Basado en Mateo 7:15-23 (Versión Reina Valera 1960)

15 Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. 16 Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? 17 Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. 18 No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. 19 Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. 20 Así que, por sus frutos los conoceréis. 21 No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. 22 Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? 23 Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.

Hoy en día, y más que nunca, vemos mucha corrupción en el pueblo del Señor, y en particular, en muchos de aquellos que dicen servir a Dios, los que supuestamente enseñan la Palabra del Señor, los que se han puesto en posiciones de liderazgo o de alta visibilidad para poder influenciar y poder sacar lo que desean. Francamente, no todo lo que brilla es oro. Y el peor problema es que lo que hablan suena como la Verdad, luce como la Verdad, y hasta usan la Biblia para sustanciar sus enseñanzas y doctrinas. Hacen como el mismo Satanás trato de tentar al propio Señor, cuando le puso sobre el pináculo del templo y le dijo que se echará abajo para probar que era el Hijo de Dios, y manipulo un pasaje que se encuentra en el Salmo 91 para tratar de convencerlo, que dice que El mandará a sus ángeles a que te guarden en todos tus caminos, y que en las manos te llevaran para que tu pie no tropiece en piedra. Sonaba como la Verdad, pero no era la Verdad, y más encima, estaba tratando de llevar a hacer algo al Señor que no era la voluntad de Dios. Pero Dios jamás le obedecerá a Satanás, ni nosotros tampoco debemos obedecerle.

Si la mentira luce tanto como la Verdad, ¿cómo podemos entonces filtrar lo que no sirve, lo que se debe desechar? Como nos enseña el mismo pasaje de hoy, podemos ver lo que una persona es, si es que entendemos como poder descifrar o discernir sus frutos. Y bueno, esto solo se puede hacer a través del Espíritu Santo y la Palabra, pero para eso, uno tiene que nacer de nuevo. Esto no consta del intelecto o de alguna enseñanza humana, ni siquiera de instintos. Todo se vé en el fruto de la persona, y por el fruto, estamos hablando de lo que produce la persona. ¿Cuál es su producto, lo que hace? Las acciones de ellos son lo que demuestran lo que hay en sus corazones, sus intenciones. La Palabra nos habla de lo siguiente también: 3 Si alguno enseña otra cosa, y no se conforma a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo, y a la doctrina que es conforme a la piedad, 4 está envanecido, nada sabe, y delira acerca de cuestiones y contiendas de palabras, de las cuales nacen envidias, pleitos, blasfemias, malas sospechas, 5 disputas necias de hombres corruptos de entendimiento y privados de la verdad, que toman la piedad como fuente de ganancia; apártate de los tales. 1 Timoteo 6:3-5. Sencillamente, una de las maneras más claras de poder ver a un engañador es a través de sus prácticas personales. Porque, hay aquellos que piden para los demás, pero ellos no dan nada para la causa, sino que buscan su propio bien, y lo buscan y lo aceptan como: una bendición que viene de Dios. Estos son los que toman la piedad como fuente de ganancia, todo aquel que usa las cosas del Señor para favorecerse a sí mismo de alguna manera u otra, a cuestas de los demás, y no de su propio trabajo. Así que, no solo uno se debe cuidar de los cristianos magnates (los cuales debiera ser obvio de no seguir), sino también de aquellos que parecen no tener mucho. Y este pasaje es muy claro en lo que uno debe hacer cuando nos encontramos con alguien así. La Biblia no enseña que debemos orar por aquellos, o estar sujetos a ellos, y claro, menos apoyarlos en su mal, sino sencillamente dice: apártate de los tales. Así que, pon distancia entre ellos y tú mismo. No tienes que crear un espectáculo, sino busca otro camino aparte y distante de ellos.   

Ahora bien, ¿Qué sucederá con estas personas? ¿Tendrán castigo? Por supuesto que sí, pero eso está en Dios. El Señor todo lo va a ordenar, por decir, y muy cuidadosamente. Es más, el Señor nos va a ordenar a todos nosotros (y aquí comenzamos a volver la atención a los de afuera hacia nosotros mismos), especialmente si vivimos el momento del rapto de la iglesia, cuando el Señor venga por Su “verdadero” pueblo; no los que dicen ser pueblo de El. Porque escrito esta: 36 Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre. 37 Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. 38 Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, 39 y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre. 40 Entonces estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el otro será dejado. 41 Dos mujeres estarán moliendo en un molino; la una será tomada, y la otra será dejada. 42 Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor. 43 Pero sabed esto, que si el padre de familia supiese a qué hora el ladrón habría de venir, velaría, y no dejaría minar su casa. 44 Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis. Mateo 24:36-44. El Señor sabe quién es quién, y todo lo que pensamos, sentimos, y hacemos. El lo sabe todo, y en base a ese conocimiento es que El hará las cosas. Por eso que existe un juicio para todos, no solo para los incrédulos. No se dejen engañar por los mismos de los cuales advierte la Palabra, por los falsos profetas y hombres corruptos. Hasta nosotros los que seguimos al Señor responderemos por nuestras acciones. No es una creencia muy popular porque a casi nadie le gusta la idea de la responsabilidad, de tener que responder por lo que uno hace mal. Dios perdona, y no hay duda con eso, pero con la condición de que le sigamos, que permanezcamos en El, que le dejemos obrar en nuestras vidas, que poco a poco seamos transformados en personas nuevas, tomando las características del Señor, y no en que sigamos haciendo aquellas cosas que producen muerte, en la práctica del pecado, en el tratar de abusar de la gracia de Dios.

La Biblia es muy clara con el asunto de hacer la voluntad de Dios. Así que, no solo consta de decir que uno es hijo de Dios, o querer convencer con una posición o una postura. Eso en realidad no importa. Si no hay frutos o acciones claras que demuestren ante Dios que estás haciendo Su verdadera voluntad, no hay en nada valor. Esto leemos del propio Señor en relación a Su familia carnal: 31 Vienen después sus hermanos y su madre, y quedándose afuera, enviaron a llamarle. 32 Y la gente que estaba sentada alrededor de él le dijo: Tu madre y tus hermanos están afuera, y te buscan. 33 El les respondió diciendo: ¿Quién es mi madre y mis hermanos? 34 Y mirando a los que estaban sentados alrededor de él, dijo: He aquí mi madre y mis hermanos. 35 Porque todo aquel que hace la voluntad de Dios, ése es mi hermano, y mi hermana, y mi madre. Marcos 3:31-35. Puedes decir, pretender, y tratar de convencer todo lo que quieras, pero si no estás haciendo la voluntad de Dios, nada eres delante del Señor. Entonces, ¿Quién eres? y ¿qué estás haciendo con tu vida? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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