Basado en Juan 11:28-37 (Versión Reina Valera 1960)

Habiendo dicho esto, fue y llamó a María su hermana, diciéndole en secreto: El Maestro está aquí y te llama. Ella, cuando lo oyó, se levantó de prisa y vino a él. Jesús todavía no había entrado en la aldea, sino que estaba en el lugar donde Marta le había encontrado. Entonces los judíos que estaban en casa con ella y la consolaban, cuando vieron que María se había levantado de prisa y había salido, la siguieron, diciendo: Va al sepulcro a llorar allí. María, cuando llegó a donde estaba Jesús, al verle, se postró a sus pies, diciéndole: Señor, si hubieses estado aquí, no habría muerto mi hermano. Jesús entonces, al verla llorando, y a los judíos que la acompañaban, también llorando, se estremeció en espíritu y se conmovió, y dijo: ¿Dónde le pusisteis? Le dijeron: Señor, ven y ve. Jesús lloró. Dijeron entonces los judíos: Mirad cómo le amaba. Y algunos de ellos dijeron: ¿No podía éste, que abrió los ojos al ciego, haber hecho también que Lázaro no muriera?

Este es posiblemente el pasaje más profundo en toda la Biblia el cual nos muestra de una manera casi palpable el fundamento de la Gracia de Dios; la diferencia que existe entre nuestra fe y todas las demás otras creencias. Muchas veces se me ha preguntado: ¿Por qué hay tantas distintas creencias? Y la respuesta va en contra de todo lo que nuestra sociedad enseña (porque la sociedad en general no es guiada por Dios, sino por el príncipe de este mundo; por Satanás). No es posible que existan varias perfecciones, o si no, no hay tal cosa como la perfección. Hay una sola perfección, y ese es Dios, pero aún más exacto (ya que estamos hablando de perfección), el Dios cuyo unigénito Hijo es Jesús (el Mesías).

Cuando entendemos el real significado de lo que significa el pecado (el errarle al blanco), entendemos que el trabajo de Satanás es excesivamente sencillo. El solo tiene que causar muy pequeños desvíos para poder hacer a la gente errar, o pecar. Eso es todo. No tienen que ser ni grandes, ni complejas sus artimañas. En realidad, son muy sencillas, porque de nuevo, el trabajo de él es muy sencillo. Entonces, la razón por lo cual existe tantas opciones (por decir) en creencias y religiones es sencillamente la obra del enemigo para emplear sus desvíos de la Verdad. Tanto como no puede haber muchas perfecciones, también no pueden haber muchas verdades sino solo una Verdad, y esa es: la Verdad del Único y Supremo Dios cuya Palabra e instrucción se encuentra en la Santa Biblia. Lo siento, pero si se sigue otra cosa aparte de Jesús y de Su Palabra, no se está siguiendo la única Verdad y Perfección que existe en el universo.

Pero, volviendo al tema principal, no hay ninguno como nuestro Dios. Lo infinitamente increíble de la Gracia de Dios es que Dios se hizo carne, tomo nuestra baja semejanza siendo perfecto, siendo Santo, siendo todo lo que El es, con el propósito de pagar por nuestros pecados (no Sus pecados), pero también con otro propósito muy peculiar. El fundamento de la Gracia de Dios fue de proveerse a Sí Mismo como nuestro Sumo Sacerdote. La manera que Dios ahora sabe todo lo de uno no es solo porque El es Dios, sino porque lo vivió en carne propia (literalmente), porque El tomo nuestra forma, y la tomo con todas las debilidades, flaquezas, sentimientos, etc. El versículo mas corto de la Biblia que es: Jesús lloró, es el pasaje mas profundo de la Biblia. Dios, el Todopoderoso del Universo, tomo nuestra forma, y sintió lo que nosotros sentimos en lo más íntimo de nuestro ser: el dolor. Entonces, El sabe lo que se siente cuando algo nos duele profundamente. El se permitió tener nuestra condición para saber absolutamente todo lo que sentimos. Entonces, El nos entiende a plenitud. El es el perfecto Sumo Sacerdote, porque escrito esta: Porque ciertamente no socorrió a los ángeles, sino que socorrió a la descendencia de Abraham. Por lo cual debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo. Pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados. Hebreos 2:16-18.

Entonces, es muy cierto saber que Dios sabe todo lo que tu sientes, especialmente tu dolor. El entiende completamente nuestro dolor, y lo siente. Y no solamente lo siente por sentirlo, sino para compadecerse de nosotros, para ayudarnos, para consolarnos, para darnos socorro. ¿Y cómo es la manera que más le necesitamos que nos socorra? Le necesitamos cuando estamos pasando el mal momento, intima y profundamente, y en nuestra soledad. Si hay un momento en nuestro dolor cuando necesitamos ayuda es cuando nos encontramos solos, sin nadie a nuestro lado.

Por ejemplo, cuando se pierde a un ser muy querido, queda un vacío con muchos sentimientos de dolor, de confusión, de ira, de nostalgia, etc. Y en conjunto con tantos sentimientos y el dolor, se forma un torbellino interior que no deja encontrar la paz. Hay muchas veces que, aunque uno tenga personas a su alrededor físicamente, también siente una soledad infinita, por la falta de esa persona. Pero aún más, cuando existen esos momentos que una persona si se encuentra sola, ahí es donde se siente aún más latente la perdida, el dolor, y todos los otros sentimientos. Nuestra mente se hace cargo de amplificar aún mas el dolor y el vacío que sentimos cuando perdemos a alguien. La muerte produce cosas que no se igualan a otros tipos de dolores.

Pero, el Señor desea y puede llenar todos los vacíos que deja la muerte. Y la manera que El lo hace, es al no solamente de estar a nuestro alrededor, sino dentro de nuestro corazón, en lo mas intimo de nuestro ser. Entonces, el fundamento de la Gracia de Dios es: que el Señor tomo nuestra semejanza para poder sentir todo lo que sentimos, y para que a través de la salvación que El solo da, viene a morar dentro de nuestro corazón por fe, para que nunca jamás estemos solo, sino con un compañero único que sabe lo que se siente, dispuesto a escucharnos, a entendernos, a consolarnos, a aconsejarnos, y ser todo lo que necesitamos en nuestros momentos de más tristeza. Porque escrito esta: Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. Filipenses 4:6-7. El es el único que te puede dar una paz incomparable, aún en tus peores momentos.

Entonces, ¿está el fundamente de la Gracia de Dios (Jesús) en lo más profundo de tu ser para que experimentes lo que el Único y Verdadero Dios puede hacer en tu vida? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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