Basado en Juan 13:18-30 (Versión Reina Valera 1960)
No hablo de todos vosotros; yo sé a quienes he elegido; más para que se cumpla la Escritura: El que come pan conmigo, levantó contra mí su calcañar. Desde ahora os lo digo antes que suceda, para que cuando suceda, creáis que yo soy. De cierto, de cierto os digo: El que recibe al que yo enviare, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió. Habiendo dicho Jesús esto, se conmovió en espíritu, y declaró y dijo: De cierto, de cierto os digo, que uno de vosotros me va a entregar. Entonces los discípulos se miraban unos a otros, dudando de quién hablaba. Y uno de sus discípulos, al cual Jesús amaba, estaba recostado al lado de Jesús. A éste, pues, hizo señas Simón Pedro, para que preguntase quién era aquel de quien hablaba. El entonces, recostado cerca del pecho de Jesús, le dijo: Señor, ¿quién es? Respondió Jesús: A quien yo diere el pan mojado, aquél es. Y mojando el pan, lo dio a Judas Iscariote hijo de Simón. Y después del bocado, Satanás entró en él. Entonces Jesús le dijo: Lo que vas a hacer, hazlo más pronto. Pero ninguno de los que estaban a la mesa entendió por qué le dijo esto. Porque algunos pensaban, puesto que Judas tenía la bolsa, que Jesús le decía: Compra lo que necesitamos para la fiesta; o que diese algo a los pobres. Cuando él, pues, hubo tomado el bocado, luego salió; y era ya de noche.
Si hay algo completamente seguro y cierto en esta vida es esto: Todo lo que Dios ha dicho a través de Su Palabra, más tarde, o más temprano se cumplirá. Todo se cumplirá, como se ha estado cumpliendo hasta ahora. Porque escrito esta: El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. Mateo 24:35. Ni siquiera el mismo Satanás, con todo su poder podrá hacer algo para cambiarla, aunque lo intente en los últimos tiempos. Porque escrito está: Y hablará palabras contra el Altísimo, y a los santos del Altísimo quebrantará, y pensará en cambiar los tiempos y la ley; y serán entregados en su mano hasta tiempo, y tiempos, y medio tiempo. Pero se sentará el Juez, y le quitarán su dominio para que sea destruido y arruinado hasta el fin. Daniel 7:25-26. Nada puede cambiar los tiempos de Dios, lo cuales son dictados por Su Palabra. Ahora bien, entonces ¿este asunto de que nada cambiará el cumplimiento de la Palabra tiene que ver con la predestinación?
Dentro de los designios de Dios, hay muchas cosas que, si están predeterminadas, o sea, no hay nada que se le pueda hacer. Por ejemplo, Satanás es un ser condenado, sin ninguna posibilidad de perdón, porque fue un ser creado que se rebeló en contra de Dios, conociendo a Dios en toda Su plenitud, al igual que los ángeles caídos (los que son ahora conocidos como demonios). No hay redención para ellos, así que, están completamente destinados para el lago de fuego, el lugar donde la muerte y el infierno (el Hades) serán lanzados, donde permanecerán por toda la eternidad.
Ahora, el ser humano, después que cayó en el pecado, también estábamos todos destinados para terminar en el infierno, y ninguno de nosotros podía cambiar esa realidad, ya que por nuestros pecados fuimos constituidos enemigos de Dios. Esa es nuestra realidad. Pero, al venir Jesús, y al morir y resucitar, el hecho más grande de la historia sucedió (aparte de la creación): Dios rompió el destino del ser humano a través de Jesús, para darnos la posibilidad de ser salvos. Así que, hasta cierto punto, estábamos todos predestinados por nuestros pecados a morir en el infierno. Pero, a través de Cristo, todo eso cambia, cuando una persona nace de nuevo en El y permanece en El hasta el fin. Entonces, el destino de cada persona puede cambiar a través de Jesús.
Entonces, la gran pregunta es: ¿Judas Iscariote tenía una opción? La respuesta es: Si. Judas pudiera haber escogido no ser el hijo de la perdición. Pero, a pesar de ver el maravilloso ministerio del Señor aquí en la tierra, a pesar de haber visto todos los milagros y prodigios, escogió por el amor al dinero antes que por el Mesías. Su fe estaba mas arraigada en lo material que en Dios mismo. ¡Qué iba haber alguien que entregará al Señor, lo iba haber, pasará lo que pasará, pero no necesariamente tenía que ser el! Esta misma realidad existe para cada uno de nosotros.
Por ejemplo, en el mundo van a haber tropiezos. Porque escrito esta. Así que, se va a cumplir. Pero, es nuestra decisión si los tropiezos vienen a través de nosotros o de alguien más. Porque escrito esta: ¡Ay del mundo por los tropiezos! porque es necesario que vengan tropiezos, pero ¡ay de aquel hombre por quien viene el tropiezo! Mateo 18:7. De la misma manera, van a haber falsos profetas (y ya los hay, y los hay por cantidades increíbles), pero el profeta escoge que tipo de profeta va a ser, dependiendo de donde esta su corazón. De la misma manera, el amor se va a enfriar porque va a haber mucha maldad (y ya estamos en ese tiempo), pero todo depende de quien permite que se le enfrié el amor. Porque escrito esta: Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos; y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará. Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo. Matthew 24:11-13. Y el asunto de permanecer hasta el fin para ser salvo, le pertenece netamente a cada uno de nosotros. De acuerdo a la Palabra, tenemos que permanecer hasta el fin, así que, cuando aceptas a Cristo, es solo el comienzo. Tienes que terminar la carrera para llegar a lo que Dios tiene para aquellos que le aman. Pero, todo eso le pertenece a la persona. Eso no esta predeterminado por Dios para cada ser humano. El sabe quien va a creer, y no creer; el que va a permanecer, y no va a permanecer, porque es Dios, pero no porque lo halla determinado individualmente diciendo: este se pierde y este se salva.
Leemos en la Palabra que hay tal potestad de decisión en el ser humano que va hasta luchar contra Satanás mismo (directamente) en los últimos tiempos. Pero, así entendemos que van a poder tomar la decisión de luchar, aunque Dios va a permitir que sean vencidos aquí en la tierra. Porque escrito esta: Y abrió su boca en blasfemias contra Dios [hablando de la Bestia], para blasfemar de su nombre, de su tabernáculo, y de los que moran en el cielo. Y se le permitió hacer guerra contra los santos, y vencerlos. También se le dio autoridad sobre toda tribu, pueblo, lengua y nación. Y la adoraron todos los moradores de la tierra cuyos nombres no estaban escritos en el libro de la vida del Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo. Apocalipsis 13:6-8.
Así que, todo se cumplirá, pero todo está por verse a nivel individual. Cada uno de nosotros que todavía estamos vivos, estamos escribiendo la historia de nuestras vidas. Dios sabe como cada uno de nosotros va a terminar, pero tú y yo todavía no lo sabemos, y no se hará una realidad hasta que se termine de escribir. Entonces, ¿cómo se cumplirá la Palabra de Dios en tu vida? ¿Para bien o para mal? Esa es tu decisión. ¡Qué el Señor les bendiga! John