Basado en Juan 5:16-30 (Versión Reina Valera 1960)
Y por esta causa los judíos perseguían a Jesús, y procuraban matarle, porque hacía estas cosas en el día de reposo. Y Jesús les respondió: Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo. Por esto los judíos aún más procuraban matarle, porque no solo quebrantaba el día de reposo, sino que también decía que Dios era su propio Padre, haciéndose igual a Dios. Respondió entonces Jesús, y les dijo: De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente. Porque el Padre ama al Hijo, y le muestra todas las cosas que él hace; y mayores obras que estas le mostrará, de modo que vosotros os maravilléis. Porque como el Padre levanta a los muertos, y les da vida, así también el Hijo a los que quiere da vida. Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo, para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió. De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida. De cierto, de cierto os digo: Viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oyeren vivirán. Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha dado al Hijo el tener vida en sí mismo; y también le dio autoridad de hacer juicio, por cuanto es el Hijo del Hombre. No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación. No puedo yo hacer nada por mí mismo; según oigo, así juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del Padre.
Aquí leímos la más grande injusticia que pudiera haber habido en la historia, y es la misma injusticia que sigue cometiendo la gran mayoría de las personas, la injusticia de rehusar aceptar Quien realmente es Jesús. ¿Era Jesús solo un hombre, o una buena persona que ayudaba a la gente, o un filósofo, o un científico? Hagamos la pregunta, pero con otras identificaciones que se usan más bien por los religiosos. ¿Era Jesús solamente un sanador, o un maestro, o un profeta? Para poder responder la pregunta, es necesario ahondar en las Escrituras para poder llegar a la Verdad y ver la profundad de la injusticia que se comete, al no reconocerle como lo que realmente es, y el precio que se pagará al rehusar reconocer esa realidad.
El asunto es que Jesús era y es mucho más que todas esas cosas. Y hay que usar precisamente Su nombre, Jesús, porque este es el Nombre que fue revelado por Su Padre, (y para dar comienzo a nuestra explicación): Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios. Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS. Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre. Lucas 1:30-32. Jesús era y es parte integra de la Santa Trinidad de Dios, como también está escrito: Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno. 1 Juan 5:7. Vemos también a través de la Palabra que El siempre ha sido, y que es un Ser eterno, como está escrito: En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. Juan 1:1-3. La Palabra también nos demuestra que todo lo creado existe, porque a través de El fueron todas hechas, todo lo que se ve, y lo invisible, lo temporal, y lo eterno: Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten. Colosenses 1:16-17. Y como consecuencia, Jesús es el que tiene todo poder sobre todas las cosas, como el Dios Creador que es, como lo relatan las Escrituras: Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Mateo 28:18. Entonces, tan sencillamente, Jesús es Dios, El que era, El que es, y El que ha de venir, El cual vive y reina por los siglos de los siglos; y reconocerle como cualquier otra cosa es indudablemente un insulto a Su grandeza y majestad.
Ahora bien, ¿Por qué es tan importante hacer esta principal justicia que Dios Padre busca, el reconocer la realidad de Jesús? Porque no hay vida eterna si no se reconoce y no se acepta y no se le obedece al Señor, como lo que El realmente es. Si no se le reconoce como tal, se sigue cometiendo la misma injusticia que vimos en los religiosos, y Dios no tolerará tal cosa. Esto es lo que dice la Palabra: El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él. Juan 3:36. Y esto también está escrito: Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre. Filipenses 2:9-11. Todo ser humano, sea para salvación durante este presente tiempo de gracia, o todo ser, hasta Satanás mismo para condenación eterna, tendrá que reconocer la realidad de Jesús al final, y todo ser tendrá que arrodillarse a Su majestad y confesarle como tal. Este es el final que le espera a aquellos que rehúsan aceptar esta realidad: Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo. Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS. Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos. De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso. Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES. Y vi a un ángel que estaba en pie en el sol, y clamó a gran voz, diciendo a todas las aves que vuelan en medio del cielo: Venid, y congregaos a la gran cena de Dios, para que comáis carnes de reyes y de capitanes, y carnes de fuertes, carnes de caballos y de sus jinetes, y carnes de todos, libres y esclavos, pequeños y grandes. Y vi a la bestia, a los reyes de la tierra y a sus ejércitos, reunidos para guerrear contra el que montaba el caballo, y contra su ejército. Y la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que había hecho delante de ella las señales con las cuales había engañado a los que recibieron la marca de la bestia, y habían adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre. Y los demás fueron muertos con la espada que salía de la boca del que montaba el caballo, y todas las aves se saciaron de las carnes de ellos. Apocalipsis 21:11-21. No conviene cometer el error de ver el amor y la misericordia de Dios a través de Jesús como debilidad, porque el precio que se pagará será muy caro. Dios es amor, pero también es fuego consumidor. Así que, ¿reconoces, aceptas, y sigues al Señor como el Ser que realmente es, por tu propio bien? ¡Qué el Señor les bendiga! John