Basado en 1 Reyes 13:11-34 (Versión Reina Valera 1960)
Moraba entonces en Bet-el un viejo profeta, al cual vino su hijo y le contó todo lo que el varón de Dios había hecho aquel día en Bet-el; le contaron también a su padre las palabras que había hablado al rey. Y su padre les dijo: ¿Por qué camino se fue? Y sus hijos le mostraron el camino por donde había regresado el varón de Dios que había venido de Judá. Y él dijo a sus hijos: Ensilladme el asno. Y ellos le ensillaron el asno, y él lo montó. Y yendo tras el varón de Dios, le halló sentado debajo de una encina, y le dijo: ¿Eres tú el varón de Dios que vino de Judá? Él dijo: Yo soy. Entonces le dijo: Ven conmigo a casa, y come pan. Mas él respondió: No podré volver contigo, ni iré contigo, ni tampoco comeré pan ni beberé agua contigo en este lugar. Porque por palabra de Dios me ha sido dicho: No comas pan ni bebas agua allí, ni regreses por el camino por donde fueres. Y el otro le dijo, mintiéndole: Yo también soy profeta como tú, y un ángel me ha hablado por palabra de Jehová, diciendo: Tráele contigo a tu casa, para que coma pan y beba agua. Entonces volvió con él, y comió pan en su casa, y bebió agua. Y aconteció que estando ellos en la mesa, vino palabra de Jehová al profeta que le había hecho volver. Y clamó al varón de Dios que había venido de Judá, diciendo: Así dijo Jehová: Por cuanto has sido rebelde al mandato de Jehová, y no guardaste el mandamiento que Jehová tu Dios te había prescrito, sino que volviste, y comiste pan y bebiste agua en el lugar donde Jehová te había dicho que no comieses pan ni bebieses agua, no entrará tu cuerpo en el sepulcro de tus padres. Cuando había comido pan y bebido, el que le había hecho volver le ensilló el asno. Y yéndose, le topó un león en el camino, y le mató; y su cuerpo estaba echado en el camino, y el asno junto a él, y el león también junto al cuerpo. Y he aquí unos que pasaban, y vieron el cuerpo que estaba echado en el camino, y el león que estaba junto al cuerpo; y vinieron y lo dijeron en la ciudad donde el viejo profeta habitaba. Oyéndolo el profeta que le había hecho volver del camino, dijo: El varón de Dios es, que fue rebelde al mandato de Jehová; por tanto, Jehová le ha entregado al león, que le ha quebrantado y matado, conforme a la palabra de Jehová que él le dijo. Y habló a sus hijos, y les dijo: Ensilladme un asno. Y ellos se lo ensillaron. Y él fue, y halló el cuerpo tendido en el camino, y el asno y el león que estaban junto al cuerpo; el león no había comido el cuerpo, ni dañado al asno. Entonces tomó el profeta el cuerpo del varón de Dios, y lo puso sobre el asno y se lo llevó. Y el profeta viejo vino a la ciudad, para endecharle y enterrarle. Y puso el cuerpo en su sepulcro; y le endecharon, diciendo: ¡Ay, hermano mío! Y después que le hubieron enterrado, habló a sus hijos, diciendo: Cuando yo muera, enterradme en el sepulcro en que está sepultado el varón de Dios; poned mis huesos junto a los suyos. Porque sin duda vendrá lo que él dijo a voces por palabra de Jehová contra el altar que está en Bet-el, y contra todas las casas de los lugares altos que están en las ciudades de Samaria. Con todo esto, no se apartó Jeroboam de su mal camino, sino que volvió a hacer sacerdotes de los lugares altos de entre el pueblo, y a quien quería lo consagraba para que fuese de los sacerdotes de los lugares altos. Y esto fue causa de pecado a la casa de Jeroboam, por lo cual fue cortada y raída de sobre la faz de la tierra.
Lo único que produce vida en el hombre, especialmente la vida eterna, es la Palabra de Dios. No hay vida en nada más. Como está escrito: …No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. Mateo 4:4b. Si estamos e inclusive hasta respirando en este mismo instante, es porque la Palabra de Dios lo está haciendo posible. Vimos en el pasaje de hoy que, porque un profeta no fue celoso de lo que Dios le había mandado, murió por su desobediencia. La desobediencia siempre tiene consecuencias, especialmente cuando seamos juzgados.
Algunos puede que piensen, ¿Por qué le juzgo Dios si el otro profeta le había mentido? Porque nosotros no estamos supuestos a dejarnos llevar por lo que dicen lo demás, no importa quienes son. Finalmente, cada persona tiene que aprender a escuchar la Palabra de Dios por sí mismo. Y en este tiempo, aun mas todavía, porque hay muy poca verdad en todo lugar. Tenemos hoy más apostasía que nunca por el pecado que sobreabunda en el pueblo de Dios. Así que, hoy más que nunca hay que aferrarse a la Palabra de Dios y al Espíritu Santo. Y hoy menos que nunca las personas tienen la excusa de que ellos no conocen la voluntad de Dios. Hay Biblias por todos lados. Hoy hay hasta aplicaciones gratuitas para los teléfonos inteligentes. La Palabra de Dios ha sido esparcida por todo el planeta, y ya por muchos años. Hay que buscar de Su Palabra, porque escrito esta: Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento. Por cuanto desechaste el conocimiento, yo te echaré del sacerdocio; y porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos. Oseas 4:6. Si no buscas del conocimiento de Dios hoy, es porque sencillamente lo estas desechando, y no por falta de acceso. Y hay que verificar todo lo que se predica. No se puede tomar todo como verdad, especialmente si suena atractivo. Vemos este mismo ejemplo en la Palabra: Inmediatamente, los hermanos enviaron de noche a Pablo y a Silas hasta Berea. Y ellos, habiendo llegado, entraron en la sinagoga de los judíos. Y estos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así. Hechos 17:10-11. Tienes que comprobar lo que se dice.
Hoy más que nunca hay que tener cuidado con los falsos evangelios y doctrinas de demonios, porque son muy sutiles y atractivos. ¿Cuál es la mentira más grande que existe hoy en la gran mayoría de nuestras iglesias? Que nosotros no seremos juzgados por nuestros hechos. Pero sí, TODOS nosotros daremos cuenta delante de Dios por todos nuestros hechos. No se dejen engañar. Esto dice la Palabra: Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios. El que viola la ley de Moisés, por el testimonio de dos o de tres testigos muere irremisiblemente. ¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia? Pues conocemos al que dijo: Mía es la venganza, yo daré el pago, dice el Señor. Y otra vez: El Señor juzgará a su pueblo. ¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo! Hebreos 10:26-31. Esto también dice la Palabra: No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Mateo 7:21. Así que, por tu propio bien, aprende a escuchar a Dios por ti mismo, a través del Espíritu Santo y al estudiar Su Palabra, y por supuesto, obedécele. No quieras saber en el juicio final que viviste equivocadamente. Y no cometas la equivocación de creer que la vida aquí es algún tipo de indicador de cómo estás delante de Dios. El que hace la voluntad de Dios puede encontrarse con grandes desafíos hoy. Y también, si una persona es prosperada aquí no quiere decir que está bien delante de Dios. Así que, ¿le estás obedeciendo al Señor para vida eterna? ¡Qué el Señor les bendiga! John. ¡Apoya a Israel! ¡Ora por Israel! ¡Dios bendecirá a los que bendicen a Israel!