Basado en Isaías 33:1-16 (Versión Reina Valera 1960)
¡Ay de ti, que saqueas, y nunca fuiste saqueado; que haces deslealtad, bien que nadie contra ti la hizo! Cuando acabes de saquear, serás tú saqueado; y cuando acabes de hacer deslealtad, se hará contra ti. Oh Jehová, ten misericordia de nosotros, a ti hemos esperado; tú, brazo de ellos en la mañana, sé también nuestra salvación en tiempo de la tribulación. Los pueblos huyeron a la voz del estruendo; las naciones fueron esparcidas al levantarte tú. Sus despojos serán recogidos como cuando recogen orugas; correrán sobre ellos como de una a otra parte corren las langostas. Será exaltado Jehová, el cual mora en las alturas; llenó a Sion de juicio y de justicia. Y reinarán en tus tiempos la sabiduría y la ciencia, y abundancia de salvación; el temor de Jehová será su tesoro. He aquí que sus embajadores darán voces afuera; los mensajeros de paz llorarán amargamente. Las calzadas están deshechas, cesaron los caminantes; ha anulado el pacto, aborreció las ciudades, tuvo en nada a los hombres. Se enlutó, enfermó la tierra; el Líbano se avergonzó, y fue cortado; Sarón se ha vuelto como desierto, y Basán y el Carmelo fueron sacudidos. Ahora me levantaré, dice Jehová; ahora seré exaltado, ahora seré engrandecido. Concebisteis hojarascas, rastrojo daréis a luz; el soplo de vuestro fuego os consumirá. Y los pueblos serán como cal quemada; como espinos cortados serán quemados con fuego. Oíd, los que estáis lejos, lo que he hecho; y vosotros los que estáis cerca, conoced mi poder. Los pecadores se asombraron en Sion, espanto sobrecogió a los hipócritas. ¿Quién de nosotros morará con el fuego consumidor? ¿Quién de nosotros habitará con las llamas eternas? El que camina en justicia y habla lo recto; el que aborrece la ganancia de violencias, el que sacude sus manos para no recibir cohecho, el que tapa sus oídos para no oír propuestas sanguinarias; el que cierra sus ojos para no ver cosa mala; éste habitará en las alturas; fortaleza de rocas será su lugar de refugio; se le dará su pan, y sus aguas serán seguras.
Muchos creen que, porque no ven fuego caer del cielo u otras cosas extremadamente inusuales, que no existe tal juicio de Dios, o hasta dudan en que Dios existe. Muchos piensan que Dios es como un mito, o parte de una tradición antigua. Y aún más, si es que “algo” existe (como algunos piensan), que es algo o alguien tan bueno que pasará por alto el pecado y Su existencia no afecta en nada. Muchos supuestos cristianos creen de esta manera, a lo menos, eso demuestran. Pero, la Verdad es que Dios sí existe, que es Todopoderoso, Santo, y Sublime, y que tiene todo tipo de autoridad y poder para llevar a cabo el juicio que ya viene en camino, lo quieran creer o no. El Señor no va a pasar por alto ni las rebeliones ni las abominaciones del mundo, y ni aún menos, ignorar lo que Su llamado pueblo hace. Dios sí juzgara todo el mal, a pesar de lo lindo y agradable que prediquen ciertos llamados siervos de Dios, y de la manera que prácticamente incitan a pisotear Su divina gracia, y todo basado en que Dios es un Dios bueno y amoroso, y extremadamente paciente. Usan mal la Palabra que dice: …no se irrita… …todo lo sufre… …todo lo soporta… Este tipo de enseñanza no está de acuerdo con lo que la Biblia enseña. Dios es Dios, y hay que respetarlo como tal.
¿De dónde emana este error de que Dios no juzga? Como todo lo malo, proviene de Satanás y de sus ministros, como dicen las Escrituras: …doctrinas de demonios. Esto es lo que realmente dice la Palabra: Palabra de Jehová que vino a Jeremías, diciendo: Ponte a la puerta de la casa de Jehová, y proclama allí esta palabra, y di: Oíd palabra de Jehová, todo Judá, los que entráis por estas puertas para adorar a Jehová. Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Mejorad vuestros caminos y vuestras obras, y os haré morar en este lugar. No fiéis en palabras de mentira, diciendo: Templo de Jehová, templo de Jehová, templo de Jehová es este. Pero si mejorareis cumplidamente vuestros caminos y vuestras obras; si con verdad hiciereis justicia entre el hombre y su prójimo, y no oprimiereis al extranjero, al huérfano y a la viuda, ni en este lugar derramareis la sangre inocente, ni anduviereis en pos de dioses ajenos para mal vuestro, os haré morar en este lugar, en la tierra que di a vuestros padres para siempre. He aquí, vosotros confiáis en palabras de mentira, que no aprovechan. Hurtando, matando, adulterando, jurando en falso, e incensando a Baal, y andando tras dioses extraños que no conocisteis, ¿vendréis y os pondréis delante de mí en esta casa sobre la cual es invocado mi nombre, y diréis: Librados somos; para seguir haciendo todas estas abominaciones? ¿Es cueva de ladrones delante de vuestros ojos esta casa sobre la cual es invocado mi nombre? He aquí que también yo lo veo, dice Jehová. Jeremías 7:1-11. Muchos creen que, porque hicieron algún tipo de decisión por el Señor, o porque van a alguna iglesia, o porque hacen algo que luce como bueno, se creen pueblo de Dios o “templo de Jehová”. Pero, vimos en este reciente pasaje que no basta con creerse templo de Jehová, sino que, debe haber un cambio, y un proseguir en cambiar, en hacer como El manda. Por eso que muy confiadamente puedo decir que no puede haber práctica de pecado en una persona que se llame ser pueblo del Señor, o si no, más tarde o más temprano, vendrá el castigo del Señor. Miremos bien a la historia que muestran las Escrituras, en el mismo pueblo de Juda, al cual se le hablo aquí. Tanto pecaron en contra del Señor haciendo distintos males delante de Sus ojos, que el Señor sí permitió que fueran conquistados por sus enemigos, y la tierra desolada y sus ciudades destruidas, y hasta muchos de los pocos sobrevivientes, ser llevados como esclavos. Miles de miles de personas murieron a filo de espada, así que ni fue necesario que los elementos fueran afectados. Hay muchas maneras en las cuales Dios puede hacer lucir Su profunda desaprobación. Esto se nos deja como ejemplo, de lo que puede suceder si escogemos persistir en el pecado.
Esto es lo que nos manda la Palabra referente al problema de tratar de abusar de la gracia de Dios: Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro. No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias; ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia. Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia. ¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? En ninguna manera. ¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia? Gálatas 6:11-16. Porque esta es la realidad mas grande a la cual le debemos temer (sí, tener miedo, aún dentro de la gracia de Dios): No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna. Gálatas 6:7-8. No puedes engañar a Dios.
Finalmente, no te guíes por tu propia opinión, por lo que te parece bien, y ciertamente, no trates de abusar de la gracia de Dios. Esto se nos aconseja: No seas sabio en tu propia opinión; teme a Jehová, y apártate del mal. Proverbios 3:7. Entonces, ¿Vives tu vida de tal manera que Dios ve todo lo que haces, y que algún día si darás cuenta, sea aquí en la tierra, o en la eternidad? ¡Qué el Señor les bendiga! John