Basado en 1 Reyes 17:1-6 (Versión Reina Valera 1960)
Entonces Elías tisbita, que era de los moradores de Galaad, dijo a Acab: Vive Jehová Dios de Israel, en cuya presencia estoy, que no habrá lluvia ni rocío en estos años, sino por mi palabra. Y vino a él palabra de Jehová, diciendo: Apártate de aquí, y vuélvete al oriente, y escóndete en el arroyo de Querit, que está frente al Jordán. Beberás del arroyo; y yo he mandado a los cuervos que te den allí de comer. Y él fue e hizo conforme a la palabra de Jehová; pues se fue y vivió junto al arroyo de Querit, que está frente al Jordán. Y los cuervos le traían pan y carne por la mañana, y pan y carne por la tarde; y bebía del arroyo.
Hay muchas teorías de porque están tan difíciles las cosas hoy en día. Hay personas que le echan la culpa a los políticos, y que la razón porque estamos como estamos, es porque no han hecho las cosas bien. Hay otros que dirían que tenemos la pandemia porque algo paso en alguna parte, sea por accidente, o a propósito. Hay personas que también dirían que las economías están atribuladas o inestables por los efectos de la pandemia, o porque también hay personas que se están aprovechando, o porque hay problemas de intercambios comerciales con otros países. Hay personas que también dirían que los problemas climáticos son producto del abuso humano sobre la tierra, y el descuido industrial en todo lo que hacemos. Y también hay un grupo de personas que dirían que los problemas de salud que existen hoy en día, son producto de químicos y sustancias malas que se emplean en todo lo que comemos. Y bueno, hay un sinfín de otras cosas que se pueden traer a la conversación sobre lo que está mal, y las razones por lo cual están mal, pero estoy muy seguro de que también habrá ciertas explicaciones humanas que tendrán algo de razón, pero no del todo. Son verdades parciales e incompletas. ¿Qué finalmente es lo que está provocándo toda esta ola de mal que tenemos hoy en día?
Una explicación basada en la Palabra de Dios y en los hechos de los hombres es que el mal que hoy vivimos no es exactamente culpa de cosas que nosotros pensamos como seres humanos, sino va más allá. El problema es que Dios está permitiendo todo esto, pero no porque Dios sea malo, y le guste hacer sufrir a la gente, sino más bien, es el producto del pecado que está excediendo los límites de lo que es soportable para Dios (porque Dios muchas veces frena el mal que debiera caer), especialmente considerando que la gran mayoría del planeta sabe Quien es Dios, y que fue lo que hizo Jesucristo por nosotros, pero la gran mayoría de las personas que conocen esta verdad, en vez de aceptarla y seguirle a El por su propio bien, prefieren hacer cosas que finalmente glorifican al pecado y promueven la muerte, porque escrito esta: Porque la paga del pecado es muerte… Romanos 6:23a. Es Dios el que está permitiendo las cosas, pero por la rebelión del hombre, por conocer la verdad, pero despreciarla por cosas que solo traen muerte y destrucción. Dios permite las cosas, pero también, suceden porque son sencillamente consecuencias del pecado. Dios no tiene que esforzarse mucho para traer juicio, sino solamente deja que las cosas sigan el curso que las propias personas desean. Todo comienza a caer por su propio peso. Habrán muchos supuestos creyentes que dirán: Pero yo estoy en la gracia de Dios, porque yo creo en El. Pero el mal prosigue si se practica el pecado. ¿De qué sirve la cura si sigues tomando veneno?
Dios permitió la sequía y muchas otras cosas más en Israel por el pecado de Israel. Recuerden que Israel fue (y sigue siendo) el pueblo de Dios, así que, Dios le cobro a Israel sus pecados, su idolatría, sus desordenes sexuales, sus abusos con los débiles e indefensos, sus rebeliones, etc. Y si Dios hizo eso con Israel ¿no lo hará también con los que supuestamente han sido añadidos por gracia (no por derecho) a ese pueblo, nosotros los gentiles que hemos creído en Cristo? ¡Cuidado que la gracia de Dios no es licencia para pecar, ni para seguir haciendo cosas que glorifican la maldad! Esto dicen las Escrituras: Así dijo Jehová de los ejércitos: Del todo rebuscarán como a vid el resto de Israel; vuelve tu mano como vendimiador entre los sarmientos. ¿A quién hablaré y amonestaré, para que oigan? He aquí que sus oídos son incircuncisos, y no pueden escuchar; he aquí que la palabra de Jehová les es cosa vergonzosa, no la aman. Por tanto, estoy lleno de la ira de Jehová, estoy cansado de contenerme; la derramaré sobre los niños en la calle, y sobre la reunión de los jóvenes igualmente; porque será preso tanto el marido como la mujer, tanto el viejo como el muy anciano. Y sus casas serán traspasadas a otros, sus heredades y también sus mujeres; porque extenderé mi mano sobre los moradores de la tierra, dice Jehová. Porque desde el más chico de ellos hasta el más grande, cada uno sigue la avaricia; y desde el profeta hasta el sacerdote, todos son engañadores. Y curan la herida de mi pueblo con liviandad, diciendo: Paz, paz; y no hay paz. ¿Se han avergonzado de haber hecho abominación? Ciertamente no se han avergonzado, ni aun saben tener vergüenza; por tanto, caerán entre los que caigan; cuando los castigue caerán, dice Jehová. Así dijo Jehová: Paraos en los caminos, y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma. Mas dijeron: No andaremos. Puse también sobre vosotros atalayas, que dijesen: Escuchad al sonido de la trompeta. Y dijeron ellos: No escucharemos. Por tanto, oíd, naciones, y entended, oh congregación, lo que sucederá. Oye, tierra: He aquí yo traigo mal sobre este pueblo, el fruto de sus pensamientos; porque no escucharon mis palabras, y aborrecieron mi ley. ¿Para qué a mí este incienso de Sabá, y la buena caña olorosa de tierra lejana? Vuestros holocaustos no son aceptables, ni vuestros sacrificios me agradan. Por tanto, Jehová dice esto: He aquí yo pongo a este pueblo tropiezos, y caerán en ellos los padres y los hijos juntamente; el vecino y su compañero perecerán. Jeremías 6:9-21.
Esto también está escrito: Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, cuando la tierra pecare contra mí rebelándose pérfidamente, y extendiere yo mi mano sobre ella, y le quebrantare el sustento del pan, y enviare en ella hambre, y cortare de ella hombres y bestias, si estuviesen en medio de ella estos tres varones, Noé, Daniel y Job, ellos por su justicia librarían únicamente sus propias vidas, dice Jehová el Señor. Ezekiel 14:12-14. ¿Qué tenían estos hombres en común? Noe enfrento al mundo entero por su fe y amor por Dios, y su fe condeno al mundo. Daniel se enfrentó a un imperio, y no considero su bienestar, sino que quiso honrar a Dios sobre su propia vida. Job, a pesar de todo lo que le aconteció, no blasfemo en contra de Dios, sino todo lo contrario, su fe y conocimiento creció en todo eso hasta poder acercarse y ver aún más claramente a Dios. Y Elías también encontró gracia delante de Dios porque le servía a pesar de las circunstancias, a pesar de como Israel vino aborrecer a Dios. Estos hombres amaron a Dios por sobre todas las cosas. ¿Cómo finalmente se encuentra tal gracia delante de Dios sino se ha amado a Dios como estos sí le amaron? Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio. Hechos 3:19. Dios es Dios de gracia y perdón, pero solamente cuando hay arrepentimiento y conversión de pecados, como comienzo. Entonces, ¿amarás a Cristo, o correrás el peligro de sufrir una aflicción permanente, donde todos los que no aman a Dios estarán eternamente, como consecuencia de sus propios malos hechos? ¡Qué el Señor les bendiga! John