Valera 1960)

En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció. A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.

La injusticia más grande que puede existir en el mundo, la cual sigue sucediendo a cada momento, es el desprecio hacia Dios. Y el desprecio hacia Dios ocurre de distintas maneras. Hay muchos que no les importa conocer de Dios. Hay otros que lo tratan como a igual. Hay otros que no les gusta buscar de Dios porque sienten que Dios va en contra de sus deseos, y envidian a Dios porque quisieran ser como Dios.

En el primer grupo, hay personas que sencillamente no les interesa conocer a Dios porque creen que hay cosas mas importantes. Hay un sinfín de cosas que les dan más importancia que a Dios, y por eso que no le prestan atención. Esta el dinero, el poder, la fama, la familia, las amistades, las entretenciones, etc. Todo tiene mucho mas importancia que Dios. Entonces, ya que consideran todo mas importante que Dios, no hay un interés. Creen que si hicieron solos. Creen que todo lo que tienen, lo tienen por sus esfuerzos y méritos. Es algo tan sencillo como que no necesitan de Dios. Dios les sale sobrando. Y el problema con esto, es que las cosas no pueden quedar así; ni por la manera que están estructuradas, ni porque se puede tratar así a Dios.

El otro grupo es compuesto de aquellos que ven a Dios como iguales. Dios es como otro ser humano, ni más, ni menos. Estos sí creen que existe Dios, pero que es igual a ellos. No lo declaran verbalmente, pero si con sus acciones. Por ejemplo, si Dios dice algo, ellos dicen dentro de sí: Entiendo lo que quiere, pero yo voy a decidir otra cosa. Piensan que son tan inteligentes y hábiles como Dios, y que lo que Dios ofrece es solo una opinión o una idea, pero nada más.

Y el tercer grupo (aunque puede que hallan muchos más), sencillamente creen que hay un Dios, pero se rebelan. Se puede decir que saben que hay un Dios, pero no le temen, y a lo mejor aún más, lo detestan; aborrecen a Dios, y tratan de hacer desaparecer a Dios de todas las cosas posibles. Por lo menos en EEUU, este es el grupo que ha luchado para sacar a Dios de nuestras escuelas, atemorizar a los creyentes que hablen de Dios, son los que tratan de imponer su ateísmo sobre cada ser humano. Por lo menos se declaran ateos, pero en realidad, al mostrar su odio en contra de Dios, confiesan que si existe. Básicamente, ellos aborrecen a Dios porque quieren ser como Dios.

Todas estas personas desgraciadamente no se dan cuenta de la realidad de que sus pobres opiniones y falta de reconocimiento por Dios no van a hacer desaparecer a Dios. Solo porque una persona cierra los ojos no quiere decir que eso cambie la realidad. Dios sigue siendo Dios a pesar de lo que hagan, como lo tomen, etc. Y si no se arrepienten, todo esto acarreara consecuencias. Hasta la Gracia y la Misericordia de Dios tiene límites.  Porque escrito esta: Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles. Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos, ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén. Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza, y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío. Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen; estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades; murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres, necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia; quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican. Romanos 1:21-32.

Lo que hace todo esto injusto, es porque Dios creo todas las cosas. Dios es el que permite que exista cada ser humano. El da la vida, hace llover sobre cada persona y provee para ellos, a pesar de su maldad y rebelión. Y aún mas injusto es que Dios dio a Su Hijo Unigénito, a Jesucristo, para que diera la vida por cada persona para que así recibiera vida eterna. Entonces, en vez de reconocimiento, hay rechazo. En vez de alabanza, hay indiferencia. Y en vez de servicio y obediencia, hay rebelión y transgresión. Y en vez de amor, hay odio hacia El. ¿No es esto injusto?

Pero, no obstante, a los que, si reciben al Señor, y le tratan como tal, Dios les da la potestad de ser hechos hijos de Dios, y herederos de las cosas de Dios. A los que se sujetan a El, y le buscan, y permanecen en Su amor, Dios les dará vida eterna y recompensa. Dios les rompe el destino, de ir a un infierno eterno, a estar con El en la eternidad.

Ahora bien, ¿a qué grupo perteneces? ¿A los que honran y siguen a Dios? ¿o, a los que deshonran y aborrecen a Dios? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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