Basado en 2 Reyes 25:22-26 (Versión Reina Valera 1960)  

Y al pueblo que Nabucodonosor rey de Babilonia dejó en tierra de Judá, puso por gobernador a Gedalías hijo de Ahicam, hijo de Safán. Y oyendo todos los príncipes del ejército, ellos y su gente, que el rey de Babilonia había puesto por gobernador a Gedalías, vinieron a él en Mizpa; Ismael hijo de Netanías, Johanán hijo de Carea, Seraías hijo de Tanhumet netofatita, y Jaazanías hijo de un maacateo, ellos con los suyos. Entonces Gedalías les hizo juramento a ellos y a los suyos, y les dijo: No temáis de ser siervos de los caldeos; habitad en la tierra, y servid al rey de Babilonia, y os irá bien. Mas en el mes séptimo vino Ismael hijo de Netanías, hijo de Elisama, de la estirpe real, y con él diez varones, e hirieron a Gedalías, y murió; y también a los de Judá y a los caldeos que estaban con él en Mizpa. Y levantándose todo el pueblo, desde el menor hasta el mayor, con los capitanes del ejército, se fueron a Egipto, por temor de los caldeos.

¿Nos debiera ir bien a nosotros en este mundo si hacemos la voluntad de Dios? Esta pregunta no es una mala pregunta, porque si se contesta de acuerdo a las Escrituras, entonces encontraríamos la respuesta prácticamente a todo, especialmente al porqué existimos. Para comenzar, en este mundo puede que nos vaya bien por hacer la voluntad de Dios, como también, nos puede ir mal (humanamente hablando por supuesto). El hacer la voluntad de Dios no garantiza grandes éxitos humanos, o glorias terrestres, o prosperidades en el aquí y ahora. No siempre hay un terminar feliz como en los cuentos de hadas cuando se hace lo que Dios quiere aquí y ahora. Vemos en este mismo pasaje que no le fue muy bien a Gedalias al hacer la voluntad de Dios, y especialmente cuando trato de llevar a otros a que hicieran también la voluntad de Dios (porque era la voluntad de Dios que Judá se sometiera al rey Nabucodonosor, su siervo). Y sé que esto es lo que debilita la supuesta fe de muchos, y vuelve el seguir a Dios como algo no atractivo o deseable. Hablar de realidades sencillamente no vende muy bien. Pero, es necesario ahondar más.

Para el Señor, no es gran misterio ni nada nuevo a que haya cierto rechazo de las personas, porque las cosas no les salen como quisieran. Esto, por ejemplo, está escrito sobre el asunto: Vuestras palabras contra mí han sido violentas, dice Jehová. Y dijisteis: ¿Qué hemos hablado contra ti? Habéis dicho: Por demás es servir a Dios. ¿Qué aprovecha que guardemos su ley, y que andemos afligidos en presencia de Jehová de los ejércitos? Decimos, pues, ahora: Bienaventurados son los soberbios, y los que hacen impiedad no solo son prosperados, sino que tentaron a Dios y escaparon. Entonces los que temían a Jehová hablaron cada uno a su compañero; y Jehová escuchó y oyó, y fue escrito libro de memoria delante de él para los que temen a Jehová, y para los que piensan en su nombre. Y serán para mí especial tesoro, ha dicho Jehová de los ejércitos, en el día en que yo actúe; y los perdonaré, como el hombre que perdona a su hijo que le sirve. Malaquías 3:13-17. Ahora, este pasaje sí nos recuerda algo muy importante, lo más importante de todo en el universo para el hombre, y donde debemos posar nuestra más excelente atención, si tenemos algo de raciocinio. Dice: …Jehová escucho y oyó, y fue escrito libro de memoria delante de él…  Entonces, ¿Qué debiéramos entender aquí? Que el Señor todo lo escucha y lo sabe, y que, en alguna parte, todo se está escribiendo, hasta lo más íntimo en nuestro ser. Entonces, hay un lápiz (por decir) en este mismo momento escribiendo todo lo que estás haciendo, hasta lo que estás pensando, en algún libro en alguna parte delante de la presencia del Dios Todopoderoso. Y ¿Por qué? Porque a Dios sí le importa lo que hacemos, y El abrirá ese libro cuando demos cuenta al final, delante de Su santo trono. Esto mismo escribió el Apóstol Pablo, inspirado por el Espíritu Santo, por supuesto: Por tanto procuramos también, o ausentes o presentes, serle agradables. Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo. 2 Corintios 5:9-10. Y esto dá a conocer la más grande equivocación que muchos creyentes tienen, tal equivocación que produjo nada menos que Satanás mismo a través de las doctrinas de sus demonios, que se difundieran tan perfectamente en muchas de nuestras iglesias. Todos, sin excepción, hasta los que seguimos al Señor daremos cuenta. ¿Qué dice el apóstol? “procuramos”, o sea, se incluye a sí mismo en el asunto, y debiera ser claro que si Pablo se incluye, posiblemente el ser que más llego a asemejarse al Señor, ¿Qué quedará para nosotros? Y dice también, que recibiremos lo que hayamos hecho mientras estemos en el cuerpo, sea bueno o sea malo. Desde el momento que menciona el bien y el mal, es porque Dios pesará nuestros hechos, lo que hicimos con nuestra fe.

Si seguimos ahondando más, vemos en la Palabra lo que dijo el Señor al respecto: No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad. Mateo 7:21-23. ¿Qué podemos entender con esto? Que solamente entraremos en el reino de los cielos si no solamente hacemos obras dignas de Su reino, sino que también las hagamos por las razones correctas, no importando las circunstancias. Esto también está escrito: Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo. Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre. Y vino a él el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan. Él respondió y dijo: Escrito está: No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. Entonces el diablo le llevó a la santa ciudad, y le puso sobre el pináculo del templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate abajo; porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti, y, en sus manos te sostendrán, para que no tropieces con tu pie en piedra. Jesús le dijo: Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios. Otra vez le llevó el diablo a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares. Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás. Mateo 4:1-10. ¿Cuál es el asunto de todo esto? Sencillamente, el diablo trató de tentar al Señor para hacer su voluntad y no la del Padre. Este es el asunto de absolutamente todo en esta vida, si decidimos hacer la voluntad de Dios mientras estamos aquí, a pesar de las circunstancias, o si le obedecemos al diablo, al pecado. No hay excusa para no hacer la voluntad de Dios. Arriesgar perder la vida no es una excusa. Porque como leímos antes, Gedalias perdió su vida por hacer la voluntad de Dios. Pago un precio. Pero en conjunto con el precio, hay que pesar la recompensa. Y a eso es lo que Dios quiere llevar a cada ser humano, a que decida si El vale más la pena que todo lo demás. ¿Por qué? Porque uno tiene que ser digno a través de una genuina fe en el Señor, de recibir tal recompensa que solo Dios puede dar. Dios no le va a dar a nadie lo que El tiene reservado solo para aquellos que le aman de verdad. Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman. 1 Corintios 2:9. Así que, ¿estás dispuesto a pagar el precio ahora para poder recibir la recompensa que Dios dá cuando se le ama y se le obedece fielmente? ¡Qué el Señor les bendiga! John. ¡Apoya a Israel! ¡Ora por Israel! ¡Dios bendecirá a los que bendicen a Israel!

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