Basado en Hebreos 2:1-4 (Versión Reina Valera 1960)
Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos. Porque si la palabra dicha por medio de los ángeles fue firme, y toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución, ¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? La cual, habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron, testificando Dios juntamente con ellos, con señales y prodigios y diversos milagros y repartimientos del Espíritu Santo según su voluntad.
Hay mucha confusión hoy en día en lo que se refiere a la salvación y a la fe en Cristo. Hay muchas opiniones, y la gran mayoría difieren con la Verdad que enseña la Palabra de Dios. ¿Hay distintas versiones del Evangelio? ¿Hay más de una manera de como ver la salvación de Dios? ¿La fe en Cristo es multifacética? Si entendemos muy claramente lo que la Biblia enseña en Su plenitud, tendría que decir: No. Sé que este pensar va totalmente en contra de lo que quiere enseñar la sociedad y los que se dejan llevar por el mundo, donde todos quieren tener una opinión, y que la opinión que tienen dicte de alguna manera la realidad. El mundo quiere llevar a la fe como lo que hacen cuando se les da a todos los niños un trofeo solo por participar en un evento, o en un partido de algo, sin haber ganado. Pero la salvación y la fe en Cristo no es así, sino que tiene un solo propósito y por qué. No hay tal cosa como muchas verdades o muchas perfecciones, o que todo el mundo está correcto. Sí, la salvación puede afectar muchas cosas en nuestra vida y en el mundo presente, pero de eso no se trata. La salvación y la fe en Cristo va mucho más allá.
Veamos para comenzar, que la salvación no se trata necesariamente de arreglarnos la vida aquí, y de convertirla en una colección de triunfos humanos o temporales. Esto dijo el Señor: Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo. Juan 16:33. Si el Señor dijo que sufriríamos aflicción, no quiere decir entonces que El necesariamente vino a arreglar tus problemas en el presente, como se predica hoy, como el tal evangelio de la sanidad y la prosperidad que le prometen a las personas que si tienen suficiente fe, que todo les saldrá bien aquí y ahora, y que tendrán muchos bienes y que no tendrán problemas de salud. Como ejemplo, el primero que fracasó en ese sentido fue el propio Señor porque El fue un hombre pobre aquí en la tierra, de tal manera que hasta dijo que ni siquiera tenía donde recostar su cabeza. Y esto también dice la Palabra: Si en esta vida solamente esperamos en Cristo, somos los más dignos de conmiseración de todos los hombres. 1 Corintios 15:19. Así que, es muy claro que la salvación y la fe en Cristo no se trata necesariamente de arreglar o mejorar nuestra vida humana aquí. Y sé que al decir esto, posiblemente muchos ya han desviado su atención a otra cosa, porque esta es una de las razones principales por las cuales las masas tratan de tener algún tipo de fe en Cristo, con la idea de que Dios los ayude con sus problemas y cumpla sus caprichos. Pero tendría que desafiar de esta manera: ¿Desean una vida de mentira, basada en fabulas diseñadas para aprovecharse de los oidores, o desean una Verdad que va más allá de este mundo temporal?
Vemos a través de las Escrituras que hay personas que sí, les fue muy bien en esta vida con ciertas cosas, pero hay otros que no les fue muy bien, humanamente o carnalmente hablando. Esto leemos por ejemplo en el libro de Hebreos donde muestra este contraste tan abismal: Por la fe cayeron los muros de Jericó después de rodearlos siete días. Por la fe Rahab la ramera no pereció juntamente con los desobedientes, habiendo recibido a los espías en paz. ¿Y qué más digo? Porque el tiempo me faltaría contando de Gedeón, de Barac, de Sansón, de Jefté, de David, así como de Samuel y de los profetas; que por fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones, apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batallas, pusieron en fuga ejércitos extranjeros. Las mujeres recibieron sus muertos mediante resurrección; mas otros fueron atormentados, no aceptando el rescate, a fin de obtener mejor resurrección. Otros experimentaron vituperios y azotes, y a más de esto prisiones y cárceles. Fueron apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de espada; anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres, angustiados, maltratados; de los cuales el mundo no era digno; errando por los desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la tierra. Y todos estos, aunque alcanzaron buen testimonio mediante la fe, no recibieron lo prometido; proveyendo Dios alguna cosa mejor para nosotros, para que no fuesen ellos perfeccionados aparte de nosotros. Hebreos 11:30-40. Entonces, ¿algunos tuvieron más fe que otros y por eso les fue mejor? A los que no les fue bien, ¿no creyeron como es debido? Bajo ningún punto. Aquí no da ni siquiera la idea de que algunos fueron mejores que otros, y por eso les fue mejor en este mundo. Vemos que el pasaje habla que ambos tuvieron las experiencias y circunstancias que tuvieron por su fe, algunos con logros aquí y ahora, y a otros con ninguno.
Entonces, ¿Qué podemos aprender de esto? Que sencillamente la salvación y la fe en Cristo no es para nuestro bien carnal o para este mundo temporal, sino para algo más allá. Lo que tenemos que entender es que este mundo temporal es una breve antesala, un sitio donde se decide donde pasaremos la eternidad, dependiendo de lo que hagamos, para hacernos dignos para el plan original que Dios tuvo con toda la humanidad. Dios creo al hombre para sí, para que hiciese Su voluntad. Y cuando pecamos, nos apartamos voluntariamente de ese designio original. Pero Dios, a través de Su misericordia mando a Su Hijo Unigénito para que a través de El, pudiera ser restaurado nuestro propósito original: el hacer la voluntad de Dios. Todo lo que pasa aquí y ahora es para probar y preparar a la persona que acepte a Jesús como Señor para el futuro eterno, para ver si es digno de proseguir a la inmortalidad. Esto dice la Palabra: Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman. Santiago 1:12. Si resistimos la tentación de dejar de hacer la voluntad de Dios, a pesar de las circunstancias, si nos va bien o mal carnalmente hablando, sí recibiremos la corona de vida. Si una persona no hace la voluntad del Padre al estar sometido al Señorío de Jesucristo, no vivirá, sino que estará eternamente destituido de la gloria de Dios. Como está escrito: No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Mateo 7:21. Esto es lo que Dios dice para aquellos de nosotros que persistimos en esta fe de hacer la voluntad del Padre, de cumplir el propósito por lo cual fuimos creados y salvados a través de Cristo: Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman. 1 Corintios 2:9. Y esto también dice la Palabra: Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida. El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo. Apocalipsis 21:6-7. Así que, ¿Entiendes cual es la verdadera razón por lo cual Cristo murió por ti? ¡Qué el Señor les bendiga! John