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Sufriendo por un mejor futuro - Hechos 24

Basado en Hechos 24 (Versión Reina Valera 1960)

Cinco días después, descendió el sumo sacerdote Ananías con algunos de los ancianos y un cierto orador llamado Tértulo, y comparecieron ante el gobernador contra Pablo. Y cuando este fue llamado, Tértulo comenzó a acusarle, diciendo: Como debido a ti gozamos de gran paz, y muchas cosas son bien gobernadas en el pueblo por tu prudencia, oh excelentísimo Félix, lo recibimos en todo tiempo y en todo lugar con toda gratitud. Pero por no molestarte más largamente, te ruego que nos oigas brevemente conforme a tu equidad. Porque hemos hallado que este hombre es una plaga, y promotor de sediciones entre todos los judíos por todo el mundo, y cabecilla de la secta de los nazarenos. Intentó también profanar el templo; y prendiéndole, quisimos juzgarle conforme a nuestra ley. Pero interviniendo el tribuno Lisias, con gran violencia le quitó de nuestras manos, mandando a sus acusadores que viniesen a ti. Tú mismo, pues, al juzgarle, podrás informarte de todas estas cosas de que le acusamos. Los judíos también confirmaban, diciendo ser así todo. Habiéndole hecho señal el gobernador a Pablo para que hablase, este respondió: Porque sé que desde hace muchos años eres juez de esta nación, con buen ánimo haré mi defensa. Como tú puedes cerciorarte, no hace más de doce días que subí a adorar a Jerusalén; y no me hallaron disputando con ninguno, ni amotinando a la multitud; ni en el templo, ni en las sinagogas ni en la ciudad; ni te pueden probar las cosas de que ahora me acusan. Pero esto te confieso, que según el Camino que ellos llaman herejía, así sirvo al Dios de mis padres, creyendo todas las cosas que en la ley y en los profetas están escritas; teniendo esperanza en Dios, la cual ellos también abrigan, de que ha de haber resurrección de los muertos, así de justos como de injustos. Y por esto procuro tener siempre una conciencia sin ofensa ante Dios y ante los hombres. Pero pasados algunos años, vine a hacer limosnas a mi nación y presentar ofrendas. Estaba en ello, cuando unos judíos de Asia me hallaron purificado en el templo, no con multitud ni con alboroto. Ellos debieran comparecer ante ti y acusarme, si contra mí tienen algo. O digan estos mismos si hallaron en mí alguna cosa mal hecha, cuando comparecí ante el concilio, a no ser que estando entre ellos prorrumpí en alta voz: Acerca de la resurrección de los muertos soy juzgado hoy por vosotros. Entonces Félix, oídas estas cosas, estando bien informado de este Camino, les aplazó, diciendo: Cuando descendiere el tribuno Lisias, acabaré de conocer de vuestro asunto. Y mandó al centurión que se custodiase a Pablo, pero que se le concediese alguna libertad, y que no impidiese a ninguno de los suyos servirle o venir a él. Algunos días después, viniendo Félix con Drusila su mujer, que era judía, llamó a Pablo, y le oyó acerca de la fe en Jesucristo. Pero al disertar Pablo acerca de la justicia, del dominio propio y del juicio venidero, Félix se espantó, y dijo: Ahora vete; pero cuando tenga oportunidad te llamaré. Esperaba también con esto, que Pablo le diera dinero para que le soltase; por lo cual muchas veces lo hacía venir y hablaba con él. Pero al cabo de dos años recibió Félix por sucesor a Porcio Festo; y queriendo Félix congraciarse con los judíos, dejó preso a Pablo.

La vida del Apóstol Pablo es uno de nuestros ejemplos más claros de lo que puede suceder en la vida de un cristiano, aún cuando hace todo correcto. Se puede decir que fue la persona en la historia que más se asemejo al Señor, lo cual demuestra que el Espíritu Santo puede hacer un trabajo increíble de transformación, si una persona llega a someterse totalmente a Su voluntad. Pablo no se quedó como era al principio, sino más bien, fue una persona totalmente transformada llegando a ser muy semejante a Cristo. La gloria es del Señor, pero como se ha dicho muchas veces fundamentado sobre la Palabra, tenemos libre albedrio y ni Dios, ni el Espíritu Santo van a forzar a nadie, porque el amor siempre es voluntario. Pablo comenzó siendo una persona severa, autoritaria, y muy religiosa. Pero después de su encuentro con el Señor, tuvo completamente un cambio de perseguir a los cristianos, a convertirse a la fe de ellos, en el Señor dando su vida voluntariamente por la misma fe que el persiguió. Digo que “voluntariamente” dió su vida porque él pudiera haber comprometido su fe en cualquier momento, y todo lo malo que le estaba sucediendo hubiera terminado. Pero, él no comprometió su amor por el Señor, sino que fue fiel hasta el final.  

Ahora bien, y como habíamos comenzado a ver antes, Pablo a pesar de obedecer al Señor, sufrió mucha persecución injustamente. Y claro, lo mataron injustamente. Pero, de esto mismo nos advirtió el Señor, aun mucho antes que apareciera Pablo en la escena, por decir. Porque escrito esta: Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros. Mateo 5:10-12. La Palabra nos enseña que aun nuestros propios seres queridos se volverán en contra de nosotros, por seguir al Señor. La Palabra dice que hasta los padres entregaran a los hijos, y los hijos a los padres, y que nuestros enemigos pueden ser lo de nuestra casa. Entonces ¿es alguna sorpresa lo que le sucedió a Pablo? Así que, por esto mismo entendemos que es posible que no todo salga como uno desea, aun cuando uno busca servir al Señor y serle fiel. Y esto es lo que retiene a muchas personas de entregarse más al Señor. Esta es una de las razones por lo cual muchos solo tratan de acercarse al Señor, no porque le aman, sino suficientemente como para sacar provecho, pero sin correr el riesgo de sufrir. Esto es a lo que se refiere el Señor cuando habla en Apocalipsis acerca de los tibios. El tibio es el que dice creer, pero no está dispuesto a tomar decisiones que le afecten su bienestar momentáneo. Es el que desea el beneficio, pero sin que le cueste nada. Hay demasiada tibieza hoy en día.

Entonces, ¿Cuál era el pensar de Pablo? La Biblia nos dice esto, lo cual Pablo escribió: Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo, y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe; a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte, si en alguna manera llegase a la resurrección de entre los muertos. No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. Filipenses 3:7-14. ¿Qué era lo que metía a Pablo en problemas? Como él mismo lo dijo: el procurar tener siempre una conciencia sin ofensa ante Dios y ante los hombres, el hablar de la justicia, del dominio propio, y del juicio venidero. Pablo trato de vivir como Cristo y de hablar de Cristo y de lo que El predicaba. Pero, más tarde o más temprano, la mayoría se ofenden con las cosas del Señor. Pero finalmente, ¿deseas complacer a los hombres para ir al infierno, o prefieres sacrificar lo temporal para lograr la eternidad? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Porque puede ocurrir la destrucción - Jeremías 52:12-30

Basado en Jeremías 52:12-30 (Versión Reina Valera 1960)

Y en el mes quinto, a los diez días del mes, que era el año diecinueve del reinado de Nabucodonosor rey de Babilonia, vino a Jerusalén Nabuzaradán capitán de la guardia, que solía estar delante del rey de Babilonia. Y quemó la casa de Jehová, y la casa del rey, y todas las casas de Jerusalén; y destruyó con fuego todo edificio grande. Y todo el ejército de los caldeos, que venía con el capitán de la guardia, destruyó todos los muros en derredor de Jerusalén. E hizo transportar Nabuzaradán capitán de la guardia a los pobres del pueblo, y a toda la otra gente del pueblo que había quedado en la ciudad, a los desertores que se habían pasado al rey de Babilonia, y a todo el resto de la multitud del pueblo. Mas de los pobres del país dejó Nabuzaradán capitán de la guardia para viñadores y labradores. Y los caldeos quebraron las columnas de bronce que estaban en la casa de Jehová, y las basas, y el mar de bronce que estaba en la casa de Jehová, y llevaron todo el bronce a Babilonia. Se llevaron también los calderos, las palas, las despabiladeras, los tazones, las cucharas, y todos los utensilios de bronce con que se ministraba, y los incensarios, tazones, copas, ollas, candeleros, escudillas y tazas; lo de oro por oro, y lo de plata por plata, se llevó el capitán de la guardia. Las dos columnas, un mar, y los doce bueyes de bronce que estaban debajo de las basas, que había hecho el rey Salomón en la casa de Jehová; el peso del bronce de todo esto era incalculable. En cuanto a las columnas, la altura de cada columna era de dieciocho codos, y un cordón de doce codos la rodeaba; y su espesor era de cuatro dedos, y eran huecas. Y el capitel de bronce que había sobre ella era de una altura de cinco codos, con una red y granadas alrededor del capitel, todo de bronce; y lo mismo era lo de la segunda columna con sus granadas. Había noventa y seis granadas en cada hilera; todas ellas eran ciento sobre la red alrededor. Tomó también el capitán de la guardia a Seraías el principal sacerdote, a Sofonías el segundo sacerdote, y tres guardas del atrio. Y de la ciudad tomó a un oficial que era capitán de los hombres de guerra, a siete hombres de los consejeros íntimos del rey, que estaban en la ciudad, y al principal secretario de la milicia, que pasaba revista al pueblo de la tierra para la guerra, y sesenta hombres del pueblo que se hallaron dentro de la ciudad. Los tomó, pues, Nabuzaradán capitán de la guardia, y los llevó al rey de Babilonia en Ribla. Y el rey de Babilonia los hirió, y los mató en Ribla en tierra de Hamat. Así Judá fue transportada de su tierra. Este es el pueblo que Nabucodonosor llevó cautivo: En el año séptimo, a tres mil veintitrés hombres de Judá. En el año dieciocho de Nabucodonosor él llevó cautivas de Jerusalén a ochocientas treinta y dos personas. El año veintitrés de Nabucodonosor, Nabuzaradán capitán de la guardia llevó cautivas a setecientas cuarenta y cinco personas de los hombres de Judá; todas las personas en total fueron cuatro mil seiscientas.

Creo que posiblemente habrá personas que se pregunten: ¿Por qué sucede la destrucción? Y temo decir que siempre, la destrucción viene a raíz del pecado, especialmente cuando les concierne a personas que supuestamente saben de Dios. Hoy leímos de la destrucción que vino sobre el pueblo de Israel a manos de los Caldeos, del rey de Babilonia. Fue extremadamente difícil lo que le sucedió al pueblo de Israel. Fue un evento donde pocas personas conservaron la vida, en comparación a la populación que había en aquel entonces. Los pocos que se salvaron o fueron llevados cautivos, o fueron dejados para cultivar la tierra, pero nada más. El país fue enteramente desbastado. Entonces, puede que pregunten aún más, ¿Dios permitió eso? Y si lo permitió, ¿Por qué?

Casi siempre lo primero en las mentes y en los corazones de las personas existe el juzgar a Dios, y cuestionar Sus motivos y Sus acciones. Y como todo en el mundo tiene explicación, especialmente lo que Dios hace y permite, es fácil responder, pero siempre escogiendo ver el lado de Dios, a través de Su Palabra. Este es un gran problema que existe hoy, que la gran mayoría de las personas solo quieren ver su lado de la historia, pero nunca ponerse en el lado del Señor. Exigen ver el amor de Dios, y lo cuestionan, pero sin nunca ver el lado de Dios y lo que a El se le hace. A Dios se le ofende a cada momento, pero ni por un solo instante, se preocupan la gran mayoría en ver ¿Qué fue lo que se le hizo a Dios? Y recuerden que estamos hablando de personas que conocen de Dios, porque lo que leímos constaba del pueblo de Dios, y no de un pueblo que desconocía de Dios. Y eso podemos decir de casi todo el mundo hoy, que casi toda persona ha escuchado o sabe de Dios. Ya prácticamente se ha evangelizado el mundo entero. ¿Qué es el Evangelio? El no solamente hablar de Dios, sino de dar a conocer a Cristo y lo que El hizo por toda la humanidad, el mensaje de la cruz. Un gran ejemplo de eso fue Billy Graham quien predicó el evangelio a cientos de millones de personas por todo el mundo por varias décadas. Y claro, ¿qué se puede decir de la Iglesia Católica? Dirán lo que dirán, cada vez que una persona ve un crucifico, ve el símbolo único que habla de la misericordia y del amor de Dios. No se puede evitar la explicación del símbolo de la cruz. Y también, Dios dice: Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. Romanos 1:20. Así que, se puede concluir que casi todo el mundo, de alguna manera u otra, conoce de Dios y están conscientes de lo que hizo Cristo por todos nosotros.

Entonces, ¿qué hizo Israel con el conocimiento de Dios? Lo mismo que mucho del mundo hacen hoy con un hecho aún más grande que el que conocía el pueblo de Dios antiguo, de que no solamente existe Dios, sino que Cristo murió y resucito para darle vida eterna a todo aquel que creyere en El. Desgraciadamente, la gran mayoría desprecian conscientemente al Señor. Crean y siguen a sus ídolos, e inclusive, se convierten a sí mismo y a su pecado en ídolos, como está escrito: Vinieron a mí algunos de los ancianos de Israel, y se sentaron delante de mí. Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, estos hombres han puesto sus ídolos en su corazón, y han establecido el tropiezo de su maldad delante de su rostro. ¿Acaso he de ser yo en modo alguno consultado por ellos? Háblales, por tanto, y diles: Así ha dicho Jehová el Señor: Cualquier hombre de la casa de Israel que hubiere puesto sus ídolos en su corazón, y establecido el tropiezo de su maldad delante de su rostro, y viniere al profeta, yo Jehová responderé al que viniere conforme a la multitud de sus ídolos, para tomar a la casa de Israel por el corazón, ya que se han apartado de mí todos ellos por sus ídolos. Por tanto, di a la casa de Israel: Así dice Jehová el Señor: Convertíos, y volveos de vuestros ídolos, y apartad vuestro rostro de todas vuestras abominaciones. Ezequiel 14:1-6. Finalmente, ¿Cómo puede Dios darle de Su favor y gracia a personas que prefieren buscar en cosas que solo producen muerte? La paga del pecado es muerte, y mientras se justifica y se glorifica al pecado, entonces solo encontraran la muerte como fin. Todo ser tiene libre albedrio, pero como tal, toda decisión tiene su propia consecuencia, comenzando con el desprecio a Dios. Entonces, hoy te ofrezco un consejo: Busca ser más justo con el Señor y aprende a amarle (mientras haya tiempo), no solo para tratar de utilizarlo para resolver tus problemas temporales, sino más bien, para vida eterna, porque este mundo jamás será perfecto, y lo único que realmente importa es la eternidad. ¡Qué el Señor les bendiga! John

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El peligro en seguir la multitud - Hechos 21:15-36

Basado en Hechos 21:15-36 (Versión Reina Valera 1960)

Después de esos días, hechos ya los preparativos, subimos a Jerusalén. Y vinieron también con nosotros de Cesarea algunos de los discípulos, trayendo consigo a uno llamado Mnasón, de Chipre, discípulo antiguo, con quien nos hospedaríamos. Cuando llegamos a Jerusalén, los hermanos nos recibieron con gozo. Y al día siguiente Pablo entró con nosotros a ver a Jacobo, y se hallaban reunidos todos los ancianos; a los cuales, después de haberles saludado, les contó una por una las cosas que Dios había hecho entre los gentiles por su ministerio. Cuando ellos lo oyeron, glorificaron a Dios, y le dijeron: Ya ves, hermano, cuántos millares de judíos hay que han creído; y todos son celosos por la ley. Pero se les ha informado en cuanto a ti, que enseñas a todos los judíos que están entre los gentiles a apostatar de Moisés, diciéndoles que no circunciden a sus hijos, ni observen las costumbres. ¿Qué hay, pues? La multitud se reunirá de cierto, porque oirán que has venido. Haz, pues, esto que te decimos: Hay entre nosotros cuatro hombres que tienen obligación de cumplir voto. Tómalos contigo, purifícate con ellos, y paga sus gastos para que se rasuren la cabeza; y todos comprenderán que no hay nada de lo que se les informó acerca de ti, sino que tú también andas ordenadamente, guardando la ley. Pero en cuanto a los gentiles que han creído, nosotros les hemos escrito determinando que no guarden nada de esto; solamente que se abstengan de lo sacrificado a los ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación. Entonces Pablo tomó consigo a aquellos hombres, y al día siguiente, habiéndose purificado con ellos, entró en el templo, para anunciar el cumplimiento de los días de la purificación, cuando había de presentarse la ofrenda por cada uno de ellos. Pero cuando estaban para cumplirse los siete días, unos judíos de Asia, al verle en el templo, alborotaron a toda la multitud y le echaron mano, dando voces: ¡Varones israelitas, ayudad! Este es el hombre que por todas partes enseña a todos contra el pueblo, la ley y este lugar; y además de esto, ha metido a griegos en el templo, y ha profanado este santo lugar. Porque antes habían visto con él en la ciudad a Trófimo, de Éfeso, a quien pensaban que Pablo había metido en el templo. Así que toda la ciudad se conmovió, y se agolpó el pueblo; y apoderándose de Pablo, le arrastraron fuera del templo, e inmediatamente cerraron las puertas. Y procurando ellos matarle, se le avisó al tribuno de la compañía, que toda la ciudad de Jerusalén estaba alborotada. Este, tomando luego soldados y centuriones, corrió a ellos. Y cuando ellos vieron al tribuno y a los soldados, dejaron de golpear a Pablo. Entonces, llegando el tribuno, le prendió y le mandó atar con dos cadenas, y preguntó quién era y qué había hecho. Pero entre la multitud, unos gritaban una cosa, y otros otra; y como no podía entender nada de cierto a causa del alboroto, le mandó llevar a la fortaleza. Al llegar a las gradas, aconteció que era llevado en peso por los soldados a causa de la violencia de la multitud; porque la muchedumbre del pueblo venía detrás, gritando: ¡Muera!

¡Hay que tener mucho cuidado con seguir la multitud! La multitud en general casi nunca conlleva a hacer algo bueno. Como vimos en este pasaje, la multitud quiso matar a un hombre justo, a Pablo. ¿Por qué suceden cosas así? El asunto es que las masas casi nunca apoyan lo que esta bien, y esto lo vemos muy claramente a través de la Palabra. Es un fenómeno, por decir, que pasa frecuentemente. Pero claro, todo en el mundo espiritual tiene explicaciones muy sencillas. La Biblia nos enseña que el príncipe de este mundo es Satanás, y que sus demonios andan sueltos, habitando en cuerpos de seres humanos. Y ¡cuidado! No todo endemoniado va a hacer cosas siempre fuera de serie. A veces están tranquilos hasta que llega un momento donde son exaltados, y allí es que se ve lo que realmente está dentro del corazón de una persona. En el descontrol de una multitud es que mayormente se puede ver lo que hay dentro de las personas.

Vemos que no solamente Pablo fue víctima de una multitud perversa, sino aún más importante, el propio Señor sufrió en manos de la multitud. Cualquier persona supuestamente conocedora de la Palabra diría: Bueno, eso tenía que pasar. Y sí, es verdad, pero, no obstante, fue uno de los mecanismos principales que fueron instrumentales en la condena a muerte del Hijo de Dios. Pilato no quería en realidad mandar a crucificar al Señor, pero cedió ante la presión de la fuerza maligna que estaba en la multitud. Esto es lo que leemos: Ahora bien, en el día de la fiesta les soltaba un preso, cualquiera que pidiesen. Y había uno que se llamaba Barrabás, preso con sus compañeros de motín que habían cometido homicidio en una revuelta. Y viniendo la multitud, comenzó a pedir que hiciese como siempre les había hecho. Y Pilato les respondió diciendo: ¿Queréis que os suelte al Rey de los judíos? Porque conocía que por envidia le habían entregado los principales sacerdotes. Mas los principales sacerdotes incitaron a la multitud para que les soltase más bien a Barrabás. Respondiendo Pilato, les dijo otra vez: ¿Qué, pues, queréis que haga del que llamáis Rey de los judíos? Y ellos volvieron a dar voces: ¡Crucifícale! Pilato les decía: ¿Pues qué mal ha hecho? Pero ellos gritaban aún más: ¡Crucifícale! Y Pilato, queriendo satisfacer al pueblo, les soltó a Barrabás, y entregó a Jesús, después de azotarle, para que fuese crucificado. Marcos 15:6-15. Desgraciadamente, la misma multitud que una vez escuchaba los mensajes del Señor, y vieron prodigios, milagros, y tantas bondades que hizo, fueron los mismos que gritaron que le crucificaran. ¿Qué paso con los que gritaron una vez ¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!? Mateo 21:9b. Las cosas pueden cambiar para mal de un momento a otro, dependiendo de la influencia.

Y esto es una verdad que debemos atenernos, a los que deseamos seguir al Señor: si las multitudes se volvieron en contra del Señor, también puede ocurrirnos a nosotros, como le paso a Pablo. El mismo Señor advirtió: Y llevándole, tomaron a cierto Simón de Cirene, que venía del campo, y le pusieron encima la cruz para que la llevase tras Jesús. Y le seguía gran multitud del pueblo, y de mujeres que lloraban y hacían lamentación por él. Pero Jesús, vuelto hacia ellas, les dijo: Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí, sino llorad por vosotras mismas y por vuestros hijos. Porque he aquí vendrán días en que dirán: Bienaventuradas las estériles, y los vientres que no concibieron, y los pechos que no criaron. Entonces comenzarán a decir a los montes: Caed sobre nosotros; y a los collados: Cubridnos. Porque si en el árbol verde hacen estas cosas, ¿en el seco, qué no se hará? Lucas 23:26-31.

¿Qué podemos sacar en limpio con todo esto? Hay que tener mucho cuidado con seguir la multitud, porque la gran mayoría de las veces, las masas no están con Dios. Esto fue lo que dijo el Señor: Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan. Mateo 7:13-14. Los que seguimos realmente al Señor siempre seremos una minoría. Así que, ¿Estás siguiendo al Señor para vida eterna, o a la multitud que están bajo la mala influencia de Satanás y de sus legiones? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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El Señor sabe más que nosotros - Marcos 9:14-37

Basado en Marcos 9:14-37 (Versión Reina Valera 1960)

Cuando llegó a donde estaban los discípulos, vio una gran multitud alrededor de ellos, y escribas que disputaban con ellos. Y en seguida toda la gente, viéndole, se asombró, y corriendo a él, le saludaron. Él les preguntó: ¿Qué disputáis con ellos? Y respondiendo uno de la multitud, dijo: Maestro, traje a ti a mi hijo, que tiene un espíritu mudo, el cual, dondequiera que le toma, le sacude; y echa espumarajos, y cruje los dientes, y se va secando; y dije a tus discípulos que lo echasen fuera, y no pudieron. Y respondiendo él, les dijo: ¡Oh generación incrédula! ¿Hasta cuándo he de estar con vosotros? ¿Hasta cuándo os he de soportar? Traédmelo. Y se lo trajeron; y cuando el espíritu vio a Jesús, sacudió con violencia al muchacho, quien cayendo en tierra se revolcaba, echando espumarajos. Jesús preguntó al padre: ¿Cuánto tiempo hace que le sucede esto? Y él dijo: Desde niño. Y muchas veces le echa en el fuego y en el agua, para matarle; pero si puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros, y ayúdanos. Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible. E inmediatamente el padre del muchacho clamó y dijo: Creo; ayuda mi incredulidad. Y cuando Jesús vio que la multitud se agolpaba, reprendió al espíritu inmundo, diciéndole: Espíritu mudo y sordo, yo te mando, sal de él, y no entres más en él. Entonces el espíritu, clamando y sacudiéndole con violencia, salió; y él quedó como muerto, de modo que muchos decían: Está muerto. Pero Jesús, tomándole de la mano, le enderezó; y se levantó. Cuando él entró en casa, sus discípulos le preguntaron aparte: ¿Por qué nosotros no pudimos echarle fuera? Y les dijo: Este género con nada puede salir, sino con oración y ayuno. Habiendo salido de allí, caminaron por Galilea; y no quería que nadie lo supiese. Porque enseñaba a sus discípulos, y les decía: El Hijo del Hombre será entregado en manos de hombres, y le matarán; pero después de muerto, resucitará al tercer día. Pero ellos no entendían esta palabra, y tenían miedo de preguntarle. Y llegó a Capernaum; y cuando estuvo en casa, les preguntó: ¿Qué disputabais entre vosotros en el camino? Mas ellos callaron; porque en el camino habían disputado entre sí, quién había de ser el mayor. Entonces él se sentó y llamó a los doce, y les dijo: Si alguno quiere ser el primero, será el postrero de todos, y el servidor de todos. Y tomó a un niño, y lo puso en medio de ellos; y tomándole en sus brazos, les dijo: El que reciba en mi nombre a un niño como este, me recibe a mí; y el que a mí me recibe, no me recibe a mí sino al que me envió.

A través de toda instancia en la Palabra, debiéramos poder ver algo que es muy importante, y eso es: que el Señor sabe mucho más que nosotros. En este corto pasaje vemos tres instancias que demuestran esto. En la primera instancia, el Señor pregunta acerca de la disputa que había sucedido, pero El ya sabía cuál era el asunto (porque recuerden que El sabe aún nuestros pensamientos). Y El es el que libera al muchacho del espíritu inmundo. En la segunda instancia, El le habló a los discípulos acerca de Su muerte y resurrección, algo que no sabían, ni aún menos, entendían lo que iba a suceder, y la razón por lo cual iba a suceder. El sabia cosas que estaban totalmente fuera del alcance de los discípulos. Y en la tercera instancia, mientras los doce disputaban entre sí, de quien sería el primero, El les enseñó algo que va en contra de todo lo que ellos pensaban que debiera ser. En cada momento, se ve que El estuvo (y está siempre) varios pasos (por decir) más adelante de todos.

¿Cómo podemos ver que Dios sí en realidad sabe más que nosotros? Bueno, ya lo vimos que Su Palabra lo demuestra claramente. Pero también, Sus obras proclaman Su grandeza y Su inteligencia. Si solo realmente aceptara el hombre la realidad de que Dios sí lo hizo todo; el asunto de poder comprender lo más elemental, algo que hasta un niño puede entender, muchas cosas se les harían más fáciles. Todo lo creado habla de Su majestad, lo inmenso e incalculable de Su conocimiento. Como está escrito: Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos. Un día emite palabra a otro día, y una noche a otra noche declara sabiduría. Salmo 19:1-2. Y también escrito esta: Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. Romanos 1:20. Todo habla de la grandeza de Dios, desde lo invisible y microscópico, hasta lo más grande e infinito. Si Dios supo hacer todas esas cosas, cosas que nosotros nunca podremos ni saber, ni aun menos, hacerlas nosotros mismos, debiéramos poder entender que El sabe infinitamente mucho más que todos nosotros.

Ahora bien, ¿Qué debiera entonces hacer el hombre con este conocimiento? Muy fácil, buscar del Señor, con todo su corazón, como está escrito: Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano. Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar. Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos. Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come, así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié. Isaías 55:6-11. Todo lo que Dios dice será. No hay nada que pueda cambiar lo determinado por El. Lo que debemos siempre tener en mente es que la Palabra se puede cumplir para bien en nuestra vida, si amamos y obedecemos al Señor, o para mal, como simple consecuencia de lo que sucede cuando no se ama y no se le obedece. Hay personas que piensan que, porque una persona es expuesta a la Palabra de Dios, que eso la va a cambiar, más tarde o más temprano. Eso es lo que Dios quisiera, porque por algo la envía, con el propósito de que la persona cambie. Pero el asunto es que todo en el Señor es a través del amor, y en el amor, nunca se fuerzan las cosas. Dios provee las circunstancias con el fin de que una persona escuche y cambie, pero nunca la va a forzar. El libre albedrio nunca termina, aun cuando uno le ha dado su vida al Señor. La base de nuestra relación con el Señor siempre es el amor. Y como tal, todo está basado en la decisión, como está escrito: Porque muy cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón, para que la cumplas. Mira, yo he puesto delante de ti hoy la vida y el bien, la muerte y el mal. Deuteronomio 30:14-15.

En fin, él que realmente desea ser sabio, por su propio bien, debiera buscar obedecerle al Señor, porque escrito esta: ¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo? Todo aquel que viene a mí, y oye mis palabras y las hace, os indicaré a quién es semejante. Semejante es al hombre que al edificar una casa, cavó y ahondó y puso el fundamento sobre la roca; y cuando vino una inundación, el río dio con ímpetu contra aquella casa, pero no la pudo mover, porque estaba fundada sobre la roca. Mas el que oyó y no hizo, semejante es al hombre que edificó su casa sobre tierra, sin fundamento; contra la cual el río dio con ímpetu, y luego cayó, y fue grande la ruina de aquella casa. Lucas 6:46-49. Así que, ¿Entiendes, por tu bien, que el Señor sabe mucho más que tú? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Las prioridades de Dios - Mateo 12:1-14

Basado en Mateo 12:1-14 (Versión Reina Valera 1960)

En aquel tiempo iba Jesús por los sembrados en un día de reposo; y sus discípulos tuvieron hambre, y comenzaron a arrancar espigas y a comer. Viéndolo los fariseos, le dijeron: He aquí tus discípulos hacen lo que no es lícito hacer en el día de reposo. Pero él les dijo: ¿No habéis leído lo que hizo David, cuando él y los que con él estaban tuvieron hambre; cómo entró en la casa de Dios, y comió los panes de la proposición, que no les era lícito comer ni a él ni a los que con él estaban, sino solamente a los sacerdotes? ¿O no habéis leído en la ley, cómo en el día de reposo los sacerdotes en el templo profanan el día de reposo, y son sin culpa? Pues os digo que uno mayor que el templo está aquí. Y si supieseis qué significa: Misericordia quiero, y no sacrificio, no condenaríais a los inocentes; porque el Hijo del Hombre es Señor del día de reposo. Pasando de allí, vino a la sinagoga de ellos. Y he aquí había allí uno que tenía seca una mano; y preguntaron a Jesús, para poder acusarle: ¿Es lícito sanar en el día de reposo? Él les dijo: ¿Qué hombre habrá de vosotros, que tenga una oveja, y si esta cayere en un hoyo en día de reposo, no le eche mano, y la levante? Pues ¿cuánto más vale un hombre que una oveja? Por consiguiente, es lícito hacer el bien en los días de reposo. Entonces dijo a aquel hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y le fue restaurada sana como la otra. Y salidos los fariseos, tuvieron consejo contra Jesús para destruirle.

La gran mayoría de los supuestos creyentes apuntan muy fácil el dedo hacia los fariseos. Hay muchos que dirían que ellos eran tan malos y perversos que hasta fueron directamente responsables por la muerte del Señor. Y bueno, de cierto punto de vista, sí, tuvieron gran parte de culpa. Entonces, muchos concluirían que la religiosidad es mala, e inclusive, dirían aún más entre los más espirituales de hoy en día, que lo que realmente busca Dios es una relación con el hombre, y no que el hombre busque ser religioso. Pero, yo me pregunto, viendo las cosas como están hoy, y especialmente teniendo el privilegio de poder ver distintas personas en distintas partes del mundo, ¿los creyentes realmente tienen una relación con Dios, o también se han formado su propia religiosidad que es tan mala como la de los fariseos? El Espíritu revela que, como grupo, estamos tan mal como los que acusamos tan fácilmente como seres religiosos y malos. Hay un nuevo fariseísmo, por decir, que ha llenado nuestras iglesias, y aún peor, están en los pulpitos y plataformas de donde se debiera pregonar la Verdad de Dios. Sinceramente, lo que revela el Espíritu y demuestra el ambiente es que hay poca fe verdadera. Desgraciadamente, muchas personas viven una fe falsa, algo que parece genuino, pero que no es.

Hay muchas personas que hoy en día basan su fe en una supuesta gracia de Dios, algo que se dice o se da a entender que ya no es necesario hacer nada más, sino solo creer en Jesucristo y aceptarle como Salvador, y ya está, vive tu vida porque vas a llegar al cielo. Hay otros que piensan que solo se trata de ser una “buena persona”, y eso es muy subjetivo. Hay muchos también que piensan que el seguir al Señor consta de ir a la iglesia, y dar un poco de dinero, y de usar un vocabulario especial, y claro, cantar muchas canciones bonitas y entretenidas, las que les gustan por supuesto. Hay muchos que creen que el ser creyente se trata de tener compañerismo con otros creyentes, y tratar de pasarlo bien los unos con los otros. Y bueno, también hay muchos que creen que el aprenderse la Biblia de tapa a tapa, y de hacer estudios especiales y de poder llegar a entender cosas detalladamente, y de ser mejor que los demás, que eso es lo que Dios busca. En fin, hay muchas ideas y muchas cosas que se creen que son la voluntad de Dios, y creen que porque se hacen y se creen esas cosas, que todo estará bien. Como grupo, se ha creado tal variedad de supuestas verdades que ya ni se sabe que creer o no. Si yo fuera una persona inconversa, y mirara hacia nuestro grupo hoy en día para poder encontrar un norte, yo no tendría ni idea por donde comenzar. Hay tal variedad de cosas que esto le demuestra al mundo que debe haber muchos caminos a Dios en vez de uno solo como lo definió el Señor. ¡Y nos maravillamos de porque el mundo le cuesta tanto creer! Pero, sarcásticamente hablando, ese es problema de ellos, ¿verdad? Porque esta es la mentalidad que hoy sí reina en el pueblo de Dios: Cada uno por su cada uno, y cada uno hace como bien le parece, y como le conviene. Y si es así la cosa, entonces como grupo somos iguales que los fariseos. No hay diferencia.  

Si realmente entendemos lo que leímos hoy, debiéramos poder ver la Verdad que Dios realmente desea ver en nuestras vidas, y que no se trata de religiosidades o teologías huecas sin vida, ni aún menos, de conveniencias personales, sino de algo mucho más profundo y exacto. Para comenzar, lo que el propio Señor reiteraba a través de Sus hechos era lo que siempre ha sido Su voluntad desde el comienzo, como está escrito: Clama a voz en cuello, no te detengas; alza tu voz como trompeta, y anuncia a mi pueblo su rebelión, y a la casa de Jacob su pecado. Que me buscan cada día, y quieren saber mis caminos, como gente que hubiese hecho justicia, y que no hubiese dejado la ley de su Dios; me piden justos juicios, y quieren acercarse a Dios. ¿Por qué, dicen, ayunamos, y no hiciste caso; humillamos nuestras almas, y no te diste por entendido? He aquí que en el día de vuestro ayuno buscáis vuestro propio gusto, y oprimís a todos vuestros trabajadores. He aquí que para contiendas y debates ayunáis y para herir con el puño inicuamente; no ayunéis como hoy, para que vuestra voz sea oída en lo alto. ¿Es tal el ayuno que yo escogí, que de día aflija el hombre su alma, que incline su cabeza como junco, y haga cama de cilicio y de ceniza? ¿Llamaréis esto ayuno, y día agradable a Jehová? ¿No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresión, y dejar ir libres a los quebrantados, y que rompáis todo yugo? ¿No es que partas tu pan con el hambriento, y a los pobres errantes albergues en casa; que cuando veas al desnudo, lo cubras, y no te escondas de tu hermano? Isaías 58:1-7. Y también esto está escrito: Jesús le respondió: El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es. Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que estos. Marcos 12:29-31. Pero esto es lo que reclama el Señor hoy más que nunca: El hijo honra al padre, y el siervo a su señor. Si, pues, soy yo padre, ¿dónde está mi honra? Y si soy señor, ¿dónde está mi temor? dice Jehová de los ejércitos a vosotros, oh sacerdotes, que menospreciáis mi nombre. Y decís: ¿En qué hemos menospreciado tu nombre? Malaquias 1:6. En fin, el Camino es Cristo, y debemos hacer tal como el Señor hizo. El vino a hacer la voluntad de Dios Padre, no ha servirse a sí mismo, y hasta tal punto de dar Su vida sin ni siquiera abrir Su boca. Lo hizo todo por amor al Padre, y así cumplió la ley, el primer y segundo mandamiento, los cuales recién leímos. El amó y así, buscó hacer la voluntad de Dios, y a través de eso, le hizo el servicio más grande que la humanidad necesitaba, el darle el camino a la vida eterna. Eso es lo que Cristo demostró (porque Sus hechos lo publicaron, y no solo Sus palabras, porque la fe sin obras es muerta). Y esto es el punto más clave: El que no amare al Señor Jesucristo, sea anatema. El Señor viene. 1 Corintios 16:22. Si no se cumple las prioridades de Dios, no hay salvación. Así que, ¿vives por las prioridades de Dios, o vives por el anatema? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Cuando Dios aflige a una nación - 1 Reyes 17:1-6

Basado en 1 Reyes 17:1-6 (Versión Reina Valera 1960)

Entonces Elías tisbita, que era de los moradores de Galaad, dijo a Acab: Vive Jehová Dios de Israel, en cuya presencia estoy, que no habrá lluvia ni rocío en estos años, sino por mi palabra. Y vino a él palabra de Jehová, diciendo: Apártate de aquí, y vuélvete al oriente, y escóndete en el arroyo de Querit, que está frente al Jordán. Beberás del arroyo; y yo he mandado a los cuervos que te den allí de comer. Y él fue e hizo conforme a la palabra de Jehová; pues se fue y vivió junto al arroyo de Querit, que está frente al Jordán. Y los cuervos le traían pan y carne por la mañana, y pan y carne por la tarde; y bebía del arroyo.

Hay muchas teorías de porque están tan difíciles las cosas hoy en día. Hay personas que le echan la culpa a los políticos, y que la razón porque estamos como estamos, es porque no han hecho las cosas bien. Hay otros que dirían que tenemos la pandemia porque algo paso en alguna parte, sea por accidente, o a propósito. Hay personas que también dirían que las economías están atribuladas o inestables por los efectos de la pandemia, o porque también hay personas que se están aprovechando, o porque hay problemas de intercambios comerciales con otros países. Hay personas que también dirían que los problemas climáticos son producto del abuso humano sobre la tierra, y el descuido industrial en todo lo que hacemos. Y también hay un grupo de personas que dirían que los problemas de salud que existen hoy en día, son producto de químicos y sustancias malas que se emplean en todo lo que comemos. Y bueno, hay un sinfín de otras cosas que se pueden traer a la conversación sobre lo que está mal, y las razones por lo cual están mal, pero estoy muy seguro de que también habrá ciertas explicaciones humanas que tendrán algo de razón, pero no del todo. Son verdades parciales e incompletas. ¿Qué finalmente es lo que está provocándo toda esta ola de mal que tenemos hoy en día?

Una explicación basada en la Palabra de Dios y en los hechos de los hombres es que el mal que hoy vivimos no es exactamente culpa de cosas que nosotros pensamos como seres humanos, sino va más allá. El problema es que Dios está permitiendo todo esto, pero no porque Dios sea malo, y le guste hacer sufrir a la gente, sino más bien, es el producto del pecado que está excediendo los límites de lo que es soportable para Dios (porque Dios muchas veces frena el mal que debiera caer), especialmente considerando que la gran mayoría del planeta sabe Quien es Dios, y que fue lo que hizo Jesucristo por nosotros, pero la gran mayoría de las personas que conocen esta verdad, en vez de aceptarla y seguirle a El por su propio bien, prefieren hacer cosas que finalmente glorifican al pecado y promueven la muerte, porque escrito esta: Porque la paga del pecado es muerte… Romanos 6:23a. Es Dios el que está permitiendo las cosas, pero por la rebelión del hombre, por conocer la verdad, pero despreciarla por cosas que solo traen muerte y destrucción. Dios permite las cosas, pero también, suceden porque son sencillamente consecuencias del pecado. Dios no tiene que esforzarse mucho para traer juicio, sino solamente deja que las cosas sigan el curso que las propias personas desean. Todo comienza a caer por su propio peso. Habrán muchos supuestos creyentes que dirán: Pero yo estoy en la gracia de Dios, porque yo creo en El. Pero el mal prosigue si se practica el pecado. ¿De qué sirve la cura si sigues tomando veneno?

Dios permitió la sequía y muchas otras cosas más en Israel por el pecado de Israel. Recuerden que Israel fue (y sigue siendo) el pueblo de Dios, así que, Dios le cobro a Israel sus pecados, su idolatría, sus desordenes sexuales, sus abusos con los débiles e indefensos, sus rebeliones, etc. Y si Dios hizo eso con Israel ¿no lo hará también con los que supuestamente han sido añadidos por gracia (no por derecho) a ese pueblo, nosotros los gentiles que hemos creído en Cristo? ¡Cuidado que la gracia de Dios no es licencia para pecar, ni para seguir haciendo cosas que glorifican la maldad! Esto dicen las Escrituras: Así dijo Jehová de los ejércitos: Del todo rebuscarán como a vid el resto de Israel; vuelve tu mano como vendimiador entre los sarmientos. ¿A quién hablaré y amonestaré, para que oigan? He aquí que sus oídos son incircuncisos, y no pueden escuchar; he aquí que la palabra de Jehová les es cosa vergonzosa, no la aman. Por tanto, estoy lleno de la ira de Jehová, estoy cansado de contenerme; la derramaré sobre los niños en la calle, y sobre la reunión de los jóvenes igualmente; porque será preso tanto el marido como la mujer, tanto el viejo como el muy anciano. Y sus casas serán traspasadas a otros, sus heredades y también sus mujeres; porque extenderé mi mano sobre los moradores de la tierra, dice Jehová. Porque desde el más chico de ellos hasta el más grande, cada uno sigue la avaricia; y desde el profeta hasta el sacerdote, todos son engañadores. Y curan la herida de mi pueblo con liviandad, diciendo: Paz, paz; y no hay paz. ¿Se han avergonzado de haber hecho abominación? Ciertamente no se han avergonzado, ni aun saben tener vergüenza; por tanto, caerán entre los que caigan; cuando los castigue caerán, dice Jehová. Así dijo Jehová: Paraos en los caminos, y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma. Mas dijeron: No andaremos. Puse también sobre vosotros atalayas, que dijesen: Escuchad al sonido de la trompeta. Y dijeron ellos: No escucharemos. Por tanto, oíd, naciones, y entended, oh congregación, lo que sucederá. Oye, tierra: He aquí yo traigo mal sobre este pueblo, el fruto de sus pensamientos; porque no escucharon mis palabras, y aborrecieron mi ley. ¿Para qué a mí este incienso de Sabá, y la buena caña olorosa de tierra lejana? Vuestros holocaustos no son aceptables, ni vuestros sacrificios me agradan. Por tanto, Jehová dice esto: He aquí yo pongo a este pueblo tropiezos, y caerán en ellos los padres y los hijos juntamente; el vecino y su compañero perecerán. Jeremías 6:9-21.

Esto también está escrito: Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, cuando la tierra pecare contra mí rebelándose pérfidamente, y extendiere yo mi mano sobre ella, y le quebrantare el sustento del pan, y enviare en ella hambre, y cortare de ella hombres y bestias, si estuviesen en medio de ella estos tres varones, Noé, Daniel y Job, ellos por su justicia librarían únicamente sus propias vidas, dice Jehová el Señor. Ezekiel 14:12-14. ¿Qué tenían estos hombres en común? Noe enfrento al mundo entero por su fe y amor por Dios, y su fe condeno al mundo. Daniel se enfrentó a un imperio, y no considero su bienestar, sino que quiso honrar a Dios sobre su propia vida. Job, a pesar de todo lo que le aconteció, no blasfemo en contra de Dios, sino todo lo contrario, su fe y conocimiento creció en todo eso hasta poder acercarse y ver aún más claramente a Dios. Y Elías también encontró gracia delante de Dios porque le servía a pesar de las circunstancias, a pesar de como Israel vino aborrecer a Dios. Estos hombres amaron a Dios por sobre todas las cosas. ¿Cómo finalmente se encuentra tal gracia delante de Dios sino se ha amado a Dios como estos sí le amaron? Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio. Hechos 3:19. Dios es Dios de gracia y perdón, pero solamente cuando hay arrepentimiento y conversión de pecados, como comienzo. Entonces, ¿amarás a Cristo, o correrás el peligro de sufrir una aflicción permanente, donde todos los que no aman a Dios estarán eternamente, como consecuencia de sus propios malos hechos? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Tan cerca, pero también muy lejos - Hechos 26:12-32

Basado en Hechos 26:12-32 (Versión Reina Valera 1960)

Ocupado en esto, iba yo a Damasco con poderes y en comisión de los principales sacerdotes, cuando a mediodía, oh rey, yendo por el camino, vi una luz del cielo que sobrepasaba el resplandor del sol, la cual me rodeó a mí y a los que iban conmigo. Y habiendo caído todos nosotros en tierra, oí una voz que me hablaba, y decía en lengua hebrea: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Dura cosa te es dar coces contra el aguijón. Yo entonces dije: ¿Quién eres, Señor? Y el Señor dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues. Pero levántate, y ponte sobre tus pies; porque para esto he aparecido a ti, para ponerte por ministro y testigo de las cosas que has visto, y de aquellas en que me apareceré a ti, librándote de tu pueblo, y de los gentiles, a quienes ahora te envío, para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados. Por lo cual, oh rey Agripa, no fui rebelde a la visión celestial, sino que anuncié primeramente a los que están en Damasco, y Jerusalén, y por toda la tierra de Judea, y a los gentiles, que se arrepintiesen y se convirtiesen a Dios, haciendo obras dignas de arrepentimiento. Por causa de esto los judíos, prendiéndome en el templo, intentaron matarme. Pero habiendo obtenido auxilio de Dios, persevero hasta el día de hoy, dando testimonio a pequeños y a grandes, no diciendo nada fuera de las cosas que los profetas y Moisés dijeron que habían de suceder: Que el Cristo había de padecer, y ser el primero de la resurrección de los muertos, para anunciar luz al pueblo y a los gentiles. Diciendo él estas cosas en su defensa, Festo a gran voz dijo: Estás loco, Pablo; las muchas letras te vuelven loco. Mas él dijo: No estoy loco, excelentísimo Festo, sino que hablo palabras de verdad y de cordura. Pues el rey sabe estas cosas, delante de quien también hablo con toda confianza. Porque no pienso que ignora nada de esto; pues no se ha hecho esto en algún rincón. ¿Crees, oh rey Agripa, a los profetas? Yo sé que crees. Entonces Agripa dijo a Pablo: Por poco me persuades a ser cristiano. Y Pablo dijo: ¡Quisiera Dios que por poco o por mucho, no solamente tú, sino también todos los que hoy me oyen, fueseis hechos tales cual yo soy, excepto estas cadenas! Cuando había dicho estas cosas, se levantó el rey, y el gobernador, y Berenice, y los que se habían sentado con ellos; y cuando se retiraron aparte, hablaban entre sí, diciendo: Ninguna cosa digna ni de muerte ni de prisión ha hecho este hombre. Y Agripa dijo a Festo: Podía este hombre ser puesto en libertad, si no hubiera apelado a César.

La gran mayoría de las personas van a llegar cerca del reino de Dios, pero solamente eso. Por desgracia, no todos van a entender el Evangelio de Salvación. Y lo más irónico de todo, es que precisamente los que están tan cerca son los que serán los más grandes enemigos del Evangelio. Como vimos hoy, lo que previene a una persona de venir a tener un real encuentro con Dios no es una falta de aprendizaje o de entendimiento. Tan sencillamente, no es un problema de comprensión. El Señor mismo dijo que si no recibíamos el reino de Dios como un niño, que no entraríamos en el reino de Dios. Así que, los asuntos de Dios no tienen nada que ver ni con gran intelecto, ni tampoco es necesario una gran educación. ¿Qué es lo que debe suceder?

De acuerdo con el Señor, para poder no solamente ver el reino de Dios, sino entrar y ser parte del reino de Dios, debe haber un nuevo comienzo, un nacer de nuevo del agua y del Espíritu. Esto es lo que leemos en Su Palabra: Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal entre los judíos. Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él. Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer? Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo. Juan 3:1-7. En fin, si Dios mismo es el que dice que esto es lo que es necesario, entonces tan sencillamente, es necesario. No hay otro camino.

Entonces, si supuestamente es algo tan sencillo, que hasta debemos hacernos como niños, ¿Qué finalmente hace a tantos llegar tan cerca, pero a la misma vez estar muy lejos del reino de Dios? El pecado. Pero aún más precisamente dentro del pecado, es el pecado del orgullo. Este es el mal más grande que existe. Todos los pecados son malos, y para llegar a Cristo, uno tiene que arrepentirse y convertirse absolutamente de todo pecado, pero el orgullo es lo que finalmente retiene a muchos de lograr llegar a lo necesario. ¿Cómo sé de esto? Comencemos a ver los verdaderos enemigos de Pablo. Los que querían matar directamente a Pablo eran los judíos, los religiosos, no necesariamente los romanos. Los judíos no desconocían la verdad, sino todo lo contrario, conocían hasta los últimos detalles de la Palabra de Dios. También se puede ver este mal en el principal ejemplo, porque los judíos finalmente mataron al propio Cristo por envidia, lo cual es la culminación del orgullo. Esto leemos: Reunidos, pues, ellos, les dijo Pilato: ¿A quién queréis que os suelte: a Barrabás, o a Jesús, llamado el Cristo? Porque sabía que por envidia le habían entregado. Mateo 27:17-18. El orgullo no tiene dirección en general. La envidia es cuando se manifiesta la dirección del orgullo, un enemigo es claramente definido. Este problema viene caminando desde el comienzo, porque fue la misma razón por lo cual el hombre cedió a la tentación del diablo, como vemos aquí: Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal. Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella. Genesis 3:4-6. El hombre quiso ser como Dios. Envidiaron a Dios. Y bueno, ¿Quién es el padre de toda maldad? Satanás. Cuando un ser humano manifiesta este pecado del orgullo y la envidia por Dios, sigue los mismos pasos del principal maligno. Satanás mismo envidió a Dios, porque esto fue lo que estaba en su corazón antes de caer: …y seré semejante al Altísimo. Isaías 14:14b.

No mucho ha cambiado hoy. El ser humano en general hoy desea más que nunca ser como Dios, de poder hacer como quiere, sin ningún tipo de consecuencia. Y muchos de los supuestos llamados creyentes no solamente desean esto, sino que, para empeorar más las cosas, quieren poner a Dios como su siervo. Tan cerca, pero también, todo lo contrario a lo que debe ser. Por eso es que el religioso, el que conoce las cosas de Dios, pero las trata de usar para su conveniencia es el peor enemigo del Señor. Esto es lo que enseñó el propio Señor: Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. Mateo 6:9-10. Dios es el que debe mandar en nuestras vidas, Cristo siendo el Señor de nosotros. Entonces, ¿estás solamente cerca del reino de Dios, o eres parte del reino de Dios al estar completamente sometido al Señorío de Jesús? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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La Verdad causa división - Hechos 22:30 – 23:15

Basado en Hechos 22:30 – 23:15 (Versión Reina Valera 1960)

Al día siguiente, queriendo saber de cierto la causa por la cual le acusaban los judíos, le soltó de las cadenas, y mandó venir a los principales sacerdotes y a todo el concilio, y sacando a Pablo, le presentó ante ellos. Entonces Pablo, mirando fijamente al concilio, dijo: Varones hermanos, yo con toda buena conciencia he vivido delante de Dios hasta el día de hoy. El sumo sacerdote Ananías ordenó entonces a los que estaban junto a él, que le golpeasen en la boca. Entonces Pablo le dijo: ¡Dios te golpeará a ti, pared blanqueada! ¿Estás tú sentado para juzgarme conforme a la ley, y quebrantando la ley me mandas golpear? Los que estaban presentes dijeron: ¿Al sumo sacerdote de Dios injurias? Pablo dijo: No sabía, hermanos, que era el sumo sacerdote; pues escrito está: No maldecirás a un príncipe de tu pueblo. Entonces Pablo, notando que una parte era de saduceos y otra de fariseos, alzó la voz en el concilio: Varones hermanos, yo soy fariseo, hijo de fariseo; acerca de la esperanza y de la resurrección de los muertos se me juzga. Cuando dijo esto, se produjo disensión entre los fariseos y los saduceos, y la asamblea se dividió. Porque los saduceos dicen que no hay resurrección, ni ángel, ni espíritu; pero los fariseos afirman estas cosas. Y hubo un gran vocerío; y levantándose los escribas de la parte de los fariseos, contendían, diciendo: Ningún mal hallamos en este hombre; que si un espíritu le ha hablado, o un ángel, no resistamos a Dios. Y habiendo grande disensión, el tribuno, teniendo temor de que Pablo fuese despedazado por ellos, mandó que bajasen soldados y le arrebatasen de en medio de ellos, y le llevasen a la fortaleza. A la noche siguiente se le presentó el Señor y le dijo: Ten ánimo, Pablo, pues como has testificado de mí en Jerusalén, así es necesario que testifiques también en Roma. Venido el día, algunos de los judíos tramaron un complot y se juramentaron bajo maldición, diciendo que no comerían ni beberían hasta que hubiesen dado muerte a Pablo. Eran más de cuarenta los que habían hecho esta conjuración, los cuales fueron a los principales sacerdotes y a los ancianos y dijeron: Nosotros nos hemos juramentado bajo maldición, a no gustar nada hasta que hayamos dado muerte a Pablo. Ahora pues, vosotros, con el concilio, requerid al tribuno que le traiga mañana ante vosotros, como que queréis indagar alguna cosa más cierta acerca de él; y nosotros estaremos listos para matarle antes que llegue.

Hay personas que creen que el Apóstol Pablo cometió equivocaciones en las cosas que hizo, pero entendemos a través de la Palabra, de lo que quedo escrito de su vida, que aunque no era un ser perfecto (porque solo Dios es perfecto), el Apóstol Pablo no cometió casi ningún error, sino todo lo contrario, hablo e hizo tal como era la voluntad de Dios. ¿A qué viene el asunto de hablar de los hechos de Pablo? No es para glorificar a Pablo porque toda la gloria es para el Señor, sino mas bien, para poder entender que, aunque estemos acertados en nuestras decisiones por el Señor, eso no quiere decir que va a ser una vida fácil y llena de victorias como muchos por allí pregonan y enseñan. En lo principal de este compartir, veremos que la verdad trae mas bien mas dificultad y causa divisiones, mas tarde o más temprano.

Para comenzar a tratar este asunto, tenemos que ver lo que el propio Señor mismo dijo, como esta escrito: No penséis que he venido para traer paz a la tierra; no he venido para traer paz, sino espada. Porque he venido para poner en disensión al hombre contra su padre, a la hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra; y los enemigos del hombre serán los de su casa. El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí; y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí. El que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará. Mateo 10:34-39. Ahora bien, ¿Por qué dió esta advertencia el Señor? ¿Es el deseo de Dios en realidad provocar divisiones, causar dolores y sufrimiento, y hasta que perdamos la vida? No. La voluntad de Dios no es necesariamente causarnos sufrimientos. Dios no es sádico. Si vemos el comienzo de las cosas, cuando termino Su creación, leemos lo siguiente:  Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Y fue la tarde y la mañana el día sexto. Genesis 1:31. Dios hizo todo bueno en gran manera. No vemos que El estableció el sufrimiento y el mal en lo que El hizo, sino todo lo contrario. ¿Qué fue entonces lo que cambio todo? El pecado. Cuando el hombre cayo en el pecado, ahí entro la muerte, el sufrimiento, los problemas, etc., etc. al mundo. Entonces, ¿podemos decir que Dios creo al hombre para sufrir? De ninguna manera.

Ahora, ¿Por qué el mismo Señor dijo que había venido para traer disensión y problemas? Por el mismo problema del pecado, porque El sabe que la gran mayoría de las personas prefieren seguir y complacer sus deseos pecaminosos, que servir al Dios Todopoderoso. Por ejemplo, cuando todo estaba bien y cayo el hombre en el pecado, ¿Qué fue lo que sucedió? El diablo si tentó al hombre, pero no le forzó a hacer nada. Esto es lo que leemos en respecto a los sucesos: Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal. Genesis 3:4-5. No hubo un discurso muy largo dado por la serpiente. Esta plantó primero la duda en lo que dijo Dios, que no iban a morir. Y después, alimento la envidia hacia Dios, de querer ser como Dios. Y de ahí, ya conocemos el resto, ¿No? No mucho a cambiado de aquel entonces en general. La gran mayoría del ser humano sigue en el asunto de desafiar lo que dice el Señor, y de que envidia a Dios, porque quiere ser como El, tener el poder de hacer lo que desea y que todo le salga de maravilla. Pero, la realidad nunca cambia. Satanás nunca será como Dios, por mucho que lo envidie y trate de sabotear todo lo que Dios hace. Ni aún menos, el hombre nunca vencerá la muerte por si mismo, y la consecuencia del pecado va a seguir siendo lo mismo, porque la paga del pecado es muerte, no importa cuanto el hombre trate de convencerse de lo contrario. Ese sentimiento de rebelión y de envidia es lo que provoca tales divisiones y tales problemas a los que sí deseamos seguir al Señor. Eso es lo que produce el sufrimiento. Ese es el precio que sí tiene la verdad de Dios, porque se está luchando contra poderes malignos. Pero también, a la gran mayoría de las personas les agrada seguir el desvió del pecado, y se dejan seducir fácilmente por su propia concupiscencia. Esta era la lucha que vimos en la vida de Pablo en este pasaje. Pablo no había hecho nada malo, sino todo lo contrario, estaba sufriendo persecución por la Verdad, porque los hombres deseaban más el pecado que la Verdad de Dios.

Entonces, ¿Qué debemos hacer si deseamos lograr tener lo que en realidad vale la pena? Amar a Dios, a pesar de las circunstancias, como está escrito: Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman. 1 Corintios 2:9. Tenemos que vencer a través del Señor, y no ser cobardes. Porque también está escrito: El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo. Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda. Apocalipsis 21:7-8. Entonces, ¿entiendes qué tiene mas valor, seguir la verdad de Dios, antes que dejarnos vencer por Satanás, como los que se dejan seducir por el mal, y hasta en nuestros propios malos deseos? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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La verdad y la libertad - Juan 8:31-47

Basado en Juan 8:31-47 (Versión Reina Valera 1960)

Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. Le respondieron: Linaje de Abraham somos, y jamás hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: Seréis libres? Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado. Y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí queda para siempre. Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres. Sé que sois descendientes de Abraham; pero procuráis matarme, porque mi palabra no halla cabida en vosotros. Yo hablo lo que he visto cerca del Padre; y vosotros hacéis lo que habéis oído cerca de vuestro padre. Respondieron y le dijeron: Nuestro padre es Abraham. Jesús les dijo: Si fueseis hijos de Abraham, las obras de Abraham haríais. Pero ahora procuráis matarme a mí, hombre que os he hablado la verdad, la cual he oído de Dios; no hizo esto Abraham. Vosotros hacéis las obras de vuestro padre. Entonces le dijeron: Nosotros no somos nacidos de fornicación; un padre tenemos, que es Dios. Jesús entonces les dijo: Si vuestro padre fuese Dios, ciertamente me amaríais; porque yo de Dios he salido, y he venido; pues no he venido de mí mismo, sino que él me envió. ¿Por qué no entendéis mi lenguaje? Porque no podéis escuchar mi palabra. Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira. Y a mí, porque digo la verdad, no me creéis. ¿Quién de vosotros me redarguye de pecado? Pues si digo la verdad, ¿por qué vosotros no me creéis? El que es de Dios, las palabras de Dios oye; por esto no las oís vosotros, porque no sois de Dios.

Vivimos en una época donde muchas personas piensan que saben mucho, a lo mejor porque nuestra supuesta ciencia y tecnología esta más avanzada que nunca. El hombre sí ha alcanzado muchas cosas. En el siglo 19, se llegó a producir la electricidad. En el año 1882, comenzó a funcionar la primera planta de electricidad, en la ciudad de Nueva York. Durante los cincuenta del siglo pasado, comenzó la famosa carrera al espacio. Y en el 20 de julio de 1969, el hombre piso por primera vez la luna, un tal astronauta norte americano llamado Neil Armstrong dio su primer paso donde se grabaron sus primeras palabras: Este es un pequeño paso para el hombre, pero un gran salto para la humanidad. Hoy tenemos muchas cosas inalámbricas, super computadoras, todo tipo de cosas inteligentes, los médicos ahora hacen cirugías muy complicadas asistidos por robot, e inclusive tenemos la inteligencia artificial, algo que maravilla a muchos, pero asusta a otros por temor de lo que vendría a suceder si no se usa ética o moralmente. Y esto no es un temor de los ignorantes o de poca educación. Pero, mientras más supuestamente sabemos, más ilusoria y subjetiva se ha vuelto la verdad. Muchos dirían hoy que la verdad es relativa, y que no existe la verdad absoluta. ¡Tan inteligentes somos ahora que ni sabemos lo que es verdad! ¿Qué es la verdad?

Como todas las cosas en la vida, en todo se requiere algún tipo de fe, de creer en algo que no se puede ver. El que descubrió la electricidad comenzó con conceptos, con ideas, pero creyó en sus suposiciones, con lo poco que si sabía más conclusivamente. Y así, cada persona que alcanzó grandes metas y llego a cumplir logros significativos tenían una idea, una visión, pero no habían visto nada concreto cuando comenzaron su búsqueda. Cada persona ejercita algún tipo de fe, de creer en algo sin verlo realizado, suponiendo que, si ciertas cosas si existen y son, y se hace lo necesario, se llegará a hacerse realidad lo que esperan. La fe es algo vital para poder llegar a la verdad. Sin fe, es imposible llegar a la verdad, porque sí hay una verdad absoluta, a pesar de que muchos lo nieguen. Hay Algo o Alguien que, sí existe que es sobre todas las cosas precisamente porque hay tantas cosas que sí se ven y se experimentan y que demuestran que sí existe. La “Verdad que realmente importa” no es subjetiva o relativa, sino es totalmente absoluta aquí y en todo el universo.

Ahora, ¿Por qué hago el hincapié en “la Verdad que realmente importa”? Porque a pesar de nuestros grandes logros como seres humanos, donde nos creemos muy inteligentes y avanzados, todavía hay cosas muy sencillas que son realidades incambiables e irrefutables. Cada ser humano nace y va a morir un día. A cada persona le llegará su hora, y todo el dinero del mundo no parará eso. Ni toda la ciencia y el avance tecnológico cambiará esa realidad. Puede que ayuden a extender un poco la vida (posiblemente), pero la verdad es que todos moriremos un día. Entonces, mirando el gran esquema de las cosas, ¿qué importa lo que pueda alcanzar y hacer una persona toda su vida si un día llegará a lo mismo, a morir como todos los mortales? Los faraones egipcios construyeron con la sangre y sufrimiento de muchos esclavos por décadas grandes edificios con la idea de llevarse sus riquezas al otro mundo, por ejemplo. Ellos murieron y sus riquezas siguen allí enterradas o a lo mejor en algún museo, pero no pudieron llevarse nada de lo que deseaban. Y estoy muy seguro de que no llegaron a un lugar agradable tampoco. Entonces, ¿de qué sirvió todo lo que hicieron? No hay nada humano que pueda vencer la muerte. Esta es una verdad irrefutable.

Entonces, ¿Qué es la Verdad, que sí importa, la que no es relativa o subjetiva? La Verdad de que Dios es Dios, y que Jesucristo es el único que conocemos que si venció la muerte. El Señor es Señor en el cielo, en la tierra, debajo de la tierra y el mar, en la próxima galaxia; desde el comienzo fue el Señor, hoy es Señor, y seguirá siendo Señor por los siglos de los siglos. Amén. Y no importa lo que quiera creer el hombre, esa realidad, esa Verdad no puede ser cambiada. La pueden tratar de ignorar, pero el ignorar algo no lo hace una irrealidad. Esto es lo que está escrito: Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres. Juan 8:36. En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. Juan 1:1-4. El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ese es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él. Juan 14:21. Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre. 1 Timoteo 2:5. Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. Juan 14:6. Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él. El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió. Juan 14:23-24. Tan sencillamente, no hay verdadera libertad de la muerte, no hay vida eterna sino se acepta la Verdad de que Jesucristo es el Señor, y si no se hace tal como El nos enseñó. Su Verdad es la Palabra de Dios, y no hay libertad sin aceptarla, guardarla, y ponerla en práctica, desde el Genesis hasta el Apocalipsis, comenzando por lo principal: Amando a Dios por sobre todas las cosas, y amando a nuestro prójimo como a nosotros mismos. De estas cosas dependen toda la ley y los profetas. Esto es el todo del hombre, la única verdad que importa para ser hechos eternamente libres a través de Jesucristo, El único que venció la muerte. Así que, ¿eres verdaderamente libre? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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El camino a la salvación - Lucas 3:1-14

Basado en Lucas 3:1-14 (Versión Reina Valera 1960)

En el año decimoquinto del imperio de Tiberio César, siendo gobernador de Judea Poncio Pilato, y Herodes tetrarca de Galilea, y su hermano Felipe tetrarca de Iturea y de la provincia de Traconite, y Lisanias tetrarca de Abilinia, y siendo sumos sacerdotes Anás y Caifás, vino palabra de Dios a Juan, hijo de Zacarías, en el desierto. Y él fue por toda la región contigua al Jordán, predicando el bautismo del arrepentimiento para perdón de pecados, como está escrito en el libro de las palabras del profeta Isaías, que dice: Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor; enderezad sus sendas. Todo valle se rellenará, y se bajará todo monte y collado; los caminos torcidos serán enderezados, y los caminos ásperos allanados; y verá toda carne la salvación de Dios. Y decía a las multitudes que salían para ser bautizadas por él: ¡Oh generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera? Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento, y no comencéis a decir dentro de vosotros mismos: Tenemos a Abraham por padre; porque os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras. Y ya también el hacha está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto se corta y se echa en el fuego. Y la gente le preguntaba, diciendo: Entonces, ¿qué haremos? Y respondiendo, les dijo: El que tiene dos túnicas, dé al que no tiene; y el que tiene qué comer, haga lo mismo. Vinieron también unos publicanos para ser bautizados, y le dijeron: Maestro, ¿qué haremos? Él les dijo: No exijáis más de lo que os está ordenado. También le preguntaron unos soldados, diciendo: Y nosotros, ¿qué haremos? Y les dijo: No hagáis extorsión a nadie, ni calumniéis; y contentaos con vuestro salario.

Hay muchos que piensan que la salvación se alcanza con solamente creer en Cristo, y nada más. De cierto punto de vista: por supuesto. La fe en el Señor es lo que nos salva a través de Su propia gracia. No hay otro camino a Dios, sino solo a través del Señor. No obstante, hay algo crucial que debe suceder antes de entregarle la vida al Señor, antes que El pueda efectivamente entrar en el corazón y morar dentro de una persona a través del Espíritu Santo. Si vemos claramente lo que el propio Dios estableció, es imposible llegar a ser salvo si no ocurre un completo arrepentimiento y conversión de pecados, y también, si no prosigue un continuo arrepentimiento y conversión de pecados. Tan sencillamente, no hay salvación sin el inicial arrepentimiento y conversión, y el continuo proceso de cambio y transformación a través del arrepentimiento y conversión. El no cumplir esto al inicio, ni permanecer en ese continuo cambio previene a muchos el poder experimentar la salvación del Señor.

Como comienzo, el ministerio de Juan el Bautista precisamente se trataba de eso, de preparar el camino del Señor. Esto es lo que hace tan importante el ministerio de Juan el Bautista. El propio Señor dijo que no ha habido ningún profeta más grande que Juan el Bautista. ¿Por qué? Porque Dios mismo a través de Juan establece el principio del camino a la salvación, y también el proseguir. Esto lo vemos muy claramente que el mensaje de Juan fue precisamente del arrepentimiento y conversión, de que tiene que suceder un cambio en la vida de las personas, un volverse del pecado. Esto es lo que prepara el camino del Señor, para que pueda entrar en el corazón del hombre, cuando se rinde por completo a El. El Espíritu Santo no puede venir a morar en un corazón lleno de pecado, donde todavía reina la muerte, porque esa es la realidad cuando no hay un volverse del pecado. Si Juan no hubiera preparado el camino del Señor antes de Su ministerio publico, no hubiera pasado nada. Increíblemente, el ministerio del propio Hijo de Dios hubiera sido estéril. Y no tendríamos salvación.

Vemos que este arrepentimiento y conversión es algo que sigue en efecto como un principio para escapar de la condenación. Y esto se tiene que aclarar porque muchas personas piensan que hubo cosas escritas en la Biblia que supuestamente ya no aplican. Veamos lo siguiente: Y por la mañana volvió al templo, y todo el pueblo vino a él; y sentado él, les enseñaba. Entonces los escribas y los fariseos le trajeron una mujer sorprendida en adulterio; y poniéndola en medio, le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio. Y en la ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú, pues, ¿qué dices? Mas esto decían tentándole, para poder acusarle. Pero Jesús, inclinado hacia el suelo, escribía en tierra con el dedo. Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella. E inclinándose de nuevo hacia el suelo, siguió escribiendo en tierra. Pero ellos, al oír esto, acusados por su conciencia, salían uno a uno, comenzando desde los más viejos hasta los postreros; y quedó solo Jesús, y la mujer que estaba en medio. Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más. Juan 8:2-11. Aquí, al final, vemos un gran detalle. Ni los religiosos pudieron condenar a la mujer delante del Señor, ni el Señor condeno a la mujer, El cual, sí pudiera haber condenado a la mujer. ¿Pero qué le dijo el Señor?: Vete, y no peques más. Es el mismo Dios diciendo: te perdono, te doy un nuevo comienzo, pero cambia, deja atrás el pecado, arrepiéntete, conviértete de tus malos caminos, no lo hagas más.

Así que, ese nuevo comienzo que da Dios no debe ser abusado. Dios no concede el perdón para que una persona persista en el pecado. Cuando una persona se arrepiente y se convierte de sus pecados para pedirle al Señor que entre en su vida, debe seguir ese proceso de arrepentimiento y conversión. Uno no puede volver vez tras vez reincidiendo en lo malo. La Palabra explica lo siguiente: Ciertamente, si habiéndose ellos escapado de las contaminaciones del mundo, por el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo, enredándose otra vez en ellas son vencidos, su postrer estado viene a ser peor que el primero. Porque mejor les hubiera sido no haber conocido el camino de la justicia, que después de haberlo conocido, volverse atrás del santo mandamiento que les fue dado. Pero les ha acontecido lo del verdadero proverbio: El perro vuelve a su vómito, y la puerca lavada a revolcarse en el cieno. 2 Pedro 2:20-22. La Palabra nos insta a seguir cambiando, y a buscar de El para seguir el proceso de transformación. Es una obra continua que el Espíritu Santo prosigue en nosotros mientras nosotros permanezcamos en esa decisión. Dios no fuerza a nadie, aún cuando le ha entregado su vida. El libre albedrio nunca termina porque la base de nuestra relación con El es el amor. Esto dice la Palabra acerca de como se culmina en la salvación de Cristo: Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar por las puertas en la ciudad. Mas los perros estarán fuera, y los hechiceros, los fornicarios, los homicidas, los idólatras, y todo aquel que ama y hace mentira. Apocalipsis 22:14-15. En el lenguaje original también usa el termino “él que hace Sus mandamientos” en lugar de “los que lavan sus ropas”. De cualquier manera, para poder tener derecho al árbol de la vida, y poder entrar por las puertas en la ciudad, debe haber una conversión inicial y una continua conversión, y no seguir reincidiendo en las cosas que producen la muerte, porque la paga del pecado es muerte. No somos perfectos, ni lo vamos a hacer mientras estemos en la carne, pero tiene que haber un progreso de santificación. Entonces, ¿vas por el camino hacia la salvación eterna, o sigues practicando el pecado? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Oraciones contestadas - 1 Samuel 1

Basado en 1 Samuel 1 (Versión Reina Valera 1960)

Hubo un varón de Ramataim de Zofim, del monte de Efraín, que se llamaba Elcana hijo de Jeroham, hijo de Eliú, hijo de Tohu, hijo de Zuf, efrateo. Y tenía él dos mujeres; el nombre de una era Ana, y el de la otra, Penina. Y Penina tenía hijos, mas Ana no los tenía. Y todos los años aquel varón subía de su ciudad para adorar y para ofrecer sacrificios a Jehová de los ejércitos en Silo, donde estaban dos hijos de Elí, Ofni y Finees, sacerdotes de Jehová. Y cuando llegaba el día en que Elcana ofrecía sacrificio, daba a Penina su mujer, a todos sus hijos y a todas sus hijas, a cada uno su parte. Pero a Ana daba una parte escogida; porque amaba a Ana, aunque Jehová no le había concedido tener hijos. Y su rival la irritaba, enojándola y entristeciéndola, porque Jehová no le había concedido tener hijos. Así hacía cada año; cuando subía a la casa de Jehová, la irritaba así; por lo cual Ana lloraba, y no comía. Y Elcana su marido le dijo: Ana, ¿por qué lloras? ¿por qué no comes? ¿y por qué está afligido tu corazón? ¿No te soy yo mejor que diez hijos? Y se levantó Ana después que hubo comido y bebido en Silo; y mientras el sacerdote Elí estaba sentado en una silla junto a un pilar del templo de Jehová, ella con amargura de alma oró a Jehová, y lloró abundantemente. E hizo voto, diciendo: Jehová de los ejércitos, si te dignares mirar a la aflicción de tu sierva, y te acordares de mí, y no te olvidares de tu sierva, sino que dieres a tu sierva un hijo varón, yo lo dedicaré a Jehová todos los días de su vida, y no pasará navaja sobre su cabeza. Mientras ella oraba largamente delante de Jehová, Elí estaba observando la boca de ella. Pero Ana hablaba en su corazón, y solamente se movían sus labios, y su voz no se oía; y Elí la tuvo por ebria. Entonces le dijo Elí: ¿Hasta cuándo estarás ebria? Digiere tu vino. Y Ana le respondió diciendo: No, señor mío; yo soy una mujer atribulada de espíritu; no he bebido vino ni sidra, sino que he derramado mi alma delante de Jehová. No tengas a tu sierva por una mujer impía; porque por la magnitud de mis congojas y de mi aflicción he hablado hasta ahora. Elí respondió y dijo: Ve en paz, y el Dios de Israel te otorgue la petición que le has hecho. Y ella dijo: Halle tu sierva gracia delante de tus ojos. Y se fue la mujer por su camino, y comió, y no estuvo más triste. Y levantándose de mañana, adoraron delante de Jehová, y volvieron y fueron a su casa en Ramá. Y Elcana se llegó a Ana su mujer, y Jehová se acordó de ella. Aconteció que al cumplirse el tiempo, después de haber concebido Ana, dio a luz un hijo, y le puso por nombre Samuel, diciendo: Por cuanto lo pedí a Jehová. Después subió el varón Elcana con toda su familia, para ofrecer a Jehová el sacrificio acostumbrado y su voto. Pero Ana no subió, sino dijo a su marido: Yo no subiré hasta que el niño sea destetado, para que lo lleve y sea presentado delante de Jehová, y se quede allá para siempre. Y Elcana su marido le respondió: Haz lo que bien te parezca; quédate hasta que lo destetes; solamente que cumpla Jehová su palabra. Y se quedó la mujer, y crio a su hijo hasta que lo destetó. Después que lo hubo destetado, lo llevó consigo, con tres becerros, un efa de harina, y una vasija de vino, y lo trajo a la casa de Jehová en Silo; y el niño era pequeño. Y matando el becerro, trajeron el niño a Elí. Y ella dijo: ¡Oh, señor mío! Vive tu alma, señor mío, yo soy aquella mujer que estuvo aquí junto a ti orando a Jehová. Por este niño oraba, y Jehová me dio lo que le pedí. Yo, pues, lo dedico también a Jehová; todos los días que viva, será de Jehová. Y adoró allí a Jehová.

Vemos a través de esta historia una oración milagrosamente contestada. Puede que muchos se hagan esta pregunta, ¿Cómo puedo asegurar que mis oraciones sean contestadas? Muchos llamados predicadores de la Palabra han desarrollado métodos para asegurar que Dios supuestamente conteste todas las peticiones que uno desea, dando supuestas claves para tratar de manipular a Dios, y claro, han vendido muchos libros, y les pagan para dar seminarios, etc., porque claro, ¿quién no quisiera que sus oraciones sean contestadas como las desean verdad?

Un problema que puede afectar que Dios responda a una oración es que no hay buenas intenciones detrás de tal oración. La gran mayoría de las peticiones tienen que ver con vanidades, con cosas que no tienen nada que ver con la voluntad de Dios. Y recuerden que la vanidad que habla la Biblia no consta solamente de lo material o superficial, sino también, de cualquier cosa que sencillamente no tiene ningún valor eterno, sino con el mundo temporal. Esto es lo que dice la Palabra con respecto a las oraciones que tiene que ver con las vanidades, en el contexto que lo pusimos recién: ¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros? Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís. Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites. ¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios. Santiago 4:1-4. Este es el problema con la relación con el mundo, que hay una afinidad tanto con lo pecaminoso como con lo temporal. Si una persona esta enfocada en este mundo solamente, y en las cosas que están afines con las cosas de este mundo, entonces lo único que va a pedirle a Dios son cosas de esa índole y con esas intenciones. Como dice el dicho: Dime con quien andas y yo te diré quien eres.

La Biblia también habla al respecto de que Dios disciplina a Sus hijos, cuando hay cosas que no están bien. Ahora, ¿qué tiene que ver esto con la oración? Leamos: …Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, ni desmayes cuando eres reprendido por él; porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo. Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina? Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos. Hebreos 12:5b-8. Si una persona pide mal, o por cosas que no son buenas, o no tiene buenas intenciones: si Dios lo toma como a bastardo, y sí permitirá que salga con las suya. O sea, que una persona obtenga lo que desea no quiere decir necesariamente que está bien delante de Dios. Todo depende de lo que está en ese corazón.

Entonces, esto es lo que dice la Biblia cuando Dios es El que concede peticiones para bien: Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, este lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden. Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho. En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos. Juan 15:5-8. Dios si puede responder a la oración, y para bien, pero cuando una persona no tiene un corazón vano, sino porque está dando fruto, porque pide de acuerdo con la voluntad de Dios. Ana no pidió un hijo por vanidad, sino que su propósito fue divino. Ana había puesto los ojos en el Señor y el fruto de su petición contestada fue Samuel, el bendito ser que Dios uso para ungir al Rey David, de donde iba a salir el Mesías, porque el Hijo del Altísimo había de ser Hijo de David. Entonces, ¿Tu corazón esta enfocado en el mundo o en los propósitos eternos de Dios? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Encontraras la gracia de Dios cuando le creas - Jonás 3

Basado en Jonás 3 (Versión Reina Valera 1960)

Vino palabra de Jehová por segunda vez a Jonás, diciendo: Levántate y ve a Nínive, aquella gran ciudad, y proclama en ella el mensaje que yo te diré. Y se levantó Jonás, y fue a Nínive conforme a la palabra de Jehová. Y era Nínive ciudad grande en extremo, de tres días de camino. Y comenzó Jonás a entrar por la ciudad, camino de un día, y predicaba diciendo: De aquí a cuarenta días Nínive será destruida. Y los hombres de Nínive creyeron a Dios, y proclamaron ayuno, y se vistieron de cilicio desde el mayor hasta el menor de ellos. Y llegó la noticia hasta el rey de Nínive, y se levantó de su silla, se despojó de su vestido, y se cubrió de cilicio y se sentó sobre ceniza. E hizo proclamar y anunciar en Nínive, por mandato del rey y de sus grandes, diciendo: Hombres y animales, bueyes y ovejas, no gusten cosa alguna; no se les dé alimento, ni beban agua; sino cúbranse de cilicio hombres y animales, y clamen a Dios fuertemente; y conviértase cada uno de su mal camino, de la rapiña que hay en sus manos. ¿Quién sabe si se volverá y se arrepentirá Dios, y se apartará del ardor de su ira, y no pereceremos? Y vio Dios lo que hicieron, que se convirtieron de su mal camino; y se arrepintió del mal que había dicho que les haría, y no lo hizo.

En este pasaje, se puede ver un gran detalle, el cual hace toda la diferencia delante de Dios, y este es: Y los hombres de Nínive creyeron a Dios... Puede que pregunte una persona: ¿Por qué dice que Nínive le creyó a Dios si Jonás fue el que les predico? Y la respuesta es simple. El trabajo del profeta es sencillamente ser vocero de Dios. O sea, Jonás no dió su mensaje, ni fue su profecía, sino más bien, habló, comunicó lo que Dios le mando. Ese es el trabajo del profeta, hablar de parte de Dios, no necesariamente como muchos lo piensan, que solo se trata de hablar o predecir cosas que pasarán en el futuro. El real profeta Bíblico es aquel quien comunica la verdadera Palabra de Dios. Por lo tanto, Nínive no vió que era palabra de Jonás, de un judío quien los detestaba (porque esa era la realidad), sino más bien, se dieron cuenta que era Dios quien hablaba a través de esta vasija muy imperfecta y desobediente (porque esta era la realidad de Jonás). Por lo tanto, vemos que la verdadera fe es lo que hace lo imposible posible. Esto es lo que vemos, por ejemplo, en Abraham, en el padre de la fe, como lo menciona la Palabra: Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia. Genesis 15:6. Nada bueno se puede lograr sin una verdadera fe en Dios. Porque también está escrito: Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan. Hebreos 11:6. Y también está escrito: Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios? Juan 11:40.

Pero ¿de qué tipo de fe estamos hablando? ¿Qué tipo de fe fue la que hizo que el propio Dios se arrepintiera del mal que había dicho que le haría a Nínive? Esto es algo que realmente se debe entender, y creo que la verdadera fe no le agradará a la mayoría de las personas, y desgraciadamente, a los que se llaman ser creyentes y seguidores de Dios. ¿Creen que la fe que habla la Biblia tiene que ver con el tratar de utilizar a Dios, para tratar de conseguir lo que uno quiere? ¿Creen que la fe se trata de buscar cumplir nuestra propia voluntad y aborrecer hacer la voluntad de Dios? ¿Creen que la fe tiene que ver con buscar solucionar nuestros propios problemas? ¿Fue esta la fe que movió a Dios de la ira, a la gracia? No lo creo. Por eso que hay que tener tanto cuidado con cosas que suenan como la verdad, y no lo son, porque esa es la manera que Satanás y los demonios manipulan la verdad.

Esta es la fe que movió a Dios. Como está escrito: Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón; y salva a los contritos de espíritu. Salmo 34:18. Porque no quieres sacrificio, que yo lo daría; no quieres holocausto. Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios. Salmo 51:16-17. Tan sencillamente, y aunque eran páganos y malos, creyeron con el corazón que, si hacían justicia delante de un Dios justo, obedeciendo Su voluntad, que Su ira se apartaría y encontrarían gracia delante de El. Ellos legítimamente le creyeron a Dios, creyeron en Su Palabra, y obedecieron. Escucharon a Dios y les fue contado como justicia, porque sus hechos demostraron lo que había pasado en sus corazones.  

Uno de los problemas más grandes que el hombre tiene en estos tiempos, es que no quiere escuchar la verdadera Palabra de Dios. Desean más bien escuchar y seguir cosas que les acomoda carnalmente, donde el dios del egoísmo es alimentado, donde se les dice que Dios puede ser su siervo, y que El existe para conceder sus deseos y obtener sus metas. La gran mayoría de las personas solamente buscan sus propios intereses carnales, y ponen a un lado lo que Dios desea, finalmente ignoran la voluntad de Dios. Hay muchos que puede que digan: Es que tengo grandes problemas, y necesito la ayuda de Dios. Y sí, puede ser cierto, y que no necesariamente es malo buscar la ayuda de Dios, pero también, tiene que parar que el foco sea siempre uno mismo. El ser humano debe dejarse de ver como un dios donde esta solamente enfocado en sí mismo, porque si nunca mira a Dios genuinamente, y busca escucharle, nunca llegará a encontrarse con Dios para su bien. Esto leemos de Job: Respondió Job a Jehová, y dijo: Yo conozco que todo lo puedes, y que no hay pensamiento que se esconda de ti. ¿Quién es el que oscurece el consejo sin entendimiento? Por tanto, yo hablaba lo que no entendía; cosas demasiado maravillosas para mí, que yo no comprendía. Oye, te ruego, y hablaré; te preguntaré, y tú me enseñarás. De oídas te había oído; mas ahora mis ojos te ven. Por tanto me aborrezco, y me arrepiento en polvo y ceniza. Job 42:1-6. No hay nadie que pueda decir que tuvo más problemas que Job, pero Job pudo ver a Dios más claramente cuando dejo a un lado su persona, sus necesidades, y se dispuso de corazón a entender Quién realmente era Dios. Algunos preguntarán: ¿Cuándo me hablo Dios? Y esto dice la Palabra: La sabiduría clama en las calles, alza su voz en las plazas; clama en los principales lugares de reunión; en las entradas de las puertas de la ciudad dice sus razones. ¿Hasta cuándo, oh simples, amaréis la simpleza, y los burladores desearán el burlar, y los insensatos aborrecerán la ciencia? Proverbios 1:20-22. Y también dice esto la Palabra: Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. Romanos 1:20. Dios habla a cada instante a través de Sus hechos, de la creación, y de la cruz, y Su Palabra está en todos lados, de alguna manera u otra; y la razón por lo cual existen los problemas mayormente es porque Dios está llamando al arrepentimiento. Cada vez que amanece es una oportunidad que Dios le da al hombre para busque de El, de Sus razonamientos, y deje atrás su pecado y su rebelión para buscar del Omnipotente, y entender que Su voluntad es supremamente más grande que cualquier idea que tenga el hombre. Finalmente, no hay salvación para el hombre mientras no trate y acepte a Jesús literalmente como Señor, comenzando con el arrepentimiento. Entonces, la pregunta es: ¿Le crees realmente al Señor, de tal manera de poder encontrar Su gracia, o sigues buscando cumplir tu voluntad, y así, traer sobre ti tu propia destrucción eterna? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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La razón por lo que se toma la Cruz - Lucas 9:23-36

Basado en Lucas 9:23-36 (Versión Reina Valera 1960)

Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, este la salvará. Pues ¿qué aprovecha al hombre, si gana todo el mundo, y se destruye o se pierde a sí mismo? Porque el que se avergonzare de mí y de mis palabras, de este se avergonzará el Hijo del Hombre cuando venga en su gloria, y en la del Padre, y de los santos ángeles. Pero os digo en verdad, que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte hasta que vean el reino de Dios. Aconteció como ocho días después de estas palabras, que tomó a Pedro, a Juan y a Jacobo, y subió al monte a orar. Y entre tanto que oraba, la apariencia de su rostro se hizo otra, y su vestido blanco y resplandeciente. Y he aquí dos varones que hablaban con él, los cuales eran Moisés y Elías; quienes aparecieron rodeados de gloria, y hablaban de su partida, que iba Jesús a cumplir en Jerusalén. Y Pedro y los que estaban con él estaban rendidos de sueño; mas permaneciendo despiertos, vieron la gloria de Jesús, y a los dos varones que estaban con él. Y sucedió que apartándose ellos de él, Pedro dijo a Jesús: Maestro, bueno es para nosotros que estemos aquí; y hagamos tres enramadas, una para ti, una para Moisés, y una para Elías; no sabiendo lo que decía. Mientras él decía esto, vino una nube que los cubrió; y tuvieron temor al entrar en la nube. Y vino una voz desde la nube, que decía: Este es mi Hijo amado; a él oíd. Y cuando cesó la voz, Jesús fue hallado solo; y ellos callaron, y por aquellos días no dijeron nada a nadie de lo que habían visto.

Muchas personas hoy en día se proponen metas para distintas cosas, para cosas que quieren lograr, o sea, tienen una razón para poder hacer algo, o para luchar y poder obtener ciertas cosas. Por ejemplo, hay niños que desarrollan un interés por algo cuando son pequeños, tienen una pasión por algo dentro si, como el ser un artista, o un médico, o un policía, o un militar, o muchas otras distintas cosas más, y comienzan a luchar por esa meta desde entonces. Otros luchan por lograr tener una pareja. Hay algunas personas que luchan por tener hijos. Hay personas que luchan por bienes materiales, como el poder tener una casa u otras cosas. Hay personas que luchan por tener su propio negocio. Hay personas que salen de sus países con la esperanza de tener una mejor vida. Y hay también aquellos que luchan por seguir una religión con el fin de conseguir algún tipo de felicidad aquí, o en el más allá. En fin, la gran mayoría de las personas tienen algún tipo de razón por que luchar, para lograr tener lo que quieren, con el fin de lograr algún tipo de felicidad al llegar a obtener lo que tanto desean.

Ahora bien, se han mencionado muchos tipos de razones por lo cual muchos luchan, y uso la palabra “luchar” porque todo cuesta en esta vida, especialmente lo bueno ¿verdad? Los que luchan por una carrera se dedican por años a esa meta, gastando mucho dinero, absteniéndose de distintas cosas, sacrificando mucho tiempo y también otras cosas, con tal de obtener lo que tanto desean. El poder tener un buen matrimonio tampoco no es fácil. El poder encontrar una persona adecuada cuesta, porque no todos piensan hoy en día de la manera que deben pensar del matrimonio y por eso que muchos fracasan. Todo al comienzo del matrimonio es bonito, lleno de ilusiones y sueños, pero el matrimonio no es para un día, ni para un mes, ni unos años, sino hasta que la muerte los separe. En el matrimonio hay buenos tiempos y malos tiempos, hay riqueza y hay pobreza, hay salud y también falta de salud, hay grandes alegrías y placeres y hay también grandes tristezas y pesares, en fin, pasa de todo. El tener hijos tampoco no es fácil para muchos, porque no solamente se trata de hacerlos o tenerlos, sino que también, el poder criarlos, cuidarlos, y educarlos, y que son para toda la vida. Una persona no deja de ser padre o madre cuando un hijo o hija cumple 18 años, así que, es un camino muy largo y extendido, con muchos sacrificios, si es que se hace bien. Y bueno, no es fácil tampoco obtener los bienes que se desean. Hay muchas veces que obtener lo necesario también cuesta gran lucha, entonces, ¿Cuánto mas no costará conseguir cosas que sobrepasan lo necesario? Y el lograr comenzar un negocio no es tan difícil, pero lo que cuesta es el mantenerlo, el hacerlo estabilizarse, y que siga produciendo. Eso puede tomar muchos años y sacrificios también. Y claro, ¡qué difícil se le hace la vida a muchas personas que dejan sus países para comenzar de nuevo en otro! Hay algunos que hasta pierden la vida en esos viajes. Hay muchos que logran llegar, pero después se encuentran con desafíos nuevos e imprevistos. Y con referencia a la religión, hay muchas personas que hacen cosas increíbles por sus creencias, y sacrifican hasta sus propias vidas por una ideología. Si no lo creen, debieran recordar los ataques del 9-11 en EEUU. Y en todo esto, hay muchos que se rinden en el camino porque no pueden pagar el precio que cuesta tener lo que desean. Y también, otros fracasan por distintas razones.

Entonces, ¿Qué tiene que ver todo esto con el pasaje que leímos? Tiene que ver con todo. Ninguna de las cosas que se han mencionado son malas en sí. Pero, todo lo que se ha mencionado es temporal, y el llegar a la meta no promete una felicidad segura. Hay muchos que llegan a obtener lo que quieren, y cuando llegan piensan: ¿y ahora qué? Otros puede que digan: ¡Esto no era lo que yo pensaba que iba ser! Y claro, hay otros que se sienten más o menos contentos, pero les dura la felicidad un poco de tiempo. Pero absolutamente todo en este mundo es temporal, y susceptible a ser destruido, limitado, e ilusorio. Como dijo el predicador: Vanidad de vanidades, dijo el Predicador; vanidad de vanidades, todo es vanidad. Eclesiastés 1:2. No obstante, hay algo, o más bien, Alguien que, si vale la pena por que luchar, que ni es una ilusión, ni es una vanidad, ni aún menos, algo pasajero o temporal, y esto no se encuentra en una religión, sino más bien, en el tener una relación con este Alguien a quien le debemos todo, y El que nos puede dar cosas que ni siquiera podemos imaginar. Por eso, si entendemos bien el pasaje, vale la pena tomar la cruz de Cristo porque Cristo si vale la pena, porque El hizo algo que nada ni nadie ha hecho por nosotros. No solamente nos creó como enseñan las Escrituras, sino que también dió Su vida para poder salvarnos de nuestros pecados, rompió nuestro destino que era el infierno para que pudiéramos tener la vida eterna. Y como dice la Escritura: ¿qué aprovecha al hombre, si gana todo el mundo, y se destruye o se pierde a sí mismo? Y esto también dice la Palabra: ¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis. Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible. Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire, sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado. 1 Corintios 9:24-27. Todo lo que Dios ofrece a través de Jesucristo, comenzando con poder tenerlo en el corazón, vale la pena no solamente vivir para El, sino hasta morir por El. Todo en esta vida termina, pero El permanece para siempre, y Su amor por nosotros es real y por toda una eternidad. Así que, ¿Estás tomando tu cruz por Cristo, o tu razón de vida es para cosas inferiores y pasajeras? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Es necesario orar por nuestras autoridades - Hechos 19:21-41

Basado en Hechos 19:21-41 (Versión Reina Valera 1960)

Pasadas estas cosas, Pablo se propuso en espíritu ir a Jerusalén, después de recorrer Macedonia y Acaya, diciendo: Después que haya estado allí, me será necesario ver también a Roma. Y enviando a Macedonia a dos de los que le ayudaban, Timoteo y Erasto, él se quedó por algún tiempo en Asia. Hubo por aquel tiempo un disturbio no pequeño acerca del Camino. Porque un platero llamado Demetrio, que hacía de plata templecillos de Diana, daba no poca ganancia a los artífices; a los cuales, reunidos con los obreros del mismo oficio, dijo: Varones, sabéis que de este oficio obtenemos nuestra riqueza; pero veis y oís que este Pablo, no solamente en Éfeso, sino en casi toda Asia, ha apartado a muchas gentes con persuasión, diciendo que no son dioses los que se hacen con las manos. Y no solamente hay peligro de que este nuestro negocio venga a desacreditarse, sino también que el templo de la gran diosa Diana sea estimado en nada, y comience a ser destruida la majestad de aquella a quien venera toda Asia, y el mundo entero. Cuando oyeron estas cosas, se llenaron de ira, y gritaron, diciendo: ¡Grande es Diana de los efesios! Y la ciudad se llenó de confusión, y a una se lanzaron al teatro, arrebatando a Gayo y a Aristarco, macedonios, compañeros de Pablo. Y queriendo Pablo salir al pueblo, los discípulos no le dejaron. También algunas de las autoridades de Asia, que eran sus amigos, le enviaron recado, rogándole que no se presentase en el teatro. Unos, pues, gritaban una cosa, y otros otra; porque la concurrencia estaba confusa, y los más no sabían por qué se habían reunido. Y sacaron de entre la multitud a Alejandro, empujándole los judíos. Entonces Alejandro, pedido silencio con la mano, quería hablar en su defensa ante el pueblo. Pero cuando le conocieron que era judío, todos a una voz gritaron casi por dos horas: ¡Grande es Diana de los efesios! Entonces el escribano, cuando había apaciguado a la multitud, dijo: Varones efesios, ¿y quién es el hombre que no sabe que la ciudad de los efesios es guardiana del templo de la gran diosa Diana, y de la imagen venida de Júpiter? Puesto que esto no puede contradecirse, es necesario que os apacigüéis, y que nada hagáis precipitadamente. Porque habéis traído a estos hombres, sin ser sacrílegos ni blasfemadores de vuestra diosa. Que si Demetrio y los artífices que están con él tienen pleito contra alguno, audiencias se conceden, y procónsules hay; acúsense los unos a los otros. Y si demandáis alguna otra cosa, en legítima asamblea se puede decidir. Porque peligro hay de que seamos acusados de sedición por esto de hoy, no habiendo ninguna causa por la cual podamos dar razón de este concurso. Y habiendo dicho esto, despidió la asamblea.

Vemos en este pasaje que el Evangelio de Cristo puede producir muchos problemas para aquellos que creen en otras cosas, y es lógico porque como vimos, las riquezas de otros son amenazadas, porque el verdadero Evangelio de Cristo no tiene nada que ver con ganar dinero, o a lo menos, así es lo que enseña la Biblia (ese es otro mensaje para otro tiempo). No obstante, vemos algo más aquí que también es muy importante, y es la intervención de las autoridades que a lo menos estableció un campo neutro y de orden, para el bien de los que si siguen al Señor. Vemos que, si no hubiera sido por el escribano, la multitud hubiera acabado en ese momento con los fieles al Señor. Por lo tanto, y como lo enseña la Palabra y lo demuestra esta ocasión, es necesario apoyar las autoridades.   

El interceder por las autoridades delante del Señor como pueblo de Dios es un mandato, y no solamente orar por ellos, sino que también abarca muchas otras cosas donde el pueblo de Dios se debe hacer presente. La Palabra de Dios lo pone de esta manera: Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos. Porque los magistrados no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo. ¿Quieres, pues, no temer la autoridad? Haz lo bueno, y tendrás alabanza de ella; porque es servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme; porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo. Por lo cual es necesario estarle sujetos, no solamente por razón del castigo, sino también por causa de la conciencia. Pues por esto pagáis también los tributos, porque son servidores de Dios que atienden continuamente a esto mismo. Romanos 13:1-6. Recuérdales que se sujeten a los gobernantes y autoridades, que obedezcan, que estén dispuestos a toda buena obra. Que a nadie difamen, que no sean pendencieros, sino amables, mostrando toda mansedumbre para con todos los hombres. Porque nosotros también éramos en otro tiempo insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de concupiscencias y deleites diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos unos a otros. Tito 3:1-3. Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad. Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad. Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo. 1 Timoteo 2:1-6. Así que, es muy clara la Palabra en la manera que debemos tratar las autoridades, sean como sean, aunque no estemos de acuerdo con muchas cosas, y hay razones espirituales, sabias, y hasta lógicas por lo cual se debe no solamente orar, sino que, hasta respetar, y ayudar en lo que se pueda, en fin, hacer lo bueno y lo recto ante los ojos del Señor, hacer aquellas cosas que traen honra y gloria a El, y no que promuevan el vituperio de Su Nombre, como sucede muchas veces.

Estas son las indicaciones que dan la Palabra de cómo hacer las cosas: Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo. 2 Corintios 10:3-5. Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres. No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor. Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza. No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal. Romanos 12:18-21. ¿Cuál es la manera que mayormente vencemos con el bien? ¿Protestando, boicoteando, haciendo marchas, o vandalismo? No. Necesitamos usar lo que Dios nos dió. Vencemos con la oración en unión, y con compartir el Evangelio de salvación con toda persona posible, tanto en palabra como en hechos (buenas obras), dando un testimonio digno del Señor, como lo hicieron tantos fieles que nos precedieron en la fe. Así que, ¿Apoyás a las autoridades, aún las que no te agradan personalmente, de la manera que Dios manda? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Es necesario ser fiel - Hebreos 3

Basado en Hebreos 3 (Versión Reina Valera 1960)

Por tanto, hermanos santos, participantes del llamamiento celestial, considerad al apóstol y sumo sacerdote de nuestra profesión, Cristo Jesús; el cual es fiel al que le constituyó, como también lo fue Moisés en toda la casa de Dios. Porque de tanto mayor gloria que Moisés es estimado digno este, cuanto tiene mayor honra que la casa el que la hizo. Porque toda casa es hecha por alguno; pero el que hizo todas las cosas es Dios. Y Moisés a la verdad fue fiel en toda la casa de Dios, como siervo, para testimonio de lo que se iba a decir; pero Cristo como hijo sobre su casa, la cual casa somos nosotros, si retenemos firme hasta el fin la confianza y el gloriarnos en la esperanza. Por lo cual, como dice el Espíritu Santo: Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones, como en la provocación, en el día de la tentación en el desierto, donde me tentaron vuestros padres; me probaron, y vieron mis obras cuarenta años. A causa de lo cual me disgusté contra esa generación, y dije: Siempre andan vagando en su corazón, y no han conocido mis caminos. Por tanto, juré en mi ira: No entrarán en mi reposo. Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo; antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado. Porque somos hechos participantes de Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fin nuestra confianza del principio, entre tanto que se dice: Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones, como en la provocación. ¿Quiénes fueron los que, habiendo oído, le provocaron? ¿No fueron todos los que salieron de Egipto por mano de Moisés? ¿Y con quiénes estuvo él disgustado cuarenta años? ¿No fue con los que pecaron, cuyos cuerpos cayeron en el desierto? ¿Y a quiénes juró que no entrarían en su reposo, sino a aquellos que desobedecieron? Y vemos que no pudieron entrar a causa de incredulidad.

Si hay algo que es crucial y necesario, es la fidelidad. Esto es una de las cosas que no se pueden comprometer. Y desgraciadamente, esto es algo que falta demasiado hoy en día. Vivimos en un tiempo donde hay muy pocas personas que son fieles. Hay una infidelidad increíble en todas partes. Vivimos en una sociedad muy poco fiel. Y, sobre todo, hay mucha infidelidad hacia el Señor. Esta es la infidelidad más grande que existe, y francamente, sin fidelidad al Señor, no hay salvación. Y el Señor requiere una fidelidad que es muy distinta a la se predica comúnmente.  

Para comenzar, veremos uno de los pasajes más abusados y malinterpretados en toda la Biblia, y claro, su mala interpretación conviene porque apoya la infidelidad. Veamos lo siguiente: Si fuéremos infieles, él permanece fiel; Él no puede negarse a sí mismo. 2 Timoteo 2:13. Gran parte de las personas que se afirman sobre la gracia de Dios de una manera errada usan este pasaje como manera de excusar la infidelidad. Y con esto, creen que pueden serles infieles a Dios, y que todo estará bien al final. Y también, que esto es lo que justifica el depender solo de la gracia del Señor, y no de las obras, o que se puede pecar libremente, y así sucesivamente, abriéndole una puerta muy grande a la autojustificación y al desorden. Desgraciadamente, sacan este versículo de contexto, y crean todo tipo de excusa para hacer lo que se les antoja. Pero, un versículo fuera de contexto y malinterpretado y hasta distorsionado no puede borrar e invalidar lo que el resto de la Biblia dice, porque la Palabra trabaja en conjunto, no por partes. Y si algo no concuerda con el resto de las Escrituras, entonces sencillamente, es una enseñanza falsa. Esta es la especialidad de Satanás, de usar ciertas partes de la Palabra para tratar de hacer la mentira sonar como verdad.  

Veamos bien el contexto entonces: Palabra fiel es esta: Si somos muertos con él, también viviremos con él; si sufrimos, también reinaremos con él; si le negáremos, él también nos negará. Si fuéremos infieles, él permanece fiel; Él no puede negarse a sí mismo. 2 Timoteo 2:11-13. Este pasaje es más bien un gran ejemplo de la fidelidad que Dios busca, para llegar a la salvación. Veámoslo bien, y especialmente tal como está escrito, en sentido condicional (porque absolutamente todo en el Señor es condicional). Primero dice que, debemos morir con El para que podamos vivir con El. Dice que debemos sufrir por El para que reinemos con El. Dice también que, si le negamos, que El también nos negará. Entonces, si entendemos las condiciones que menciona antes, debemos concluir que el serle infiel no puede constar de problemas significativos, y claro, al entender más bien el original, la infidelidad que se habla aquí tiene que ver con la imperfección, que El entiende nuestra condición débil y que no seremos perfectos aún, pero, no dá lado al abuso que muchos predican, que uno puede vivir como quiere, y que haga lo haga, que todo estará bien. También dice esto las Escrituras: Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar. Porque aún no habéis resistido hasta la sangre, combatiendo contra el pecado. Hebreos 12:1-4. En este pasaje, no existe ni la mediocridad, ni el egoísmo, ni el justificar una vida de desorden y de falta de temor por Dios. Todos somos pecadores, aún cuando venimos a Cristo, pero debe haber un proceso de transformación. No podemos quedarnos en la misma condición de cuando primero conocimos al Señor. Debe haber un proseguir, un avance, y una paciencia que se debe cultivar. Y lo único que cultiva la paciencia son las pruebas y las tribulaciones, las cuales van más allá de la disciplina de Dios (Hebreos 12:5-11).  

Ahora bien, ¿Cómo se puede caminar este camino que no se ve tan sencillo como muchos lo hacen sonar (porque el seguir a Cristo no es un camino de rosas, por decir)? Esto leemos: Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Colosenses 3:1-3. No penséis que he venido para traer paz a la tierra; no he venido para traer paz, sino espada. Porque he venido para poner en disensión al hombre contra su padre, a la hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra; y los enemigos del hombre serán los de su casa. El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí; y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí. El que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará. Mateo 10:34-39. ¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios. Santiago 4:4. El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo. Apocalipsis 21:7. Hay que vencer a través de Cristo. Y hay una cosa que siempre hay que tener en mente. Nuestra relación con Dios siempre debe estar basada en el amor, y el amor nunca se fuerza. Dios no fuerza a nadie, especialmente cuando tiene que ver con serle fiel. Y el amor al Señor se dá cuando se aprecia Quien El es, y lo que El ha hecho por nosotros. Así que, ¿le eres fiel al Señor, de la manera que dice la Palabra? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Quien Jesús realmente es - Juan 5:16-30

Basado en Juan 5:16-30 (Versión Reina Valera 1960)

Y por esta causa los judíos perseguían a Jesús, y procuraban matarle, porque hacía estas cosas en el día de reposo. Y Jesús les respondió: Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo. Por esto los judíos aún más procuraban matarle, porque no solo quebrantaba el día de reposo, sino que también decía que Dios era su propio Padre, haciéndose igual a Dios. Respondió entonces Jesús, y les dijo: De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente. Porque el Padre ama al Hijo, y le muestra todas las cosas que él hace; y mayores obras que estas le mostrará, de modo que vosotros os maravilléis. Porque como el Padre levanta a los muertos, y les da vida, así también el Hijo a los que quiere da vida. Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo, para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió. De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida. De cierto, de cierto os digo: Viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oyeren vivirán. Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha dado al Hijo el tener vida en sí mismo; y también le dio autoridad de hacer juicio, por cuanto es el Hijo del Hombre. No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación. No puedo yo hacer nada por mí mismo; según oigo, así juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del Padre.

Aquí leímos la más grande injusticia que pudiera haber habido en la historia, y es la misma injusticia que sigue cometiendo la gran mayoría de las personas, la injusticia de rehusar aceptar Quien realmente es Jesús. ¿Era Jesús solo un hombre, o una buena persona que ayudaba a la gente, o un filósofo, o un científico? Hagamos la pregunta, pero con otras identificaciones que se usan más bien por los religiosos. ¿Era Jesús solamente un sanador, o un maestro, o un profeta? Para poder responder la pregunta, es necesario ahondar en las Escrituras para poder llegar a la Verdad y ver la profundad de la injusticia que se comete, al no reconocerle como lo que realmente es, y el precio que se pagará al rehusar reconocer esa realidad.

El asunto es que Jesús era y es mucho más que todas esas cosas. Y hay que usar precisamente Su nombre, Jesús, porque este es el Nombre que fue revelado por Su Padre, (y para dar comienzo a nuestra explicación): Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios. Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS. Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre. Lucas 1:30-32. Jesús era y es parte integra de la Santa Trinidad de Dios, como también está escrito: Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno. 1 Juan 5:7. Vemos también a través de la Palabra que El siempre ha sido, y que es un Ser eterno, como está escrito: En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. Juan 1:1-3. La Palabra también nos demuestra que todo lo creado existe, porque a través de El fueron todas hechas, todo lo que se ve, y lo invisible, lo temporal, y lo eterno: Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten. Colosenses 1:16-17. Y como consecuencia, Jesús es el que tiene todo poder sobre todas las cosas, como el Dios Creador que es, como lo relatan las Escrituras: Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Mateo 28:18. Entonces, tan sencillamente, Jesús es Dios, El que era, El que es, y El que ha de venir, El cual vive y reina por los siglos de los siglos; y reconocerle como cualquier otra cosa es indudablemente un insulto a Su grandeza y majestad.

Ahora bien, ¿Por qué es tan importante hacer esta principal justicia que Dios Padre busca, el reconocer la realidad de Jesús? Porque no hay vida eterna si no se reconoce y no se acepta y no se le obedece al Señor, como lo que El realmente es. Si no se le reconoce como tal, se sigue cometiendo la misma injusticia que vimos en los religiosos, y Dios no tolerará tal cosa. Esto es lo que dice la Palabra: El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él. Juan 3:36. Y esto también está escrito: Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre. Filipenses 2:9-11. Todo ser humano, sea para salvación durante este presente tiempo de gracia, o todo ser, hasta Satanás mismo para condenación eterna, tendrá que reconocer la realidad de Jesús al final, y todo ser tendrá que arrodillarse a Su majestad y confesarle como tal. Este es el final que le espera a aquellos que rehúsan aceptar esta realidad: Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo. Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS. Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos. De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso. Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES. Y vi a un ángel que estaba en pie en el sol, y clamó a gran voz, diciendo a todas las aves que vuelan en medio del cielo: Venid, y congregaos a la gran cena de Dios, para que comáis carnes de reyes y de capitanes, y carnes de fuertes, carnes de caballos y de sus jinetes, y carnes de todos, libres y esclavos, pequeños y grandes. Y vi a la bestia, a los reyes de la tierra y a sus ejércitos, reunidos para guerrear contra el que montaba el caballo, y contra su ejército. Y la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que había hecho delante de ella las señales con las cuales había engañado a los que recibieron la marca de la bestia, y habían adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre. Y los demás fueron muertos con la espada que salía de la boca del que montaba el caballo, y todas las aves se saciaron de las carnes de ellos. Apocalipsis 21:11-21. No conviene cometer el error de ver el amor y la misericordia de Dios a través de Jesús como debilidad, porque el precio que se pagará será muy caro. Dios es amor, pero también es fuego consumidor. Así que, ¿reconoces, aceptas, y sigues al Señor como el Ser que realmente es, por tu propio bien? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Asuntos de importancia - 2 Tesalonicenses 3

Basado en 2 Tesalonicenses 3 (Versión Reina Valera 1960)

Por lo demás, hermanos, orad por nosotros, para que la palabra del Señor corra y sea glorificada, así como lo fue entre vosotros, y para que seamos librados de hombres perversos y malos; porque no es de todos la fe. Pero fiel es el Señor, que os afirmará y guardará del mal. Y tenemos confianza respecto a vosotros en el Señor, en que hacéis y haréis lo que os hemos mandado. Y el Señor encamine vuestros corazones al amor de Dios, y a la paciencia de Cristo. Pero os ordenamos, hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que os apartéis de todo hermano que ande desordenadamente, y no según la enseñanza que recibisteis de nosotros. Porque vosotros mismos sabéis de qué manera debéis imitarnos; pues nosotros no anduvimos desordenadamente entre vosotros, ni comimos de balde el pan de nadie, sino que trabajamos con afán y fatiga día y noche, para no ser gravosos a ninguno de vosotros; no porque no tuviésemos derecho, sino por daros nosotros mismos un ejemplo para que nos imitaseis. Porque también cuando estábamos con vosotros, os ordenábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma. Porque oímos que algunos de entre vosotros andan desordenadamente, no trabajando en nada, sino entremetiéndose en lo ajeno. A los tales mandamos y exhortamos por nuestro Señor Jesucristo, que trabajando sosegadamente, coman su propio pan. Y vosotros, hermanos, no os canséis de hacer bien. Si alguno no obedece a lo que decimos por medio de esta carta, a ése señaladlo, y no os juntéis con él, para que se avergüence. Mas no lo tengáis por enemigo, sino amonestadle como a hermano. Y el mismo Señor de paz os dé siempre paz en toda manera. El Señor sea con todos vosotros. La salutación es de mi propia mano, de Pablo, que es el signo en toda carta mía; así escribo. La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén.

Hay dos cosas en general que esta tratando la Palabra en este pasaje, y las dos están relacionadas, y estas son: el trabajo y el compartir el Evangelio. Para comenzar, el trabajo es algo necesario. Cada persona debe trabajar como puede para proveerse para sí mismo. En la iglesia primitiva, como se le llama, los hermanos tenían todas las cosas en común, pero para ayudarse, para proveer para las necesidades los unos de los otros, pero no para crear un ambiente de flojera e irresponsabilidad. Ese es el desorden del cual el Apóstol Pablo amonesta, a que los creyentes no debieran aprovecharse de los demás para hacer cosas que no convenien. Los está enseñando a ser justos, porque no era (ni es) justo que algunos sacrifiquen sus bienes para que otros que no hicieron nada, se beneficien. Esto también aplica a aquellos que se aprovechan de los programas de beneficencia y las distintas asistencias que dan los gobiernos para ayudar a los desamparados. En fin, nadie se debiera aprovechar de nada, ni de las personas pudientes, ni del gobierno, suponiendo que este tiene mucho dinero, que finalmente es lo que pagan los contribuyentes (los que trabajamos). Por desgracia, hay mucho aprovechamiento entre los supuestos creyentes.

¿Qué más aconseja el Señor a través de la Palabra, con respecto al trabajo? Esto dice: Todos los que están bajo el yugo de esclavitud, tengan a sus amos por dignos de todo honor, para que no sea blasfemado el nombre de Dios y la doctrina. Y los que tienen amos creyentes, no los tengan en menos por ser hermanos, sino sírvanles mejor, por cuanto son creyentes y amados los que se benefician de su buen servicio. Esto enseña y exhorta. Si alguno enseña otra cosa, y no se conforma a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo, y a la doctrina que es conforme a la piedad, está envanecido, nada sabe, y delira acerca de cuestiones y contiendas de palabras, de las cuales nacen envidias, pleitos, blasfemias, malas sospechas, disputas necias de hombres corruptos de entendimiento y privados de la verdad, que toman la piedad como fuente de ganancia; apártate de los tales. Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento; porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto. Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición; porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores. Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre. 1 Timothy 6:1-11. Entonces, puede que ya no tengamos la esclavitud como en aquel entonces, pero si aplica de la misma forma a la relación entre empleadores y empleados. Hay que respetar a los que servimos, y hacer nuestro trabajo bien, porque para eso mismo nos pagan. No es un favor. Y si una persona no esta contenta con lo que gana, que ore, y que se esfuerce en estudiar para estar mas preparado y apto para otro empleo, o que se esfuerce para poder salir adelante mejor. De cualquier modo, el Señor si bendice el esfuerzo, el esmero, y por supuesto, la responsabilidad. Pero, esto también nos ensena este mismo pasaje, que debemos tener contentamiento con lograr tener lo necesario, y ¿cuánto es necesario? Eso es muy fácil entenderlo, si estamos enfocados en el Señor realmente. Debemos concentrarnos en seguir la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, y la mansedumbre.

Ahora bien, debemos aclarar una cosa, entre los hermanos que se tratan de aprovechar de los demás y de los que usan el ministerio, o la piedad como fuente de ganancia. La Palabra hace una diferencia. El asunto es que la Palabra habla de apartarse de los que se aprovechan, y de amonestarles para que puedan tanto avergonzarse de lo que hacen, y dar oportunidad a que puedan cambiar. Pero, hay una gran diferencia con aquellos que usan las cosas de Dios para ganancia. La Palabra dice bien claro que hay que apartarse de los tales, pero no habla ni de amonestar, ni de tratarle como hermanos, y ¿por qué será eso? Porque la persona que usa el ministerio para lucro tiene la conciencia cauterizada. No tiene ni escrúpulos, ni aún menos, temor por el Señor. Ellos se introdujeron en el ministerio con el fin de lucrar, y a estos Dios los juzgara con condenación eterna. Si uno no quiere ser parte de esa condenación, con mayor razón es sabio tomar distancia, tal como lo aconseja la Palabra.

Concluyendo, ¿Qué tiene que ver el ser personas de trabajo y responsabilidad con el compartir el Evangelio? Mucho. Es parte de nuestro testimonio como creyentes no dar lado a que los del mundo blasfemen en contra del Señor por nuestra culpa, como también, usar nuestros bienes no solamente para aprovecharlos personalmente, sino también, para ayudar a los mas necesitados, a aquellos que no pueden proveerse para si mismo porque sencillamente no pueden, y por supuesto, todo con el fin de que lleguen más almas posibles a ser salvas por Cristo. Nuestra meta debe ser hacer todo como para el Señor, para la gloria del Altísimo, y por amor a nuestro prójimo. La única manera que las vidas de los demás pueden ser salvas y las malas condiciones actuales de los menos afortunados ser mejoradas es a través del pueblo de Dios. Muchos reclaman de lo malo que esta el mundo y del sufrimiento ajeno, pero habría mucho menos maldad y menos necesidad ajena si el llamado pueblo de Dios se dedicará a servir al Señor como la Palabra nos enseña para así poder alcanzar la inmortalidad. Así que, ¿estás preocupado de cosas que, sí importan, comenzando por tu salvación? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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El templo que realmente desea el Señor - Ezequiel 42

Basado en Ezequiel 42 (Versión Reina Valera 1960)

Me trajo luego al atrio exterior hacia el norte, y me llevó a la cámara que estaba delante del espacio abierto que quedaba enfrente del edificio, hacia el norte. Por delante de la puerta del norte su longitud era de cien codos, y el ancho de cincuenta codos. Frente a los veinte codos que había en el atrio interior, y enfrente del enlosado que había en el atrio exterior, estaban las cámaras, las unas enfrente de las otras en tres pisos. Y delante de las cámaras había un corredor de diez codos de ancho hacia adentro, con una vía de un codo; y sus puertas daban al norte. Y las cámaras más altas eran más estrechas; porque las galerías quitaban de ellas más que de las bajas y de las de en medio del edificio. Porque estaban en tres pisos, y no tenían columnas como las columnas de los atrios; por tanto, eran más estrechas que las de abajo y las de en medio, desde el suelo. Y el muro que estaba afuera enfrente de las cámaras, hacia el atrio exterior delante de las cámaras, tenía cincuenta codos de largo. Porque la longitud de las cámaras del atrio de afuera era de cincuenta codos; y delante de la fachada del templo había cien codos. Y debajo de las cámaras estaba la entrada al lado oriental, para entrar en él desde el atrio exterior. A lo largo del muro del atrio, hacia el oriente, enfrente del espacio abierto, y delante del edificio, había cámaras. Y el corredor que había delante de ellas era semejante al de las cámaras que estaban hacia el norte; tanto su longitud como su ancho eran lo mismo, y todas sus salidas, conforme a sus puertas y conforme a sus entradas. Así también eran las puertas de las cámaras que estaban hacia el sur; había una puerta al comienzo del corredor que había enfrente del muro al lado oriental, para quien entraba en las cámaras. Y me dijo: Las cámaras del norte y las del sur, que están delante del espacio abierto, son cámaras santas en las cuales los sacerdotes que se acercan a Jehová comerán las santas ofrendas; allí pondrán las ofrendas santas, la ofrenda y la expiación y el sacrifico por el pecado, porque el lugar es santo. Cuando los sacerdotes entren, no saldrán del lugar santo al atrio exterior, sino que allí dejarán sus vestiduras con que ministran, porque son santas; y se vestirán otros vestidos, y así se acercarán a lo que es del pueblo. Y luego que acabó las medidas de la casa de adentro, me sacó por el camino de la puerta que miraba hacia el oriente, y lo midió todo alrededor. Midió el lado oriental con la caña de medir, quinientas cañas de la caña de medir alrededor. Midió al lado del norte, quinientas cañas de la caña de medir alrededor. Midió al lado del sur, quinientas cañas de la caña de medir. Rodeó al lado del occidente, y midió quinientas cañas de la caña de medir. A los cuatro lados lo midió; tenía un muro todo alrededor, de quinientas cañas de longitud y quinientas cañas de ancho, para hacer separación entre el santuario y el lugar profano.

¿Dios en realidad desea templos hechos por manos de hombres? Esto es algo que ha causado muchos problemas dentro de nuestras congregaciones por mucho tiempo, mucho después que partieron los apóstoles. Algún tipo de edificio “puede” que sea útil, pero ¿será realmente tan necesario invertir tantos bienes, recursos, y tiempo para lograr tener un edificio (o algunos edificios), para poder llevar a cabo la obra del Señor? Me seria muy conveniente dar un gran afirmativo ha esto, por título, preparación y empleo, porque mi educación y entrenamiento es en la arquitectura, y por empleo, soy constructor comercial, y por la gracia y provisión de Dios, he dirigido muchas obras significativas a través de los años. Pero gracias a mi fe en Cristo y mi trasfondo, puedo dar una enseñanza más exacta, basado en la Palabra de Dios, porque si creemos en Dios, entonces todo debe ser visto a través de Su Palabra, y nunca guiarnos por nuestra opinión, ni aún menos, nuestras conveniencias.  

Vayamos por un momento donde nuestra fe comenzó, donde Abraham. El existió mucho antes que Jerusalén fuera establecida como centro de Israel y que fuere edificado el templo. La promesa comenzó con Abraham, el pacto que Dios hizo personalmente con el hombre. ¿Qué fue lo que comenzó todo? Esto nos dice la Palabra: Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba. Por la fe habitó como extranjero en la tierra prometida como en tierra ajena, morando en tiendas con Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa; porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios. Hebreos 11:8-10. Entonces, para comenzar, vemos muy claramente la visión que Dios le dio a Abraham, algo que iba a hacer construido por Dios y no por los hombres. También vemos lo siguiente a través del Apóstol Pablo: Entonces Pablo, puesto en pie en medio del Areópago, dijo: Varones atenienses, en todo observo que sois muy religiosos; porque pasando y mirando vuestros santuarios, hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO. Al que vosotros adoráis, pues, sin conocerle, es a quien yo os anuncio. El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas. Hechos 17:22-24.

Entonces, ¿Qué busca realmente construir Dios? A través de mi trasfondo, les puedo decir que un edificio necesita un buen fundamento, pero para poder construir sobre el fundamento en sí, la superestructura, es totalmente necesario comenzar con un ángulo, para poder ubicar y darle la orientación a todo el resto del edificio. El angular es la pieza principal que le da la ubicación y el orden a toda la superestructura. Así que, esa pieza principal, por decir, es Cristo. El es el que le da comienzo y orientación a este edificio que el Padre realmente busca construir, como está escrito: Sea notorio a todos vosotros, y a todo el pueblo de Israel, que en el nombre de Jesucristo de Nazaret, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de los muertos, por él este hombre está en vuestra presencia sano. Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo. Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos. Hechos 4:10-12. Y este es el producto final que la Santa Trinidad desea llevar a cabo: He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona. Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Apocalipsis 3:11-13. Nosotros somos el edificio que Dios Padre desea construir a través de Cristo y del poder del Espíritu Santo. Nosotros somos estos componentes que fueron creados, y que necesitamos ser formados con ciertas especificaciones, para que el edificio sea y funcione como debe ser. Hay una precisión para todo el diseño. Por eso que no podemos ser como queramos, sino que debemos dejarnos formar por el Altísimo.

Y esto es lo último, para poder ayudar a entender lo que es más importante. La obra maestra del ministerio de Dios no fue dentro de un edificio, sino que fue a través de Cristo en el calvario. El Señor llevo acabo Su obra mas grande muy lejos de un edificio, donde fue clavado y alzado sobre una cruz para derramar Su sangre, y así lavar los pecados del mundo. Así que, ¿entiendes que tú eres parte del templo que Dios sí desea construir, y que debes ser hecho de acuerdo a las especificaciones necesarias para poder cumplir tu función eterna? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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La insensibilidad al Evangelio - Hechos 28:17-31

Basado en Hechos 28:17-31 (Versión Reina Valera 1960)

Aconteció que tres días después, Pablo convocó a los principales de los judíos, a los cuales, luego que estuvieron reunidos, les dijo: Yo, varones hermanos, no habiendo hecho nada contra el pueblo, ni contra las costumbres de nuestros padres, he sido entregado preso desde Jerusalén en manos de los romanos; los cuales, habiéndome examinado, me querían soltar, por no haber en mí ninguna causa de muerte. Pero oponiéndose los judíos, me vi obligado a apelar a César; no porque tenga de qué acusar a mi nación. Así que por esta causa os he llamado para veros y hablaros; porque por la esperanza de Israel estoy sujeto con esta cadena. Entonces ellos le dijeron: Nosotros ni hemos recibido de Judea cartas acerca de ti, ni ha venido alguno de los hermanos que haya denunciado o hablado algún mal de ti. Pero querríamos oír de ti lo que piensas; porque de esta secta nos es notorio que en todas partes se habla contra ella. Y habiéndole señalado un día, vinieron a él muchos a la posada, a los cuales les declaraba y les testificaba el reino de Dios desde la mañana hasta la tarde, persuadiéndoles acerca de Jesús, tanto por la ley de Moisés como por los profetas. Y algunos asentían a lo que se decía, pero otros no creían. Y como no estuviesen de acuerdo entre sí, al retirarse, les dijo Pablo esta palabra: Bien habló el Espíritu Santo por medio del profeta Isaías a nuestros padres, diciendo: Ve a este pueblo, y diles: De oído oiréis, y no entenderéis; y viendo veréis, y no percibiréis; Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, y con los oídos oyeron pesadamente, y sus ojos han cerrado, para que no vean con los ojos, y oigan con los oídos, y entiendan de corazón, y se conviertan, y yo los sane. Sabed, pues, que a los gentiles es enviada esta salvación de Dios; y ellos oirán. Y cuando hubo dicho esto, los judíos se fueron, teniendo gran discusión entre sí. Y Pablo permaneció dos años enteros en una casa alquilada, y recibía a todos los que a él venían, predicando el reino de Dios y enseñando acerca del Señor Jesucristo, abiertamente y sin impedimento.

¿Qué es lo que determina la insensibilidad de una persona hacia el Evangelio? ¿Por qué algunos escuchan y entienden, y muchos otros no? ¿Esto es algo predeterminado por Dios? ¿Somos realmente libres para poder escoger? A algunos les importa saber esto. A otros, no mucho. Todo depende, como vamos a explicar y tratar de ayudar a entender a través de la Palabra.

Hay algunos que creen que ya todo está resuelto, y que no hay nada más que hacer, que Dios a predestinado o predispuesto todas las cosas, hasta los que se van a salvar y no salvar. Estos mismos piensan que esto es así, porque Dios es grande, y que creer otra cosa pone en tela de juicio la soberanía de Dios. En ciertas partes de la Palabra da lugar para creer esto, por decir, que las cosas ya están establecidas. Hay lugares donde se menciona la predestinación. Entonces, ¿se puede decir al 100% que no hay tal cosa como la predestinación? No. Es posible que hallan ciertas instancias de esta tal predestinación y que posiblemente hallan seres que existan solamente con el propósito de no pertenecerle a Dios, pero esto no aplica a todos nosotros en general. Porque esto es lo que debemos tener claro, que no se puede tomar ciertas partes de la Biblia y olvidarse de todo el resto. Esto es el problema con muchas doctrinas que existen, que toman ciertas verdades de la Biblia y se olvidan o niegan la gran mayoría del resto. O sea, para ponerlo numéricamente, el 5% de algo no puede definir el restante 95%. Por eso que es importante el poder entender y comprender la plenitud de la Palabra, no solamente ciertas partes, porque la Palabra, ya sea que sean palabras impresas sobre papel (o caracteres para algunos otros idiomas) o como hoy la vemos, data en una pantalla, es más bien la Persona de Cristo, como está escrito: En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Juan 1:1-2. Y también: Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno. 1 Juan 5:7. Así que, esto es lo que declara la misma Palabra de sí misma: Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra. 2 Timoteo 3:16-17.

Así que, si entendemos esto, que el asunto de la predestinación no aplica a todo el mundo, entonces tenemos que creer que el asunto de la decisión de ser salvo o no ser, claramente depende de la persona. Si es verdad que Dios es el que llama. Si es verdad que el Espíritu Santo es el que nos da convicción de pecado, lo cual va más allá de la conciencia. Pero, no podemos perder de vista que Dios llama a cada momento, a través de todo lo creado, porque escrito esta: Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. Romanos 1:20. Y también, el Espíritu Santo está en operación a cada momento, comenzando por ese mismo punto de que todo lo creado habla de Dios, porque el Espíritu Santo de Dios obra a través de la Palabra, no a través de los sentimientos, porque trabaja en conjunto con el Padre y el Hijo, porque los Tres son Uno, por lo tanto, los Tres piensan y hacen indiscutiblemente lo mismo. Ninguno de la Trinidad dice o hace algo distinto. Así que, Dios llama a cada instante, y el Espíritu Santo apunta a todo lo que hace Dios, y está siempre instando a volver a Dios, al arrepentimiento, como mismo lo dice la Palabra: Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios. Romanos 3:23. Este corto verso por sí solo (y claro, hay muchos más) nos insta a entender que todos tenemos el problema del pecado y que todos estamos destituidos de la gloria de Dios, y no sé qué otra cosa habrá que dé más convicción de pecado. Y también esto mismo nos ayuda a entender que, ¡bendito sea Dios!, no somos seres predestinados en general, porque esto mismo revela que nuestro destino, por nuestro pecado, seria plenamente el infierno. Pero, Cristo rompió con ese destino, como también está escrito: Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro. Romanos 6:23.

Entonces, ¿Qué es lo que finalmente dicta la insensibilidad al Evangelio? Todo depende de a quién o qué decide una persona servir, si a Dios o al pecado que mora en él. Como está escrito: Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro. No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias; ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia. Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia. ¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? En ninguna manera. ¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia? Romanos 6:11-16. Sencillamente, si estas más enfocado en tus propias vanidades y egoísmo, finalmente, estas enfocado en servir a tu pecado, entonces no vas a poder entender, haga lo que haga la Trinidad. Para poder tener vida, es necesario someterse y obedecer a la justicia, a la vida, a Cristo. Entonces, ¿A qué o a quién estás escogiendo obedecer? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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La lluvia es necesaria - Mateo 5:43-48

Basado en Mateo 5:43-48 (Versión Reina Valera 1960)

Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos. Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen también lo mismo los publicanos? Y si saludáis a vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? ¿No hacen también así los gentiles? Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.

Aparte del aire, el agua es lo más necesario para que el ser humano pueda vivir. Es más, aproximadamente el 60% del cuerpo humano es compuesto por agua. De acuerdo a H.H. Mitchell, Journal of Biological Chemistry 158, 73% del cerebro y del corazón es compuesto por agua, 83% de los pulmones es agua, 64% de la piel es agua, 79% de los músculos y los riñones son agua, y 31% de los huesos es agua. Y una persona común y corriente puede morir de sed si no toma agua durante 3 días. Indudablemente, el agua es importante para toda función del cuerpo, para poder sobrevivir. Pensemos por un momento, ¿Qué pasaría si no hubiera lluvia? Se han visto seguías en el pasado en distintas partes del mundo y a través de la historia de la humanidad, y han sido realmente destructivas. Todo comienza a sufrir si no hubiera agua. No habría agua para los alimentos y para los animales. No habría agua para funciones esenciales de distintas industrias. Y claro, nosotros comenzaríamos a tener serios problemas no solamente porque escasearían los alimentos y funciones esenciales de la sociedad, sino también, porque nosotros mismos no tendríamos que tomar. Y si una sequia fuere muy larga, es posible que hasta la civilización dejaría de existir. ¡Que increíble que si algo tan sencillo faltara, como afectaría todo, y ninguna riqueza ni ningún poder humano podría arreglar el problema!    

El pensamiento sobre el agua me vino al corazón el otro día cuando manejaba hacia el trabajo, al ver caer lluvias muy fuertes en el camino. Para comenzar, pensé, ¡Qué feo se ve el día! Pero, de un repente vino a mí, ¿Qué sucedería si no hubiera tal cosa? La gran mayoría de las personas no les gusta la lluvia. La lluvia hace verse el cielo oscuro y gris. A muchas personas hasta le deprime la lluvia. Muchas personas reclaman cuando llueve porque les arruinan sus planes. En fin, para muchos de nosotros, la lluvia y las tormentas son fastidiosas y desagradables. No obstante, vimos antes que el agua es esencial para todo en el cuerpo humano, y para todo sobre este planeta, y sin el agua, todo se destruiría. Y ¿cómo es que se produce el agua para que nosotros podamos tenerla? A través de la lluvia, de las tormentas, cuando se ve desagradable y feo el tiempo, cuando el cielo se pone gris y oscuro, de la manera que les molesta a muchos, y hasta de maneras que pueden ser destructivas, porque las inundaciones pueden ser devastadoras también. Qué asunto, ¿no? ¿Qué podríamos sacar en limpio con todo esto?

Para poder tener algo tan necesario como el agua, y poder soportar cuando viene muy fuerte, la única manera de poder sobrevivir una tormenta y hasta las inundaciones cuando vienen, es de construir sobre algo más alto de una posible inundación e inconmovible. Porque, ¿que sacaríamos si tuviéramos toda el agua que necesitamos, pero no poder sobrevivir cuando viene de maneras posiblemente destructivas, de tal manera que hasta perdemos la vida? El Señor nos hablo acerca de esto mismo, y de que es necesario fundamentar nuestras vidas sobre la roca, y tal cosa conviene no solamente para aguantar la tormenta, pero para poder vivir para aprovechar la bendición que si deja el agua. Como está escrito: Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina. Mateo 7:24-27.

Ya vimos que el agua es esencial para todo en la vida, y que, sin agua, nada subsistiría. Por lo tanto, si el agua es tan necesaria, entonces uno tendría que venir a la conclusión que las lluvias y las tormentas son necesarias también, porque así es que viene el agua comúnmente. Tienen que haber días grises, y oscuros, y hasta tormentosos para poder obtener algo tan valioso y necesario como el agua. Esto nos enseña que las tormentas de la vida son necesarias para que pueda venir la bendición que Dios produce a través de ellas. Por eso que, en vez de evitar o renegar en contra de las tormentas, hay que buscar la manera de poder soportarlas y de hasta cosechar de ellas las grandes bendiciones que si producen. La dificultad es necesaria para la vida cristiana. Nada en la Biblia nos dice que tendríamos una vida perfecta y sin problemas aquí, y como lo comprobamos, los problemas son necesarios y hasta producen bendición. Esto también leemos: En gran manera me gocé en el Señor de que ya al fin habéis revivido vuestro cuidado de mí; de lo cual también estabais solícitos, pero os faltaba la oportunidad. No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Filipenses 4:10-13.

Lo grande de Dios es que, si estamos en Cristo, con los ojos puestos en Cristo, podríamos hasta caminar sobre el agua en medio de la tormenta, como leemos aquí: Y ya la barca estaba en medio del mar, azotada por las olas; porque el viento era contrario. Mas a la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino a ellos andando sobre el mar. Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, diciendo: ¡Un fantasma! Y dieron voces de miedo. Pero en seguida Jesús les habló, diciendo: ¡Tened ánimo; yo soy, no temáis! Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas. Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús. Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame! Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste? Mateo 14:24-31. Por eso es que necesitamos una fe genuina y verdadera, como se nos advierte: Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan. Hebreos 11:6. No es necesariamente la voluntad de Dios evitar los problemas y hasta las personas problemáticas (los malos y los enemigos), sino más bien, crecer y fructificar a través de ellos, porque Dios quiere sacar un producto eterno de nuestras vidas, para prepararnos para esto: Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman. 1 Corintios 2:9. ¿Entiendes lo necesario que es el agua para ti? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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