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La razón por lo que se toma la Cruz - Lucas 9:23-36

Basado en Lucas 9:23-36 (Versión Reina Valera 1960)

Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, este la salvará. Pues ¿qué aprovecha al hombre, si gana todo el mundo, y se destruye o se pierde a sí mismo? Porque el que se avergonzare de mí y de mis palabras, de este se avergonzará el Hijo del Hombre cuando venga en su gloria, y en la del Padre, y de los santos ángeles. Pero os digo en verdad, que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte hasta que vean el reino de Dios. Aconteció como ocho días después de estas palabras, que tomó a Pedro, a Juan y a Jacobo, y subió al monte a orar. Y entre tanto que oraba, la apariencia de su rostro se hizo otra, y su vestido blanco y resplandeciente. Y he aquí dos varones que hablaban con él, los cuales eran Moisés y Elías; quienes aparecieron rodeados de gloria, y hablaban de su partida, que iba Jesús a cumplir en Jerusalén. Y Pedro y los que estaban con él estaban rendidos de sueño; mas permaneciendo despiertos, vieron la gloria de Jesús, y a los dos varones que estaban con él. Y sucedió que apartándose ellos de él, Pedro dijo a Jesús: Maestro, bueno es para nosotros que estemos aquí; y hagamos tres enramadas, una para ti, una para Moisés, y una para Elías; no sabiendo lo que decía. Mientras él decía esto, vino una nube que los cubrió; y tuvieron temor al entrar en la nube. Y vino una voz desde la nube, que decía: Este es mi Hijo amado; a él oíd. Y cuando cesó la voz, Jesús fue hallado solo; y ellos callaron, y por aquellos días no dijeron nada a nadie de lo que habían visto.

Muchas personas hoy en día se proponen metas para distintas cosas, para cosas que quieren lograr, o sea, tienen una razón para poder hacer algo, o para luchar y poder obtener ciertas cosas. Por ejemplo, hay niños que desarrollan un interés por algo cuando son pequeños, tienen una pasión por algo dentro si, como el ser un artista, o un médico, o un policía, o un militar, o muchas otras distintas cosas más, y comienzan a luchar por esa meta desde entonces. Otros luchan por lograr tener una pareja. Hay algunas personas que luchan por tener hijos. Hay personas que luchan por bienes materiales, como el poder tener una casa u otras cosas. Hay personas que luchan por tener su propio negocio. Hay personas que salen de sus países con la esperanza de tener una mejor vida. Y hay también aquellos que luchan por seguir una religión con el fin de conseguir algún tipo de felicidad aquí, o en el más allá. En fin, la gran mayoría de las personas tienen algún tipo de razón por que luchar, para lograr tener lo que quieren, con el fin de lograr algún tipo de felicidad al llegar a obtener lo que tanto desean.

Ahora bien, se han mencionado muchos tipos de razones por lo cual muchos luchan, y uso la palabra “luchar” porque todo cuesta en esta vida, especialmente lo bueno ¿verdad? Los que luchan por una carrera se dedican por años a esa meta, gastando mucho dinero, absteniéndose de distintas cosas, sacrificando mucho tiempo y también otras cosas, con tal de obtener lo que tanto desean. El poder tener un buen matrimonio tampoco no es fácil. El poder encontrar una persona adecuada cuesta, porque no todos piensan hoy en día de la manera que deben pensar del matrimonio y por eso que muchos fracasan. Todo al comienzo del matrimonio es bonito, lleno de ilusiones y sueños, pero el matrimonio no es para un día, ni para un mes, ni unos años, sino hasta que la muerte los separe. En el matrimonio hay buenos tiempos y malos tiempos, hay riqueza y hay pobreza, hay salud y también falta de salud, hay grandes alegrías y placeres y hay también grandes tristezas y pesares, en fin, pasa de todo. El tener hijos tampoco no es fácil para muchos, porque no solamente se trata de hacerlos o tenerlos, sino que también, el poder criarlos, cuidarlos, y educarlos, y que son para toda la vida. Una persona no deja de ser padre o madre cuando un hijo o hija cumple 18 años, así que, es un camino muy largo y extendido, con muchos sacrificios, si es que se hace bien. Y bueno, no es fácil tampoco obtener los bienes que se desean. Hay muchas veces que obtener lo necesario también cuesta gran lucha, entonces, ¿Cuánto mas no costará conseguir cosas que sobrepasan lo necesario? Y el lograr comenzar un negocio no es tan difícil, pero lo que cuesta es el mantenerlo, el hacerlo estabilizarse, y que siga produciendo. Eso puede tomar muchos años y sacrificios también. Y claro, ¡qué difícil se le hace la vida a muchas personas que dejan sus países para comenzar de nuevo en otro! Hay algunos que hasta pierden la vida en esos viajes. Hay muchos que logran llegar, pero después se encuentran con desafíos nuevos e imprevistos. Y con referencia a la religión, hay muchas personas que hacen cosas increíbles por sus creencias, y sacrifican hasta sus propias vidas por una ideología. Si no lo creen, debieran recordar los ataques del 9-11 en EEUU. Y en todo esto, hay muchos que se rinden en el camino porque no pueden pagar el precio que cuesta tener lo que desean. Y también, otros fracasan por distintas razones.

Entonces, ¿Qué tiene que ver todo esto con el pasaje que leímos? Tiene que ver con todo. Ninguna de las cosas que se han mencionado son malas en sí. Pero, todo lo que se ha mencionado es temporal, y el llegar a la meta no promete una felicidad segura. Hay muchos que llegan a obtener lo que quieren, y cuando llegan piensan: ¿y ahora qué? Otros puede que digan: ¡Esto no era lo que yo pensaba que iba ser! Y claro, hay otros que se sienten más o menos contentos, pero les dura la felicidad un poco de tiempo. Pero absolutamente todo en este mundo es temporal, y susceptible a ser destruido, limitado, e ilusorio. Como dijo el predicador: Vanidad de vanidades, dijo el Predicador; vanidad de vanidades, todo es vanidad. Eclesiastés 1:2. No obstante, hay algo, o más bien, Alguien que, si vale la pena por que luchar, que ni es una ilusión, ni es una vanidad, ni aún menos, algo pasajero o temporal, y esto no se encuentra en una religión, sino más bien, en el tener una relación con este Alguien a quien le debemos todo, y El que nos puede dar cosas que ni siquiera podemos imaginar. Por eso, si entendemos bien el pasaje, vale la pena tomar la cruz de Cristo porque Cristo si vale la pena, porque El hizo algo que nada ni nadie ha hecho por nosotros. No solamente nos creó como enseñan las Escrituras, sino que también dió Su vida para poder salvarnos de nuestros pecados, rompió nuestro destino que era el infierno para que pudiéramos tener la vida eterna. Y como dice la Escritura: ¿qué aprovecha al hombre, si gana todo el mundo, y se destruye o se pierde a sí mismo? Y esto también dice la Palabra: ¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis. Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible. Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire, sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado. 1 Corintios 9:24-27. Todo lo que Dios ofrece a través de Jesucristo, comenzando con poder tenerlo en el corazón, vale la pena no solamente vivir para El, sino hasta morir por El. Todo en esta vida termina, pero El permanece para siempre, y Su amor por nosotros es real y por toda una eternidad. Así que, ¿Estás tomando tu cruz por Cristo, o tu razón de vida es para cosas inferiores y pasajeras? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Es necesario orar por nuestras autoridades - Hechos 19:21-41

Basado en Hechos 19:21-41 (Versión Reina Valera 1960)

Pasadas estas cosas, Pablo se propuso en espíritu ir a Jerusalén, después de recorrer Macedonia y Acaya, diciendo: Después que haya estado allí, me será necesario ver también a Roma. Y enviando a Macedonia a dos de los que le ayudaban, Timoteo y Erasto, él se quedó por algún tiempo en Asia. Hubo por aquel tiempo un disturbio no pequeño acerca del Camino. Porque un platero llamado Demetrio, que hacía de plata templecillos de Diana, daba no poca ganancia a los artífices; a los cuales, reunidos con los obreros del mismo oficio, dijo: Varones, sabéis que de este oficio obtenemos nuestra riqueza; pero veis y oís que este Pablo, no solamente en Éfeso, sino en casi toda Asia, ha apartado a muchas gentes con persuasión, diciendo que no son dioses los que se hacen con las manos. Y no solamente hay peligro de que este nuestro negocio venga a desacreditarse, sino también que el templo de la gran diosa Diana sea estimado en nada, y comience a ser destruida la majestad de aquella a quien venera toda Asia, y el mundo entero. Cuando oyeron estas cosas, se llenaron de ira, y gritaron, diciendo: ¡Grande es Diana de los efesios! Y la ciudad se llenó de confusión, y a una se lanzaron al teatro, arrebatando a Gayo y a Aristarco, macedonios, compañeros de Pablo. Y queriendo Pablo salir al pueblo, los discípulos no le dejaron. También algunas de las autoridades de Asia, que eran sus amigos, le enviaron recado, rogándole que no se presentase en el teatro. Unos, pues, gritaban una cosa, y otros otra; porque la concurrencia estaba confusa, y los más no sabían por qué se habían reunido. Y sacaron de entre la multitud a Alejandro, empujándole los judíos. Entonces Alejandro, pedido silencio con la mano, quería hablar en su defensa ante el pueblo. Pero cuando le conocieron que era judío, todos a una voz gritaron casi por dos horas: ¡Grande es Diana de los efesios! Entonces el escribano, cuando había apaciguado a la multitud, dijo: Varones efesios, ¿y quién es el hombre que no sabe que la ciudad de los efesios es guardiana del templo de la gran diosa Diana, y de la imagen venida de Júpiter? Puesto que esto no puede contradecirse, es necesario que os apacigüéis, y que nada hagáis precipitadamente. Porque habéis traído a estos hombres, sin ser sacrílegos ni blasfemadores de vuestra diosa. Que si Demetrio y los artífices que están con él tienen pleito contra alguno, audiencias se conceden, y procónsules hay; acúsense los unos a los otros. Y si demandáis alguna otra cosa, en legítima asamblea se puede decidir. Porque peligro hay de que seamos acusados de sedición por esto de hoy, no habiendo ninguna causa por la cual podamos dar razón de este concurso. Y habiendo dicho esto, despidió la asamblea.

Vemos en este pasaje que el Evangelio de Cristo puede producir muchos problemas para aquellos que creen en otras cosas, y es lógico porque como vimos, las riquezas de otros son amenazadas, porque el verdadero Evangelio de Cristo no tiene nada que ver con ganar dinero, o a lo menos, así es lo que enseña la Biblia (ese es otro mensaje para otro tiempo). No obstante, vemos algo más aquí que también es muy importante, y es la intervención de las autoridades que a lo menos estableció un campo neutro y de orden, para el bien de los que si siguen al Señor. Vemos que, si no hubiera sido por el escribano, la multitud hubiera acabado en ese momento con los fieles al Señor. Por lo tanto, y como lo enseña la Palabra y lo demuestra esta ocasión, es necesario apoyar las autoridades.   

El interceder por las autoridades delante del Señor como pueblo de Dios es un mandato, y no solamente orar por ellos, sino que también abarca muchas otras cosas donde el pueblo de Dios se debe hacer presente. La Palabra de Dios lo pone de esta manera: Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos. Porque los magistrados no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo. ¿Quieres, pues, no temer la autoridad? Haz lo bueno, y tendrás alabanza de ella; porque es servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme; porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo. Por lo cual es necesario estarle sujetos, no solamente por razón del castigo, sino también por causa de la conciencia. Pues por esto pagáis también los tributos, porque son servidores de Dios que atienden continuamente a esto mismo. Romanos 13:1-6. Recuérdales que se sujeten a los gobernantes y autoridades, que obedezcan, que estén dispuestos a toda buena obra. Que a nadie difamen, que no sean pendencieros, sino amables, mostrando toda mansedumbre para con todos los hombres. Porque nosotros también éramos en otro tiempo insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de concupiscencias y deleites diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos unos a otros. Tito 3:1-3. Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad. Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad. Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo. 1 Timoteo 2:1-6. Así que, es muy clara la Palabra en la manera que debemos tratar las autoridades, sean como sean, aunque no estemos de acuerdo con muchas cosas, y hay razones espirituales, sabias, y hasta lógicas por lo cual se debe no solamente orar, sino que, hasta respetar, y ayudar en lo que se pueda, en fin, hacer lo bueno y lo recto ante los ojos del Señor, hacer aquellas cosas que traen honra y gloria a El, y no que promuevan el vituperio de Su Nombre, como sucede muchas veces.

Estas son las indicaciones que dan la Palabra de cómo hacer las cosas: Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo. 2 Corintios 10:3-5. Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres. No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor. Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza. No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal. Romanos 12:18-21. ¿Cuál es la manera que mayormente vencemos con el bien? ¿Protestando, boicoteando, haciendo marchas, o vandalismo? No. Necesitamos usar lo que Dios nos dió. Vencemos con la oración en unión, y con compartir el Evangelio de salvación con toda persona posible, tanto en palabra como en hechos (buenas obras), dando un testimonio digno del Señor, como lo hicieron tantos fieles que nos precedieron en la fe. Así que, ¿Apoyás a las autoridades, aún las que no te agradan personalmente, de la manera que Dios manda? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Es necesario ser fiel - Hebreos 3

Basado en Hebreos 3 (Versión Reina Valera 1960)

Por tanto, hermanos santos, participantes del llamamiento celestial, considerad al apóstol y sumo sacerdote de nuestra profesión, Cristo Jesús; el cual es fiel al que le constituyó, como también lo fue Moisés en toda la casa de Dios. Porque de tanto mayor gloria que Moisés es estimado digno este, cuanto tiene mayor honra que la casa el que la hizo. Porque toda casa es hecha por alguno; pero el que hizo todas las cosas es Dios. Y Moisés a la verdad fue fiel en toda la casa de Dios, como siervo, para testimonio de lo que se iba a decir; pero Cristo como hijo sobre su casa, la cual casa somos nosotros, si retenemos firme hasta el fin la confianza y el gloriarnos en la esperanza. Por lo cual, como dice el Espíritu Santo: Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones, como en la provocación, en el día de la tentación en el desierto, donde me tentaron vuestros padres; me probaron, y vieron mis obras cuarenta años. A causa de lo cual me disgusté contra esa generación, y dije: Siempre andan vagando en su corazón, y no han conocido mis caminos. Por tanto, juré en mi ira: No entrarán en mi reposo. Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo; antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado. Porque somos hechos participantes de Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fin nuestra confianza del principio, entre tanto que se dice: Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones, como en la provocación. ¿Quiénes fueron los que, habiendo oído, le provocaron? ¿No fueron todos los que salieron de Egipto por mano de Moisés? ¿Y con quiénes estuvo él disgustado cuarenta años? ¿No fue con los que pecaron, cuyos cuerpos cayeron en el desierto? ¿Y a quiénes juró que no entrarían en su reposo, sino a aquellos que desobedecieron? Y vemos que no pudieron entrar a causa de incredulidad.

Si hay algo que es crucial y necesario, es la fidelidad. Esto es una de las cosas que no se pueden comprometer. Y desgraciadamente, esto es algo que falta demasiado hoy en día. Vivimos en un tiempo donde hay muy pocas personas que son fieles. Hay una infidelidad increíble en todas partes. Vivimos en una sociedad muy poco fiel. Y, sobre todo, hay mucha infidelidad hacia el Señor. Esta es la infidelidad más grande que existe, y francamente, sin fidelidad al Señor, no hay salvación. Y el Señor requiere una fidelidad que es muy distinta a la se predica comúnmente.  

Para comenzar, veremos uno de los pasajes más abusados y malinterpretados en toda la Biblia, y claro, su mala interpretación conviene porque apoya la infidelidad. Veamos lo siguiente: Si fuéremos infieles, él permanece fiel; Él no puede negarse a sí mismo. 2 Timoteo 2:13. Gran parte de las personas que se afirman sobre la gracia de Dios de una manera errada usan este pasaje como manera de excusar la infidelidad. Y con esto, creen que pueden serles infieles a Dios, y que todo estará bien al final. Y también, que esto es lo que justifica el depender solo de la gracia del Señor, y no de las obras, o que se puede pecar libremente, y así sucesivamente, abriéndole una puerta muy grande a la autojustificación y al desorden. Desgraciadamente, sacan este versículo de contexto, y crean todo tipo de excusa para hacer lo que se les antoja. Pero, un versículo fuera de contexto y malinterpretado y hasta distorsionado no puede borrar e invalidar lo que el resto de la Biblia dice, porque la Palabra trabaja en conjunto, no por partes. Y si algo no concuerda con el resto de las Escrituras, entonces sencillamente, es una enseñanza falsa. Esta es la especialidad de Satanás, de usar ciertas partes de la Palabra para tratar de hacer la mentira sonar como verdad.  

Veamos bien el contexto entonces: Palabra fiel es esta: Si somos muertos con él, también viviremos con él; si sufrimos, también reinaremos con él; si le negáremos, él también nos negará. Si fuéremos infieles, él permanece fiel; Él no puede negarse a sí mismo. 2 Timoteo 2:11-13. Este pasaje es más bien un gran ejemplo de la fidelidad que Dios busca, para llegar a la salvación. Veámoslo bien, y especialmente tal como está escrito, en sentido condicional (porque absolutamente todo en el Señor es condicional). Primero dice que, debemos morir con El para que podamos vivir con El. Dice que debemos sufrir por El para que reinemos con El. Dice también que, si le negamos, que El también nos negará. Entonces, si entendemos las condiciones que menciona antes, debemos concluir que el serle infiel no puede constar de problemas significativos, y claro, al entender más bien el original, la infidelidad que se habla aquí tiene que ver con la imperfección, que El entiende nuestra condición débil y que no seremos perfectos aún, pero, no dá lado al abuso que muchos predican, que uno puede vivir como quiere, y que haga lo haga, que todo estará bien. También dice esto las Escrituras: Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar. Porque aún no habéis resistido hasta la sangre, combatiendo contra el pecado. Hebreos 12:1-4. En este pasaje, no existe ni la mediocridad, ni el egoísmo, ni el justificar una vida de desorden y de falta de temor por Dios. Todos somos pecadores, aún cuando venimos a Cristo, pero debe haber un proceso de transformación. No podemos quedarnos en la misma condición de cuando primero conocimos al Señor. Debe haber un proseguir, un avance, y una paciencia que se debe cultivar. Y lo único que cultiva la paciencia son las pruebas y las tribulaciones, las cuales van más allá de la disciplina de Dios (Hebreos 12:5-11).  

Ahora bien, ¿Cómo se puede caminar este camino que no se ve tan sencillo como muchos lo hacen sonar (porque el seguir a Cristo no es un camino de rosas, por decir)? Esto leemos: Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Colosenses 3:1-3. No penséis que he venido para traer paz a la tierra; no he venido para traer paz, sino espada. Porque he venido para poner en disensión al hombre contra su padre, a la hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra; y los enemigos del hombre serán los de su casa. El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí; y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí. El que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará. Mateo 10:34-39. ¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios. Santiago 4:4. El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo. Apocalipsis 21:7. Hay que vencer a través de Cristo. Y hay una cosa que siempre hay que tener en mente. Nuestra relación con Dios siempre debe estar basada en el amor, y el amor nunca se fuerza. Dios no fuerza a nadie, especialmente cuando tiene que ver con serle fiel. Y el amor al Señor se dá cuando se aprecia Quien El es, y lo que El ha hecho por nosotros. Así que, ¿le eres fiel al Señor, de la manera que dice la Palabra? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Quien Jesús realmente es - Juan 5:16-30

Basado en Juan 5:16-30 (Versión Reina Valera 1960)

Y por esta causa los judíos perseguían a Jesús, y procuraban matarle, porque hacía estas cosas en el día de reposo. Y Jesús les respondió: Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo. Por esto los judíos aún más procuraban matarle, porque no solo quebrantaba el día de reposo, sino que también decía que Dios era su propio Padre, haciéndose igual a Dios. Respondió entonces Jesús, y les dijo: De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente. Porque el Padre ama al Hijo, y le muestra todas las cosas que él hace; y mayores obras que estas le mostrará, de modo que vosotros os maravilléis. Porque como el Padre levanta a los muertos, y les da vida, así también el Hijo a los que quiere da vida. Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo, para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió. De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida. De cierto, de cierto os digo: Viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oyeren vivirán. Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha dado al Hijo el tener vida en sí mismo; y también le dio autoridad de hacer juicio, por cuanto es el Hijo del Hombre. No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación. No puedo yo hacer nada por mí mismo; según oigo, así juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del Padre.

Aquí leímos la más grande injusticia que pudiera haber habido en la historia, y es la misma injusticia que sigue cometiendo la gran mayoría de las personas, la injusticia de rehusar aceptar Quien realmente es Jesús. ¿Era Jesús solo un hombre, o una buena persona que ayudaba a la gente, o un filósofo, o un científico? Hagamos la pregunta, pero con otras identificaciones que se usan más bien por los religiosos. ¿Era Jesús solamente un sanador, o un maestro, o un profeta? Para poder responder la pregunta, es necesario ahondar en las Escrituras para poder llegar a la Verdad y ver la profundad de la injusticia que se comete, al no reconocerle como lo que realmente es, y el precio que se pagará al rehusar reconocer esa realidad.

El asunto es que Jesús era y es mucho más que todas esas cosas. Y hay que usar precisamente Su nombre, Jesús, porque este es el Nombre que fue revelado por Su Padre, (y para dar comienzo a nuestra explicación): Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios. Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS. Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre. Lucas 1:30-32. Jesús era y es parte integra de la Santa Trinidad de Dios, como también está escrito: Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno. 1 Juan 5:7. Vemos también a través de la Palabra que El siempre ha sido, y que es un Ser eterno, como está escrito: En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. Juan 1:1-3. La Palabra también nos demuestra que todo lo creado existe, porque a través de El fueron todas hechas, todo lo que se ve, y lo invisible, lo temporal, y lo eterno: Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten. Colosenses 1:16-17. Y como consecuencia, Jesús es el que tiene todo poder sobre todas las cosas, como el Dios Creador que es, como lo relatan las Escrituras: Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Mateo 28:18. Entonces, tan sencillamente, Jesús es Dios, El que era, El que es, y El que ha de venir, El cual vive y reina por los siglos de los siglos; y reconocerle como cualquier otra cosa es indudablemente un insulto a Su grandeza y majestad.

Ahora bien, ¿Por qué es tan importante hacer esta principal justicia que Dios Padre busca, el reconocer la realidad de Jesús? Porque no hay vida eterna si no se reconoce y no se acepta y no se le obedece al Señor, como lo que El realmente es. Si no se le reconoce como tal, se sigue cometiendo la misma injusticia que vimos en los religiosos, y Dios no tolerará tal cosa. Esto es lo que dice la Palabra: El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él. Juan 3:36. Y esto también está escrito: Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre. Filipenses 2:9-11. Todo ser humano, sea para salvación durante este presente tiempo de gracia, o todo ser, hasta Satanás mismo para condenación eterna, tendrá que reconocer la realidad de Jesús al final, y todo ser tendrá que arrodillarse a Su majestad y confesarle como tal. Este es el final que le espera a aquellos que rehúsan aceptar esta realidad: Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo. Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS. Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos. De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso. Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES. Y vi a un ángel que estaba en pie en el sol, y clamó a gran voz, diciendo a todas las aves que vuelan en medio del cielo: Venid, y congregaos a la gran cena de Dios, para que comáis carnes de reyes y de capitanes, y carnes de fuertes, carnes de caballos y de sus jinetes, y carnes de todos, libres y esclavos, pequeños y grandes. Y vi a la bestia, a los reyes de la tierra y a sus ejércitos, reunidos para guerrear contra el que montaba el caballo, y contra su ejército. Y la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que había hecho delante de ella las señales con las cuales había engañado a los que recibieron la marca de la bestia, y habían adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre. Y los demás fueron muertos con la espada que salía de la boca del que montaba el caballo, y todas las aves se saciaron de las carnes de ellos. Apocalipsis 21:11-21. No conviene cometer el error de ver el amor y la misericordia de Dios a través de Jesús como debilidad, porque el precio que se pagará será muy caro. Dios es amor, pero también es fuego consumidor. Así que, ¿reconoces, aceptas, y sigues al Señor como el Ser que realmente es, por tu propio bien? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Asuntos de importancia - 2 Tesalonicenses 3

Basado en 2 Tesalonicenses 3 (Versión Reina Valera 1960)

Por lo demás, hermanos, orad por nosotros, para que la palabra del Señor corra y sea glorificada, así como lo fue entre vosotros, y para que seamos librados de hombres perversos y malos; porque no es de todos la fe. Pero fiel es el Señor, que os afirmará y guardará del mal. Y tenemos confianza respecto a vosotros en el Señor, en que hacéis y haréis lo que os hemos mandado. Y el Señor encamine vuestros corazones al amor de Dios, y a la paciencia de Cristo. Pero os ordenamos, hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que os apartéis de todo hermano que ande desordenadamente, y no según la enseñanza que recibisteis de nosotros. Porque vosotros mismos sabéis de qué manera debéis imitarnos; pues nosotros no anduvimos desordenadamente entre vosotros, ni comimos de balde el pan de nadie, sino que trabajamos con afán y fatiga día y noche, para no ser gravosos a ninguno de vosotros; no porque no tuviésemos derecho, sino por daros nosotros mismos un ejemplo para que nos imitaseis. Porque también cuando estábamos con vosotros, os ordenábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma. Porque oímos que algunos de entre vosotros andan desordenadamente, no trabajando en nada, sino entremetiéndose en lo ajeno. A los tales mandamos y exhortamos por nuestro Señor Jesucristo, que trabajando sosegadamente, coman su propio pan. Y vosotros, hermanos, no os canséis de hacer bien. Si alguno no obedece a lo que decimos por medio de esta carta, a ése señaladlo, y no os juntéis con él, para que se avergüence. Mas no lo tengáis por enemigo, sino amonestadle como a hermano. Y el mismo Señor de paz os dé siempre paz en toda manera. El Señor sea con todos vosotros. La salutación es de mi propia mano, de Pablo, que es el signo en toda carta mía; así escribo. La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén.

Hay dos cosas en general que esta tratando la Palabra en este pasaje, y las dos están relacionadas, y estas son: el trabajo y el compartir el Evangelio. Para comenzar, el trabajo es algo necesario. Cada persona debe trabajar como puede para proveerse para sí mismo. En la iglesia primitiva, como se le llama, los hermanos tenían todas las cosas en común, pero para ayudarse, para proveer para las necesidades los unos de los otros, pero no para crear un ambiente de flojera e irresponsabilidad. Ese es el desorden del cual el Apóstol Pablo amonesta, a que los creyentes no debieran aprovecharse de los demás para hacer cosas que no convenien. Los está enseñando a ser justos, porque no era (ni es) justo que algunos sacrifiquen sus bienes para que otros que no hicieron nada, se beneficien. Esto también aplica a aquellos que se aprovechan de los programas de beneficencia y las distintas asistencias que dan los gobiernos para ayudar a los desamparados. En fin, nadie se debiera aprovechar de nada, ni de las personas pudientes, ni del gobierno, suponiendo que este tiene mucho dinero, que finalmente es lo que pagan los contribuyentes (los que trabajamos). Por desgracia, hay mucho aprovechamiento entre los supuestos creyentes.

¿Qué más aconseja el Señor a través de la Palabra, con respecto al trabajo? Esto dice: Todos los que están bajo el yugo de esclavitud, tengan a sus amos por dignos de todo honor, para que no sea blasfemado el nombre de Dios y la doctrina. Y los que tienen amos creyentes, no los tengan en menos por ser hermanos, sino sírvanles mejor, por cuanto son creyentes y amados los que se benefician de su buen servicio. Esto enseña y exhorta. Si alguno enseña otra cosa, y no se conforma a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo, y a la doctrina que es conforme a la piedad, está envanecido, nada sabe, y delira acerca de cuestiones y contiendas de palabras, de las cuales nacen envidias, pleitos, blasfemias, malas sospechas, disputas necias de hombres corruptos de entendimiento y privados de la verdad, que toman la piedad como fuente de ganancia; apártate de los tales. Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento; porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto. Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición; porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores. Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre. 1 Timothy 6:1-11. Entonces, puede que ya no tengamos la esclavitud como en aquel entonces, pero si aplica de la misma forma a la relación entre empleadores y empleados. Hay que respetar a los que servimos, y hacer nuestro trabajo bien, porque para eso mismo nos pagan. No es un favor. Y si una persona no esta contenta con lo que gana, que ore, y que se esfuerce en estudiar para estar mas preparado y apto para otro empleo, o que se esfuerce para poder salir adelante mejor. De cualquier modo, el Señor si bendice el esfuerzo, el esmero, y por supuesto, la responsabilidad. Pero, esto también nos ensena este mismo pasaje, que debemos tener contentamiento con lograr tener lo necesario, y ¿cuánto es necesario? Eso es muy fácil entenderlo, si estamos enfocados en el Señor realmente. Debemos concentrarnos en seguir la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, y la mansedumbre.

Ahora bien, debemos aclarar una cosa, entre los hermanos que se tratan de aprovechar de los demás y de los que usan el ministerio, o la piedad como fuente de ganancia. La Palabra hace una diferencia. El asunto es que la Palabra habla de apartarse de los que se aprovechan, y de amonestarles para que puedan tanto avergonzarse de lo que hacen, y dar oportunidad a que puedan cambiar. Pero, hay una gran diferencia con aquellos que usan las cosas de Dios para ganancia. La Palabra dice bien claro que hay que apartarse de los tales, pero no habla ni de amonestar, ni de tratarle como hermanos, y ¿por qué será eso? Porque la persona que usa el ministerio para lucro tiene la conciencia cauterizada. No tiene ni escrúpulos, ni aún menos, temor por el Señor. Ellos se introdujeron en el ministerio con el fin de lucrar, y a estos Dios los juzgara con condenación eterna. Si uno no quiere ser parte de esa condenación, con mayor razón es sabio tomar distancia, tal como lo aconseja la Palabra.

Concluyendo, ¿Qué tiene que ver el ser personas de trabajo y responsabilidad con el compartir el Evangelio? Mucho. Es parte de nuestro testimonio como creyentes no dar lado a que los del mundo blasfemen en contra del Señor por nuestra culpa, como también, usar nuestros bienes no solamente para aprovecharlos personalmente, sino también, para ayudar a los mas necesitados, a aquellos que no pueden proveerse para si mismo porque sencillamente no pueden, y por supuesto, todo con el fin de que lleguen más almas posibles a ser salvas por Cristo. Nuestra meta debe ser hacer todo como para el Señor, para la gloria del Altísimo, y por amor a nuestro prójimo. La única manera que las vidas de los demás pueden ser salvas y las malas condiciones actuales de los menos afortunados ser mejoradas es a través del pueblo de Dios. Muchos reclaman de lo malo que esta el mundo y del sufrimiento ajeno, pero habría mucho menos maldad y menos necesidad ajena si el llamado pueblo de Dios se dedicará a servir al Señor como la Palabra nos enseña para así poder alcanzar la inmortalidad. Así que, ¿estás preocupado de cosas que, sí importan, comenzando por tu salvación? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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El templo que realmente desea el Señor - Ezequiel 42

Basado en Ezequiel 42 (Versión Reina Valera 1960)

Me trajo luego al atrio exterior hacia el norte, y me llevó a la cámara que estaba delante del espacio abierto que quedaba enfrente del edificio, hacia el norte. Por delante de la puerta del norte su longitud era de cien codos, y el ancho de cincuenta codos. Frente a los veinte codos que había en el atrio interior, y enfrente del enlosado que había en el atrio exterior, estaban las cámaras, las unas enfrente de las otras en tres pisos. Y delante de las cámaras había un corredor de diez codos de ancho hacia adentro, con una vía de un codo; y sus puertas daban al norte. Y las cámaras más altas eran más estrechas; porque las galerías quitaban de ellas más que de las bajas y de las de en medio del edificio. Porque estaban en tres pisos, y no tenían columnas como las columnas de los atrios; por tanto, eran más estrechas que las de abajo y las de en medio, desde el suelo. Y el muro que estaba afuera enfrente de las cámaras, hacia el atrio exterior delante de las cámaras, tenía cincuenta codos de largo. Porque la longitud de las cámaras del atrio de afuera era de cincuenta codos; y delante de la fachada del templo había cien codos. Y debajo de las cámaras estaba la entrada al lado oriental, para entrar en él desde el atrio exterior. A lo largo del muro del atrio, hacia el oriente, enfrente del espacio abierto, y delante del edificio, había cámaras. Y el corredor que había delante de ellas era semejante al de las cámaras que estaban hacia el norte; tanto su longitud como su ancho eran lo mismo, y todas sus salidas, conforme a sus puertas y conforme a sus entradas. Así también eran las puertas de las cámaras que estaban hacia el sur; había una puerta al comienzo del corredor que había enfrente del muro al lado oriental, para quien entraba en las cámaras. Y me dijo: Las cámaras del norte y las del sur, que están delante del espacio abierto, son cámaras santas en las cuales los sacerdotes que se acercan a Jehová comerán las santas ofrendas; allí pondrán las ofrendas santas, la ofrenda y la expiación y el sacrifico por el pecado, porque el lugar es santo. Cuando los sacerdotes entren, no saldrán del lugar santo al atrio exterior, sino que allí dejarán sus vestiduras con que ministran, porque son santas; y se vestirán otros vestidos, y así se acercarán a lo que es del pueblo. Y luego que acabó las medidas de la casa de adentro, me sacó por el camino de la puerta que miraba hacia el oriente, y lo midió todo alrededor. Midió el lado oriental con la caña de medir, quinientas cañas de la caña de medir alrededor. Midió al lado del norte, quinientas cañas de la caña de medir alrededor. Midió al lado del sur, quinientas cañas de la caña de medir. Rodeó al lado del occidente, y midió quinientas cañas de la caña de medir. A los cuatro lados lo midió; tenía un muro todo alrededor, de quinientas cañas de longitud y quinientas cañas de ancho, para hacer separación entre el santuario y el lugar profano.

¿Dios en realidad desea templos hechos por manos de hombres? Esto es algo que ha causado muchos problemas dentro de nuestras congregaciones por mucho tiempo, mucho después que partieron los apóstoles. Algún tipo de edificio “puede” que sea útil, pero ¿será realmente tan necesario invertir tantos bienes, recursos, y tiempo para lograr tener un edificio (o algunos edificios), para poder llevar a cabo la obra del Señor? Me seria muy conveniente dar un gran afirmativo ha esto, por título, preparación y empleo, porque mi educación y entrenamiento es en la arquitectura, y por empleo, soy constructor comercial, y por la gracia y provisión de Dios, he dirigido muchas obras significativas a través de los años. Pero gracias a mi fe en Cristo y mi trasfondo, puedo dar una enseñanza más exacta, basado en la Palabra de Dios, porque si creemos en Dios, entonces todo debe ser visto a través de Su Palabra, y nunca guiarnos por nuestra opinión, ni aún menos, nuestras conveniencias.  

Vayamos por un momento donde nuestra fe comenzó, donde Abraham. El existió mucho antes que Jerusalén fuera establecida como centro de Israel y que fuere edificado el templo. La promesa comenzó con Abraham, el pacto que Dios hizo personalmente con el hombre. ¿Qué fue lo que comenzó todo? Esto nos dice la Palabra: Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba. Por la fe habitó como extranjero en la tierra prometida como en tierra ajena, morando en tiendas con Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa; porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios. Hebreos 11:8-10. Entonces, para comenzar, vemos muy claramente la visión que Dios le dio a Abraham, algo que iba a hacer construido por Dios y no por los hombres. También vemos lo siguiente a través del Apóstol Pablo: Entonces Pablo, puesto en pie en medio del Areópago, dijo: Varones atenienses, en todo observo que sois muy religiosos; porque pasando y mirando vuestros santuarios, hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO. Al que vosotros adoráis, pues, sin conocerle, es a quien yo os anuncio. El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas. Hechos 17:22-24.

Entonces, ¿Qué busca realmente construir Dios? A través de mi trasfondo, les puedo decir que un edificio necesita un buen fundamento, pero para poder construir sobre el fundamento en sí, la superestructura, es totalmente necesario comenzar con un ángulo, para poder ubicar y darle la orientación a todo el resto del edificio. El angular es la pieza principal que le da la ubicación y el orden a toda la superestructura. Así que, esa pieza principal, por decir, es Cristo. El es el que le da comienzo y orientación a este edificio que el Padre realmente busca construir, como está escrito: Sea notorio a todos vosotros, y a todo el pueblo de Israel, que en el nombre de Jesucristo de Nazaret, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de los muertos, por él este hombre está en vuestra presencia sano. Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo. Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos. Hechos 4:10-12. Y este es el producto final que la Santa Trinidad desea llevar a cabo: He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona. Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Apocalipsis 3:11-13. Nosotros somos el edificio que Dios Padre desea construir a través de Cristo y del poder del Espíritu Santo. Nosotros somos estos componentes que fueron creados, y que necesitamos ser formados con ciertas especificaciones, para que el edificio sea y funcione como debe ser. Hay una precisión para todo el diseño. Por eso que no podemos ser como queramos, sino que debemos dejarnos formar por el Altísimo.

Y esto es lo último, para poder ayudar a entender lo que es más importante. La obra maestra del ministerio de Dios no fue dentro de un edificio, sino que fue a través de Cristo en el calvario. El Señor llevo acabo Su obra mas grande muy lejos de un edificio, donde fue clavado y alzado sobre una cruz para derramar Su sangre, y así lavar los pecados del mundo. Así que, ¿entiendes que tú eres parte del templo que Dios sí desea construir, y que debes ser hecho de acuerdo a las especificaciones necesarias para poder cumplir tu función eterna? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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La insensibilidad al Evangelio - Hechos 28:17-31

Basado en Hechos 28:17-31 (Versión Reina Valera 1960)

Aconteció que tres días después, Pablo convocó a los principales de los judíos, a los cuales, luego que estuvieron reunidos, les dijo: Yo, varones hermanos, no habiendo hecho nada contra el pueblo, ni contra las costumbres de nuestros padres, he sido entregado preso desde Jerusalén en manos de los romanos; los cuales, habiéndome examinado, me querían soltar, por no haber en mí ninguna causa de muerte. Pero oponiéndose los judíos, me vi obligado a apelar a César; no porque tenga de qué acusar a mi nación. Así que por esta causa os he llamado para veros y hablaros; porque por la esperanza de Israel estoy sujeto con esta cadena. Entonces ellos le dijeron: Nosotros ni hemos recibido de Judea cartas acerca de ti, ni ha venido alguno de los hermanos que haya denunciado o hablado algún mal de ti. Pero querríamos oír de ti lo que piensas; porque de esta secta nos es notorio que en todas partes se habla contra ella. Y habiéndole señalado un día, vinieron a él muchos a la posada, a los cuales les declaraba y les testificaba el reino de Dios desde la mañana hasta la tarde, persuadiéndoles acerca de Jesús, tanto por la ley de Moisés como por los profetas. Y algunos asentían a lo que se decía, pero otros no creían. Y como no estuviesen de acuerdo entre sí, al retirarse, les dijo Pablo esta palabra: Bien habló el Espíritu Santo por medio del profeta Isaías a nuestros padres, diciendo: Ve a este pueblo, y diles: De oído oiréis, y no entenderéis; y viendo veréis, y no percibiréis; Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, y con los oídos oyeron pesadamente, y sus ojos han cerrado, para que no vean con los ojos, y oigan con los oídos, y entiendan de corazón, y se conviertan, y yo los sane. Sabed, pues, que a los gentiles es enviada esta salvación de Dios; y ellos oirán. Y cuando hubo dicho esto, los judíos se fueron, teniendo gran discusión entre sí. Y Pablo permaneció dos años enteros en una casa alquilada, y recibía a todos los que a él venían, predicando el reino de Dios y enseñando acerca del Señor Jesucristo, abiertamente y sin impedimento.

¿Qué es lo que determina la insensibilidad de una persona hacia el Evangelio? ¿Por qué algunos escuchan y entienden, y muchos otros no? ¿Esto es algo predeterminado por Dios? ¿Somos realmente libres para poder escoger? A algunos les importa saber esto. A otros, no mucho. Todo depende, como vamos a explicar y tratar de ayudar a entender a través de la Palabra.

Hay algunos que creen que ya todo está resuelto, y que no hay nada más que hacer, que Dios a predestinado o predispuesto todas las cosas, hasta los que se van a salvar y no salvar. Estos mismos piensan que esto es así, porque Dios es grande, y que creer otra cosa pone en tela de juicio la soberanía de Dios. En ciertas partes de la Palabra da lugar para creer esto, por decir, que las cosas ya están establecidas. Hay lugares donde se menciona la predestinación. Entonces, ¿se puede decir al 100% que no hay tal cosa como la predestinación? No. Es posible que hallan ciertas instancias de esta tal predestinación y que posiblemente hallan seres que existan solamente con el propósito de no pertenecerle a Dios, pero esto no aplica a todos nosotros en general. Porque esto es lo que debemos tener claro, que no se puede tomar ciertas partes de la Biblia y olvidarse de todo el resto. Esto es el problema con muchas doctrinas que existen, que toman ciertas verdades de la Biblia y se olvidan o niegan la gran mayoría del resto. O sea, para ponerlo numéricamente, el 5% de algo no puede definir el restante 95%. Por eso que es importante el poder entender y comprender la plenitud de la Palabra, no solamente ciertas partes, porque la Palabra, ya sea que sean palabras impresas sobre papel (o caracteres para algunos otros idiomas) o como hoy la vemos, data en una pantalla, es más bien la Persona de Cristo, como está escrito: En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Juan 1:1-2. Y también: Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno. 1 Juan 5:7. Así que, esto es lo que declara la misma Palabra de sí misma: Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra. 2 Timoteo 3:16-17.

Así que, si entendemos esto, que el asunto de la predestinación no aplica a todo el mundo, entonces tenemos que creer que el asunto de la decisión de ser salvo o no ser, claramente depende de la persona. Si es verdad que Dios es el que llama. Si es verdad que el Espíritu Santo es el que nos da convicción de pecado, lo cual va más allá de la conciencia. Pero, no podemos perder de vista que Dios llama a cada momento, a través de todo lo creado, porque escrito esta: Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. Romanos 1:20. Y también, el Espíritu Santo está en operación a cada momento, comenzando por ese mismo punto de que todo lo creado habla de Dios, porque el Espíritu Santo de Dios obra a través de la Palabra, no a través de los sentimientos, porque trabaja en conjunto con el Padre y el Hijo, porque los Tres son Uno, por lo tanto, los Tres piensan y hacen indiscutiblemente lo mismo. Ninguno de la Trinidad dice o hace algo distinto. Así que, Dios llama a cada instante, y el Espíritu Santo apunta a todo lo que hace Dios, y está siempre instando a volver a Dios, al arrepentimiento, como mismo lo dice la Palabra: Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios. Romanos 3:23. Este corto verso por sí solo (y claro, hay muchos más) nos insta a entender que todos tenemos el problema del pecado y que todos estamos destituidos de la gloria de Dios, y no sé qué otra cosa habrá que dé más convicción de pecado. Y también esto mismo nos ayuda a entender que, ¡bendito sea Dios!, no somos seres predestinados en general, porque esto mismo revela que nuestro destino, por nuestro pecado, seria plenamente el infierno. Pero, Cristo rompió con ese destino, como también está escrito: Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro. Romanos 6:23.

Entonces, ¿Qué es lo que finalmente dicta la insensibilidad al Evangelio? Todo depende de a quién o qué decide una persona servir, si a Dios o al pecado que mora en él. Como está escrito: Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro. No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias; ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia. Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia. ¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? En ninguna manera. ¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia? Romanos 6:11-16. Sencillamente, si estas más enfocado en tus propias vanidades y egoísmo, finalmente, estas enfocado en servir a tu pecado, entonces no vas a poder entender, haga lo que haga la Trinidad. Para poder tener vida, es necesario someterse y obedecer a la justicia, a la vida, a Cristo. Entonces, ¿A qué o a quién estás escogiendo obedecer? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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La lluvia es necesaria - Mateo 5:43-48

Basado en Mateo 5:43-48 (Versión Reina Valera 1960)

Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos. Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen también lo mismo los publicanos? Y si saludáis a vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? ¿No hacen también así los gentiles? Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.

Aparte del aire, el agua es lo más necesario para que el ser humano pueda vivir. Es más, aproximadamente el 60% del cuerpo humano es compuesto por agua. De acuerdo a H.H. Mitchell, Journal of Biological Chemistry 158, 73% del cerebro y del corazón es compuesto por agua, 83% de los pulmones es agua, 64% de la piel es agua, 79% de los músculos y los riñones son agua, y 31% de los huesos es agua. Y una persona común y corriente puede morir de sed si no toma agua durante 3 días. Indudablemente, el agua es importante para toda función del cuerpo, para poder sobrevivir. Pensemos por un momento, ¿Qué pasaría si no hubiera lluvia? Se han visto seguías en el pasado en distintas partes del mundo y a través de la historia de la humanidad, y han sido realmente destructivas. Todo comienza a sufrir si no hubiera agua. No habría agua para los alimentos y para los animales. No habría agua para funciones esenciales de distintas industrias. Y claro, nosotros comenzaríamos a tener serios problemas no solamente porque escasearían los alimentos y funciones esenciales de la sociedad, sino también, porque nosotros mismos no tendríamos que tomar. Y si una sequia fuere muy larga, es posible que hasta la civilización dejaría de existir. ¡Que increíble que si algo tan sencillo faltara, como afectaría todo, y ninguna riqueza ni ningún poder humano podría arreglar el problema!    

El pensamiento sobre el agua me vino al corazón el otro día cuando manejaba hacia el trabajo, al ver caer lluvias muy fuertes en el camino. Para comenzar, pensé, ¡Qué feo se ve el día! Pero, de un repente vino a mí, ¿Qué sucedería si no hubiera tal cosa? La gran mayoría de las personas no les gusta la lluvia. La lluvia hace verse el cielo oscuro y gris. A muchas personas hasta le deprime la lluvia. Muchas personas reclaman cuando llueve porque les arruinan sus planes. En fin, para muchos de nosotros, la lluvia y las tormentas son fastidiosas y desagradables. No obstante, vimos antes que el agua es esencial para todo en el cuerpo humano, y para todo sobre este planeta, y sin el agua, todo se destruiría. Y ¿cómo es que se produce el agua para que nosotros podamos tenerla? A través de la lluvia, de las tormentas, cuando se ve desagradable y feo el tiempo, cuando el cielo se pone gris y oscuro, de la manera que les molesta a muchos, y hasta de maneras que pueden ser destructivas, porque las inundaciones pueden ser devastadoras también. Qué asunto, ¿no? ¿Qué podríamos sacar en limpio con todo esto?

Para poder tener algo tan necesario como el agua, y poder soportar cuando viene muy fuerte, la única manera de poder sobrevivir una tormenta y hasta las inundaciones cuando vienen, es de construir sobre algo más alto de una posible inundación e inconmovible. Porque, ¿que sacaríamos si tuviéramos toda el agua que necesitamos, pero no poder sobrevivir cuando viene de maneras posiblemente destructivas, de tal manera que hasta perdemos la vida? El Señor nos hablo acerca de esto mismo, y de que es necesario fundamentar nuestras vidas sobre la roca, y tal cosa conviene no solamente para aguantar la tormenta, pero para poder vivir para aprovechar la bendición que si deja el agua. Como está escrito: Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina. Mateo 7:24-27.

Ya vimos que el agua es esencial para todo en la vida, y que, sin agua, nada subsistiría. Por lo tanto, si el agua es tan necesaria, entonces uno tendría que venir a la conclusión que las lluvias y las tormentas son necesarias también, porque así es que viene el agua comúnmente. Tienen que haber días grises, y oscuros, y hasta tormentosos para poder obtener algo tan valioso y necesario como el agua. Esto nos enseña que las tormentas de la vida son necesarias para que pueda venir la bendición que Dios produce a través de ellas. Por eso que, en vez de evitar o renegar en contra de las tormentas, hay que buscar la manera de poder soportarlas y de hasta cosechar de ellas las grandes bendiciones que si producen. La dificultad es necesaria para la vida cristiana. Nada en la Biblia nos dice que tendríamos una vida perfecta y sin problemas aquí, y como lo comprobamos, los problemas son necesarios y hasta producen bendición. Esto también leemos: En gran manera me gocé en el Señor de que ya al fin habéis revivido vuestro cuidado de mí; de lo cual también estabais solícitos, pero os faltaba la oportunidad. No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Filipenses 4:10-13.

Lo grande de Dios es que, si estamos en Cristo, con los ojos puestos en Cristo, podríamos hasta caminar sobre el agua en medio de la tormenta, como leemos aquí: Y ya la barca estaba en medio del mar, azotada por las olas; porque el viento era contrario. Mas a la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino a ellos andando sobre el mar. Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, diciendo: ¡Un fantasma! Y dieron voces de miedo. Pero en seguida Jesús les habló, diciendo: ¡Tened ánimo; yo soy, no temáis! Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas. Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús. Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame! Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste? Mateo 14:24-31. Por eso es que necesitamos una fe genuina y verdadera, como se nos advierte: Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan. Hebreos 11:6. No es necesariamente la voluntad de Dios evitar los problemas y hasta las personas problemáticas (los malos y los enemigos), sino más bien, crecer y fructificar a través de ellos, porque Dios quiere sacar un producto eterno de nuestras vidas, para prepararnos para esto: Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman. 1 Corintios 2:9. ¿Entiendes lo necesario que es el agua para ti? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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La auto examinación y la convicción - 2 Crónicas 7:12-22

Basado en 2 Crónicas 7:12-22 (Versión Reina Valera 1960)

Y apareció Jehová a Salomón de noche, y le dijo: Yo he oído tu oración, y he elegido para mí este lugar por casa de sacrificio. Si yo cerrare los cielos para que no haya lluvia, y si mandare a la langosta que consuma la tierra, o si enviare pestilencia a mi pueblo; si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra. Ahora estarán abiertos mis ojos y atentos mis oídos a la oración en este lugar; porque ahora he elegido y santificado esta casa, para que esté en ella mi nombre para siempre; y mis ojos y mi corazón estarán ahí para siempre. Y si tú anduvieres delante de mí como anduvo David tu padre, e hicieres todas las cosas que yo te he mandado, y guardares mis estatutos y mis decretos, yo confirmaré el trono de tu reino, como pacté con David tu padre, diciendo: No te faltará varón que gobierne en Israel. Mas si vosotros os volviereis, y dejareis mis estatutos y mandamientos que he puesto delante de vosotros, y fuereis y sirviereis a dioses ajenos, y los adorareis, yo os arrancaré de mi tierra que os he dado; y esta casa que he santificado a mi nombre, yo la arrojaré de mi presencia, y la pondré por burla y escarnio de todos los pueblos. Y esta casa que es tan excelsa, será espanto a todo el que pasare, y dirá: ¿Por qué ha hecho así Jehová a esta tierra y a esta casa? Y se responderá: Por cuanto dejaron a Jehová Dios de sus padres, que los sacó de la tierra de Egipto, y han abrazado a dioses ajenos, y los adoraron y sirvieron; por eso él ha traído todo este mal sobre ellos.

Dios hizo un pacto con Salomón, después que Salomón había edificado el templo de Jehová. Y el pacto constaba de que, si permanecía fiel a Dios, que El confirmaría su trono, y que no faltaría varón que gobernará en Israel. Pero, este pacto era condicional, como todas las cosas en el Señor. Aun en la gracia tenemos una relación condicional con el Señor, porque es un pacto de amor (no hay nada a la fuerza en el amor). Siempre ha sido así, desde el comienzo. La única diferencia entre el antiguo pacto y el nuevo pacto a través de Cristo es que el Señor vino a ratificar Su amor a la humanidad, y abrió la puerta plenamente a través de la cruz para todos. Todo lo demás sigue tal cual. Dios no se equivoco en el antiguo pacto.

Ahora bien, si leemos de la vida Salomón, veríamos que Salomón no fue fiel, aun después de ver las grandes maravillas y bendiciones que Dios le había otorgado. Salomón hizo tal como Dios le había advertido que no hiciera personalmente, y se apartó para servir a dioses ajenos. Salomón no termino bien. ¿Por qué? ¿Qué fue lo que paso? Dios le dió de todo, le dió paz, le dió riquezas, le dió poder. No hubo nada que le faltará a Salomón. Todavía no ha habido ningún reino en la historia como el que tuvo Salomón. No obstante, sirvió a falsos dioses, a los ídolos, y su corazón fue tras ellos, tras cosas que nunca hicieron nada por él, ni tuvieron nada que ver con su éxito. La Palabra dice que el juntarse con mujeres extrañas y páganas hicieron apartar su corazón del Señor. Pero, hay que pensar, ¿Por qué buscó de esas mujeres? ¿Por qué tuvo ese compañerismo e intimidad con lo pagano? Nada pasa porque si nada más. Salomón fue fiel a Dios, al comienzo y por un tiempo, y hasta maravilló a Dios con su petición cuando muy joven, mientras estuvo David su padre. Es más, a raíz de esa entrega que hubo al comienzo fue que sucedió todo lo bueno que le aconteció después, hasta llevar a Dios a hacer un pacto con él. Uno puede deducir que David tuvo mucho que ver en esta buena época de Salomón. Y si vemos las palabras escritas en el libro de Proverbios, Salomón apunta todas las enseñanzas que le dió su padre antes de morir. Obviamente, toda Escritura es inspiración divina, pero Dios usó a David para instruir a Salomón,

Este mismo mal también sucedió antes de Salomón, con una generación de Israel que vino después de Josué, como está escrito: Pero murió Josué hijo de Nun, siervo de Jehová, siendo de ciento diez años. Y lo sepultaron en su heredad en Timnat-sera, en el monte de Efraín, al norte del monte de Gaas. Y toda aquella generación también fue reunida a sus padres. Y se levantó después de ellos otra generación que no conocía a Jehová, ni la obra que él había hecho por Israel. Después los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos de Jehová, y sirvieron a los baales. Dejaron a Jehová el Dios de sus padres, que los había sacado de la tierra de Egipto, y se fueron tras otros dioses, los dioses de los pueblos que estaban en sus alrededores, a los cuales adoraron; y provocaron a ira a Jehová. Y dejaron a Jehová, y adoraron a Baal y a Astarot. Jueces 2:8-13. Entonces, vemos que este desvío es algo común desgraciadamente, casi sistemático.

Entonces, ¿Qué paso? El grave problema que sucede es que muy posiblemente hay un convencimiento parcial, por decir, en las personas en que sucede esto. Hay algo incompleto en sus vidas. Puede que crean, y que hasta tengan buenas intenciones, pero, no hay una completa entrega. No cumplen la parte de la ley donde nosotros la tenemos que cumplir. Ese es el problema. Cuando una persona toma la decisión de seguirle, debe tomar la iniciativa de instruirse y procurar entender porqué sigue a Dios. Este es el paso primordial donde muchos fracasan, y la razón por lo cual ocurre el desvío después. Esto es lo que se dijo al comienzo, y lo que vino a reiterar el Señor, como está escrito: Jesús le respondió: El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es. Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento. Mark 12:29-30. Se subraya el “alma” y la “mente” porque esto es lo que plenamente nos pertenece a nosotros, el lado practico de seguir al Señor, el venir a entender, a comprender, a estar convencidos racionalmente porque es que uno cree lo que cree. Y esto solamente sucede al realmente dedicarle un tiempo muy consciente al Señor, cuando se lee y se estudia la Palabra de Dios a diario, y claro, con la guía del Espíritu Santo. Esto dijo también Pablo: Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro. Romanos 8:38-39. La “seguridad” de Pablo es el resultado de juntar el corazón, el alma, y la mente, todos unánimes al convencimiento de Cristo. Y cuando estos tres están convencidos plenamente, entonces naturalmente seguirán las fuerzas, o sea, se producen las buenas obras que deben ser parte de cada seguidor de Cristo, como El dijo: …por sus frutos los conoceréis. El completo convencimiento es lo que ayudará a vencer la tentación.

Cada uno de nosotros siempre debe examinarse, y estar muy cerciorado porqué realmente sigue al Señor, y si estamos realmente convencidos de Su Verdad. Escrito esta: Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿O no os conocéis a vosotros mismos, que Jesucristo está en vosotros, a menos que estéis reprobados? 2 Corintios 13:5. Si uno no está plenamente convencido e instruido en el Señor, a través del tiempo y la tentación, va a serle muy fácil caer y dejar esta fe en Cristo. Así que, ¿sabes porqué crees lo que crees, si dices creer en Cristo? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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El pasado, el presente, y el futuro de la Iglesia - Colosenses 1:24-2:10

Basado en Colosenses 1:24-2:10 (Versión Reina Valera 1960)

Ahora me gozo en lo que padezco por vosotros, y cumplo en mi carne lo que falta de las aflicciones de Cristo por su cuerpo, que es la iglesia; de la cual fui hecho ministro, según la administración de Dios que me fue dada para con vosotros, para que anuncie cumplidamente la palabra de Dios, el misterio que había estado oculto desde los siglos y edades, pero que ahora ha sido manifestado a sus santos, a quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria, a quien anunciamos, amonestando a todo hombre, y enseñando a todo hombre en toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre; para lo cual también trabajo, luchando según la potencia de él, la cual actúa poderosamente en mí. Porque quiero que sepáis cuán gran lucha sostengo por vosotros, y por los que están en Laodicea, y por todos los que nunca han visto mi rostro; para que sean consolados sus corazones, unidos en amor, hasta alcanzar todas las riquezas de pleno entendimiento, a fin de conocer el misterio de Dios el Padre, y de Cristo, en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento. Y esto lo digo para que nadie os engañe con palabras persuasivas. Porque aunque estoy ausente en cuerpo, no obstante en espíritu estoy con vosotros, gozándome y mirando vuestro buen orden y la firmeza de vuestra fe en Cristo. Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en él; arraigados y sobreedificados en él, y confirmados en la fe, así como habéis sido enseñados, abundando en acciones de gracias. Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo. Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad.

Al leer este pasaje, yo me pregunté: ¿Si el Apóstol Pablo visitará una de nuestras iglesias hoy, que diría? ¿Se sentiría contento con lo que sucede hoy? ¿Sentiría una gran satisfacción por todo su esfuerzo, dedicación, y hasta en la manera que murió por el Evangelio? ¿Cuáles serian sus pensamientos si viera lo que en realidad sucede en la gran mayoría de las iglesias modernas (no en todas, por la gracia de Dios)? Si viera los distintos edificios que se han construido o se mantienen, o los grandes sueldos que se distribuyen, o los sociales que se promueven, o la política interna que se ha levantado, o los grupitos o círculos cerrados que se forman, o los estilos de vida que se promueven, etc., etc., ¿Qué diría? Conociéndolo por su trabajo y sus escritos, yo creo que Pablo diría: Menos mal que lo hice todo por el Señor, y que mi sacrificio por la iglesia fue un producto de mi amor por Cristo, y no por esto. Me atrevería a pensar que, en lo más mínimo, se sentiría muy decepcionado, y que el evangelio que él predicó no tiene cabida en las iglesias del presente. Y posiblemente, lo mas aterrante del caso es que muchos lideres y ministros que dirigen las iglesias le dirían a Pablo: La iglesia tuvo que “evolucionar”, y tú Pablo eres el pasado de la iglesia, y nosotros somos el presente de la Iglesia.

Ahora, lo que vivimos hoy como iglesia universal de Cristo, ¿es realmente un desarrollo sano, u otra cosa? Si lo comparamos a lo que enseñan las Escrituras, y claro, comenzando por El que fundó la Iglesia (Cristo), nos daríamos cuenta de que lo que vemos hoy no tiene nada que ver con lo que El diseño. Para comenzar, el Señor nunca recibió sueldo, o tuvo propiedades, o derecho a acciones, etc., por Sus hechos. El nunca mandó construir un templo, sino todo lo contrario, hizo la aclaración que Dios no habitaba en templos hechos por manos de hombre. El Señor le daba libre acceso a cualquiera que quería venir a El. Es más, El iba al pobre, al enfermo, al débil, a los que la sociedad desprecia. El nunca vendió Su tiempo para dar un discurso o para predicar. Nunca cobró por Sus ayudas sociales. Y también, El mismo dijo que el Hijo del Hombre no tenia donde recostar Su cabeza. Hay una diferencia muy grande entre cómo vivió Jesús y lo que se hace hoy.

¿Por qué comencé por ver lo que diría Pablo, por ejemplo, y no el Señor? El grave problema es que muchos dirían que ese era Dios, y que tenían que ser así las cosas, para que se cumpliese lo que se predijo de El. Y con personas que piensan así, no sé que decir, porque son seres que toman muy livianamente todo lo que hizo el Señor por nosotros. Entonces, a lo menos, trato de dibujar una línea entre alguien semejante a nosotros (como Pablo), para que podamos ver un ejemplo mas cercano. Pablo vivió de una manera muy parecida al Señor, e hizo muy cercanamente las cosas como las hizo el Señor. Una de las cosas principales que sucedió con Pablo es que se dedico al esparcimiento del evangelio durante un tiempo que hubo hostilidad en contra del mismo. La prosperidad o la época dorada de la Iglesia, por decir, duro muy poco después de la conversión de Pablo, porque cuando mas predico Pablo fue durante el tiempo malo del imperio Romano, cuando fue perseguida la Iglesia. Y claro, bendito sea el Señor, que Pablo no era el único que también se esforzó y hasta llego a sacrificar su vida por el Evangelio. Hubo muchos más que se sacrificaron para que nosotros hoy tuviéramos acceso al Evangelio de Cristo y a Su Santa Palabra, la Santa Biblia, la cual llevan ya mucho tiempo alterando.

Y sé que algunos dirían: No es culpa nuestra que le toco vivir ese tiempo a Pablo y que a nosotros nos toque otro tiempo mejor. Y yo les diría: No se preocupen, el tiempo que vivió Pablo volverá a suceder, y viene más pronto de lo que creen, y ya no será tan fácil el seguir a Cristo como lo es hoy en muchos lugares del mundo. Ya hay algunos hermanos que sí saben lo que es luchar y sacrificarse mucho por una fe, en distintas partes del mundo. El gran problema que vivimos hoy, en general, dentro de la iglesia universal, es que lo que precisamente advirtió Pablo es lo que se ha infiltrado en nuestros pulpitos y lugares de adoración, están muy bien arraigados estas filosofías y huecas sutilezas, y claro, tradiciones de hombres, y los rudimentos del mundo. Esto es lo que sucede muchas veces: El Espíritu Santo y la Palabra no es lo que genera el mensaje o la enseñanza, sino que, se crea un pensamiento humano, y claro, atractivo para las masas, y se usa (erróneamente) la Palabra de Dios para poder apoyar ese pensamiento, y lo que les conviene. Es fácil ver eso porque es lo mismo que hace Satanás, si vemos como trató de tentar al propio Señor de la misma manera, tratando de hacer sonar como verdad lo que le estaba diciendo. Y claro, de esa manera se han justificado diferentes malos estilos de vida que no glorifican a Dios, y de justificar el exceso que muchos tratan de sacar de las cosas de Dios. Ya no es Cristo el que reina en muchos lugares, sino más bien, el pecado y el materialismo. Finalmente, han creado una gran populación que busca mas el bienestar temporal y el lograr metas humanas que tener los ojos puestos en Cristo y en la eternidad que El ofrece. Eso es lo que prevalece hoy. Todos quieren ir al cielo, pero casi nadie soporta sufrir, ni aun menos, morir para poder entrar. Creen poder meter al mundo en el cielo, y eso no va a suceder.  

El asunto es, que si realmente valorarán lo que Cristo y también tantos otros que le siguieron genuinamente hicieron, creo que el estilo de vida de muchas personas cambiaria, y el mal dentro de la iglesia seria menos. Se dejaría de glorificar tanto al pecado y al hombre. Pero, para que las cosas puedan cambiar para bien, debe comenzar una transformación personal dentro de nosotros mismos. Entonces, ¿deseas seguir viviendo la corrupción que existe hoy, o ser parte de la iglesia de Cristo, que sí glorifica a Dios, la cual sí entrará al cielo? ¡Qué el Señor les bendiga! John,

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Dios premia el arrepentimiento - 1 Samuel 7:2-17

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Basado en 1 Samuel 7:2-17 (Versión Reina Valera 1960)

Desde el día que llegó el arca a Quiriat-jearim pasaron muchos días, veinte años; y toda la casa de Israel lamentaba en pos de Jehová. Habló Samuel a toda la casa de Israel, diciendo: Si de todo vuestro corazón os volvéis a Jehová, quitad los dioses ajenos y a Astarot de entre vosotros, y preparad vuestro corazón a Jehová, y sólo a él servid, y os librará de la mano de los filisteos. Entonces los hijos de Israel quitaron a los baales y a Astarot, y sirvieron sólo a Jehová. Y Samuel dijo: Reunid a todo Israel en Mizpa, y yo oraré por vosotros a Jehová. Y se reunieron en Mizpa, y sacaron agua, y la derramaron delante de Jehová, y ayunaron aquel día, y dijeron allí: Contra Jehová hemos pecado. Y juzgó Samuel a los hijos de Israel en Mizpa. Cuando oyeron los filisteos que los hijos de Israel estaban reunidos en Mizpa, subieron los príncipes de los filisteos contra Israel; y al oír esto los hijos de Israel, tuvieron temor de los filisteos. Entonces dijeron los hijos de Israel a Samuel: No ceses de clamar por nosotros a Jehová nuestro Dios, para que nos guarde de la mano de los filisteos. Y Samuel tomó un cordero de leche y lo sacrificó entero en holocausto a Jehová; y clamó Samuel a Jehová por Israel, y Jehová le oyó. Y aconteció que mientras Samuel sacrificaba el holocausto, los filisteos llegaron para pelear con los hijos de Israel. Mas Jehová tronó aquel día con gran estruendo sobre los filisteos, y los atemorizó, y fueron vencidos delante de Israel. Y saliendo los hijos de Israel de Mizpa, siguieron a los filisteos, hiriéndolos hasta abajo de Bet-car. Tomó luego Samuel una piedra y la puso entre Mizpa y Sen, y le puso por nombre Eben-ezer, diciendo: Hasta aquí nos ayudó Jehová. Así fueron sometidos los filisteos, y no volvieron más a entrar en el territorio de Israel; y la mano de Jehová estuvo contra los filisteos todos los días de Samuel. Y fueron restituidas a los hijos de Israel las ciudades que los filisteos habían tomado a los israelitas, desde Ecrón hasta Gat; e Israel libró su territorio de mano de los filisteos. Y hubo paz entre Israel y el amorreo. Y juzgó Samuel a Israel todo el tiempo que vivió. Y todos los años iba y daba vuelta a Bet-el, a Gilgal y a Mizpa, y juzgaba a Israel en todos estos lugares. Después volvía a Ramá, porque allí estaba su casa, y allí juzgaba a Israel; y edificó allí un altar a Jehová.

¿Los problemas que tenemos son siempre producto de nuestro pecado? Una cosa hay que tener muy clara, y esa es: que el pecado es lo que complica y destruye todo en este mundo, porque la paga del pecado es muerte. El pecado produce todo lo desagradable en esta vida, desde las enfermedades, las guerras, la pobreza, el hambre, el dolor, y hasta la muerte. Por eso es que Dios aborrece el pecado. El ha permitido que exista el pecado para que exista la posibilidad de la elección, para que el libre albedrio tenga propósito. Pero, porque Dios haya permitido algo, por amor (porque el amor es lo que produce la elección), no quiere decir que le guste. Dios hizo a todo ser libre para escoger su propio camino, pero cada camino tiene su consecuencia, porque Dios le ha dado la potestad hasta a los ángeles para escoger, y claro, unos escogieron para mal, como hizo Satanás y los que ahora son demonios. De la misma manera, el hombre puede escoger, si desea seguir a Dios o seguir al enemigo. El amor dá la potestad de la elección, porque Dios finalmente desea que los que estén con El, sea porque quieren realmente estar con El, a pesar de cualquier circunstancia. Esta es la gran semejanza con la cual nos hizo el Altísimo, que nosotros también deseemos ser rodeados por seres que deseen realmente estar con nosotros porque quieren, por amor, y no por alguna otra razón.

Ahora bien, volviendo a nuestra original pregunta, ¿Todo lo malo que nos sucede aquí y ahora es producto de nuestro propio pecado? No siempre los problemas son producto de nuestro pecado personal, pero, la gran mayoría de las veces sí es nuestra culpa (y sé que a nadie le gusta saber eso, pero es la verdad). La gran mayoría de las veces o echamos a perder las cosas, o escogemos mal, o las cosas se complicaron como resultado de alguno o varios pecados que cometemos. Si vemos el pasaje que leímos hoy, Israel estaba presionado y agobiado por los filisteos porque escogían seguir y adorar a otros dioses antes que al Señor. Se olvidaron de a Quien realmente le debían todo, y siguieron tras dioses ajenos, e ídolos, y hasta a Astarot, un dios que adoraban las propias personas que habían conquistado. El pecar en contra de Dios a través de la idolatría, por ejemplo, nunca tendrá sentido ni lógica, por mucho que el hombre trate de escusarlo o de justificarlo. Pensemos en esto: ¿Para que seguir a un dios como Astarot si le fallo hasta al pueblo que ellos mismos conquistaron? No obstante, decidieron seguir a otros dioses, así que, Dios mismo le quitó Su protección divina. La gran mayoría de las veces, Dios no tiene que ejercitarse mucho, por decir, sino solo permitir que las consecuencias naturales del pecado tomen su efecto. Nadie puede liberar sino solo Dios. Satanás y todo lo que le pertenece solo trae dolor y derrota, más tarde o más temprano. Todo del enemigo y el mundo es ilusión y temporal. Hay vida solamente en Dios, pero cuando hacemos Su voluntad.

Ahora, ¿Qué se puede hacer al respecto? ¿Dios sencillamente desea destruir al ser humano? No. Esto es lo que dice la Palabra: Tú, pues, hijo de hombre, di a la casa de Israel: Vosotros habéis hablado así, diciendo: Nuestras rebeliones y nuestros pecados están sobre nosotros, y a causa de ellos somos consumidos; ¿cómo, pues, viviremos? Diles: Vivo yo, dice Jehová el Señor, que no quiero la muerte del impío, sino que se vuelva el impío de su camino, y que viva. Volveos, volveos de vuestros malos caminos; ¿por qué moriréis, oh casa de Israel? Ezequiel 33:10-11. Y también nos aconseja esto la Palabra: Y decía a las multitudes que salían para ser bautizadas por él: ¡Oh generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera? Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento, y no comencéis a decir dentro de vosotros mismos: Tenemos a Abraham por padre; porque os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras. Y ya también el hacha está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto se corta y se echa en el fuego. Y la gente le preguntaba, diciendo: Entonces, ¿qué haremos? Y respondiendo, les dijo: El que tiene dos túnicas, dé al que no tiene; y el que tiene qué comer, haga lo mismo. Vinieron también unos publicanos para ser bautizados, y le dijeron: Maestro, ¿qué haremos? Él les dijo: No exijáis más de lo que os está ordenado. También le preguntaron unos soldados, diciendo: Y nosotros, ¿qué haremos? Y les dijo: No hagáis extorsión a nadie, ni calumniéis; y contentaos con vuestro salario. Lucas 3:7-14. La perfección aquí nunca existirá, porque este mundo esta corrompido, pero sí, muchas cosas pueden cambiar si uno realmente se arrepiente y se convierte de todos sus malos caminos para servir al Dios vivo, al someterse al Señorío de Jesús, como lo hicieron en este pasaje. Y es sencillo, solo se trata de hacer las cosas genuinamente, con todo el corazón, y Dios obrará. Pero lo mas importante no es necesariamente ver las cosas cambiar para bien aquí (porque esto es temporal), sino ver la recompensa de Dios en la eternidad, en lo por venir, cuando Dios mismo te diga: …Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. Deja a un lado tu pecado que en nada te ayuda, y pon tus ojos en Aquel que es eterno, fiel, y verdadero. Así que, ¿buscarás el continuo arrepentimiento, conversión, y transformación para vida eterna, o seguirás sumergido en el pecado para cosechar solo destrucción, y hasta la muerte eterna? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Desafiando al Todopoderoso - Jonás 1:10-2:10

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Basado en Jonás 1:10-2:10 (Versión Reina Valera 1960)

Y aquellos hombres temieron sobremanera, y le dijeron: ¿Por qué has hecho esto? Porque ellos sabían que huía de la presencia de Jehová, pues él se lo había declarado. Y le dijeron: ¿Qué haremos contigo para que el mar se nos aquiete? Porque el mar se iba embraveciendo más y más. El les respondió: Tomadme y echadme al mar, y el mar se os aquietará; porque yo sé que por mi causa ha venido esta gran tempestad sobre vosotros. Y aquellos hombres trabajaron para hacer volver la nave a tierra; mas no pudieron, porque el mar se iba embraveciendo más y más contra ellos. Entonces clamaron a Jehová y dijeron: Te rogamos ahora, Jehová, que no perezcamos nosotros por la vida de este hombre, ni pongas sobre nosotros la sangre inocente; porque tú, Jehová, has hecho como has querido. Y tomaron a Jonás, y lo echaron al mar; y el mar se aquietó de su furor. Y temieron aquellos hombres a Jehová con gran temor, y ofrecieron sacrificio a Jehová, e hicieron votos. Pero Jehová tenía preparado un gran pez que tragase a Jonás; y estuvo Jonás en el vientre del pez tres días y tres noches. Entonces oró Jonás a Jehová su Dios desde el vientre del pez, y dijo: Invoqué en mi angustia a Jehová, y él me oyó; desde el seno del Seol clamé, y mi voz oíste. Me echaste a lo profundo, en medio de los mares, y me rodeó la corriente; todas tus ondas y tus olas pasaron sobre mí. Entonces dije: Desechado soy de delante de tus ojos; mas aún veré tu santo templo. Las aguas me rodearon hasta el alma, rodeóme el abismo; el alga se enredó a mi cabeza. Descendí a los cimientos de los montes; la tierra echó sus cerrojos sobre mí para siempre; mas tú sacaste mi vida de la sepultura, oh Jehová Dios mío. Cuando mi alma desfallecía en mí, me acordé de Jehová, y mi oración llegó hasta ti en tu santo templo. Los que siguen vanidades ilusorias, su misericordia abandonan. Mas yo con voz de alabanza te ofreceré sacrificios; pagaré lo que prometí. La salvación es de Jehová. Y mandó Jehová al pez, y vomitó a Jonás en tierra.

Uno de los problemas principales que la gran mayoría de las personas tienen es, si Dios existe o no, y si es real todo lo que la Biblia dice de El. Muchos creen, por ejemplo, que esta historia de Jonás y el gran pez es como un cuento de niños, algo ficticio. Muchos creen como me dijo una joven una vez que la Biblia solo era un libro de metáforas. Entonces, ¿existirá tal Dios del cual habla la Biblia? Y yo insistiría: ¿Qué tiene más sentido, creer que Dios no existe y que todo esto es solo un accidente cósmico, o que realmente existe un Dios Todopoderoso, y que más, nos vale creer en El y seguirle mientras aún allá tiempo? Y también consideren esto, que hay dos realidades que son inevitables, quieran creer o no, que sí hay un Dios: Que hay cosas mucho mayores que están sucediendo a cada momento que no tenemos ningún control sobre ellas, y que un día no muy lejano llegará nuestro final. Este planeta hace su órbita alrededor del sol sin pedirnos permiso, por ejemplo, y también, haga lo que haga el hombre, sea viejo o joven, rico o pobre, su día vendrá y no hay nada que pueda hacer para evitarlo. Queramos creer que hay una tal evolución o que existe el Dios Todopoderoso, somos menos que nada en el gran esquema de las cosas, somos menos que un pensamiento momentáneo en la realidad expansiva del universo y del tiempo. Esa sí es nuestra realidad y no hay nadie con algún tipo de inteligencia que pueda decir lo contrario.

Lo que si voy a afirmar (porque si creo con todo mi ser que existe Dios y que la Biblia es Su Palabra) es que en lo más mínimo, existió (y existe) Jesús del cual leemos, el unigénito Hijo de Dios, porque no solo la Biblia habla de Su existencia y de Sus hechos, sino que hasta los libros históricos escritos por seres que formaron parte del Imperio Romano también relatan Su existencia, una fuente que no tenía nada que ver con la fe cristiana, como por ejemplo los escritos de Tácito, un senador e historiador Romano que habla de Jesús, y hasta como Poncio Pilato lo mando ser ejecutado. Y esto es una de las tantas cosas que habla la Biblia del Señor: Estaban allí sentados algunos de los escribas, los cuales cavilaban en sus corazones: ¿Por qué habla éste así? Blasfemias dice. ¿Quién puede perdonar pecados, sino sólo Dios? Y conociendo luego Jesús en su espíritu que cavilaban de esta manera dentro de sí mismos, les dijo: ¿Por qué caviláis así en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: Tus pecados te son perdonados, o decirle: Levántate, toma tu lecho y anda? Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico): A ti te digo: Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa. Entonces él se levantó en seguida, y tomando su lecho, salió delante de todos, de manera que todos se asombraron, y glorificaron a Dios, diciendo: Nunca hemos visto tal cosa. Marcos 2:6-12. ¿Qué podemos deducir a través de esto? Que Jesús era (y es) Dios, y que El pudo afectar tanto lo que es invisible en este momento para nosotros (el pecado) como también nuestro mundo material, al sanar al paralitico milagrosamente. Así que, este Dios tuvo poder sobre lo invisible y eterno, como también sobre lo físico y temporal.

Entonces, ¿existirá Dios? Conclusivamente, esta es una decisión personal, pero lo que también vemos a través del tiempo es que desafiar a este Dios que sí existe, sí provoca muchos problemas. El que se atreva a desafiar a Dios no le hace ningún daño a Dios, sino más bien, se daña a sí mismo. Por ejemplo, esto es lo que dijo el Apóstol Pablo: Cuando a mediodía, oh rey, yendo por el camino, vi una luz del cielo que sobrepasaba el resplandor del sol, la cual me rodeó a mí y a los que iban conmigo. Y habiendo caído todos nosotros en tierra, oí una voz que me hablaba, y decía en lengua hebrea: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Dura cosa te es dar coces contra el aguijón. Yo entonces dije: ¿Quién eres, Señor? Y el Señor dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues. Hechos 26:13-15. Lo quieras creer o no, esto es lo que sucederá a todos lo que se atreven a desafiar la realidad de que existe un Dios Todopoderoso: Comenzó luego a decir al pueblo esta parábola: Un hombre plantó una viña, la arrendó a labradores, y se ausentó por mucho tiempo. Y a su tiempo envió un siervo a los labradores, para que le diesen del fruto de la viña; pero los labradores le golpearon, y le enviaron con las manos vacías. Volvió a enviar otro siervo; mas ellos a éste también, golpeado y afrentado, le enviaron con las manos vacías. Volvió a enviar un tercer siervo; mas ellos también a éste echaron fuera, herido. Entonces el señor de la viña dijo: ¿Qué haré? Enviaré a mi hijo amado; quizá cuando le vean a él, le tendrán respeto. Mas los labradores, al verle, discutían entre sí, diciendo: Este es el heredero; venid, matémosle, para que la heredad sea nuestra. Y le echaron fuera de la viña, y le mataron. ¿Qué, pues, les hará el señor de la viña? Vendrá y destruirá a estos labradores, y dará su viña a otros. Cuando ellos oyeron esto, dijeron: ¡Dios nos libre! Pero él, mirándolos, dijo: ¿Qué, pues, es lo que está escrito: La piedra que desecharon los edificadores ha venido a ser cabeza del ángulo? Todo el que cayere sobre aquella piedra, será quebrantado; más sobre quien ella cayere, le desmenuzará. Lucas 20:9-18.

Así que ¿Decidirás creer en, honrar, y amar a este Señor Todopoderoso que te ama y te ofrece cosas que nadie o nada más pueden darte, antes que sea muy tarde, o seguirás desafiándole hasta el punto de que seas desmenuzado, que ni siquiera quede ni el recuerdo de tu existencia? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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La verdad de Dios ofenderá a algunas personas - Hechos 21:26-36

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Basado en Hechos 21:26-36 (Versión Reina Valera 1960)

Entonces Pablo tomó consigo a aquellos hombres, y al día siguiente, habiéndose purificado con ellos, entró en el templo, para anunciar el cumplimiento de los días de la purificación, cuando había de presentarse la ofrenda por cada uno de ellos. Pero cuando estaban para cumplirse los siete días, unos judíos de Asia, al verle en el templo, alborotaron a toda la multitud y le echaron mano, dando voces: ¡Varones israelitas, ayudad! Este es el hombre que por todas partes enseña a todos contra el pueblo, la ley y este lugar; y además de esto, ha metido a griegos en el templo, y ha profanado este santo lugar. Porque antes habían visto con él en la ciudad a Trófimo, de Efeso, a quien pensaban que Pablo había metido en el templo. Así que toda la ciudad se conmovió, y se agolpó el pueblo; y apoderándose de Pablo, le arrastraron fuera del templo, e inmediatamente cerraron las puertas. Y procurando ellos matarle, se le avisó al tribuno de la compañía, que toda la ciudad de Jerusalén estaba alborotada. Este, tomando luego soldados y centuriones, corrió a ellos. Y cuando ellos vieron al tribuno y a los soldados, dejaron de golpear a Pablo. Entonces, llegando el tribuno, le prendió y le mandó atar con dos cadenas, y preguntó quién era y qué había hecho. Pero entre la multitud, unos gritaban una cosa, y otros otra; y como no podía entender nada de cierto a causa del alboroto, le mandó llevar a la fortaleza. Al llegar a las gradas, aconteció que era llevado en peso por los soldados a causa de la violencia de la multitud; porque la muchedumbre del pueblo venía detrás, gritando: ¡Muera!

¿Qué de malo había hecho Pablo para que le tratasen de esa manera? Si vemos lo que las Escrituras cuentan de El, leeremos que él no hizo nada malo, sino todo lo contrario. Pablo buscaba el bien eterno de las personas. En eso se convirtió su misión de vida, por amor a Cristo, cuando vino a conocer a Cristo. Entonces, ¿Por qué tanta rabia, tanta ira, y el deseo de que hasta muriera? ¿Por qué desearle tanto mal a un ser que solo buscaba el bien de las personas?

Esto desgraciadamente no es nada nuevo, y el propio Señor nos enseñó que momentos como estos sucederían. El mismo lo enseñó de esta manera: Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros. Mateo 5:10-12. Así que, no todos van a reaccionar bien a lo bueno, e irónicamente, hasta los que se dicen ser creyentes y religiosos, y por desgracia, cuando tiene que ver con Dios, y con las cosas que realmente le pertenecen. Suena irónico, pero es cierto. A no todo el mundo le cae bien Dios. ¿Cómo puedo afirmar esto? Bueno, ¿Qué de malo hizo el Señor cuando estuvo aquí en la tierra para que le mandasen al calvario? ¿por cual pecado le mataron? ¿Por qué alimento a las multitudes? ¿Por qué sano a los enfermos? ¿Por qué liberó a los endemoniados? ¿Por qué levanto a los muertos? ¿Por qué enseño del reino de Dios? ¿Por qué enseño como obtener la vida eterna? No obstante, lo mandaron a matar, y de la manera mas cruel que un ser pueda morir. Esto es lo que cuentan las Escrituras: Ahora bien, en el día de la fiesta acostumbraba el gobernador soltar al pueblo un preso, el que quisiesen. Y tenían entonces un preso famoso llamado Barrabás. Reunidos, pues, ellos, les dijo Pilato: ¿A quién queréis que os suelte: a Barrabás, o a Jesús, llamado el Cristo? Porque sabía que por envidia le habían entregado. Mateo 27:15-18. Algo tan sencillo como la envidia fue el precursor de la muerte del Señor, algo que El no podía hacer nada al respecto, un sentimiento que plenamente era responsabilidad del que lo sentía, porque ningún mal había hecho el Señor, todo lo contrario, hizo la voluntad de Su Padre, y también, comportarse como el Dios bueno que es. Jesús era (y es) Dios. Ese fue Su pecado, por decir. Sea por envidia, o por algún otro sentimiento malo, es algo dentro de algunas personas que está totalmente fuera del control de uno, y hasta de Dios, va a ser los que provoquen eventos como estos, que pueden hasta provocarle la muerte a aquellos que buscan hacer la voluntad de Dios.

Ahora bien, esta persecución que puede venir es algo que posiblemente nos toque vivir, pero es parte del precio de seguir al Señor. Pablo conocía el precio, y estaba dispuesto a pagarlo porque él consideraba lo que el propio Señor hizo por él, lo cual también hizo por cada uno de nosotros. Dios Padre envió a Su unigénito Hijo, a Jesús, a morir por nosotros, para que nosotros por medio de la fe en El, y por Su sacrificio, pudiéramos tener la esperanza de la vida eterna. Esto era lo que consideraba Pablo digno de hasta dar la vida por El. Y esto es lo que otros a través de la Palabra nos animan a hacer: Por lo cual también Jesús, para santificar al pueblo mediante su propia sangre, padeció fuera de la puerta. Salgamos, pues, a él, fuera del campamento, llevando su vituperio; porque no tenemos aquí ciudad permanente, sino que buscamos la por venir. Hebreos 13:12-14. Sencillamente, los que hemos decidido seguir a Cristo, ya no pertenecemos a este lugar. Este mundo temporal no debe ser nuestra meta, sino lo por venir, la eterna, ese perfecto lugar que Dios ya tiene preparado para aquellos que le aman, y que están dispuestos a pasar lo que sea por Su Persona. Ese debe ser nuestro enfoque. Como también dijo el Señor: A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos. Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también le negaré delante de mi Padre que está en los cielos. Mateo 10:32-33. Siempre debemos pensar en esto: Que Dios siempre esta mirando, y que nuestras intenciones y hechos definirán nuestra eternidad cuando estemos delante del Trono Santo, el cual nadie puede evitar.

Entonces, ¿qué debemos hacer mientras tanto, como seguidores de Cristo? Seguir adelante con lo que Dios nos ponga adelante, sabiendo que hay recompensas eternas reservadas para nosotros. Pero también, no dejarnos llevar por la turba y por las malas influencias del mundo. Si vemos bien el pasaje, el alboroto de la multitud se formó porque “algunos” judíos de Asia crearon el asunto. Una persona va a apoyar lo malo si se deja llevar por la carne, por no poner la mira en las cosas de Dios. Hoy en día, hay muchos llamados creyentes que apoyan muchas cosas malas porque sencillamente se dejan llevar por las malas influencias, y así apoyan a Satanás y al pecado que mora en su persona en vez de apoyar a Dios. Este ejemplo vemos hasta en Pedro, cuando se dejo llevar por su carne: Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres. Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará. Mateo 16:23-25. Entonces, hay que proseguir con la Verdad de Dios, pase lo que pase, y también, tener mucho cuidado de hacerse parte de la multitud que anda muy errada (porque es muy fácil que suceda), porque esto también dice la Palabra: quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican. Romanos 1:32. Así que, ¿estás dispuesto(a) a soportar la persecución y tribulación por Aquel que lo dió todo sin ninguna obligación por ti? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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El ciclo de la salvación - Colosenses 1

Basado en Colosenses 1 (Versión Reina Valera 1960)

Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Timoteo, a los santos y fieles hermanos en Cristo que están en Colosas: Gracia y paz sean a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. Siempre orando por vosotros, damos gracias a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, habiendo oído de vuestra fe en Cristo Jesús, y del amor que tenéis a todos los santos, a causa de la esperanza que os está guardada en los cielos, de la cual ya habéis oído por la palabra verdadera del evangelio, que ha llegado hasta vosotros, así como a todo el mundo, y lleva fruto y crece también en vosotros, desde el día que oísteis y conocisteis la gracia de Dios en verdad, como lo habéis aprendido de Epafras, nuestro consiervo amado, que es un fiel ministro de Cristo para vosotros, quien también nos ha declarado vuestro amor en el Espíritu. Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual, para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios; fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de su gloria, para toda paciencia y longanimidad; con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz; el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados. El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten; y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia; por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud, y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz. Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de él; si en verdad permanecéis fundados y firmes en la fe, y sin moveros de la esperanza del evangelio que habéis oído, el cual se predica en toda la creación que está debajo del cielo; del cual yo Pablo fui hecho ministro. Ahora me gozo en lo que padezco por vosotros, y cumplo en mi carne lo que falta de las aflicciones de Cristo por su cuerpo, que es la iglesia; de la cual fui hecho ministro, según la administración de Dios que me fue dada para con vosotros, para que anuncie cumplidamente la palabra de Dios, el misterio que había estado oculto desde los siglos y edades, pero que ahora ha sido manifestado a sus santos, a quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria, a quien anunciamos, amonestando a todo hombre, y enseñando a todo hombre en toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre; para lo cual también trabajo, luchando según la potencia de él, la cual actúa poderosamente en mí.

Si vemos la plenitud del pasaje, también deberíamos ver que hay un proceso, un ciclo divino en el propósito de Dios para el hombre. Vemos algo que tiene que suceder en cada uno de nosotros, y que debe haber un proseguir, una continuidad. Y en conjunto con eso, se nos da una razón, un porqué para que prosiga este ciclo que vemos.

No sé si las personas se cuestionarán ahora, como solían cuestionarse antes, de cual era (o es) el propósito de su existir. Los grandes filósofos antes trataban de ver este asunto y darle algún tipo de respuesta al hombre común y corriente, porque la gran mayoría, en algún momento u otro, se hacían esta pregunta: ¿Por qué existo? Hoy en día, en realidad no sé si se hagan esta misma pregunta muchos, o a lo menos, no se les nota. Y la razón por lo cual digo esto es porque hoy en día lo que sí es evidente es que muchas personas se han hecho la idea de que su existencia consta del egocentrismo, o del buscar su propia felicidad. Muchos están muy listos para aceptar esa respuesta, y desafortunadamente, la gran mayoría de los creyentes también les gusta esa respuesta. La mayoría de las personas buscan solamente hacer lo que les place, buscando su propia felicidad.

Ahora bien, muchos entonces preguntarán: ¿es malo buscar nuestra propia felicidad? Y la respuesta es sí y no. Para comenzar, la felicidad es algo que depende de las circunstancias, y las circunstancias cambian de un momento a otro, e igual al ánimo en muchas personas. Y si vemos lo obvio en este mundo, nos daríamos cuenta de que no vivimos en un mundo perfecto, sino algo muy corrupto y distorsionado, y siempre daré esta aclaración: que no es que Dios lo quiso así, sino que el pecado y la decisión del hombre de seguir el pecado, lo que mayormente hace este lugar tan imperfecto e injusto. Y esto nos lleva a dar una explicación el porqué buscar nuestra propia felicidad no es necesariamente algo bueno. Cuando una persona busca sus propios intereses, es muy fácil atropellar y hacerle daño a los demás. Y ¿Por qué puede suceder eso? Porque, primeramente, uno tiene que pensar si lo que uno busca es realmente bueno, y segundo, al estar la persona tan enfocada en si misma, la tendencia va a ser siempre el ignorar el bienestar del prójimo. Esta es una de las razones por lo cual las familias están tan disfuncionales hoy en día, como ejemplo. A un esposo se le olvida que un día decidió casarse con su esposa y que hay que tener cuidado de ciertas cosas para cuidar de esa relación. Y viceversa, una esposa se casó con su esposo y falla de la misma manera. Y también, un matrimonio decidió un día tener hijos y se olvidaron que hay ciertas cosas que hay que hacer para poder criar hijos como corresponde. Pero, hoy en día, tanto el hombre como la mujer estan tan enfocados en lo que desean para si mismo que desechan sus deberes con su familia. Y esto es solo un ejemplo.

¿Qué es entonces este ciclo de salvación que vemos en el pasaje? Nosotros llegamos a Cristo, porque Dios fue el que comenzó este ciclo, al crearnos, y después, al hacer algo por nosotros que no podíamos hacer nosotros mismos. Nosotros nacimos y vivimos muy lejos de Dios en nuestro comienzo, por nuestro pecado. Pero, El nos ha abierto un camino de salvación a través de Cristo. Pero, la salvación no tiene como fin el egocentrismo, (aunque si vives la fe genuinamente, sí llegarás a obtener lo que más te conviene). No debemos olvidar ni de lo que Dios hizo por nosotros, ni del bien que debemos hacerle a nuestro prójimo. La salvación es un proceso de comenzar o de nacer de nuevo en Cristo, de crecer y fortalecernos en el Señor, para que podamos hacer la obra que El tiene para cada uno de nosotros, y ayudar a otros a llegar y entrar en el reino de Dios, y así, ayudarlos a ellos a crecer y a fortalecerse para que ellos puedan proseguir con este ciclo de salvación, tal como lo diseño el Señor para el hombre, algo que es muy similar al proceso natural de tener un matrimonio, y de tener hijos, para hacer el mundo terrenal un lugar mejor, y poder todos llegar a la eternidad que Dios tiene para todos aquellos que le aman y le siguen fielmente. Así que, ¿Eres parte del ciclo de la salvación, o sigues el camino del diablo, del egocentrismo, que te dejará vacío aquí y sin eternidad al final? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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La verdadera Palabra del Señor siempre se cumplirá - Jeremías 37:1-19

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Basado en Jeremías 37:1-19 (Versión Reina Valera 1960)

En lugar de Conías hijo de Joacim reinó el rey Sedequías hijo de Josías, al cual Nabucodonosor rey de Babilonia constituyó por rey en la tierra de Judá. Pero no obedeció él ni sus siervos ni el pueblo de la tierra a las palabras de Jehová, las cuales dijo por el profeta Jeremías. Y envió el rey Sedequías a Jucal hijo de Selemías, y al sacerdote Sofonías hijo de Maasías, para que dijesen al profeta Jeremías: Ruega ahora por nosotros a Jehová nuestro Dios. Y Jeremías entraba y salía en medio del pueblo; porque todavía no lo habían puesto en la cárcel. Y cuando el ejército de Faraón había salido de Egipto, y llegó noticia de ello a oídos de los caldeos que tenían sitiada a Jerusalén, se retiraron de Jerusalén. Entonces vino palabra de Jehová al profeta Jeremías, diciendo: Así ha dicho Jehová Dios de Israel: Diréis así al rey de Judá, que os envió a mí para que me consultaseis: He aquí que el ejército de Faraón que había salido en vuestro socorro, se volvió a su tierra en Egipto. Y volverán los caldeos y atacarán esta ciudad, y la tomarán y la pondrán a fuego. Así ha dicho Jehová: No os engañéis a vosotros mismos, diciendo: Sin duda ya los caldeos se apartarán de nosotros; porque no se apartarán. Porque aun cuando hirieseis a todo el ejército de los caldeos que pelean contra vosotros, y quedasen de ellos solamente hombres heridos, cada uno se levantará de su tienda, y pondrán esta ciudad a fuego. Y aconteció que cuando el ejército de los caldeos se retiró de Jerusalén a causa del ejército de Faraón, salía Jeremías de Jerusalén para irse a tierra de Benjamín, para apartarse de en medio del pueblo. Y cuando fue a la puerta de Benjamín, estaba allí un capitán que se llamaba Irías hijo de Selemías, hijo de Hananías, el cual apresó al profeta Jeremías, diciendo: Tú te pasas a los caldeos. Y Jeremías dijo: Falso; no me paso a los caldeos. Pero él no lo escuchó, sino prendió Irías a Jeremías, y lo llevó delante de los príncipes. Y los príncipes se airaron contra Jeremías, y le azotaron y le pusieron en prisión en la casa del escriba Jonatán, porque la habían convertido en cárcel. Entró, pues, Jeremías en la casa de la cisterna, y en las bóvedas. Y habiendo estado allá Jeremías por muchos días, el rey Sedequías envió y le sacó; y le preguntó el rey secretamente en su casa, y dijo: ¿Hay palabra de Jehová? Y Jeremías dijo: Hay. Y dijo más: En mano del rey de Babilonia serás entregado. Dijo también Jeremías al rey Sedequías: ¿En qué pequé contra ti, y contra tus siervos, y contra este pueblo, para que me pusieseis en la cárcel? ¿Y dónde están vuestros profetas que os profetizaban diciendo: No vendrá el rey de Babilonia contra vosotros, ni contra esta tierra?

La desobediencia al Señor siempre acarrea grandes problemas, tales problemas que se pueden manifestar aquí y ahora, pero aún peor, después, cuando toque estar delante de Su trono. Vivimos en una era donde nuestras culturas y la sociedad han adoptado una mentalidad donde creen que el hombre es el que reina y controla la realidad, tanto como el que está situado en un lugar de poder humano, como también, la persona común y corriente (por decir). Satanás ha obrado de tal manera en el mundo que la gran mayoría de las personas piensan que sus opiniones son las que definen sus propias realidades, hasta e inclusive las acciones de Dios y la eternidad. El hombre cree que todo saldra como le parece, y por desgracia, el que más ha adoptado esta actitud, esta mentalidad, es el llamado pueblo de Dios.

Como escribió Eclesiastés: …nada hay nuevo debajo del sol. Lo que vemos hoy es idéntico a lo que se vió antes, como lo que leímos en el pasaje de hoy. Sedequias y el pueblo de Judá no obedecieron al Señor. Hicieron todo como les parecía, y desgraciadamente, todo lo contrario, a como Dios les había enseñado hace mucho tiempo a través de Su Palabra. En vez de seguir al Señor, siguieron a otros dioses. Y siguieron tales dioses que hasta demandaban la muerte de sus hijos como parte de adoración, para poder conseguir su favor. La única diferencia entre el matar niños antes y ahora, es que antes se hacía por un dios, para poder conseguir favores. Ahora, se matan millones de niños antes de nacer con la excusa de que la mujer puede hacer lo quiera con su cuerpo. El dios Moloc hoy tiene forma de mujer. Esa es la única diferencia. Y la gente de Judá, en vez de amar a su prójimo, lo trataban injustamente, haciéndole el mal al inocente e indefenso. En fin, Judá hizo el mal delante de los ojos del Señor, y por mucho tiempo y muchas generaciones. Nuestra sociedad, y aún peor, nuestra comunidad cristiana va por el mismo camino, adoptando estilos de vida que van totalmente en contra del Señor, y convirtiéndose a sí mismo en su propio señor, o más bien, entronando a Satanás en sus vidas y sirviendo al pecado que mora en sus miembros. No era bueno antes, ni tampoco será bueno ahora, por mucho que piense la gente de que todo saldrá bien, y que nunca vendrá el mal. Ellos tienen que haber pensado que nunca nada malo les iba a suceder, igual como se piensa ahora.

En aquel entonces, también tenían profetas mentirosos, tal como los hay hoy. A Sedequias y al pueblo les hablaron muchos profetas de que todo estaría bien, y que habría paz y bendición, a pesar de todo el pecado que estaban cometiendo, igual que ahora. Jeremías hasta le preguntó al rey, diciendo: ¿Y dónde están vuestros profetas que os profetizaban diciendo: No vendrá el rey de Babilonia contra vosotros, ni contra esta tierra? Digan lo que digan, piensen lo que piensen, todo lo que realmente dice Dios se cumplirá. Por lo tanto, esto dice el Señor: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: No escuchéis las palabras de los profetas que os profetizan; os alimentan con vanas esperanzas; hablan visión de su propio corazón, no de la boca de Jehová. Dicen atrevidamente a los que me irritan: Jehová dijo: Paz tendréis; y a cualquiera que anda tras la obstinación de su corazón, dicen: No vendrá mal sobre vosotros. Porque ¿quién estuvo en el secreto de Jehová, y vio, y oyó su palabra? ¿Quién estuvo atento a su palabra, y la oyó? He aquí que la tempestad de Jehová saldrá con furor; y la tempestad que está preparada caerá sobre la cabeza de los malos. No se apartará el furor de Jehová hasta que lo haya hecho, y hasta que haya cumplido los pensamientos de su corazón; en los postreros días lo entenderéis cumplidamente. No envié yo aquellos profetas, pero ellos corrían; yo no les hablé, mas ellos profetizaban. Pero si ellos hubieran estado en mi secreto, habrían hecho oír mis palabras a mi pueblo, y lo habrían hecho volver de su mal camino, y de la maldad de sus obras. ¿Soy yo Dios de cerca solamente, dice Jehová, y no Dios desde muy lejos? ¿Se ocultará alguno, dice Jehová, en escondrijos que yo no lo vea? ¿No lleno yo, dice Jehová, el cielo y la tierra? Yo he oído lo que aquellos profetas dijeron, profetizando mentira en mi nombre, diciendo: Soñé, soñé. ¿Hasta cuándo estará esto en el corazón de los profetas que profetizan mentira, y que profetizan el engaño de su corazón? Jeremías 23:16-26. ¿necesita mucha explicación esto?

Las cosas del Señor son así de sencillas: No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna. Gálatas 6:7-8. ¿Bendecirá Dios si Su llamado pueblo peca en contra de El fornicando, adulterando, buscando otros dioses, buscando cumplir su propia voluntad, y así despreciando al Señor y a su prójimo? ¿Podrá producirse la vida donde solo se siembra la muerte? No lo creo. Así que, ¿de qué manera se cumplirá la Palabra de Dios en tu vida? ¿para vida o para muerte? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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La fe en la Persona y en los hechos de Jesús - Colosenses 2

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Basado en Colosenses 2 (Versión Reina Valera 1960)

Porque quiero que sepáis cuán gran lucha sostengo por vosotros, y por los que están en Laodicea, y por todos los que nunca han visto mi rostro; para que sean consolados sus corazones, unidos en amor, hasta alcanzar todas las riquezas de pleno entendimiento, a fin de conocer el misterio de Dios el Padre, y de Cristo, en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento. Y esto lo digo para que nadie os engañe con palabras persuasivas. Porque aunque estoy ausente en cuerpo, no obstante en espíritu estoy con vosotros, gozándome y mirando vuestro buen orden y la firmeza de vuestra fe en Cristo. Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en él; arraigados y sobreedificados en él, y confirmados en la fe, así como habéis sido enseñados, abundando en acciones de gracias. Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo. Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad. En él también fuisteis circuncidados con circuncisión no hecha a mano, al echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal, en la circuncisión de Cristo; sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos. Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz. Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo, todo lo cual es sombra de lo que ha de venir; pero el cuerpo es de Cristo. Nadie os prive de vuestro premio, afectando humildad y culto a los ángeles, entremetiéndose en lo que no ha visto, vanamente hinchado por su propia mente carnal, y no asiéndose de la Cabeza, en virtud de quien todo el cuerpo, nutriéndose y uniéndose por las coyunturas y ligamentos, crece con el crecimiento que da Dios. Pues si habéis muerto con Cristo en cuanto a los rudimentos del mundo, ¿por qué, como si vivieseis en el mundo, os sometéis a preceptos tales como: No manejes, ni gustes, ni aun toques (en conformidad a mandamientos y doctrinas de hombres), cosas que todas se destruyen con el uso? Tales cosas tienen a la verdad cierta reputación de sabiduría en culto voluntario, en humildad y en duro trato del cuerpo; pero no tienen valor alguno contra los apetitos de la carne.

¿De qué realmente debiera consistir la fe cristiana? Hay mucha confusión en esto, porque se han inventado muchas cosas que en realidad no tienen nada que ver, con lo que Dios desea que haga el hombre. Hay muchas cosas que se le han quitado o añadido a lo precioso del plan de Dios. Y eso solamente puede ser producto de una sola persona, de Satanás. El Apóstol Pablo habla aquí acerca de que estos cambios a la Verdad de Dios han venido por la carnalidad del hombre, y por supuesto que está en lo cierto, pero, es el diablo que tienta al hombre en base a su concupiscencia, al pecado que mora en el hombre. Esto es lo que nos enseña la Palabra: Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie; sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte. Santiago 1:13-15. Entonces, cuando el diablo tienta al ser humano, lo trata de tentar en base al pecado que ya mora en él. Y claro, cuando el hombre le presta atención al diablo, lo está haciendo en base al mal que ya está en él de alguna manera u otra.

Ahora, ¿Por qué se esmera el diablo en hacer esto? Porque desea que el hombre se pierda y su trabajo es fácil. Lo único que él tiene que hacer es tratar de producir un muy pequeño desvío, y eso es lo que significa la palabra “pecado” en sí mismo: es errarle al blanco. La palabra “pecado” es el término que se refiere cuando una persona tira al blanco con un arco y una flecha, y esta persona falla. Algo pasó cuando apuntó con el proyectil, y por eso que no llego exactamente. Por eso que es parte del error asumir que el pecado solamente consta con matar a alguien, o algo así. El más grave problema que puede sucederle a una persona es no retener exactamente lo que realmente conlleva a la salvación, y por eso que el Espíritu Santo a través de Pablo advierte de que hay que retener una exactitud en la fe, para que no se produzca el error. Porque el más grande y trágico problema que pudiera pasarle a alguien es vivir toda su vida pensando que está en lo correcto, y darse cuenta al final que le ha errado al blanco, y que ha vivido su vida de una manera equivocada. Por eso que cualquier buen maestro de tiro con arco, siempre enseñará que la única manera de no errar al blanco es el enfocarse precisamente en el blanco, y de lo que se tiene que tener en mente antes del lanzamiento para poder dar precisamente en él.

Entonces, si hay que ser tan preciso con la fe, ¿Cuál debiera ser nuestro enfoque? Pensemos primero en lo que no debiera ser nuestro enfoque para poder ver aún más claro el Blanco, por decir. La Biblia nos enseña todas las distintas cosas que son pecado delante de Dios, pero para poder tener un norte, una clave general más segura, podríamos ver esto. Lo que uno debiera evitar son enseñanzas o doctrinas que apoyen o fomentan las cosas de la carne, lo que nos puede sonar atractivo a los deseos pecaminosos de nuestra carne, y de eso hay por todas partes desafortunadamente. Hay mucha más mentira que verdad. Esto es lo que enseña la Palabra: No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna. Gálatas 6:7-8. Cuando nos enfocamos en la carne, ahí es que vienen los problemas. La carne no puede estar vinculada en ninguna manera con el Evangelio de Cristo. Veamos el problema que acarrea cuando se entromete la carne: Entonces Pedro, tomándolo aparte, comenzó a reconvenirle, diciendo: Señor, ten compasión de ti; en ninguna manera esto te acontezca (hablando de la crucifixión). Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres (la carne). Mateo 16:22-23. ¿Qué hubiera pasado si el Señor le hubiera hecho caso a Pedro? ¡Bendito sea el Señor!

Entonces, ¿Cuál sí debiera ser nuestra meta? Fácil. Debiera ser la persona de Cristo y lo que El ha hecho por nosotros: Sus méritos. El es nuestro modelo. No debemos enfocarnos ni en otras personas, (Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre. 1 Timoteo 2:5), ni aún menos, en las cosas de la carne. El debe ser el blanco de nuestra fe, y debemos hacer tal como El nos enseñó, de amar a Dios con todo lo que somos, y amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Si haces a Jesús el literal Señor de tu vida, y valoras todo lo que El hizo por ti, eso te asegurará amplia entrada en el reino de Dios. ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Las riquezas - Santiago 5:1-6

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Basado en Santiago 5:1-6 (Versión Reina Valera 1960)

 ¡Vamos ahora, ricos! Llorad y aullad por las miserias que os vendrán. Vuestras riquezas están podridas, y vuestras ropas están comidas de polilla. Vuestro oro y plata están enmohecidos; y su moho testificará contra vosotros, y devorará del todo vuestras carnes como fuego. Habéis acumulado tesoros para los días postreros. He aquí, clama el jornal de los obreros que han cosechado vuestras tierras, el cual por engaño no les ha sido pagado por vosotros; y los clamores de los que habían segado han entrado en los oídos del Señor de los ejércitos. Habéis vivido en deleites sobre la tierra, y sido disolutos; habéis engordado vuestros corazones como en día de matanza. Habéis condenado y dado muerte al justo, y él no os hace resistencia.

¿Las riquezas son malas? En sí mismas, no tienen nada de malo. Todo depende de cómo se obtienen y que prioridad se les dá. Para comenzar, ¿las riquezas solo se tratan de los bienes materiales? No necesariamente, pero en el pasaje de hoy se refiere primordialmente a las riquezas materiales. Aún más exactamente, el pasaje de hoy se refiere a los ricos y lo que les acontecerá por su trato con sus semejantes, al preocuparse por ellos mismos (el egoísmo), al confiar en las riquezas, al aprovecharse o atropellar a aquellos que no pueden defenderse, a los más vulnerables, y por vivir en deleites. Todas estas acciones ilícitas de acuerdo a la Palabra de Dios no solo son abominables ante el Todopoderoso, sino aún más, merecedoras de castigo, en el presente o en algún momento, y si no hay un arrepentimiento genuino antes de la muerte, serán merecedoras del castigo eterno donde ya no hay vuelta ni segundas oportunidades. Cuando el hombre muere, se acaba la misericordia de Dios porque se acaban las oportunidades que dá el Señor para arrepentimiento. Es por eso que la Palabra trata de dar conciencia al lector porque todo pecado siempre tiene consecuencias, tanto aquí en el presente, pero aún peor, en la eternidad. Nada queda igual, porque aún recibiendo el perdón de Dios, siempre pueden quedar consecuencias. La gracia de Dios no necesariamente quita posibles consecuencias naturales.   

¿Qué es lo que enseña la Palabra acerca de las riquezas? Una de las primeras cosas que podemos ver en la Palabra es que nosotros como seguidores de Cristo nos conviene contentarnos con lo necesario. ¿Qué es lo necesario? Hay muchas personas que tienen diferentes opiniones acerca de lo que es necesario. Hay personas que creen que es necesario tener una casa grande. Hay otras personas que creen necesario tener una cuenta bancaria con cantidades grandes de dinero. Hay otros que creen que el lujo es un derecho divino. Las opiniones varían. ¿Cómo se puede identificar lo que realmente es necesario? Por lo que Dios dice que es necesario. Esto es lo que dice la Palabra: “Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento; porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto. Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición; porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.” 1 Timoteo 6:6-10. Así que, a través de este pasaje, podemos deducir que, si deseamos más que el sustento y abrigo, ya nos estamos pasando de los límites de lo necesario.

Veamos esto a través del Señor, porque la meta de Dios es hacernos semejantes a El a través del Espíritu Santo, y no necesariamente como ningún otro ser humano por muy escogido y especial que allá sido. Nuestra vista siempre debe estar en el Señor, y en nadie más. ¿Tuvo un palacio el Señor, o una mansión, o hasta una casa? No. El dijo que el Hijo del Hombre no tuvo ni donde recostar Su cabeza. ¿Tuvo El mucha ropa, o distintas tenidas para cada día de la semana? No. La Palabra no habla que tuvo tales cosas. ¿Tuvo el Señor caballos o carros? No, porque hasta cuando hizo Su entrada triunfal en Jerusalén montó un pollino de asna, prestado. ¿Cómo comía el Señor? ¿Tenía una despensa de comida, o terrenos con cultivos? Tampoco demuestra nada de eso la Palabra. Ahora bien, si nos comparamos a lo que el Señor tuvo, muy fácilmente pudiéramos discernir que nosotros somos ricos (carnalmente hablando) comparados al Señor, porque todos vivimos en algún tipo de edificio, sea comprado o rentado, tenemos un refrigerador/congelador, y una despensa en nuestro hogar con comida, tenemos ropa para varios días y para distintas ocasiones, y así sucesivamente. Así que, observa bien lo que haces porque esta Escritura puede ser aplicable para ti, si te estas aprovechando de los demás, o si eres egoísta, o si estas confiando en tus riquezas, o si te estas dedicando más a los deleites de este mundo.

¿Cómo debiéramos vivir entonces? Esto es lo que enseña la Palabra: “No te afanes por hacerte rico; Sé prudente, y desiste. ¿Has de poner tus ojos en las riquezas, siendo ningunas? Porque se harán alas Como alas de águila, y volarán al cielo.” Proverbios 23:4-5. Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a éste señaló Dios el Padre. Juan 6:27. A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos. Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos, generosos; atesorando para sí buen fundamento para lo por venir, que echen mano de la vida eterna. 1 Timoteo 6:17-19. No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón. Mateo 6:19-21.

Ahora bien, ¿eso quiere decir que debemos darles nuestros bienes a los que no trabajan, que son irresponsables? Bajo ningún punto. La Biblia sencillamente no apoya ni la irresponsabilidad, ni aun menos, la flojera, como está escrito: Pero os ordenamos, hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que os apartéis de todo hermano que ande desordenadamente, y no según la enseñanza que recibisteis de nosotros. Porque vosotros mismos sabéis de qué manera debéis imitarnos; pues nosotros no anduvimos desordenadamente entre vosotros, ni comimos de balde el pan de nadie, sino que trabajamos con afán y fatiga día y noche, para no ser gravosos a ninguno de vosotros; no porque no tuviésemos derecho, sino por daros nosotros mismos un ejemplo para que nos imitaseis. Porque también cuando estábamos con vosotros, os ordenábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma. Porque oímos que algunos de entre vosotros andan desordenadamente, no trabajando en nada, sino entremetiéndose en lo ajeno. A los tales mandamos y exhortamos por nuestro Señor Jesucristo, que trabajando sosegadamente, coman su propio pan. 2 Tesalonicenses 3:6-12.

¿Qué podemos entonces entender a través de todo esto? Que finalmente cada uno de nosotros dará cuenta de cómo consigue las cosas, de lo que hace con lo que tiene, y de cómo trata a su prójimo, porque Dios está mirando y sí juzgará a Su pueblo, más tarde o más temprano. Así que, ¿Estás ganándote el sustento, y administrándolo de una manera que complace a Dios? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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La venida del Señor se acerca - 1 Corintios 15:50-58

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Basado en 1 Corintios 15:50-58 (Versión Reina Valera 1960)

Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción. He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad. Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria. ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley. Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo. Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.

Los tiempos en los cuales estamos viviendo nos demuestran que estamos acercándonos mas apresuradamente a un final inevitable. Todo apunta a que un día este mundo terminará, y todo lo que existe cambiará, sin excepciones. Así estableció las cosas Dios mismo. Y no hay nada que lo detenga. Eso sí, lo único que si podemos hacer es estar listos, haciendo la voluntad de Dios. Existen unas ruedas gigantescas y cósmicas que controlan el trascurrir del tiempo y los eventos, y esas son imparables porque son fijadas por el mismo Creador. Pero, dentro de esas grandes ruedas hay lugar para que cada uno de nosotros podamos decidir nuestra propia condición eterna, sea que decidamos vivir por el Señor, o vivir para el mundo y sus deleites, al seguir la corriente que Satanás mismo inspira en el aquí y ahora. No obstante, y como explicamos antes que existen cosas incambiables, existe un día que será muy decisivo para toda la humanidad, el día en el cual Cristo venga por Su iglesia, un día conocido como el arrebatamiento de la iglesia.

El día de los arrebatados, o como el Apóstol Pablo lo describe en el pasaje que leímos hoy, consta de que el Señor mismo vendrá por Su iglesia y milagrosamente tomará para si a los que le pertenecemos, a los que son realmente fieles a El, y seremos llevados y transformados en las nubes, tanto como los que estemos todavía vivos físicamente, y también aquellos que duermen en la tierra. Sera un día como nunca jamás fue. La Biblia habla de dos otras personas que vivieron un momento parecido personalmente, de Enoc y del Profeta Elías. La Biblia habla de este arrebatamiento en distintas partes de la Palabra. Por ejemplo, vemos esto en los siguientes pasajes: Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre. Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre. Entonces estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el otro será dejado. Dos mujeres estarán moliendo en un molino; la una será tomada, y la otra será dejada. Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor. Pero sabed esto, que si el padre de familia supiese a qué hora el ladrón habría de venir, velaría, y no dejaría minar su casa. Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis. Mateo 24:36-44. Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. 1 Tesalonicenses 4:16-17. Este evento sucederá algún día, cuando el Padre diga, y nada lo detendrá, y nadie sabrá cuándo exactamente sucederá esto, pero la Biblia sí nos enseña cuando estará cerca ese día, por los eventos que precederán, y ya muchas cosas se han cumplido, y otras se van cumpliendo hoy.

De esto se predicaba mucho antes, cuando hubo un despertar muy grande en el mundo para el Evangelio de Jesucristo, durante una entapa que pudiéramos decir que se cumplió el derramamiento del Espíritu Santo de los últimos tiempos. Esa es una de las señales que habla la Palabra que precedería este día del arrebatamiento. Y desgraciadamente, muchos creyentes o se enfriaron, o tomaron esta tardanza de esta profecía del arrebatamiento como un letargo de parte de Dios, o como algo que sencillamente es un mito. Ese es el sentimiento que se ha extendido también en muchos del mundo donde ven a Dios y a la fe en Cristo como algo pasado, como una vieja tradición, o hasta como una superstición, especialmente entre aquellos que se creen ser muy intelectuales y avanzados. Toman la misericordia divina como señal de que Dios no existe. Pero la Verdad es que Dios sí existe, y que solo esta dando oportunidad, como está escrito: Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día. El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche… 2 Pedro 3:8-10a.

Ahora bien, ¿cuál es una de las indicaciones más grandes cuando esté por cumplirse aquel día? La Biblia nos enseña que habrá un momento de aparente tranquilidad, y tomará a la humanidad por sorpresa. Acontecerá en un momento cuando el mundo se sentirá confiado en sus quehaceres, y viviendo de una manera totalmente desprovista. Esto es lo que está escrito: Pero acerca de los tiempos y de las ocasiones, no tenéis necesidad, hermanos, de que yo os escriba. Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche; que cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán. 1 Tesalonicenses 5:1-3.

Por lo tanto, ¿Cómo debe vivir la vida cada creyente que sí desea irse con su Señor? Debe estar ocupado en los asuntos del Padre, como el mismo ejemplo que dejo el Señor, y no viviendo como el mundo. Esto nos aconseja la Palabra de Dios: ¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su casa para que les dé el alimento a tiempo? Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así. De cierto os digo que sobre todos sus bienes le pondrá. Pero si aquel siervo malo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir; y comenzare a golpear a sus consiervos, y aun a comer y a beber con los borrachos, vendrá el señor de aquel siervo en día que éste no espera, y a la hora que no sabe, y lo castigará duramente, y pondrá su parte con los hipócritas; allí será el lloro y el crujir de dientes. Mateo 24:45-51. El que no este siguiendo al Señor fielmente se quedará atrás, y vivirá cosas que el mundo jamás allá experimentado. No vale la pena cambiar la vida eterna por cosas que solo producen muerte y destrucción, sin ningún tipo de recompensa. Así que, ¿estas realmente listo para la venida del Señor, que puede suceder cuando menos lo esperes? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Dios juzgará el mal - Isaías 33:1-16

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Basado en Isaías 33:1-16 (Versión Reina Valera 1960)

¡Ay de ti, que saqueas, y nunca fuiste saqueado; que haces deslealtad, bien que nadie contra ti la hizo! Cuando acabes de saquear, serás tú saqueado; y cuando acabes de hacer deslealtad, se hará contra ti. Oh Jehová, ten misericordia de nosotros, a ti hemos esperado; tú, brazo de ellos en la mañana, sé también nuestra salvación en tiempo de la tribulación. Los pueblos huyeron a la voz del estruendo; las naciones fueron esparcidas al levantarte tú. Sus despojos serán recogidos como cuando recogen orugas; correrán sobre ellos como de una a otra parte corren las langostas. Será exaltado Jehová, el cual mora en las alturas; llenó a Sion de juicio y de justicia. Y reinarán en tus tiempos la sabiduría y la ciencia, y abundancia de salvación; el temor de Jehová será su tesoro. He aquí que sus embajadores darán voces afuera; los mensajeros de paz llorarán amargamente. Las calzadas están deshechas, cesaron los caminantes; ha anulado el pacto, aborreció las ciudades, tuvo en nada a los hombres. Se enlutó, enfermó la tierra; el Líbano se avergonzó, y fue cortado; Sarón se ha vuelto como desierto, y Basán y el Carmelo fueron sacudidos. Ahora me levantaré, dice Jehová; ahora seré exaltado, ahora seré engrandecido. Concebisteis hojarascas, rastrojo daréis a luz; el soplo de vuestro fuego os consumirá. Y los pueblos serán como cal quemada; como espinos cortados serán quemados con fuego. Oíd, los que estáis lejos, lo que he hecho; y vosotros los que estáis cerca, conoced mi poder. Los pecadores se asombraron en Sion, espanto sobrecogió a los hipócritas. ¿Quién de nosotros morará con el fuego consumidor? ¿Quién de nosotros habitará con las llamas eternas? El que camina en justicia y habla lo recto; el que aborrece la ganancia de violencias, el que sacude sus manos para no recibir cohecho, el que tapa sus oídos para no oír propuestas sanguinarias; el que cierra sus ojos para no ver cosa mala; éste habitará en las alturas; fortaleza de rocas será su lugar de refugio; se le dará su pan, y sus aguas serán seguras.

Muchos creen que, porque no ven fuego caer del cielo u otras cosas extremadamente inusuales, que no existe tal juicio de Dios, o hasta dudan en que Dios existe. Muchos piensan que Dios es como un mito, o parte de una tradición antigua. Y aún más, si es que “algo” existe (como algunos piensan), que es algo o alguien tan bueno que pasará por alto el pecado y Su existencia no afecta en nada. Muchos supuestos cristianos creen de esta manera, a lo menos, eso demuestran. Pero, la Verdad es que Dios sí existe, que es Todopoderoso, Santo, y Sublime, y que tiene todo tipo de autoridad y poder para llevar a cabo el juicio que ya viene en camino, lo quieran creer o no. El Señor no va a pasar por alto ni las rebeliones ni las abominaciones del mundo, y ni aún menos, ignorar lo que Su llamado pueblo hace. Dios sí juzgara todo el mal, a pesar de lo lindo y agradable que prediquen ciertos llamados siervos de Dios, y de la manera que prácticamente incitan a pisotear Su divina gracia, y todo basado en que Dios es un Dios bueno y amoroso, y extremadamente paciente. Usan mal la Palabra que dice: …no se irrita… …todo lo sufre… …todo lo soporta… Este tipo de enseñanza no está de acuerdo con lo que la Biblia enseña. Dios es Dios, y hay que respetarlo como tal.

¿De dónde emana este error de que Dios no juzga? Como todo lo malo, proviene de Satanás y de sus ministros, como dicen las Escrituras: …doctrinas de demonios. Esto es lo que realmente dice la Palabra: Palabra de Jehová que vino a Jeremías, diciendo: Ponte a la puerta de la casa de Jehová, y proclama allí esta palabra, y di: Oíd palabra de Jehová, todo Judá, los que entráis por estas puertas para adorar a Jehová. Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Mejorad vuestros caminos y vuestras obras, y os haré morar en este lugar. No fiéis en palabras de mentira, diciendo: Templo de Jehová, templo de Jehová, templo de Jehová es este. Pero si mejorareis cumplidamente vuestros caminos y vuestras obras; si con verdad hiciereis justicia entre el hombre y su prójimo, y no oprimiereis al extranjero, al huérfano y a la viuda, ni en este lugar derramareis la sangre inocente, ni anduviereis en pos de dioses ajenos para mal vuestro, os haré morar en este lugar, en la tierra que di a vuestros padres para siempre. He aquí, vosotros confiáis en palabras de mentira, que no aprovechan. Hurtando, matando, adulterando, jurando en falso, e incensando a Baal, y andando tras dioses extraños que no conocisteis, ¿vendréis y os pondréis delante de mí en esta casa sobre la cual es invocado mi nombre, y diréis: Librados somos; para seguir haciendo todas estas abominaciones? ¿Es cueva de ladrones delante de vuestros ojos esta casa sobre la cual es invocado mi nombre? He aquí que también yo lo veo, dice Jehová. Jeremías 7:1-11. Muchos creen que, porque hicieron algún tipo de decisión por el Señor, o porque van a alguna iglesia, o porque hacen algo que luce como bueno, se creen pueblo de Dios o “templo de Jehová”. Pero, vimos en este reciente pasaje que no basta con creerse templo de Jehová, sino que, debe haber un cambio, y un proseguir en cambiar, en hacer como El manda. Por eso que muy confiadamente puedo decir que no puede haber práctica de pecado en una persona que se llame ser pueblo del Señor, o si no, más tarde o más temprano, vendrá el castigo del Señor. Miremos bien a la historia que muestran las Escrituras, en el mismo pueblo de Juda, al cual se le hablo aquí. Tanto pecaron en contra del Señor haciendo distintos males delante de Sus ojos, que el Señor sí permitió que fueran conquistados por sus enemigos, y la tierra desolada y sus ciudades destruidas, y hasta muchos de los pocos sobrevivientes, ser llevados como esclavos. Miles de miles de personas murieron a filo de espada, así que ni fue necesario que los elementos fueran afectados. Hay muchas maneras en las cuales Dios puede hacer lucir Su profunda desaprobación. Esto se nos deja como ejemplo, de lo que puede suceder si escogemos persistir en el pecado.

Esto es lo que nos manda la Palabra referente al problema de tratar de abusar de la gracia de Dios: Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro. No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias; ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia. Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia. ¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? En ninguna manera. ¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia? Gálatas 6:11-16. Porque esta es la realidad mas grande a la cual le debemos temer (sí, tener miedo, aún dentro de la gracia de Dios): No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna. Gálatas 6:7-8. No puedes engañar a Dios.

Finalmente, no te guíes por tu propia opinión, por lo que te parece bien, y ciertamente, no trates de abusar de la gracia de Dios. Esto se nos aconseja: No seas sabio en tu propia opinión; teme a Jehová, y apártate del mal. Proverbios 3:7. Entonces, ¿Vives tu vida de tal manera que Dios ve todo lo que haces, y que algún día si darás cuenta, sea aquí en la tierra, o en la eternidad? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Honrando a Dios dentro del sistema - 1 Pedro 2:13-25

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Basado en 1 Pedro 2:13-25 (Versión Reina Valera 1960)

Por causa del Señor someteos a toda institución humana, ya sea al rey, como a superior, ya a los gobernadores, como por él enviados para castigo de los malhechores y alabanza de los que hacen bien. Porque esta es la voluntad de Dios: que haciendo bien, hagáis callar la ignorancia de los hombres insensatos; como libres, pero no como los que tienen la libertad como pretexto para hacer lo malo, sino como siervos de Dios. Honrad a todos. Amad a los hermanos. Temed a Dios. Honrad al rey. Criados, estad sujetos con todo respeto a vuestros amos; no solamente a los buenos y afables, sino también a los difíciles de soportar. Porque esto merece aprobación, si alguno a causa de la conciencia delante de Dios, sufre molestias padeciendo injustamente. Pues ¿qué gloria es, si pecando sois abofeteados, y lo soportáis? Mas si haciendo lo bueno sufrís, y lo soportáis, esto ciertamente es aprobado delante de Dios. Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas; el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca; quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente; quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados. Porque vosotros erais como ovejas descarriadas, pero ahora habéis vuelto al Pastor y Obispo de vuestras almas.

A Dios le importa sumamente nuestra conducta en este mundo, especialmente si una persona dice creer y seguir a Cristo. Todo el consejo de Dios en la Palabra apunta a la importancia de llevar una piadosa manera de vivir, a vivir de una forma que no solo glorifique a Dios, sino que también, procurar el mayor bien para toda persona, que es la salvación de sus almas. Esa es la plena voluntad de Dios, y así se cumple el todo de la ley tal como lo enseño el propio Señor: Amararlo a El primeramente con todo lo que tú eres, y el segundo, amarás a tu prójimo como a ti mismo. Y una de las maneras principales que todo eso se cumple es de la manera que nos comportamos dentro del sistema, como nuestro diario convivir con las autoridades que existen.

Si vemos bien la Palabra de Dios, el asunto de respetar todas las autoridades es algo de suprema importancia. En ninguna parte de la Biblia existe la incitación a la rebeldía, o a destruir lo establecido. No existe un pasaje en las Escrituras que demuestre el desafío a lo establecido, aún dentro de las circunstancias más difíciles. Por ejemplo, el pasaje que vimos hoy y los que veremos un poco más adelante, fueron escritos durante en una época muy difícil del cristianismo, donde se levantó un anticristo, Cesar Nerón, quien persiguió a la iglesia, poniendo como mandato que todo ser del reino tenía que confesar que Cesar era señor, y él que no lo hacía, o era encarcelado, o torturado, o hasta muerto, y de las maneras más macabras y horribles que pudiera ser. No obstante, el Espíritu Santo inspiró a escribir a estos hombres de Dios de respetar y someterse aún a este tipo de autoridad, no solo como un deber delante de Dios, sino que también, para que, a través de la conducta cristiana, aún lo detestable y lo malo pudiera tener la oportunidad de ser redimido y salvado por el Evangelio de Cristo (porque no hay acepción de personas para Dios), como está escrito: Recuérdales que se sujeten a los gobernantes y autoridades, que obedezcan, que estén dispuestos a toda buena obra. Que a nadie difamen, que no sean pendencieros, sino amables, mostrando toda mansedumbre para con todos los hombres. Porque nosotros también éramos en otro tiempo insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de concupiscencias y deleites diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos unos a otros. Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador, para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna. Palabra fiel es esta, y en estas cosas quiero que insistas con firmeza, para que los que creen en Dios procuren ocuparse en buenas obras. Estas cosas son buenas y útiles a los hombres. Tito 3:1-8.

Sé que es difícil en muchos casos, y que uno puede tener sus propias preferencias con ciertas autoridades, o con ciertas personas, pero Dios no nos enseña a seguir preferencias subjetivas, sino a acatar lo que El finalmente ha establecido, nos guste o no. Porque también está escrito: Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos. Porque los magistrados no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo. ¿Quieres, pues, no temer la autoridad? Haz lo bueno, y tendrás alabanza de ella; porque es servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme; porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo. Por lo cual es necesario estarle sujetos, no solamente por razón del castigo, sino también por causa de la conciencia. Pues por esto pagáis también los tributos, porque son servidores de Dios que atienden continuamente a esto mismo. Pagad a todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que respeto, respeto; al que honra, honra. No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley. Romanos 13:1-8. Entonces, se ve muy claro, que la persona que resiste las autoridades, sean buenas o malas, resiste finalmente a Dios. Y sí, al que resiste o se opone a la policía (o al magistrado como se nombra aquí) también está desafiando a Dios mismo. Y algunos pueden decir: Tú no sabes lo que ellos han hecho. Y sí, no sé lo que te haya ocurrido personalmente, pero, Dios si sabe, y es El quien dice (parafraseado): Respétalos, sujétate a ellos, busca la salvación de sus almas. Y esto no es una cobardía como algunos pueden tomarla, sino una obediencia a la Autoridad Suprema que un día juzgará a todo hombre y mujer según lo que haya hecho, porque sí existe un juicio final del cual nadie se puede escapar. Dios juzgará a todo ser humana, especialmente a Su pueblo, como está escrito: Por tanto procuramos también (el Apóstol Pablo se incluye en esto), o ausentes o presentes, serle agradables. Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos (Pablo se vuelve a incluir) ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo. 2 Corintios 5:9-10. Así que, el que diga que un cristiano no va a dar cuentas, se equivoca. Por eso que es tan importante vivir para Cristo, y especialmente refiriéndose a lo establecido, al sistema en el cual vivimos. Todo lo debemos hacer como para el Señor, y de tal manera que se alinee con el Espíritu Santo y con la Palabra de Dios, sin excepciones, por el bien nuestro, y por el bien de toda persona. Esto lo manda el Señor.

Entonces, ¿Estás honrando a Dios dentro del sistema en el cual vives, no solo para serle agradable a Dios, sino también, para que los que vean tu vida (buenos o no) puedan ver a Cristo, para que tengan la oportunidad de también ser salvos? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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