Basado en Joel 2:1-17a (Versión Reina Valera 1960)
Tocad trompeta en Sion, y dad alarma en mi santo monte; tiemblen todos los moradores de la tierra, porque viene el día de Jehová, porque está cercano. Día de tinieblas y de oscuridad, día de nube y de sombra; como sobre los montes se extiende el alba, así vendrá un pueblo grande y fuerte; semejante a él no lo hubo jamás, ni después de él lo habrá en años de muchas generaciones. Delante de él consumirá fuego, tras de él abrasará llama; como el huerto del Edén será la tierra delante de él, y detrás de él como desierto asolado; ni tampoco habrá quien de él escape. Su aspecto, como aspecto de caballos, y como gente de a caballo correrán. Como estruendo de carros saltarán sobre las cumbres de los montes; como sonido de llama de fuego que consume hojarascas, como pueblo fuerte dispuesto para la batalla. Delante de él temerán los pueblos; se pondrán pálidos todos los semblantes. Como valientes correrán, como hombres de guerra subirán el muro; cada cual marchará por su camino, y no torcerá su rumbo. Ninguno estrechará a su compañero, cada uno irá por su carrera; y aun cayendo sobre la espada no se herirán. Irán por la ciudad, correrán por el muro, subirán por las casas, entrarán por las ventanas a manera de ladrones. Delante de él temblará la tierra, se estremecerán los cielos; el sol y la luna se oscurecerán, y las estrellas retraerán su resplandor. Y Jehová dará su orden delante de su ejército; porque muy grande es su campamento; fuerte es el que ejecuta su orden; porque grande es el día de Jehová, y muy terrible; ¿quién podrá soportarlo? Por eso pues, ahora, dice Jehová, convertíos a mí con todo vuestro corazón, con ayuno y lloro y lamento. Rasgad vuestro corazón, y no vuestros vestidos, y convertíos a Jehová vuestro Dios; porque misericordioso es y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia, y que se duele del castigo. ¿Quién sabe si volverá y se arrepentirá y dejará bendición tras de él, esto es, ofrenda y libación para Jehová vuestro Dios? Tocad trompeta en Sion, proclamad ayuno, convocad asamblea. Reunid al pueblo, santificad la reunión, juntad a los ancianos, congregad a los niños y a los que maman, salga de su cámara el novio, y de su tálamo la novia. Entre la entrada y el altar lloren los sacerdotes ministros de Jehová, y digan: Perdona, oh Jehová, a tu pueblo, y no entregues al oprobio tu heredad, para que las naciones se enseñoreen de ella.
El libro de Joel es corto, pero muy aplicativo para nosotros, especialmente en estos momentos que estamos viviendo como grupo e individualmente, porque la Biblia tiene en Su plenitud muchos propósitos: el contar lo que sucedió en el pasado y dejar escrita las experiencias y las consecuencias de los que fueron afectados, y como eso se relaciona a nosotros individualmente hoy, y principalmente, la manera de la cual Dios usa para poder hablarnos como grupo e individualmente. Sencillamente, la Palabra de Dios se cumplió antes, se cumple ahora, y se cumplirá en el futuro. La Palabra de Dios fue, es, y siempre será; sin excepciones, no importa todo lo que muchos traten de hacer en contra de ella, sea tratando de hacerla desaparecer, o tomando de un lado o de otro, o tratando de cortarla en pedazos, o tratando de desfigurar o cambiar Su sentido con supuestas mejores traducciones o actualizaciones. No importa lo que trate de hacer el ser humano, Dios llevará acabo Sus designios con o sin la aceptación del hombre. La gran pregunta es: ¿Cómo se cumplirá la Palabra de Dios en tu vida? Y ¿experimentaras Su juicio o Su gracia?
El pueblo de Israel en general que salió de Egipto posiblemente pensó que su pecado y rebelión no iban a ser tomados en cuenta, a pesar de las grandes maravillas que Dios hizo para liberarlos de las manos de Faraón. Pero en realidad, y la historia lo cuenta, que su rebelión y sus malos caminos hicieron que cayese juicio sobre ellos, como esta escrito: Porque no quiero, hermanos, que ignoréis que nuestros padres todos estuvieron bajo la nube, y todos pasaron el mar; y todos en Moisés fueron bautizados en la nube y en el mar, y todos comieron el mismo alimento espiritual, y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo. Pero de los más de ellos no se agradó Dios; por lo cual quedaron postrados en el desierto. Mas estas cosas sucedieron como ejemplos para nosotros, para que no codiciemos cosas malas, como ellos codiciaron. Ni seáis idólatras, como algunos de ellos, según está escrito: Se sentó el pueblo a comer y a beber, y se levantó a jugar. Ni forniquemos, como algunos de ellos fornicaron, y cayeron en un día veintitrés mil. Ni tentemos al Señor, como también algunos de ellos le tentaron, y perecieron por las serpientes. Ni murmuréis, como algunos de ellos murmuraron, y perecieron por el destructor. Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos. 1 Corintios 10:1-11.
El mensaje de Joel fue muy parecido al de los demás profetas, el cual era de predecir el mal que vendría si no había un cambio definitivo de corazón. Hay varias cosas que se pueden creer que profetizo Joel, y especialmente considerando cuando se cree que se escribió el libro. El profeta Joel dio su mensaje al pueblo de Judá aproximadamente 835 años antes de Cristo, antes de la conquista babilónica. Así que, predijo que habría una plaga de langostas, el cual no se sabe si literalmente sucedió o no. Pero, hay que tener algo en mente, que las visiones o los mensajes que muchas veces tenían los profetas eran literales o de cosas figurativas que más o menos explicarían los hechos que vendrían a acontecer. Una cosa si es segura, y desgraciadamente se cumplió aún más horriblemente de lo que pudiera haber sucedido con una plaga de langostas, y eso fue la conquista babilónica. El pueblo de Judá no se arrepintió como debiera haberlo hecho y si vino una devastación la cual nunca se imaginaron. Tomaron la misericordia de Dios como profecías que quedaron sin cumplirse o poco creíbles. Nunca pensaron que vendría ese tan horrendo día que verían el cumplimiento de la Palabra de Dios no solo de lo que hablo Joel, sino también de los demás que Dios uso para decirles, vez tras vez, año tras año, que cambiaran sus caminos, que se arrepintieran de sus pecados, y que se volvieran a su Dios. La táctica babilónica históricamente hablando era un ataque increíblemente veloz y avasallante, como el de una langosta, hombres muy diestros y ágiles que sabían montar a caballo como otros no sabían, y que usaban armas de fuego. Todo lo que tocaba el ejercito quedaba en llamas y cenizas, y todo ser que encontraban era muerto. No dejaban nada a su paso, solo cadáveres y una tierra completamente consumida y devastada.
Habiendo leído esto, ¿cometeremos el error de que seremos la excepción? ¿Pensaremos que la gracia de Dios invalida Su santidad, y las expectativas que El tiene para aquellos que dicen ser Su pueblo? No creo que sería muy sabio el cometer tales errores y asumir tan erróneamente. Muchas cosas pueden sucedernos que nos devasten como grupo o individualmente, sea por el pecado de muchos, o por el pecado individual, o porque sencillamente vivimos en un mundo que está lleno de pecado. Y son afectados tanto los justos como los injustos. Pero el asunto es, que el juicio de Dios viene. Desgraciadamente veremos días aún peores de los que estamos viendo, si como grupo no buscamos de corazón al Dios Vivo. Así que, ¿serás de aquellos que serán parte responsable por el juicio de Dios que viene, o de los que se arrepintieron buscando la gracia y la misericordia divina? ¡Qué el Señor les bendiga! John