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Basado en Juan 7:37-53 (Versión Reina Valera 1960)

En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado. Entonces algunos de la multitud, oyendo estas palabras, decían: Verdaderamente éste es el profeta. Otros decían: Este es el Cristo. Pero algunos decían: ¿De Galilea ha de venir el Cristo? ¿No dice la Escritura que del linaje de David, y de la aldea de Belén, de donde era David, ha de venir el Cristo? Hubo entonces disensión entre la gente a causa de él. Y algunos de ellos querían prenderle; pero ninguno le echó mano. Los alguaciles vinieron a los principales sacerdotes y a los fariseos; y éstos les dijeron: ¿Por qué no le habéis traído? Los alguaciles respondieron: ¡Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre! Entonces los fariseos les respondieron: ¿También vosotros habéis sido engañados? ¿Acaso ha creído en él alguno de los gobernantes, o de los fariseos? Mas esta gente que no sabe la ley, maldita es. Les dijo Nicodemo, el que vino a él de noche, el cual era uno de ellos: ¿Juzga acaso nuestra ley a un hombre si primero no le oye, y sabe lo que ha hecho? Respondieron y le dijeron: ¿Eres tú también galileo? Escudriña y ve que de Galilea nunca se ha levantado profeta. Cada uno se fue a su casa.

La fe es algo esencial para poder vivir la vida. Nada se puede hacer sin fe, especialmente nada de gran valor. Todo en esta vida depende de la fe, y estoy hablando, para comenzar, de la fe común (nada espiritual, a lo menos, todavía no). Todos los grandes aciertos, descubrimientos, grandes logros, etc. se han logrado con fe, en el creer sin todavía ver el producto de esa creencia. La fe es sinónima a la visión, el poder imaginar y luchar por el resultado de algo muy esperado hasta que se cumple. Ha habido muchas personas a través de la historia que han demostrado gran fe. Y a través de esa gran fe, han podido conseguir lo que creían, y también le han abierto la oportunidad a otros para poder lograr grandes cosas a través de sus hazañas. Recuerdo por ejemplo a Cristóbal Colón, que aunque fue por accidente, si no hubiera determinado en sí mismo que había otra manera mejor de llegar a su destino, enfrentando lo desconocido de aquel entonces, no hubiera descubierto a America (aunque fueron los asiáticos primeros, y después los vikingos que redescubrieron, pero ambos no tenían ni idea lo que estaban haciendo; y esto también tiene un punto muy importante que ver después). Y si Cristóbal Colón no hubiera descubierto America, no tendríamos el mundo que conocemos hoy. ¿Cuántos otros grandes aciertos se han logrado en la ciencia, en la medicina, y en tantas otras cosas que han cambiado la faz de este planeta, hecho por personas que han tenido algo de fe? La fe produce lucha, esmero, el tomar grandes riesgos, el enfrentar grandes oposiciones, etc. La fe es algo poderoso. Sin fe, nada se puede hacer.

Ahora bien, ¿Qué hacemos con la habilidad de la fe que fue introducida en nuestro ser (porque cada persona tiene esta habilidad)? El poder tener fe es parte de la semejanza que cada ser humano tiene con Dios, como los seres creados que somos (y aquí es donde comienza a entrar nuestro pasaje de hoy). Toda persona implementa su fe en distintas cosas, y eso es una elección. Uno elige donde poner su fe, y exactamente como poner su fe. Por ejemplo, veamos cuando una persona implementa su fe en cosas seculares, y no en Dios. La gran mayoría de las personas usan su fe solamente para cosas perdurables, limitadas, o superficiales. Ponen toda su fe para poder lograr tener cosas materiales, carreras, logros, éxito, la fama, planes, relaciones personales, buen físico, poder, etc. No es que estas cosas sean necesariamente malas, pero si eso es todo para lo que uno usa la fe, entonces no va ha recibir nada duradero. Probablemente recibirá lo que desea, pero esas cosas terminan cuando esta vida terrenal termina, o cuando esta misma vida cambie las cosas de alguna manera, porque todo aquí es muy incierto. La Biblia nos enseña una realidad de mucho valor a través de este pasaje: Porque ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? Marcos 8:36. Las cosas materiales se pueden ir en un momento. La carrera solamente dura mientras uno tiene sus facultades mentales, buena salud, o aptitudes necesarias. Los logros y el éxito ya no son recordados en el lecho de la muerte. Y todas esas personas que erase una vez lo rodeaban a uno cuando era respetado o conocido, ya no están, porque lo han abandonado. Los planes de uno pueden cambiar en un momento, con un accidente o por cualquier circunstancia inesperada. Las relaciones personales e intimas pueden deshacerse también por un accidente, por cambios de actitud, o hasta sencillamente por el ambiente y lo que esta misma vida puede traer. El bienestar físico y las apariencias se desvanecen por una enfermedad, por el tiempo, etc. La ciencia tiene sus límites. Y bueno, el poder también se puede ir en un momento. Y hay que pensar también, ¿Qué es el poder humano contra las fuerzas de la naturaleza, o contra una enfermedad incurable? Todos morimos, hasta los más grandes.

Ahora, ¿cómo exactamente decidimos emplear nuestra fe en Dios (porque esto también es muy importante)? Hay muchas personas que creen tener puesta su fe en Dios, e inclusive, piensan que hasta mueven montañas con su fe, pero ¿cómo exactamente están usando su fe? Hay muchas personas que usan su fe en Dios para tratar de conseguir lo perdurable, las mismas cosas escritas antes. Muchos creyentes usan su fe para tratar de usar a Dios, y ellos seguir siendo el señor de sus vidas. La gran mayoría de las personas quieren seguir haciendo lo que bien le parece. Esto no es nada nuevo, porque escrito esta: …cada uno hacía lo que bien le parecía. Jueces 21:25b. Muchos quieren seguir siendo su propio dueño, y hacer todo lo que desean nada más. Y bueno, en algún momento de necesidad, humillarse al Señor para conseguir ayuda. Pero cuando pasa el susto, tratan de volver a que Dios sea el siervo, y ellos el señor. Y no necesito explicar por qué esto está mal, ¿verdad?

Pero, cuando se usa la fe legítimamente para con el Señor, no solamente poniendo nuestra fe en el Señor, sino también, enfocándola en Su voluntad como corresponde (lo cual solo se encuentra en el buen uso de la Palabra de Dios), entonces nuestra sed va ha ser saciada, y correrán ríos de agua viva de nuestro interior, no importando cuales sean nuestras circunstancias. Porque el Señor mismo dijo: Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios? Juan 11:40. La Gloria de Dios supera cualquier cosa creada, cualquier emoción o sentimiento; supera la muerte misma, trayendo vida, y vida en abundancia, porque es la combinación de la fe en Dios con el conocimiento de Su Santa Palabra. Porque si estos mismos eruditos de la ley y de las Escrituras hubieran escudriñado bien, el Señor sí vino del linaje de David, y de la aldea de Belén. Toda profecía escrita del Mesías se cumplió a la perfección en Jesús. Pero, sencillamente, no querían creer, hiciera lo que hiciera el Señor. Igual son muchas personas hoy. Usan su fe para distintas cosas; y algunos, ponen su fe en Dios, pero tanto el incrédulo y muchos supuestos creyentes usan su fe solo para lograr cosas terrenales o cumplir su voluntad humana. Uno no puede cometer el error de los asiáticos y vikingos (lo que mencione antes), que no tenían el conocimiento de lo que estaban haciendo. La fe no sirve para mucho sin el acertado uso del conocimiento de Dios, lo cual conlleva a la voluntad y autoridad del Señor. Entonces, ¿has puesto tu fe en Jesús y en Su Palabra para que puedan correr aguas de vida en tu ser? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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