Comment

El verdadero amor explicado - Efesios 5:1-7

empty cross.jpg

Basado en Efesios 5:1-7 (Versión Reina Valera 1960)

Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados. Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante. Pero fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros, como conviene a santos; ni palabras deshonestas, ni necedades, ni truhanerías, que no convienen, sino antes bien acciones de gracias. Porque sabéis esto, que ningún fornicario, o inmundo, o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios. Nadie os engañe con palabras vanas, porque por estas cosas viene la ira de Dios sobre los hijos de desobediencia. No seáis, pues, partícipes con ellos.

Hoy en día, hay un gran error que se ha propagado a través del mundo, e inclusive dentro de muchas iglesias, el error o el pecado de que el amor significa justificar y hasta luchar por el pecado. Esta gran contradicción la están apoyando un gran número de personas, y cada vez crece más, y se ponen cosas que son pecado como ejemplos de amor. Sencillamente, en la sociedad de hoy, y dentro de muchas iglesias, lo malo se ve como bueno y lo bueno como malo; como estoy muy seguro de que posiblemente muchos se ofenderán al leer este mensaje, y dirán que esto es un mensaje malo, y posiblemente, digan que es hasta blasfemo, pero este ministerio, por la gracia de Dios, está dedicado a compartir a Jesucristo y Su Verdad con el mundo, y no a propagar otra cosa (que Dios nos ayude a seguir fieles).   

Por lo tanto, veamos más claramente el asunto de definir el pecado y lo que hace. Dios define el pecado a través de la Palabra para el bien del hombre, porque Dios desde el principio ha tratado de evitar el mal para el hombre. Desde que Dios le dijo al primer hombre que no debiera comer del árbol prohibido, no fue para esconder algo bueno de él, ni por gusto, sino porque el hombre iba en realidad a morir a causa de la desobediencia. Y gracias a esa desobediencia, tenemos lo que tenemos hoy en este mundo, tenemos la muerte. No importe lo que trate de hacer el hombre por si mismo, sea que hasta encuentre la cura para todas las distintas enfermedades y plagas que existen; todo ser humano va a morir en algún punto, sin excepción. Ningún ser humano va a vivir para siempre. Ese es le gran legado que ha dejado la desobediencia. Este es la sencilla consecuencia del pecado, como está escrito: Porque la paga del pecado es muerte… Romanos 6:23a. Y también dice la Palabra: Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie; sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte. Santiago 1:13-15. Esta es la verdad del pecado. No importa lo que una persona quiera creer, de que no pasa nada, o que Dios esta equivocado, el pecado mata, y mata de la manera más definitiva, mata el cuerpo y el alma del hombre. El pecado es lo que hace que muera una persona físicamente, y también, para siempre, eternamente separado de todo lo que es vida por toda la eternidad. Este es el mal que Dios le ha tratado de evitarle al hombre desde que el hombre fue creado.  

Ahora bien, ahondemos un poco en lo que Dios dice en el pasaje de hoy que es pecado, y lo que no solamente es pecado, pero que hace lo mismo para que una persona no pueda tener herencia en el reino de Cristo y de Dios, si lo practica, es la fornicación, la inmundicia, y la avaricia que es idolatría. Porque para comenzar, la fornicación consta de tener sexo fuera del matrimonio. Sean pareja (como lo llaman hoy), o encuentros sexuales casuales, o el acto sexual aparte o fuera del matrimonio (y con referencia al matrimonio, hablamos de una unión entre un hombre y una mujer, tal como los creo Dios), todo esto es fornicación. La inmundicia se refiere en el contexto de este pasaje a cosas inadecuadas relacionadas a la fornicación y también lo que explica la ley de Dios como cosas o actos inmundos voluntarios (innaturales). Por ejemplo, allá sido que el coronavirus exista porque en la China allá habido un problema con murciélagos y comestibles, o un laboratorio estelarizado donde se llevaban a cabo pruebas o experimentos con bacterias o virus, todo eso delante de Dios es considerado inmundo. Y con referencia a la avaricia, la Biblia dice muy claramente que el amor al dinero es pecado, y lo relaciona aquí también con la idolatría, lo cual define todas las cosas que se anteponen a Dios, como el dinero, la familia, etc., cualquier cosa que se ponga o se le de prioridad antes que a Dios es idolatría. Si se practican estas cosas, convirtiéndolos en su estilo de vida, sencillamente los que viven de esta manera no heredarán el reino de Cristo (esto es lo que dice la Biblia).     

Tratemos de ver esto para poder entender lo práctico del asunto. Si yo tengo un hijo o una hija, y ese hijo o esa hija desean jugar con una serpiente venenosa, ¿Qué debiera hacer yo como padre si deseo su bien? ¿Debiera conseguírsela para que jueguen con ella? ¿Debiera apoyarlos en su búsqueda? ¿Debiera decirles que, si lo hacen, que lo hagan con cuidado? O mas bien, al desear yo su bien y que no corran ningún peligro, ¿no debiera yo mejor explicarles el peligro y que lo debieran evitar por su propio bien, para que ni siquiera tengan de que preocuparse? Esto es lo que Dios trata de enseñarnos a través de Su Palabra, para que no solamente no nos metamos en asuntos peligrosos, sino hasta evitar el riesgo de morir. Pero desgraciadamente, muchos no piensan así porque no entienden, o porque no quieren aceptar que la consecuencia natural del pecado es producir la muerte, tal como cuando una víbora venenosa muerde a un ser humano, e inyecta su veneno, y solo es cuestión de tiempo que una persona muera. Muchos piensan que, porque no caen muertos enseguida o algo humanamente catastrófico no pasa enseguida, creen que el asunto del pecado y que produce algún tipo de mal es mentira, que es una fábula o una exageración. En fin, creen lo mismo que el diablo le dijo a Eva: no moriréis. La mentira del diablo sigue siendo la verdad para muchos, y desgraciadamente, hasta para muchos supuestos creyentes, que inclusive creen que, ya teniendo la gracia de Cristo, todo va a ser perdonado, y que no hay nada de que preocuparse. El adoptar un estilo de vida de pecado produce el mismo mal fuera de la gracia de Dios, y aún dentro de la gracia de Dios. Eso es lo que enseña la Palabra de Dios.

Entonces, ¿Qué finalmente es el amor real? El único que sabe amar perfectamente es Dios, porque Dios sí es amor. El verdadero amor jamás va a apoyar el pecado porque Dios nunca apoyará lo que produce la muerte y la destrucción en un ser humano. Y si uno en realidad quiere amar a alguien, hay que hacer lo mismo que hace Dios, darles a conocer la verdad para que puedan lograr tener lo que Cristo vino a dar, como está escrito: …yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. Juan 10:10b. Porque Dios nos ama, El solo desea que vivamos eternamente, y por lo tanto, nos enseña a que hagamos cosas que produzcan vida, no las cosas que causan la muerte, más tarde o más temprano. Así que, ¿Qué existe en tu vida, el amor verdadero de Dios, o una mentira que puede producir la muerte y destrucción eterna? ¡Qué el Señor les bendiga! John

Comment

1 Comment

El antiguo y el nuevo pacto - Gálatas 4:21-31

Following Jesus.jpg

Basado en Gálatas 4:21-31 (Versión Reina Valera 1960)

Decidme, los que queréis estar bajo la ley: ¿no habéis oído la ley? Porque está escrito que Abraham tuvo dos hijos; uno de la esclava, el otro de la libre. Pero el de la esclava nació según la carne; mas el de la libre, por la promesa. Lo cual es una alegoría, pues estas mujeres son los dos pactos; el uno proviene del monte Sinaí, el cual da hijos para esclavitud; éste es Agar. Porque Agar es el monte Sinaí en Arabia, y corresponde a la Jerusalén actual, pues ésta, junto con sus hijos, está en esclavitud. Mas la Jerusalén de arriba, la cual es madre de todos nosotros, es libre. Porque está escrito: Regocíjate, oh estéril, tú que no das a luz; prorrumpe en júbilo y clama, tú que no tienes dolores de parto; porque más son los hijos de la desolada, que de la que tiene marido. Así que, hermanos, nosotros, como Isaac, somos hijos de la promesa. Pero como entonces el que había nacido según la carne perseguía al que había nacido según el Espíritu, así también ahora. Mas ¿qué dice la Escritura? Echa fuera a la esclava y a su hijo, porque no heredará el hijo de la esclava con el hijo de la libre. De manera, hermanos, que no somos hijos de la esclava, sino de la libre.

¿Qué es lo que uno debe realmente hacer para poder cumplir la voluntad de Dios, para poder obtener la vida eterna? Para poder responder, hay que primero definir un problema, y el problema es: que la respuesta es tan fácil que muchos irónicamente no la encuentran, especialmente aquellos que no tienen una fe como Dios manda. Vemos en este pasaje que se nos explica dos cosas muy básicas, el asunto del antiguo pacto que se va a través de la mayoría del Antiguo Testamento, y el nuevo pacto que se nos relata comenzando con la vida del Mesías, con Jesús. Los errores que ocurren están simplemente relacionados a un problema: la concupiscencia que mora en cada ser humano. Unos pueden preguntar: ¿Dónde queda el diablo en todo esto? Y la respuesta a eso es que el diablo solo puede tentar, pero él no puede obligar a nadie. Y la única razón por lo cual una persona cede a la tentación es porque le obedece mas bien al pecado que mora en sus miembros que a su alma que anhela la vida. Como esta escrito: Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie; sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte. Santiago 1:13-15. Este es el problema. Este fue el problema antes con el hombre, es el problema ahora, y será hasta que el hombre deje de existir como existe hoy. Y el mas grave problema que tiene el hombre es el poder someterse a Dios, finalmente: el orgullo. Hay que comenzar a entender esto para poder llegar a la respuesta.

Este problema del orgullo es el problema que surgió con el mismo diablo, donde originó el pecado, de querer ser como Dios. Esto lo vemos en el siguiente pasaje: ¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones. Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo. Isaías 14:12-14. Ahora, una persona puede decir: ¡Yo no tengo ningún problema con el orgullo! Y bueno, puede que una persona no este literalmente deseando ser como Dios (a lo menos no tan directamente), pero cada uno de nosotros tenemos este problema de alguna manera u otra. Ese es el propósito de la ley, para demostrar que el ser humano por sí mismo no puede cumplir con todo lo que se le manda, y no es porque no pueda cumplir la ley, sino dentro de sí, no desea cumplirla, de alguna manera u otra. Tuvimos el ejemplo de los fariseos. Ellos cumplían los requisitos menores de la ley, pero fallaban en el principal, porque no pudieron amar a Dios por sobre todas las cosas. Se puede decir esto, porque cuando Dios se les presentó en persona, ni le recibieron, ni le respetaron, sino que le aborrecieron. Como está escrito: En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció. A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Juan 1:10-11. Y ¿porque no le recibieron? Porque sencillamente no lo quisieron aceptar. No hay otra razón. Por eso mismo que el Señor les hablaba por parábolas, no para confundirlos, sino porque ya veía la disposición de sus corazones, que estaban ya predispuestos bajo su propia voluntad de no querer escuchar. Dijera lo que dijera el Señor, hiciera lo hiciera, ellos ya habían decidido bajo su propia voluntad no querer creer y así, no obedecer. Y de alguna manera u otra, todos tenemos el problema de obedecer a Dios, ya sea en algo grande como algo pequeño (por decir). Hay cosas que deseamos cumplir, y hay otras que no hay manera. Eso es orgullo, nada más, y nada menos. Dios nos manda hacer ciertas cosas, y nosotros o decimos que no es así, o que supuestamente no lo entendemos, o sencillamente, le decimos que no, con nuestras acciones. Y de ahí es que proviene toda esta supuesta confusión, y de causar mixturas, y hasta de volver a ley para supuestamente poder conseguir algo de Dios.

La persona que trata de volver a la ley para la salvación después de haber sido expuesto al Evangelio, ni entiende la realidad, ni aún menos, escucha a Dios. ¿Por qué? Porque en la ley, Dios dió como mandamiento los sacrificios para la expiación de los pecados (no para borrarlos, un detalle muy grande). Y, bien, si una persona desea volver a la ley, ¿Cómo entonces expía sus pecados? Desde el año 70 después de Cristo, cuando Roma destruyo el templo de Dios y ceso todo sacrificio, ¿Cómo se puede hacer expiación por los pecados? No se puede. Los sacrificios tenían que ser hecho tal como Dios manda, y en el templo de Jerusalén. Y entonces, si no se puede expiar los pecados por la ley, ¿Cómo algo tan insignificante como la circuncisión puede cumplir todo lo que manda la ley?

Entonces, el único recurso que nos queda es el del nuevo pacto, el cual es a través de Cristo. No hay otro camino, pero hay que hacer como El manda, y todo comienza con el nacer de nuevo, a través del completo arrepentimiento y la conversión de todos los pecados, y de aceptar literalmente a Jesús como Señor, y esto introduce el problema que estuvo desde el comienzo y que aún tenemos hoy la gran mayoría de las personas, el problema de someterse al Señor como tal. A muchos les llama la atención la salvación, la vida eterna, pero no quieren someterse a Su Señorío. Esto es lo que manda Dios basado en el mas grande mandamiento: Y llamando a la gente y a sus discípulos, les dijo: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio, la salvará. Marcos 8:34-35. Muchos quieren ser salvos, pero nadie quiere pagar el precio, y esto si es la base de la gracia de Dios, del nuevo pacto a través de Jesucristo, y esto es lo que evitan muchos, que sencillamente hay que obedecer a Dios, y hacer tal como nos manda. Ese es el gran misterio (por decir) que causa tanta confusión, y tanta diferencia, y tanto problema. Pero, para poder cumplir la verdadera voluntad de Dios, hay que negarse a si mismo, dejar a un lado todo tipo de orgullo, para poder efectivamente obedecer como el Espíritu Santo guía a través de la Palabra de Dios, la Santa Biblia. Si se hace eso, entonces podrás ser sensible a la verdad de Dios, y no habrá tanta confusión. Así que, ¿hás podido doblegar tu orgullo para poder encontrar el verdadero camino a Dios a través del Señorío de Jesús? ¡Qué el Señor les bendiga! John

1 Comment

Comment

Huye del materialismo - 1 Timoteo 6:6-19

buyinghapiness.jpg

Basado en 1 Timoteo 6:6-19 (Versión Reina Valera 1960)

Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento; porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto. Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición; porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores. Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre. Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos. Te mando delante de Dios, que da vida a todas las cosas, y de Jesucristo, que dio testimonio de la buena profesión delante de Poncio Pilato, que guardes el mandamiento sin mácula ni reprensión, hasta la aparición de nuestro Señor Jesucristo, la cual a su tiempo mostrará el bienaventurado y solo Soberano, Rey de reyes, y Señor de señores, el único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver, al cual sea la honra y el imperio sempiterno. Amén. A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos. Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos, generosos; atesorando para sí buen fundamento para lo por venir, que echen mano de la vida eterna.

Uno de los más graves problemas que tenemos hoy en día, y especialmente dentro de la iglesia de Cristo, es el problema del materialismo. Esto es algo universal, y se muestra de distintas maneras. Vivimos en un mundo netamente materialista, y esto no es un problema nada mas de los grandes ricos del mundo como muchos asumen, pensando que los que se hunden en el materialismo son los millonarios o billonarios del mundo, así que, debemos dejar a un lado a esas personas, y pensar más bien en nosotros mismos, porque los problemas de los demás no son nuestros problemas, sino que, hay que ver nuestros propios asuntos. Un día no muy lejano, Dios va a solo preguntarte a ti lo que tu hiciste, y nada más.

El materialismo dentro de la iglesia se demuestra de distintas maneras, y es una de las razones por lo cual muchas personas no se acercan a una iglesia, por el temor de que los lobos (por decir) se los coman, cuyas personas dentro del liderazgo sí usan la piedad como fuente de ganancia. Desgraciadamente, hay muchos ministros y predicadores y maestros que si usan las cosas de Dios para su propio beneficio. Y, ¿Por qué hay que hablar de aquellos? Porque tienes que tener cuidado a quien escuchas, y por quien te sientes atraído, para que no caigas en lo mismo, y también te pierdas igual como ellos, porque tanto arrimarse o escuchar lo podrido, que también te pudrirá a ti. Ese es el problema. Los que usan las cosas de Dios para sus propias conveniencias siempre te van a hablar bonito, te van a decir cosas agradables, cosas que te hagan sentir humanamente bien, van a apelar a tus debilidades y a tus deseos. Una manera obvia de detectar al lobo es ver lo que tiene, y bueno compararlo a nuestro Modelo, a Jesucristo. Como está escrito: El discípulo no es más que su maestro, ni el siervo más que su señor. Bástale al discípulo ser como su maestro, y al siervo como su señor. Mateo 10:24-25ª. El Señor mientas estuvo aquí en la tierra, ¿tuvo mansión, o propiedades, o ropas caras, o algún tipo de ostentación? No, y cómo mismo quedo escrito:  Y vino un escriba y le dijo: Maestro, te seguiré adondequiera que vayas. Jesús le dijo: Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar su cabeza. Mateo 8:19-20. Así que, sea que te hablen lindo o te hablen duro, mira cómo viven, y te darás cuenta quien es su verdadero dios. Por sus frutos los conoceréis.

Esto es algo que hay que aclarar también. El dinero en si no es malo. El dinero o los bienes por sí solos no tienen ningún poder de influencia, ni ningún tipo de control sobre una persona. Son finalmente objetos inanimados, que no saben nada, ni pueden hacer nada por sí mismo, y totalmente consumibles. El problema es el amor al dinero, o también, la atracción a lo material, porque no solo se trata del dinero por si, sino del bien material. El problema es cuando una persona se enfoca en lo material, y ahí pone su fe y su esfuerzo principal. Porque hay personas que dirían: Yo no amo al dinero, y con eso se justifican, porque dicen que lo que ellos anhelan es una casa, u otras cosas que da el dinero, como el poder viajar y conocer el mundo, o el querer retirarse antes de tiempo, y así sucesivamente, todas las cosas para las cuales el dinero es necesario.  

Y aquí viene la gran pregunta: ¿Cuánto es necesario? Esa es una pregunta que cada persona que dice ser de Cristo debe hacerle al Señor mismo, y que el Señor mismo le responda. Pero sí podemos ver en este pasaje que da una respuesta muy clara y sencilla, como dice: teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto. Sustento y abrigo son cosas muy básicas, y se relacionan a lo que uno necesita diariamente: un lugar donde vivir, ropa, y comida. ¿Se necesita una casa grande? No lo creo. ¿Se necesita ropa cara, y varias opciones? No lo creo. ¿Tiene que darse banquetes suculentos, con todo tipo de manjares? Lo dudo. Si uno se sienta a pensar cuanto en realidad es necesario, también se va a dar cuenta, cuanto en realidad es suficiente. También puede pensarse de esta manera. ¿Cómo entraste al mundo, y como lo dejaras?

Y también hay que aclarar otra cosa. El deber sí es de ayudar al prójimo, pero al prójimo que en realidad necesita ayuda. Porque sí hay algo que todos deben tener muy claro. El evangelio y el amar al prójimo no consta de alimentar a irresponsables o a personas envidiosas. Uno no puede ni alimentar la irresponsabilidad, ni darle en el gusto a personas que envidian a los demás. En fin, no estamos llamados a apoyar el pecado bajo ningún punto. Esto es lo que dice la Palabra: Pero os ordenamos, hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que os apartéis de todo hermano que ande desordenadamente, y no según la enseñanza que recibisteis de nosotros. Porque vosotros mismos sabéis de qué manera debéis imitarnos; pues nosotros no anduvimos desordenadamente entre vosotros, ni comimos de balde el pan de nadie, sino que trabajamos con afán y fatiga día y noche, para no ser gravosos a ninguno de vosotros; no porque no tuviésemos derecho, sino por daros nosotros mismos un ejemplo para que nos imitaseis. Porque también cuando estábamos con vosotros, os ordenábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma. Porque oímos que algunos de entre vosotros andan desordenadamente, no trabajando en nada, sino entremetiéndose en lo ajeno. A los tales mandamos y exhortamos por nuestro Señor Jesucristo, que trabajando sosegadamente, coman su propio pan. 2 Tesalonicenses 3:6-12. Por la gracia de Dios, a mí no me mantiene ningún grupo de personas, ni ningún gobierno. Yo trabajo muy duro en un trabajo secular para poder pagar mis cuentas con el sudor de mi frente. ¡Bendito sea Dios!

Cada persona que puede trabajar, debe trabajar y cumplir con sus responsabilidades, pero solo para obtener lo necesario e indispensable, y también, para ayudar al que realmente necesita ayuda. Pero, si solo piensas en lo material, un día, te convertirás en su esclavo, y no podrás servir al Dios al cual sí le debes todo. Así que, ¿Qué reina en tu vida, el materialismo, o el Señor? ¡Qué el Señor les bendiga! John

Comment

Comment

Nuestra libertad en Cristo - Gálatas 5:1-18

Cross breaks chains.jpg

Basado en Gálatas 5:1-18 (Versión Reina Valera 1960)

Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud. He aquí, yo Pablo os digo que si os circuncidáis, de nada os aprovechará Cristo. Y otra vez testifico a todo hombre que se circuncida, que está obligado a guardar toda la ley. De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído. Pues nosotros por el Espíritu aguardamos por fe la esperanza de la justicia; porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor. Vosotros corríais bien; ¿quién os estorbó para no obedecer a la verdad? Esta persuasión no procede de aquel que os llama. Un poco de levadura leuda toda la masa. Yo confío respecto de vosotros en el Señor, que no pensaréis de otro modo; mas el que os perturba llevará la sentencia, quienquiera que sea. Y yo, hermanos, si aún predico la circuncisión, ¿por qué padezco persecución todavía? En tal caso se ha quitado el tropiezo de la cruz. ¡Ojalá se mutilasen los que os perturban! Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros. Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Pero si os mordéis y os coméis unos a otros, mirad que también no os consumáis unos a otros. Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis. Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley.

¿Cuál fue el problema que hubo en Gálatas, este asunto de volver a la ley? El problema surgió cuando judíos religiosos que no se convirtieron, volvieron a la ley, dejando atrás la gracia de Dios, en vez de seguir la gracia de Dios a través de Jesucristo. O sea, ellos pusieron como condiciones ciertas cosas de la ley (como la circuncisión) como parte de la manera para poder ser salvo, y eso no es lo que enseñó el Señor, y francamente, tampoco estaba correcto delante de la ley. La verdad es que la circuncisión nunca fue la base de la fe, sino más bien, fue una señal que dejó establecida el Señor, antes que viniera el cumplimiento de la gracia (porque la fe y la gracia fueron siempre la base de todo en el Señor). Abraham recibió la circuncisión como señal después que él precisamente encontró gracia delante de Dios por su fe. Entonces, ¿Qué es lo que debiera suceder para poder tener esta nueva libertad en Cristo?

Para comenzar, es importante entender también el otro error que se ha entrometido en la iglesia, el otro lado del espectro, por decir, para también aclarar a aquellos que han usado la gracia de Dios como licencia para pecar usando la libertad en Cristo para las cosas de la carne, para finalmente glorificar la corrupción (lo cual produce muerte) en vez de glorificar a Cristo. Esto es lo que enseña la Palabra: ¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? En ninguna manera. ¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia? Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados; y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia. Hablo como humano, por vuestra humana debilidad; que así como para iniquidad presentasteis vuestros miembros para servir a la inmundicia y a la iniquidad, así ahora para santificación presentad vuestros miembros para servir a la justicia. Porque cuando erais esclavos del pecado, erais libres acerca de la justicia. ¿Pero qué fruto teníais de aquellas cosas de las cuales ahora os avergonzáis? Porque el fin de ellas es muerte. Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna. Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro. Romanos 6:15-23. El Señor no nos hizo libres para volver a caer en la esclavitud del pecado, sino más bien, para que hagamos aquellas cosas que producen vida, para hacer la voluntad de Dios.

Entonces, ¿Cómo es que realmente se llega a tener la vida eterna? Para comenzar, el propio Señor enseñó que era necesario nacer de nuevo, como está escrito: Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer? Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. Juan 3:3-6. ¿Cómo se nace de nuevo? El nacer del agua y del Espíritu consta del bautismo de Juan (el agua) el cual consiste en el completo arrepentimiento y conversión de todos nuestros pecados. Tiene que ser un 100% de arrepentimiento como lo mismo ilustra el bautismo, donde uno se sumerge completamente en el agua. Y nacer del Espíritu consta de no solamente creer en Jesús como Señor, sino hacerle efectivamente el Señor de la vida de uno. Así es que es vivificado nuestro espíritu, cuando entra el Espíritu Santo en nuestra vida a través de la fe y el sometimiento a Cristo. Y después de ese evento en nuestras vidas, entonces debemos comenzar a hacer las cosas que cumplen la voluntad de Dios. Porque sí, somos salvos solo por gracia a través de la fe en Cristo, pero nuestras vidas a través del Señor deben comenzar a tomar el curso para lo cual fueran hechas, como está escrito: Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas. Efesios 2:8-10. Este es el real camino a la vida eterna.

Entonces, ¿Qué es lo que debemos estar haciendo? ¿Para qué debemos usar nuestra libertad en Cristo? El Señor volvió a establecer lo siguiente, lo cual también fue la base de todo en la ley: Jesús le respondió: El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es. Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos. Marcos 12:29-31. Debemos dedicar nuestra vida a amar a Dios con todo lo que somos, y así darle el primer lugar, y amar a nuestro prójimo. De acuerdo a Dios mismo, con esto se cumple toda Su voluntad. Y finalmente, el amor consiste en acciones, en buenas obras que glorifiquen a Dios, tal como lo hizo el Señor. El Padre no solamente dijo que nos amaba, sino que lo demostró con la más sublime acción, al dar a Su Unigénito Hijo, a Jesús, para que podamos tener vida eterna, un don totalmente inmerecido, sin ningún tipo de obligación, la obra de la manifestación de Su gracia. Y recuerden esto, que la vida eterna no se recibe hasta que uno termine la carrera. Por lo tanto, no podemos quedar solo con el conocimiento de la salvación, sino debemos correr la carrera que Dios desea que corramos. Así que, ¿para qué estas usando tu libertad en Cristo, para poder vivir eternamente, o para la corrupción? ¡Qué el Señor les bendiga! John

Comment

Comment

Viviendo hacia el futuro - Mateo 5:1-12

Jesus calling.jpg

Basado en Mateo 5:1-12 (Versión Reina Valera 1960)

Viendo la multitud, subió al monte; y sentándose, vinieron a él sus discípulos. Y abriendo su boca les enseñaba, diciendo: Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación. Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros.

En lo que leímos hoy, pudiéramos pasar toda una vida entera tratando de entenderlo, y ese sí es parte del propósito porque son cosas que se deben no solamente entender, sino también, se deben prácticar diariamente de todas las distintas maneras posible. Todo en la Palabra es completamente aplicativo a nuestras vidas, de una manera u otra. Si se toma la Biblia solo como un libro de conocimiento y no se practica de la manera que el Espíritu Santo guía, es mas preferible que una persona jamás allá tenido acceso a ella, porque lo único que se está ocasionando es más juicio. En fin, la Palabra de Dios se debe vivir para que se pueda cosechar lo eterno, y así cumplir los designios de Dios en nuestras vidas.

Se pudiera ver este pasaje, línea por línea, lo cual es lo que se debe hacer cuando se estudia la Palabra, pero veremos el punto principal en su plenitud, y es: El Señor estaba enseñando cosas que se deben prácticar en vida para poder lograr las distintas recompensas en el futuro eterno. Es verdad que no nacemos con estos atributos o maneras de ser naturalmente, y por eso que es necesario nacer de nuevo en Cristo, arrepintiéndonos y convirtiéndonos de todos nuestros pecados, dejando atrás nuestra vana manera de vivir, sometiéndonos al Señorío del Jesús, y así, comenzar a cultivar las características de Cristo. También hay que considerar de que conocemos a través de las Biblia que Dios es un Dios condicional, y que, para poder recibir las cosas de Dios, hay que hacer como El manda. Sencillamente, es imposible que la vida cristiana conste de supuestamente de recibir a Cristo y de quedarse con los brazos cruzados (por decir) o de permanecer enfocado en lo temporal. Todo de lo cual habló aquí el Señor, como ejemplo, no se recibirá ni una sola cosa a no ser que una persona sea lo El dijo que tenia que ser. O sea, si uno ni es pobre de espíritu, ni llora, ni es manso, ni tiene hambre y sed de justicia, etc., no va a recibir ninguna de las bienaventuranzas, ni de las recompensas mencionadas. Todo lo que El mencionó se manifiesta a través de las obras. Por eso que entendemos que todo en Cristo se cumple en nuestras vidas cuando se hacen, cuando hay acciones que demuestren nuestra fe, porque por nuestros frutos nos conocerá tanto Dios como los hombres.

Por lo tanto, y si entendemos en el tiempo que el Señor se refería, vemos que las bienaventuranzas y las recompensas vienen en la eternidad principalmente, y no antes. Todo lo mencionado se habla con referencia al futuro, y el único futuro que conocemos en Cristo esta en la vida eterna. Así que, todo lo que se debe vivir y ser no es con la mira para el presente, sino para el futuro, y esto solo es posible a través de la fe, porque la fe esta basada en creer cosas invisibles, pero creer que sí están. Esto es lo que enseño el Señor: No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón. Mateo 6:19-21. Todo lo que debemos vivir en la Palabra de Dios debe ser con la mira hacia adelante, hacia la eternidad. El cristiano debe vivir con el enfoque siempre hacia Dios, con la esperanza de encontrarse con Dios en un futuro no muy lejano. Por eso que la Palabra de Dios también nos insta con lo siguiente: Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos. Y por esto también gemimos, deseando ser revestidos de aquella nuestra habitación celestial; pues así seremos hallados vestidos, y no desnudos. Porque asimismo los que estamos en este tabernáculo gemimos con angustia; porque no quisiéramos ser desnudados, sino revestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida. Mas el que nos hizo para esto mismo es Dios, quien nos ha dado las arras del Espíritu. Así que vivimos confiados siempre, y sabiendo que entre tanto que estamos en el cuerpo, estamos ausentes del Señor (porque por fe andamos, no por vista); pero confiamos, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor. Por tanto procuramos también, o ausentes o presentes, serle agradables. Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo. 2 Corintios 5:1-10. Así que, cada uno que dice ser seguidor de Cristo debe tener siempre muy en cuenta que este cuerpo se va deshaciendo día a día, y los que somos de mas edad sabemos que es así porque se siente. Y también debe vivir con el deseo de ser revestido y que esto mortal sea absorbido por la vida, y que para esto mismo nos hizo Dios. El Señor no nos hizo con el fin de que este cuerpo nunca perezca, sino que lo hizo como un vehículo temporal para nuestra alma, para que cada alma tenga la opción de decidir seguirle o no por su propia voluntad, y para que no solamente le sigamos, sino también, para que cada alma sea transformada y preparada para cosas aún más grandes. La preparación solo sucede a través del ejercicio y la presión espiritual. Si no podemos ser fieles en lo poco, es imposible que seamos fieles en lo mucho.   

Entonces, ¿Cómo es que debemos vivir? Haciendo lo mismo que hizo El Señor a través del poder del Espíritu Santo, vencer la tentación. Esto leemos: Otra vez le llevó el diablo a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares. Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás. Mateo 4:8-10. El diablo siempre va a tratar de hacer al cristiano desistir en su fe, y de distintas maneras, tal como trato de hacerlo con el Señor. El diablo siempre va a tratar de que te canses de ser, por ejemplo, pobre de espíritu, de ser manso, y así sucesivamente. Los desvíos comienzan cuando una persona deja a un lado los propósitos de Dios. Por eso que la Palabra también enseña esto: Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman. Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie; sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Santiago 1:12-14. A través de Cristo, tenemos que vencer el mal que vive dentro de nosotros mismos, y vivir haciendo como El manda, hasta el fin, para poder recibir lo que tanto debemos esperar, no lo temporal, sino lo perfecto que Dios ha preparado para aquellos que sí le aman. Así que, ¿estás viviendo para el presente, o para un futuro eterno donde Dios será el que te recompense? ¡Qué el Señor les bendiga! John

Comment

Comment

La que debiera ser nuestra razón - Hebreos 12:1-4

Jesus on the throne.jpg

Basado en Hebreos 12:1-4 (Versión Reina Valera 1960)

Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar. Porque aún no habéis resistido hasta la sangre, combatiendo contra el pecado.

¿Por cuales cosas luchan la gran mayoría de las personas? Muchos luchan por obtener bienes materiales, y sacrifican todo lo necesario para poder obtener lo que desean. Otros luchan por una carrera o un empleo, y también sacrifican tiempo y hasta relaciones para poder lograr objetivos y triunfos, y posiblemente hasta por causas nobles. Muchos también pasan su tiempo tratando de encontrar pareja, buscando tener una relación o un matrimonio. De la misma manera, hay personas que luchan por tener y criar hijos, y así sacrificándose para poder construir hogares. Hay personas que se esmeran en poder tener distintas experiencias en la vida, para tratar de vivir cada momento a plenitud. Y también, hay personas que luchan por ser saludables y fuertes, tratando de mantener su condición física al máximo. Y bueno, hay un sinfín de muchas otras cosas por las cuales se luchan, con el fin de lograr lo que tanto se espera. Pero ¿son todas estas cosas malas? Dentro de sí mismo, ningunas de estas cosas no son necesariamente malas. Posiblemente pueden ser hasta bendiciones, pero hay que ahondar un poco más para llegar al punto. Dios nos puede bendecir de distintas maneras y con distintas cosas, y especialmente si se consiguen haciendo las cosas bien, no con maldad. Nada dentro de lo mencionado en sí mismo es malo. Pero, la pregunta debiera ser: ¿Cuánto se debe luchar por estas cosas? Y ¿Qué prioridad debieran tener?  

Esto es lo que se debe considerar. Todas las cosas que se han mencionado y aún cosas similares, no son malas, pero, por virtud de que el existir de cada una de ellas están sujetas a este mundo, tampoco son perfectas, por lo tanto, no son eternas. Todo esto es vanidad, como lo define la Biblia. O sea, la vanidad consta o es definida por su existencia, que todas estas cosas, aunque no sean malas, son temporales. Así que, se puede concluir que la vanidad es igual a lo temporal. Y esto es lo que advierte la Palabra de Dios: Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y lleguen los años de los cuales digas: No tengo en ellos contentamiento; antes que se oscurezca el sol, y la luz, y la luna y las estrellas, y vuelvan las nubes tras la lluvia; cuando temblarán los guardas de la casa, y se encorvarán los hombres fuertes, y cesarán las muelas porque han disminuido, y se oscurecerán los que miran por las ventanas; y las puertas de afuera se cerrarán, por lo bajo del ruido de la muela; cuando se levantará a la voz del ave, y todas las hijas del canto serán abatidas; cuando también temerán de lo que es alto, y habrá terrores en el camino; y florecerá el almendro, y la langosta será una carga, y se perderá el apetito; porque el hombre va a su morada eterna, y los endechadores andarán alrededor por las calles; antes que la cadena de plata se quiebre, y se rompa el cuenco de oro, y el cántaro se quiebre junto a la fuente, y la rueda sea rota sobre el pozo;  y el polvo vuelva a la tierra, como era, y el espíritu vuelva a Dios que lo dio. Vanidad de vanidades, dijo el Predicador, todo es vanidad. Eclesiastés 12:1-8. Todo lo que vemos hoy algún día fallará, terminará, se acabará, etc., y no hay nada que se pueda hacer al respecto. Es lo que es. El dinero y las riquezas son inciertas. Una carrera o un empleo más tarde o temprano terminará, y nuestras facultades nos acompañarán hasta cierto punto nada más. Nosotros como seres humanos fallamos queramos o no, porque somos seres falibles, hasta cuando se tienen buenas intenciones. Muchas personas usan a los demás, o somos considerados como algo bueno hasta que algo no salga bien. Como dice el dicho: Eres solo tan bueno como tu ultimo error. Los matrimonios y las familias se pueden romper por un sinfín de razones. La salud puede cambiar en un instante. Y bueno, con relación a las experiencias, todo se ve como lindo al primer instante. A todos nos agrada la novedad y las sensaciones, pero todo eso es temporal también. Todo en este mundo comienza y termina. Y por favor, no tomen esto como un desahogo de un amargado, sino más bien, un llamado a la realidad. Esta es la realidad, que absolutamente todo en este mundo termina, por las buenas o por las malas, y esto es lo que la Biblia nos insta a siempre tener en mente mientras transitamos a través de este espejismo o ilusión que llamamos la vida.

La Palabra de Dios nos aconseja, a que no nos enfoquemos tanto ni en este mundo, ni en las cosas que hay en ellas, porque es muy fácil perder de vista lo que realmente importa. Como a si mismo está escrito: Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará. Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma? Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras. Mateo 16:24-27. No es sabio poner como meta o como razón de nuestro existir cosas que son vanidad, o temporales. Por lo tanto, sé responsable con tus bienes, pero que no sean el todo de tu vida. Cumple con tu carrera o empleo, pero que no consuma tu alma. Si deseas tener un buen matrimonio e hijos, cuídalo y cumple como debes, pero no debe ser la meta o la definición de tu vida, porque puedes vivir o muchas disoluciones, o confiar que algo va a durar y sencillamente no es así el asunto, y así sucesivamente. Puedes ganar todo el mundo, pero si te enfocas tanto en el mundo, puedes perder tu alma en el proceso, porque todas tus prioridades están equivocadas, aunque sean cosas que no necesariamente son malas. Esto también dice la Escrituras: Pero si se predica de Cristo que resucitó de los muertos, ¿cómo dicen algunos entre vosotros que no hay resurrección de muertos? Porque si no hay resurrección de muertos, tampoco Cristo resucitó. Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe. Y somos hallados falsos testigos de Dios; porque hemos testificado de Dios que él resucitó a Cristo, al cual no resucitó, si en verdad los muertos no resucitan. Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó; y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados. Entonces también los que durmieron en Cristo perecieron. Si en esta vida solamente esperamos en Cristo, somos los más dignos de conmiseración de todos los hombres. Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho. 1 Corintios 15:12-20.

Esto hay que tener en mente siempre: Hay resurrección para aquellos que aman a Cristo, no podemos poner nuestra esperanza en la vanidad o en lo temporal, ni aún menos, usar las cosas de Dios para justificar deseos temporales, porque el Padre pagará a cada uno conforme a sus obras. Y aunque haya una grande nube de testigos, hay un solo Testigo que nos debe importar, y ese es: Dios. Hay que resistir hasta la sangre para poder combatir en contra del pecado, porque todo lo que tome el primer lugar que le corresponde a Dios se vuelve en pecado, aún las bendiciones de Dios. Entonces, ¿Cuál es la razón de tu existencia? ¡Qué el Señor les bendiga! John

Comment

1 Comment

La esperanza del triunfo eterno - Isaías 25

Jesus in heaven.jpg

Basado en Isaías 25 (Versión Reina Valera 1960)

Jehová, tú eres mi Dios; te exaltaré, alabaré tu nombre, porque has hecho maravillas; tus consejos antiguos son verdad y firmeza. Porque convertiste la ciudad en montón, la ciudad fortificada en ruina; el alcázar de los extraños para que no sea ciudad, ni nunca jamás sea reedificado. Por esto te dará gloria el pueblo fuerte, te temerá la ciudad de gentes robustas. Porque fuiste fortaleza al pobre, fortaleza al menesteroso en su aflicción, refugio contra el turbión, sombra contra el calor; porque el ímpetu de los violentos es como turbión contra el muro. Como el calor en lugar seco, así humillarás el orgullo de los extraños; y como calor debajo de nube harás marchitar el renuevo de los robustos. Y Jehová de los ejércitos hará en este monte a todos los pueblos banquete de manjares suculentos, banquete de vinos refinados, de gruesos tuétanos y de vinos purificados. Y destruirá en este monte la cubierta con que están cubiertos todos los pueblos, y el velo que envuelve a todas las naciones. Destruirá a la muerte para siempre; y enjugará Jehová el Señor toda lágrima de todos los rostros; y quitará la afrenta de su pueblo de toda la tierra; porque Jehová lo ha dicho. Y se dirá en aquel día: He aquí, éste es nuestro Dios, le hemos esperado, y nos salvará; éste es Jehová a quien hemos esperado, nos gozaremos y nos alegraremos en su salvación. Porque la mano de Jehová reposará en este monte; pero Moab será hollado en su mismo sitio, como es hollada la paja en el muladar. Y extenderá su mano por en medio de él, como la extiende el nadador para nadar; y abatirá su soberbia y la destreza de sus manos. Y abatirá la fortaleza de tus altos muros; la humillará y la echará a tierra, hasta el polvo.

Los que entendemos la plenitud de las Escrituras, y también usamos un poco de sentido común, sabemos que este mundo tal como es, no es perfecto, ni lo va a ser tampoco. La Biblia nos enseña que este mundo estará lleno de problemas y desafíos, y que los que seguimos realmente al Señor tendremos aflicción en esta tierra. Este lugar nunca será perfecto ni estará libre de problemas por el pecado. Esto no es ni el cielo, ni el Edén, ni nada que se le asemeje. Por lo tanto, no debemos poner en este lugar nuestras esperanzas.

Para poder entender un poco mas el asunto, y ver la perspectiva de la Biblia, el propio Señor nos enseñó lo siguiente: No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón. Mateo 6:19-21. Y ¿por qué nos dijo esto? Porque este lugar, esta tierra, es un lugar temporal. Como también está escrito: Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas. 2 Corintios 4:17-18.

Entonces, la siguiente pregunta pueda que surja, y especialmente si una persona se ha aferrado a las cosas escritas en la Biblia para justificar creer en una doctrina de prosperidad y de salud perfecta: Si Dios hizo grandes cosas antes para los que fielmente le seguían, ¿Por qué ahora no podría darse lo mismo? Y la respuesta o la primera aclaración es: que algo pasó entre el lapso que estuvo en efecto la ley y la manifestación de la gracia. Cristo cambio todo, y para una gloria eterna, abriendo así la puerta directa hacia la eternidad, la dispensación de la gracia de Dios. Antes que Cristo murierá y resucitará de entre los muertos, la ley estaba en efecto, y bajo la ley, nadie se podía justificar, como está escrito: Pero sabemos que todo lo que la ley dice, lo dice a los que están bajo la ley, para que toda boca se cierre y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios; ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado. Romanos 3:19-20. Antes de Cristo, no había salvación porque no había justificación. Así que, si no había justificación, no había acceso al cielo. Entonces, ninguna persona antes de Cristo podía entrar al cielo. Por eso que existía el seno de Abraham, el cual revelo el propio Señor donde iban todos los fieles al Señor, los que guardaban la ley de Dios. El seno de Abraham era un paraíso que existía como un compartimento adjunto al infierno, o al Seol. David escribió mucho sobre este Seol. Entonces, todo ser, antes de Cristo iba al infierno, pero la diferencia estaba en este paraíso para los fieles y el lugar de tormento para los que no eran hallados fieles a Dios.

La segunda aclaración es: todo en el Antiguo Testamento eran demostraciones o vislumbres de lo eterno. Dios revelaba de alguna manera las cosas antes como señales de lo que vendría a ocurrir eternamente, cuando venga la plenitud y el cumplimiento de todas las cosas. O sea, todas las victorias y las prosperidades que se daban antes terrenalmente eran señales del porvenir eterno que sucederán a aquellos que le son fieles al Señor. Lo que vimos en el tabernáculo y en el templo, eran anuncios de lo que iba a ser cumplido en el Mesías, en Jesús. Lo que mismo leímos hoy habrá sucedido en una manera limitada al pueblo de Dios en la tierra, pero son anuncios de acontecimientos eternos. Así que, hay que tener mucho cuidado de cómo se aplican las cosas escritas antes, con la idea de que se hagan realidad ahora en la tierra.

Ahora, podría surgir otra pregunta. ¿Dios no hará nada a nuestro favor mientras estamos en la tierra? Y la respuesta es: si y no, pero todo está aferrado a la voluntad de Dios y Su propósito, y esto es difícil de aceptar si usas tus conocimientos humanos y sentidos carnales para ver las cosas. Primero que todo en este punto, no podemos pasar por alto el gran y eterno triunfo que tenemos a través de Cristo, lo cual es la eterna salvación de nuestras almas. Ya no hay mas seno de Abraham. Cuando Cristo resucitó, se cumplió el propósito de Dios y el milagro más grande ocurrió, que todos los que estaban esperando la venida del Mesías en el Seol o en el seno de Abraham fueron llevados al cielo, a la recompensa eterna. Cuando pensamos carnalmente, menospreciamos el gran milagro de Dios, la salvación. Lo segundo es, que Dios puede hacer lo que El quiera. Pero, todo lo que hace esta siempre sujeto a un propósito, a un porqué, y ese propósito y ese porqué es el poder dar a conocer que El es Dios, y de que hay salvación solamente en El, y que El es la única esperanza. Cristo hizo los milagros que hizo para mostrar que El era precisamente Dios. Los apóstoles y los discípulos a través del Espíritu Santo también recibieron estos dones como señal para demostrar lo mismo, y también Dios podrá revelar Su poder en este mundo temporal hoy (como lo hizo conmigo cuando me convertí a El) a través de nosotros sus siervos para dar ocasión a que alguien o algunas personas puedan ver que El es Dios y que en El solo hay esperanza. Todo tiene como fin el demostrar a Dios, para dar la esperanza de salvación, y para edificación de la iglesia de Cristo.

Finalmente, cosas increíbles se van a cumplir en aquellos de nosotros que permaneceremos fieles hasta el último momento de nuestras vidas, aquellos de nosotros que le aman de verdad. Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman. 1 Corintios 2:9. ¿Tienes tu esperanza en lo temporal o en el triunfo eterno? ¡Qué el Señor les bendiga! John

1 Comment

Comment

Las relaciones y el abuso sexual - 1 Tesalonicenses 4:1-8

couple with problems.jpg

Basado en 1 Tesalonicenses 4:1-8 (Versión Reina Valera 1960)

Por lo demás, hermanos, os rogamos y exhortamos en el Señor Jesús, que de la manera que aprendisteis de nosotros cómo os conviene conduciros y agradar a Dios, así abundéis más y más. Porque ya sabéis qué instrucciones os dimos por el Señor Jesús; pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación; que cada uno de vosotros sepa tener su propia esposa en santidad y honor; no en pasión de concupiscencia, como los gentiles que no conocen a Dios; que ninguno agravie ni engañe en nada a su hermano; porque el Señor es vengador de todo esto, como ya os hemos dicho y testificado. Pues no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santificación. Así que, el que desecha esto, no desecha a hombre, sino a Dios, que también nos dio su Espíritu Santo.

Unos de los problemas mas grandes que vemos hoy en día es la sexualización de todo en el mundo. Se puede decir muy seguramente que vivimos en una época que la sociedad esta consumida por el sexo. Los medios están saturados con sexualidad, desde los comerciales, los programas de televisión, las películas, la moda, la música, los deportes, en fin, se puede decir que casi todo, e invita o incita a la sexualidad. Para que hablar del internet, cuya herramienta ha hecho la pornografía mas accesible que nunca. Si una persona desea ver algo sexual en el internet, solo tiene que teclear un poco nada más en su computadora o en su teléfono inteligente y tiene acceso a todo lo que se puede imaginar, o hasta lo que nunca pudo imaginar. Se estima que la industria de la pornografía genera billones de dólares al año mundialmente. Uno de los gigantes del internet en pornografía de acuerdo a Yahoo Finance declaró que en 2018 tuvo mas de 28 billones de visitas en su sitio de web. Para ponerlo en perspectiva, el mundo tiene mas de 7 billones de habitantes, así que, estadísticamente hablando, es literalmente como si cada ser humano (hombres, mujeres, y niños) en el mundo vió cuatro veces pornografía en ese solo sitio en el año. Entonces, ¿estoy exagerándo de que nuestra sociedad esta más que obsesionada con el sexo? Y el problema con esta mentalidad es que esto afecta las relaciones.

Los Tesalonicenses vivían en una sociedad muy parecida a la nuestra, así que, este asunto que el Apóstol Pablo está tratando en la iglesia es muy relevante al problema que tenemos hoy, en nuestra sociedad cristiana de hoy en día. El pueblo de Dios esta tan sexualizado como el mundo porque muchos dentro de la iglesia viven como el mundo, y por lo tanto tienen la mentalidad del mundo. El Apóstol Pablo esta tratando dos cosas en especifico aquí, para que podamos entender bien el asunto: la fornicación (o el acto sexual) entre personas no casadas, y personas casadas. Aquí no solo se refiere al matrimonio, y hay que entender el punto de vista que envuelve la etapa antes del matrimonio, porque eso es lo que genera los problemas dentro del matrimonio después.

El primer aspecto, o sea, el sexo antes del matrimonio es pecado, y la Biblia también usa el mismo termino como la fornicación o la inmoralidad sexual para referirse a esto. El asunto es que sencillamente, no debe haber relaciones sexuales entre dos personas antes del matrimonio. Dios creo el sexo para el matrimonio, para que se practique dentro del matrimonio, pero como es debido, también (como lo veremos mas adelante). El problema es que muchos cometen este error, y el grave problema es que ven este pecado como una expresión de amor o como algo natural, y no es así. La verdad de acuerdo a la Palabra de Dios es que el tener relaciones sexuales con una persona fuera del matrimonio, es pecado. No obstante, muchos dentro de nuestras iglesias practican el sexo libremente entre parejas, o hasta sin pareja. Y muchas parejas no solamente practican la fornicación dentro de su relación, sino que hasta viven juntos antes del matrimonio. Y esto es un grave problema porque la Palabra de Dios es muy clara sobre este asunto de la practica del pecado, como está escrito: Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. Gálatas 5:19-21. La Palabra es muy clara, Dios sencillamente no tolerará la practica del pecado, o sea, un estilo de vida de pecado, cuando una persona comete pecado deliberadamente y sin control. No se necesita gran preparación para poder entender esto.

¿Cuál es el problema con la fornicación en una relación previa al matrimonio? Aparte del serio problema espiritual que ocasiona, hay un problema muy práctico también. El problema es que, para poder formar una relación sana y estable, para poder ver a la otra persona lo más claramente posible, se deben dar a conocer sin entrometer el sexo, porque si se introduce el sexo, ya no se esta pensando claramente. El sexo esta tomando la preeminencia en la relación, lo quieran admitir o no, porque sea por orgullo o porque su mente ya está entenebrecida, no quieran admitirlo, ya no están pensando claramente. Y la solución no es casarse para que cese el mal por decir. Ese es el que convierte un grave error en otro aún mas problemático. No se debe construir un matrimonio sin amor, y cuando el sexo se ha metido en la ecuación, sencillamente no se está fundamentando en algo sanamente, y esto es una de las grandes razones por lo cual fracasan o no trabajan como es debido muchos matrimonios hoy en día, porque se ha usado algo corrompido como fundamento. Muchas parejas se casan por todas las razones equivocadas, y sencillamente no hay amor. Se tiene que entender esto: que el sexo no es igual al amor. Y si tienen hijos, el mal se hace aun mas grande, porque se introducen terceras personas (inocentes) a experimentar una relación disfuncional y corrompida.     

Y esto nos lleva a nuestro próximo punto, al problema del abuso sexual en el matrimonio. El abuso del cual se está hablando aquí, no se trata de la manera que lo explica el mundo. Dios creo el sexo como algo precioso y bendecido que solo se debe compartir entre un esposo y esposa. Y el sexo se creo no solo para poder tener hijos, sino también, como una expresión de amor y cariño entre un matrimonio. Si se practica el sexo dentro del mismo matrimonio sin ese fin, de que sea una expresión de ese amor, también es un abuso del tal, y eso es lo que trata aquí el Apóstol Pablo. El sexo dentro del matrimonio nunca debe ser ni un desahogo, ni un dar riendas sueltas a malas fantasías, ni un trasmite, ni un cumplir, ni aún menos, una herramienta de control. Todo esto destruye el matrimonio. Y por eso que importa tanto lo que pasa antes, porque eso dicta como una persona entra al matrimonio, con una mentalidad totalmente equivocada. Hay que tener cuidado de como se hacen las cosas, y por las razones por lo cual se hacen las cosas, porque muy claramente leímos la advertencia, como esta escrito: …ninguno agravie ni engañe en nada a su hermano; porque el Señor es vengador de todo esto. Y a veces nos preguntamos ¿por qué salen mal las cosas?   

En fin, hay una buena manera de cómo proceder tanto para las personas solteras como para las casadas, y el deseo de Dios para nuestro bien es que todo se haga de acuerdo a lo que El enseña. Y sí se ha hecho mal, nunca es tarde arrepentirse y volver a lo que Dios manda. Así que, ¿Estás viviendo tu vida de acuerdo al Señor o de acuerdo al mundo y a su mala influencia? ¡Qué el Señor les bendiga! John

Comment

Comment

La santificación y el testimonio - Hechos 22:1-24

Paul preaching.jpeg

Basado en Hechos 22:1-24 (Versión Reina Valera 1960)

Varones hermanos y padres, oíd ahora mi defensa ante vosotros. Y al oír que les hablaba en lengua hebrea, guardaron más silencio. Y él les dijo: Yo de cierto soy judío, nacido en Tarso de Cilicia, pero criado en esta ciudad, instruido a los pies de Gamaliel, estrictamente conforme a la ley de nuestros padres, celoso de Dios, como hoy lo sois todos vosotros. Perseguía yo este Camino hasta la muerte, prendiendo y entregando en cárceles a hombres y mujeres; como el sumo sacerdote también me es testigo, y todos los ancianos, de quienes también recibí cartas para los hermanos, y fui a Damasco para traer presos a Jerusalén también a los que estuviesen allí, para que fuesen castigados. Pero aconteció que yendo yo, al llegar cerca de Damasco, como a mediodía, de repente me rodeó mucha luz del cielo; y caí al suelo, y oí una voz que me decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Yo entonces respondí: ¿Quién eres, Señor? Y me dijo: Yo soy Jesús de Nazaret, a quien tú persigues. Y los que estaban conmigo vieron a la verdad la luz, y se espantaron; pero no entendieron la voz del que hablaba conmigo. Y dije: ¿Qué haré, Señor? Y el Señor me dijo: Levántate, y ve a Damasco, y allí se te dirá todo lo que está ordenado que hagas. Y como yo no veía a causa de la gloria de la luz, llevado de la mano por los que estaban conmigo, llegué a Damasco. Entonces uno llamado Ananías, varón piadoso según la ley, que tenía buen testimonio de todos los judíos que allí moraban, vino a mí, y acercándose, me dijo: Hermano Saulo, recibe la vista. Y yo en aquella misma hora recobré la vista y lo miré. Y él dijo: El Dios de nuestros padres te ha escogido para que conozcas su voluntad, y veas al Justo, y oigas la voz de su boca. Porque serás testigo suyo a todos los hombres, de lo que has visto y oído. Ahora, pues, ¿por qué te detienes? Levántate y bautízate, y lava tus pecados, invocando su nombre. Y me aconteció, vuelto a Jerusalén, que orando en el templo me sobrevino un éxtasis. Y le vi que me decía: Date prisa, y sal prontamente de Jerusalén; porque no recibirán tu testimonio acerca de mí. Yo dije: Señor, ellos saben que yo encarcelaba y azotaba en todas las sinagogas a los que creían en ti; y cuando se derramaba la sangre de Esteban tu testigo, yo mismo también estaba presente, y consentía en su muerte, y guardaba las ropas de los que le mataban. Pero me dijo: Ve, porque yo te enviaré lejos a los gentiles. Y le oyeron hasta esta palabra; entonces alzaron la voz, diciendo: Quita de la tierra a tal hombre, porque no conviene que viva. Y como ellos gritaban y arrojaban sus ropas y lanzaban polvo al aire, mandó el tribuno que le metiesen en la fortaleza, y ordenó que fuese examinado con azotes, para saber por qué causa clamaban así contra él.

¿Por qué a veces suceden cosas difíciles? Mirándolo a través de la Palabra de Dios, la gran mayoría de las veces por lo cual suceden cosas difíciles es porque no hemos hecho las cosas bien, o sea, uno ha cometido pecado o pecados y se están experimentando de alguna manera las consecuencias de esos hechos. Y francamente hablando, absolutamente todos hemos experimentado esto de alguna manera u otra, y la seguimos experimentando porque las consecuencias pueden ser duraderas. Esto es lo que debemos tener en cuenta, y por eso que la Palabra de Dios y el Espíritu Santo nos guían para poder dejar de hacer aquellas cosas que están mal, que no aprovechan en nada, sino todo lo contrario, que solo acarrean consecuencias dolorosas. Pero, hay ciertas instancias que se sufren ciertas cosas no porque se halla pecado deliberadamente, sino porque hay otro fin de parte de Dios, porque Dios permite todas las cosas, tanto las buenas como las que se ven difíciles, pero todo tiene un propósito. Nada es porque sí, nada más, especialmente en la vida de un discípulo del Señor.

Hay algo que voy a decir aquí que no les agradará a muchas personas, y es: la razón por lo cual muchos solo buscan el beneficio de la salvación, pero no servir a Dios. Quieren un Salvador, pero no quieren a un Señor. Desean ir al cielo y poder lograr todas las promesas y las bendiciones de Dios, pero sin ningún tipo de compromiso, y ni aún menos, sin ningún deseo de servir al Señor. Por eso que estos llamados evangelios populares que han salido en estos últimos tiempos (señales del fin) son precisamente tan populares, porque a muchas personas le llama la atención recibir la salvación de Dios, y que Dios le arregle todos sus problemas aquí, y la idea que pueden obtener el cielo y todas las coronas y recompensas celestiales, sin hacer nada por ellas. Se enseña que, muchas veces que ya no hay nada mas que hacer, y que inclusive, si se les dice a las personas que hay que cumplir con algo, sienten que uno está volviéndose a la ley o a las obras. Finalmente, se enseña muchas veces un evangelio fácil, irresponsable, y como resultado, antibíblico, y por eso que tenemos lo que tenemos hoy en día, una iglesia universal llena de pecado, de desorden, de malos testimonios, y de oscuridad, y de tal manera que el mundo no puede distinguir la diferencia entre si mismo y los llamados creyentes. Francamente, el mundo que necesita la luz de Cristo no la ve por tanto pecado.

El asunto es que van a haber momentos que vamos a sufrir no porque hicimos algo malo, sino todo lo contrario, por tratar de hacer aquellas cosas que Dios sí manda, por cosas que van en contra de la carne. Van a tocar momentos difíciles que Dios mismo va a permitir para llevarnos mas allá, para ver si realmente le amamos, si estamos dispuestos a pagar el precio por seguirle, como lo que vimos aquí en el Apóstol Pablo. El seguir a Cristo tiene su precio, de alguna manera u otra, sea por persecución, sea por circunstancias difíciles, etc., llegaran momentos duros, y la pregunta que Dios hace a través de todo eso es: ¿Me amas? Esto mismo leemos aquí: Grandes multitudes iban con él [igual como ahora]; y volviéndose, les dijo: Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo. Y el que no lleva su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo. Porque ¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla? No sea que después que haya puesto el cimiento, y no pueda acabarla, todos los que lo vean comiencen a hacer burla de él, diciendo: Este hombre comenzó a edificar, y no pudo acabar. ¿O qué rey, al marchar a la guerra contra otro rey, no se sienta primero y considera si puede hacer frente con diez mil al que viene contra él con veinte mil? Y si no puede, cuando el otro está todavía lejos, le envía una embajada y le pide condiciones de paz. Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo. Lucas 14:25-33.

El Señor va a permitir cosas que finalmente nos lleven por el camino de la santificación, para poder seguir ayudándonos a despojarnos del pecado que nos puede asediar, el cual puede interferir con nuestro camino hacia la eternidad. Y esos momentos también serán para dar testimonio a aquella nube de testigos, de que sí se puede pasar distintas circunstancias por amor al Señor y a través del poder del Espíritu Santo. Nosotros no podemos hacer las cosas solos, sino solo con el poder del Espíritu Santo. Pero esa dedicación, esa determinación que se vé en nosotros también (como la de Pablo, del cual leímos) puede fortalecer la fe de otros. Entonces, ¿estás dispuesto a pasar lo que sea, hasta las injusticias, por amor a Dios, para poder llegar a la verdadera meta que Su Palabra promete? ¡Qué el Señor les bendiga! John

Comment

Comment

Los milagros de Dios - Hechos 5:17-32

saintpeter-prison2.jpg

Basado en Hechos 5:17-32 (Versión Reina Valera 1960)

Entonces levantándose el sumo sacerdote y todos los que estaban con él, esto es, la secta de los saduceos, se llenaron de celos; y echaron mano a los apóstoles y los pusieron en la cárcel pública. Mas un ángel del Señor, abriendo de noche las puertas de la cárcel y sacándolos, dijo: Id, y puestos en pie en el templo, anunciad al pueblo todas las palabras de esta vida. Habiendo oído esto, entraron de mañana en el templo, y enseñaban. Entre tanto, vinieron el sumo sacerdote y los que estaban con él, y convocaron al concilio y a todos los ancianos de los hijos de Israel, y enviaron a la cárcel para que fuesen traídos. Pero cuando llegaron los alguaciles, no los hallaron en la cárcel; entonces volvieron y dieron aviso, diciendo: Por cierto, la cárcel hemos hallado cerrada con toda seguridad, y los guardas afuera de pie ante las puertas; mas cuando abrimos, a nadie hallamos dentro. Cuando oyeron estas palabras el sumo sacerdote y el jefe de la guardia del templo y los principales sacerdotes, dudaban en qué vendría a parar aquello. Pero viniendo uno, les dio esta noticia: He aquí, los varones que pusisteis en la cárcel están en el templo, y enseñan al pueblo. Entonces fue el jefe de la guardia con los alguaciles, y los trajo sin violencia, porque temían ser apedreados por el pueblo. Cuando los trajeron, los presentaron en el concilio, y el sumo sacerdote les preguntó, diciendo: ¿No os mandamos estrictamente que no enseñaseis en ese nombre? Y ahora habéis llenado a Jerusalén de vuestra doctrina, y queréis echar sobre nosotros la sangre de ese hombre. Respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres levantó a Jesús, a quien vosotros matasteis colgándole en un madero. A éste, Dios ha exaltado con su diestra por Príncipe y Salvador, para dar a Israel arrepentimiento y perdón de pecados. Y nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y también el Espíritu Santo, el cual ha dado Dios a los que le obedecen.

¿Puede Dios hacer milagros hoy? Y la respuesta es sí, porque la Palabra ofrece esta sencilla explicación: Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos. Hebreos 13:8. Dios no cambia. Su poder no depende ni de los tiempos, ni de las circunstancias, ni de partidos políticos, ni de estabilidades económicas, ni de la ciencia o la medicina. En fin, Dios puede hacer lo que quiere, donde El quiera, como El quiera, y cuando El quiera. Y bendito sea el Altísimo por eso, porque si no tuviéramos tal Roca para poder fundamentar nuestra fe, nuestra esperanza seria en vano, y todos los que hemos encomendado nuestras vidas a El no conseguiríamos nada en la eternidad, donde las cosas son mucho más impredecibles e incontrolables para nosotros como seres humanos (porque no hay ni una sola persona que pueda hacer algo por si mismo en lo que viene después). Si el Señor cambiará, sería como todo lo demás (porque cuidado, hay principados y potestades que, si pueden afectar el presente, el mundo temporal). Pero, una pregunta seria, ¿Cuáles son las condiciones para que pueda suceder un milagro de parte de Dios?     

Para comenzar, hay que ver y entender muy claramente, la manera que se dieron antes, como nos muestra la Palabra (porque todo lo que Dios hace está sujeto a Su Palabra). Lo que vimos en el pasaje de hoy nos muestra lo que debe haber para que Dios quiera intervenga. Lo que podemos ver es que los discípulos que fueron liberados milagrosamente por el Señor, estaban sirviendo al Señor. Ellos no fueron encarcelados porque estaban haciendo algo ilegal, ni aún menos, porque hicieron algo que iba en contra de lo que Dios manda. Sino todo lo contrario. Ellos fueron injustamente encarcelados, y precisamente, porque escogieron servir al Señor, y así, ser obedientes a Dios ante que a los hombres. 

En conjunto con eso, estos discípulos no eran perfectos, pero sus vidas estaban en orden y sujetos a la obediencia del Señor, porque lo podemos ver por su propio estilo de vida y su determinación. Somos salvos por gracia, pero después de recibir tal gracia de Dios, el poder de Dios se manifiesta de una manera distinta cuando una persona se sujeta a las cosas de Dios, y obedece la Palabra de Dios, en vida y en servicio. Y esto, “ayuda” a determinar si Dios va a intervenir en algo milagrosamente o no (porque no solamente esto determina el asunto).

El otro factor que debe estar para que Dios pueda intervenir es un propósito. Dios no va a intervenir directamente si no hay propósito, si no hay una razón que tenga sentido para El (no según nuestro parecer). Esto es algo que es muy difícil de entender para varias personas, el poder ver las cosas del punto de vista de Dios, y la razón por lo cual es difícil, es porque la gran mayoría de las personas, e inclusive del llamado pueblo de Dios, solo están enfocados en si mismos y en sus propios deseos y vanidades, como lo dijo el propio Señor: Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos. Isaías 55:8-9. Muchos están muy lejos de los pensamientos de Dios, tan lejos que se sujetan a los caminos de Satanás, y lo hacen de una manera que ni siquiera se dan cuenta, como lo podemos ver en el siguiente pasaje: Desde entonces comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día. Entonces Pedro, tomándolo aparte, comenzó a reconvenirle, diciendo: Señor, ten compasión de ti; en ninguna manera esto te acontezca. Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres. Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. Mateo 16:21-24. Esto es lo que pasa cuando una persona pone la mira en las cosas de los hombres (le obedece a Satanás). El propósito que hubo en liberar a los discípulos era para testimonio de que Dios es Dios y que El estaba con ellos, para que pudieran seguir la obra, y para demostrarle a los religiosos que estaban luchando con Dios mismo. Y hubo muchos otros propósitos, no solo estos. Cuando Dios interviene, es porque hay una obra maestra donde muchas cosas están envueltas, y de tal manera que hasta superan el tiempo.

Ahora, hay otra cosa que aclarar, porque hay otros sucesos que se pudieran ver como milagrosos, pero que no necesariamente esté Dios envuelto para bien (y aquí es donde hay que tener mucho cuidado). Se mencionó antes que hay principados y potestades que si pueden afectar el mundo presente. No todos los llamados milagros proceden directamente de Dios, y que sean para bien. Hay que poder entender claramente lo que proviene de Dios y lo que proviene de otra fuente, y la manera de poder distinguirlo es a través de lo que explicamos. Si suceden otras cosas aparte de Dios, o sea, fuera de los parámetros de la obediencia a Dios, suceden para perdición, porque todo lo que aparta al hombre de Dios es para su perdición, y el enemigo y sus huestes si pueden influenciar las cosas con tal de desviar al hombre. Así que, si deseas ver la mano de Dios en tu vida, procura que tu vida este en orden con Dios, como Dios manda. Porque también, si buscas un milagro nada más ¡cuidado! porque se te puede dar lo que deseas y el Señor no tenga nada que ver. Así que, ¿vives tu vida para el Señor o para algo más? ¡Qué el Señor les bendiga! John

Comment

Comment

El propósito de Dios para nuestras vidas - 2 Corintios 5:1-11

Jesus and young girl.jpg

Basado en 2 Corintios 5:1-11 (Versión Reina Valera 1960)

Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos. Y por esto también gemimos, deseando ser revestidos de aquella nuestra habitación celestial; pues así seremos hallados vestidos, y no desnudos. Porque asimismo los que estamos en este tabernáculo gemimos con angustia; porque no quisiéramos ser desnudados, sino revestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida. Mas el que nos hizo para esto mismo es Dios, quien nos ha dado las arras del Espíritu. Así que vivimos confiados siempre, y sabiendo que entre tanto que estamos en el cuerpo, estamos ausentes del Señor (porque por fe andamos, no por vista); pero confiamos, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor. Por tanto procuramos también, o ausentes o presentes, serle agradables. Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo. Conociendo, pues, el temor del Señor, persuadimos a los hombres; pero a Dios le es manifiesto lo que somos; y espero que también lo sea a vuestras conciencias.

Hay muchos que se han preguntado durante las edades, ¿Cuál es el propósito de esta vida? Y claro, ya que es más fácil percibir lo visible, el aquí y el ahora, entonces para muchos, el enfoque de la vida se torna hacia lo terrestre, hacia el mundo temporal. Por eso que en general, la mayoría de las personas, e inclusive, muchos creyentes, están solamente enfocados en el mundo presente, y de tal manera que hasta inventan muchas doctrinas y enseñanzas que aplican solamente al presente. Y es entendible porque somos prácticamente prisioneros de nuestros sentidos y del pecado que mora dentro de nosotros mismos. Pero, si entendemos realmente nuestra creación, la manera que Dios nos hizo, debiéramos poder entender que fuimos creados para cosas mucho más significativas e infinitas. Dios no nos creó para solo vivir por este mundo temporal (bendito sea Dios que sí hay algo más).

Esto es algo que hay que entender, especialmente si deseamos vivir el propósito total de nuestra existencia. Este mundo es solo una antesala, un lugar de decisión, y también un lugar para poder prepararnos para lo venidero, para cosas aún mucho más importantes y eternas. La Biblia se refiere a este lugar como el valle de la decisión, lo cual leemos en el libro del profeta Joel, donde dice: Muchos pueblos en el valle de la decisión; porque cercano está el día de Jehová en el valle de la decisión. Joel 3:14. Y este asunto de la decisión lo vemos desde el principio cuando el propio Dios le habla a Su pueblo, como también está escrito: Porque este mandamiento que yo te ordeno hoy no es demasiado difícil para ti, ni está lejos. No está en el cielo, para que digas: ¿Quién subirá por nosotros al cielo, y nos lo traerá y nos lo hará oír para que lo cumplamos? Ni está al otro lado del mar, para que digas: ¿Quién pasará por nosotros el mar, para que nos lo traiga y nos lo haga oír, a fin de que lo cumplamos? Porque muy cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón, para que la cumplas. Mira, yo he puesto delante de ti hoy la vida y el bien, la muerte y el mal; porque yo te mando hoy que ames a Jehová tu Dios, que andes en sus caminos, y guardes sus mandamientos, sus estatutos y sus decretos, para que vivas y seas multiplicado, y Jehová tu Dios te bendiga en la tierra a la cual entras para tomar posesión de ella. Mas si tu corazón se apartare y no oyeres, y te dejares extraviar, y te inclinares a dioses ajenos y les sirvieres, yo os protesto hoy que de cierto pereceréis; no prolongaréis vuestros días sobre la tierra adonde vais, pasando el Jordán, para entrar en posesión de ella. A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia; amando a Jehová tu Dios, atendiendo a su voz, y siguiéndole a él; porque él es vida para ti, y prolongación de tus días; a fin de que habites sobre la tierra que juró Jehová a tus padres, Abraham, Isaac y Jacob, que les había de dar. Deuteronomio 30:11-20. Todo aquí implica una decisión, un escoger. Y hay que recordar, que aquí no necesariamente está hablando Dios de una tierra prometida terrenal, sino algo más allá, la cual verdaderamente procuró Abraham, el padre de la fe, el cual es padre de los que han decido tener su misma fe.

Entonces, ¿Cuál es nuestro real propósito? Dios nos hizo para que primero que nada escojamos por El, siendo convencidos por nuestra facultad de la razón que El mismo nos ha dado. La razón es lo único que tenemos, en conjunto con nuestra alma (porque las dos son parte del uno y del otro), son los que deben traspasar el pecado que mora en nosotros. Y nuestros sentidos deben sujetarse a la razón para que puedan enfocarse en Dios y en Sus obras, y no a los malos o temporales deseos de la carne. Este es el propósito principal. Pero también, como todas las cosas, hay una parte práctica, por decir, por lo cual debemos escoger seguir al Señor. Todo lo que existe apunta a que Dios es nuestra única salvación. No hay nada más. Todo lo demás es temporal, superficial, o con un fundamento pobre. En Dios están todas las respuestas y la razón de nuestra existencia, y como Su creación, estamos llamados a cumplir nuestra función, nuestro propósito eterno.   

En rendidas cuentas, el propósito de nuestro existir es llegar al Señor y entender que El es todo, y que lleguemos a cumplir nuestro propósito eterno, y parte de ese propósito eterno es ayudar a otros llegar a la misma salvación. Y por eso que no podemos ni guiarnos, ni aún menos aferrarnos a lo de aquí y ahora, a lo visible, a lo terrenal. Porque si nos aferramos y nos enfocamos en esas cosas solamente, perderemos de vista el propósito, el porqué, la razón por nuestra existencia. Hay algo mucho más grande y eterno más allá, y este lugar solo sirve para poder llegar a entender que existe tal cosa y que la busquemos como aquellos grandes hombres y mujeres que nos precedieron. Esto es lo que dice la Palabra al respecto: Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman. 1 Corintios 2:9. Todo lo que ahora existe y sucede es para poder llevarnos al punto de decisión y para poder prepararnos para lo que viene. Pero, no hay otra manera de alcanzarlo si este sentir no está en nosotros: Pero él, volviéndose y mirando a los discípulos, reprendió a Pedro, diciendo: ¡Quítate de delante de mí, Satanás! porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres. Y llamando a la gente y a sus discípulos, les dijo: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio, la salvará. Marcos 8:33-35. Si pones la mira en las cosas terrenales, en las cosas de los hombres, te vas a perder irremediablemente. Pero, si pones la mira en Cristo, y te niegas a ti mismo, y le sigues fielmente, a pesar de las circunstancias, entonces no solamente llegaras a la vida eterna, sino que también, lograrás llegar a esas cosas que solo Dios sabe que hay y que tiene reservadas para aquellos que le aman de verdad.

Así que, ¿estás cumpliendo el verdadero propósito de Dios para tu vida, la razón por lo cual El te hizo? ¡Qué el Señor les bendiga! John

Comment

Comment

A lo que nos ha llamado Dios - 1 Corintios 7:17-24

jesus-footsteps.jpg

Basado en 1 Corintios 7:17-24 (Versión Reina Valera 1960)

Pero cada uno como el Señor le repartió, y como Dios llamó a cada uno, así haga; esto ordeno en todas las iglesias. ¿Fue llamado alguno siendo circunciso? Quédese circunciso. ¿Fue llamado alguno siendo incircunciso? No se circuncide. La circuncisión nada es, y la incircuncisión nada es, sino el guardar los mandamientos de Dios. Cada uno en el estado en que fue llamado, en él se quede. ¿Fuiste llamado siendo esclavo? No te dé cuidado; pero también, si puedes hacerte libre, procúralo más. Porque el que en el Señor fue llamado siendo esclavo, liberto es del Señor; asimismo el que fue llamado siendo libre, esclavo es de Cristo. Por precio fuisteis comprados; no os hagáis esclavos de los hombres. Cada uno, hermanos, en el estado en que fue llamado, así permanezca para con Dios.

Poco después de la formación de las primeras iglesias y hasta hoy, hay mucha confusión acerca de: a lo que nos ha llamado Dios hacer. Y a raíz de esto, muchos han sacado sus distintas versiones y conceptos errados, algunos por confusión, otros por carnalidad, y otros por sacar provecho de su semejante, finalmente haciéndose vasijas de deshonra. Pero algo si es claro, y el asunto es, como se ha comentado en muchas ocasiones antes, que nuestras opiniones no significarán nada, cuando venga ese momento que tengamos que estar delante de Dios. Contrario a lo que el mundo secular enseñe (lo mismo que ha absorbido la iglesia en general), uno no puede controlar la realidad. Nadie puede cambiar a Dios. Esta es la realidad: Nosotros no podemos cambiar ni convencer a Dios en nada, sino mas bien, nosotros tenemos que ajustarnos a lo que Dios dice, y hacer las cosas como Dios lo indica, para poder conseguir las cosas que solo Dios puede dar.

Ahora bien, hay aquellos que prácticamente han descalificado lo que la Biblia enseña en el Antiguo Testamento, porque piensan que ya no aplica, y de buscar hacer las cosas que están escritas en el Antiguo Testamento significa volver a la Ley. Aún más, los que subscriben a este concepto usan la gracia que tenemos ahora en Cristo como la manera de descartar muchas cosas en la Palabra de Dios, y eso no esta de acuerdo con las Escrituras. Muchos se afirman en lo que leen en el libro de Gálatas, y de cómo Pablo amonestó a la iglesia porque se habían olvidado de la gracia de Dios porque habían comenzado a practicar ciertas cosas de la Ley como vehículo para la salvación. Pero ¿a qué se estaba refiriendo Pablo? Esto es lo que dice: Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud. He aquí, yo Pablo os digo que si os circuncidáis, de nada os aprovechará Cristo. Y otra vez testifico a todo hombre que se circuncida, que está obligado a guardar toda la ley. De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído. Pues nosotros por el Espíritu aguardamos por fe la esperanza de la justicia; porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor. Gálatas 5:1-6. El problema que vió Pablo era que los Gálatas comenzaron a poner otras cosas antes de la fe en Cristo, y comenzaron a poner ciertas cosas de la Ley como condiciones para poder obtener la salvación. O sea, si una persona llegaba a la fe en Cristo, ellos decían que también se tenían que circuncidar (si eran hombres, por supuesto), para poder genuinamente obtener la salvación. Ese era el problema. Pero hay que aclarar, que la manera en que obtenemos la salvación y lo que debemos hacer después y a raíz de esa decisión, son dos cosas totalmente distintas, pero interdependientes.

Esto es lo que tenemos que entender, lo que el propio Señor dijo: No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido. De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos. Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. Mateo 5:17-20. El Señor bajo ningún punto venía a abrogar la Ley lo cual consiste en lo que mando Dios en el Antiguo Testamento, así que, no se puede descontar esa parte de Biblia como muchos desean. El vino a cumplir la Ley en la manera de que, El iba a ser el sacrificio divino que terminaría con todos los otros sacrificios de antes. El iba a abrir completamente para todos el camino hacia Dios a través de Su persona, y ya no eran necesarias muchas de las cosas que se practicaban antes de lo que Dios enseñó, como anuncio de lo que vendría después. Dios no se equivocó, sino que Dios desarrollo las cosas como tenían que ser a través del trascurrir del tiempo. Pero si leemos bien lo que dijo el Señor, sí tenemos que cumplir los mandamientos de Dios, si deseamos entrar en el reino de los cielos (léanlo bien). Así que, las cosas no son tan sencillas.  

El camino a la salvación de Dios también consta de acciones o de obras, en el sentido de que tenemos que hacer ciertas cosas para poder obtener la salvación, lo cual consiste de aferrarse de lo que Dios mismo ha hecho, porque la realidad es, que todo consiste de alguna obra o acción. El que diga lo contrario ni entiende lo que Dios ha establecido, ni la realidad, y ni aún menos, el plan de Dios. Para poder ser salvo, primero tenemos que arrepentirnos y convertirnos de todos nuestros pecados (esto requiere acción). Y lo segundo, tenemos que realmente hacer a Jesús el Señor de nuestra vida (lo cual implica muchas acciones). Y esto es solo el comienzo, lo que hace posible el nacer de nuevo. Pero después de ese comienzo, tiene que haber un proseguir, y ahí es donde entra el cumplir los mandamientos (no la circuncisión, porque eso era necesario antes para que uno pudiera ser visto como parte del pueblo de Dios. La circuncisión era una señal – Genesis 17). Cuando una persona le ha entregado su vida al Señor, no necesita una señal para poder ser visto como parte del pueblo de Dios. Pero sí, es necesario el seguir a Cristo, porque por nuestros frutos nos conocerán. No se puede parar al llegar a la salvación, sino uno tiene que seguir el Camino, vivir la vida a la cual Dios nos llamó.

Entonces, ¿Cuáles son los mandamientos principales los que Dios desea que cumplamos, después de venir a El, como señal de que si le pertenecemos? Jesús le respondió: El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es. Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos. Marcos 12:29-31. Y estos dos solo se pueden cumplir por las buenas obras, así que, el vivir la fe en Cristo consta de hacer aquellas cosas para las cuales Dios nos ha llamado. Dios nos llama a amarle, y a amar a nuestro prójimo, y el amor se demuestra de una manera muy práctica y evidente. ¿Cómo sabemos que Jesús ama a Su Padre? Le obedeció, y de tal manera que hasta llego a morir en una cruz, lo cual hizo por amor a Dios y por amor a Su prójimo. Jesús cumplió la Ley perfectamente, y Sus méritos lo proclaman por toda la eternidad. Y como Cristo es nuestro ejemplo, si deseamos ser hallados dignos delante de Dios, Dios nos tiene que ver a través de Cristo y semejantes a Cristo, deshaciéndonos de las obras de la carne. A eso nos ha llamado Dios. Entonces, ¿Estás haciendo lo que Dios te ha llamado a hacer? ¡Qué el Señor les bendiga! John

Comment

Comment

Cuando las personas desestiman a Dios - Proverbios 1:20-33

Ignoring+God.jpg

Basado en Proverbios 1:20-33 (Versión Reina Valera 1960)

La sabiduría clama en las calles, alza su voz en las plazas; clama en los principales lugares de reunión; en las entradas de las puertas de la ciudad dice sus razones. ¿Hasta cuándo, oh simples, amaréis la simpleza, y los burladores desearán el burlar, y los insensatos aborrecerán la ciencia? Volveos a mi reprensión; he aquí yo derramaré mi espíritu sobre vosotros, y os haré saber mis palabras. Por cuanto llamé, y no quisisteis oír, extendí mi mano, y no hubo quien atendiese, sino que desechasteis todo consejo mío y mi reprensión no quisisteis, también yo me reiré en vuestra calamidad, y me burlaré cuando os viniere lo que teméis; cuando viniere como una destrucción lo que teméis, y vuestra calamidad llegare como un torbellino; cuando sobre vosotros viniere tribulación y angustia. Entonces me llamarán, y no responderé; me buscarán de mañana, y no me hallarán. Por cuanto aborrecieron la sabiduría, y no escogieron el temor de Jehová, ni quisieron mi consejo, y menospreciaron toda reprensión mía, comerán del fruto de su camino, y serán hastiados de sus propios consejos. Porque el desvío de los ignorantes los matará, y la prosperidad de los necios los echará a perder; mas el que me oyere, habitará confiadamente y vivirá tranquilo, sin temor del mal.

Con todo lo que está pasando, ¿estámos entendiendo lo que sucede cuando una sociedad que sí sabe de Dios y sabe lo que El ha hecho por ellos deciden desestimarlo e ignorarlo? ¿Quedará impune el pecado del hombre cuando decide tratar de abolir a Dios y a Su Verdad, a Su Palabra? Creo que es imposible, tal como lo estamos viendo. Muchos dirán, e inclusive, llamados creyentes, que Dios es amor y que es imposible creer que un Dios de amor permita tales cosas. Pero, el asunto es: que Dios si es amor, y que es lento para la ira y grande en misericordia, pero eso no hace que El niegue lo demás que El es también como: digno, soberano, santo, y Todopoderoso, y que más tarde o más temprano, o por tratar de seguir llamando al hombre al arrepentimiento o por castigo, El va a seguir permitiendo cosas que van a demostrar la futilidad del hombre, de que somos seres limitados, y que absolutamente nada bueno sucederá mientras se siga aborreciendo a Dios y Su conocimiento. La realidad del asunto es que mientras más se rebela la sociedad en contra de Dios, más mal vendrá, y más necio y avergonzado quedará el hombre enfrente de si mismo al ver sus fracasos y sus desvaríos.

Esto es lo que enseña la Palabra de Dios: Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad; porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles. Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos, ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén. Romanos 1:18-25. Toda persona debe darse cuenta de qué, sí existe Dios por todo lo que se ve en este mundo, y hasta la ciencia en su estado puro (no en las aberraciones que han fabricado para contradecir la existencia de Dios) demuestra la grandeza de este Dios creador. Pero, leímos que, cuando el hombre decide no glorificar a Dios, ni le da gracias, sino que se envanecen en sus razonamientos, nada bueno sucede después de eso. Y si no se arrepiente, el hombre seguirá su trayectoria hacia el abismo, y llegara a ese punto donde no hay más oportunidad, donde toda persona comparecerá ante el trono de Dios, independiente de lo quieran creer, porque finalmente, a la realidad no le importa la opinión del ser humano. Dios es Dios, lo quiera creer el hombre o no, y no hay nada que lo cambie, ni sus leyes, ni sus abominaciones, ni su llamada ciencia y tecnología, ni nada de lo que exista, ni por mucho que el mismo Satanás trate, Dios es Dios y Jesús es el Rey de reyes, y Señor de señores, y lo serán por los siglos de los siglos, Amén.

Aquí nos habla aún más la Palabra de Dios, como está escrito: Oíd palabra de Jehová, hijos de Israel, porque Jehová contiende con los moradores de la tierra; porque no hay verdad, ni misericordia, ni conocimiento de Dios en la tierra. Perjurar, mentir, matar, hurtar y adulterar prevalecen, y homicidio tras homicidio se suceden. Por lo cual se enlutará la tierra, y se extenuará todo morador de ella, con las bestias del campo y las aves del cielo; y aun los peces del mar morirán. Ciertamente hombre no contienda ni reprenda a hombre, porque tu pueblo es como los que resisten al sacerdote. Caerás por tanto en el día, y caerá también contigo el profeta de noche; y a tu madre destruiré. Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento. Por cuanto desechaste el conocimiento, yo te echaré del sacerdocio; y porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos. Conforme a su grandeza, así pecaron contra mí; también yo cambiaré su honra en afrenta. Del pecado de mi pueblo comen, y en su maldad levantan su alma. Y será el pueblo como el sacerdote; le castigaré por su conducta, y le pagaré conforme a sus obras. Comerán, pero no se saciarán; fornicarán, mas no se multiplicarán, porque dejaron de servir a Jehová. Oseas 4:1-10. Cuando los que conocen la Verdad desechan el conocimiento de Dios, nada bueno sucederá. Finalmente, el hombre recibirá solo la recompensa a lo que decide aferrarse. Si una persona decide aferrarse al dinero o a los bienes, ¿estos podrán darle la vida eterna? ¿Podrá el adulterio, la fornicación, o el desvío sexual darle la inmortalidad al ser humano? ¿Podrá la fama o el poder abrirles las puertas hacia el cielo de Dios? ¿Podrá la ciencia y la tecnología hacerle posible la eternidad a una persona? ¿Podrá otro ser humano darle la inmortalidad a otro semejante? No. Entonces, ¿vale la pena cambiar el conocimiento del Altísimo por cosas temporales como estás?   

Este es asunto de lo que vimos hoy: Porque el desvío de los ignorantes los matará, y la prosperidad de los necios los echará a perder; mas el que me oyere, habitará confiadamente y vivirá tranquilo, sin temor del mal. El único que tiene palabras de vida eterna es el Señor, tal como lo confeso el Apóstol Pedro. Y si buscamos vivir en la sabiduría del Altísimo, pase lo que pase, podremos habitar en El confiadamente y vivir tranquilos, sabiendo que nuestras almas están seguras en las manos de Aquel que vive por los siglos de los siglos. Podrás tener algo de satisfacción y deleite humano por un poco de tiempo, si decides por las cosas que van en contra de Dios, pero un día, tu fin llegará, y después de eso ¿Qué pasará contigo? Pero, solamente el amar al Señor, y seguirle fielmente es lo que nos garantiza la vida eterna y las recompensas que solo están en El. Así que, ¿Eres de los que desestiman al Señor, o de los que buscan vivir Su conocimiento para vida eterna? ¡Qué el Señor les bendiga! John

Comment

Comment

Buscando los propósitos de Dios - Hechos 27:39-28:10

web3-saint-paul-shipwrecked.jpg

Basado en Hechos 27:39-28:10 (Versión Reina Valera 1960)

Cuando se hizo de día, no reconocían la tierra, pero veían una ensenada que tenía playa, en la cual acordaron varar, si pudiesen, la nave. Cortando, pues, las anclas, las dejaron en el mar, largando también las amarras del timón; e izada al viento la vela de proa, enfilaron hacia la playa. Pero dando en un lugar de dos aguas, hicieron encallar la nave; y la proa, hincada, quedó inmóvil, y la popa se abría con la violencia del mar. Entonces los soldados acordaron matar a los presos, para que ninguno se fugase nadando. Pero el centurión, queriendo salvar a Pablo, les impidió este intento, y mandó que los que pudiesen nadar se echasen los primeros, y saliesen a tierra; y los demás, parte en tablas, parte en cosas de la nave. Y así aconteció que todos se salvaron saliendo a tierra. Estando ya a salvo, supimos que la isla se llamaba Malta. Y los naturales nos trataron con no poca humanidad; porque encendiendo un fuego, nos recibieron a todos, a causa de la lluvia que caía, y del frío. Entonces, habiendo recogido Pablo algunas ramas secas, las echó al fuego; y una víbora, huyendo del calor, se le prendió en la mano. Cuando los naturales vieron la víbora colgando de su mano, se decían unos a otros: Ciertamente este hombre es homicida, a quien, escapado del mar, la justicia no deja vivir. Pero él, sacudiendo la víbora en el fuego, ningún daño padeció. Ellos estaban esperando que él se hinchase, o cayese muerto de repente; mas habiendo esperado mucho, y viendo que ningún mal le venía, cambiaron de parecer y dijeron que era un dios. En aquellos lugares había propiedades del hombre principal de la isla, llamado Publio, quien nos recibió y hospedó solícitamente tres días. Y aconteció que el padre de Publio estaba en cama, enfermo de fiebre y de disentería; y entró Pablo a verle, y después de haber orado, le impuso las manos, y le sanó. Hecho esto, también los otros que en la isla tenían enfermedades, venían, y eran sanados; los cuales también nos honraron con muchas atenciones; y cuando zarpamos, nos cargaron de las cosas necesarias.

Si una persona se guiara por la idea de que todo en el Señor tiene que salir bien (humanamente hablando), dirían que este viaje de Pablo fue un fracaso, y no solamente eso, sino que dirían que la vida y el ministerio de Pablo también no fue bendecido por Dios, porque Pablo no tuvo una vida victoriosa (humanamente hablando), porque murió pobre, casi solo, encarcelado, y finalmente, decapitado por su fe en Dios. Si eso no es un fracaso humano, no sabría entonces que decir. Pablo no tuvo ni una mansión, ni propiedades, ni riquezas, ni una familia con muchos hijos, ni un templo con una grande membresía. Pero sabemos que Pablo, para la gloria de Dios, fue él que más se asemejo al propio Señor de todos los apóstoles. De la misma manera, si nos guiáramos por ese tal evangelio erróneo, pensaríamos que hasta el propio Señor fracasó, y eso es imposible. Pero sí sabemos que todos los que deciden escuchar y seguir tales mentiras y doctrinas satánicas recibirán su recompensa al final, y no será el cielo, sino se arrepienten de sus malos caminos. El Señor juzgará. No obstante, ni este episodio en la vida de Pablo, ni aún menos, su ministerio fue un error o un fracaso, porque Pablo tenía algo muy clave para todo que, sí debiera estar muy claro en nosotros también, que Pablo hizo y vivió todo lo que vivió por amor a Cristo, y eso es lo que hace toda la diferencia en este mundo y en la eternidad.

Unos de los pasajes más malentendidos en la Palabra donde muchos se aferran erróneamente a él con el pensamiento que todo saldrá bien (humanamente hablando), es este: Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. Romanos 8:28. Cuando seguimos al Señor, sí es verdad que todo nos ayudará para bien, lo bueno y lo que luce ser no tan bueno ni agradable, pero para que eso suceda, hay un pequeño detalle que tiene que estar, recordándonos que todo en el Señor es condicional. Todas las cosas les ayudan a bien, a los que aman a Dios. Ese es el gran detalle que tiene que estar. Si uno realmente ama a Dios, entonces todo lo ayudará para bien. Pero si no se ama a Dios, ¿ayudará todo para bien? Y la respuesta es: Absolutamente no. Es necesario cumplir con la condición, de qué se tiene que amar a Dios. Dios tiene un propósito para cada uno de nosotros, y nos ha llamado a través de Cristo para que podamos ser parte de ese propósito eterno, pero si no se le ama, podrá haber mucho propósito, podrán pasar muchas cosas, pero la verdad es que nada será para bien si no se ama a Dios. Es tan sencillo como eso. Lo que pase sencillamente pasará y no habrá más nada si no se ama a Dios. No habrá propósito, ni menos bien que salga de eso, sin importar lo que decidamos pensar. Por lo tanto, es necesario amar a Dios.

Ahora bien, ¿de que consta amar a Dios? La Biblia nos ensena que hay que amarle de la siguiente manera como está escrito: Jesús le respondió: El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es. Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento. Marcos 12:29-30. Sé que muchos dirían: Tu mencionas mucho este pasaje. Y yo diría: Por supuesto, porque es el todo del hombre. Si no se hace esto, todo lo demás no sirve, no tiene valor. Puedes tratar de amar a tu prójimo, tratar de cumplir los diez mandamientos, en fin, hacer muchas distintas cosas como hasta predicar, sanar enfermos, echar fuera demonios, etc., pero si no amas a Dios de esta manera, no hay nada de valor, y te vas a perder. Esto es lo que está escrito: No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad. Matthew 7:21-23. Entonces, ¿Cuál es la voluntad del Padre? Amarle a El por sobre todas las cosas es lo principal, y después todo lo demás. Esto es el todo del hombre.  

Muchos pueden que estén diciendo: Si soy sincero, no creo que yo ame a Dios de esa manera. Y bueno, la respuesta a eso es: si realmente quieres llegar al Señor como corresponde, comienza a aprender a hacerlo. Nadie es perfecto, pero la Biblia nos insta a todos a aprender, a seguir a Dios, y por supuesto, a llegar a amarle con todo lo que somos, y sobre todas las cosas. De esto se trata la santificación, no necesariamente de moral o de hacer cosas buenas, sino de despojarnos a través del Espíritu Santo y la Palabra del pecado que nos asedia, y de seguir a Cristo. Eso fue lo que hicieron los apóstoles, los discípulos, y lo que también debemos hacer nosotros. Esto es lo que dice la Palabra: Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis. Gálatas 5:16-17. El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí; y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí. Mateo 10:37-38. Esto era lo que Pablo tenía presente, y eso era lo que lo ayudaba a buscar los propósitos de Dios, a pesar de cualquier circunstancia, y finalmente, amar a Dios en cada cosa que él hacía o pasaba, y esto es lo que debemos aprender, si deseamos llegar a la meta, llegar a la recompensa que Dios tiene para aquellos que le aman y le siguen. Entonces, ¿buscás cumplir los propósitos de Dios, o sigues buscando hacer tu voluntad? ¡Qué el Señor les bendiga! John

Comment

Comment

Las últimas palabras - 2 Samuel 23:1-7

David.jpg

Basado en 2 Samuel 23:1-7 (Versión Reina Valera 1960)

Estas son las palabras postreras de David. Dijo David hijo de Isaí, dijo aquel varón que fue levantado en alto, el ungido del Dios de Jacob, el dulce cantor de Israel: El Espíritu de Jehová ha hablado por mí, y su palabra ha estado en mi lengua. El Dios de Israel ha dicho, me habló la Roca de Israel: Habrá un justo que gobierne entre los hombres, que gobierne en el temor de Dios. Será como la luz de la mañana, como el resplandor del sol en una mañana sin nubes, como la lluvia que hace brotar la hierba de la tierra. No es así mi casa para con Dios; sin embargo, él ha hecho conmigo pacto perpetuo, ordenado en todas las cosas, y será guardado, aunque todavía no haga él florecer toda mi salvación y mi deseo. Mas los impíos serán todos ellos como espinos arrancados, los cuales nadie toma con la mano; sino que el que quiere tocarlos se arma de hierro y de asta de lanza, y son del todo quemados en su lugar.

En este pasaje, leemos lo que se dicen ser las últimas palabras del rey David. Si entendemos lo que leímos, comienza primero este pasaje hablando de quien fue este David, y de cuál fue su testimonio. Y vemos también que este David hablo acerca de lo que Dios había hecho en su vida, pero también hablo de la promesa del Mesías, y de cómo sería este gran Ser que vendría de Dios. Y claro, no hay otro que pueda llenar esta descripción más que el Señor Jesús, cuya profecía fue cumplida aproximadamente 550 años después que se completó este libro de Samuel. Y también vemos lo que él dice acerca de los impíos, de aquellos que aborrecen a Dios. Pero, en todo esto, medito un poco: ¿Cuáles serían mis últimas palabras antes de partir de este mundo?

Al comenzar a meditar en este asunto, Dios me trajo al recuerdo a cuatro personas: a mi padre, a mi primer pastor, a Pablo, y al Señor. El primero sería recordar las últimas palabras de mi padre que traen tanto, un gran alivio en el Señor y un grato cierre temporal (porque le veré en la eternidad por su fe en Dios). Poco antes de su partida, recuerdo que el pidió perdón, y de una manera muy profunda, porque pude ver lo que decía con sus ojos. Pude entender que no solamente lo hacía por cualquier cosa que él haya hecho equivocadamente, sino que lo hizo con la fe y la convicción que Dios estaba presente entre nosotros, lo cual me dió la bendición que hasta el último momento, mi padre quiso estar seguro de que él estuviera bien con el Señor. Y claro, poco antes de perder sus facultades, tuve la bendición de Dios de preguntarle a mi padre si él sabía que le amaba mucho, y me dijo: Sí, lo sé. Esas dos cosas me han dejado buenos recuerdos, a pesar de su partida, porque tengo la certeza que dejó las cosas bien con el Señor y que él sabía que le amaba. Son grandes bendiciones que les debo al Altísimo.

El segundo seria mi primer pastor. El recuerdo que quedo de él antes de su partida fue cuando estaba por graduarme de la universidad. El hubiera querido estar en mi graduación, pero no pudo porque ya estaba en sus últimos momentos. Pero, si me dejo algo más grande que si hubiera estado en mi graduación, y eso fue cuando le vi por última vez aquí (porque él es otra persona que también veré en la eternidad). Recuerdo que cuando mi madre y yo estábamos al lado de su cama porque ya estaba inmóvil, él hizo algo que ha quedado conmigo hasta el día de hoy, y seguirá por siempre. A pesar de su estado ya agónico, recuerdo que él pidió que quería orar por mí. Tengo que decir que, por gracia de Dios, ha habido personas que han orado por mí, pero nunca sentí algo tan profundo como lo que hizo este hombre por mí, que a él le importo más orar por mí que preocuparse por su estado. Eso era lo que tenía más presente. Siempre recordaré su oración porque Dios la uso para producir un gran cambio en mi vida, un evento que cambio el curso de mi vida en ese momento. Estos son maravillosas bendiciones que le debo al Todopoderoso, porque pude ver un gran testimonio de Dios en la vida de este ser, un hombre que, a pesar de sus grandes desafíos personales, sirvió fielmente al Señor hasta su ultimo respiro.

El tercer recuerdo sería el Apóstol Pablo, el cual Dios ha usado grandemente en mi vida. Todo lo que está en la Biblia es sagrado, santo, y bendito, pero Dios ha usado mucho la vida y lo escrito por el Apóstol Pablo en mi vida. El es otro que tratare de encontrar inmediatamente después de ver a mi Señor cara a cara. El Señor trajo a mi memoria las últimas palabras que el apóstol le escribió a su amado Timoteo, cuando dijo: Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina. Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas. Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio. Porque yo ya estoy para ser sacrificado, y el tiempo de mi partida está cercano. He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida. 2 Timoteo 4:1-8. No creo que se pueda decir mucho más, y Dios lo ha usado grandemente en mi vida, aún después de siglos de su partida.

Y claro, ésta el ultimo, pero el más importante de todos, las últimas palabras del Señor mismo. Antes de ascender a los cielos después de Su resurrección, esto se escribió del Señor: Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén. Mateo 28:18-20. La resurrección y la ascensión del Señor fue el comienzo de un gran plan, de un nuevo pacto, donde sigue vigente hasta el día de hoy, el cual el propio Señor me ha encomendado, y lo he hecho por años, y mi esperanza es poder seguir haciéndolo hasta que el Señor venga por mí, sea que termine mi existencia carnal por virtud de ser un insignificante mortal, o porque un día el propio Señor me lleve junto a Su iglesia universal donde le veremos en las nubes con gran gloria y potestad. ¿Qué puedo decir del Señor en mi vida? El es el todo de mi existencia, mi principio y mi fin, y por Su gracia, mi eternidad, porque Dios tiene grandes cosas para nosotros, las cuales no tenemos ni idea, pero serán tan grandes como El porque serán de El, para los que le amamos y le seguimos fielmente hasta el fin de nuestros días.

Ahora bien, esto me trae a lo que yo diría, cuando llegue mi momento. La realidad es que nunca sabemos cuándo será nuestro final, así que lo diría ahora mismo, por si acaso: Dios ha dicho: …porque yo honraré a los que me honran… y: Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón. Deuteronomio 6:4-6. Ama y honra al Señor por sobre todas las cosas porque para esto fue creado el hombre. Entonces, ¿Cuáles serían tus últimas palabras? ¡Qué el Señor les bendiga! John

Comment

1 Comment

Siguiendo a Jesús - Lucas 18:18-30

Following Jesus.jpg

Basado en Lucas 18:18-30 (Versión Reina Valera 1960)

Un hombre principal le preguntó, diciendo: Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna? Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino sólo Dios. Los mandamientos sabes: No adulterarás; no matarás; no hurtarás; no dirás falso testimonio; honra a tu padre y a tu madre. Él dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud. Jesús, oyendo esto, le dijo: Aún te falta una cosa: vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme. Entonces él, oyendo esto, se puso muy triste, porque era muy rico. Al ver Jesús que se había entristecido mucho, dijo: ¡Cuán difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas! Porque es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios. Y los que oyeron esto dijeron: ¿Quién, pues, podrá ser salvo? Él les dijo: Lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios. Entonces Pedro dijo: He aquí, nosotros hemos dejado nuestras posesiones y te hemos seguido. Y él les dijo: De cierto os digo, que no hay nadie que haya dejado casa, o padres, o hermanos, o mujer, o hijos, por el reino de Dios, que no haya de recibir mucho más en este tiempo, y en el siglo venidero la vida eterna.

Uno de los malentendidos mas grandes que hay dentro del cristianismo es la salvación, y creo que se malentiende porque muchas personas tienen problemas fundamentales con lo principal. Muchos predican y enseñan que la salvación consta solamente de tener fe en Dios. Otros que van más allá enseñan que hay que tener fe en Jesús y hacer buenas obras: como guardar los mandamientos y hacerle el bien a sus semejantes. Y, los que se acercan aún más a lo necesario predican que el arrepentirse de los pecados y creer en Cristo como Salvador es el camino a la salvación. Pero el asunto es qué, si entendemos bien este pasaje, la salvación o el heredar la vida eterna consta de algo aún mucho mas profundo, que no hace tan fácil el asunto. O sea, es sencillo entenderlo, porque hasta un niño lo puede entender, pero el lograr tomar la decisión para poder heredar la vida eterna, eso es lo difícil, tan difícil que el propio Señor dijo: es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja…

Para poder entender más claro el asunto, es necesario ver el complemento de esto con otras Escrituras. Esto es lo que dice: Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Romanos 10:9. El gran detalle que falta, en lo que se enseña, o hasta en lo que se práctica es el asunto de que Jesús tiene que ser el Señor. O sea, cuando una persona acepta a Jesús como el Señor de su vida, va más allá de reconocerlo como Salvador. Por supuesto que Dios nos hizo el mas grande servicio que cualquiera pudiera hacerle a la humanidad, de proveernos un Salvador, pero sencillamente aceptando tal servicio de Dios, no produce lo que es necesario para que una persona llegue a la salvación que tanto necesita. La palabra “Señor” implica muchas cosas, como dueño, como amo, como el darle la prioridad a El en todo, como que ya no nos pertenecemos. Esa es la implicación de hacer a Jesús el Señor de nuestras vidas. La Biblia va aún más profundo: Porque el que en el Señor fue llamado siendo esclavo, liberto es del Señor; asimismo el que fue llamado siendo libre, esclavo es de Cristo. Por precio fuisteis comprados; no os hagáis esclavos de los hombres. 1 Corintios 7:22-23. Al someternos a alguien u a otra cosa que no sea Cristo, significa que esa persona o cosa viene a ser nuestro señor, y en eso entra nuestra propia persona, cuando una persona insiste seguir siendo su propio señor. La gran mayoría de las personas quieren seguir cumpliendo su voluntad, y piensan que Dios esta para eso.   

El asunto se sigue profundizando cuando hacen cosas que llegan muy cerca a la verdad, pero, todavía no se hace lo necesario. Esto es lo que dice la Palabra, lo cual muchos creyentes confunden: Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy. Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve. 1 Corintios 13:1-3. ¿De qué amor se esta hablando aquí? ¿De un sentimiento bonito, que lo hace a uno flotar en el aire, o sentir maripositas en el estómago, que se puede sentir por otra persona? Rotundamente no, y digo “rotundamente” porque se humanizan las cosas de Dios, y se convierten en cosas inferiores, para poder seguir el desvió que el propio Satanás desea llevar a cabo. De este amor es el que se habla en este pasaje: Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón. Deuteronomio 6:4-6. Se pueden llegar a hacer muchas cosas que se ven como lo verdadero, pero por las razones equivocadas, comenzando con el sencillo hecho de que una persona las hace por su voluntad y no porque las hace por amor al Señor.  

Este es el punto principal, tal como lo dijo el Señor, que hay que seguir a Cristo, y de una manera muy práctica y literalmente. Los discípulos hicieron tal como lo confirmo el Señor, que, si dejaron todo y le siguieron, pero aun ellos mismos no llegaron a la meta hasta que entendieron e hicieron lo necesario, de perder aun hasta la vida por El. Porque recuerden, los discípulos sí abandonaron al Señor, y en Su peor momento. Claro, se tenia que cumplir lo que se había dicho, pero también, revelo la condición de sus corazones, que todavía no estaban listos para darlo todo por el Señor. Si dejaron bienes, familias, etc. y le siguieron mientras estaba El en la tierra, pero salieron corriendo cuando llego el asunto de dar la vida por El. Esto dice la Palabra: Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará. Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma? Matthew 16:24-26. El asunto es que hay que seguir al Señor, por donde sea que El nos lleve. Tenemos que seguir Su dirección, y no la nuestra, ni aun menos la del mundo y de sus deleites, o la de nuestros seres queridos, o amistades, o de carreras y empleos, etc. Este ejemplo vemos en las Escrituras: Y Jehová iba delante de ellos de día en una columna de nube para guiarlos por el camino, y de noche en una columna de fuego para alumbrarles, a fin de que anduviesen de día y de noche. Nunca se apartó de delante del pueblo la columna de nube de día, ni de noche la columna de fuego. Éxodo 13:21-22. Y también dice: Jehová es mi pastor; nada me faltará. En lugares de delicados pastos me hará descansar; junto a aguas de reposo me pastoreará. Confortará mi alma; me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre. Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento. Salmo 23:1-4. El nos puede guiar hasta andar en valles de sombra de muerte, y el llegar hasta dar la vida por El, pero, de eso se trata, de seguir al Señor sea por donde sea, pase lo que pase, con el sencillo deseo de estar con El. De eso se trata el amarle como corresponde. No quiere decir que no puedes amar a nadie o a nada más, sino que tenemos que amarle a El sobre todas las cosas, y que hagamos lo hagamos, sea por El. Así que, ¿Estás siguiendo al Señor por amor, para poder heredar la vida eterna? ¡Qué el Señor les bendiga! John

1 Comment

Comment

La restauración de Dios a través de Jesucristo - Isaías 62

cross and heaven.jpeg

Basado en Isaías 62 (Versión Reina Valera 1960)

Por amor de Sion no callaré, y por amor de Jerusalén no descansaré, hasta que salga como resplandor su justicia, y su salvación se encienda como una antorcha. Entonces verán las gentes tu justicia, y todos los reyes tu gloria; y te será puesto un nombre nuevo, que la boca de Jehová nombrará. Y serás corona de gloria en la mano de Jehová, y diadema de reino en la mano del Dios tuyo. Nunca más te llamarán Desamparada, ni tu tierra se dirá más Desolada; sino que serás llamada Hefzi-bá, y tu tierra, Beula; porque el amor de Jehová estará en ti, y tu tierra será desposada. Pues como el joven se desposa con la virgen, se desposarán contigo tus hijos; y como el gozo del esposo con la esposa, así se gozará contigo el Dios tuyo. Sobre tus muros, oh Jerusalén, he puesto guardas; todo el día y toda la noche no callarán jamás. Los que os acordáis de Jehová, no reposéis, ni le deis tregua, hasta que restablezca a Jerusalén, y la ponga por alabanza en la tierra. Juró Jehová por su mano derecha, y por su poderoso brazo: Que jamás daré tu trigo por comida a tus enemigos, ni beberán los extraños el vino que es fruto de tu trabajo; sino que los que lo cosechan lo comerán, y alabarán a Jehová; y los que lo vendimian, lo beberán en los atrios de mi santuario. Pasad, pasad por las puertas; barred el camino al pueblo; allanad, allanad la calzada, quitad las piedras, alzad pendón a los pueblos. He aquí que Jehová hizo oír hasta lo último de la tierra: Decid a la hija de Sion: He aquí viene tu Salvador; he aquí su recompensa con él, y delante de él su obra. Y les llamarán Pueblo Santo, Redimidos de Jehová; y a ti te llamarán Ciudad Deseada, no desamparada.

Dios verdaderamente ama a Su pueblo. No hay ninguna duda en eso, y El promete hacer grandes cosas con él. No hay duda en eso tampoco, y ese siempre ha sido Su plan, Su deseo. No es necesariamente la voluntad de Dios castigar al impío, pero también, el castigo tiene que venir porque El no solamente es Dios de amor, sino también, es Dios Santo. El es ambas cosas, porque de otra manera, no sería perfecto, e indudablemente Dios es perfecto. Y si una persona piensa lo opuesto, entonces no tiene ninguna esperanza. No se puede obtener nada de Dios si no existe el concepto de que Dios es perfecto, porque lo principal, reposa sobre la persona de Dios. Para poder entender esto mejor, es necesario ahondar un poco más, porque precisamente sobre la persona de Dios es que reposa esta bella esperanza y promesa que tenemos en El.

Lo primero que hay que entender es a la persona de Dios. Dios es Dios. Siempre ha existido. No hay nadie antes que El, y no habrá nadie más grande después de El. El siempre es, tal como se lo reveló a Moises, como esta escrito: Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros. Éxodo 3:14. Y nada ha cambiado desde aquel entonces, porque también está escrito: Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos. Hebreos 13:8. Ahora, uno puede preguntar: ¿Jesucristo es Dios? Y la respuesta es: Sí. El es el mismo Señor que existió antes, el que estuvo con Abraham, con Isaac, con Jacob, y aún con este Moises. Jesús es el YO SOY. Vemos lo siguiente en la Palabra: En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. Juan 1:1-3. Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno. 1 Juan 5:7. Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten. Colosenses 1:16-17. Y aquí es donde vemos cuando El se menciona como el YO SOY y lo que sucedió cuando lo hizo: Le respondieron: A Jesús nazareno. Jesús les dijo: Yo soy. Y estaba también con ellos Judas, el que le entregaba. Cuando les dijo: Yo soy, retrocedieron, y cayeron a tierra. Juan 18:5-6. Entonces, ya que Jesús es Dios, y por lo tanto es el mismo que fue de antes, el que dió esta promesa a través de Isaías, como el Grande, Temible, y Todopoderoso Dios, entonces podemos establecer que se puede contar con Alguien que sí puede cumplir tal promesa. Ya que Dios es Dios, El puede asegurarnos de que todo esto puede suceder, de lo que depende de El. El tiene el poder y la manera de lograr cualquier cosa que El promete.

Ahora bien, ¿absolutamente todo depende de Dios? A lo que se refiere de establecer los parámetros para que suceda, por supuesto. Tal como hizo con la creación, es El que establece los parámetros para todo. Pero, el asunto es que dentro de los parámetros que El estableció, hay un lugar para la decisión del hombre, y eso El escoge no controlar del todo porque El ha establecido que el hombre escoja su propio camino. Y aquí es donde entra el famoso libre albedrio. Algunos toman la perfección de Dios como algo que da lugar para que el hombre no tenga responsabilidad por sus acciones, y que finalmente Dios resuelve todo, aún las rebeldías del hombre, y eso no trabaja de esa manera. Desde el momento que Dios inserta la palabra “amor” en lo que se relaciona entre El y nosotros, como el amarlo con todo nuestro ser, ya ha dado lugar a la decisión, porque ni siquiera Dios fuerza el amor. Ese es el todo del asunto. Dios permitió que el pecado existiera para que pudiera haber la opción de seguirle o no, para poder comprobar si una persona en realidad le ama a El o no. Vemos esto por ejemplo en dos partes de la Palabra: Porque muy cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón, para que la cumplas. Mira, yo he puesto delante de ti hoy la vida y el bien, la muerte y el mal; porque yo te mando hoy que ames a Jehová tu Dios, que andes en sus caminos, y guardes sus mandamientos, sus estatutos y sus decretos, para que vivas y seas multiplicado, y Jehová tu Dios te bendiga en la tierra a la cual entras para tomar posesión de ella. Deuteronomio 30:14-16. Y también: El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él. Juan 3:36. Aquí es claro el asunto en ambos pasajes que existe una elección, un libre albedrio. El amor significa decisión y elección, y el hombre tiene la capacidad para escoger, una de las semejanzas mas grandes que tenemos con el Altísimo, como seres creados.  

Entonces, ¿Cómo se puede alcanzar la promesa que Dios nos dá en Isaías? Es necesario cumplir con nuestra parte, con lo que Dios ha establecido que le corresponde al hombre hacer para poder obtener lo que Dios ofrece. La Biblia nos da este consejo de parte de Dios: Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio. Hechos 3:19. Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. 1 Juan 1:9. Nada divino y eterno se puede obtener con pecado: Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro. Romanos 6:23. No importa cuál sea nuestra condición y los pecados que hallamos cometido, si nos arrepentimos con todo el corazón, y nos volvemos totalmente a Dios, hay perdón, redención, y promesas que se pueden encontrar a través de Cristo. El Señor es el que lo hace todo posible, si nos convertimos a El y le amamos, tal como nos dice Su Palabra que debemos hacer, por nuestro propio bien. Así que, ¿has hecho tu parte para poder experimentar en tu propia vida la restauración de Dios a través de Jesucristo? ¡Qué el Señor les bendiga! John

Comment

Comment

El castigo y la restauración de Dios - Esdras 6:11-22

restoration punishment.jpg

Basado en Esdras 6:11-22 (Versión Reina Valera 1960)

También por mí es dada orden, que cualquiera que altere este decreto, se le arranque un madero de su casa, y alzado, sea colgado en él, y su casa sea hecha muladar por esto. Y el Dios que hizo habitar allí su nombre, destruya a todo rey y pueblo que pusiere su mano para cambiar o destruir esa casa de Dios, la cual está en Jerusalén. Yo Darío he dado el decreto; sea cumplido prontamente. Entonces Tatnai gobernador del otro lado del río, y Setar-boznai y sus compañeros, hicieron puntualmente según el rey Darío había ordenado. Y los ancianos de los judíos edificaban y prosperaban, conforme a la profecía del profeta Hageo y de Zacarías hijo de Iddo. Edificaron, pues, y terminaron, por orden del Dios de Israel, y por mandato de Ciro, de Darío, y de Artajerjes rey de Persia. Esta casa fue terminada el tercer día del mes de Adar, que era el sexto año del reinado del rey Darío. Entonces los hijos de Israel, los sacerdotes, los levitas y los demás que habían venido de la cautividad, hicieron la dedicación de esta casa de Dios con gozo. Y ofrecieron en la dedicación de esta casa de Dios cien becerros, doscientos carneros y cuatrocientos corderos; y doce machos cabríos en expiación por todo Israel, conforme al número de las tribus de Israel. Y pusieron a los sacerdotes en sus turnos, y a los levitas en sus clases, para el servicio de Dios en Jerusalén, conforme a lo escrito en el libro de Moisés. También los hijos de la cautividad celebraron la pascua a los catorce días del mes primero. Porque los sacerdotes y los levitas se habían purificado a una; todos estaban limpios, y sacrificaron la pascua por todos los hijos de la cautividad, y por sus hermanos los sacerdotes, y por sí mismos. Comieron los hijos de Israel que habían vuelto del cautiverio, con todos aquellos que se habían apartado de las inmundicias de las gentes de la tierra para buscar a Jehová Dios de Israel. Y celebraron con regocijo la fiesta solemne de los panes sin levadura siete días, por cuanto Jehová los había alegrado, y había vuelto el corazón del rey de Asiria hacia ellos, para fortalecer sus manos en la obra de la casa de Dios, del Dios de Israel.

A muchos creyentes les gusta aferrarse a las promesas de Dios y a los triunfos que se ven en las Escrituras, y sienten que pueden apropiarse a todo eso para sentir que pueden lograr similares resultados en sus vidas. Y sí, de cierta manera, por supuesto, pero claro, mientras cumplan la voluntad de Dios. Todo en la Biblia, desde el Genesis hasta Apocalipsis es condicional, hasta la misma salvación de Dios que se consigue solo por la gracia del Señor (como dice la Palabra: …no por obras…). Pero, solo se consigue la salvación al seguir lo que dicen las Escrituras al respecto, de que tiene que haber un completo arrepentimiento y conversión al Señor, y que tiene que haber un aceptar, confesar, y efectivamente hacer a Jesus el Señor de tu vida para que pueda recibirse tal salvación. Y también, para poder retener esa salvación, se tiene que cumplir esa permanencia en Cristo, que una persona tiene que seguirle y hacer las cosas que Dios manda. Todo en el Señor es condicional.

Para poder ver el panorama entero en lo que respecta a la reedificación del Templo de Dios (lo cual leímos hoy), debemos preguntarnos ¿Por qué fue para empezar que Dios permitió que se destruyese? Esto es lo que la Palabra dice al respecto: Terminó, pues, Salomón la casa de Jehová, y la casa del rey; y todo lo que Salomón se propuso hacer en la casa de Jehová, y en su propia casa, fue prosperado. Y apareció Jehová a Salomón de noche, y le dijo: Yo he oído tu oración, y he elegido para mí este lugar por casa de sacrificio. Si yo cerrare los cielos para que no haya lluvia, y si mandare a la langosta que consuma la tierra, o si enviare pestilencia a mi pueblo; si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra. Ahora estarán abiertos mis ojos y atentos mis oídos a la oración en este lugar; porque ahora he elegido y santificado esta casa, para que esté en ella mi nombre para siempre; y mis ojos y mi corazón estarán ahí para siempre. Y si tú anduvieres delante de mí como anduvo David tu padre, e hicieres todas las cosas que yo te he mandado, y guardares mis estatutos y mis decretos, yo confirmaré el trono de tu reino, como pacté con David tu padre, diciendo: No te faltará varón que gobierne en Israel. Mas si vosotros os volviereis, y dejareis mis estatutos y mandamientos que he puesto delante de vosotros, y fuereis y sirviereis a dioses ajenos, y los adorareis, yo os arrancaré de mi tierra que os he dado; y esta casa que he santificado a mi nombre, yo la arrojaré de mi presencia, y la pondré por burla y escarnio de todos los pueblos. Y esta casa que es tan excelsa, será espanto a todo el que pasare, y dirá: ¿Por qué ha hecho así Jehová a esta tierra y a esta casa? Y se responderá: Por cuanto dejaron a Jehová Dios de sus padres, que los sacó de la tierra de Egipto, y han abrazado a dioses ajenos, y los adoraron y sirvieron; por eso él ha traído todo este mal sobre ellos. 2 Crónicas 7:11-22. El primer templo fue destruido porque Israel peco, y por mucho tiempo delante de Dios. Y Dios, aunque es lento para la ira y grande en misericordia, no pudo soportarlo más, y El mismo permitió que el templo fuere destruido por los gentiles para poder lidiar con todo el pecado que Su pueblo había cometido por tantos años. La Palabra se cumplió exactamente.

El asunto es que, en esta vida, nada va a ser perfecto, y también, en conjunto con esto, tenemos que hacer ciertas aclaraciones. Porque a una persona le vaya mal, no quiere decir necesariamente que este experimentando el castigo de Dios, ni tampoco porque le vaya bien, quiere decir que esta recibiendo recompensas por sus buenas acciones. Solo Dios sabe porque sucede lo que sucede. Lo único que si enseña la Palabra de Dios es que sí tenemos que vivir de una manera que complazca a Dios, porque en base a eso es que vamos a ser juzgados al final. Y, si pasamos malos momentos aquí, que los vivamos porque estábamos cumpliendo con Dios, como está escrito: Mas también si alguna cosa padecéis por causa de la justicia, bienaventurados sois. Por tanto, no os amedrentéis por temor de ellos, ni os conturbéis, sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros; teniendo buena conciencia, para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, sean avergonzados los que calumnian vuestra buena conducta en Cristo. Porque mejor es que padezcáis haciendo el bien, si la voluntad de Dios así lo quiere, que haciendo el mal.1 Pedro 3:14-17. Esto es lo que en realidad todos debemos tener en cuenta siempre, mientras estamos aquí: No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad. Mateo 7:21-23. De lo que más nos debemos preocupar es de hacer la voluntad del Padre, porque el aquí y ahora no va a importar tanto como el juicio venidero de Dios. No nos engañemos. Hay castigo y hay restauración, y todo sucederá tal como Dios dice en Su Palabra. Así que, ¿Cómo se cumplirá la Palabra de Dios en tu vida, para castigo eterno, o para restauración y vida eterna? ¡Qué el Señor les bendiga! John

Comment

Comment

La idolatría y las relaciones dañinas - 1 Reyes 14:21-31

becerro.jpg

Basado en 1 Reyes 14:21-31 (Versión Reina Valera 1960)

Roboam hijo de Salomón reinó en Judá. De cuarenta y un años era Roboam cuando comenzó a reinar, y diecisiete años reinó en Jerusalén, ciudad que Jehová eligió de todas las tribus de Israel, para poner allí su nombre. El nombre de su madre fue Naama, amonita. Y Judá hizo lo malo ante los ojos de Jehová, y le enojaron más que todo lo que sus padres habían hecho en sus pecados que cometieron. Porque ellos también se edificaron lugares altos, estatuas, e imágenes de Asera, en todo collado alto y debajo de todo árbol frondoso. Hubo también sodomitas en la tierra, e hicieron conforme a todas las abominaciones de las naciones que Jehová había echado delante de los hijos de Israel. Al quinto año del rey Roboam subió Sisac rey de Egipto contra Jerusalén, y tomó los tesoros de la casa de Jehová, y los tesoros de la casa real, y lo saqueó todo; también se llevó todos los escudos de oro que Salomón había hecho. Y en lugar de ellos hizo el rey Roboam escudos de bronce, y los dio a los capitanes de los de la guardia, quienes custodiaban la puerta de la casa real. Cuando el rey entraba en la casa de Jehová, los de la guardia los llevaban; y los ponían en la cámara de los de la guardia. Los demás hechos de Roboam, y todo lo que hizo, ¿no está escrito en las crónicas de los reyes de Judá? Y hubo guerra entre Roboam y Jeroboam todos los días. Y durmió Roboam con sus padres, y fue sepultado con sus padres en la ciudad de David. El nombre de su madre fue Naama, amonita. Y reinó en su lugar Abiam su hijo.

¿Qué fue lo que paso con Roboam que no solamente peco él, sino que hasta todo Judá hizo lo malo ante los ojos de Jehová? Su padre Salomón cometió grandes errores antes que él naciese, y esos errores siguieron en él. Esto es lo que dice la misma Palabra acerca de los hechos de Salomón, padre de Roboam: Pero el rey Salomón amó, además de la hija de Faraón, a muchas mujeres extranjeras; a las de Moab, a las de Amón, a las de Edom, a las de Sidón, y a las heteas; gentes de las cuales Jehová había dicho a los hijos de Israel: No os llegaréis a ellas, ni ellas se llegarán a vosotros; porque ciertamente harán inclinar vuestros corazones tras sus dioses. A éstas, pues, se juntó Salomón con amor. Y tuvo setecientas mujeres reinas y trescientas concubinas; y sus mujeres desviaron su corazón. Y cuando Salomón era ya viejo, sus mujeres inclinaron su corazón tras dioses ajenos, y su corazón no era perfecto con Jehová su Dios, como el corazón de su padre David. Porque Salomón siguió a Astoret, diosa de los sidonios, y a Milcom, ídolo abominable de los amonitas. E hizo Salomón lo malo ante los ojos de Jehová, y no siguió cumplidamente a Jehová como David su padre. 1 Reyes 11:1-6. Este fue el gran mal que ocurrió antes y durante la vida de Roboam, el pecado de la idolatría y de hacer yugo desigual. Este fue el ambiente y la crianza que se le dió a Roboam, porque Roboam tuvo una madre pagana (una amonita, la cual se nombra dos veces en el mismo pasaje para que uno quede claro).

Ahora bien, para poder entender el mal de Roboam, hay que primero entender que fue lo que paso con Salomón, ya que era supuestamente una persona tan sabia. El problema de Salomón comenzó con la idolatría, y después vino el yugo desigual. ¿Cómo se puede decir esto con tanta certeza? Porque la idolatría no solamente se trata de adorar a otras deidades, sino que la idolatría consta de poner algo o a alguien antes que a Dios. Ese es el fundamento de la idolatría, cuando se antepone otras cosas antes que a Dios. Y cuando eso comienza, el desvío esta tomando su curso. Por eso que hay que tener tanto cuidado con mantener a Dios en primer lugar, porque justamente es el mal más grande que comete el hombre. Esto es lo que dice la Escrituras: El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí; y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí. Mateo 10:37-38. Por esta enseñanza es que podemos ver que, hasta nuestros seres queridos, los cuales le debemos cariño y cuidado principalmente no pueden tomar bajo ningún punto el lugar de Dios, no pueden tomar el primer lugar. Por eso que el primer y más grande mandamiento de todos es, tal como lo reitero el propio Señor: Jesús le respondió: El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es. Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento. Mark 12:29-30. Es aún más importante amar a Dios que honrar a padre y madre, lo cual se encuentra en los diez mandamientos. Así que, el comienzo de la caída de Salomón comenzó con una idolatría, con algo que le dió más prioridad, pero claramente, Dios no tenía el primer lugar en el corazón de Salomón.

Y después siguió Salomón con otros pecados, para proseguir con el desvío, como el tener amistad con el mundo, lo que consta de tener intimidad con aquellos que no les importa Dios, y también hacer yugo desigual. Y esto es lo que dice la Palabra al respecto: ¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios. Santiago 4:4. No es que no podemos tener contacto con el mundo (como algunos creyentes piensan lo cual también es un error), porque o si no, ¿Cómo sabrá el mundo del Evangelio si nadie se les acerca y les habla del Señor y de Su salvación? El asunto es que no debe haber una intimidad con alguien que todavía esta bajo el dominio de este mundo, y también hay que tomar en cuenta que esto afecta a otros creyentes, que, aunque profesan estar en el Señor, si sus vidas están en desorden, practicando el pecado, tampoco se puede tener ninguna intimidad con ellos (véase 1 Corintios 5:9-11). Y también, concerniente al yugo desigual, vemos lo que Dios dice en lo siguiente: No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo? ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos, y seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. Por lo cual, salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo; y yo os recibiré, y seré para vosotros por Padre, y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso. 2 Corintios 6:14-18. Estos fueron los males de Salomón que influenciaron y afectaron a Roboam, y desgraciadamente, Roboam siguió los pasos de su padre (esa fue su decisión).  

La voluntad de Dios, lo cual Dios buscó a través del sacrificio de Su Hijo es esto: Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer. Juan 15:14-15. El Señor desea que seamos Sus amigos, y que El sea el primero. Salomon y Roboam no fueron como David, el cual, sí fue amigo de Dios, el cual pudo no solamente encontrar gracia delante del Altísimo, sino que Dios también lo constituyo como el padre del Mesías (porque el Mesías iba ser llamado Hijo de David). Entonces, hay dos caminos aquí, y tu tienes que decidir: ¿Deseas poner otras cosas antes que a Dios y así comenzar (o seguir) tu desvío? o ¿deseas darle a Dios Su merecido lugar en tu vida, y mantener el curso que te lleva hacia la eternidad y hacia todo lo que Dios tiene para aquellos que le aman? ¡Qué el Señor les bendiga! John

Comment

2 Comments

Haciendo la voluntad de Dios - Juan 21:15-25

Jesus on the beach.jpg

Basado en Juan 21:15-25 (Versión Reina Valera 1960)

Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos? Le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. El le dijo: Apacienta mis corderos. Volvió a decirle la segunda vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Le dijo: Pastorea mis ovejas. Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas. De cierto, de cierto te digo: Cuando eras más joven, te ceñías, e ibas a donde querías; mas cuando ya seas viejo, extenderás tus manos, y te ceñirá otro, y te llevará a donde no quieras. Esto dijo, dando a entender con qué muerte había de glorificar a Dios. Y dicho esto, añadió: Sígueme. Volviéndose Pedro, vio que les seguía el discípulo a quien amaba Jesús, el mismo que en la cena se había recostado al lado de él, y le había dicho: Señor, ¿quién es el que te ha de entregar? Cuando Pedro le vio, dijo a Jesús: Señor, ¿y qué de éste? Jesús le dijo: Si quiero que él quede hasta que yo venga, ¿qué a ti? Sígueme tú. Este dicho se extendió entonces entre los hermanos, que aquel discípulo no moriría. Pero Jesús no le dijo que no moriría, sino: Si quiero que él quede hasta que yo venga, ¿qué a ti? Este es el discípulo que da testimonio de estas cosas, y escribió estas cosas; y sabemos que su testimonio es verdadero. Y hay también otras muchas cosas que hizo Jesús, las cuales si se escribieran una por una, pienso que ni aun en el mundo cabrían los libros que se habrían de escribir. Amén.

En este pasaje, vemos muy claramente la plena voluntad de Dios. Vemos para comenzar que el Señor le pregunta a Pedro si le ama, y lo hace tres veces. ¿Qué buscaba el Señor con esto? Bueno, si recordamos la historia, Pedro negó al Señor tres veces después que El fue arrestado, y muy posiblemente, quería cerciorarse que si esas tres veces que lo había negado, si en realidad estaba arrepentido de eso. No era que el Señor tuviese necesidad de que Pedro se lo dijera, porque como Dios, El sabe todo, hasta nuestros pensamientos más profundos, sino más bien, escuchar una nueva confesión de Pedro. No obstante, cada vez que el Señor le preguntaba si le amaba, demandaba algo de El, un servicio, un producto, por decir, como prueba de ese amor que él confesaba sentir por El (como leímos). Entonces, ¿Qué demuestra esto?

El primer punto es que el amar al Señor implica un hacer algo por El. Nuestra relación con El no consta de sentimientos solamente, o de bonitas palabras, o de cantar canciones o himnos muy bien compuestos, con música muy bonita, o de levantar las manos, o de saltar y danzar. Eso dentro de sí mismo no es ninguna muestra de amor hacia Dios. Para Dios mismo, esas cosas por sí solas no manifiestan el amor hacia El. Esto fue lo que el mismo Señor enseño: No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad. Mateo 7:21-23. El Señor siguió aclarando este asunto de la siguiente manera: El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él. Juan 14:21

Entonces, ¿Qué es la verdadera voluntad del Padre? La Palabra nos ofrece este siguiente recuento donde se comienza a hacer más claro el asunto: Al salir él para seguir su camino, vino uno corriendo, e hincando la rodilla delante de él, le preguntó: Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna? Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino sólo uno, Dios. Los mandamientos sabes: No adulteres. No mates. No hurtes. No digas falso testimonio. No defraudes. Honra a tu padre y a tu madre. El entonces, respondiendo, le dijo: Maestro, todo esto lo he guardado desde mi juventud. Entonces Jesús, mirándole, le amó, y le dijo: Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme, tomando tu cruz. Pero él, afligido por esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones. Entonces Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: ¡Cuán difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas! Marcos 10:17-23. Entonces, aunque los Diez Mandamientos son muy importantes, no son en realidad el todo de la voluntad de Dios, sino solo parte, porque el propio Señor dijo que algo faltaba. Eso implica que, si este rico moría en ese momento, no iba a heredar la vida eterna. Esto es lo que finalmente define el asunto, como está escrito: Acercándose uno de los escribas, que los había oído disputar, y sabía que les había respondido bien, le preguntó: ¿Cuál es el primer mandamiento de todos? Jesús le respondió: El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es. Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos. Marcos 12:28-31. Esto mismo era lo que el Señor estaba tratando con Pedro, de ayudarle a ver que, si realmente le amaba, que tenía que amar a su prójimo. O sea, el fundamento, la razón, y el motivo por lo cual se tiene que hacer todo en la vida, es por el amor a Dios. Si dices amar a Dios y no haces nada por tu prójimo, quiere decir que tal amor no existe. Si amas a tu prójimo porque deseas amarlos, y Dios no es la razón por lo cual tú lo haces, también es inútil. Y, si haces todo tipo de cosas que lucen como buenas, pero los motivos no están basados en el amor a Dios, también, de nada sirve. Todo esto son ejemplos de acciones que conllevan al infierno, como el propio Señor lo dijo: …Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad. Todo lo que no está centrado en el amor al Señor es maldad. Así de exacta tienen que ser las cosas. El tiene que ser primero, antes de todas las cosas, y la razón por lo cual se hacen todas las cosas, como también está escrito: El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí; y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí. Mateo 10:37-38. Y finalmente, el Apóstol Pablo también declaro esto: El que no amare al Señor Jesucristo, sea anatema. El Señor viene. 1 Corintios 16:22.

No hay ningún gran misterio en realidad, sino es muy fácil conocer la voluntad de Dios, porque consta de tratarle como Señor, a raíz del amor que debemos tener por El. Finalmente, este es nuestro ejemplo: Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo. 1 Corintios 11:1. Lo que hay que hacer es sencillamente imitar a Cristo. Cristo vino a cumplir la voluntad del Padre porque le amaba, lo cual consistía de poner Sus deseos primero, que tenía que ver con Su prójimo, hasta el punto de que el propio Hijo de Dios llego a entregar Su vida en obediencia a Dios, y para la salvación de toda la humanidad. Y el Señor también sano a los enfermos, libero a los presos, alimento a los hambrientos, y hasta levanto muertos. El nunca se atendió a Si mismo, ni nunca saco ningún provecho de las personas. Y si El vivió de esa manera, nosotros también debemos hacer lo mismo. Entonces, ¿estás haciendo la verdadera voluntad de Dios? ¡Qué el Señor les bendiga! John

2 Comments