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Basado en Juan 10:31-39 (Versión Reina Valera 1960)

Entonces los judíos volvieron a tomar piedras para apedrearle. Jesús les respondió: Muchas buenas obras os he mostrado de mi Padre; ¿por cuál de ellas me apedreáis? Le respondieron los judíos, diciendo: Por buena obra no te apedreamos, sino por la blasfemia; porque tú, siendo hombre, te haces Dios. Jesús les respondió: ¿No está escrito en vuestra ley: Yo dije, dioses sois? Si llamó dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios (y la Escritura no puede ser quebrantada), ¿al que el Padre santificó y envió al mundo, vosotros decís: Tú blasfemas, porque dije: Hijo de Dios soy? Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis. Mas si las hago, aunque no me creáis a mí, creed a las obras, para que conozcáis y creáis que el Padre está en mí, y yo en el Padre. Procuraron otra vez prenderle, pero él se escapó de sus manos.

Hoy en día, vivimos en un tiempo donde un gran grupo de personas no respetan ni las leyes, ni las autoridades, ni menos a sus semejantes. Aunque siempre ha existido este mal (como dijo el Predicador: …nada hay nuevo debajo del sol), la Palabra se está cumpliendo donde la maldad se multiplicará, lo que significa que ahora el porcentaje de aquellos que hacen el mal es mucho más alto que lo que era antes (tratando de poner esta perspectiva en números, para que se entienda). En otras palabras, hay un numeró mucho más grande de un grupo de personas que se atreven a faltarle el respeto a lo establecido. Básicamente, hay una anarquía creciente en nuestro mundo, y principalmente, en contra de Dios, e inclusive, entre aquellos que se llaman ser creyentes y seguidores de Cristo.

El desorden y la rebeldía en realidad no tiene lógica, como lo podemos ver en el pasaje de hoy. ¿Qué lógica tenía que los supuestos líderes religiosos, los que más conocían la Palabra de Dios, quisieran apedrear, y finalmente, matar al Señor? ¿Cuál fueron las malas obras del Señor? ¿Sanar a los enfermos, alimentar a las multitudes de gratis, liberar a los endemoniados, e inclusive, levantar hasta los muertos? ¿Estás fueron las malas obras del Señor, por las cuales tenía que pagar? ¿Fue Su maldad hacer cosas que jamás se habían visto en el mundo, mostrando a través de ellas el poder del Dios vivo? Porque ni Abraham, ni Moisés, ni Elías, ni David, ni nadie antes hizo lo que Jesús hizo. Entonces, ¿la verdadera justicia consta de matar al que hacía solo el bien? ¿Ven lo ilógico que es la rebeldía? No obstante, así es que está pensando el hombre hoy en día (más que antes).

El ser humano tiene un severo problema, que se cree mucho más de lo que realmente es. Muchos piensan que, porque no ven algo en el momento, sienten que salieron con la suya, o que son más poderosos; se aprovechan de la inmensa bondad de Dios. En el caso del Señor, mientras estuvo aquí en la tierra, vino en son de paz. El no vino para hacer caer fuego del cielo (como lo había hecho antes). Los religiosos (y la humanidad) en ese momento se aprovecharon de El porque vino como el Santo Cordero para el sacrificio, no para traer castigo. Aún sigue la dispensación de la gracia del Señor en estos tiempos. Y el ser humano sigue pensando que Dios no existe, o más bien, no le respeta porque no ve algo suceder por las maldades que hace. Pero, eso no siempre durará. El juicio de Dios viene, y para cada persona, sin excepciones. La misericordia de Dios cesará en algún momento, y ahí vera cada ser humano (personalmente) quien es Dios, al Señor que desprecian, ni respetan, ni honran. La Palabra de Dios dice esto: Por tanto, Jehová el Dios de Israel dice: Yo había dicho que tu casa y la casa de tu padre andarían delante de mí perpetuamente; más ahora ha dicho Jehová: Nunca yo tal haga, porque yo honraré a los que me honran, y los que me desprecian serán tenidos en poco. 1 Samuel 2:30.

Cuando el Señor regresé para lidiar con todo esto de una vez y por todas, vendrá así: Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo. Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS. Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos. De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso. Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES. Y vi a un ángel que estaba en pie en el sol, y clamó a gran voz, diciendo a todas las aves que vuelan en medio del cielo: Venid, y congregaos a la gran cena de Dios, para que comáis carnes de reyes y de capitanes, y carnes de fuertes, carnes de caballos y de sus jinetes, y carnes de todos, libres y esclavos, pequeños y grandes. Y vi a la bestia, a los reyes de la tierra y a sus ejércitos, reunidos para guerrear contra el que montaba el caballo, y contra su ejército. Y la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que había hecho delante de ella las señales con las cuales había engañado a los que recibieron la marca de la bestia, y habían adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre. Y los demás fueron muertos con la espada que salía de la boca del que montaba el caballo, y todas las aves se saciaron de las carnes de ellos. Apocalipsis 19:11-21. Entonces, sí, ningún ejército, ni siquiera del que describe aquí, el cual será el ejército más poderoso que el ser humano tendrá con toda su tecnología y ciencia; ni siquiera Satanás y su deidad maligna podrá resistir al Señor, ¿Qué crees que podrá hacer cualquier otra persona en contra de Dios? ¿Quién podrá enfrentar al REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES en el día del juicio?

Y para aquellos de nosotros que hemos creído y aceptado al Señor, un día también compareceremos delante del tribunal de Cristo. Nosotros también tendremos que dar cuentas delante del Todopoderoso. No es tan sencillo como lo predican los que tratan de guiar mal al pueblo del Señor, predicando cosas que le agradan a las multitudes para quitarles cualquier sentido de responsabilidad con el don de la salvación, porque escrito esta: Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo. Porque escrito está: Vivo yo, dice el Señor, que ante mí se doblará toda rodilla, y toda lengua confesará a Dios. De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí. Romanos 14:10-12. ¿Prefieres creer que el juicio para los creyentes solo será para repartir recompensas? Está bien, sigue tratando de convencerte a ti mismo, y vivirás después la dura realidad que uno si es responsable por lo que hace, si no se arrepiente y cambia.   

En fin, hay que honrar al Señor Jesús y Su Palabra, para nuestro propio bien. Dios es amor, pero también es fuego consumidor. Entonces, ¿le estas honrando lo mejor que puedes? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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