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Basado en Proverbios 29:1 (Versión Reina Valera 1960)

El hombre que reprendido endurece la cerviz, de repente será quebrantado, y no habrá para él medicina.

Muchas han contemplado el asunto de que, si Dios castiga, o no castiga. Y con eso, muchos han desarrollado sus propias opiniones al respecto. Pero, para poder responder a este asunto aún más claramente, hay que hacer una pregunta mucho mas acertada, y es: ¿Por qué suceden cosas difíciles? Y como respuesta a esta pregunta, tenemos que acudir a la Biblia, para poder ver desde el punto de vista de Dios, el cual es El único que importa porque nuestras opiniones varían y no tienen ningún efecto ni en el presente, ni menos en el mundo venidero. Tenemos que guiarnos por algo estable y duradero, no por lo inestable y temporal, que hoy es, y mañana deja de ser. Y ya que nos referimos a Dios, y si creemos en Dios como el Todopoderoso Juez del universo, entonces tenemos que asumir que El está detrás de todo, tanto de lo bueno, como también El que permite el mal, o las cosas que vemos como difíciles. Si leemos las Escrituras, en todo sitio muestra que es El el que permite todo.

Ahora bien, si Dios está detrás de todo, y El es Justo, entonces, tenemos que buscar entender el “porqué”, por nuestro propio bien. Porque si también entendemos quien es el Dios de la Biblia, entenderemos que El es el Ser más Sabio y Supremo del universo. Todo tiene una respuesta cuando tiene que ver con un Ser como Dios. Así que, la respuesta tiene dos partes, porque, en general, se está tratando con dos tipos de personas: la persona que todavía no conoce al Señor personalmente, y la persona que le pertenece al Señor, porque ambas personas experimentan dificultades, y por razones relacionadas al pecado, de alguna manera, u otra.  

El primer tipo de persona tiene que ver con el inconverso. El Señor permite cosas difíciles en la vida del inconverso porque desgraciadamente, es el único recurso que le queda para que una persona vea que le necesita, ya que lo obvio no esta trabajando, como la magnificencia de la creación, el universo, las estrellas, los planetas, y hasta su propia persona, porque como esta escrito: Porque tú formaste mis entrañas; tú me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; estoy maravillado, y mi alma lo sabe muy bien. No fue encubierto de ti mi cuerpo, bien que en oculto fui formado, y entretejido en lo más profundo de la tierra. Salmo 139-13-15. Así que también, como está escrito: Andaré y volveré a mi lugar, hasta que reconozcan su pecado y busquen mi rostro. En su angustia me buscarán. Oseas 5:15. Casi nadie se entrega al Señor por las buenas, ni siquiera sabiendo de Su sacrificio. Casi todos hemos llegado a El por algún tipo de dificultad o dolor. Entonces, la dificultad tiene un propósito muy bueno en el inconverso, y se trata de la salvación de su alma. Y si ceden a tiempo, encontraran la salvación eterna en Cristo Jesús. El Señor desea que todos nos salvemos.

El segundo tipo de persona tiene que ver con la que ya se ha entregado al Señor, o por lo menos, la que piensa que ya lo ha hecho. Y esta es la mas controversial porque muchos creyentes no desean aceptar esta verdad, que Dios si disciplina, castiga, y hasta juzga, lo cual determina la condición temporal de una persona, y la eterna. Veamos primero lo que Dios enseño en la ley de Moisés (lo cual si está en la Biblia) acerca de lo que se debía hacer con los hijos rebeldes, como está escrito: Si alguno tuviere un hijo contumaz y rebelde, que no obedeciere a la voz de su padre ni a la voz de su madre, y habiéndole castigado, no les obedeciere; entonces lo tomarán su padre y su madre, y lo sacarán ante los ancianos de su ciudad, y a la puerta del lugar donde viva; y dirán a los ancianos de la ciudad: Este nuestro hijo es contumaz y rebelde, no obedece a nuestra voz; es glotón y borracho. Entonces todos los hombres de su ciudad lo apedrearán, y morirá; así quitarás el mal de en medio de ti, y todo Israel oirá, y temerá. Deuteronomio 21:18-21. Así que, si no hubiera llegado la gracia de Dios a través de Jesucristo, habría muchos hijos muertos hoy en día, porque hay demasiado desorden.

Ahora bien, si somos creyentes, y hemos aceptado al Señor en nuestras vidas, hemos sido hechos hijos de Dios. Y El nos trata como tal. Y esto es lo que enseña Su Palabra: Si, pues, nos examinásemos a nosotros mismos, no seríamos juzgados; mas siendo juzgados, somos castigados por el Señor, para que no seamos condenados con el mundo. 1 Corintios 11:31-32. Y también se nos enseña esto: Y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo: Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, ni desmayes cuando eres reprendido por él; Porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo. Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina? Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos. Por otra parte, tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, y los venerábamos. ¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos? Hebreos 12:5-9. Entonces, si Dios nos trata como hijos, El si va a permitir que nos pasen muchas cosas, sean por las consecuencias asociadas con nuestros hechos, o de otra manera, pero algo va a suceder, pero con el fin de corregir y establecer de nuevo a la persona en el camino correcto. El desea nuestro bien eterno.

Y necesitamos elaborar aún más, ¿Por qué es necesario que sea corregido un creyente de su mal camino? Y la respuesta es: porque si sigue practicando el pecado, nada bueno le espera, y puede sufrir consecuencias peores en la eternidad. Como está escrito: Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios, el cual pagará a cada uno conforme a sus obras: vida eterna a los que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad, pero ira y enojo a los que son contenciosos y no obedecen a la verdad, sino que obedecen a la injusticia; tribulación y angustia sobre todo ser humano que hace lo malo, el judío primeramente y también el griego, pero gloria y honra y paz a todo el que hace lo bueno, al judío primeramente y también al griego; porque no hay acepción de personas para con Dios. Romanos 2:5-11. Y también está escrito: Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. Gálatas 5:19-21. Así que, si un hijo de Dios persiste en vivir un estilo de vida de pecado, y endurece su cerviz irremediablemente, no heredara el reino de Dios.

Entonces, como fin, el Señor hace este llamado a los dos; tanto como al inconverso y al creyente: Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio. Hechos 3:19. Así que, no te endurezcas porque más tarde o más temprano, serás quebrantado irremediablemente. ¿No vale mejor la pena cambiar, antes que sea muy tarde? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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