Basado en Juan 8:31-47 (Versión Reina Valera 1960)
Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. Le respondieron: Linaje de Abraham somos, y jamás hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: Seréis libres? Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado. Y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí queda para siempre. Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres. Sé que sois descendientes de Abraham; pero procuráis matarme, porque mi palabra no halla cabida en vosotros. Yo hablo lo que he visto cerca del Padre; y vosotros hacéis lo que habéis oído cerca de vuestro padre. Respondieron y le dijeron: Nuestro padre es Abraham. Jesús les dijo: Si fueseis hijos de Abraham, las obras de Abraham haríais. Pero ahora procuráis matarme a mí, hombre que os he hablado la verdad, la cual he oído de Dios; no hizo esto Abraham. Vosotros hacéis las obras de vuestro padre. Entonces le dijeron: Nosotros no somos nacidos de fornicación; un padre tenemos, que es Dios. Jesús entonces les dijo: Si vuestro padre fuese Dios, ciertamente me amaríais; porque yo de Dios he salido, y he venido; pues no he venido de mí mismo, sino que él me envió. ¿Por qué no entendéis mi lenguaje? Porque no podéis escuchar mi palabra. Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira. Y a mí, porque digo la verdad, no me creéis. ¿Quién de vosotros me redarguye de pecado? Pues si digo la verdad, ¿por qué vosotros no me creéis? El que es de Dios, las palabras de Dios oye; por esto no las oís vosotros, porque no sois de Dios.
Vivimos en una época donde muchas personas piensan que saben mucho, a lo mejor porque nuestra supuesta ciencia y tecnología esta más avanzada que nunca. El hombre sí ha alcanzado muchas cosas. En el siglo 19, se llegó a producir la electricidad. En el año 1882, comenzó a funcionar la primera planta de electricidad, en la ciudad de Nueva York. Durante los cincuenta del siglo pasado, comenzó la famosa carrera al espacio. Y en el 20 de julio de 1969, el hombre piso por primera vez la luna, un tal astronauta norte americano llamado Neil Armstrong dio su primer paso donde se grabaron sus primeras palabras: Este es un pequeño paso para el hombre, pero un gran salto para la humanidad. Hoy tenemos muchas cosas inalámbricas, super computadoras, todo tipo de cosas inteligentes, los médicos ahora hacen cirugías muy complicadas asistidos por robot, e inclusive tenemos la inteligencia artificial, algo que maravilla a muchos, pero asusta a otros por temor de lo que vendría a suceder si no se usa ética o moralmente. Y esto no es un temor de los ignorantes o de poca educación. Pero, mientras más supuestamente sabemos, más ilusoria y subjetiva se ha vuelto la verdad. Muchos dirían hoy que la verdad es relativa, y que no existe la verdad absoluta. ¡Tan inteligentes somos ahora que ni sabemos lo que es verdad! ¿Qué es la verdad?
Como todas las cosas en la vida, en todo se requiere algún tipo de fe, de creer en algo que no se puede ver. El que descubrió la electricidad comenzó con conceptos, con ideas, pero creyó en sus suposiciones, con lo poco que si sabía más conclusivamente. Y así, cada persona que alcanzó grandes metas y llego a cumplir logros significativos tenían una idea, una visión, pero no habían visto nada concreto cuando comenzaron su búsqueda. Cada persona ejercita algún tipo de fe, de creer en algo sin verlo realizado, suponiendo que, si ciertas cosas si existen y son, y se hace lo necesario, se llegará a hacerse realidad lo que esperan. La fe es algo vital para poder llegar a la verdad. Sin fe, es imposible llegar a la verdad, porque sí hay una verdad absoluta, a pesar de que muchos lo nieguen. Hay Algo o Alguien que, sí existe que es sobre todas las cosas precisamente porque hay tantas cosas que sí se ven y se experimentan y que demuestran que sí existe. La “Verdad que realmente importa” no es subjetiva o relativa, sino es totalmente absoluta aquí y en todo el universo.
Ahora, ¿Por qué hago el hincapié en “la Verdad que realmente importa”? Porque a pesar de nuestros grandes logros como seres humanos, donde nos creemos muy inteligentes y avanzados, todavía hay cosas muy sencillas que son realidades incambiables e irrefutables. Cada ser humano nace y va a morir un día. A cada persona le llegará su hora, y todo el dinero del mundo no parará eso. Ni toda la ciencia y el avance tecnológico cambiará esa realidad. Puede que ayuden a extender un poco la vida (posiblemente), pero la verdad es que todos moriremos un día. Entonces, mirando el gran esquema de las cosas, ¿qué importa lo que pueda alcanzar y hacer una persona toda su vida si un día llegará a lo mismo, a morir como todos los mortales? Los faraones egipcios construyeron con la sangre y sufrimiento de muchos esclavos por décadas grandes edificios con la idea de llevarse sus riquezas al otro mundo, por ejemplo. Ellos murieron y sus riquezas siguen allí enterradas o a lo mejor en algún museo, pero no pudieron llevarse nada de lo que deseaban. Y estoy muy seguro de que no llegaron a un lugar agradable tampoco. Entonces, ¿de qué sirvió todo lo que hicieron? No hay nada humano que pueda vencer la muerte. Esta es una verdad irrefutable.
Entonces, ¿Qué es la Verdad, que sí importa, la que no es relativa o subjetiva? La Verdad de que Dios es Dios, y que Jesucristo es el único que conocemos que si venció la muerte. El Señor es Señor en el cielo, en la tierra, debajo de la tierra y el mar, en la próxima galaxia; desde el comienzo fue el Señor, hoy es Señor, y seguirá siendo Señor por los siglos de los siglos. Amén. Y no importa lo que quiera creer el hombre, esa realidad, esa Verdad no puede ser cambiada. La pueden tratar de ignorar, pero el ignorar algo no lo hace una irrealidad. Esto es lo que está escrito: Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres. Juan 8:36. En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. Juan 1:1-4. El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ese es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él. Juan 14:21. Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre. 1 Timoteo 2:5. Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. Juan 14:6. Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él. El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió. Juan 14:23-24. Tan sencillamente, no hay verdadera libertad de la muerte, no hay vida eterna sino se acepta la Verdad de que Jesucristo es el Señor, y si no se hace tal como El nos enseñó. Su Verdad es la Palabra de Dios, y no hay libertad sin aceptarla, guardarla, y ponerla en práctica, desde el Genesis hasta el Apocalipsis, comenzando por lo principal: Amando a Dios por sobre todas las cosas, y amando a nuestro prójimo como a nosotros mismos. De estas cosas dependen toda la ley y los profetas. Esto es el todo del hombre, la única verdad que importa para ser hechos eternamente libres a través de Jesucristo, El único que venció la muerte. Así que, ¿eres verdaderamente libre? ¡Qué el Señor les bendiga! John