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Basado en Salmo 106:1-22 (Versión Reina Valera 1960)

Aleluya. Alabad a Jehová, porque él es bueno; porque para siempre es su misericordia. ¿Quién expresará las poderosas obras de Jehová? ¿Quién contará sus alabanzas? Dichosos los que guardan juicio, los que hacen justicia en todo tiempo. Acuérdate de mí, oh Jehová, según tu benevolencia para con tu pueblo; visítame con tu salvación, para que yo vea el bien de tus escogidos, para que me goce en la alegría de tu nación, y me gloríe con tu heredad. Pecamos nosotros, como nuestros padres; hicimos iniquidad, hicimos impiedad. Nuestros padres en Egipto no entendieron tus maravillas; no se acordaron de la muchedumbre de tus misericordias, sino que se rebelaron junto al mar, el Mar Rojo. Pero él los salvó por amor de su nombre, para hacer notorio su poder. Reprendió al Mar Rojo y lo secó, y les hizo ir por el abismo como por un desierto. Los salvó de mano del enemigo, y los rescató de mano del adversario. Cubrieron las aguas a sus enemigos; no quedó ni uno de ellos. Entonces creyeron a sus palabras y cantaron su alabanza. Bien pronto olvidaron sus obras; no esperaron su consejo. Se entregaron a un deseo desordenado en el desierto; y tentaron a Dios en la soledad. Y él les dio lo que pidieron; mas envió mortandad sobre ellos. Tuvieron envidia de Moisés en el campamento, y contra Aarón, el santo de Jehová. Entonces se abrió la tierra y tragó a Datán, y cubrió la compañía de Abiram. Y se encendió fuego en su junta; la llama quemó a los impíos. Hicieron becerro en Horeb, se postraron ante una imagen de fundición. Así cambiaron su gloria por la imagen de un buey que come hierba. Olvidaron al Dios de su salvación, que había hecho grandezas en Egipto, maravillas en la tierra de Cam, cosas formidables sobre el Mar Rojo.

¡Es realmente increíble todas las cosas que hace Dios! No es posible para nosotros poder contar cada cosa que hace el Señor, desde lo mas pequeño e invisible, hasta lo más grande y cósmico. Si tratáramos de meditar en ellos, nos faltaría tiempo y habilidad para solo poder contar lo que podemos entender. Hay cosas que sabemos, pero hay demasiadas que ignoramos también. ¿Cómo es que debemos conocer a Dios y lo que El hace? Por Sus obras. Todas ellas nos rodean y somos también beneficiados individual e íntimamente por todas ellas. Como está escrito: Porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. Romanos 1:19-20.

¿Qué es lo que también debemos entender? Que nada de lo que existe, ni siquiera nuestra propia persona podría subsistir si no fuera por el Señor. El hace llover sobre los justos y los injustos, por ejemplo. Pero, aún mucho más que la lluvia, vemos lo siguiente: Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten. Colosenses 1:16-17. Pensemos un poco en lo que Dios ha hecho. Todo lo que existe no es producto de un accidente como lo enseña la llamada ciencia de hoy en día. Lo infinito del universo y todo lo que en él hay existe porque Dios lo ha hecho y permitido que siga siendo. Y si vemos lo que Dios hizo por Su pueblo Israel, veríamos que Dios hizo milagros para liberarlo de manos de Faraón, grandes e increíbles proezas. Pero ¿Qué hizo Israel? En respuesta a la gracia del Señor, Israel se olvidó bien pronto de Sus obras, y no esperaron Su consejo. Se entregaron a un deseo desordenado, y tentaron a Dios en la soledad. Y no solamente eso, sino que también hicieron un becerro y se postraron y adoraron la imagen de fundición. Cambiaron su gloria por la imagen de un buey que come hierba. En fin, olvidaron a Dios. Después de ser liberados de 400 años de esclavitud, de abuso, y de muerte, así fue como recompensaron a Dios por Sus grandes obras y la gracia que les demostró. No estaban listos para Dios ni durante esos 400 años, ni aún después. Qué pena, ¿no?

Ahora, puede que tratemos de juzgar a Israel por el mal que hizo en aquel entonces, pero, hoy en día, hacemos tanto o peor con Dios. ¿Cómo así? Nosotros fuimos creados y hechos de la misma manera que Dios hizo con ellos. Nosotros también le hemos pagado con mal el bien que Dios ha hecho por toda la humanidad, porque Dios hizo mucho más por nosotros que las grandes proezas que hizo para liberar a Su pueblo. Esto fue lo que hizo Dios: Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Juan 3:16. ¿Quién mas ha hecho lo que Dios hizo por todos nosotros? Pesemos las cosas. ¿Fueron los deseos desordenados que liberaron al pueblo de Israel de mano de Faraón? No, fue Dios. Entonces, ¿Por qué se entregaron a ellas como si les debieran algo? De la misma manera, ¿son nuestros deseos pecaminosos los que descendieron del cielo por nosotros? No. Fue el Hijo de Dios. Entonces, ¿Por qué nos damos a esos deseos de tal manera como si nuestra vida dependiera de ellos? ¿Fue el becerro de oro que liberó a Israel del ejercito de Faraón? No, fue la mano del Dios Altísimo. ¿Por qué entonces adorarle como si hubiera sido aquello que hizo la obra? Ahora, ¿fue el dinero, o nuestro poder, o nuestros títulos y logros, o hasta nuestros seres queridos los que murieron por nosotros en la cruz para que pudiéramos tener el perdón de nuestros pecados y la vida eterna? No, fue Dios quien dió a Su Hijo Unigénito, a Jesús, para que muriera en la cruz por todos nuestros pecados. Entonces, ¿por qué todo eso tiene más valor ante nuestros ojos y nos dedicamos mas a eso que a Dios, al cual le debemos todo? ¿Ván entendiendo?     

Pongámonos por un momento en la posición de Dios, si fuere posible. ¿Cómo te sentirías tú si haces todo lo posible por una persona, cosas desmedidas, y que esa persona hasta dependa a diario de ti, y esa persona no solamente no te preste atención, sino que también, te ignore y ponga en duda todo lo tú que haces, y aún peor, que esa persona le dé crédito mas bien a otra persona u a otra cosa que no tiene nada que ver, y aún más, prefiere buscar y honrar a algo o alguien que solo busca su mal? Eso es lo que hizo Israel y eso es lo que hacemos hoy también. Se busca, y se honra, y se adora, y se dedica más a cosas o a personas que no tienen nada que ver ni con nuestro bien físico, ni aún menos, con nuestro bien espiritual. Todo lo que Dios ha hecho (y sigue haciendo a diario), o se pone en duda, o se desprecia, o se ignora, y se busca más, o se le da más crédito a cosas o seres mucho mas inferiores o hasta que son malas para nosotros. ¿Tiene alguna lógica? El pecado nunca será ni lógico, ni justo, por eso que toda injusticia es pecado, y se trata a Dios con mucha injusticia, tanto los incrédulos como los que dicen seguirle lo tratan muy injustamente.

Entonces, ¿Qué harás con todo esto? ¿Lograrás entender que todo lo bueno y lo eterno se lo debes a Dios, y le comenzarás a tratar más justamente, o seguirás siendo parte del grande grupo de personas que tratan a Dios injustamente? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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