Basado en Juan 14:12-14 (Versión Reina Valera 1960)

De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aún mayores hará, porque yo voy al Padre. Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.

La oración es algo muy abusado y mal usado. Muchos no entienden para lo que en realidad sirve la oración, su verdadera utilidad. Y el abuso comienza por lo que hay en el corazón del hombre, porque se usa para pedir de acuerdo con lo que uno quiere, y lo que las personas quieren no siempre son cosas buenas, o en lo más mínimo, acertadas. Así que, si la oración se utiliza para lo que se desea, entonces lo primero que hay que ver es los deseos de una persona. ¿Cuáles son los deseos o intenciones que refleja la oración de la persona?

Uno de los abusos principales que se hace con la oración es pedir por cosas materiales, por lo que es vanidad. Y por esto es que muchos falsos predicadores y maestros han podido aprovecharse de las personas, porque saben que lo que mas desea el pueblo es el bienestar económico. Y claro, el falso predicador o maestro cae en lo mismo porque eso es lo que busca también. En fin, hay demasiadas personas que tienen un enamoramiento muy grande con lo material, y desgraciadamente, hay demasiado materialismo dentro del pueblo del Señor. Esto va ha sonar muy feo, pero nadie dijo que la verdad era fácil. Estamos viviendo los últimos tiempos, y lo vemos por la manifestación de la gran ramera que habla el Apocalipsis, donde la iglesia se ha convertido en una máquina de hacer dinero. El dinero es la fuerza motivadora. Desgraciadamente, la mayoría de las iglesias, sus siervos, y sus miembros solo están enfocados en hacer dinero y vivir bien, nada más, aquellos que: …toman la piedad como fuente de ganancia; apártate de los tales. 1 Timoteo 6:5b.

Hay que entender algo muy claramente: un negocio depende de la demanda. Hay muchos que pueden decir: Claro, los pastores y predicadores que se llenan los bolsillos de dinero son malos. Y si, es verdad. Pero, si una persona va a la iglesia solo en busca de lo material, y compra sus libros, y sus audios, etc., y que también están llenos de avaricia y egoísmo, y no se ponen la mano en el corazón para ayudar a nadie, también están formando parte de este gran mal que se sigue perpetuando. No es parte de la solución, sino, es parte del problema también.

Esto es lo que dice la Palabra acerca de la intención y la oración mal hecha: Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís. Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites. Santiago 4:2-3. Y esto es lo que dijo el Señor acerca de las riquezas, y que no hay que preocuparse por lo que uno realmente necesita (no de deseos): Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas. Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos. Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal. Mateo 6:24-34.

Entonces, si el Señor nos instruyo de esta manera, uno tiene que pensar, ¿Cuál fue la razón por lo que vino el Señor? (porque no fue ni para hacernos ricos, ni poderosos, ni famosos, ni para que tengamos perfecta salud, ni nada eso). Esto fue lo que El dijo: …yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. Juan 10:10b. Y aquí es donde podemos en realidad enfocar la función de la oración con cosas más grandes y necesarias. ¿Cuál es el milagro mas grande que se puede dar? ¿Las sanidades físicas? ¿El echar fuera demonios? ¿El resucitar a los muertos? Dios puede hacer lo que El quiera porque todo esta a Su alcance, y sí se puede pedir por estos tipos de necesidades. Pero, el milagro más grande es la salvación eterna. Para esto fue que realmente vino el Señor, para que tengamos la vida eterna. Pero ¿cómo uno puede orar por la salvación de otra persona si ni ella misma entiende su valor en su propia vida? ¿Podrá hacer el Señor ese milagro en otra persona, si la persona misma que está pidiendo aún no ha llegado a ser salva? (porque son demasiados los que aún están en ese balancín de creer o no creer realmente). ¿Cómo puedo decir esto? Piensa en tus acciones y en lo que motiva tus acciones. Si es el Señor quien te motiva ha hacer las cosas, porque has entendido el increíble milagro de la salvación eterna en tu propia vida, entonces vivirás tu vida de una manera para complacerle a El y hacer aquellas cosas que realmente le importan al Señor. Pero si son otras tus motivaciones, y esas no tienen la influencia de Dios, entonces sencillamente todavía no ha sucedido lo que debe suceder. Puede que uno diga: No deseo cosas malas, sino deseo cosas que yo pienso que son buenas. Y el asunto no se trata necesariamente de hacer lo bueno o lo malo, sino, cual es la intención de tu corazón, y que es lo que motiva tus acciones. ¿Por quien es que tu vives, para ti mismo, o para el Señor?

Entonces, si hemos llegado a la nueva vida de la cual habla la Biblia, de nacer de nuevo en Cristo, entonces nuestras oraciones y acciones deben estar enfocadas en el milagro mas grande que puede existir: en la salvación de las almas. A eso es lo que se refería el Señor, de que haríamos cosas aún mayores, y esa oración si es contestada, mas tarde o mas temprano, si uno lo hace con verdadera fe. Puede que tus ojos físicos no lo vean suceder, pero sucederá.

Así que, ¿has experimentado el milagro mas grande en tu vida? Y si es así, ¿oras y trabajas para que los demás puedan experimentarlo también? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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