Basado en Salmo 119:161-168 (Versión Reina Valera 1960)
Príncipes me han perseguido sin causa, pero mi corazón tuvo temor de tus palabras. Me regocijo en tu palabra como el que halla muchos despojos. La mentira aborrezco y abomino; Tu ley amo. Siete veces al día te alabo a causa de tus justos juicios. Mucha paz tienen los que aman tu ley, y no hay para ellos tropiezo. Tu salvación he esperado, oh Jehová, y tus mandamientos he puesto por obra. Mi alma ha guardado tus testimonios, y los he amado en gran manera. He guardado tus mandamientos y tus testimonios, porque todos mis caminos están delante de ti.
Hay dos cosas que deben ser primordiales para cada persona que confiesa ser seguidor de Cristo, y estas son: el amar la Palabra de Dios y el recordar los testimonios de Dios. No hay nada más que haga fortalecernos que estas dos cosas, especialmente si deseamos tener una fe inconmovible. Estas cosas en realidad deben ser la base de todo en nuestras vidas, porque son cosas inconmovibles e irrefutables.
Si vemos el primer punto, el amar la Palabra de Dios, hay que entender cosas muy claves. La Palabra de Dios es el fundamento de todo para lo que existe. Hay que recordar que todo fue creado a través de la Palabra de Dios. Si leemos el comienzo del libro de Genesis, vemos allí que Dios habló o usó Su Palabra para que todo fuere creado. Como está escrito: Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz. Genesis 1:3. Luego dijo Dios: Haya expansión en medio de las aguas, y separe las aguas de las aguas. Genesis 1:6. Dijo también Dios: Júntense las aguas que están debajo de los cielos en un lugar, y descúbrase lo seco. Y fue así. Genesis 1:9. Después dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla; árbol de fruto que dé fruto según su género, que su semilla esté en él, sobre la tierra. Y fue así. Genesis 1:11. Dijo luego Dios: Haya lumbreras en la expansión de los cielos para separar el día de la noche; y sirvan de señales para las estaciones, para días y años, y sean por lumbreras en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra. Y fue así. Genesis 1:14-15. Podríamos seguir citando, pero se darán cuenta que Dios “dijo”, “hablo”, pronunció palabras que salieron de Su boca, y que lo increíble se produjo, porque Dios es el único Ser en todo el universo que puede crear, o sea, hacer que algo salga de la nada. El hombre no puede crear nada, solo puede manipular lo que ya existe.
Vemos en la Palabra a los que alcanzaron grandes cosas porque también entendieron que el solo hecho de Dios decir algo, de pronunciarse de alguna manera, que milagros sucederían. Esto lo vemos en el siguiente relato, como también quedo escrito: Entrando Jesús en Capernaum, vino a él un centurión, rogándole, y diciendo: Señor, mi criado está postrado en casa, paralítico, gravemente atormentado. Y Jesús le dijo: Yo iré y le sanaré. Respondió el centurión y dijo: Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; solamente di la palabra, y mi criado sanará. Porque también yo soy hombre bajo autoridad, y tengo bajo mis órdenes soldados; y digo a éste: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace. Al oírlo Jesús, se maravilló, y dijo a los que le seguían: De cierto os digo, que ni aun en Israel he hallado tanta fe. Y os digo que vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán con Abraham e Isaac y Jacob en el reino de los cielos; mas los hijos del reino serán echados a las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes. Entonces Jesús dijo al centurión: Ve, y como creíste, te sea hecho. Y su criado fue sanado en aquella misma hora. Mateo 8:5-13.
La Palabra de Dios es vital para todo en esta vida y en la eternidad. Como el propio Señor lo dijo: …Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra de Dios. Lucas 4:4. Todo depende de la Palabra de Dios. Todo fue creado a través de la Palabra de Dios. Todo tiene vida por la Palabra de Dios. Los grandes milagros y hechos de Dios son posibles a través de Su Palabra. El conocimiento de Dios y de todas las cosas están dentro de la Palabra de Dios. Encontramos el camino a la vida eterna y el cómo llegar a lograr todas las promesas de Dios a través de Su Palabra. En fin, la Palabra de Dios lo es todo, y en El están todas las cosas; el pasado, el presente, y el futuro. Desde el Genesis hasta Apocalipsis encontramos todo el consejo de Dios para el hombre. Por eso que Su Palabra no son simples palabras impresas en un libro o como ahora lo tenemos, información que se lee en una pantalla. Tenga la forma que tenga, sea impresa, sea a través de una pantalla, sea hasta solo mencionada por otro ser humano, la Palabra de Dios es precisamente eso: la Palabra de Dios. Y lo que lo hace tan especial, y tan poderosa, es que la Palabra de Dios es Dios mismo, Su persona, la persona de Cristo, como también está escrito: En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. Juan 1:1-4. Y por esto también es que sabemos que la persona de Cristo es lo que hace posible que todo exista y que subsista, como está escrito: Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten. Colosenses 1:16-17. Este es el poder y la Persona de la Palabra de Dios. Por eso es que Su Palabra es tan importante, y debe ser lo principal en nuestras vidas.
Ahora bien, en conjunto con lo dicho, están Sus testimonios. ¿Qué son Sus testimonios? Las cosas que Dios ha hecho, Sus acciones, Sus obras. A través de esto es que sabemos que Dios es Dios, y que todo le es posible. Por Sus hechos, es que sabemos que El es Quien dice ser, porque no hay nadie que puede hacer las cosas que El ha hecho. Dios creo todo (como lo vimos antes) a través de Su Palabra. Dios fue el Dios de Abraham, de Isaac, de Jacob, de Moises, de Elías, de David, y de los profetas, y El hizo distintas cosas por ellos. Sus hechos hablan de Quien El es. Vemos también esto en la Palabra: Porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. Romanos 1:19-20. Todo lo creado habla de Su grandeza, de Sus hechos, dan testimonio de Quien El es y de lo que El es capaz. Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos. Salmo 19:1. Cada vez que vemos el sol, la luna y las estrellas, que vemos las montañas, los valles, las aguas, los animales, y hasta cuando te miras al espejo, todo cuenta de El. Y claro, el testimonio más grande de Su amor por nosotros es cuando entregó a Su Hijo unigénito, a Jesús, para que muriera por el pecado de toda la humanidad, por tu pecado y por mi pecado. Nada se compara a los testimonios de mi Dios. ¡Grandes son Sus testimonios!
El amar la Palabra de Dios y recordar Sus testimonios son lo que finalmente nos ayuda a entender quién El es, y como poder llegar a amarle, y esto es el todo del hombre, porque: Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Deuteronomio 6:4-5. Entonces, ¿Qué lugar tiene la Palabra de Dios y Sus testimonios en tu vida? ¡Qué el Señor les bendiga! John