Basado en Mateo 5:27-30 (Versión Reina Valera 1960)
Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón. Por tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno. Y si tu mano derecha te es ocasión de caer, córtala, y échala de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno.
El Señor dijo: Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan. Mateo 7:13-14. En la sociedad de hoy, el hacer lo que complace a Dios no es muy popular. Desde el punto de vista de ayudar a las personas, creo que a todos les gusta ese aspecto; lo cual es el centro del cristianismo. Pero también, como cristianos, hay ciertas cosas que Dios no quiere que hagamos por las consecuencias destructivas que traen. Y esta parte es la que no es popular. El mundo dice que está bien hacer lo que se te antoje.
La primera parte que tenemos que entender es que Jesús murió en la cruz para salvarnos del pecado. Él no murió en la cruz para que continuáramos haciendo aquellas cosas que nos hacen daño, o no son provechosas; no importa lo atractivo que sean; y no importa cuánto queramos caber en el mundo. El pecado es malo, y es destructivo, no porque Dios sencillamente dice que es, o que trata de evitar que vivamos “felices” o “entretenidos”. Él nos trata de ayudar a entender para que nos alejemos y evitemos las consecuencias naturales del pecado.
La Biblia dice lo siguiente: Porque la paga del pecado es muerte… Romanos 6:23ª. Lo que esto quiere decir es que la consecuencia natural del pecado es la muerte. No es necesariamente que Dios te castigue por aquello (aunque en Su santidad, eso se decidirá en el futuro). El asunto con el pecado es que causa la muerte en nosotros. Puede ser destructivo en el futuro inmediato y en la eternidad (donde tiene su peor efecto). La Biblia enseña de esto porque es un hecho establecido; no una opinión. Es una ley natural del universo. El pecado te matara aquí y en el futuro. Muchos piensan que pecan y todo está bien. Y si, puede que luzca así… …por ahora; pero en el futuro, sus consecuencias serán muy evidentes.
El pecado es como el cáncer. Hay cosas en nuestro ambiente, o que hacemos, o que ingerimos que causan el cáncer (no sabemos que exactamente provoca el cáncer en muchas maneras). Y antes que aparezca, todo se ve bien y normal. Parece que lo que estemos haciendo no nos afecta en lo absoluto. Pero después de un tiempo, algo comienza a aparecer. Comenzamos a sentir ciertos síntomas; aunque en algunos casos, no hay casi nada notable hasta que es muy tarde. Las personas confunden los síntomas con otros asuntos. Hay dolores de cabeza extraños, o dolores del cuerpo, ciertas otras anormalidades que son confundidos con otras enfermedades, y el cáncer mismo se descarta. Pero entonces, cuando se recibe los exámenes de sangre, o se hacen scans, entonces la verdadera enfermedad se revela.
El pecado es igual. Mientras lo hacemos, todo luce que está bien. Por eso es que muchos no lo toman en serio; porque no ven ningún problema inmediato. Los años pasan y todo parece todavía muy normal; pero, ignoran la enfermedad del pecado y como los está consumiendo poco a poco a ellos, y todo lo que rodea. Y por supuesto, si no se busca del perdón de Dios a través del arrepentimiento y de la fe completa en Jesucristo (la única manera de ser libre de las consecuencias del pecado), la plena consecuencia se revela en un tiempo donde ya no hay pie atrás. Cuando ya estas parado delante del trono de Dios sin ser perdonado y sanado de la enfermedad del pecado, entonces la muerte eterna está a las puertas. No puedes convencer a nadie. No puedes decir que no sabías. No puedes pedir por la medicina porque ya no está al alcance. No lidiaste con el pecado durante el tiempo que debiera haber sido tratado.
Lo que es importante entender como creyentes en Cristo es que el pecado puede continuar afectando tu vida; especialmente si lo continúas haciendo a propósito. Las consecuencias no cambian. Todavía causa la muerte. Es como un sobreviviente de cáncer del pulmón que continúa fumando cigarros. ¡Qué ridículo suena eso! ¿Por qué un sobreviviente del cáncer al pulmón volvería a hacer lo que casi le costó su vida? Aunque suene extraño, espiritualmente, eso sucede a diario. Hay muchos maestros, predicadores, y teólogos Bíblicos que enseñan que está bien seguir la vida sin arrepentimiento porque Dios lo perdona todo. Está bien pecar porque Dios es amor. Está bien pecar porque Dios ha perdonado tus pecados: pasado, presente, y futuro. Pero este tipo de enseñanza contradice los verdaderos principios Bíblicos. Dios si perdona el pecado, ahora y después. Dios es misericordioso. Dios es amor. Pero las consecuencias naturales del pecado pueden tener su efecto si se dejan sin revisar.
Así que, si quieres caber en el mundo y seguir lo que los demás hacen, estas invitando las consecuencias del pecado a tu vida. Si hay cosas que no puedes dejar; o que francamente; puede que no quieras dejar, entonces están trayendo sobre ti las consecuencias del pecado. A lo mejor sigues a familiares o amigos porque no quieres que se sientan extraños. A veces es porque no quieres perder una relación y por eso es que haces lo que haces. A lo mejor lo disfrutas nada más. Hay muchas razones, pero todos ponen en peligro tu bienestar espiritual y físico.
Lo maravilloso en Cristo es que puedes escapar del horrible precio del pecado, y puedes derrotar esas cosas que solo traen destrucción a tu vida; pero es tu elección. Dios hizo todo para que puedas ser salvo, sano, restaurado, etc., pero depende de ti si quieres aprovechar la maravillosa oportunidad que tenemos todos a través de Jesucristo, y poder comenzar de nuevo y limpio, y permanecer limpio por toda la eternidad. Y si te tropiezas y caes, vuelve a Dios para que puedas ser sano y hecho nuevo. No seremos perfectos aquí en la tierra, pero Dios quiere cambiar nuestras vidas, día a día, para que podamos dejar atrás aquellas cosas que solo traen sufrimiento y dolor aquí, y lo peor de todo, en la eternidad. El comprometerse o ser débil al pecado no te hará ningún bien aquí ni después.
Así que, ¿estas considerando el costo de permitir que el pecado todavía sea parte de tu vida? ¡Qué el Señor les bendiga! John