Basado en Jueces 6:11-32 (Versión Reina Valera 1960)

Y vino el ángel de Jehová, y se sentó debajo de la encina que está en Ofra, la cual era de Joás abiezerita; y su hijo Gedeón estaba sacudiendo el trigo en el lagar, para esconderlo de los madianitas. Y el ángel de Jehová se le apareció, y le dijo: Jehová está contigo, varón esforzado y valiente. Y Gedeón le respondió: Ah, señor mío, si Jehová está con nosotros, ¿por qué nos ha sobrevenido todo esto? ¿Y dónde están todas sus maravillas, que nuestros padres nos han contado, diciendo: No nos sacó Jehová de Egipto? Y ahora Jehová nos ha desamparado, y nos ha entregado en mano de los madianitas. Y mirándole Jehová, le dijo: Ve con esta tu fuerza, y salvarás a Israel de la mano de los madianitas. ¿No te envío yo? Entonces le respondió: Ah, señor mío, ¿con qué salvaré yo a Israel? He aquí que mi familia es pobre en Manasés, y yo el menor en la casa de mi padre. Jehová le dijo: Ciertamente yo estaré contigo, y derrotarás a los madianitas como a un solo hombre. Y él respondió: Yo te ruego que si he hallado gracia delante de ti, me des señal de que tú has hablado conmigo. Te ruego que no te vayas de aquí hasta que vuelva a ti, y saque mi ofrenda y la ponga delante de ti. Y él respondió: Yo esperaré hasta que vuelvas. Y entrando Gedeón, preparó un cabrito, y panes sin levadura de un efa de harina; y puso la carne en un canastillo, y el caldo en una olla, y sacándolo se lo presentó debajo de aquella encina. Entonces el ángel de Dios le dijo: Toma la carne y los panes sin levadura, y ponlos sobre esta peña, y vierte el caldo. Y él lo hizo así. Y extendiendo el ángel de Jehová el báculo que tenía en su mano, tocó con la punta la carne y los panes sin levadura; y subió fuego de la peña, el cual consumió la carne y los panes sin levadura. Y el ángel de Jehová desapareció de su vista. Viendo entonces Gedeón que era el ángel de Jehová, dijo: Ah, Señor Jehová, que he visto al ángel de Jehová cara a cara. Pero Jehová le dijo: Paz a ti; no tengas temor, no morirás. Y edificó allí Gedeón altar a Jehová, y lo llamó Jehová-salom; el cual permanece hasta hoy en Ofra de los abiezeritas. Aconteció que la misma noche le dijo Jehová: Toma un toro del hato de tu padre, el segundo toro de siete años, y derriba el altar de Baal que tu padre tiene, y corta también la imagen de Asera que está junto a él; y edifica altar a Jehová tu Dios en la cumbre de este peñasco en lugar conveniente; y tomando el segundo toro, sacrifícalo en holocausto con la madera de la imagen de Asera que habrás cortado. Entonces Gedeón tomó diez hombres de sus siervos, e hizo como Jehová le dijo. Mas temiendo hacerlo de día, por la familia de su padre y por los hombres de la ciudad, lo hizo de noche. Por la mañana, cuando los de la ciudad se levantaron, he aquí que el altar de Baal estaba derribado, y cortada la imagen de Asera que estaba junto a él, y el segundo toro había sido ofrecido en holocausto sobre el altar edificado. Y se dijeron unos a otros: ¿Quién ha hecho esto? Y buscando e inquiriendo, les dijeron: Gedeón hijo de Joás lo ha hecho. Entonces los hombres de la ciudad dijeron a Joás: Saca a tu hijo para que muera, porque ha derribado el altar de Baal y ha cortado la imagen de Asera que estaba junto a él. Y Joás respondió a todos los que estaban junto a él: ¿Contenderéis vosotros por Baal? ¿Defenderéis su causa? Cualquiera que contienda por él, que muera esta mañana. Si es un dios, contienda por sí mismo con el que derribó su altar. Aquel día Gedeón fue llamado Jerobaal, esto es: Contienda Baal contra él, por cuanto derribó su altar.

Puede que muchas veces las personas se pregunten tal como lo hizo Gedeón: …si Jehová está con nosotros, ¿Por qué nos ha sobrevenido todo esto? O, pongámoslo como dicen muchos hoy en día, ¿Si Dios existe, porque permite El tantas cosas malas? Sé que estamos pasando un tiempo muy difícil, por alguna razón o por otra. Hay problemas de guerra y salvajismo, como no solamente lo vemos en Europa en este momento, sino que también en muchas otras partes del mundo donde miles de personas pierden la vida, o son abusados o mutilados, o perseguidos, tanto como por ejércitos, o por milicias, o por el mundo de la droga y la corrupción. Hay mucha esclavitud o tráfico humano en todo el mundo. También hay no miles, sino millones de personas que sufren enfermedades terminales alrededor del mundo en este mismo momento, mientras escribo este mensaje. Hay problemas serios de hambre en distintas partes del mundo. Las Naciones Unidas estimaron en el 2021 que más de 957 millones de personas en 93 países del mundo no tuvieron suficiente comida. Eso es casi una séptima parte de la populación mundial. Y hay muchos otros problemas serios. Y la pregunta se reitera: Si Dios existe: ¿Por qué permite El tantas cosas malas en el mundo?

Una respuesta muy clara que se puede dar hoy, y relacionado al pasaje de hoy es: que, en vez de juzgar a Dios, porqué no nos hacemos mejor nosotros esta pregunta: ¿Qué hemos hecho en contra de Dios para que El permita tales cosas? Gedeón muy fácil pudiera haber comenzado por ahí. ¿Qué te hicimos Señor? Y como lo relata la Biblia, Israel había hecho lo malo ante los ojos de Dios por muchos años. Y la Palabra nos cuenta de que Dios permitió que los madianitas atormentaran a Su pueblo porque se habían apartado de El. ¿Qué pecado principal vemos que hizo Israel? El mismo pecado que vemos en el padre de Gedeón, el buscar y adorar a los ídolos y a otros dioses. Se apartaron del Dios que les había dado todo, hasta una tierra que nunca se habían ni soñado, ni merecían, volviéndose a los dioses ajenos e ídolos. ¿Qué vemos hoy? Mucho de lo mismo. Pero los dioses e ídolos de hoy no solamente envuelven la oscuridad directamente, sino que también, tienen apariencias más agradables o cotidianas, como el dinero, las riquezas, personas conocidas o hasta desconocidas, los dioses del placer y del desvío, todo lo que glorifica al pecado, que, en fin, todos conllevan a una sola cosa, a la muerte. Todo lo que está fuera de Dios lleva a la muerte.

Ahora, uno diría: ¿Por qué Dios castiga en vez de llamar con amor? Y bueno, tal ceguera existe en el mundo que no desean ver el bien que Dios sí ha dado. El problema es que hay tal rebelión en contra de Dios que ven lo que Dios da como algo insignificante o de muy poco valor. Nadie estaría vivo en este mundo si no fuera por Dios. Todo lo que respira es porque Dios lo permite. Y también, y aun ahora más que nunca, hay un juicio pendiente aún más grande sobre la humanidad, y tiene que ver con el desprecio al sacrificio de Cristo, de verlo como algo ridículo, o poca cosa. Entonces, el mal viene como consecuencia natural, tal como lo dijo el padre de Gedeón cuando hablo acerca de Baal: Si es un dios, contienda por sí mismo con el que derribó su altar. ¿De qué sirve buscar a los ídolos y dioses que no pueden hacer nada ni aquí ni ahora, ni aun menos, en la eternidad? Y aún más, ¿Qué bien más puede dar Dios si lo ha dado todo por nosotros? Y también, ¿Va acaso Satanás pelear contra sí mismo, cuando una persona se aferra a cosas que producen el mal, que son producto de él mismo? Suena ridículo, ¿no? Bueno, eso es lo que pasa cuando uno se desvía de las cosas de Dios, y ve precisamente lo que produce vida eterna como algo inútil o de poco valor. Es como un enfermo que se le pone la cura a su mal en sus manos, y en vez de tomarla para su propio bien, la bota a la basura. Nada bueno puede salir de la idolatría. El pecado ni salva ni ayuda a nadie, y mientras los hombres sigan adorando a su pecado y honrando a su desvío, más problemas habrán, los mismos que ellos crean para sí mismo y para los demás, y se perderán en la eternidad donde más importa la salvación de Cristo, la cual desprecian. Así que, ¿decidirás encontrar el favor de Dios como Gedeón, o seguirás idolatrando al pecado? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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