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La auto examinación y la convicción - 2 Crónicas 7:12-22

Basado en 2 Crónicas 7:12-22 (Versión Reina Valera 1960)

Y apareció Jehová a Salomón de noche, y le dijo: Yo he oído tu oración, y he elegido para mí este lugar por casa de sacrificio. Si yo cerrare los cielos para que no haya lluvia, y si mandare a la langosta que consuma la tierra, o si enviare pestilencia a mi pueblo; si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra. Ahora estarán abiertos mis ojos y atentos mis oídos a la oración en este lugar; porque ahora he elegido y santificado esta casa, para que esté en ella mi nombre para siempre; y mis ojos y mi corazón estarán ahí para siempre. Y si tú anduvieres delante de mí como anduvo David tu padre, e hicieres todas las cosas que yo te he mandado, y guardares mis estatutos y mis decretos, yo confirmaré el trono de tu reino, como pacté con David tu padre, diciendo: No te faltará varón que gobierne en Israel. Mas si vosotros os volviereis, y dejareis mis estatutos y mandamientos que he puesto delante de vosotros, y fuereis y sirviereis a dioses ajenos, y los adorareis, yo os arrancaré de mi tierra que os he dado; y esta casa que he santificado a mi nombre, yo la arrojaré de mi presencia, y la pondré por burla y escarnio de todos los pueblos. Y esta casa que es tan excelsa, será espanto a todo el que pasare, y dirá: ¿Por qué ha hecho así Jehová a esta tierra y a esta casa? Y se responderá: Por cuanto dejaron a Jehová Dios de sus padres, que los sacó de la tierra de Egipto, y han abrazado a dioses ajenos, y los adoraron y sirvieron; por eso él ha traído todo este mal sobre ellos.

Dios hizo un pacto con Salomón, después que Salomón había edificado el templo de Jehová. Y el pacto constaba de que, si permanecía fiel a Dios, que El confirmaría su trono, y que no faltaría varón que gobernará en Israel. Pero, este pacto era condicional, como todas las cosas en el Señor. Aun en la gracia tenemos una relación condicional con el Señor, porque es un pacto de amor (no hay nada a la fuerza en el amor). Siempre ha sido así, desde el comienzo. La única diferencia entre el antiguo pacto y el nuevo pacto a través de Cristo es que el Señor vino a ratificar Su amor a la humanidad, y abrió la puerta plenamente a través de la cruz para todos. Todo lo demás sigue tal cual. Dios no se equivoco en el antiguo pacto.

Ahora bien, si leemos de la vida Salomón, veríamos que Salomón no fue fiel, aun después de ver las grandes maravillas y bendiciones que Dios le había otorgado. Salomón hizo tal como Dios le había advertido que no hiciera personalmente, y se apartó para servir a dioses ajenos. Salomón no termino bien. ¿Por qué? ¿Qué fue lo que paso? Dios le dió de todo, le dió paz, le dió riquezas, le dió poder. No hubo nada que le faltará a Salomón. Todavía no ha habido ningún reino en la historia como el que tuvo Salomón. No obstante, sirvió a falsos dioses, a los ídolos, y su corazón fue tras ellos, tras cosas que nunca hicieron nada por él, ni tuvieron nada que ver con su éxito. La Palabra dice que el juntarse con mujeres extrañas y páganas hicieron apartar su corazón del Señor. Pero, hay que pensar, ¿Por qué buscó de esas mujeres? ¿Por qué tuvo ese compañerismo e intimidad con lo pagano? Nada pasa porque si nada más. Salomón fue fiel a Dios, al comienzo y por un tiempo, y hasta maravilló a Dios con su petición cuando muy joven, mientras estuvo David su padre. Es más, a raíz de esa entrega que hubo al comienzo fue que sucedió todo lo bueno que le aconteció después, hasta llevar a Dios a hacer un pacto con él. Uno puede deducir que David tuvo mucho que ver en esta buena época de Salomón. Y si vemos las palabras escritas en el libro de Proverbios, Salomón apunta todas las enseñanzas que le dió su padre antes de morir. Obviamente, toda Escritura es inspiración divina, pero Dios usó a David para instruir a Salomón,

Este mismo mal también sucedió antes de Salomón, con una generación de Israel que vino después de Josué, como está escrito: Pero murió Josué hijo de Nun, siervo de Jehová, siendo de ciento diez años. Y lo sepultaron en su heredad en Timnat-sera, en el monte de Efraín, al norte del monte de Gaas. Y toda aquella generación también fue reunida a sus padres. Y se levantó después de ellos otra generación que no conocía a Jehová, ni la obra que él había hecho por Israel. Después los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos de Jehová, y sirvieron a los baales. Dejaron a Jehová el Dios de sus padres, que los había sacado de la tierra de Egipto, y se fueron tras otros dioses, los dioses de los pueblos que estaban en sus alrededores, a los cuales adoraron; y provocaron a ira a Jehová. Y dejaron a Jehová, y adoraron a Baal y a Astarot. Jueces 2:8-13. Entonces, vemos que este desvío es algo común desgraciadamente, casi sistemático.

Entonces, ¿Qué paso? El grave problema que sucede es que muy posiblemente hay un convencimiento parcial, por decir, en las personas en que sucede esto. Hay algo incompleto en sus vidas. Puede que crean, y que hasta tengan buenas intenciones, pero, no hay una completa entrega. No cumplen la parte de la ley donde nosotros la tenemos que cumplir. Ese es el problema. Cuando una persona toma la decisión de seguirle, debe tomar la iniciativa de instruirse y procurar entender porqué sigue a Dios. Este es el paso primordial donde muchos fracasan, y la razón por lo cual ocurre el desvío después. Esto es lo que se dijo al comienzo, y lo que vino a reiterar el Señor, como está escrito: Jesús le respondió: El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es. Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento. Mark 12:29-30. Se subraya el “alma” y la “mente” porque esto es lo que plenamente nos pertenece a nosotros, el lado practico de seguir al Señor, el venir a entender, a comprender, a estar convencidos racionalmente porque es que uno cree lo que cree. Y esto solamente sucede al realmente dedicarle un tiempo muy consciente al Señor, cuando se lee y se estudia la Palabra de Dios a diario, y claro, con la guía del Espíritu Santo. Esto dijo también Pablo: Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro. Romanos 8:38-39. La “seguridad” de Pablo es el resultado de juntar el corazón, el alma, y la mente, todos unánimes al convencimiento de Cristo. Y cuando estos tres están convencidos plenamente, entonces naturalmente seguirán las fuerzas, o sea, se producen las buenas obras que deben ser parte de cada seguidor de Cristo, como El dijo: …por sus frutos los conoceréis. El completo convencimiento es lo que ayudará a vencer la tentación.

Cada uno de nosotros siempre debe examinarse, y estar muy cerciorado porqué realmente sigue al Señor, y si estamos realmente convencidos de Su Verdad. Escrito esta: Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿O no os conocéis a vosotros mismos, que Jesucristo está en vosotros, a menos que estéis reprobados? 2 Corintios 13:5. Si uno no está plenamente convencido e instruido en el Señor, a través del tiempo y la tentación, va a serle muy fácil caer y dejar esta fe en Cristo. Así que, ¿sabes porqué crees lo que crees, si dices creer en Cristo? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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El pasado, el presente, y el futuro de la Iglesia - Colosenses 1:24-2:10

Basado en Colosenses 1:24-2:10 (Versión Reina Valera 1960)

Ahora me gozo en lo que padezco por vosotros, y cumplo en mi carne lo que falta de las aflicciones de Cristo por su cuerpo, que es la iglesia; de la cual fui hecho ministro, según la administración de Dios que me fue dada para con vosotros, para que anuncie cumplidamente la palabra de Dios, el misterio que había estado oculto desde los siglos y edades, pero que ahora ha sido manifestado a sus santos, a quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria, a quien anunciamos, amonestando a todo hombre, y enseñando a todo hombre en toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre; para lo cual también trabajo, luchando según la potencia de él, la cual actúa poderosamente en mí. Porque quiero que sepáis cuán gran lucha sostengo por vosotros, y por los que están en Laodicea, y por todos los que nunca han visto mi rostro; para que sean consolados sus corazones, unidos en amor, hasta alcanzar todas las riquezas de pleno entendimiento, a fin de conocer el misterio de Dios el Padre, y de Cristo, en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento. Y esto lo digo para que nadie os engañe con palabras persuasivas. Porque aunque estoy ausente en cuerpo, no obstante en espíritu estoy con vosotros, gozándome y mirando vuestro buen orden y la firmeza de vuestra fe en Cristo. Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en él; arraigados y sobreedificados en él, y confirmados en la fe, así como habéis sido enseñados, abundando en acciones de gracias. Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo. Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad.

Al leer este pasaje, yo me pregunté: ¿Si el Apóstol Pablo visitará una de nuestras iglesias hoy, que diría? ¿Se sentiría contento con lo que sucede hoy? ¿Sentiría una gran satisfacción por todo su esfuerzo, dedicación, y hasta en la manera que murió por el Evangelio? ¿Cuáles serian sus pensamientos si viera lo que en realidad sucede en la gran mayoría de las iglesias modernas (no en todas, por la gracia de Dios)? Si viera los distintos edificios que se han construido o se mantienen, o los grandes sueldos que se distribuyen, o los sociales que se promueven, o la política interna que se ha levantado, o los grupitos o círculos cerrados que se forman, o los estilos de vida que se promueven, etc., etc., ¿Qué diría? Conociéndolo por su trabajo y sus escritos, yo creo que Pablo diría: Menos mal que lo hice todo por el Señor, y que mi sacrificio por la iglesia fue un producto de mi amor por Cristo, y no por esto. Me atrevería a pensar que, en lo más mínimo, se sentiría muy decepcionado, y que el evangelio que él predicó no tiene cabida en las iglesias del presente. Y posiblemente, lo mas aterrante del caso es que muchos lideres y ministros que dirigen las iglesias le dirían a Pablo: La iglesia tuvo que “evolucionar”, y tú Pablo eres el pasado de la iglesia, y nosotros somos el presente de la Iglesia.

Ahora, lo que vivimos hoy como iglesia universal de Cristo, ¿es realmente un desarrollo sano, u otra cosa? Si lo comparamos a lo que enseñan las Escrituras, y claro, comenzando por El que fundó la Iglesia (Cristo), nos daríamos cuenta de que lo que vemos hoy no tiene nada que ver con lo que El diseño. Para comenzar, el Señor nunca recibió sueldo, o tuvo propiedades, o derecho a acciones, etc., por Sus hechos. El nunca mandó construir un templo, sino todo lo contrario, hizo la aclaración que Dios no habitaba en templos hechos por manos de hombre. El Señor le daba libre acceso a cualquiera que quería venir a El. Es más, El iba al pobre, al enfermo, al débil, a los que la sociedad desprecia. El nunca vendió Su tiempo para dar un discurso o para predicar. Nunca cobró por Sus ayudas sociales. Y también, El mismo dijo que el Hijo del Hombre no tenia donde recostar Su cabeza. Hay una diferencia muy grande entre cómo vivió Jesús y lo que se hace hoy.

¿Por qué comencé por ver lo que diría Pablo, por ejemplo, y no el Señor? El grave problema es que muchos dirían que ese era Dios, y que tenían que ser así las cosas, para que se cumpliese lo que se predijo de El. Y con personas que piensan así, no sé que decir, porque son seres que toman muy livianamente todo lo que hizo el Señor por nosotros. Entonces, a lo menos, trato de dibujar una línea entre alguien semejante a nosotros (como Pablo), para que podamos ver un ejemplo mas cercano. Pablo vivió de una manera muy parecida al Señor, e hizo muy cercanamente las cosas como las hizo el Señor. Una de las cosas principales que sucedió con Pablo es que se dedico al esparcimiento del evangelio durante un tiempo que hubo hostilidad en contra del mismo. La prosperidad o la época dorada de la Iglesia, por decir, duro muy poco después de la conversión de Pablo, porque cuando mas predico Pablo fue durante el tiempo malo del imperio Romano, cuando fue perseguida la Iglesia. Y claro, bendito sea el Señor, que Pablo no era el único que también se esforzó y hasta llego a sacrificar su vida por el Evangelio. Hubo muchos más que se sacrificaron para que nosotros hoy tuviéramos acceso al Evangelio de Cristo y a Su Santa Palabra, la Santa Biblia, la cual llevan ya mucho tiempo alterando.

Y sé que algunos dirían: No es culpa nuestra que le toco vivir ese tiempo a Pablo y que a nosotros nos toque otro tiempo mejor. Y yo les diría: No se preocupen, el tiempo que vivió Pablo volverá a suceder, y viene más pronto de lo que creen, y ya no será tan fácil el seguir a Cristo como lo es hoy en muchos lugares del mundo. Ya hay algunos hermanos que sí saben lo que es luchar y sacrificarse mucho por una fe, en distintas partes del mundo. El gran problema que vivimos hoy, en general, dentro de la iglesia universal, es que lo que precisamente advirtió Pablo es lo que se ha infiltrado en nuestros pulpitos y lugares de adoración, están muy bien arraigados estas filosofías y huecas sutilezas, y claro, tradiciones de hombres, y los rudimentos del mundo. Esto es lo que sucede muchas veces: El Espíritu Santo y la Palabra no es lo que genera el mensaje o la enseñanza, sino que, se crea un pensamiento humano, y claro, atractivo para las masas, y se usa (erróneamente) la Palabra de Dios para poder apoyar ese pensamiento, y lo que les conviene. Es fácil ver eso porque es lo mismo que hace Satanás, si vemos como trató de tentar al propio Señor de la misma manera, tratando de hacer sonar como verdad lo que le estaba diciendo. Y claro, de esa manera se han justificado diferentes malos estilos de vida que no glorifican a Dios, y de justificar el exceso que muchos tratan de sacar de las cosas de Dios. Ya no es Cristo el que reina en muchos lugares, sino más bien, el pecado y el materialismo. Finalmente, han creado una gran populación que busca mas el bienestar temporal y el lograr metas humanas que tener los ojos puestos en Cristo y en la eternidad que El ofrece. Eso es lo que prevalece hoy. Todos quieren ir al cielo, pero casi nadie soporta sufrir, ni aun menos, morir para poder entrar. Creen poder meter al mundo en el cielo, y eso no va a suceder.  

El asunto es, que si realmente valorarán lo que Cristo y también tantos otros que le siguieron genuinamente hicieron, creo que el estilo de vida de muchas personas cambiaria, y el mal dentro de la iglesia seria menos. Se dejaría de glorificar tanto al pecado y al hombre. Pero, para que las cosas puedan cambiar para bien, debe comenzar una transformación personal dentro de nosotros mismos. Entonces, ¿deseas seguir viviendo la corrupción que existe hoy, o ser parte de la iglesia de Cristo, que sí glorifica a Dios, la cual sí entrará al cielo? ¡Qué el Señor les bendiga! John,

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Dios premia el arrepentimiento - 1 Samuel 7:2-17

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Basado en 1 Samuel 7:2-17 (Versión Reina Valera 1960)

Desde el día que llegó el arca a Quiriat-jearim pasaron muchos días, veinte años; y toda la casa de Israel lamentaba en pos de Jehová. Habló Samuel a toda la casa de Israel, diciendo: Si de todo vuestro corazón os volvéis a Jehová, quitad los dioses ajenos y a Astarot de entre vosotros, y preparad vuestro corazón a Jehová, y sólo a él servid, y os librará de la mano de los filisteos. Entonces los hijos de Israel quitaron a los baales y a Astarot, y sirvieron sólo a Jehová. Y Samuel dijo: Reunid a todo Israel en Mizpa, y yo oraré por vosotros a Jehová. Y se reunieron en Mizpa, y sacaron agua, y la derramaron delante de Jehová, y ayunaron aquel día, y dijeron allí: Contra Jehová hemos pecado. Y juzgó Samuel a los hijos de Israel en Mizpa. Cuando oyeron los filisteos que los hijos de Israel estaban reunidos en Mizpa, subieron los príncipes de los filisteos contra Israel; y al oír esto los hijos de Israel, tuvieron temor de los filisteos. Entonces dijeron los hijos de Israel a Samuel: No ceses de clamar por nosotros a Jehová nuestro Dios, para que nos guarde de la mano de los filisteos. Y Samuel tomó un cordero de leche y lo sacrificó entero en holocausto a Jehová; y clamó Samuel a Jehová por Israel, y Jehová le oyó. Y aconteció que mientras Samuel sacrificaba el holocausto, los filisteos llegaron para pelear con los hijos de Israel. Mas Jehová tronó aquel día con gran estruendo sobre los filisteos, y los atemorizó, y fueron vencidos delante de Israel. Y saliendo los hijos de Israel de Mizpa, siguieron a los filisteos, hiriéndolos hasta abajo de Bet-car. Tomó luego Samuel una piedra y la puso entre Mizpa y Sen, y le puso por nombre Eben-ezer, diciendo: Hasta aquí nos ayudó Jehová. Así fueron sometidos los filisteos, y no volvieron más a entrar en el territorio de Israel; y la mano de Jehová estuvo contra los filisteos todos los días de Samuel. Y fueron restituidas a los hijos de Israel las ciudades que los filisteos habían tomado a los israelitas, desde Ecrón hasta Gat; e Israel libró su territorio de mano de los filisteos. Y hubo paz entre Israel y el amorreo. Y juzgó Samuel a Israel todo el tiempo que vivió. Y todos los años iba y daba vuelta a Bet-el, a Gilgal y a Mizpa, y juzgaba a Israel en todos estos lugares. Después volvía a Ramá, porque allí estaba su casa, y allí juzgaba a Israel; y edificó allí un altar a Jehová.

¿Los problemas que tenemos son siempre producto de nuestro pecado? Una cosa hay que tener muy clara, y esa es: que el pecado es lo que complica y destruye todo en este mundo, porque la paga del pecado es muerte. El pecado produce todo lo desagradable en esta vida, desde las enfermedades, las guerras, la pobreza, el hambre, el dolor, y hasta la muerte. Por eso es que Dios aborrece el pecado. El ha permitido que exista el pecado para que exista la posibilidad de la elección, para que el libre albedrio tenga propósito. Pero, porque Dios haya permitido algo, por amor (porque el amor es lo que produce la elección), no quiere decir que le guste. Dios hizo a todo ser libre para escoger su propio camino, pero cada camino tiene su consecuencia, porque Dios le ha dado la potestad hasta a los ángeles para escoger, y claro, unos escogieron para mal, como hizo Satanás y los que ahora son demonios. De la misma manera, el hombre puede escoger, si desea seguir a Dios o seguir al enemigo. El amor dá la potestad de la elección, porque Dios finalmente desea que los que estén con El, sea porque quieren realmente estar con El, a pesar de cualquier circunstancia. Esta es la gran semejanza con la cual nos hizo el Altísimo, que nosotros también deseemos ser rodeados por seres que deseen realmente estar con nosotros porque quieren, por amor, y no por alguna otra razón.

Ahora bien, volviendo a nuestra original pregunta, ¿Todo lo malo que nos sucede aquí y ahora es producto de nuestro propio pecado? No siempre los problemas son producto de nuestro pecado personal, pero, la gran mayoría de las veces sí es nuestra culpa (y sé que a nadie le gusta saber eso, pero es la verdad). La gran mayoría de las veces o echamos a perder las cosas, o escogemos mal, o las cosas se complicaron como resultado de alguno o varios pecados que cometemos. Si vemos el pasaje que leímos hoy, Israel estaba presionado y agobiado por los filisteos porque escogían seguir y adorar a otros dioses antes que al Señor. Se olvidaron de a Quien realmente le debían todo, y siguieron tras dioses ajenos, e ídolos, y hasta a Astarot, un dios que adoraban las propias personas que habían conquistado. El pecar en contra de Dios a través de la idolatría, por ejemplo, nunca tendrá sentido ni lógica, por mucho que el hombre trate de escusarlo o de justificarlo. Pensemos en esto: ¿Para que seguir a un dios como Astarot si le fallo hasta al pueblo que ellos mismos conquistaron? No obstante, decidieron seguir a otros dioses, así que, Dios mismo le quitó Su protección divina. La gran mayoría de las veces, Dios no tiene que ejercitarse mucho, por decir, sino solo permitir que las consecuencias naturales del pecado tomen su efecto. Nadie puede liberar sino solo Dios. Satanás y todo lo que le pertenece solo trae dolor y derrota, más tarde o más temprano. Todo del enemigo y el mundo es ilusión y temporal. Hay vida solamente en Dios, pero cuando hacemos Su voluntad.

Ahora, ¿Qué se puede hacer al respecto? ¿Dios sencillamente desea destruir al ser humano? No. Esto es lo que dice la Palabra: Tú, pues, hijo de hombre, di a la casa de Israel: Vosotros habéis hablado así, diciendo: Nuestras rebeliones y nuestros pecados están sobre nosotros, y a causa de ellos somos consumidos; ¿cómo, pues, viviremos? Diles: Vivo yo, dice Jehová el Señor, que no quiero la muerte del impío, sino que se vuelva el impío de su camino, y que viva. Volveos, volveos de vuestros malos caminos; ¿por qué moriréis, oh casa de Israel? Ezequiel 33:10-11. Y también nos aconseja esto la Palabra: Y decía a las multitudes que salían para ser bautizadas por él: ¡Oh generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera? Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento, y no comencéis a decir dentro de vosotros mismos: Tenemos a Abraham por padre; porque os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras. Y ya también el hacha está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto se corta y se echa en el fuego. Y la gente le preguntaba, diciendo: Entonces, ¿qué haremos? Y respondiendo, les dijo: El que tiene dos túnicas, dé al que no tiene; y el que tiene qué comer, haga lo mismo. Vinieron también unos publicanos para ser bautizados, y le dijeron: Maestro, ¿qué haremos? Él les dijo: No exijáis más de lo que os está ordenado. También le preguntaron unos soldados, diciendo: Y nosotros, ¿qué haremos? Y les dijo: No hagáis extorsión a nadie, ni calumniéis; y contentaos con vuestro salario. Lucas 3:7-14. La perfección aquí nunca existirá, porque este mundo esta corrompido, pero sí, muchas cosas pueden cambiar si uno realmente se arrepiente y se convierte de todos sus malos caminos para servir al Dios vivo, al someterse al Señorío de Jesús, como lo hicieron en este pasaje. Y es sencillo, solo se trata de hacer las cosas genuinamente, con todo el corazón, y Dios obrará. Pero lo mas importante no es necesariamente ver las cosas cambiar para bien aquí (porque esto es temporal), sino ver la recompensa de Dios en la eternidad, en lo por venir, cuando Dios mismo te diga: …Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. Deja a un lado tu pecado que en nada te ayuda, y pon tus ojos en Aquel que es eterno, fiel, y verdadero. Así que, ¿buscarás el continuo arrepentimiento, conversión, y transformación para vida eterna, o seguirás sumergido en el pecado para cosechar solo destrucción, y hasta la muerte eterna? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Desafiando al Todopoderoso - Jonás 1:10-2:10

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Basado en Jonás 1:10-2:10 (Versión Reina Valera 1960)

Y aquellos hombres temieron sobremanera, y le dijeron: ¿Por qué has hecho esto? Porque ellos sabían que huía de la presencia de Jehová, pues él se lo había declarado. Y le dijeron: ¿Qué haremos contigo para que el mar se nos aquiete? Porque el mar se iba embraveciendo más y más. El les respondió: Tomadme y echadme al mar, y el mar se os aquietará; porque yo sé que por mi causa ha venido esta gran tempestad sobre vosotros. Y aquellos hombres trabajaron para hacer volver la nave a tierra; mas no pudieron, porque el mar se iba embraveciendo más y más contra ellos. Entonces clamaron a Jehová y dijeron: Te rogamos ahora, Jehová, que no perezcamos nosotros por la vida de este hombre, ni pongas sobre nosotros la sangre inocente; porque tú, Jehová, has hecho como has querido. Y tomaron a Jonás, y lo echaron al mar; y el mar se aquietó de su furor. Y temieron aquellos hombres a Jehová con gran temor, y ofrecieron sacrificio a Jehová, e hicieron votos. Pero Jehová tenía preparado un gran pez que tragase a Jonás; y estuvo Jonás en el vientre del pez tres días y tres noches. Entonces oró Jonás a Jehová su Dios desde el vientre del pez, y dijo: Invoqué en mi angustia a Jehová, y él me oyó; desde el seno del Seol clamé, y mi voz oíste. Me echaste a lo profundo, en medio de los mares, y me rodeó la corriente; todas tus ondas y tus olas pasaron sobre mí. Entonces dije: Desechado soy de delante de tus ojos; mas aún veré tu santo templo. Las aguas me rodearon hasta el alma, rodeóme el abismo; el alga se enredó a mi cabeza. Descendí a los cimientos de los montes; la tierra echó sus cerrojos sobre mí para siempre; mas tú sacaste mi vida de la sepultura, oh Jehová Dios mío. Cuando mi alma desfallecía en mí, me acordé de Jehová, y mi oración llegó hasta ti en tu santo templo. Los que siguen vanidades ilusorias, su misericordia abandonan. Mas yo con voz de alabanza te ofreceré sacrificios; pagaré lo que prometí. La salvación es de Jehová. Y mandó Jehová al pez, y vomitó a Jonás en tierra.

Uno de los problemas principales que la gran mayoría de las personas tienen es, si Dios existe o no, y si es real todo lo que la Biblia dice de El. Muchos creen, por ejemplo, que esta historia de Jonás y el gran pez es como un cuento de niños, algo ficticio. Muchos creen como me dijo una joven una vez que la Biblia solo era un libro de metáforas. Entonces, ¿existirá tal Dios del cual habla la Biblia? Y yo insistiría: ¿Qué tiene más sentido, creer que Dios no existe y que todo esto es solo un accidente cósmico, o que realmente existe un Dios Todopoderoso, y que más, nos vale creer en El y seguirle mientras aún allá tiempo? Y también consideren esto, que hay dos realidades que son inevitables, quieran creer o no, que sí hay un Dios: Que hay cosas mucho mayores que están sucediendo a cada momento que no tenemos ningún control sobre ellas, y que un día no muy lejano llegará nuestro final. Este planeta hace su órbita alrededor del sol sin pedirnos permiso, por ejemplo, y también, haga lo que haga el hombre, sea viejo o joven, rico o pobre, su día vendrá y no hay nada que pueda hacer para evitarlo. Queramos creer que hay una tal evolución o que existe el Dios Todopoderoso, somos menos que nada en el gran esquema de las cosas, somos menos que un pensamiento momentáneo en la realidad expansiva del universo y del tiempo. Esa sí es nuestra realidad y no hay nadie con algún tipo de inteligencia que pueda decir lo contrario.

Lo que si voy a afirmar (porque si creo con todo mi ser que existe Dios y que la Biblia es Su Palabra) es que en lo más mínimo, existió (y existe) Jesús del cual leemos, el unigénito Hijo de Dios, porque no solo la Biblia habla de Su existencia y de Sus hechos, sino que hasta los libros históricos escritos por seres que formaron parte del Imperio Romano también relatan Su existencia, una fuente que no tenía nada que ver con la fe cristiana, como por ejemplo los escritos de Tácito, un senador e historiador Romano que habla de Jesús, y hasta como Poncio Pilato lo mando ser ejecutado. Y esto es una de las tantas cosas que habla la Biblia del Señor: Estaban allí sentados algunos de los escribas, los cuales cavilaban en sus corazones: ¿Por qué habla éste así? Blasfemias dice. ¿Quién puede perdonar pecados, sino sólo Dios? Y conociendo luego Jesús en su espíritu que cavilaban de esta manera dentro de sí mismos, les dijo: ¿Por qué caviláis así en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: Tus pecados te son perdonados, o decirle: Levántate, toma tu lecho y anda? Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico): A ti te digo: Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa. Entonces él se levantó en seguida, y tomando su lecho, salió delante de todos, de manera que todos se asombraron, y glorificaron a Dios, diciendo: Nunca hemos visto tal cosa. Marcos 2:6-12. ¿Qué podemos deducir a través de esto? Que Jesús era (y es) Dios, y que El pudo afectar tanto lo que es invisible en este momento para nosotros (el pecado) como también nuestro mundo material, al sanar al paralitico milagrosamente. Así que, este Dios tuvo poder sobre lo invisible y eterno, como también sobre lo físico y temporal.

Entonces, ¿existirá Dios? Conclusivamente, esta es una decisión personal, pero lo que también vemos a través del tiempo es que desafiar a este Dios que sí existe, sí provoca muchos problemas. El que se atreva a desafiar a Dios no le hace ningún daño a Dios, sino más bien, se daña a sí mismo. Por ejemplo, esto es lo que dijo el Apóstol Pablo: Cuando a mediodía, oh rey, yendo por el camino, vi una luz del cielo que sobrepasaba el resplandor del sol, la cual me rodeó a mí y a los que iban conmigo. Y habiendo caído todos nosotros en tierra, oí una voz que me hablaba, y decía en lengua hebrea: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Dura cosa te es dar coces contra el aguijón. Yo entonces dije: ¿Quién eres, Señor? Y el Señor dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues. Hechos 26:13-15. Lo quieras creer o no, esto es lo que sucederá a todos lo que se atreven a desafiar la realidad de que existe un Dios Todopoderoso: Comenzó luego a decir al pueblo esta parábola: Un hombre plantó una viña, la arrendó a labradores, y se ausentó por mucho tiempo. Y a su tiempo envió un siervo a los labradores, para que le diesen del fruto de la viña; pero los labradores le golpearon, y le enviaron con las manos vacías. Volvió a enviar otro siervo; mas ellos a éste también, golpeado y afrentado, le enviaron con las manos vacías. Volvió a enviar un tercer siervo; mas ellos también a éste echaron fuera, herido. Entonces el señor de la viña dijo: ¿Qué haré? Enviaré a mi hijo amado; quizá cuando le vean a él, le tendrán respeto. Mas los labradores, al verle, discutían entre sí, diciendo: Este es el heredero; venid, matémosle, para que la heredad sea nuestra. Y le echaron fuera de la viña, y le mataron. ¿Qué, pues, les hará el señor de la viña? Vendrá y destruirá a estos labradores, y dará su viña a otros. Cuando ellos oyeron esto, dijeron: ¡Dios nos libre! Pero él, mirándolos, dijo: ¿Qué, pues, es lo que está escrito: La piedra que desecharon los edificadores ha venido a ser cabeza del ángulo? Todo el que cayere sobre aquella piedra, será quebrantado; más sobre quien ella cayere, le desmenuzará. Lucas 20:9-18.

Así que ¿Decidirás creer en, honrar, y amar a este Señor Todopoderoso que te ama y te ofrece cosas que nadie o nada más pueden darte, antes que sea muy tarde, o seguirás desafiándole hasta el punto de que seas desmenuzado, que ni siquiera quede ni el recuerdo de tu existencia? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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La verdad de Dios ofenderá a algunas personas - Hechos 21:26-36

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Basado en Hechos 21:26-36 (Versión Reina Valera 1960)

Entonces Pablo tomó consigo a aquellos hombres, y al día siguiente, habiéndose purificado con ellos, entró en el templo, para anunciar el cumplimiento de los días de la purificación, cuando había de presentarse la ofrenda por cada uno de ellos. Pero cuando estaban para cumplirse los siete días, unos judíos de Asia, al verle en el templo, alborotaron a toda la multitud y le echaron mano, dando voces: ¡Varones israelitas, ayudad! Este es el hombre que por todas partes enseña a todos contra el pueblo, la ley y este lugar; y además de esto, ha metido a griegos en el templo, y ha profanado este santo lugar. Porque antes habían visto con él en la ciudad a Trófimo, de Efeso, a quien pensaban que Pablo había metido en el templo. Así que toda la ciudad se conmovió, y se agolpó el pueblo; y apoderándose de Pablo, le arrastraron fuera del templo, e inmediatamente cerraron las puertas. Y procurando ellos matarle, se le avisó al tribuno de la compañía, que toda la ciudad de Jerusalén estaba alborotada. Este, tomando luego soldados y centuriones, corrió a ellos. Y cuando ellos vieron al tribuno y a los soldados, dejaron de golpear a Pablo. Entonces, llegando el tribuno, le prendió y le mandó atar con dos cadenas, y preguntó quién era y qué había hecho. Pero entre la multitud, unos gritaban una cosa, y otros otra; y como no podía entender nada de cierto a causa del alboroto, le mandó llevar a la fortaleza. Al llegar a las gradas, aconteció que era llevado en peso por los soldados a causa de la violencia de la multitud; porque la muchedumbre del pueblo venía detrás, gritando: ¡Muera!

¿Qué de malo había hecho Pablo para que le tratasen de esa manera? Si vemos lo que las Escrituras cuentan de El, leeremos que él no hizo nada malo, sino todo lo contrario. Pablo buscaba el bien eterno de las personas. En eso se convirtió su misión de vida, por amor a Cristo, cuando vino a conocer a Cristo. Entonces, ¿Por qué tanta rabia, tanta ira, y el deseo de que hasta muriera? ¿Por qué desearle tanto mal a un ser que solo buscaba el bien de las personas?

Esto desgraciadamente no es nada nuevo, y el propio Señor nos enseñó que momentos como estos sucederían. El mismo lo enseñó de esta manera: Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros. Mateo 5:10-12. Así que, no todos van a reaccionar bien a lo bueno, e irónicamente, hasta los que se dicen ser creyentes y religiosos, y por desgracia, cuando tiene que ver con Dios, y con las cosas que realmente le pertenecen. Suena irónico, pero es cierto. A no todo el mundo le cae bien Dios. ¿Cómo puedo afirmar esto? Bueno, ¿Qué de malo hizo el Señor cuando estuvo aquí en la tierra para que le mandasen al calvario? ¿por cual pecado le mataron? ¿Por qué alimento a las multitudes? ¿Por qué sano a los enfermos? ¿Por qué liberó a los endemoniados? ¿Por qué levanto a los muertos? ¿Por qué enseño del reino de Dios? ¿Por qué enseño como obtener la vida eterna? No obstante, lo mandaron a matar, y de la manera mas cruel que un ser pueda morir. Esto es lo que cuentan las Escrituras: Ahora bien, en el día de la fiesta acostumbraba el gobernador soltar al pueblo un preso, el que quisiesen. Y tenían entonces un preso famoso llamado Barrabás. Reunidos, pues, ellos, les dijo Pilato: ¿A quién queréis que os suelte: a Barrabás, o a Jesús, llamado el Cristo? Porque sabía que por envidia le habían entregado. Mateo 27:15-18. Algo tan sencillo como la envidia fue el precursor de la muerte del Señor, algo que El no podía hacer nada al respecto, un sentimiento que plenamente era responsabilidad del que lo sentía, porque ningún mal había hecho el Señor, todo lo contrario, hizo la voluntad de Su Padre, y también, comportarse como el Dios bueno que es. Jesús era (y es) Dios. Ese fue Su pecado, por decir. Sea por envidia, o por algún otro sentimiento malo, es algo dentro de algunas personas que está totalmente fuera del control de uno, y hasta de Dios, va a ser los que provoquen eventos como estos, que pueden hasta provocarle la muerte a aquellos que buscan hacer la voluntad de Dios.

Ahora bien, esta persecución que puede venir es algo que posiblemente nos toque vivir, pero es parte del precio de seguir al Señor. Pablo conocía el precio, y estaba dispuesto a pagarlo porque él consideraba lo que el propio Señor hizo por él, lo cual también hizo por cada uno de nosotros. Dios Padre envió a Su unigénito Hijo, a Jesús, a morir por nosotros, para que nosotros por medio de la fe en El, y por Su sacrificio, pudiéramos tener la esperanza de la vida eterna. Esto era lo que consideraba Pablo digno de hasta dar la vida por El. Y esto es lo que otros a través de la Palabra nos animan a hacer: Por lo cual también Jesús, para santificar al pueblo mediante su propia sangre, padeció fuera de la puerta. Salgamos, pues, a él, fuera del campamento, llevando su vituperio; porque no tenemos aquí ciudad permanente, sino que buscamos la por venir. Hebreos 13:12-14. Sencillamente, los que hemos decidido seguir a Cristo, ya no pertenecemos a este lugar. Este mundo temporal no debe ser nuestra meta, sino lo por venir, la eterna, ese perfecto lugar que Dios ya tiene preparado para aquellos que le aman, y que están dispuestos a pasar lo que sea por Su Persona. Ese debe ser nuestro enfoque. Como también dijo el Señor: A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos. Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también le negaré delante de mi Padre que está en los cielos. Mateo 10:32-33. Siempre debemos pensar en esto: Que Dios siempre esta mirando, y que nuestras intenciones y hechos definirán nuestra eternidad cuando estemos delante del Trono Santo, el cual nadie puede evitar.

Entonces, ¿qué debemos hacer mientras tanto, como seguidores de Cristo? Seguir adelante con lo que Dios nos ponga adelante, sabiendo que hay recompensas eternas reservadas para nosotros. Pero también, no dejarnos llevar por la turba y por las malas influencias del mundo. Si vemos bien el pasaje, el alboroto de la multitud se formó porque “algunos” judíos de Asia crearon el asunto. Una persona va a apoyar lo malo si se deja llevar por la carne, por no poner la mira en las cosas de Dios. Hoy en día, hay muchos llamados creyentes que apoyan muchas cosas malas porque sencillamente se dejan llevar por las malas influencias, y así apoyan a Satanás y al pecado que mora en su persona en vez de apoyar a Dios. Este ejemplo vemos hasta en Pedro, cuando se dejo llevar por su carne: Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres. Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará. Mateo 16:23-25. Entonces, hay que proseguir con la Verdad de Dios, pase lo que pase, y también, tener mucho cuidado de hacerse parte de la multitud que anda muy errada (porque es muy fácil que suceda), porque esto también dice la Palabra: quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican. Romanos 1:32. Así que, ¿estás dispuesto(a) a soportar la persecución y tribulación por Aquel que lo dió todo sin ninguna obligación por ti? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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El ciclo de la salvación - Colosenses 1

Basado en Colosenses 1 (Versión Reina Valera 1960)

Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Timoteo, a los santos y fieles hermanos en Cristo que están en Colosas: Gracia y paz sean a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. Siempre orando por vosotros, damos gracias a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, habiendo oído de vuestra fe en Cristo Jesús, y del amor que tenéis a todos los santos, a causa de la esperanza que os está guardada en los cielos, de la cual ya habéis oído por la palabra verdadera del evangelio, que ha llegado hasta vosotros, así como a todo el mundo, y lleva fruto y crece también en vosotros, desde el día que oísteis y conocisteis la gracia de Dios en verdad, como lo habéis aprendido de Epafras, nuestro consiervo amado, que es un fiel ministro de Cristo para vosotros, quien también nos ha declarado vuestro amor en el Espíritu. Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual, para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios; fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de su gloria, para toda paciencia y longanimidad; con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz; el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados. El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten; y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia; por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud, y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz. Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de él; si en verdad permanecéis fundados y firmes en la fe, y sin moveros de la esperanza del evangelio que habéis oído, el cual se predica en toda la creación que está debajo del cielo; del cual yo Pablo fui hecho ministro. Ahora me gozo en lo que padezco por vosotros, y cumplo en mi carne lo que falta de las aflicciones de Cristo por su cuerpo, que es la iglesia; de la cual fui hecho ministro, según la administración de Dios que me fue dada para con vosotros, para que anuncie cumplidamente la palabra de Dios, el misterio que había estado oculto desde los siglos y edades, pero que ahora ha sido manifestado a sus santos, a quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria, a quien anunciamos, amonestando a todo hombre, y enseñando a todo hombre en toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre; para lo cual también trabajo, luchando según la potencia de él, la cual actúa poderosamente en mí.

Si vemos la plenitud del pasaje, también deberíamos ver que hay un proceso, un ciclo divino en el propósito de Dios para el hombre. Vemos algo que tiene que suceder en cada uno de nosotros, y que debe haber un proseguir, una continuidad. Y en conjunto con eso, se nos da una razón, un porqué para que prosiga este ciclo que vemos.

No sé si las personas se cuestionarán ahora, como solían cuestionarse antes, de cual era (o es) el propósito de su existir. Los grandes filósofos antes trataban de ver este asunto y darle algún tipo de respuesta al hombre común y corriente, porque la gran mayoría, en algún momento u otro, se hacían esta pregunta: ¿Por qué existo? Hoy en día, en realidad no sé si se hagan esta misma pregunta muchos, o a lo menos, no se les nota. Y la razón por lo cual digo esto es porque hoy en día lo que sí es evidente es que muchas personas se han hecho la idea de que su existencia consta del egocentrismo, o del buscar su propia felicidad. Muchos están muy listos para aceptar esa respuesta, y desafortunadamente, la gran mayoría de los creyentes también les gusta esa respuesta. La mayoría de las personas buscan solamente hacer lo que les place, buscando su propia felicidad.

Ahora bien, muchos entonces preguntarán: ¿es malo buscar nuestra propia felicidad? Y la respuesta es sí y no. Para comenzar, la felicidad es algo que depende de las circunstancias, y las circunstancias cambian de un momento a otro, e igual al ánimo en muchas personas. Y si vemos lo obvio en este mundo, nos daríamos cuenta de que no vivimos en un mundo perfecto, sino algo muy corrupto y distorsionado, y siempre daré esta aclaración: que no es que Dios lo quiso así, sino que el pecado y la decisión del hombre de seguir el pecado, lo que mayormente hace este lugar tan imperfecto e injusto. Y esto nos lleva a dar una explicación el porqué buscar nuestra propia felicidad no es necesariamente algo bueno. Cuando una persona busca sus propios intereses, es muy fácil atropellar y hacerle daño a los demás. Y ¿Por qué puede suceder eso? Porque, primeramente, uno tiene que pensar si lo que uno busca es realmente bueno, y segundo, al estar la persona tan enfocada en si misma, la tendencia va a ser siempre el ignorar el bienestar del prójimo. Esta es una de las razones por lo cual las familias están tan disfuncionales hoy en día, como ejemplo. A un esposo se le olvida que un día decidió casarse con su esposa y que hay que tener cuidado de ciertas cosas para cuidar de esa relación. Y viceversa, una esposa se casó con su esposo y falla de la misma manera. Y también, un matrimonio decidió un día tener hijos y se olvidaron que hay ciertas cosas que hay que hacer para poder criar hijos como corresponde. Pero, hoy en día, tanto el hombre como la mujer estan tan enfocados en lo que desean para si mismo que desechan sus deberes con su familia. Y esto es solo un ejemplo.

¿Qué es entonces este ciclo de salvación que vemos en el pasaje? Nosotros llegamos a Cristo, porque Dios fue el que comenzó este ciclo, al crearnos, y después, al hacer algo por nosotros que no podíamos hacer nosotros mismos. Nosotros nacimos y vivimos muy lejos de Dios en nuestro comienzo, por nuestro pecado. Pero, El nos ha abierto un camino de salvación a través de Cristo. Pero, la salvación no tiene como fin el egocentrismo, (aunque si vives la fe genuinamente, sí llegarás a obtener lo que más te conviene). No debemos olvidar ni de lo que Dios hizo por nosotros, ni del bien que debemos hacerle a nuestro prójimo. La salvación es un proceso de comenzar o de nacer de nuevo en Cristo, de crecer y fortalecernos en el Señor, para que podamos hacer la obra que El tiene para cada uno de nosotros, y ayudar a otros a llegar y entrar en el reino de Dios, y así, ayudarlos a ellos a crecer y a fortalecerse para que ellos puedan proseguir con este ciclo de salvación, tal como lo diseño el Señor para el hombre, algo que es muy similar al proceso natural de tener un matrimonio, y de tener hijos, para hacer el mundo terrenal un lugar mejor, y poder todos llegar a la eternidad que Dios tiene para todos aquellos que le aman y le siguen fielmente. Así que, ¿Eres parte del ciclo de la salvación, o sigues el camino del diablo, del egocentrismo, que te dejará vacío aquí y sin eternidad al final? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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La verdadera Palabra del Señor siempre se cumplirá - Jeremías 37:1-19

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Basado en Jeremías 37:1-19 (Versión Reina Valera 1960)

En lugar de Conías hijo de Joacim reinó el rey Sedequías hijo de Josías, al cual Nabucodonosor rey de Babilonia constituyó por rey en la tierra de Judá. Pero no obedeció él ni sus siervos ni el pueblo de la tierra a las palabras de Jehová, las cuales dijo por el profeta Jeremías. Y envió el rey Sedequías a Jucal hijo de Selemías, y al sacerdote Sofonías hijo de Maasías, para que dijesen al profeta Jeremías: Ruega ahora por nosotros a Jehová nuestro Dios. Y Jeremías entraba y salía en medio del pueblo; porque todavía no lo habían puesto en la cárcel. Y cuando el ejército de Faraón había salido de Egipto, y llegó noticia de ello a oídos de los caldeos que tenían sitiada a Jerusalén, se retiraron de Jerusalén. Entonces vino palabra de Jehová al profeta Jeremías, diciendo: Así ha dicho Jehová Dios de Israel: Diréis así al rey de Judá, que os envió a mí para que me consultaseis: He aquí que el ejército de Faraón que había salido en vuestro socorro, se volvió a su tierra en Egipto. Y volverán los caldeos y atacarán esta ciudad, y la tomarán y la pondrán a fuego. Así ha dicho Jehová: No os engañéis a vosotros mismos, diciendo: Sin duda ya los caldeos se apartarán de nosotros; porque no se apartarán. Porque aun cuando hirieseis a todo el ejército de los caldeos que pelean contra vosotros, y quedasen de ellos solamente hombres heridos, cada uno se levantará de su tienda, y pondrán esta ciudad a fuego. Y aconteció que cuando el ejército de los caldeos se retiró de Jerusalén a causa del ejército de Faraón, salía Jeremías de Jerusalén para irse a tierra de Benjamín, para apartarse de en medio del pueblo. Y cuando fue a la puerta de Benjamín, estaba allí un capitán que se llamaba Irías hijo de Selemías, hijo de Hananías, el cual apresó al profeta Jeremías, diciendo: Tú te pasas a los caldeos. Y Jeremías dijo: Falso; no me paso a los caldeos. Pero él no lo escuchó, sino prendió Irías a Jeremías, y lo llevó delante de los príncipes. Y los príncipes se airaron contra Jeremías, y le azotaron y le pusieron en prisión en la casa del escriba Jonatán, porque la habían convertido en cárcel. Entró, pues, Jeremías en la casa de la cisterna, y en las bóvedas. Y habiendo estado allá Jeremías por muchos días, el rey Sedequías envió y le sacó; y le preguntó el rey secretamente en su casa, y dijo: ¿Hay palabra de Jehová? Y Jeremías dijo: Hay. Y dijo más: En mano del rey de Babilonia serás entregado. Dijo también Jeremías al rey Sedequías: ¿En qué pequé contra ti, y contra tus siervos, y contra este pueblo, para que me pusieseis en la cárcel? ¿Y dónde están vuestros profetas que os profetizaban diciendo: No vendrá el rey de Babilonia contra vosotros, ni contra esta tierra?

La desobediencia al Señor siempre acarrea grandes problemas, tales problemas que se pueden manifestar aquí y ahora, pero aún peor, después, cuando toque estar delante de Su trono. Vivimos en una era donde nuestras culturas y la sociedad han adoptado una mentalidad donde creen que el hombre es el que reina y controla la realidad, tanto como el que está situado en un lugar de poder humano, como también, la persona común y corriente (por decir). Satanás ha obrado de tal manera en el mundo que la gran mayoría de las personas piensan que sus opiniones son las que definen sus propias realidades, hasta e inclusive las acciones de Dios y la eternidad. El hombre cree que todo saldra como le parece, y por desgracia, el que más ha adoptado esta actitud, esta mentalidad, es el llamado pueblo de Dios.

Como escribió Eclesiastés: …nada hay nuevo debajo del sol. Lo que vemos hoy es idéntico a lo que se vió antes, como lo que leímos en el pasaje de hoy. Sedequias y el pueblo de Judá no obedecieron al Señor. Hicieron todo como les parecía, y desgraciadamente, todo lo contrario, a como Dios les había enseñado hace mucho tiempo a través de Su Palabra. En vez de seguir al Señor, siguieron a otros dioses. Y siguieron tales dioses que hasta demandaban la muerte de sus hijos como parte de adoración, para poder conseguir su favor. La única diferencia entre el matar niños antes y ahora, es que antes se hacía por un dios, para poder conseguir favores. Ahora, se matan millones de niños antes de nacer con la excusa de que la mujer puede hacer lo quiera con su cuerpo. El dios Moloc hoy tiene forma de mujer. Esa es la única diferencia. Y la gente de Judá, en vez de amar a su prójimo, lo trataban injustamente, haciéndole el mal al inocente e indefenso. En fin, Judá hizo el mal delante de los ojos del Señor, y por mucho tiempo y muchas generaciones. Nuestra sociedad, y aún peor, nuestra comunidad cristiana va por el mismo camino, adoptando estilos de vida que van totalmente en contra del Señor, y convirtiéndose a sí mismo en su propio señor, o más bien, entronando a Satanás en sus vidas y sirviendo al pecado que mora en sus miembros. No era bueno antes, ni tampoco será bueno ahora, por mucho que piense la gente de que todo saldrá bien, y que nunca vendrá el mal. Ellos tienen que haber pensado que nunca nada malo les iba a suceder, igual como se piensa ahora.

En aquel entonces, también tenían profetas mentirosos, tal como los hay hoy. A Sedequias y al pueblo les hablaron muchos profetas de que todo estaría bien, y que habría paz y bendición, a pesar de todo el pecado que estaban cometiendo, igual que ahora. Jeremías hasta le preguntó al rey, diciendo: ¿Y dónde están vuestros profetas que os profetizaban diciendo: No vendrá el rey de Babilonia contra vosotros, ni contra esta tierra? Digan lo que digan, piensen lo que piensen, todo lo que realmente dice Dios se cumplirá. Por lo tanto, esto dice el Señor: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: No escuchéis las palabras de los profetas que os profetizan; os alimentan con vanas esperanzas; hablan visión de su propio corazón, no de la boca de Jehová. Dicen atrevidamente a los que me irritan: Jehová dijo: Paz tendréis; y a cualquiera que anda tras la obstinación de su corazón, dicen: No vendrá mal sobre vosotros. Porque ¿quién estuvo en el secreto de Jehová, y vio, y oyó su palabra? ¿Quién estuvo atento a su palabra, y la oyó? He aquí que la tempestad de Jehová saldrá con furor; y la tempestad que está preparada caerá sobre la cabeza de los malos. No se apartará el furor de Jehová hasta que lo haya hecho, y hasta que haya cumplido los pensamientos de su corazón; en los postreros días lo entenderéis cumplidamente. No envié yo aquellos profetas, pero ellos corrían; yo no les hablé, mas ellos profetizaban. Pero si ellos hubieran estado en mi secreto, habrían hecho oír mis palabras a mi pueblo, y lo habrían hecho volver de su mal camino, y de la maldad de sus obras. ¿Soy yo Dios de cerca solamente, dice Jehová, y no Dios desde muy lejos? ¿Se ocultará alguno, dice Jehová, en escondrijos que yo no lo vea? ¿No lleno yo, dice Jehová, el cielo y la tierra? Yo he oído lo que aquellos profetas dijeron, profetizando mentira en mi nombre, diciendo: Soñé, soñé. ¿Hasta cuándo estará esto en el corazón de los profetas que profetizan mentira, y que profetizan el engaño de su corazón? Jeremías 23:16-26. ¿necesita mucha explicación esto?

Las cosas del Señor son así de sencillas: No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna. Gálatas 6:7-8. ¿Bendecirá Dios si Su llamado pueblo peca en contra de El fornicando, adulterando, buscando otros dioses, buscando cumplir su propia voluntad, y así despreciando al Señor y a su prójimo? ¿Podrá producirse la vida donde solo se siembra la muerte? No lo creo. Así que, ¿de qué manera se cumplirá la Palabra de Dios en tu vida? ¿para vida o para muerte? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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La fe en la Persona y en los hechos de Jesús - Colosenses 2

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Basado en Colosenses 2 (Versión Reina Valera 1960)

Porque quiero que sepáis cuán gran lucha sostengo por vosotros, y por los que están en Laodicea, y por todos los que nunca han visto mi rostro; para que sean consolados sus corazones, unidos en amor, hasta alcanzar todas las riquezas de pleno entendimiento, a fin de conocer el misterio de Dios el Padre, y de Cristo, en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento. Y esto lo digo para que nadie os engañe con palabras persuasivas. Porque aunque estoy ausente en cuerpo, no obstante en espíritu estoy con vosotros, gozándome y mirando vuestro buen orden y la firmeza de vuestra fe en Cristo. Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en él; arraigados y sobreedificados en él, y confirmados en la fe, así como habéis sido enseñados, abundando en acciones de gracias. Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo. Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad. En él también fuisteis circuncidados con circuncisión no hecha a mano, al echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal, en la circuncisión de Cristo; sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos. Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz. Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo, todo lo cual es sombra de lo que ha de venir; pero el cuerpo es de Cristo. Nadie os prive de vuestro premio, afectando humildad y culto a los ángeles, entremetiéndose en lo que no ha visto, vanamente hinchado por su propia mente carnal, y no asiéndose de la Cabeza, en virtud de quien todo el cuerpo, nutriéndose y uniéndose por las coyunturas y ligamentos, crece con el crecimiento que da Dios. Pues si habéis muerto con Cristo en cuanto a los rudimentos del mundo, ¿por qué, como si vivieseis en el mundo, os sometéis a preceptos tales como: No manejes, ni gustes, ni aun toques (en conformidad a mandamientos y doctrinas de hombres), cosas que todas se destruyen con el uso? Tales cosas tienen a la verdad cierta reputación de sabiduría en culto voluntario, en humildad y en duro trato del cuerpo; pero no tienen valor alguno contra los apetitos de la carne.

¿De qué realmente debiera consistir la fe cristiana? Hay mucha confusión en esto, porque se han inventado muchas cosas que en realidad no tienen nada que ver, con lo que Dios desea que haga el hombre. Hay muchas cosas que se le han quitado o añadido a lo precioso del plan de Dios. Y eso solamente puede ser producto de una sola persona, de Satanás. El Apóstol Pablo habla aquí acerca de que estos cambios a la Verdad de Dios han venido por la carnalidad del hombre, y por supuesto que está en lo cierto, pero, es el diablo que tienta al hombre en base a su concupiscencia, al pecado que mora en el hombre. Esto es lo que nos enseña la Palabra: Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie; sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte. Santiago 1:13-15. Entonces, cuando el diablo tienta al ser humano, lo trata de tentar en base al pecado que ya mora en él. Y claro, cuando el hombre le presta atención al diablo, lo está haciendo en base al mal que ya está en él de alguna manera u otra.

Ahora, ¿Por qué se esmera el diablo en hacer esto? Porque desea que el hombre se pierda y su trabajo es fácil. Lo único que él tiene que hacer es tratar de producir un muy pequeño desvío, y eso es lo que significa la palabra “pecado” en sí mismo: es errarle al blanco. La palabra “pecado” es el término que se refiere cuando una persona tira al blanco con un arco y una flecha, y esta persona falla. Algo pasó cuando apuntó con el proyectil, y por eso que no llego exactamente. Por eso que es parte del error asumir que el pecado solamente consta con matar a alguien, o algo así. El más grave problema que puede sucederle a una persona es no retener exactamente lo que realmente conlleva a la salvación, y por eso que el Espíritu Santo a través de Pablo advierte de que hay que retener una exactitud en la fe, para que no se produzca el error. Porque el más grande y trágico problema que pudiera pasarle a alguien es vivir toda su vida pensando que está en lo correcto, y darse cuenta al final que le ha errado al blanco, y que ha vivido su vida de una manera equivocada. Por eso que cualquier buen maestro de tiro con arco, siempre enseñará que la única manera de no errar al blanco es el enfocarse precisamente en el blanco, y de lo que se tiene que tener en mente antes del lanzamiento para poder dar precisamente en él.

Entonces, si hay que ser tan preciso con la fe, ¿Cuál debiera ser nuestro enfoque? Pensemos primero en lo que no debiera ser nuestro enfoque para poder ver aún más claro el Blanco, por decir. La Biblia nos enseña todas las distintas cosas que son pecado delante de Dios, pero para poder tener un norte, una clave general más segura, podríamos ver esto. Lo que uno debiera evitar son enseñanzas o doctrinas que apoyen o fomentan las cosas de la carne, lo que nos puede sonar atractivo a los deseos pecaminosos de nuestra carne, y de eso hay por todas partes desafortunadamente. Hay mucha más mentira que verdad. Esto es lo que enseña la Palabra: No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna. Gálatas 6:7-8. Cuando nos enfocamos en la carne, ahí es que vienen los problemas. La carne no puede estar vinculada en ninguna manera con el Evangelio de Cristo. Veamos el problema que acarrea cuando se entromete la carne: Entonces Pedro, tomándolo aparte, comenzó a reconvenirle, diciendo: Señor, ten compasión de ti; en ninguna manera esto te acontezca (hablando de la crucifixión). Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres (la carne). Mateo 16:22-23. ¿Qué hubiera pasado si el Señor le hubiera hecho caso a Pedro? ¡Bendito sea el Señor!

Entonces, ¿Cuál sí debiera ser nuestra meta? Fácil. Debiera ser la persona de Cristo y lo que El ha hecho por nosotros: Sus méritos. El es nuestro modelo. No debemos enfocarnos ni en otras personas, (Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre. 1 Timoteo 2:5), ni aún menos, en las cosas de la carne. El debe ser el blanco de nuestra fe, y debemos hacer tal como El nos enseñó, de amar a Dios con todo lo que somos, y amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Si haces a Jesús el literal Señor de tu vida, y valoras todo lo que El hizo por ti, eso te asegurará amplia entrada en el reino de Dios. ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Las riquezas - Santiago 5:1-6

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Basado en Santiago 5:1-6 (Versión Reina Valera 1960)

 ¡Vamos ahora, ricos! Llorad y aullad por las miserias que os vendrán. Vuestras riquezas están podridas, y vuestras ropas están comidas de polilla. Vuestro oro y plata están enmohecidos; y su moho testificará contra vosotros, y devorará del todo vuestras carnes como fuego. Habéis acumulado tesoros para los días postreros. He aquí, clama el jornal de los obreros que han cosechado vuestras tierras, el cual por engaño no les ha sido pagado por vosotros; y los clamores de los que habían segado han entrado en los oídos del Señor de los ejércitos. Habéis vivido en deleites sobre la tierra, y sido disolutos; habéis engordado vuestros corazones como en día de matanza. Habéis condenado y dado muerte al justo, y él no os hace resistencia.

¿Las riquezas son malas? En sí mismas, no tienen nada de malo. Todo depende de cómo se obtienen y que prioridad se les dá. Para comenzar, ¿las riquezas solo se tratan de los bienes materiales? No necesariamente, pero en el pasaje de hoy se refiere primordialmente a las riquezas materiales. Aún más exactamente, el pasaje de hoy se refiere a los ricos y lo que les acontecerá por su trato con sus semejantes, al preocuparse por ellos mismos (el egoísmo), al confiar en las riquezas, al aprovecharse o atropellar a aquellos que no pueden defenderse, a los más vulnerables, y por vivir en deleites. Todas estas acciones ilícitas de acuerdo a la Palabra de Dios no solo son abominables ante el Todopoderoso, sino aún más, merecedoras de castigo, en el presente o en algún momento, y si no hay un arrepentimiento genuino antes de la muerte, serán merecedoras del castigo eterno donde ya no hay vuelta ni segundas oportunidades. Cuando el hombre muere, se acaba la misericordia de Dios porque se acaban las oportunidades que dá el Señor para arrepentimiento. Es por eso que la Palabra trata de dar conciencia al lector porque todo pecado siempre tiene consecuencias, tanto aquí en el presente, pero aún peor, en la eternidad. Nada queda igual, porque aún recibiendo el perdón de Dios, siempre pueden quedar consecuencias. La gracia de Dios no necesariamente quita posibles consecuencias naturales.   

¿Qué es lo que enseña la Palabra acerca de las riquezas? Una de las primeras cosas que podemos ver en la Palabra es que nosotros como seguidores de Cristo nos conviene contentarnos con lo necesario. ¿Qué es lo necesario? Hay muchas personas que tienen diferentes opiniones acerca de lo que es necesario. Hay personas que creen que es necesario tener una casa grande. Hay otras personas que creen necesario tener una cuenta bancaria con cantidades grandes de dinero. Hay otros que creen que el lujo es un derecho divino. Las opiniones varían. ¿Cómo se puede identificar lo que realmente es necesario? Por lo que Dios dice que es necesario. Esto es lo que dice la Palabra: “Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento; porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto. Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición; porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.” 1 Timoteo 6:6-10. Así que, a través de este pasaje, podemos deducir que, si deseamos más que el sustento y abrigo, ya nos estamos pasando de los límites de lo necesario.

Veamos esto a través del Señor, porque la meta de Dios es hacernos semejantes a El a través del Espíritu Santo, y no necesariamente como ningún otro ser humano por muy escogido y especial que allá sido. Nuestra vista siempre debe estar en el Señor, y en nadie más. ¿Tuvo un palacio el Señor, o una mansión, o hasta una casa? No. El dijo que el Hijo del Hombre no tuvo ni donde recostar Su cabeza. ¿Tuvo El mucha ropa, o distintas tenidas para cada día de la semana? No. La Palabra no habla que tuvo tales cosas. ¿Tuvo el Señor caballos o carros? No, porque hasta cuando hizo Su entrada triunfal en Jerusalén montó un pollino de asna, prestado. ¿Cómo comía el Señor? ¿Tenía una despensa de comida, o terrenos con cultivos? Tampoco demuestra nada de eso la Palabra. Ahora bien, si nos comparamos a lo que el Señor tuvo, muy fácilmente pudiéramos discernir que nosotros somos ricos (carnalmente hablando) comparados al Señor, porque todos vivimos en algún tipo de edificio, sea comprado o rentado, tenemos un refrigerador/congelador, y una despensa en nuestro hogar con comida, tenemos ropa para varios días y para distintas ocasiones, y así sucesivamente. Así que, observa bien lo que haces porque esta Escritura puede ser aplicable para ti, si te estas aprovechando de los demás, o si eres egoísta, o si estas confiando en tus riquezas, o si te estas dedicando más a los deleites de este mundo.

¿Cómo debiéramos vivir entonces? Esto es lo que enseña la Palabra: “No te afanes por hacerte rico; Sé prudente, y desiste. ¿Has de poner tus ojos en las riquezas, siendo ningunas? Porque se harán alas Como alas de águila, y volarán al cielo.” Proverbios 23:4-5. Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a éste señaló Dios el Padre. Juan 6:27. A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos. Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos, generosos; atesorando para sí buen fundamento para lo por venir, que echen mano de la vida eterna. 1 Timoteo 6:17-19. No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón. Mateo 6:19-21.

Ahora bien, ¿eso quiere decir que debemos darles nuestros bienes a los que no trabajan, que son irresponsables? Bajo ningún punto. La Biblia sencillamente no apoya ni la irresponsabilidad, ni aun menos, la flojera, como está escrito: Pero os ordenamos, hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que os apartéis de todo hermano que ande desordenadamente, y no según la enseñanza que recibisteis de nosotros. Porque vosotros mismos sabéis de qué manera debéis imitarnos; pues nosotros no anduvimos desordenadamente entre vosotros, ni comimos de balde el pan de nadie, sino que trabajamos con afán y fatiga día y noche, para no ser gravosos a ninguno de vosotros; no porque no tuviésemos derecho, sino por daros nosotros mismos un ejemplo para que nos imitaseis. Porque también cuando estábamos con vosotros, os ordenábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma. Porque oímos que algunos de entre vosotros andan desordenadamente, no trabajando en nada, sino entremetiéndose en lo ajeno. A los tales mandamos y exhortamos por nuestro Señor Jesucristo, que trabajando sosegadamente, coman su propio pan. 2 Tesalonicenses 3:6-12.

¿Qué podemos entonces entender a través de todo esto? Que finalmente cada uno de nosotros dará cuenta de cómo consigue las cosas, de lo que hace con lo que tiene, y de cómo trata a su prójimo, porque Dios está mirando y sí juzgará a Su pueblo, más tarde o más temprano. Así que, ¿Estás ganándote el sustento, y administrándolo de una manera que complace a Dios? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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La venida del Señor se acerca - 1 Corintios 15:50-58

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Basado en 1 Corintios 15:50-58 (Versión Reina Valera 1960)

Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción. He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad. Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria. ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley. Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo. Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.

Los tiempos en los cuales estamos viviendo nos demuestran que estamos acercándonos mas apresuradamente a un final inevitable. Todo apunta a que un día este mundo terminará, y todo lo que existe cambiará, sin excepciones. Así estableció las cosas Dios mismo. Y no hay nada que lo detenga. Eso sí, lo único que si podemos hacer es estar listos, haciendo la voluntad de Dios. Existen unas ruedas gigantescas y cósmicas que controlan el trascurrir del tiempo y los eventos, y esas son imparables porque son fijadas por el mismo Creador. Pero, dentro de esas grandes ruedas hay lugar para que cada uno de nosotros podamos decidir nuestra propia condición eterna, sea que decidamos vivir por el Señor, o vivir para el mundo y sus deleites, al seguir la corriente que Satanás mismo inspira en el aquí y ahora. No obstante, y como explicamos antes que existen cosas incambiables, existe un día que será muy decisivo para toda la humanidad, el día en el cual Cristo venga por Su iglesia, un día conocido como el arrebatamiento de la iglesia.

El día de los arrebatados, o como el Apóstol Pablo lo describe en el pasaje que leímos hoy, consta de que el Señor mismo vendrá por Su iglesia y milagrosamente tomará para si a los que le pertenecemos, a los que son realmente fieles a El, y seremos llevados y transformados en las nubes, tanto como los que estemos todavía vivos físicamente, y también aquellos que duermen en la tierra. Sera un día como nunca jamás fue. La Biblia habla de dos otras personas que vivieron un momento parecido personalmente, de Enoc y del Profeta Elías. La Biblia habla de este arrebatamiento en distintas partes de la Palabra. Por ejemplo, vemos esto en los siguientes pasajes: Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre. Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre. Entonces estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el otro será dejado. Dos mujeres estarán moliendo en un molino; la una será tomada, y la otra será dejada. Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor. Pero sabed esto, que si el padre de familia supiese a qué hora el ladrón habría de venir, velaría, y no dejaría minar su casa. Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis. Mateo 24:36-44. Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. 1 Tesalonicenses 4:16-17. Este evento sucederá algún día, cuando el Padre diga, y nada lo detendrá, y nadie sabrá cuándo exactamente sucederá esto, pero la Biblia sí nos enseña cuando estará cerca ese día, por los eventos que precederán, y ya muchas cosas se han cumplido, y otras se van cumpliendo hoy.

De esto se predicaba mucho antes, cuando hubo un despertar muy grande en el mundo para el Evangelio de Jesucristo, durante una entapa que pudiéramos decir que se cumplió el derramamiento del Espíritu Santo de los últimos tiempos. Esa es una de las señales que habla la Palabra que precedería este día del arrebatamiento. Y desgraciadamente, muchos creyentes o se enfriaron, o tomaron esta tardanza de esta profecía del arrebatamiento como un letargo de parte de Dios, o como algo que sencillamente es un mito. Ese es el sentimiento que se ha extendido también en muchos del mundo donde ven a Dios y a la fe en Cristo como algo pasado, como una vieja tradición, o hasta como una superstición, especialmente entre aquellos que se creen ser muy intelectuales y avanzados. Toman la misericordia divina como señal de que Dios no existe. Pero la Verdad es que Dios sí existe, y que solo esta dando oportunidad, como está escrito: Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día. El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche… 2 Pedro 3:8-10a.

Ahora bien, ¿cuál es una de las indicaciones más grandes cuando esté por cumplirse aquel día? La Biblia nos enseña que habrá un momento de aparente tranquilidad, y tomará a la humanidad por sorpresa. Acontecerá en un momento cuando el mundo se sentirá confiado en sus quehaceres, y viviendo de una manera totalmente desprovista. Esto es lo que está escrito: Pero acerca de los tiempos y de las ocasiones, no tenéis necesidad, hermanos, de que yo os escriba. Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche; que cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán. 1 Tesalonicenses 5:1-3.

Por lo tanto, ¿Cómo debe vivir la vida cada creyente que sí desea irse con su Señor? Debe estar ocupado en los asuntos del Padre, como el mismo ejemplo que dejo el Señor, y no viviendo como el mundo. Esto nos aconseja la Palabra de Dios: ¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su casa para que les dé el alimento a tiempo? Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así. De cierto os digo que sobre todos sus bienes le pondrá. Pero si aquel siervo malo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir; y comenzare a golpear a sus consiervos, y aun a comer y a beber con los borrachos, vendrá el señor de aquel siervo en día que éste no espera, y a la hora que no sabe, y lo castigará duramente, y pondrá su parte con los hipócritas; allí será el lloro y el crujir de dientes. Mateo 24:45-51. El que no este siguiendo al Señor fielmente se quedará atrás, y vivirá cosas que el mundo jamás allá experimentado. No vale la pena cambiar la vida eterna por cosas que solo producen muerte y destrucción, sin ningún tipo de recompensa. Así que, ¿estas realmente listo para la venida del Señor, que puede suceder cuando menos lo esperes? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Dios juzgará el mal - Isaías 33:1-16

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Basado en Isaías 33:1-16 (Versión Reina Valera 1960)

¡Ay de ti, que saqueas, y nunca fuiste saqueado; que haces deslealtad, bien que nadie contra ti la hizo! Cuando acabes de saquear, serás tú saqueado; y cuando acabes de hacer deslealtad, se hará contra ti. Oh Jehová, ten misericordia de nosotros, a ti hemos esperado; tú, brazo de ellos en la mañana, sé también nuestra salvación en tiempo de la tribulación. Los pueblos huyeron a la voz del estruendo; las naciones fueron esparcidas al levantarte tú. Sus despojos serán recogidos como cuando recogen orugas; correrán sobre ellos como de una a otra parte corren las langostas. Será exaltado Jehová, el cual mora en las alturas; llenó a Sion de juicio y de justicia. Y reinarán en tus tiempos la sabiduría y la ciencia, y abundancia de salvación; el temor de Jehová será su tesoro. He aquí que sus embajadores darán voces afuera; los mensajeros de paz llorarán amargamente. Las calzadas están deshechas, cesaron los caminantes; ha anulado el pacto, aborreció las ciudades, tuvo en nada a los hombres. Se enlutó, enfermó la tierra; el Líbano se avergonzó, y fue cortado; Sarón se ha vuelto como desierto, y Basán y el Carmelo fueron sacudidos. Ahora me levantaré, dice Jehová; ahora seré exaltado, ahora seré engrandecido. Concebisteis hojarascas, rastrojo daréis a luz; el soplo de vuestro fuego os consumirá. Y los pueblos serán como cal quemada; como espinos cortados serán quemados con fuego. Oíd, los que estáis lejos, lo que he hecho; y vosotros los que estáis cerca, conoced mi poder. Los pecadores se asombraron en Sion, espanto sobrecogió a los hipócritas. ¿Quién de nosotros morará con el fuego consumidor? ¿Quién de nosotros habitará con las llamas eternas? El que camina en justicia y habla lo recto; el que aborrece la ganancia de violencias, el que sacude sus manos para no recibir cohecho, el que tapa sus oídos para no oír propuestas sanguinarias; el que cierra sus ojos para no ver cosa mala; éste habitará en las alturas; fortaleza de rocas será su lugar de refugio; se le dará su pan, y sus aguas serán seguras.

Muchos creen que, porque no ven fuego caer del cielo u otras cosas extremadamente inusuales, que no existe tal juicio de Dios, o hasta dudan en que Dios existe. Muchos piensan que Dios es como un mito, o parte de una tradición antigua. Y aún más, si es que “algo” existe (como algunos piensan), que es algo o alguien tan bueno que pasará por alto el pecado y Su existencia no afecta en nada. Muchos supuestos cristianos creen de esta manera, a lo menos, eso demuestran. Pero, la Verdad es que Dios sí existe, que es Todopoderoso, Santo, y Sublime, y que tiene todo tipo de autoridad y poder para llevar a cabo el juicio que ya viene en camino, lo quieran creer o no. El Señor no va a pasar por alto ni las rebeliones ni las abominaciones del mundo, y ni aún menos, ignorar lo que Su llamado pueblo hace. Dios sí juzgara todo el mal, a pesar de lo lindo y agradable que prediquen ciertos llamados siervos de Dios, y de la manera que prácticamente incitan a pisotear Su divina gracia, y todo basado en que Dios es un Dios bueno y amoroso, y extremadamente paciente. Usan mal la Palabra que dice: …no se irrita… …todo lo sufre… …todo lo soporta… Este tipo de enseñanza no está de acuerdo con lo que la Biblia enseña. Dios es Dios, y hay que respetarlo como tal.

¿De dónde emana este error de que Dios no juzga? Como todo lo malo, proviene de Satanás y de sus ministros, como dicen las Escrituras: …doctrinas de demonios. Esto es lo que realmente dice la Palabra: Palabra de Jehová que vino a Jeremías, diciendo: Ponte a la puerta de la casa de Jehová, y proclama allí esta palabra, y di: Oíd palabra de Jehová, todo Judá, los que entráis por estas puertas para adorar a Jehová. Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Mejorad vuestros caminos y vuestras obras, y os haré morar en este lugar. No fiéis en palabras de mentira, diciendo: Templo de Jehová, templo de Jehová, templo de Jehová es este. Pero si mejorareis cumplidamente vuestros caminos y vuestras obras; si con verdad hiciereis justicia entre el hombre y su prójimo, y no oprimiereis al extranjero, al huérfano y a la viuda, ni en este lugar derramareis la sangre inocente, ni anduviereis en pos de dioses ajenos para mal vuestro, os haré morar en este lugar, en la tierra que di a vuestros padres para siempre. He aquí, vosotros confiáis en palabras de mentira, que no aprovechan. Hurtando, matando, adulterando, jurando en falso, e incensando a Baal, y andando tras dioses extraños que no conocisteis, ¿vendréis y os pondréis delante de mí en esta casa sobre la cual es invocado mi nombre, y diréis: Librados somos; para seguir haciendo todas estas abominaciones? ¿Es cueva de ladrones delante de vuestros ojos esta casa sobre la cual es invocado mi nombre? He aquí que también yo lo veo, dice Jehová. Jeremías 7:1-11. Muchos creen que, porque hicieron algún tipo de decisión por el Señor, o porque van a alguna iglesia, o porque hacen algo que luce como bueno, se creen pueblo de Dios o “templo de Jehová”. Pero, vimos en este reciente pasaje que no basta con creerse templo de Jehová, sino que, debe haber un cambio, y un proseguir en cambiar, en hacer como El manda. Por eso que muy confiadamente puedo decir que no puede haber práctica de pecado en una persona que se llame ser pueblo del Señor, o si no, más tarde o más temprano, vendrá el castigo del Señor. Miremos bien a la historia que muestran las Escrituras, en el mismo pueblo de Juda, al cual se le hablo aquí. Tanto pecaron en contra del Señor haciendo distintos males delante de Sus ojos, que el Señor sí permitió que fueran conquistados por sus enemigos, y la tierra desolada y sus ciudades destruidas, y hasta muchos de los pocos sobrevivientes, ser llevados como esclavos. Miles de miles de personas murieron a filo de espada, así que ni fue necesario que los elementos fueran afectados. Hay muchas maneras en las cuales Dios puede hacer lucir Su profunda desaprobación. Esto se nos deja como ejemplo, de lo que puede suceder si escogemos persistir en el pecado.

Esto es lo que nos manda la Palabra referente al problema de tratar de abusar de la gracia de Dios: Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro. No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias; ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia. Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia. ¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? En ninguna manera. ¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia? Gálatas 6:11-16. Porque esta es la realidad mas grande a la cual le debemos temer (sí, tener miedo, aún dentro de la gracia de Dios): No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna. Gálatas 6:7-8. No puedes engañar a Dios.

Finalmente, no te guíes por tu propia opinión, por lo que te parece bien, y ciertamente, no trates de abusar de la gracia de Dios. Esto se nos aconseja: No seas sabio en tu propia opinión; teme a Jehová, y apártate del mal. Proverbios 3:7. Entonces, ¿Vives tu vida de tal manera que Dios ve todo lo que haces, y que algún día si darás cuenta, sea aquí en la tierra, o en la eternidad? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Honrando a Dios dentro del sistema - 1 Pedro 2:13-25

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Basado en 1 Pedro 2:13-25 (Versión Reina Valera 1960)

Por causa del Señor someteos a toda institución humana, ya sea al rey, como a superior, ya a los gobernadores, como por él enviados para castigo de los malhechores y alabanza de los que hacen bien. Porque esta es la voluntad de Dios: que haciendo bien, hagáis callar la ignorancia de los hombres insensatos; como libres, pero no como los que tienen la libertad como pretexto para hacer lo malo, sino como siervos de Dios. Honrad a todos. Amad a los hermanos. Temed a Dios. Honrad al rey. Criados, estad sujetos con todo respeto a vuestros amos; no solamente a los buenos y afables, sino también a los difíciles de soportar. Porque esto merece aprobación, si alguno a causa de la conciencia delante de Dios, sufre molestias padeciendo injustamente. Pues ¿qué gloria es, si pecando sois abofeteados, y lo soportáis? Mas si haciendo lo bueno sufrís, y lo soportáis, esto ciertamente es aprobado delante de Dios. Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas; el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca; quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente; quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados. Porque vosotros erais como ovejas descarriadas, pero ahora habéis vuelto al Pastor y Obispo de vuestras almas.

A Dios le importa sumamente nuestra conducta en este mundo, especialmente si una persona dice creer y seguir a Cristo. Todo el consejo de Dios en la Palabra apunta a la importancia de llevar una piadosa manera de vivir, a vivir de una forma que no solo glorifique a Dios, sino que también, procurar el mayor bien para toda persona, que es la salvación de sus almas. Esa es la plena voluntad de Dios, y así se cumple el todo de la ley tal como lo enseño el propio Señor: Amararlo a El primeramente con todo lo que tú eres, y el segundo, amarás a tu prójimo como a ti mismo. Y una de las maneras principales que todo eso se cumple es de la manera que nos comportamos dentro del sistema, como nuestro diario convivir con las autoridades que existen.

Si vemos bien la Palabra de Dios, el asunto de respetar todas las autoridades es algo de suprema importancia. En ninguna parte de la Biblia existe la incitación a la rebeldía, o a destruir lo establecido. No existe un pasaje en las Escrituras que demuestre el desafío a lo establecido, aún dentro de las circunstancias más difíciles. Por ejemplo, el pasaje que vimos hoy y los que veremos un poco más adelante, fueron escritos durante en una época muy difícil del cristianismo, donde se levantó un anticristo, Cesar Nerón, quien persiguió a la iglesia, poniendo como mandato que todo ser del reino tenía que confesar que Cesar era señor, y él que no lo hacía, o era encarcelado, o torturado, o hasta muerto, y de las maneras más macabras y horribles que pudiera ser. No obstante, el Espíritu Santo inspiró a escribir a estos hombres de Dios de respetar y someterse aún a este tipo de autoridad, no solo como un deber delante de Dios, sino que también, para que, a través de la conducta cristiana, aún lo detestable y lo malo pudiera tener la oportunidad de ser redimido y salvado por el Evangelio de Cristo (porque no hay acepción de personas para Dios), como está escrito: Recuérdales que se sujeten a los gobernantes y autoridades, que obedezcan, que estén dispuestos a toda buena obra. Que a nadie difamen, que no sean pendencieros, sino amables, mostrando toda mansedumbre para con todos los hombres. Porque nosotros también éramos en otro tiempo insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de concupiscencias y deleites diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos unos a otros. Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador, para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna. Palabra fiel es esta, y en estas cosas quiero que insistas con firmeza, para que los que creen en Dios procuren ocuparse en buenas obras. Estas cosas son buenas y útiles a los hombres. Tito 3:1-8.

Sé que es difícil en muchos casos, y que uno puede tener sus propias preferencias con ciertas autoridades, o con ciertas personas, pero Dios no nos enseña a seguir preferencias subjetivas, sino a acatar lo que El finalmente ha establecido, nos guste o no. Porque también está escrito: Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos. Porque los magistrados no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo. ¿Quieres, pues, no temer la autoridad? Haz lo bueno, y tendrás alabanza de ella; porque es servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme; porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo. Por lo cual es necesario estarle sujetos, no solamente por razón del castigo, sino también por causa de la conciencia. Pues por esto pagáis también los tributos, porque son servidores de Dios que atienden continuamente a esto mismo. Pagad a todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que respeto, respeto; al que honra, honra. No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley. Romanos 13:1-8. Entonces, se ve muy claro, que la persona que resiste las autoridades, sean buenas o malas, resiste finalmente a Dios. Y sí, al que resiste o se opone a la policía (o al magistrado como se nombra aquí) también está desafiando a Dios mismo. Y algunos pueden decir: Tú no sabes lo que ellos han hecho. Y sí, no sé lo que te haya ocurrido personalmente, pero, Dios si sabe, y es El quien dice (parafraseado): Respétalos, sujétate a ellos, busca la salvación de sus almas. Y esto no es una cobardía como algunos pueden tomarla, sino una obediencia a la Autoridad Suprema que un día juzgará a todo hombre y mujer según lo que haya hecho, porque sí existe un juicio final del cual nadie se puede escapar. Dios juzgará a todo ser humana, especialmente a Su pueblo, como está escrito: Por tanto procuramos también (el Apóstol Pablo se incluye en esto), o ausentes o presentes, serle agradables. Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos (Pablo se vuelve a incluir) ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo. 2 Corintios 5:9-10. Así que, el que diga que un cristiano no va a dar cuentas, se equivoca. Por eso que es tan importante vivir para Cristo, y especialmente refiriéndose a lo establecido, al sistema en el cual vivimos. Todo lo debemos hacer como para el Señor, y de tal manera que se alinee con el Espíritu Santo y con la Palabra de Dios, sin excepciones, por el bien nuestro, y por el bien de toda persona. Esto lo manda el Señor.

Entonces, ¿Estás honrando a Dios dentro del sistema en el cual vives, no solo para serle agradable a Dios, sino también, para que los que vean tu vida (buenos o no) puedan ver a Cristo, para que tengan la oportunidad de también ser salvos? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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El precio de seguir a Jesús - Hechos 21:15-36

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Basado en Hechos 21:15-36 (Versión Reina Valera 1960)

Después de esos días, hechos ya los preparativos, subimos a Jerusalén. Y vinieron también con nosotros de Cesarea algunos de los discípulos, trayendo consigo a uno llamado Mnasón, de Chipre, discípulo antiguo, con quien nos hospedaríamos. Cuando llegamos a Jerusalén, los hermanos nos recibieron con gozo. Y al día siguiente Pablo entró con nosotros a ver a Jacobo, y se hallaban reunidos todos los ancianos; a los cuales, después de haberles saludado, les contó una por una las cosas que Dios había hecho entre los gentiles por su ministerio. Cuando ellos lo oyeron, glorificaron a Dios, y le dijeron: Ya ves, hermano, cuántos millares de judíos hay que han creído; y todos son celosos por la ley. Pero se les ha informado en cuanto a ti, que enseñas a todos los judíos que están entre los gentiles a apostatar de Moisés, diciéndoles que no circunciden a sus hijos, ni observen las costumbres. ¿Qué hay, pues? La multitud se reunirá de cierto, porque oirán que has venido. Haz, pues, esto que te decimos: Hay entre nosotros cuatro hombres que tienen obligación de cumplir voto. Tómalos contigo, purifícate con ellos, y paga sus gastos para que se rasuren la cabeza; y todos comprenderán que no hay nada de lo que se les informó acerca de ti, sino que tú también andas ordenadamente, guardando la ley. Pero en cuanto a los gentiles que han creído, nosotros les hemos escrito determinando que no guarden nada de esto; solamente que se abstengan de lo sacrificado a los ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación. Entonces Pablo tomó consigo a aquellos hombres, y al día siguiente, habiéndose purificado con ellos, entró en el templo, para anunciar el cumplimiento de los días de la purificación, cuando había de presentarse la ofrenda por cada uno de ellos. Pero cuando estaban para cumplirse los siete días, unos judíos de Asia, al verle en el templo, alborotaron a toda la multitud y le echaron mano, dando voces: ¡Varones israelitas, ayudad! Este es el hombre que por todas partes enseña a todos contra el pueblo, la ley y este lugar; y además de esto, ha metido a griegos en el templo, y ha profanado este santo lugar. Porque antes habían visto con él en la ciudad a Trófimo, de Efeso, a quien pensaban que Pablo había metido en el templo. Así que toda la ciudad se conmovió, y se agolpó el pueblo; y apoderándose de Pablo, le arrastraron fuera del templo, e inmediatamente cerraron las puertas. Y procurando ellos matarle, se le avisó al tribuno de la compañía, que toda la ciudad de Jerusalén estaba alborotada. Este, tomando luego soldados y centuriones, corrió a ellos. Y cuando ellos vieron al tribuno y a los soldados, dejaron de golpear a Pablo. Entonces, llegando el tribuno, le prendió y le mandó atar con dos cadenas, y preguntó quién era y qué había hecho. Pero entre la multitud, unos gritaban una cosa, y otros otra; y como no podía entender nada de cierto a causa del alboroto, le mandó llevar a la fortaleza. Al llegar a las gradas, aconteció que era llevado en peso por los soldados a causa de la violencia de la multitud; porque la muchedumbre del pueblo venía detrás, gritando: ¡Muera!

Hay muchos que dicen que llegar a la salvación de Dios a través de Cristo es fácil, y si, es verdad. Es muy fácil llegar a ser salvo, y la Biblia explica que uno e inclusive debe de hacerse como un niño para poder entrar en el reino de Dios. El Señor lo diseño esa manera, de que ni siquiera se tenga que hacer obras para ser salvo, y que todo se recibe por gracia. Las únicas cosas que hay que hacer son: genuinamente arrepentirse y convertirse de todos los pecados, y de creer y aceptar a Jesús como Señor. Si se hace esto en espíritu y en verdad, muy bien uno puede recibir el regalo de la salvación. Pero, ese es solo el comienzo. Para comenzar este caminar en Cristo, si es fácil, pero mas tarde o mas temprano, la realidad es, que hay un precio que pagar cuando se decide genuinamente seguir a Cristo. Y el precio puede ser caro.

El Señor habló de este asunto a Sus discípulos, y que debieran considerar el costo, el mismo costo que debemos también considerar nosotros, todos los que hemos realmente decidido seguir a Cristo. Esto es lo que esta escrito: Grandes multitudes iban con él; y volviéndose, les dijo: Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo. Y el que no lleva su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo. Porque ¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla? No sea que después que haya puesto el cimiento, y no pueda acabarla, todos los que lo vean comiencen a hacer burla de él, diciendo: Este hombre comenzó a edificar, y no pudo acabar. ¿O qué rey, al marchar a la guerra contra otro rey, no se sienta primero y considera si puede hacer frente con diez mil al que viene contra él con veinte mil? Y si no puede, cuando el otro está todavía lejos, le envía una embajada y le pide condiciones de paz. Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo. Lucas 14:25-33.

Ahora bien, ¿dijo esto el Señor para desalentarnos? Y la respuesta es: no. El Señor lo dijo porque es una realidad que más tarde o más temprano sucederá. Más tarde o más temprano, van a surgir problemas por esta fe en Cristo, aunque se trate de estar en paz con todos (como leímos hoy). Van a haber personas que les va a desagradar este Camino, esta fe en Cristo, y esta desavenencia puede surgir hasta con seres muy queridos y cercanos, hasta con los padres, o con los hijos, etc. No es que se nos manda a aborrecer a un ser querido, sino que el momento va a llegar cuando uno tiene que decidir entre el uno y el otro, o sea, la pregunta que puede surgir en un momento dado es: ¿Sigo al Señor, o niego mi fe para poder conservar y preservar esta otra relación que esta opuesta a Dios? Ese es el asunto. Y eso puede suceder cuando uno busca poner a Dios primero en su vida. Y el asunto puede ahondar de tal manera que puede que tengamos que hasta pensar lo siguiente dependiendo de la circunstancia: ¿niego mi fe para poder conservar mi vida? Esto fue lo que sucedió con muchos antes, y sucede ahora, donde muchas personas alrededor del mundo pagan el alto costo de seguir a Cristo con sus propias vidas porque son rechazados por su familia o muertos por su fe. No se sabe mucho de esto, porque los medios no buscan publicar tales cosas, o porque no les llama la atención, o porque están de acuerdo de alguna manera.  

¿Es Dios el que hace el camino difícil? Y la respuesta es: sí y no. No, porque es el mundo en general que está en enemistad con Dios, porque sigue a Satanás. Dios ama al mundo, y de tal manera que hasta dió a Su Unigénito Hijo, a Jesús, para que todos podamos tener la oportunidad a la salvación. Pero sí, porque la única manera que podemos llegar a esta salvación eterna es al negarnos a nosotros, al pecado que todavía mora en nosotros y nos asedia. Es una condición que se tiene que vencer a través del Señor para poder estar con Dios, porque Dios es Santo, porque para poder estar en Su presencia, nosotros también debemos llegar a ser santos a través de Cristo, al permanecer en El y al ser transformados diariamente. Esa es la meta del Espíritu Santo y lo que enseña la Palabra de Dios. Por eso que es imposible quedarse en un comienzo y no proseguir a la meta que tenemos por delante. El acceso a Cristo y Su salvación es gratis y muy fácil, pero si hay un precio que pagar para poder terminar la carrera y lograr la meta. Así que, ¿estás dispuesto a no solamente creer en Cristo, sino también, a seguirle, pase lo que pase, para poder llegar a obtener lo que Dios ha preparado para aquellos que realmente le aman? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Cuando la Palabra de Dios es el centro de todo - 1 Reyes 8:1-11

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Basado en 1 Reyes 8:1-11 (Versión Reina Valera 1960)

Entonces Salomón reunió ante sí en Jerusalén a los ancianos de Israel, a todos los jefes de las tribus, y a los principales de las familias de los hijos de Israel, para traer el arca del pacto de Jehová de la ciudad de David, la cual es Sion. Y se reunieron con el rey Salomón todos los varones de Israel en el mes de Etanim, que es el mes séptimo, en el día de la fiesta solemne. Y vinieron todos los ancianos de Israel, y los sacerdotes tomaron el arca. Y llevaron el arca de Jehová, y el tabernáculo de reunión, y todos los utensilios sagrados que estaban en el tabernáculo, los cuales llevaban los sacerdotes y levitas. Y el rey Salomón, y toda la congregación de Israel que se había reunido con él, estaban con él delante del arca, sacrificando ovejas y bueyes, que por la multitud no se podían contar ni numerar. Y los sacerdotes metieron el arca del pacto de Jehová en su lugar, en el santuario de la casa, en el lugar santísimo, debajo de las alas de los querubines. Porque los querubines tenían extendidas las alas sobre el lugar del arca, y así cubrían los querubines el arca y sus varas por encima. Y sacaron las varas, de manera que sus extremos se dejaban ver desde el lugar santo, que está delante del lugar santísimo, pero no se dejaban ver desde más afuera; y así quedaron hasta hoy. En el arca ninguna cosa había sino las dos tablas de piedra que allí había puesto Moisés en Horeb, donde Jehová hizo pacto con los hijos de Israel, cuando salieron de la tierra de Egipto. Y cuando los sacerdotes salieron del santuario, la nube llenó la casa de Jehová. Y los sacerdotes no pudieron permanecer para ministrar por causa de la nube; porque la gloria de Jehová había llenado la casa de Jehová.

Lo que podemos ver aquí, en este pasaje es qué, después que se dedicó el templo de Jehová, y cuando la pieza principal se puso en el lugar santísimo, ahí es que la gloria de Jehová llenó la casa de Jehová. Pero si nos fijamos en el detalle, la Palabra nota que el arca contenía algo, las dos tablas de piedra que había puesto Moises en Horeb, o sea, los mandamientos de Dios. Eso fue lo que finalmente se depositó en el centro, en lo más privado del templo, en el lugar santísimo. Entonces, ¿cuál es la lección aquí? Que cuando ponemos la Palabra de Dios en el centro de todo, comenzando en nuestra propia vida, entonces es que veremos la gloria de Dios. Pero ¿Cómo se hace eso?

Si comenzamos a ver este asunto, sería bueno ver lo siguiente: Entonces vino uno y le dijo: Maestro bueno, ¿qué bien haré para tener la vida eterna? El le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno sino uno: Dios. Mas si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos. Le dijo: ¿Cuáles? Y Jesús dijo: No matarás. No adulterarás. No hurtarás. No dirás falso testimonio. Honra a tu padre y a tu madre; y, Amarás a tu prójimo como a ti mismo. El joven le dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud. ¿Qué más me falta? Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme. Mateo 19:16-21. Vemos aquí que el Señor pone aún más claro a éste a quien le hablaba, qué, si quería ser perfecto, tenía que hacer cosas que de verdad demostraran el cumplimiento de los mandamientos, que tenía que tratar a Dios como Dios y Señor, al mismo que le estaba hablando. ¿A qué en realidad se estaba refiriéndose el Señor? Precisamente a los mandamientos, como está escrito: Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre. No tendrás dioses ajenos delante de mí. No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos. Éxodo 20:2-6. ¿Qué era lo que Señor estaba tratando de enseñarle a esta persona? El lado práctico de cumplir los mandamientos, porque finalmente, era El mismo que había escrito sobre las tablas de piedra que estaban guardadas en el arca. El era (y es) ese Dios que manda que le amemos y que guardemos Sus mandamientos. Esto era lo que finalmente estaba apuntando el Señor, como lo dijo en otra ocasión: …El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es. Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento. Marcos 12:29-30. Esto es lo principal, el primer mandamiento, y como tal, el centro de todo, porque es el que encabeza todo. Sino se entiende y se guarda éste, todo lo demás no sirve, porque éste es el que tiene que ser el fundamento de todo, para poder efectivamente guardar los mandamientos y ser perfecto como enseñó el Señor.  

Entonces, ¿Qué tiene que ver la Palabra de Dios con amar a Dios con todo lo que somos? Esto, como está escrito: En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. Juan 1:1-4. El Verbo, o aún más exactamente, la Palabra es Dios. Cristo es Dios. Por esto es que entendemos que lo que está escrito son más que palabras sobre tablas de piedra, o en hojas de papel en un libro, o como hoy también existe data en una pantalla en alguna parte. La Palabra de Dios, es Dios mismo, tome la forma que tome, sea como sea, y por eso que se tiene que amar Su Palabra, y al amarla, se tiene que cumplir en toda dimensión. Se tiene que cumplir espiritualmente, físicamente, y literalmente. Esto es lo mismo que dice la Palabra de Dios: Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra. 2 Timoteo 3:16-17. La única manera que se cumple la Palabra de Dios es cuando se lleva acabo, a través de toda buena obra. La Palabra se debe hacer, se debe obedecer, se debe cumplir, se debe creer, y por supuesto, se debe amar.

Vemos este asunto de obedecer en la vida de Pablo (antes conocido como Saulo) en el siguiente pasaje: Mas yendo por el camino, aconteció que al llegar cerca de Damasco, repentinamente le rodeó un resplandor de luz del cielo; y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? El dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón. El, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? Y el Señor le dijo: Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer. Hechos 9:3-6. ¿Qué fue lo principal que Saulo hizo? Preguntó con todo su corazón, totalmente rendido al Poder que salió a su encuentro: Señor ¿Qué quieres que yo haga? Y cuando se le dijo, fue he hizo tal como se le mando. Esto es lo que debe suceder con la Palabra de Dios, con Dios mismo. Porque también esto revela Su Palabra: Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él. Juan 14:23. La gloria de Dios, la presencia de Dios, se revela en lo más íntimo del hombre cuando se guarda y se cumple la Palabra tal como se debiera, comenzando por el fundamento: amando a Dios. Así que, ¿haz hecho la Palabra de Dios el centro de tu vida? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Permaneciendo en el Señor - 2 Timoteo 1:1-18a

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Basado en 2 Timoteo 1:1-18a (Versión Reina Valera 1960)

Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, según la promesa de la vida que es en Cristo Jesús, a Timoteo, amado hijo: Gracia, misericordia y paz, de Dios Padre y de Jesucristo nuestro Señor. Doy gracias a Dios, al cual sirvo desde mis mayores con limpia conciencia, de que sin cesar me acuerdo de ti en mis oraciones noche y día; deseando verte, al acordarme de tus lágrimas, para llenarme de gozo; trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también. Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos. Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. Por tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni de mí, preso suyo, sino participa de las aflicciones por el evangelio según el poder de Dios, quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos, pero que ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio, del cual yo fui constituido predicador, apóstol y maestro de los gentiles. Por lo cual asimismo padezco esto; pero no me avergüenzo, porque yo sé a quién he creído, y estoy seguro que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día. Retén la forma de las sanas palabras que de mí oíste, en la fe y amor que es en Cristo Jesús. Guarda el buen depósito por el Espíritu Santo que mora en nosotros. Ya sabes esto, que me abandonaron todos los que están en Asia, de los cuales son Figelo y Hermógenes. Tenga el Señor misericordia de la casa de Onesíforo, porque muchas veces me confortó, y no se avergonzó de mis cadenas, sino que cuando estuvo en Roma, me buscó solícitamente y me halló. Concédale el Señor que halle misericordia cerca del Señor en aquel día.

¿Cuál es el propósito de la Palabra de Dios? ¿Por qué es tan necesario no solo estudiar este Libro, sino también vivirlo? Y la respuesta es: porque desde el Genesis hasta el Apocalipsis, es el completo consejo de Dios para el hombre. Y si lo entendemos bien, entenderíamos que no solamente es para que lleguemos a la salvación de Dios, sino también, para que crezcamos y nos edifiquemos de tal manera de llegar a la semejanza de Cristo, de cumplir el propósito de Dios de que seamos como El. Pero para que eso pueda suceder, no nos podemos quedar con el simple hecho de que Cristo nos salvó y nada más, sino también, hay que proseguir y permanecer. Dios lo ha cumplido todo a través de Cristo, pero la obra de Cristo se tiene que cumplir en nuestras vidas, para que nosotros también podamos llegar a la meta eterna, para poder estar listos para lo que viene (porque es muy claro en las Escrituras que en la eternidad hay un gran proseguir, y que no será tocar las arpas nada más, por decir).

Hay muchos lugares en la Palabra de Dios, aparte del que recién leímos, donde se nos insta a permanecer, a seguir adelante, y si no fuera necesario, Dios no hubiera ni gastado tantas energías a través de tantas personas a través de los siglos de poder plasmar eso en este bendito Libro. La Palabra de Dios fue inspirada por Dios, pero escrita por hombres, donde muchas personas llegaron hasta sacrificar sus vidas para lograr completar este Sagrado Libro. No fue fácil componer lo que tenemos hoy tan fácilmente y en distintas formas. Costo el sacrificio de muchas personas, mucho tiempo y dedicación, y hasta dolor y sangre. Claro, todo es la obra de Dios, pero estos benditos seres se dispusieron a cumplir la dura tarea. Así que, no solamente este Libro tiene Su increíble valor porque es el completo consejo de Dios, sino también, porque costo un esfuerzo incalculable de tantas personas a través de los siglos, los cuales también permanecieron en esta bendita fe que tenemos en el Altísimo Dios, tal como lo dijo el Apóstol Pablo: …al cual sirvo desde mis mayores con limpia conciencia…, o sea, refiriéndose a nuestros antepasados en la fe.   

Veamos algunos de estos pasajes donde se nos insta no solamente a permanecer, sino también a producir, y hasta a vencer: Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado. Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden. Juan 15:1-6. Porque el reino de los cielos es como un hombre que yéndose lejos, llamó a sus siervos y les entregó sus bienes. A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y luego se fue lejos. Y el que había recibido cinco talentos fue y negoció con ellos, y ganó otros cinco talentos. Asimismo el que había recibido dos, ganó también otros dos. Pero el que había recibido uno fue y cavó en la tierra, y escondió el dinero de su señor. Después de mucho tiempo vino el señor de aquellos siervos, y arregló cuentas con ellos. Y llegando el que había recibido cinco talentos, trajo otros cinco talentos, diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros cinco talentos sobre ellos. Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. Llegando también el que había recibido dos talentos, dijo: Señor, dos talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros dos talentos sobre ellos. Su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. Pero llegando también el que había recibido un talento, dijo: Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste; por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo. Respondiendo su señor, le dijo: Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no sembré, y que recojo donde no esparcí. Por tanto, debías haber dado mi dinero a los banqueros, y al venir yo, hubiera recibido lo que es mío con los intereses. Quitadle, pues, el talento, y dadlo al que tiene diez talentos. Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado. Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes. Mateo 25:14-30. El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo. Apocalipsis 21:7.

Así que, es muy claro a través de la Palabra que tiene que haber un proseguir en la fe. Nadie puede quedar solo con el conocimiento de la salvación y nada más. Y aunque Dios desea llevar a cabo Su plan en cada persona, todavía sigue vigente el libre albedrio. Dios no va a forzar a nadie. El Señorío de Dios sobre nuestras vidas es voluntario, nunca forzado, porque es un Señorío basado en el amor, y no en la esclavitud. Entonces, ¿estás permaneciendo en el Señor como respuesta a Su gran amor y misericordia? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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La milicia de Dios - Números 2:1-32

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Basado en Números 2:1-32 (Versión Reina Valera 1960)

Habló Jehová a Moisés y a Aarón, diciendo: Los hijos de Israel acamparán cada uno junto a su bandera, bajo las enseñas de las casas de sus padres; alrededor del tabernáculo de reunión acamparán. Estos acamparán al oriente, al este: la bandera del campamento de Judá, por sus ejércitos; y el jefe de los hijos de Judá, Naasón hijo de Aminadab. Su cuerpo de ejército, con sus contados, setenta y cuatro mil seiscientos. Junto a él acamparán los de la tribu de Isacar; y el jefe de los hijos de Isacar, Natanael hijo de Zuar. Su cuerpo de ejército, con sus contados, cincuenta y cuatro mil cuatrocientos. Y la tribu de Zabulón; y el jefe de los hijos de Zabulón, Eliab hijo de Helón. Su cuerpo de ejército, con sus contados, cincuenta y siete mil cuatrocientos. Todos los contados en el campamento de Judá, ciento ochenta y seis mil cuatrocientos, por sus ejércitos, marcharán delante. La bandera del campamento de Rubén estará al sur, por sus ejércitos; y el jefe de los hijos de Rubén, Elisur hijo de Sedeur. Su cuerpo de ejército, con sus contados, cuarenta y seis mil quinientos. Acamparán junto a él los de la tribu de Simeón; y el jefe de los hijos de Simeón, Selumiel hijo de Zurisadai. Su cuerpo de ejército, con sus contados, cincuenta y nueve mil trescientos. Y la tribu de Gad; y el jefe de los hijos de Gad, Eliasaf hijo de Reuel. Su cuerpo de ejército, con sus contados, cuarenta y cinco mil seiscientos cincuenta. Todos los contados en el campamento de Rubén, ciento cincuenta y un mil cuatrocientos cincuenta, por sus ejércitos, marcharán los segundos. Luego irá el tabernáculo de reunión, con el campamento de los levitas, en medio de los campamentos en el orden en que acampan; así marchará cada uno junto a su bandera. La bandera del campamento de Efraín por sus ejércitos, al occidente; y el jefe de los hijos de Efraín, Elisama hijo de Amiud. Su cuerpo de ejército, con sus contados, cuarenta mil quinientos. Junto a él estará la tribu de Manasés; y el jefe de los hijos de Manasés, Gamaliel hijo de Pedasur. Su cuerpo de ejército, con sus contados, treinta y dos mil doscientos. Y la tribu de Benjamín; y el jefe de los hijos de Benjamín, Abidán hijo de Gedeoni. Y su cuerpo de ejército, con sus contados, treinta y cinco mil cuatrocientos. Todos los contados en el campamento de Efraín, ciento ocho mil cien, por sus ejércitos, irán los terceros. La bandera del campamento de Dan estará al norte, por sus ejércitos; y el jefe de los hijos de Dan, Ahiezer hijo de Amisadai. Su cuerpo de ejército, con sus contados, sesenta y dos mil setecientos. Junto a él acamparán los de la tribu de Aser; y el jefe de los hijos de Aser, Pagiel hijo de Ocrán. Su cuerpo de ejército, con sus contados, cuarenta y un mil quinientos. Y la tribu de Neftalí; y el jefe de los hijos de Neftalí, Ahira hijo de Enán. Su cuerpo de ejército, con sus contados, cincuenta y tres mil cuatrocientos. Todos los contados en el campamento de Dan, ciento cincuenta y siete mil seiscientos, irán los últimos tras sus banderas. Estos son los contados de los hijos de Israel, según las casas de sus padres; todos los contados por campamentos, por sus ejércitos, seiscientos tres mil quinientos cincuenta.

En este mundo, la guerra es inevitable. Por desgracia, siempre este asunto de la guerra ha existido y va a existir hasta que Dios lidie con el pecado definitivamente, porque el pecado es lo que produce la guerra en el mundo, por alguna razón o por otra. En el tiempo antiguo de Israel, Dios le enseñó a Su pueblo que había ciertas personas que debieran estar listas para la guerra, como está escrito: De veinte años arriba, todos los que pueden salir a la guerra en Israel, los contaréis tú y Aarón por sus ejércitos. Números 1:3. Así que, todos los que tenían la habilidad física de poder salir a la guerra, y de veinte años arriba, eran candidatos para el ejército. Pero, Dios estructuró a Su pueblo a que no tuviera un ejército profesional como muchas naciones tienen hoy en día, sino más bien, una milicia, los cuales son compuestos por hombres que tenían sus vidas normales, como sus empleos, sus familias, etc., pero que estuvieran listo para la guerra cuando se les necesitara.

Ahora bien, la guerra principal que ahora existe y estará vigente hasta que Dios lidie con el pecado de una vez y por todas es la guerra espiritual que tenemos hoy. Y lo que se está disputando son las almas de los hombres. Esta guerra comenzó cuando Satanás (antes conocido como Lucero) se rebelo en contra del Señor. La Biblia nos enseña cuando comenzó esto de la siguiente manera: ¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones. Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo. Mas tú derribado eres hasta el Seol, a los lados del abismo. Isaías 14:12-15. Este es el problema que comenzó todo el mal que existe hoy en día, y la razón por lo cual existe esta guerra espiritual que tenemos. Esta guerra espiritual es la mas importante de todas porque define la eterna destinación de cada persona. Como hemos comentado antes, este mundo temporal es precisamente eso: temporal y pasajero. El mundo espiritual, o mas bien, el alma del hombre es algo eterno, es la semejanza principal que tenemos con el Altísimo, la habilidad de poder vivir para siempre o morir para siempre. Por eso que este asunto es tan importante. No hay nada tan importante como la eternidad.

¿Qué podemos sacar en limpio de este pasaje y aplicarlo a nuestra vida cotidiana? ¡Mucho! Primero, debemos obedecer la instrucción de Dios. Dios habló a Moisés y a Aarón y les dijo como tenían que ser las cosas, les dió Su orden. Si Israel quería la bendición de Dios: tenia que hacer tal como se les enseñaba. Ahí no hubo ninguna conferencia, ni votación, ni una reunión comunitaria para cuestionar las instrucciones de Dios. En conjunto, hay que confiar en que el Señor sabe porqué dice las cosas. Nadie sabe más que El. Segundo, estamos inevitablemente en guerra, y tu alma y el alma de los demás están en juego. Esto es algo que hay que tener muy claro, e inclusive, nuestro enemigo. Todas las cosas grandes del mundo ya están ordenadas, no hay nada ni nadie que cambie eso, pero, la historia de cada persona se esta escribiendo mientras va sucediendo, y así, el porvenir de cada uno depende de lo que haga. Y hay que entender que tipo de enemigo tenemos, y de lo que es capaz, y que él no descansa, ni da descanso. No existe tal cosa como pelea limpia, o que se nos dé un descanso, o vacaciones, etc. Tenemos un enemigo que es toda maldad, y capaz de toda maldad, prácticamente sin límites, y con un ejercito muy numeroso y bajo su completo dominio. Esto es lo que dice la Palabra: Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Efesios 6:12. Esta es nuestra realidad, y si tu vida no está totalmente sometida al que ya ha vencido, al Señor, no podrás vencer. No te confundas con fábulas o con creencias erradas. Cristo ha vencido todo, pero tu historia todavía esta siendo escrita, aún en este mismo momento, así que, todavía no has vencido. Esto es lo que dice la Palabra: El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo. Apocalipsis 21:7. Así que, ¿eres parte de la milicia de Dios, bajo el Señorío de Jesús, o todavía sigues siendo un triste esclavo de tu pecado, sujeto a Satanás? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Haciendo lo que Bien Nos Parece - Jueces 17

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Basado en Jueces 17 (Versión Reina Valera 1960)

Hubo un hombre del monte de Efraín, que se llamaba Micaía, el cual dijo a su madre: Los mil cien siclos de plata que te fueron hurtados, acerca de los cuales maldijiste, y de los cuales me hablaste, he aquí el dinero está en mi poder; yo lo tomé. Entonces la madre dijo: Bendito seas de Jehová, hijo mío. Y él devolvió los mil cien siclos de plata a su madre; y su madre dijo: En verdad he dedicado el dinero a Jehová por mi hijo, para hacer una imagen de talla y una de fundición; ahora, pues, yo te lo devuelvo. Mas él devolvió el dinero a su madre, y tomó su madre doscientos siclos de plata y los dio al fundidor, quien hizo de ellos una imagen de talla y una de fundición, la cual fue puesta en la casa de Micaía. Y este hombre Micaía tuvo casa de dioses, e hizo efod y terafines, y consagró a uno de sus hijos para que fuera su sacerdote. En aquellos días no había rey en Israel; cada uno hacía lo que bien le parecía. Y había un joven de Belén de Judá, de la tribu de Judá, el cual era levita, y forastero allí. Este hombre partió de la ciudad de Belén de Judá para ir a vivir donde pudiera encontrar lugar; y llegando en su camino al monte de Efraín, vino a casa de Micaía. Y Micaía le dijo: ¿De dónde vienes? Y el levita le respondió: Soy de Belén de Judá, y voy a vivir donde pueda encontrar lugar. Entonces Micaía le dijo: Quédate en mi casa, y serás para mí padre y sacerdote; y yo te daré diez siclos de plata por año, vestidos y comida. Y el levita se quedó. Agradó, pues, al levita morar con aquel hombre, y fue para él como uno de sus hijos. Y Micaía consagró al levita, y aquel joven le servía de sacerdote, y permaneció en casa de Micaía. Y Micaía dijo: Ahora sé que Jehová me prosperará, porque tengo un levita por sacerdote.

En este pasaje podemos ver muchas cosas que se hicieron mal, no porque no existía la instrucción divina, (y sí, tiene algo que ver de que no había rey en aquel entonces), sino porque vemos personas que sencillamente hicieron como les parecía. Vemos a un hijo que le robo a su madre, pero vemos que el hijo no es reprendido por el mal que hizo, sino que su madre hasta lo bendice. Vemos a esta misma mujer quien dedico su dinero para hacer ídolos. Vemos a este Micaía que se hizo una casa para sus dioses, y que hizo hasta a uno de sus hijos seguir y servir tal desviación. Y vemos que la locura no para con eso, sino que también tienta a un levita a convertirse en su propio sacerdote para servir sus propósitos. Y para colmo, vemos al levita que le sigue la idea y también peca en contra del Señor, porque le pagaban bien. Estos son los males que se pueden ver a simple vista, al compararlos a los mandamientos. En fin, no vemos nada bueno salir de aquí y todo porque un grupo de personas se dedican a hacer sencillamente como les parece.

Entonces, ¿Qué mandamientos vemos rotos aquí? Bueno, varios. No tendrás dioses ajenos delante de mí. No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen. Éxodo 20:3-5. No hurtarás. Éxodo 20:15. Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas. Deuteronomio 6:4-9. Todo esto ya estaba escrito, pero a pesar de estar presente la ley de Dios, decidieron seguir sus propias ideas.

Hoy en día, no mucho a cambiado. Muchos deciden solo cumplir sus propios deseos, caprichos, y crear su propia moralidad, aún dentro del pueblo de Dios. Lo único distinto entre aquel entonces y ahora es que nuestra civilización ha creado leyes donde muchas de ellas son consistentes con la ley de Dios que hemos recibido, (porque el hombre no invento los Diez Mandamientos, sino que Dios las escribió con Su dedo). Por ejemplo, en aquel entonces, ya que no había ni rey, ni autoridades sociales establecidas, podían robar y no había grandes consecuencias. Hoy en día, no se puede hacer, porque existe la ley de no robar en prácticamente todo lugar del planeta, y existen penalidades si una persona se encuentra culpable de robo. Por eso que la Palabra dice: Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos. Porque los magistrados no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo. ¿Quieres, pues, no temer la autoridad? Haz lo bueno, y tendrás alabanza de ella; porque es servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme; porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo. Por lo cual es necesario estarle sujetos, no solamente por razón del castigo, sino también por causa de la conciencia. Pues por esto pagáis también los tributos, porque son servidores de Dios que atienden continuamente a esto mismo. Romanos 13:1-6. Y tengan algo muy claro, porque muchos justifican su desobediencia a las autoridades, porque supuestamente han sido injustas en ciertas instancias. Dios inspiro a Pablo a escribir el libro de Romanos en el año 57 de la era cristiana, mientras estaba en la ciudad de Corinto. Cesar Nerón, el más vil y despiadado de los cesares que persiguió y mato a muchos cristianos, este reino durante los años 37-68 de la era cristiana. Dios mando a través de Pablo a someterse a las autoridades, y hasta a pagar impuestos mientras reinaba un ser tal malo como Cesar Nerón, mientras el Cesar hacia todo el mal que hizo. Entonces, si Dios mando esto durante tal época con tal autoridad, no existe ninguna excusa ahora para hacer lo contrario porque no hay comparación. Si alguno tiene algún problema con esto, yo solo soy vocero del que lo manda, pero eso sí, soy Su vocero porque deseo estar de acuerdo con la Autoridad Suprema del Universo: Dios.

Muchos, especialmente, muchos llamados creyentes en Cristo, les gusta hacer las cosas como les parece, y ven la gracia de Dios como una licencia para cumplir su propia voluntad, y no la de Dios. Y muchos marcan como legalismo el enseñar lo que Dios manda claramente en Su Palabra. Pero, esto es algo que hay que tener en mente, especialmente si se usa la libertad en Cristo para el pecado: Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. Juan 6:68. Dios no es el que sale perjudicado si no se le obedece. Dios no tiene nada que perder. El hombre tiene todo que perder si desecha el consejo de Dios a través de Su Palabra, porque la Palabra de Dios es lo único que produce vida tanto aquí y ahora, pero aún más importante, para la eternidad. Así que, nos conviene cumplir la voluntad de Dios en nuestras vidas, y aprovechar el privilegio de tener Su Palabra y Su Espíritu Santo. Dios no deja de ser Dios ni deja de existir si el hombre se pierde en su pecado, en su desobediencia. Sencillamente no nos conviene hacer como nos parece. Así que, ¿vives tu vida como te parece, o como Dios lo dice por tu propio bien? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Tratando al Señor como Quien es - Mateo 6:1-6

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Basado en Mateo 6:1-6 (Versión Reina Valera 1960)

Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos de ellos; de otra manera no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos. Cuando, pues, des limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Mas cuando tú des limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha, para que sea tu limosna en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público. Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.

En este pasaje, el Señor está tratando con dos cosas que son esenciales o necesarias en la vida de cada uno de sus seguidores. Estas dos cosas no son opcionales, si en realidad una persona desea mantener una relación con el Señor. Para comenzar a ver esto, hay que entender lo primordial, y esto es: si una persona realmente ha decidido seguir a Cristo tiene que mostrar fruto, tiene que haber un manifestar de la obra de Dios en su vida. O sea, la raíz, de que una persona se ha sometido al Señorío de Dios, es que debe haber una manifestación del Espíritu Santo en ella. Es imposible que siga viviendo su vida, tal como lo hacía antes que tomara una decisión de seguir a Cristo.

La Biblia nos enseña que debe haber fruto, y el fruto consta de lo siguiente: Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. Gálatas 5:22-23. Y como resultado, cada una de estas cosas (por decir) se hacen evidentes a través de las buenas obras. O sea, una persona no puede decir que tiene amor si no hace nada por nadie desinteresadamente. Por ejemplo, cuando una persona le hace el bien a un ser querido, no tiene nada de especial, porque hay un interés personal en eso. Pero, cuando una persona ama a un ser desconocido o a su enemigo y le hace un bien, como lo mandó el Señor, ahí si se demuestra algo distinto, y especialmente si se hace sin la expectativa de recibir algo a cambio (porque también muchos tratan con extraños, y ayudan, pero con algún motivo o interés). Es por eso que, el fruto del Espíritu solo se puede ver a través de las buenas obras. Por esto mismo se nos dió la oportunidad de la salvación, porque fuimos creados para buenas obras, como está escrito: Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas. Efesios 2:8-10. Así que, si no hay buenas obras, si no hay hechos que demuestren el fruto del Espíritu, entonces no hay vida.

El otro asunto es que sencillamente, no puede haber egoísmo en la vida de un seguidor de Cristo. Es imposible. Y esto lo entendemos muy claramente a través de los mandamientos que reafirmo el propio Señor: Jesús le respondió: El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es. Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos. Marcos 12:29-31. Si entendemos lo explícito de estos mandamientos, entonces debemos notar aquí que en ninguna parte dice: amate a ti mismo primero. Si una persona desea realmente cumplir la voluntad de Dios, Dios debe ser el Primero y la Prioridad sobre todo. Y como segundo, amarás a tu prójimo como a ti mismo. Así que, el velar por nuestros propios intereses en realidad no tienen prioridad en lo que manda el Señor. Por eso que los caminos del Señor son tan contrarios a los del mundo, porque el mundo (sobre el cual Satanás ejerce dominio), dice todo lo contrario. Dice: Amate a ti mismo, busca tu felicidad, cumple tus deseos, lucha por tus metas, etc. Es más, si la prioridad de una persona es mayormente su propio bien, está siguiendo más que nada una influencia satánica, como mismo lo podemos ver en el siguiente pasaje: Desde entonces comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día. Entonces Pedro, tomándolo aparte, comenzó a reconvenirle, diciendo: Señor, ten compasión de ti; en ninguna manera esto te acontezca. Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres. Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. Mateo 16:21-24. Y este fue uno de los suyos, él cual hasta le reconoció como el Cristo. Esto demuestra que, si no se tiene cuidado, cualquiera puede caer y seguir un camino totalmente desviado, como también nos advierte la Palabra: Porque no quiero, hermanos, que ignoréis que nuestros padres todos estuvieron bajo la nube, y todos pasaron el mar; y todos en Moisés fueron bautizados en la nube y en el mar, y todos comieron el mismo alimento espiritual, y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo. Pero de los más de ellos no se agradó Dios; por lo cual quedaron postrados en el desierto. Mas estas cosas sucedieron como ejemplos para nosotros, para que no codiciemos cosas malas, como ellos codiciaron. Ni seáis idólatras, como algunos de ellos, según está escrito: Se sentó el pueblo a comer y a beber, y se levantó a jugar. Ni forniquemos, como algunos de ellos fornicaron, y cayeron en un día veintitrés mil. Ni tentemos al Señor, como también algunos de ellos le tentaron, y perecieron por las serpientes. Ni murmuréis, como algunos de ellos murmuraron, y perecieron por el destructor. Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos. Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga. 1 Corintios 10:1-12. Entonces, si está escrita la advertencia, es porque existe el peligro (El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Apocalipsis 3:22).

Finalmente, el Señor nos enseña que debemos ayudar al verdadero necesitado (Porque también cuando estábamos con vosotros, os ordenábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma. 2 Tesalonicenses 3:10) y orar. Pero existe un detalle, que no solamente se haga en secreto (esto no implica que no se puede orar en público, como algunos malentienden. Se necesita un poco de sentido común), pero mayormente en los dos puntos, que se haga como que Dios esta mirando (porque sí está mirando). Ese es el punto principal, y por eso, es por lo que hace el hincapié en ambos instantes. Nosotros debemos tratar al Señor como lo que El es: como Dios, como el que todo lo vé, todo lo sabe, todo lo pesa y todo lo juzgará. Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras. Jeremías 17:10. Así que, ¿estás tratando al Señor como Quién es? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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El castigo y la restauración - 2 Crónicas 33:1-20

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Basado en 2 Crónicas 33:1-20 (Versión Reina Valera 1960)

De doce años era Manasés cuando comenzó a reinar, y cincuenta y cinco años reinó en Jerusalén. Pero hizo lo malo ante los ojos de Jehová, conforme a las abominaciones de las naciones que Jehová había echado de delante de los hijos de Israel. Porque él reedificó los lugares altos que Ezequías su padre había derribado, y levantó altares a los baales, e hizo imágenes de Asera, y adoró a todo el ejército de los cielos, y les rindió culto. Edificó también altares en la casa de Jehová, de la cual había dicho Jehová: En Jerusalén estará mi nombre perpetuamente. Edificó asimismo altares a todo el ejército de los cielos en los dos atrios de la casa de Jehová. Y pasó sus hijos por fuego en el valle del hijo de Hinom; y observaba los tiempos, miraba en agüeros, era dado a adivinaciones, y consultaba a adivinos y encantadores; se excedió en hacer lo malo ante los ojos de Jehová, hasta encender su ira. Además de esto puso una imagen fundida que hizo, en la casa de Dios, de la cual había dicho Dios a David y a Salomón su hijo: En esta casa y en Jerusalén, la cual yo elegí sobre todas las tribus de Israel, pondré mi nombre para siempre; y nunca más quitaré el pie de Israel de la tierra que yo entregué a vuestros padres, a condición de que guarden y hagan todas las cosas que yo les he mandado, toda la ley, los estatutos y los preceptos, por medio de Moisés. Manasés, pues, hizo extraviarse a Judá y a los moradores de Jerusalén, para hacer más mal que las naciones que Jehová destruyó delante de los hijos de Israel. Y habló Jehová a Manasés y a su pueblo, mas ellos no escucharon; por lo cual Jehová trajo contra ellos los generales del ejército del rey de los asirios, los cuales aprisionaron con grillos a Manasés, y atado con cadenas lo llevaron a Babilonia. Mas luego que fue puesto en angustias, oró a Jehová su Dios, humillado grandemente en la presencia del Dios de sus padres. Y habiendo orado a él, fue atendido; pues Dios oyó su oración y lo restauró a Jerusalén, a su reino. Entonces reconoció Manasés que Jehová era Dios. Después de esto edificó el muro exterior de la ciudad de David, al occidente de Gihón, en el valle, a la entrada de la puerta del Pescado, y amuralló Ofel, y elevó el muro muy alto; y puso capitanes de ejército en todas las ciudades fortificadas de Judá. Asimismo quitó los dioses ajenos, y el ídolo de la casa de Jehová, y todos los altares que había edificado en el monte de la casa de Jehová y en Jerusalén, y los echó fuera de la ciudad. Reparó luego el altar de Jehová, y sacrificó sobre él sacrificios de ofrendas de paz y de alabanza; y mandó a Judá que sirviesen a Jehová Dios de Israel. Pero el pueblo aún sacrificaba en los lugares altos, aunque lo hacía para Jehová su Dios. Los demás hechos de Manasés, y su oración a su Dios, y las palabras de los videntes que le hablaron en nombre de Jehová el Dios de Israel, he aquí todo está escrito en las actas de los reyes de Israel. Su oración también, y cómo fue oído, todos sus pecados, y su prevaricación, los sitios donde edificó lugares altos y erigió imágenes de Asera e ídolos, antes que se humillase, he aquí estas cosas están escritas en las palabras de los videntes. Y durmió Manasés con sus padres, y lo sepultaron en su casa; y reinó en su lugar Amón su hijo.

En este pasaje podemos ver los distintos aspectos de Dios, tanto como su celo e ira, como su gran amor y misericordia. No se puede decir que, si algo le pasa a una persona, no siempre tiene que ver con algún o con algunos pecados que haya cometido personalmente. Hay siempre excepciones. Pero, la gran mayoría de las veces, Dios permite que sucedan cosas muy difíciles porque sí hubo pecado, y de alguna manera llego a encender la ira de Dios. La persona que diga que Dios no castiga desconoce las Escrituras, y, en fin, quién es Dios. Dios es amor, pero también es fuego consumidor, y lo que determina como Dios actúa depende de nuestras acciones. Nada pasa porque si nada más. Siempre hay algo.

En el caso de hoy, vemos los hechos de este rey Manasés, alguien que llevo a Dios al punto de la ira, lo cual no es fácil de hacer porque Dios si es muy grande en misericordia. Eso es otra falsedad que muchos creen, que el Dios del Antiguo Testamento era duro e inflexible. Dios no era tan duro como muchos los pintan. Solo miren los hechos de Manasés, y todo lo que hizo antes que viniera la ira de Dios. Manasés no se robó un par de chicles, por decir. Manasés se dedicó a hacer prácticamente todo lo que se podía hacer de mal en contra del Señor. Era como si tuviese una lista en alguna parte de todo lo que le desagrada a Dios, y comenzó como a tachar uno por uno, para que no le faltara nada. Manasés llegó a tal punto de pecar en contra de Dios que, hasta paso a sus hijos por el fuego, que significa que sacrificó a sus hijos vivos en un altar como adoración a un dios totalmente pagano e inicuo. Manasés mato a sus propios hijos, y todo para adorar a un dios falso, para poder conseguir algún favor, posiblemente para lograr tener algún bien material o algún éxito en algo, porque ninguno de estos sacrificios tenía que ver con algún bien espiritual, bajo ningún punto. Así que, después de ver todo esto: ¿alguien puede decir que Dios fue inflexible y duro? Dios antes y siempre ha sido grande en misericordia y en todo amor. Muchos se atreven a juzgar a Dios, pero todas esas personas que se atreven a juzgar a Dios nunca piensan el mal que se le hace a Dios, los desprecios y los pecados a diario que hacen tantas personas en contra de Dios. Muchas personas comentan: Si Dios es amor, ¿Por qué el mundo esta como esta? Y yo le respondería, ¿Qué malo le hizo Dios al mundo para que lo despreciaran y lo odiaran tanto? Y también diría: no le echemos tanto la culpa a Dios de las cosas, porque el pecado del hombre es lo que ha hecho al mundo tan difícil y duro para muchos. Sino lo creen, vean los mismos hechos de Manasés. ¿Qué razón tenía Manasés para sacrificar a sus propios hijos en fuego? ¿Eso era la culpa de Dios? Bajo ningún punto. El pecado produce muerte, no importa cuánto lo quieran adornar y justificar. El hombre tiene que asumir su responsabilidad ante sus hechos, porque cada uno de nosotros ha pecado.

Pero a pesar de todo el mal que hizo Manasés, podemos ver la gran misericordia de Dios, no obstante, al ver el arrepentimiento de Manasés. Nada puede cambiar si no hay un arrepentimiento completo y verdadero ante el Señor. Es necesario entender que él que está mal no es Dios, sino nosotros. Finalmente, y viéndolo muy prácticamente, no es en realidad humillarse el poder reconocer una realidad. En el caso de Manases, él simplemente reconoció la realidad de que había pecado en contra de Dios, y por esto, se hizo mucho mal a sí mismo, y a los que los rodeaban, porque leímos que él hasta ayudo a desviar todo el reino con su pecado. No obstante, Dios siempre deja lugar para el arrepentimiento. A pesar de todo el mal que se comete en Su contra, Dios es tan grande en amor y misericordia que deja esa oportunidad para que nos volvamos de nuestros pecados.

Pero, si podemos ver algo más, seria esto, y especialmente refiriéndonos a la misericordia de Dios; no es necesario llevar al límite la misericordia de Dios. Hay personas que creen equivocadamente de que Dios es el que dicta el cambio en una persona. Eso no es verdad. Dios está siempre con los brazos abiertos, siempre llamando, y esperando que las personas se vuelvan a El. El problema es que la gran mayoría de las personas no quieren entender hasta que algo catastrófico suceda en sus vidas, hasta que Dios permita algo que les muevan los cimientos de sus vidas, por decir. Dios ama a todos, y desea el bien de todos, mayormente, el bien eterno. Así que, finalmente ya que todo depende de ti, ¿deseás experimentar el castigo temporal y el eterno de Dios? o ¿Deseas experimentar Su gracia, Su misericordia, y Su amor? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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No seas tú tu propio peor enemigo - 2 Pedro 2

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Basado en 2 Pedro 2 (Versión Reina Valera 1960)

Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina. Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado, y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas. Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se tarda, y su perdición no se duerme. Porque si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que arrojándolos al infierno los entregó a prisiones de oscuridad, para ser reservados al juicio; y si no perdonó al mundo antiguo, sino que guardó a Noé, pregonero de justicia, con otras siete personas, trayendo el diluvio sobre el mundo de los impíos; y si condenó por destrucción a las ciudades de Sodoma y de Gomorra, reduciéndolas a ceniza y poniéndolas de ejemplo a los que habían de vivir impíamente, y libró al justo Lot, abrumado por la nefanda conducta de los malvados (porque este justo, que moraba entre ellos, afligía cada día su alma justa, viendo y oyendo los hechos inicuos de ellos), sabe el Señor librar de tentación a los piadosos, y reservar a los injustos para ser castigados en el día del juicio; y mayormente a aquellos que, siguiendo la carne, andan en concupiscencia e inmundicia, y desprecian el señorío. Atrevidos y contumaces, no temen decir mal de las potestades superiores, mientras que los ángeles, que son mayores en fuerza y en potencia, no pronuncian juicio de maldición contra ellas delante del Señor. Pero éstos, hablando mal de cosas que no entienden, como animales irracionales, nacidos para presa y destrucción, perecerán en su propia perdición, recibiendo el galardón de su injusticia, ya que tienen por delicia el gozar de deleites cada día. Estos son inmundicias y manchas, quienes aun mientras comen con vosotros, se recrean en sus errores. Tienen los ojos llenos de adulterio, no se sacian de pecar, seducen a las almas inconstantes, tienen el corazón habituado a la codicia, y son hijos de maldición. Han dejado el camino recto, y se han extraviado siguiendo el camino de Balaam hijo de Beor, el cual amó el premio de la maldad, y fue reprendido por su iniquidad; pues una muda bestia de carga, hablando con voz de hombre, refrenó la locura del profeta. Estos son fuentes sin agua, y nubes empujadas por la tormenta; para los cuales la más densa oscuridad está reservada para siempre. Pues hablando palabras infladas y vanas, seducen con concupiscencias de la carne y disoluciones a los que verdaderamente habían huido de los que viven en error. Les prometen libertad, y son ellos mismos esclavos de corrupción. Porque el que es vencido por alguno es hecho esclavo del que lo venció. Ciertamente, si habiéndose ellos escapado de las contaminaciones del mundo, por el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo, enredándose otra vez en ellas son vencidos, su postrer estado viene a ser peor que el primero. Porque mejor les hubiera sido no haber conocido el camino de la justicia, que después de haberlo conocido, volverse atrás del santo mandamiento que les fue dado. Pero les ha acontecido lo del verdadero proverbio: El perro vuelve a su vómito, y la puerca lavada a revolcarse en el cieno.

Unos de los problemas mas grandes de nuestra sociedad es el asunto del abuso de sustancias, tanto como las legales (recetadas por un médico, o las que se pueden comprar en cualquier tienda) como las ilegales. Sea legal o ilegal, es un severo problema. Para poder ver la magnitud de este problema, hay que ver las estadísticas. En EEUU, se estima que 161 millones de personas, o sea, el 66% de los adultos usan drogas bajo receta. También en EEUU, se cree que casi 21 millones de personas tienen a lo menos una adicción, sea con el alcohol, o alguna sustancia (de lo que se sabe, porque no todos admiten tener un problema). Entre los años 1999 y 2017, mas de 700,000 personas en EEUU han muerto por alguna sobredosis de droga. Se estima que la adicción al alcohol y a las drogas le cuesta a la economía Estado Unidense más de $600 billones cada año. Este es el daño económico (para comenzar) que nos estamos haciendo como nación. Esto es en EEUU solamente. Estoy muy seguro que el resto del mundo también tiene problemas similares.

No obstante, hay personas que están beneficiándose grandemente de esta catástrofe. Hay muchos que viven muy bien gracias a las desgracias ajenas. Tanto con las ganancias legales e ilícitas, se pueden comprar para si mismos mansiones, aviones, carros de lujos, todo lo que se les antoje. Disfrutan de los deleites de este mundo con toda tranquilidad y a lo grande. Ahora, una persona puede decir que son seres destables los que hacen estas cosas. Pero también, hay que considerar algo. ¿Quiénes son los que contribuyen para que estos seres puedan lograr tener todo lo que tienen, y vivir de la manera que viven? Cada tanto de dinero que se usa para comprar sus productos es dinero que se invierte en sus operaciones, ayudando a pagar sus empleados, y finalmente, dar ganancias que van directamente a sus cuentas bancarias o almacenes secretos. Entonces, hay algo que considerar. ¿Quiénes son los culpables, los que venden y suplen las sustancias, o los que las consumen, y así alimentan la avaricia y la maldad de los demás? ¿Qué diría Dios?  

Puede que pregunten, ¿Qué tiene que ver el uso de las sustancias y los que las venden con el pasaje de hoy? Hay un problema muy similar con la maldad que existe dentro de la iglesia, a lo que se refiere con malas doctrinas (aunque las personas dentro de las iglesias desgraciadamente también tienen muchos problemas con el uso de malas sustancias y los que las venden a veces se sientan en las iglesias también). He escuchado a muchos a través de los años reclamar acerca de los malos predicadores y todo el dinero que ganan, etc. Y si, hay muchos dentro del ministerio que lo usan con el fin de sacar provecho. Y hay muchos de estos ministros que son bien conocidos, pero hay otros que pasan desapercibidos porque son a lo mejor menos ostentosos, o tienen un mensaje más sutil, hablando de cosas que lucen sanas y buenas, pero todo es solo una ilusión. Puede que digan algunos de Uds.: yo se que este personaje si es malo, pero no creo que sea malo lo que este otro dice o hace. Y yo tendría que preguntar: ¿Es bueno o aceptable bajo tu opinión personal o de acuerdo a lo que enseña Dios a través de Su Palabra? Finalmente, tanto como el que enseña el mal como el que lo apoya esta en el mismo problema. Y el problema surge cuando no se sabe lo que es realmente aprobado por Dios o aprobado por los hombres. Y la manera que se tiende la trampa es apelando a las debilidades de nuestra carne. No nos podemos dejar guiar y aceptar las cosas que nos suenan bien o agradables. Cuando nos dejamos guiar por la carne, por la corrupción, ahí es que caemos con personas con malos instintos e intenciones. Es lo mismo que pasa con las sustancias. Todo se comienza con un poco, y porque hace sentirse a una persona bien de alguna manera. Pero, porque se siente aparentemente bien, no necesariamente quiere decir que es bueno. Ese es el peligro y el problema que se sigue perpetuando por todas partes. No debemos dejarnos llevar por nuestra carne y convertirnos en nuestros propios peores enemigos, siendo víctimas de nuestros malos deseos. Si realmente deseas la vida que Dios ofrece a través de Cristo, necesitas guiarte solo por lo que dice la plenitud de Su Palabra y a través del Espíritu Santo, y no por lo que luce atractivo a la carne. Así que, ¿eres prisionero de tus propios malos deseos, y así, eres tu propio peor enemigo, o vives bajo el Señorío de Jesucristo y la autoridad de la Palabra de Dios? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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