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Basado en Jeremías 37:1-19 (Versión Reina Valera 1960)

En lugar de Conías hijo de Joacim reinó el rey Sedequías hijo de Josías, al cual Nabucodonosor rey de Babilonia constituyó por rey en la tierra de Judá. Pero no obedeció él ni sus siervos ni el pueblo de la tierra a las palabras de Jehová, las cuales dijo por el profeta Jeremías. Y envió el rey Sedequías a Jucal hijo de Selemías, y al sacerdote Sofonías hijo de Maasías, para que dijesen al profeta Jeremías: Ruega ahora por nosotros a Jehová nuestro Dios. Y Jeremías entraba y salía en medio del pueblo; porque todavía no lo habían puesto en la cárcel. Y cuando el ejército de Faraón había salido de Egipto, y llegó noticia de ello a oídos de los caldeos que tenían sitiada a Jerusalén, se retiraron de Jerusalén. Entonces vino palabra de Jehová al profeta Jeremías, diciendo: Así ha dicho Jehová Dios de Israel: Diréis así al rey de Judá, que os envió a mí para que me consultaseis: He aquí que el ejército de Faraón que había salido en vuestro socorro, se volvió a su tierra en Egipto. Y volverán los caldeos y atacarán esta ciudad, y la tomarán y la pondrán a fuego. Así ha dicho Jehová: No os engañéis a vosotros mismos, diciendo: Sin duda ya los caldeos se apartarán de nosotros; porque no se apartarán. Porque aun cuando hirieseis a todo el ejército de los caldeos que pelean contra vosotros, y quedasen de ellos solamente hombres heridos, cada uno se levantará de su tienda, y pondrán esta ciudad a fuego. Y aconteció que cuando el ejército de los caldeos se retiró de Jerusalén a causa del ejército de Faraón, salía Jeremías de Jerusalén para irse a tierra de Benjamín, para apartarse de en medio del pueblo. Y cuando fue a la puerta de Benjamín, estaba allí un capitán que se llamaba Irías hijo de Selemías, hijo de Hananías, el cual apresó al profeta Jeremías, diciendo: Tú te pasas a los caldeos. Y Jeremías dijo: Falso; no me paso a los caldeos. Pero él no lo escuchó, sino prendió Irías a Jeremías, y lo llevó delante de los príncipes. Y los príncipes se airaron contra Jeremías, y le azotaron y le pusieron en prisión en la casa del escriba Jonatán, porque la habían convertido en cárcel. Entró, pues, Jeremías en la casa de la cisterna, y en las bóvedas. Y habiendo estado allá Jeremías por muchos días, el rey Sedequías envió y le sacó; y le preguntó el rey secretamente en su casa, y dijo: ¿Hay palabra de Jehová? Y Jeremías dijo: Hay. Y dijo más: En mano del rey de Babilonia serás entregado. Dijo también Jeremías al rey Sedequías: ¿En qué pequé contra ti, y contra tus siervos, y contra este pueblo, para que me pusieseis en la cárcel? ¿Y dónde están vuestros profetas que os profetizaban diciendo: No vendrá el rey de Babilonia contra vosotros, ni contra esta tierra?

La desobediencia al Señor siempre acarrea grandes problemas, tales problemas que se pueden manifestar aquí y ahora, pero aún peor, después, cuando toque estar delante de Su trono. Vivimos en una era donde nuestras culturas y la sociedad han adoptado una mentalidad donde creen que el hombre es el que reina y controla la realidad, tanto como el que está situado en un lugar de poder humano, como también, la persona común y corriente (por decir). Satanás ha obrado de tal manera en el mundo que la gran mayoría de las personas piensan que sus opiniones son las que definen sus propias realidades, hasta e inclusive las acciones de Dios y la eternidad. El hombre cree que todo saldra como le parece, y por desgracia, el que más ha adoptado esta actitud, esta mentalidad, es el llamado pueblo de Dios.

Como escribió Eclesiastés: …nada hay nuevo debajo del sol. Lo que vemos hoy es idéntico a lo que se vió antes, como lo que leímos en el pasaje de hoy. Sedequias y el pueblo de Judá no obedecieron al Señor. Hicieron todo como les parecía, y desgraciadamente, todo lo contrario, a como Dios les había enseñado hace mucho tiempo a través de Su Palabra. En vez de seguir al Señor, siguieron a otros dioses. Y siguieron tales dioses que hasta demandaban la muerte de sus hijos como parte de adoración, para poder conseguir su favor. La única diferencia entre el matar niños antes y ahora, es que antes se hacía por un dios, para poder conseguir favores. Ahora, se matan millones de niños antes de nacer con la excusa de que la mujer puede hacer lo quiera con su cuerpo. El dios Moloc hoy tiene forma de mujer. Esa es la única diferencia. Y la gente de Judá, en vez de amar a su prójimo, lo trataban injustamente, haciéndole el mal al inocente e indefenso. En fin, Judá hizo el mal delante de los ojos del Señor, y por mucho tiempo y muchas generaciones. Nuestra sociedad, y aún peor, nuestra comunidad cristiana va por el mismo camino, adoptando estilos de vida que van totalmente en contra del Señor, y convirtiéndose a sí mismo en su propio señor, o más bien, entronando a Satanás en sus vidas y sirviendo al pecado que mora en sus miembros. No era bueno antes, ni tampoco será bueno ahora, por mucho que piense la gente de que todo saldrá bien, y que nunca vendrá el mal. Ellos tienen que haber pensado que nunca nada malo les iba a suceder, igual como se piensa ahora.

En aquel entonces, también tenían profetas mentirosos, tal como los hay hoy. A Sedequias y al pueblo les hablaron muchos profetas de que todo estaría bien, y que habría paz y bendición, a pesar de todo el pecado que estaban cometiendo, igual que ahora. Jeremías hasta le preguntó al rey, diciendo: ¿Y dónde están vuestros profetas que os profetizaban diciendo: No vendrá el rey de Babilonia contra vosotros, ni contra esta tierra? Digan lo que digan, piensen lo que piensen, todo lo que realmente dice Dios se cumplirá. Por lo tanto, esto dice el Señor: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: No escuchéis las palabras de los profetas que os profetizan; os alimentan con vanas esperanzas; hablan visión de su propio corazón, no de la boca de Jehová. Dicen atrevidamente a los que me irritan: Jehová dijo: Paz tendréis; y a cualquiera que anda tras la obstinación de su corazón, dicen: No vendrá mal sobre vosotros. Porque ¿quién estuvo en el secreto de Jehová, y vio, y oyó su palabra? ¿Quién estuvo atento a su palabra, y la oyó? He aquí que la tempestad de Jehová saldrá con furor; y la tempestad que está preparada caerá sobre la cabeza de los malos. No se apartará el furor de Jehová hasta que lo haya hecho, y hasta que haya cumplido los pensamientos de su corazón; en los postreros días lo entenderéis cumplidamente. No envié yo aquellos profetas, pero ellos corrían; yo no les hablé, mas ellos profetizaban. Pero si ellos hubieran estado en mi secreto, habrían hecho oír mis palabras a mi pueblo, y lo habrían hecho volver de su mal camino, y de la maldad de sus obras. ¿Soy yo Dios de cerca solamente, dice Jehová, y no Dios desde muy lejos? ¿Se ocultará alguno, dice Jehová, en escondrijos que yo no lo vea? ¿No lleno yo, dice Jehová, el cielo y la tierra? Yo he oído lo que aquellos profetas dijeron, profetizando mentira en mi nombre, diciendo: Soñé, soñé. ¿Hasta cuándo estará esto en el corazón de los profetas que profetizan mentira, y que profetizan el engaño de su corazón? Jeremías 23:16-26. ¿necesita mucha explicación esto?

Las cosas del Señor son así de sencillas: No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna. Gálatas 6:7-8. ¿Bendecirá Dios si Su llamado pueblo peca en contra de El fornicando, adulterando, buscando otros dioses, buscando cumplir su propia voluntad, y así despreciando al Señor y a su prójimo? ¿Podrá producirse la vida donde solo se siembra la muerte? No lo creo. Así que, ¿de qué manera se cumplirá la Palabra de Dios en tu vida? ¿para vida o para muerte? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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