Basado en Hebreos 12:1-4 (Versión Reina Valera 1960)
Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar. Porque aún no habéis resistido hasta la sangre, combatiendo contra el pecado.
Hay distintos tipos de carreras en la vida, por decir. Muchas personas viven, por ejemplo, la experiencia de largos estudios universitarios, aquellas personas que van más allá de graduarse de la secundaria, o los estudios que preceden la universidad. O sea, hay carreras que te llevan más allá de cuatro o cinco años de universidad, si es que una persona decide estudiar una maestría o un programa de doctorado. En la carrera de medicina, después de terminar los estudios para recibir un doctorado en medicina general, algunos siguen estudiando una especialidad como cardiología, pediatría, etc. Y toda esta preparación consta de algunos años más de estudio (y de más dinero) y de práctica para llegar finalmente a conseguir una especialidad. No obstante, después de terminar una especialidad, con práctica y todo, en realidad es solo la antesala de la carrera, porque después sigue el trabajo y los estudios continuos, año tras año, para poder mantenerse al corriente de los avances de la ciencia y hasta para poder retener una licencia. Así que, hay personas que nunca terminan de estudiar.
Otras personas tienen distintos desafíos que puede que envuelvan otras capacidades, como, por ejemplo, el de criar hijos. Cuando nace un hijo o una hija, es solo el comienzo físico, pero en realidad, para ser un buen padre o madre, la preparación debiera comenzar mucho antes de tener hijos, cuando uno es adolescente; porque dependiendo de la manera que una persona es criada es lo que puede determinar después como una persona cría a sus propios hijos (no siempre, pero muchas veces). Entonces, la responsabilidad comienza mucho antes de que nazca una criatura. Y bueno, después que nace, queda la responsabilidad de criar, que es: proveer, enseñar, y claro, amar a esa criatura. Después que un niño madura, la lucha no termina ahí. El trabajo de un padre o una madre, en particular, de un padre o una madre que sigue los principios bíblicos sigue hasta que Dios diga. No quiere decir que un padre o una madre tiene que seguir manteniéndolos, o cargando con las responsabilidades de sus hijos, porque eso está mal, y se ve mucho hoy en día, donde los abuelos crían en vez de solo cuidar a sus nietos, en vez de sus hijos criar a sus propios hijos, y que los padres son los que enfrentan las irresponsabilidades de sus hijos, y así, terminan malcriando a sus hijos. El trabajo de padre y de madre consta en orar por sus hijos, de dar consejo, dar ejemplo, amonestar, y de apoyar cuando es necesario. Ese es el trabajo que nunca debe terminar, porque ese trabajo debe atravesar las generaciones, donde no solo los hijos lo experimentan, sino también, los nietos, y otras generaciones, si se da la oportunidad. Esa también es una larga carrera.
En fin, tanto una carrera universitaria como la carrera de criar a los hijos, y todo otro ejemplo, llevan consigo un arduo trabajo, algo que no se cumple en algunos días, sino más bien, constan de décadas, y de toda una vida. Son cosas con trayectorias muy largas, y que tienen que lidiar con las cosas que pasan en la vida, sea que llueva, o que nieve, o que ocurran desgracias, o accidentes, o que haya dinero, o no, etc. Pase lo que pase, una persona siempre tiene que luchar por algo en la vida, hasta para sobrevivir. Porque nosotros no comemos por algunos años, y después dejamos de comer, ¿verdad? Tenemos que comer todos los días, y comer balanceadamente, si se puede, para tener una buena salud. Tenemos que vestirnos todos los días. Necesitamos un lugar donde poder protegernos de los elementos, a lo menos, cuando dormimos. Todo en esta vida necesita mucho trabajo. Todo en esta vida es una carrera, o más bien, hay muchos tipos de carreras dentro de la vida de una persona.
Pero, Pablo se está refiriendo o nos está tratando de enfocar en una carrera en particular, en la que es diferente a todas las demás. Para ahondar aún más y poder entender, es necesario usar la medida del tiempo para poder ver el valor de las distintas carreras. No quiere decir que las otras no sean importantes o dignas, y que no hay que correrlas (por decir), pero ¿cuál debiera ser la más importante? Veamos, por ejemplo, la carrera de estudios o de un empleo, que a la hora que perdimos ciertas facultades por virtud del tiempo, o por alguna razón inesperada, ya no se puede ejercer más. La carrera de un cirujano termina cuando sus manos pierden su habilidad, o cuando su vista es afectada. Ya no puede operar más. La carrera de un atleta es limitada a muchos menos años, porque para poder competir o participar, tiene que mantener un nivel de salud y vitalidad muy alto. Así que, los accidentes o excesos de lesiones terminan con la carrera de un atleta. Si vemos algo más difícil y doloroso, si un padre o una madre pierde a un hijo por alguna desgracia, su trabajo con ese hijo tristemente termino en ese momento, porque ya no hay nada más por hacer. Cuando la vida termina, todo cambia. Y eso es lo que Pablo nos está tratando de ayudar a tener en mente, la carrera que nos puede llevar a más allá de los límites físicos, y hasta de los límites de esta vida, porque esta vida es pasajera. Pero, si hemos venido a ser parte del reino de Dios a través de Jesús, tenemos una carrera por delante que no tiene límites, y que lo que hagamos por ella transcenderá los siglos hacia la eternidad. En la eternidad, no vamos a ser médicos, o abogados, o padres o madres, ni nada que tenga que ver con este mundo tan limitado y superficial. Vamos a ser más que eso, y para siempre. Los propósitos que Dios tiene preparados para aquellos que le aman no se pueden imaginar, porque van mucho más allá de la vanidad de este planeta. Como está escrito: …Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman. 1 Corintios 2:9. El Apóstol Pablo, inspirado por el Espíritu Santo también dijo esto: Porque yo ya estoy para ser sacrificado, y el tiempo de mi partida está cercano. He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida. 2 Timoteo 4:6-8.
Entonces, sabemos que el seguir a Cristo no es fácil, sino más bien, es difícil, porque va en contra de nuestra naturaleza, y desafía nuestra inteligencia limitada. Pero, la fe es el único vehículo que tenemos que nos puede llevar mucho más allá de lo material y lo temporal. Y si te cuesta permanecer en el Señor, solo recuerda lo que Cristo hizo por ti, sin tener porque hacerlo, para que tu pudieras llegar a tener las grandes promesas que solo El puede cumplir. Así que, ¿estás corriendo esta carrera que tiene mayor recompensa y duración que cualquier otra? ¡Qué el Señor les bendiga! John