Basado en Juan 16:16-24 (Versión Reina Valera 1960)
Todavía un poco, y no me veréis; y de nuevo un poco, y me veréis; porque yo voy al Padre. Entonces se dijeron algunos de sus discípulos unos a otros: ¿Qué es esto que nos dice: Todavía un poco y no me veréis; y de nuevo un poco, y me veréis; y, porque yo voy al Padre? Decían, pues: ¿Qué quiere decir con: Todavía un poco? No entendemos lo que habla. Jesús conoció que querían preguntarle, y les dijo: ¿Preguntáis entre vosotros acerca de esto que dije: Todavía un poco y no me veréis, y de nuevo un poco y me veréis? De cierto, de cierto os digo, que vosotros lloraréis y lamentaréis, y el mundo se alegrará; pero aunque vosotros estéis tristes, vuestra tristeza se convertirá en gozo. La mujer cuando da a luz, tiene dolor, porque ha llegado su hora; pero después que ha dado a luz un niño, ya no se acuerda de la angustia, por el gozo de que haya nacido un hombre en el mundo. También vosotros ahora tenéis tristeza; pero os volveré a ver, y se gozará vuestro corazón, y nadie os quitará vuestro gozo. En aquel día no me preguntaréis nada. De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará. Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido.
Yo me acuerdo de que cuando yo era muy niño, y estaba en la escuela, que a veces los últimos ratos de ciertos días de escuela no había mucho que hacer, especialmente cuando terminábamos nuestros trabajos antes de la hora. Entonces, en esos momentos solo quedaba la opción de esperar a que sonara la campana para poder irse, porque uno no se podía ir temprano. Yo recuerdo que ponía mi cabeza sobre el escritorio donde me sentaba, y fijaba mis ojos en el reloj en la pared. Y el problema era que mientras más miraba el reloj con la esperanza que pasara luego el tiempo, daba la apariencia como que el tiempo se detenía y se estiraba. Sentía que las manecillas que mostraban las horas, los minutos, y los segundos iban cada vez mas despacio. El día se sentía interminable. Se sentía casi como una tortura. ¿Sienten la vida así en algunos instantes, especialmente cuando se esta atravesando un momento difícil, y como que no solamente el tiempo trascurre más lento, pero como que todo va empeorando? ¿Alguna vez han sentido como si estuvieren caminando lentamente en un túnel que se va poniendo cada vez más oscuro, que parece que no tuviere final, y no se puede ver ni siquiera una luz de esperanza a la distancia?
Esta vida puede ser muy difícil para muchos de nosotros, de alguna manera u otra. El Señor nunca nos dijo que todo saldría bien aquí, y que estaríamos contentos y rebosantes, y que podríamos cumplir todos nuestros anhelos y deseos. Eso nunca fue escrito en la Biblia, como lo pudimos leer hoy hace un momento. Todo lo contrario, el Señor nos advirtió que tendríamos tristeza y hasta aflicción, y no solamente eso, sino también, que tendríamos que pasar pruebas y tribulaciones. Se que esto no es agradable, pero a la misma vez, hay que entender lo que esta pasando, y que tu no eres la única persona que le sucede. No estas solo o sola en esto. La verdad es que esto va a ser difícil, no porque el Señor lo desea así necesariamente, sino por el pecado que mora en este lugar y hasta dentro de nuestras vidas. Por eso que el Señor aborrece el pecado, porque lo echa a perder todo. Así que, si le quieren echar la culpa a algo por el dolor y la tristeza, échenle la culpa a donde tiene que ir, al pecado.
Pero, aquí vienen mejores cosas, las cuales hay que siempre tener en mente y en nuestro corazón, especialmente cuando estamos atravesando momentos difíciles, porque esta vida es solo un momento cuando lo comparas a la eternidad. Cuando le entregamos nuestras vidas al Señor, y permanecemos en Su fe, hay grandes y bellas promesas que le esperan a todos aquellos que amamos al Señor, como está escrito: Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más. Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron. Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas. Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida. El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo. Apocalipsis 21:1-7. Este debe ser el gozo que mantiene a todo cristiano mirando hacia adelante, hacia la meta.
Así que, para los que no la están pasando muy bien ahora, recuerden que tenemos una esperanza viva y eterna en el Señor. El discípulo del Señor siempre tiene el gozo de la esperanza de que todo esto pasará algún día, y que vendrán no solo mejores días, sino que una indescriptible eternidad con todo lo que solo el Señor puede ofrecer. A la misma vez, para aquellos que no la están pasando muy mal, recuerden también que todo lo de aquí es pasajero, igual como nuestras vidas. Como está escrito: Porque: Toda carne es como hierba, y toda la gloria del hombre como flor de la hierba. La hierba se seca, y la flor se cae. 1 Pedro 1:24. Entonces, sea que la estemos pasando bien, más o menos, o no muy bien, el reloj de nuestras vidas va corriendo bien rápido. A cada uno de nosotros se nos cumplirá el tiempo de nuestro fin carnal. Esa es una realidad inevitable. Por eso que la Palabra nos da este consejo: Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y lleguen los años de los cuales digas: No tengo en ellos contentamiento; antes que se oscurezca el sol, y la luz, y la luna y las estrellas, y vuelvan las nubes tras la lluvia; cuando temblarán los guardas de la casa, y se encorvarán los hombres fuertes, y cesarán las muelas porque han disminuido, y se oscurecerán los que miran por las ventanas; y las puertas de afuera se cerrarán, por lo bajo del ruido de la muela; cuando se levantará a la voz del ave, y todas las hijas del canto serán abatidas; cuando también temerán de lo que es alto, y habrá terrores en el camino; y florecerá el almendro, y la langosta será una carga, y se perderá el apetito; porque el hombre va a su morada eterna, y los endechadores andarán alrededor por las calles; antes que la cadena de plata se quiebre, y se rompa el cuenco de oro, y el cántaro se quiebre junto a la fuente, y la rueda sea rota sobre el pozo; y el polvo vuelva a la tierra, como era, y el espíritu vuelva a Dios que lo dio. Vanidad de vanidades, dijo el Predicador, todo es vanidad… …El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre. Porque Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala. Eclesiastés 12:1-8, 13-14.
Así que, ¿Qué estas haciendo con tu vida mientras estas aquí en la tierra? ¡Qué el Señor les bendiga! John