Basado en Hechos 18:1-17 (Versión Reina Valera 1960)
Después de estas cosas, Pablo salió de Atenas y fue a Corinto. Y halló a un judío llamado Aquila, natural del Ponto, recién venido de Italia con Priscila su mujer, por cuanto Claudio había mandado que todos los judíos saliesen de Roma. Fue a ellos, y como era del mismo oficio, se quedó con ellos, y trabajaban juntos, pues el oficio de ellos era hacer tiendas. Y discutía en la sinagoga todos los días de reposo, y persuadía a judíos y a griegos. Y cuando Silas y Timoteo vinieron de Macedonia, Pablo estaba entregado por entero a la predicación de la palabra, testificando a los judíos que Jesús era el Cristo. Pero oponiéndose y blasfemando estos, les dijo, sacudiéndose los vestidos: Vuestra sangre sea sobre vuestra propia cabeza; yo, limpio; desde ahora me iré a los gentiles. Y saliendo de allí, se fue a la casa de uno llamado Justo, temeroso de Dios, la cual estaba junto a la sinagoga. Y Crispo, el principal de la sinagoga, creyó en el Señor con toda su casa; y muchos de los corintios, oyendo, creían y eran bautizados. Entonces el Señor dijo a Pablo en visión de noche: No temas, sino habla, y no calles; porque yo estoy contigo, y ninguno pondrá sobre ti la mano para hacerte mal, porque yo tengo mucho pueblo en esta ciudad. Y se detuvo allí un año y seis meses, enseñándoles la palabra de Dios. Pero siendo Galión procónsul de Acaya, los judíos se levantaron de común acuerdo contra Pablo, y le llevaron al tribunal, diciendo: Este persuade a los hombres a honrar a Dios contra la ley. Y al comenzar Pablo a hablar, Galión dijo a los judíos: Si fuera algún agravio o algún crimen enorme, oh judíos, conforme a derecho yo os toleraría. Pero si son cuestiones de palabras, y de nombres, y de vuestra ley, vedlo vosotros; porque yo no quiero ser juez de estas cosas. Y los echó del tribunal. Entonces todos los griegos, apoderándose de Sóstenes, principal de la sinagoga, le golpeaban delante del tribunal; pero a Galión nada se le daba de ello.
El primero de agosto de 2006, el doctor John D. Morris del Instituto para la Investigación de la Creación, escribió el siguiente artículo: ¿Renunció Darwin a la evolución en su lecho de muerte? La historia ha circulado durante décadas. Charles Darwin, tras una carrera dedicada a promover la evolución y el naturalismo, regresó al cristianismo de su juventud, renunciando en su lecho de muerte a la teoría de la evolución. La historia parece haber sido escrita por una tal "Lady Hope" y relata cómo ella lo visitó cerca del final y recibió su testimonio. Los evolucionistas en general, y su familia sobreviviente en particular, han cuestionado el relato. Quienes lo acompañaban en ese momento insisten en que no hubo un cambio de opinión evidente. De hecho, en su autobiografía, escrita al final de su vida, Darwin apoyó plenamente la evolución. Admitió que el concepto le desagradaba y le había causado mucha consternación, pero aún lo mantenía. Lady Hope fue real, la esposa de Lord Hope. Era una cristiana ferviente y amiga de la esposa de Darwin, también una cristiana firme que oró por él y lo presenció durante toda su vida matrimonial, sin ningún resultado, según él. Sin embargo, muchos han investigado la historia y todos han concluido que probablemente se trate de un mito urbano. No obstante, en sus últimos años, Darwin suavizó su actitud hacia el cristianismo, incluso permitió que una iglesia local celebrara sus reuniones en su propiedad y pidió que abrieran las ventanas de su dormitorio para poder escuchar los himnos. Un cristiano solo puede esperar que las semillas que plantó antes echaran raíces al final y que haya puesto su fe en Cristo antes de morir.
Como vimos en el pasaje de hoy, algunos recibieron el Evangelio, y creyeron en Cristo a tal punto de hasta soportar persecución y morir por su fe en El. Y vemos que otros no lo recibieron, y que hasta se dedicaron a dañar y matar a aquellos que lo recibían. Uno se pudiera preguntar: ¿En algún momento u otro, todos llegarán a ser salvos, o no? ¿Dios llama solo a ciertas personas para que sean salvas, o las llama a todas? Para responder a la primera pregunta, no sabemos si todos llegaran a la salvación o no. Solo Dios lo sabe. Como leímos recién una historia de Charles Darwin, el llamado, “padre de la evolución”, donde cabe la posibilidad de que algo pudo haber pasado al final de sus días, poco antes de haber muerto, por el recuento de esta valiente mujer Lady Hope, quien no era cualquier persona, sino una ferviente evangelista británica de renombre en el siglo 19. Ella era la esposa de Lord Hope, o aún más exactamente, Sir James Hope, quien fue nada menos que el almirante de la flota de la naval real del Reino Unido. Así que, hay que darle cierta credibilidad a la historia de que posiblemente sí se haya convertido Charles Darwin en sus últimos momentos, por las personas envueltas en el asunto. Habrá muchas sorpresas en el cielo, en el gran juicio de Dios, donde habrá aquellos que sí llegaron a tener una real fe en Cristo, aún en sus últimos momentos, y habrá también aquellos que daban la apariencia de haber tenido una fe, y serán condenados por el Señor por su hipocresía y religiosidad.
Ahora bien, para responder a la segunda pregunta, que si Dios solo llama a ciertas personas a ser salvas, la Palabra nos enseña conclusivamente de que Dios desea que el mundo entero sea salvo, sin excepciones. El amor de Dios es tal que abre Sus brazos a todos, sin excepción, y llama a todos desde que sale el sol hasta que se pone, y también después. Dios llama a cada ser humano a que se arrepienta y a que venga a la salvación, como está escrito: Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. Juan 3:16-17. Y también está escrito: Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad. Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad. 1 Timoteo 2:1-4. Así que, no queda duda, que Dios desea que todos sean salvos, sin excepciones, hasta los que lucen menos redimibles, como este Charles Darwin, y los seguidores de Cristo deben luchar por el deseo de Dios.
El asunto es, y esto lo vemos por todas partes en las Escrituras, de que todo ser humano tiene el poder de elegir. Escrito esta: El alma que pecare, esa morirá; el hijo no llevará el pecado del padre, ni el padre llevará el pecado del hijo; la justicia del justo será sobre él, y la impiedad del impío será sobre él. Mas el impío, si se apartare de todos sus pecados que hizo, y guardare todos mis estatutos e hiciere según el derecho y la justicia, de cierto vivirá; no morirá. Todas las transgresiones que cometió, no le serán recordadas; en su justicia que hizo vivirá. ¿Quiero yo la muerte del impío? dice Jehová el Señor. ¿No vivirá, si se apartare de sus caminos? Mas si el justo se apartare de su justicia y cometiere maldad, e hiciere conforme a todas las abominaciones que el impío hizo, ¿vivirá él? Ninguna de las justicias que hizo le serán tenidas en cuenta; por su rebelión con que prevaricó, y por el pecado que cometió, por ello morirá. Ezequiel 18:20-24. El que vive para Cristo, hasta su fin, no importa cuando comenzó, obtendrá justificación a través del Señor. Pero, los que nunca adoptan o retienen la fe en Cristo hasta final, no verán la vida eterna. Así que, ¿La fe de Cristo es tu fe, hasta el fin, o serás de aquellos que no obtendrán entrada en Su reino por tu propia elección? ¡Qué el Señor les bendiga! John ¡Dios bendiga a Israel!