Basado en Juan 21:20-25 (Versión Reina Valera 1960)

20 Volviéndose Pedro, vio que les seguía el discípulo a quien amaba Jesús, el mismo que en la cena se había recostado al lado de él, y le había dicho: Señor, ¿quién es el que te ha de entregar? 21 Cuando Pedro le vio, dijo a Jesús: Señor, ¿y qué de éste? 22 Jesús le dijo: Si quiero que él quede hasta que yo venga, ¿qué a ti? Sígueme tú. 23 Este dicho se extendió entonces entre los hermanos, que aquel discípulo no moriría. Pero Jesús no le dijo que no moriría, sino: Si quiero que él quede hasta que yo venga, ¿qué a ti? 24 Este es el discípulo que da testimonio de estas cosas, y escribió estas cosas; y sabemos que su testimonio es verdadero. 25 Y hay también otras muchas cosas que hizo Jesús, las cuales si se escribieran una por una, pienso que ni aun en el mundo cabrían los libros que se habrían de escribir. Amén.

Se han escrito libros de todos tipos en el mundo, y a través de los tiempos. Y en muchas ocasiones, los libros que se han escrito tienen que ver con algún tipo de historia o recuento, sea algo verídico o de ficción. Por ejemplo, se han escrito muchos libros de historias que son dramáticas, o de acción, o de romanticismo, o de comedia, y también hay aquellos que tienen un complemento de todas estas cosas. Y en toda ocasión, hay un protagonista y hay otros caracteres, y dependiendo de lo que hace el protagonista y los caracteres en la historia, es que crece el interés en el libro. En tiempos más modernos, si hay un libro que tiene algún tipo de auge especial, las compañías de cine entonces hacen una película de aquello. Y bueno, tratan de encontrar actores que puedan demostrar lo más fielmente posible los caracteres del libro, y el punto es que la película cautive la audiencia lo mejor posible para que tenga mucho éxito. Y ahora, aún más, después que se muestra en el cine, siguen las presentaciones en la televisión o se renta, para que después se vea muchas veces. Ninguna película se hace con el fin de que fracase y que a nadie le guste.  

Ahora bien, en la escena de hoy (por decir) de esta historia muy verídica, vemos a más de tres seres (los demás se verán más claros después). Vemos al Señor, a Pedro, y a Juan, por lo menos, más directamente. Y Pedro (como muchas veces había hecho antes), con sus preguntas y sus declaraciones, pregunta acerca de Juan. Y algo muy interesante sucede. En vez del Señor darle alguna explicación, vuelve la atención hacia Pedro, para que no se preocupe tanto por Juan, sino más bien, que se preocupe por lo que él va a hacer. Y esto introduce nuestro primer punto: Muchos hacen referencia de los demás, especialmente para desvirtuar las cosas. ¿Se han dado cuenta de eso? Es más, hay muchas personas que ponen en tela de juicio a Dios por lo que pasa con las demás personas. Hay personas que inclusive determinan si desean creer en Dios o no en base a su juicio en contra de Dios. Por ejemplo, hay personas que dicen no poder creer en Dios porque se enfocan en todo el mal que existe en el mundo, y que si existiera un Dios bueno, cómo podría permitir tanta maldad. Lo más interesante del caso es que muchos que reclaman de eso no hacen mucho por su prójimo. Juzgan a Dios, pero no hacen nada al respecto tampoco. Y aquí podríamos aplicar lo que le dijo el Señor a Pedro: ¿Qué a ti?

Hay algo que elude a muchas personas, y es el asunto del propósito de Dios para nuestras vidas. En el amar al Señor con todo nuestro ser, y el amar al prójimo (porque existe un orden de prioridad), en cumplir lo que consta toda la intención de Ley de Dios y los profetas, uno, más bien se hace el mejor servicio que se pudiera hacer. Porque si no amas al Señor con todo tu ser, y a tu prójimo como a ti mismo, en fin, al que más estas despreciando es ti mismo. Francamente, no te amas en lo más absoluto. ¿Cómo puede ser eso? Sigamos la línea de lógica por un instante. Al hacer a Dios el centro de tu vida, la Biblia nos garantiza la salvación eterna. Y al buscar seguir los propósitos de Dios, al amar a nuestro prójimo, todo lo que haces entonces tiene también recompensa eterna. O sea, que al volver nuestro foco enteramente hacia el Señor y a los demás, estamos en realidad logrando lo mejor para nuestras vidas, tanto como en el aquí y ahora, y en la eternidad. No existe mayor bien para el ser humano. Pero, si no amas a Dios, entonces no hay vida eterna, ni Espíritu Santo, ni bendición ninguna para tu vida. Y bueno, puedes tratar de ayudar a los demás, pero no te sirve de nada porque Dios no está en aquello. Estas totalmente fuera de secuencia, fuera de orden. Tiene que existir lo primero para que venga lo que sigue. Así que, si piensas que te estás haciendo un buen servicio en no seguir al Señor, en no venir a obedecerle y buscar cumplir Sus propósitos, estas muy equivocado. En el egoísmo no hay vida, ni bien, ni bendición, ni nada que se le asemeje.

 Y aquí trataremos de juntar los pensamientos. La verdad es que vivimos en un lugar donde hay un gran número de seres y personas que te están viendo, como si tu vida estuviere siendo leída o vista en una película. Hay algo que se está escribiendo de ti justamente en este momento. La Biblia nos enseña esto: 1 Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, 2 puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. Hebreos 12:1-2. ¿Quiénes son ésta tan grande nube de testigos? Te presento a tu audiencia. Para comenzar, está la Trinidad Divina, y todas Sus legiones celestes. Esta también Satanás y sus demonios. Y de lo que puedes ver, esta tu familia, tus seres queridos, tus compañeros de la escuela y del trabajo, las personas en las tiendas, las personas en la calle, etc., etc. Tienes una audiencia muy grande, tanto visible e invisible (por el momento).

Ahora, ¿a qué libros se refería Juan? El Señor hizo muchas obras durante Su tiempo aquí en la tierra, muchas de las cuales no se escribieron en la Biblia. Lo que se inspiró y escribió en la Biblia fue lo suficiente para que pudiéramos entender lo necesario. Pero, por causa de esas obras, hay muchas otras obras que le siguieron, se creó una cadena interminable. Y ¿Cómo vemos esa cadena de libros hoy? Tu y yo somos producto de esa cadena de eventos. Por eso que Juan se refiere a cosas que “hizo” el Señor, porque esas primeras tantas cosas fueron lo que hicieron posibles las cosas de hoy, y las que seguirán sucediendo hasta la eternidad. El concepto del tiempo y la secuencia de las cosas es algo increíble y difícil de explicar, pero es lo que es, lo entendamos o no.

En fin, y considerando lo que hemos dicho hoy, ¿Cómo es el libro de tu vida? ¿Qué dirán todos los distintos seres que lo están viendo? ¿Es Jesús el protagonista, o un personaje que entra y sale a veces nada más, sin ningún tipo de importancia? ¿Es un libro o una película que solo refleja la autodestrucción o simple existencia de un ser egoísta, sin Dios? ¿Dios querría repetirse la película de tu vida, o con una sola vez le bastaría a El para no querer verla nunca más? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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