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Basado en Romanos 15:7-21 (Versión Reina Valera 1960)

Por tanto, recibíos los unos a los otros, como también Cristo nos recibió, para gloria de Dios. Pues os digo, que Cristo Jesús vino a ser siervo de la circuncisión para mostrar la verdad de Dios, para confirmar las promesas hechas a los padres, y para que los gentiles glorifiquen a Dios por su misericordia, como está escrito: Por tanto, yo te confesaré entre los gentiles, y cantaré a tu nombre. Y otra vez dice: Alegraos, gentiles, con su pueblo. Y otra vez: Alabad al Señor todos los gentiles, y magnificadle todos los pueblos. Y otra vez dice Isaías: Estará la raíz de Isaí, y el que se levantará a regir los gentiles; los gentiles esperarán en él. Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo. Pero estoy seguro de vosotros, hermanos míos, de que vosotros mismos estáis llenos de bondad, llenos de todo conocimiento, de tal manera que podéis amonestaros los unos a los otros. Mas os he escrito, hermanos, en parte con atrevimiento, como para haceros recordar, por la gracia que de Dios me es dada para ser ministro de Jesucristo a los gentiles, ministrando el evangelio de Dios, para que los gentiles le sean ofrenda agradable, santificada por el Espíritu Santo. Tengo, pues, de qué gloriarme en Cristo Jesús en lo que a Dios se refiere. Porque no osaría hablar sino de lo que Cristo ha hecho por medio de mí para la obediencia de los gentiles, con la palabra y con las obras, con potencia de señales y prodigios, en el poder del Espíritu de Dios; de manera que desde Jerusalén, y por los alrededores hasta Ilírico, todo lo he llenado del evangelio de Cristo. Y de esta manera me esforcé a predicar el evangelio, no donde Cristo ya hubiese sido nombrado, para no edificar sobre fundamento ajeno, sino, como está escrito: Aquellos a quienes nunca les fue anunciado acerca de él, verán; y los que nunca han oído de él, entenderán.

La Gracia de Dios tiene un valor incalculable para nosotros los humanos. Puede que hallan algunos de Uds. que lo vean como algo bueno, pero no entienden realmente lo que es y lo que significa, y esta es la raíz de muchos problemas que vemos hoy en día, especialmente en el pueblo de Dios. No se entiende el valor de las cosas, especialmente, las cosas de Dios. Entonces, para poder entender el valor de algo, hay que entender bien lo que es y lo que hace. O si no, no se valora y se trata como algo común. Y aún más, se le da mas prioridad a cosas que son en realidad de menos valor.

Entendamos el concepto del valor primero. ¿Qué es lo que le da valor a algo? Muchos piensan que el dinero lo es todo, y hasta lo aman y ponen toda su confianza en él. ¿Qué es el dinero? Si lo vemos tal como lo que es, y especialmente como lo conocemos hoy en día, es en realidad un artículo, o récord verificable que generalmente se acepta como pago por bienes y servicios y pago de deudas en una nación particular o en un contexto socioeconómico. En pocas palabras, es un articulo que un grupo de personas le ha atribuido algún tipo de valor, dependiendo de la demanda y de condiciones económicas, por supuesto. Pero, en realidad, es un poco de material con tinta especial que puede valer algo un día, y no servir para nada en otra ocasión. Y si quieres ver el real valor del dinero, ve como te va con un millón de dólares o de euros en el medio de un desierto sin contacto con ninguna persona. No te sirven ni para beber o comer. Vas a lo mejor a morir de peor manera si te lo tratas de comer, por los gérmenes. Así que, el real valor de algo lo determinan las circunstancias.

Por ejemplo, Bill Gates, el co-fundador de Microsoft, es el hombre con el valor personal más alto del mundo. De acuerdo a Forbes, su valor personal se estima en US$89,4 billones entre acciones, propiedades, etc. El personalmente puede hacer correr la infraestructura de varias naciones por si mismo por un año. No obstante, si Bill Gates no llega a obtener la salvación a través de Jesucristo, sus billones de dólares, acciones, etc. no le van a servir de nada cuando este delante del trono de Dios, porque todas esas cosas (aunque no son malas en sí), no tienen ningún valor en el reino de Dios; menos para la salvación de un alma. Lo único que tiene valor delante del trono de Dios para la salvación es el ser redimido por la sangre de Cristo. No hay otro camino. Hay un solo camino para llegar a Dios y a la vida eterna: Jesús.

Ahora bien, ¿Qué tiene que ver esto con el pasaje de hoy? Este mensaje aplica mas bien a nosotros los gentiles (por lo menos, creo que la mayoría que leen estos mensajes son gentiles). Antes que Cristo muriera en la cruz por nuestros pecados, nosotros los gentiles (los que no somos Israelitas), no teníamos un camino abierto al Padre. E inclusive, ni los judíos podían llegar a Dios antes que muriera Cristo, aunque fueran hijos legítimos de Abraham. El judío (el religioso) solo podía aspirar al Seno de Abraham, si es que realmente guardaba la ley. No había nada que el ser humano podía hacer para salvarse, y menos que nadie, los gentiles. La Biblia nos enseña esto: Por tanto, acordaos de que en otro tiempo vosotros, los gentiles en cuanto a la carne, erais llamados incircuncisión por la llamada circuncisión hecha con mano en la carne. En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo. Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo. Efesios 2:11-13. Sino fuera por el Señor, ni los judíos tendrían salvación, pero aún mucho menos, nosotros los gentiles. Estábamos totalmente excluido de la salvación, salvo unos pocos que Dios escogió llamar personalmente, porque todos antes eran severamente paganos, con una mente reprobada. Aunque sea difícil aceptar, esa era la realidad. Por eso que Dios mandaba al pueblo judío a acabar con todas las distintas naciones antes de Cristo porque eran irredimibles. ¿Dios fue duro o severo? No, Él sabe todas las cosas, hasta lo mas intimo del ser humano.

Pero, aquí es donde se ve la misericordia de Dios, y el valor de la dispensación de la Gracia de Dios a través del Señor Jesús. Porque escrito esta: Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida. Romanos 5:10. Aún siendo enemigos de Dios, especialmente como gentiles, Él dió a Su Hijo Unigénito para cambiar nuestro destino (porque nuestro destino era el infierno). El Señor también dijo: Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos. Juan 10:9.

Así que, ¿Entiendes la puerta que Cristo ha abierta para ti? Y si lo entiendes, ¿la valoras? ¡Qué el Señor les bendiga! John

 

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