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Maravillosa Gracia a Traves de una Maravillosa Persona

Basado en Romanos 5:12-21 (Versión Reina Valera 1960)

Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron. Pues antes de la ley, había pecado en el mundo; pero donde no hay ley, no se inculpa de pecado. No obstante, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, aun en los que no pecaron a la manera de la transgresión de Adán, el cual es figura del que había de venir. Pero el don no fue como la transgresión; porque si por la transgresión de aquel uno murieron los muchos, abundaron mucho más para los muchos la gracia y el don de Dios por la gracia de un hombre, Jesucristo. Y con el don no sucede como en el caso de aquel uno que pecó; porque ciertamente el juicio vino a causa de un solo pecado para condenación, pero el don vino a causa de muchas transgresiones para justificación. Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia. Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida. Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos. Pero la ley se introdujo para que el pecado abundase; más cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia; para que así como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro.

¿Qué es la fuerza más destructiva de este mundo? ¿Serán las enfermedades, donde cientos o hasta miles de personas han muerto en un corto lapso, afectando a ciudades y países enteros? ¿Será el hambre en el mundo donde cientos y hasta miles de personas esperan la muerte, sentados en la tierra, abrazados de sus seres queridos, mirando como lentamente se va desvaneciendo la vida de una persona? ¿Será la guerra, donde se podría emplear armas nucleares, con la capacidad de estallar y quemar a miles de vidas en cosa de segundos (como lo que desea Corea del Norte hacer con los Estados Unidos, probando regularmente el alcance de sus misiles)? Todas estas cosas son horribles y devastadoras, pero, hay algo mas destructivo y horrendo que estas cosas: el pecado.

Lo increíble es que el pecado esta relacionado a todas las cosas mencionadas antes, como la guerra, las enfermedades, y el hambre. Las fuerzas destructivas que existen en este planeta son producto del pecado. El pecado es lo que hace posible estas cosas que son muy horribles, con la capacidad de terminar la vida de muchos seres humanos. Pero lo que hace más horrible el pecado con resultados más devastadores es que no solamente tiene el poder de terminar con la vida humana y carnal, pero aun peor, termina con la eternidad de una persona. Si una persona muere en su pecado, pierde tanto la vida física como la vida eterna. Esto es lo que hace tan serio el pecado, que no se debiera tomar tan a la ligera, o pretender que es solo una fábula, un mito, o que no existe. Eso es lo que el diablo desea que tu creas. ¿Por qué será esa su meta?

Bueno, hay algo fundamental que hay que entender para poder llegar a comprender cosas un poco más complejas, o más bien, poder descubrir aquellas cosas escondidas y encubiertas. Alguien una vez dijo: Cuando entiendes la naturaleza de algo, entonces puedes entender de lo que es capaz. Desde el principio del hombre, el diablo quiso la destrucción del hombre. Por eso le tentó, y desgraciadamente, lo hizo caer, y con eso, nos afectó a todos nosotros. La Biblia nos enseña esto acerca del diablo: …Él (el diablo) ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira. Juan 8:44b. No era la voluntad de Dios que el hombre cayera. El enemigo (nuestro enemigo) se interpuso cuando el hombre, Adán y Eva se alejaron de la presencia de Dios. Esto lo que muchos tienen que entender todavía: Dios no fuerza a nadie; todo es libre albedrio, aún ahora en la dispensación de la Gracia de Dios. Y aunque Dios sabe todas las cosas, Él permite que cada ser humano elija su camino; para bien o para mal. Por algo existe un juicio.

Pero, como explica el Apóstol Pablo, para poder deshacer la mala obra del hombre, tuvo que interceder Dios. Y la única manera que tal mala obra se podría deshacer no podía ser solo a través de un hombre, sino a través de Dios mismo: Jesús, el Unigénito Hijo de Dios. Tenia que ser Alguien mas poderoso que la muerte misma para poder deshacer la obra de Satanás y la caída del hombre. Y para poder deshacer esta obra maléfica, tenía que vencer Dios a través del mismo producto que produjo el mal: a través de la carne. Al Señor poder vencer toda tentación del diablo, tomando todo nuestro pecado sobre si, muriendo y enterrando ese pecado, y triunfando sobre la muerte al tercer día, es que nosotros podemos también tener la esperanza que seremos liberados de la paga del pecado, y escapar del horror del infierno. ¡Era realmente una obra imposible que Dios solo pudo cumplir! Porque para Dios, nada es imposible.

Pero, para poder tomarle el peso de lo que se hizo, se tiene que entender el horror del pecado; el poder de la muerte; y lo que significa el infierno. El infierno es un lugar real, que esta reservado para aquellos que rehúsan entrar en obediencia ante Dios. La Biblia describe el infierno como un lugar de constante y eterno sufrimiento y tormento. Y lo peor del infierno es que es un lugar donde esta ausente la presencia de Dios. Sin Dios, no puede haber paz, gozo, y todas las demás cosas que son parte de Dios. Cada persona que rehúsa creer, pertenecerle, y obedecerle a Dios a través de Jesucristo, desgraciadamente se esta destinando por si mismo a ese lugar. Dios quiere evitarle ese castigo a cada ser humano. Porque escrito esta: Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad. Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad. Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo. 1 Timoteo 2:1-6. ¡La gracia de Dios se extiende a cada persona!

Así que, ¿entiendes quién es Dios y la maravillosa gracia que Él te ofrece a través de la maravillosa persona de Jesús? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Una Gran Salvacion Para Un Gran Proceso

Basado en Romanos 5:1-11 (Versión Reina Valera 1960)

Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado. Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos. Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser que alguno osará morir por el bueno. Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira. Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida. Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación.

El milagro más grande que puede ocurrir en este mundo no se trata de cosas físicas o materiales. El milagro más grande que puede sucederle a un ser humano no es que se eliminen todo tipo de preocupación financiera o económica. El milagro más grande no consiste en que alguien sea sano de una enfermedad mortal. El milagro más grande ni siquiera consiste en el resucitar a un ser humano que ha estado muerto físicamente. El milagro más grande es: Que un ser humano alcance el perdón de pecados y la salvación eterna a través de Jesucristo. ¿Por qué?

Todo lo demás descrito al comienzo consta de solucionar cosas pasajeras. El dinero solo ayuda mientras uno está vivo, si es que se trata de algún problema financiero, porque también hay personas que mueren de enfermedades incurables, y eran muy ricos (como Steve Jobs). El ser sano de una enfermedad mortal es algo grandioso, pero también, es algo temporal. Aunque uno logre ser sano de una enfermedad mortal, algún día tendrá que morir, porque no hay nada que detenga la muerte física. El mismo asunto ocurre con el ser que es resucitado (y si ha habido casos, como el de Lázaro). El Señor mismo levanto a Lázaro de los muertos, pero Lázaro un día volvió a morir también. Casi todo lo que el ser humano busca recibir o reconocer como un milagro es relacionado al mundo temporal y material que un día pasara. Entonces, en comparación a la eternidad, lo que muchos consideran como cosas importantes o milagros no son notorias o de importancia cuando se comparan a la eternidad. Aparte del valor eterno que tiene la salvación, ¿Qué más le dá tal valor incalculable?

Lo que hace la salvación tan valiosa (como debiera ser vista) es que soluciona algo que ningún ser humano puede solucionar. La ciencia no comprende, ni puede llegar nunca a resolver el problema del pecado y la muerte eterna. ¿Cómo puede el conocimiento científico que es basado en lo físico y calculable lidiar con algo que ni es físico o calculable, y que esta fuera de cualquier ley contemplada? ¿Podrá la física lidiar con el pecado del hombre? ¿Existirá el algoritmo que pueda lidiar con la vida eterna de una persona? ¿Hay alguna tableta o un tratamiento médico que sane el alma de una persona? Creo que no. Entonces, ¡Que increíble milagro debe considerarse la salvación que Dios nos da a través del Señor, y considerando aún mas que es un don, un regalo, que se recibe a través de la fe en Él! Ahora, ¿tendrá la salvación un propósito, aparte de solo salvar el alma del hombre? Y la respuesta es: ¡Por supuesto que si!

Aunque la salvación es un milagro gratuito, en distintas partes de las Escrituras vemos que tiene un propósito. No es un regalo que se recibe y la vida sigue normal, o sin cambios. ¡Todo lo contrario! Algo tiene que suceder en el ser humano cuando se manifiesta la salvación de Dios en la vida de alguien. En el pasaje de hoy, vemos un proceso que se identifica, y es un proceso duro porque consta de cambios y transformación, que solo pueden venir a través de la prueba y la tribulación. Como el oro, somos renovados y transformados solo a través del fuego.

La Biblia nos explica que tenemos primero que cuidar de esta salvación, lo cual no se debe descuidar. Porque escrito esta: Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos. Porque si la palabra dicha por medio de los ángeles fue firme, y toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución, ¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? La cual, habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron, testificando Dios juntamente con ellos, con señales y prodigios y diversos milagros y repartimientos del Espíritu Santo según su voluntad. Hebreos 2:1-4.

Entonces, como parte de cuidar esta salvación, viene el proceso para no solamente cuidarla, sino llevar el don a algo más grande en nuestra vida. Porque escrito esta: Vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo. Pero el que no tiene estas cosas tiene la vista muy corta; es ciego, habiendo olvidado la purificación de sus antiguos pecados. Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás. Porque de esta manera os será otorgada amplia y generosa entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. 2 Pedro 1:5-11. Para poder retener la salvación, es muy claro que un proceso tiene que continuar en la vida de cada creyente. No puede haber estancamiento. Aunque la salvación es gratuita y solo por fe, Dios espera mucho fruto o producto de este regalo tan grande que nos ha dado, para nuestro propio bien.

Finalmente, el Señor nos enseñó esto: Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la salvará. Lucas 9:23-24. Si uno no camina con el Señor, dejando atrás el pecado y lo temporal, nunca podrá llegar a lo que Dios desea cumplir en su vida (y Dios tiene grandes planes). Así que, ¿entiendes que Dios te ha dado tan grande salvación para hacer algo más grande de ti? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Una Fe Viva

Basado en Romanos 4 (Versión Reina Valera 1960)

¿Qué, pues, diremos que halló Abraham, nuestro padre según la carne? Porque si Abraham fue justificado por las obras, tiene de qué gloriarse, pero no para con Dios. Porque ¿qué dice la Escritura? Creyó Abraham a Dios, y le fue contado por justicia. Pero al que obra, no se le cuenta el salario como gracia, sino como deuda; más al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia. Como también David habla de la bienaventuranza del hombre a quien Dios atribuye justicia sin obras, diciendo: Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas, y cuyos pecados son cubiertos. Bienaventurado el varón a quien el Señor no inculpa de pecado. ¿Es, pues, esta bienaventuranza solamente para los de la circuncisión, o también para los de la incircuncisión? Porque decimos que a Abraham le fue contada la fe por justicia. ¿Cómo, pues, le fue contada? ¿Estando en la circuncisión, o en la incircuncisión? No en la circuncisión, sino en la incircuncisión. Y recibió la circuncisión como señal, como sello de la justicia de la fe que tuvo estando aún incircunciso; para que fuese padre de todos los creyentes no circuncidados, a fin de que también a ellos la fe les sea contada por justicia; y padre de la circuncisión, para los que no solamente son de la circuncisión, sino que también siguen las pisadas de la fe que tuvo nuestro padre Abraham antes de ser circuncidado. Porque no por la ley fue dada a Abraham o a su descendencia la promesa de que sería heredero del mundo, sino por la justicia de la fe. Porque si los que son de la ley son los herederos, vana resulta la fe, y anulada la promesa. Pues la ley produce ira; pero donde no hay ley, tampoco hay transgresión. Por tanto, es por fe, para que sea por gracia, a fin de que la promesa sea firme para toda su descendencia; no solamente para la que es de la ley, sino también para la que es de la fe de Abraham, el cual es padre de todos nosotros (como está escrito: Te he puesto por padre de muchas gentes delante de Dios, a quien creyó, el cual da vida a los muertos, y llama las cosas que no son, como si fuesen. Él creyó en esperanza contra esperanza, para llegar a ser padre de muchas gentes, conforme a lo que se le había dicho: Así será tu descendencia. Y no se debilitó en la fe al considerar su cuerpo, que estaba ya como muerto (siendo de casi cien años, o la esterilidad de la matriz de Sara. Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios, plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que había prometido; por lo cual también su fe le fue contada por justicia. Y no solamente con respecto a él se escribió que le fue contada, sino también con respecto a nosotros a quienes ha de ser contada, esto es, a los que creemos en el que levantó de los muertos a Jesús, Señor nuestro, el cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación.

¿Por cuantas cosas se luchan hoy? Hoy en día, se lucha por distintas cosas; ciertas cosas son buenas, ciertas cosas son neutras, y ciertas cosas que no son tan buenas. Pero, por todas estas cosas por lo cual se lucha, ¿se les toma el peso o el valor, para ver si en realidad vale la pena? En realidad, ¿valen la pena sacrificarse por ellas?

Comencemos por las cosas que no son buenas, a lo menos delante de los ojos de Dios (si es que decimos que nos importa Dios). ¿Cuantos luchan por mantener un vicio, trabajando y gastando su dinero en cosas que hacen daño en vez de bien? Por lo menos en Estados Unidos, los vicios no son nada de baratos. Una cajetilla de cigarros vale más que un galón (3,75 litros) de leche. Una cerveza o bebida alcohólica vale más que una botella de agua o hasta de un refresco. Y bueno, ¿para que hablar de las drogas y lo caro que pueden ser? O, ¿que se sacrifica por mantener una relación mala o toxica, sea una relación amorosa o una amistad? ¿Qué se sacrifica con tener vicios de juegos ilícitos o de apuestas? Y como estas cosas, hay muchas más cosas que Dios no aprueba, porque, en fin, le hacen daño al ser humano, y a los que los rodean. ¿Valen la pena?

Ahora, sigamos con las cosas que no son malas. ¿Cuánto se sacrifica una persona por una carrera, o por un negocio, que un día está aquí, pero al final, puede que esté o no este, o ya no se pueda llevar acabo o ejercer? ¿Cuánto se sacrifica por los hijos que puede que agradezcan o no agradezcan el mucho trabajo y afán que se les dedican? ¿Cuánto se sacrifica uno por tener y mantener una pareja, que hoy puede que las cosas estén bien, pero mañana cambie de parecer la otra persona y le puede destruir el corazón y hasta romper un hogar en un momento de locura o de egoísmo? ¿Vale la pena?

El asunto es que hay cosas malas y hay cosas buenas por lo cual se luchan, pero todo tiene un precio, y finalmente, puede que se queden con las manos totalmente vacías, perdiendo todo por lo que se ha luchado. Pierden lo que sacrificaron, y pierden también por lo que se luchó tanto. Se puede terminar de una manera muy vacía e incompleta. Y, es más, aunque todo salga bien, la muerte termina con todo. Nada nos podemos llevar, ni el dinero, ni los títulos, ni un matrimonio, etc. Nos vamos de la misma manera que entramos: sin absolutamente nada. De esto se trata la fe en Dios, como de la que leemos en el pasaje de hoy. Cuando ponemos nuestra fe en Dios, totalmente, sin reservas, como lo hizo Abraham (el padre de la fe), se lucha por esa fe que no nos dejará con las manos vacías. Todo lo contrario, obtendrás el perdón de tus pecados, la vida eterna, y a lo mejor muchas otras cosas más; cosas que ni este mundo, ni nada ni nadie te pueden dar. Todo lo que ves con tus ojos pasará algún día, pero Dios es para siempre, y todos los que ponen su fe fielmente en Dios también permanecerán para siempre. ¡Vale la pena luchar por Cristo! Porque escrito esta: ¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis. Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible. Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire, sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado. 1 Corintios 9:24-27. Cuando se le cree realmente a Dios, a sus promesas, y a lo que Él nos indica con Su Palabra, se lucha por aquello, como lo hizo Abraham. Abraham no fue un hombre frio o tibio (como existen demasiados cristianos hoy en día, que se dejan engañar, manipular, convirtiéndose en marionetas de su propia concupiscencia y de Satanás). Abraham vivió con los ojos puestos más en el Invisible que en lo de aquí. La gloria es de Dios, pero no tendríamos esperanza sino fuera por la determinada fe de Abraham, al cual Dios llamo “amigo”.  

El fin es este: Si dices creer en Dios, entonces síguele fielmente (no de palabras, o dejándote manipular por este mundo y por sus opiniones y deleites). Porque: sin fe es imposible agradar a Dios... La fe no se habla; se vive, y se debe vivir plenamente en cada área de nuestras vidas. Así que, ¿tienes una fe viva? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Viviendo Por Fe

Basado en Romanos 3:21-31 (Versión Reina Valera 1960)

Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas; la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia, por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús. ¿Dónde, pues, está la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál ley? ¿Por la de las obras? No, sino por la ley de la fe. Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley. ¿Es Dios solamente Dios de los judíos? ¿No es también Dios de los gentiles? Ciertamente, también de los gentiles. Porque Dios es uno, y él justificará por la fe a los de la circuncisión, y por medio de la fe a los de la incircuncisión. ¿Luego por la fe invalidamos la ley? En ninguna manera, sino que confirmamos la ley.

En el pasaje de hoy, hay cosas muy básicas que aprender, y son fundamentales para poder entender el todo de Dios, de Su Palabra, y aun, de nuestra existencia. El primer punto que hay que entender (que no está mencionado aquí, pero es fundamental para que lo demás tenga sentido) es que nada somos sin Dios. Para que nuestra existencia tenga sentido, necesitamos entender que existe un Creador y que le necesitamos. La creación no es nada sin el Creador. Somos una obra incompleta si el Creador no forma parte del centro de nuestra vida. El ser humano no se puede completar a si mismo, y la creación tampoco puede completarse a si misma. Podemos tratar de buscar nuestra plenitud en el dinero, en el poder, en la fama, en lo material, pero nada de eso puede llenar el vacío que solo Dios puede llenar. Sin entender esto, vivirás una vida incompleta, sin un real sentido, y claro, desperdiciaras la oportunidad a la vida eterna que Dios solo puede darte.

Lo otro relacionado al principio es que, no puedes salvarte a ti mismo. No hay obra que puedas hacer por tu cuenta que te lleve a donde solo Dios te puede llevar. El pecado hace imposible que el hombre se pueda salvar a si mismo. Y, ¿Cómo podremos alcanzar algo que no tenemos ningún tipo de dominio ni control sobre él? No puedes lidiar con el pecado por ti mismo (lo cual, si existe porque es real, y afecta tu presente y tu eternidad). Nunca puedes ser suficientemente bueno por ti mismo. Como habíamos mencionado la semana pasada, el pecado creó el destino del infierno para cada ser humano, y ningún ser humano puede romper con su destino. Lo físico no puede afectar o desafiar cosas espirituales, cosas que están fuera de nuestro alcance. Lo único que puede romper algo como el destino es un elemento (o persona) más fuerte del ambiente espiritual (solo Dios). Así que, por nuestro pecado, cada ser humano esta destituido de la gloria de Dios, completamente excluido del reino de Dios; a no ser que Dios mismo interfiera con lo establecido, y rompa las leyes universales. Entonces, si no tienes ninguna potestad sobre el pecado, lo cual determina que vayas al infierno, entonces la lógica dicta que tienes que depender de algo más grande que el pecado, que el destino, y que el infierno mismo: Dios. Y aquí es donde entra el foco del pasaje de hoy.

Dios a través de Jesucristo rompió todas las leyes establecidas para cambiar tu destino por completo, rompiendo el ciclo, pudiendo cambiar el curso de tu existencia. Pero lo que es necesario es que realmente establezcas tu vida en algo mas que una religión, sino en una Persona, en la persona de Dios. Cristo Jesús es el único que puede darte la vida eterna. La fe en Cristo, creyendo en Cristo, es lo que comienza a abrir la puerta para la salvación. Porque escrito esta: Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá. Romanos 1:17. Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivirá. Gálatas 3:11. También se nos enseña lo siguiente: Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan. Hebreos 11:6. Si no pones tu fe en Dios, realmente creyendo en Él, en lo que Él puede hacer por ti, nunca podrás lograr tener la vida eterna que Él, si quiere otorgarte. Tienes que creer en Él, y creer en lo que Él te dice a través de Su Palabra. Así que, sin fe no hay nada. Todo lo demás es inútil.

La fe es necesaria para algo primordial, para poder realmente cumplir con la Ley. La fe te tiene que llevarte a no solamente saber y creer lo que Dios ha hecho por ti, sino llevarte a creerlo de tal manera que el amor por el pueda nacer. Esto es lo que hace que se cumpla la ley a través de la fe: el amar a Dios. Porque escrito esta: Estos, pues, son los mandamientos, estatutos y decretos que Jehová vuestro Dios mandó que os enseñase, para que los pongáis por obra en la tierra a la cual pasáis vosotros para tomarla; para que temas a Jehová tu Dios, guardando todos sus estatutos y sus mandamientos que yo te mando, tú, tu hijo, y el hijo de tu hijo, todos los días de tu vida, para que tus días sean prolongados. Oye, pues, oh Israel, y cuida de ponerlos por obra, para que te vaya bien en la tierra que fluye leche y miel, y os multipliquéis, como te ha dicho Jehová el Dios de tus padres. Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas. Deuteronomio 6:1-9. Lo que siempre ha sido, desde el principio, es que tenemos que amar a Dios con todo lo que somos, con todo nuestro ser. El amor a Dios es lo que tiene que producir todas las demás cosas que deben suceder en nuestras vidas. El amor hacia Él tiene que ser la raíz de nuestra vida y la razón por lo cual hacemos todo lo que hacemos. Sin amar a Dios, nunca se cumplirá la ley de Dios en nosotros a través de Jesucristo. Esto es lo que nos enseña la Palabra: Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos. Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe. 1 Juan 5:3-4. El amar a Dios produce la obediencia a Dios, el deseo de hacer aquellas cosas que le placen, y que, a la misma vez, son de bendición para nuestras vidas. Cuando amas a Dios, todo lo demás comienza a caer en su lugar.

Así que, ¿estás viviendo por fe, aprendiendo a amar a Dios? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Entendiendo la Gracia de Dios

Basado en Romanos 3:1-20 (Versión Reina Valera 1960)

¿Qué ventaja tiene, pues, el judío? ¿o de qué aprovecha la circuncisión? Mucho, en todas maneras. Primero, ciertamente, que les ha sido confiada la palabra de Dios. ¿Pues qué, si algunos de ellos han sido incrédulos? ¿Su incredulidad habrá hecho nula la fidelidad de Dios? De ninguna manera; antes bien sea Dios veraz, y todo hombre mentiroso; como está escrito: Para que seas justificado en tus palabras, y venzas cuando fueres juzgado. Y si nuestra injusticia hace resaltar la justicia de Dios, ¿qué diremos? ¿Será injusto Dios que da castigo? (Hablo como hombre.) En ninguna manera; de otro modo, ¿cómo juzgaría Dios al mundo? Pero si por mi mentira la verdad de Dios abundó para su gloria, ¿por qué aún soy juzgado como pecador? ¿Y por qué no decir (como se nos calumnia, y como algunos, cuya condenación es justa, afirman que nosotros decimos): Hagamos males para que vengan bienes? ¿Qué, pues? ¿Somos nosotros mejores que ellos? En ninguna manera; pues ya hemos acusado a judíos y a gentiles, que todos están bajo pecado. Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; no hay quien entienda, no hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. Sepulcro abierto es su garganta; con su lengua engañan. Veneno de áspides hay debajo de sus labios; su boca está llena de maldición y de amargura. Sus pies se apresuran para derramar sangre; quebranto y desventura hay en sus caminos; y no conocieron camino de paz. No hay temor de Dios delante de sus ojos. Pero sabemos que todo lo que la ley dice, lo dice a los que están bajo la ley, para que toda boca se cierre y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios; ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado.

Tengo malas noticias, y buenas noticias. Las malas noticias son: que el mensaje de hoy va ser difícil para los egos y el orgullo. Las buenas noticias son: Si logras vencer a tu ego y doblegar tu orgullo, y entender lo que Dios te ha concedido a través de Jesucristo, esto puede abrirte una puerta hacia una vista más grande y distinta.

Aquí comienza lo difícil. La gran mayoría de nosotros no somos especiales. No venimos de un trasfondo espiritual muy sensacional, por decir. Creo que la mayoría de mis lectores no son judíos (hasta lo que se). Y para aquellos que se aferran a enseñanzas mesiánicas, que son parte de un linaje distante judío, les tengo que decir que tienen un trasfondo tan pagano como el de todos los gentiles (aquellos que no somos judíos). Es más, al que se gloria o se siente especial de tener ciertas raíces judías distantes, tengo el infortunio de decirle que son parte de los judíos que renegaron a su judaísmo y a su Dios, que se juntaron con los paganos, siendo absorbidos por las religiones y practicas paganas de las naciones; posiblemente hasta a la adoración de Satanás y a sus demonios. Así que, esto nos pone a la mayoría de nosotros con unos ancestros no muy buenos. Y bueno, como paganos o gentiles, de acuerdo a las Escrituras, antes de Cristo estábamos ajenos a las cosas de Dios, completamente separados de los planes de Dios y de la mayoría de las promesas Bíblicas. Durante el tiempo del Antiguo Testamento, nosotros los gentiles no teníamos ninguna esperanza, porque nuestro verdadero destino era el infierno (por eso que, como cristianos, no debemos creer o seguir las cosas del destino). Nos guste o no, el pueblo judío era lo elegido de Dios; no los gentiles (aunque no eran perfectos tampoco). Tengan un poco más de paciencia, por favor.

¿Porque era así? Porque si somos sinceros, y aun ahora, durante la dispensación de la gracia de Dios a través de Jesucristo, seguimos siendo muy duros y pecadores. La Palabra nos enseña esto: He aquí, en maldad he sido formado, y en pecado me concibió mi madre. Salmo 51:5. El pecado forma parte de nuestra fibra, de nuestro ser. No hay manera de evitarlo. Por eso que existen las enfermedades, las imperfecciones físicas, la muerte, etc. Vivimos con el mal en nuestro ser. Y como tal, se manifiesta nuestra dureza y rebeldía de corazón. Por ejemplo: Porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. Romanos 1:19-20. Dios nos comienza a buscar desde que salimos del vientre de nuestras madres. Nuestro aliento de vida vino de Dios, no de la ciencia o por nosotros mismos. Dios nos comenzó a hablar desde que abrimos nuestros ojos y comenzamos a ver la luz del día, el cielo, el sol, la luna, toda la creación. Dios salió en busca nuestra desde cada amanecer, cada instante que nuestros pulmones se llenan de aire. Nuestro corazón palpita “involuntariamente” porque Dios lo permite y lo sustenta. La creación entera, comenzando por nosotros mismos, nos habla de Dios y de Su poder, y de Su amor. No obstante, cada uno de nosotros hemos sido, o a lo mejor, todavía somos tan duros que no nos damos cuenta de Él, de Su presencia, y hasta cuestionamos Su existir, y Su bondad, y poder. A lo mejor llegaste al Señor cuando todo en lo que confiabas se te destruyó, o se cayó al piso. Como Pablo, que iba persiguiendo al Señor a través de los cristianos que encarcelaba, y castigaba, y obligaba hasta blasfemar en contra de su fe en Dios; hasta que llegó el momento que Dios le salió al encuentro de repente, botándolo del caballo, dejándolo ciego y frágil, destruyendo su poder humano, su seguridad, y su orgullo. A mí personalmente tuvo el Señor que permitir deshacer mi familia, quitarme la estabilidad, y golpear mi salud para yo poder escuchar y levantar los ojos al cielo, aun siendo un niño. Sinceramente hablando, yo no hubiera escuchado de otra forma tampoco. Y bueno, hay muchos, que aunque se crean buenos, todavía no ven la luz, endurecidos en su carnalidad, en su pecado, en su orgullo humano, etc. ¡Somos duros! Y ¡Nadie es bueno!

Pero, aquí viene lo bueno. A pesar de nuestro pasado, y nuestra realidad pecaminosa, Dios si nos dio la gracia de ser salvos de nuestros pecados a través de Jesucristo, rompiendo nuestro destino completamente, dándonos vida eterna. Porque escrito esta: En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por Él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados. 1 Juan 4:9-10. Así que, ya no importa ni judío o gentil. Lo que importa es que apreciemos lo que Dios ha hecho por nosotros, buscando de Él porque Él es realmente bueno. Porque escrito esta: Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios, no por obras, para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas. Efesios 2:8-10. En Cristo Jesús, venimos a ser una creación para buenas obras, si nos arrepentimos de nuestros pecados, haciendo a Jesús el Señor y Rey de nuestras vidas, siguiéndole fielmente hasta que Él venga de nuevo por nosotros.

Al entender realmente la gracia de Dios, valorarás lo que se te ha dado y la oportunidad que tienes. Así que, ¿entiendes quién realmente eres tú, y lo que es la gracia de Dios? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Dios Aborrece La Hipocresia

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Basado en Romanos 2:17-29 (Versión Reina Valera 1960)

He aquí, tú tienes el sobrenombre de judío, y te apoyas en la ley, y te glorías en Dios, y conoces su voluntad, e instruido por la ley apruebas lo mejor, y confías en que eres guía de los ciegos, luz de los que están en tinieblas, instructor de los indoctos, maestro de niños, que tienes en la ley la forma de la ciencia y de la verdad. Tú, pues, que enseñas a otro, ¿no te enseñas a ti mismo? Tú que predicas que no se ha de hurtar, ¿hurtas? Tú que dices que no se ha de adulterar, ¿adulteras? Tú que abominas de los ídolos, ¿cometes sacrilegio? Tú que te jactas de la ley, ¿con infracción de la ley deshonras a Dios? Porque como está escrito, el nombre de Dios es blasfemado entre los gentiles por causa de vosotros. Pues en verdad la circuncisión aprovecha, si guardas la ley; pero si eres transgresor de la ley, tu circuncisión viene a ser incircuncisión. Si, pues, el incircunciso guardare las ordenanzas de la ley, ¿no será tenida su incircuncisión como circuncisión? Y el que físicamente es incircunciso, pero guarda perfectamente la ley, te condenará a ti, que con la letra de la ley y con la circuncisión eres transgresor de la ley. Pues no es judío el que lo es exteriormente, ni es la circuncisión la que se hace exteriormente en la carne; sino que es judío el que lo es en lo interior, y la circuncisión es la del corazón, en espíritu, no en letra; la alabanza del cual no viene de los hombres, sino de Dios.

El mensaje de hoy es muy sencillo, pero es ciertamente el más difícil. Esto lidia con lo más íntimo de las personas, y todos tenemos esta capacidad (algunos más que otros): el ser hipócrita. Porque desgraciadamente, todos tenemos cierto tipo o medida de hipocresía. Lo que hace este tipo de mensaje demasiado difícil es porque es muy duro admitir tal cosa. Si se le dice hipócrita a alguien, no creo que lo acepte muy bien. Las buenas noticias es que todos podemos cambiar esto, poco a poco. Y también, Dios es el más interesado en terminar con este mal, porque lo aborrece. Y tratará por todos los medios de arrancar poco a poco este mal, a través de Su Palabra, y las circunstancias. Este es una de las metas principales del proceso de la santificación: eliminar la hipocresía.

El primer punto: Todos tenemos este mal. La hipocresía es sinónima, o directamente relacionada, con la mentira o el engaño; para poder dar más claridad. La Biblia dice: …antes bien sea Dios veraz, y todo hombre mentiroso… Romanos 3:4, y, …Todo hombre es mentiroso. Salmo 116:11. También está escrito: Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? Jeremías 17:9. Así que, desgraciadamente, no hay por donde perderse.

Como todo mal, hay que saber identificarlo y definirlo, particularmente en nuestra propia vida. Y esto es lo que lo hace muy difícil. A nadie le gusta admitir que tiene algún problema, y especialmente algo que suena tan feo. Muchas cosas pueden suceder; o trata la persona de sencillamente justificarse a si mismo, diciendo: puede que tenga algo, pero no tanto; o, comienza a sacarse la mira de si mismo, y a enfocarse en otra persona, viendo que otras personas tienen el mal, pero nunca ellos mismos. O sencillamente, lo evitan nada más. Creen que dejando las cosas solas sin resolver se van a resolver por si mismas, o cegándose a la verdad hace que se desaparezca el mal. Es como el mentiroso que se lava el cerebro de esta manera: no es una mentira si yo lo creo. El asunto es que ni justificándose a si mismo arregla nada; ni el fijarse en los demás lo hace mejor; ni el evitar el problema ayuda, y, por último, el único que se engaña es a uno mismo cuando te lavas el cerebro con tu propia mentira.

Ahora, veamos las distintas maneras que posiblemente se revele este mal tan evasivo. Hay personas que exageran problemas menores, exigiendo muy estrictamente corrección sin ellos hacer lo mismo, o cometiendo peores agravios de los que ellos acusan. La Biblia da este ejemplo: No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido. ¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? ¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo? ¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano. Lucas 7:1-5.

Hay otras personas que acusan a otros para encubrir sus propias maldades, o hacer que le importa algo, pero está pendiente de sus propios intereses. La Biblia da este ejemplo: Entonces María tomó una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, y ungió los pies de Jesús, y los enjugó con sus cabellos; y la casa se llenó del olor del perfume. Y dijo uno de sus discípulos, Judas Iscariote hijo de Simón, el que le había de entregar: ¿Por qué no fue este perfume vendido por trescientos denarios, y dado a los pobres? Pero dijo esto, no porque se cuidara de los pobres, sino porque era ladrón, y teniendo la bolsa, sustraía de lo que se echaba en ella. Juan 12:3-6.

Hay personas que tratan de mostrar una apariencia de santidad y de perfección que no existe, sino más bien, hay cosas muy encubiertas que solo Dios puede ver. Y el Señor lo confrontó de esta manera: ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, mas por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia. Así también vosotros por fuera, a la verdad, os mostráis justos a los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía e iniquidad. Mateo 23:27-28.

Y bueno, hay personas que dicen querer o desear hacer algo, pero en el momento de la necesidad, hacen otra cosa totalmente distinta. Y en la Escrituras tenemos este ejemplo: Respondiendo Pedro, le dijo: Aunque todos se escandalicen de ti, yo nunca me escandalizaré. Jesús le dijo: De cierto te digo que esta noche, antes que el gallo cante, me negarás tres veces. Pedro le dijo: Aunque me sea necesario morir contigo, no te negaré. Y todos los discípulos dijeron lo mismo. Mateo 26:33-35. Y si nos acordamos de la historia, absolutamente todos lo abandonaron (excepto Juan).

Estas no son las únicas formas, pero creo que entienden en general el problema y como se manifiesta. Si tienes problemas con visualizar, te aconsejaría que tomes un evento de tu vida y velo como si tu fueres un espectador, como una película de tu vida. ¿Te agrada? A Dios no le gusta nada de esto, y desea que cada persona cambie a través de Su Hijo Jesús, porque sabe que cada persona puede cambiar y ser transformada, si legítimamente le hace el Señor de su vida. El Señor saca tesoros de lo no tan valioso. ¿Quieres cambiar y ser distinto? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Las Obras del Corazon

Basado en Romanos 2:1-16 (Versión Reina Valera 1960)

Por lo cual eres inexcusable, oh hombre, quienquiera que seas tú que juzgas; pues en lo que juzgas a otro, te condenas a ti mismo; porque tú que juzgas haces lo mismo. Mas sabemos que el juicio de Dios contra los que practican tales cosas es según verdad. ¿Y piensas esto, oh hombre, tú que juzgas a los que tal hacen, y haces lo mismo, que tú escaparás del juicio de Dios? ¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento? Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios, el cual pagará a cada uno conforme a sus obras: vida eterna a los que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad, pero ira y enojo a los que son contenciosos y no obedecen a la verdad, sino que obedecen a la injusticia; tribulación y angustia sobre todo ser humano que hace lo malo, el judío primeramente y también el griego, pero gloria y honra y paz a todo el que hace lo bueno, al judío primeramente y también al griego; porque no hay acepción de personas para con Dios. Porque todos los que sin ley han pecado, sin ley también perecerán; y todos los que bajo la ley han pecado, por la ley serán juzgados; porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los hacedores de la ley serán justificados. Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos, mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos, en el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio.

Escuche esto una vez en una película hace algunos años que me quedo bien grabado (obviamente): El porqué es la única fuente del poder real; sin aquello no tienes poder. Hay muchas cosas que las personas hacen por costumbre. Hay personas que reaccionan solamente. Otros piensan, pero hasta cierto punto las cosas. Y hay un selecto grupo que hacen las cosas con intenciones bien premeditadas, para bien o para mal. No obstante, lo que le importa más a Dios es el “porqué”, o la razón por lo cual se hacen, o no se hacen las cosas. Aún más, Dios lo basa todo en el porqué, o la intención.

Una de las cosas más comúnmente aplicadas hoy en día para entender el porqué o la intención de las personas es la psicología. La psicología, como campo de estudio de la conciencia personal comenzó en 1879, cuando Wilhelm Wundt fundó el primer laboratorio dedicado exclusivamente para el estudio psicológico en Leipzig, Alemania. Wundt fue el primero en referirse a sí mismo como psicólogo. Esta llamada ciencia es relativamente muy nueva, pero no obstante, muchos, hasta profesantes cristianos, llamados eruditos de la Escritura, y teólogos no solo han estudiado el tema, sino que lo han enlazado íntimamente con las cosas de Dios. Habiendo yo estudiado este tema personalmente por obligación como parte de temáticas básicas en la Universidad, pude entender ciertos aspectos que no concuerdan con los principios Bíblicos. Y esto primordialmente envuelve el libre albedrio y la responsabilidad con nuestras acciones.

Sí, es verdad que nuestro ambiente influye en nuestras decisiones, en conjunto con nuestras experiencias, pero no es el todo de la definición del porqué una persona hace, o no hace algo; lo que define el “porqué” o la “intención” en una persona. Hay un grave problema Bíblico con algo que le quita la responsabilidad a alguien por lo que hace. En la mayoría de las veces, es muy conveniente echarle la culpa a alguien más o algo más. Para comenzar, se hace para no sentir ningún tipo de remordimiento o culpa. Se pueden sacar un sinfín de excusas. En la caída del hombre en el Edén vemos el primer ejemplo: Adán le echó la culpa a Eva, Eva le echo la culpa a la serpiente; y bueno, la serpiente no le quedaba a nadie más para echarle la culpa. Si es posible que hallan problemas mentales, pero en la gran mayoría de los casos, la mayoría de las personas ejercen su derecho de libre albedrio para hacer o no hacer algo, aún las atrocidades que se les atribuyen a “problemas mentales”. El ser humano de hoy en día tiene que asumir más la realidad de la responsabilidad, y no debiera echarle tanto la culpa ni a Satanás, ni a los demás, etc.       

Ahora, ¿qué tiene que ver esto con el pasaje de hoy? Pablo enseña acerca del juicio con relación a lo que el Señor dijo: No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido. ¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? ¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo? ¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano. Mateo 7:1-5. Es importante ver si hay hipocresía, y si hay juicio con condenación; pero aún más allá de lo que está haciendo ¿cuál es la razón por lo que lo hace o no lo hace? Por ejemplo, hay personas que dicen que no les gusta juzgar a nadie, no porque necesariamente son buenas personas, o personas con un nivel de perdón muy alto, sino más bien, hipócritamente lo hacen para que no salga a la luz sus propias maldades. En la mayoría de los casos, siempre hay un porqué muy distinto al mismo hecho. Esto dice el Señor con referencia al engaño: Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras. Jeremías 17:9-10.

Una de las cosas principales que cada persona debiera hacer es estudiarse a sí mismo, estudiar la razón por lo cual hace las cosas (el porqué). El Señor advierte de esta manera: No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad. Mateo 7:21-23. También dice esto la Palabra: Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy. Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve. 1 Corintios 13:1-3. Aunque una persona haga cosas increíbles, no siempre son por las razones correctas, o sea, no hacen el bien que le interesa a Dios; cuando se une la buena intención con la buena acción. Y la única manera que las dos pueden concordar es cuando se ama a Dios realmente (primero), y se ama al prójimo (segundo). De otra manera, una real buena intención no puede existir, y el porqué solo es un mal encubierto por un aparente bien. Haga lo que haga una persona, lo que más importa es la intención del corazón, si esa intención está enfocada en Dios. Entonces, ¿la obra de tu corazón es buena o mala? Si es mala y la deseas cambiar, puedes escoger cambiarla en Cristo. ¡Qué el Señor les bendiga! John

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El Riesgo Con Rehusar Creer

Basado en Romanos 1:16-32 (Versión Reina Valera 1960)

Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego. Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá. Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad; porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles. Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos, ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén. Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza, y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío. Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen; estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades; murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres, necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia; quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican.

Dietrich Bonhoeffer dijo una vez: La gracia barata es predicar del perdón sin el requisito del arrepentimiento; el bautismo sin disciplina de iglesia; comunión sin confesión; la gracia barata es la gracia sin discipulado, la gracia sin la cruz, la gracia sin Jesucristo. Bonhoefffer era un predicador cristiano alemán con increíbles convicciones. Después que Hitler subió al poder, y mientras él vivía cómodamente en Estados Unidos, el decidió dejar tanto su posición en el Seminario Teológico Unión en Nueva York y a su prometida, para volver a la Alemania Nazi. Él fue encarcelado por dos años porque fue acusado de planificar el asesinato de Hitler. Cuando volvió a Alemania, él dijo: He llegado a la conclusión que me equivoque en venir a America; debo vivir a través de este periodo difícil en nuestra historia nacional con el pueblo de Alemania; no tendré el derecho de participar en la reconstrucción de la vida cristiana en Alemania después de la guerra, si no participo de las tribulaciones de este tiempo con mi gente. Él fue asesinado solo dos semanas antes que los Estados Unidos liberará el campamento donde estaba preso. ¿Qué llevaría a una persona como Bonhoeffer a hacer algo tan drástico por su fe en Cristo?

Bonhoeffer tenía el mismo sentir que el Apóstol Pablo. Ninguno de los dos hombres se avergonzaba del Evangelio de Jesucristo, y ninguno de los dos tenían ningún problema en desafiar a los poderes mundiales por aquello. Pablo predico el Evangelio durante el tiempo de Cesar (el líder supremo del Imperio Romano) quien se sentia dios, y que era ley proclamarle como señor. Bonhoeffer no tuvo ningún problema en dejar la comodidad de Estados Unidos y a su amada comprometida para enfrentarse con Adolf Hitler y su máquina de muerte por su amor a Dios y por el Evangelio en Alemania. Y ambos murieron por su fe en el Señor.

La fe que enseña Dios a través de Su Palabra es algo que debiera remecer nuestra existencia. Tiene el poder, para cambiar cualquier ser humano, cualquier grupo de personas, y aún, un imperio mundial, si le permiten trabajar en sus vidas. Es el poder más liberador que el hombre allá conocido; la maravillosa gracia de Dios que permite que los pecados del hombre sean perdonados para siempre. Pero, a pesar del eterno amor y poder liberador de Dios para la humanidad a través de Jesucristo, esto no es valorado como tal. Como llamados cristianos, muchos enseñan una “gracia barata” como lo menciono Bonhoeffer. Se toma muy livianamente la gracia de Dios, y la responsabilidad e implicaciones que vienen con la Verdad de Dios. A las personas comúnmente se les enseña (y por supuesto, muchos se aferran a esto por conveniencia) que no se preocupen del arrepentimiento; ni de seguir y obedecer a Dios. Estos se toman por opcionales o innecesarias. No hay reparo en el discipulado (lo que significa seguir a Cristo, en obediencia y estilo de vida). La teología que se enseña hoy es fácil y basada en amor humano (el cual evade la Verdad de Dios).

Y en conjunto con esto, hay aquellos que escuchan el Evangelio, pero endurecen sus corazones, desechando a Dios y Sus enseñanzas. Prefieren aferrarse a la llamada ciencia y conocimiento humano que entender quién es Dios, y lo que Él desea compartir con ellos (lo cual es nada menos, que solo el bien). Se está volviendo muy común hoy en ver a Dios como algo del pasado, como una superstición o creencia antigua que le pertenece a los débiles de mente, a los intelectualmente incapaces, y a los grupos de personas pobres y subdesarrollados. Estamos viviendo en tiempos que la mayoría no toman a Dios en serio; tanto creyentes profesantes y los incrédulos. Hay un problema que surge con todo esto.

Para ambos grupos, hay algo que se necesita aclarar, para su propio bien (ya que es lo que realmente Dios desea). Hay una verdad en la Biblia que se malentiende: Misericordioso y clemente es Jehová; lento para la ira, y grande en misericordia. Salmo 103:8. Dios es muy misericordioso y lleno de gracia, pero “lento para la ira” no significa que Su ira nunca llegara. Dios pacientemente espera, dando oportunidad para que entiendan y se conviertan. Pero, hay un límite para Su misericordia y gracia. Hay un punto limite, aun para Él. Y aquí es donde entra el resto del pasaje de hoy. En corto, si rehúsas ver a Dios por lo que es, y no le reconoces a Él y a Sus caminos, Él te va a entregar a lo que deseas. Él te entregará a todo lo contrario. Después de todo, si rehúsas creer en Él, y seguir la vida (la vida eterna), entonces es solo justo hacerlo. Eso es lo que una persona rebelde desea; hacer lo que quiere. Pero el problema con eso es que no hay vida fuera de Dios. No hay real inteligencia. No hay sabiduría. No hay amor. Fuera de Dios, hay solo muerte y destrucción, más tarde o más temprano. Porque la paga del pecado es muerte… Romanos 6:23ª. Y, aún si tu no haces aquellas cosas que desagradan a Dios, pero apoyas a las personas que, si lo hacen, entonces eres cómplice de aquello. Lo que está mal, está mal, no importa quién lo hace o lo apoya, y las razones por las cuales se lavan el cerebro para justificar lo que están haciendo. Hay un real riesgo en rehusar creer como se debiera. Así que, ¿estas realmente creyendo y siguiendo la Verdad de Dios, no importando lo que pase? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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El Deseo de Dios de Ver Fruto

Basado en Romanos 1:8-15 (Versión Reina Valera 1960)

Primeramente doy gracias a mi Dios mediante Jesucristo con respecto a todos vosotros, de que vuestra fe se divulga por todo el mundo. Porque testigo me es Dios, a quien sirvo en mi espíritu en el evangelio de su Hijo, de que sin cesar hago mención de vosotros siempre en mis oraciones, rogando que de alguna manera tenga al fin, por la voluntad de Dios, un próspero viaje para ir a vosotros. Porque deseo veros, para comunicaros algún don espiritual, a fin de que seáis confirmados; esto es, para ser mutuamente confortados por la fe que nos es común a vosotros y a mí. Pero no quiero, hermanos, que ignoréis que muchas veces me he propuesto ir a vosotros (pero hasta ahora he sido estorbado), para tener también entre vosotros algún fruto, como entre los demás gentiles. A griegos y a no griegos, a sabios y a no sabios soy deudor. Así que, en cuanto a mí, pronto estoy a anunciaros el evangelio también a vosotros que estáis en Roma.

Michael Jordan dijo una vez: En cualquier inversión, uno espera entretenerse y hacer dinero. No solo es Michael Jordan uno de los jugadores más grandes que el deporte ha visto, pero también es un hombre astuto de negocios. Su talento atlético natural le dió la habilidad de ganar mucho dinero como atleta, pero sus decisiones como negociante es lo que lo ha convertido en uno de los atletas super estrellas más ricos; al momento con un valor aproximado de $1,2 billones. Nada mal para un joven de media clase que nació en Brooklyn y criado en Carolina del Norte, ¿verdad? Creo que es justo decir que él sabe algo de negocios, a pesar de otros desafíos que haya tenido.

Creo que se puede decir con seguridad que todos desean ver algún tipo de producto de lo que invierten (y a lo mejor divertirse un poco en el camino). Yo no creo que a nadie le gusta perder. Si una pareja compra una casa, creo que desearían que el valor de la propiedad suba con el tiempo. Igual que la persona que decide invertir en acciones. Hay personas que hacen distintas inversiones, no solo en dinero. Las personas invierten tiempo y energía en las relaciones, como el matrimonio. Los padres invierten en sus hijos, por muchos años, y bastante dinero también (especialmente si hay una carrera universitaria). Las buenas compañías invierten en sus empleados, especialmente en aquellos empleados que ellos quisieran que se queden por un buen tiempo. Los equipos deportivos profesionales invierten en jugadores, a veces con increíbles sumas de dinero, con la idea de que esos atletas hagan el equipo crecer, rendir, y por supuesto, ganar campeonatos. Cada inversionista, no importando quienes son y en lo que invierten, aun en relaciones personales amorosas, esperan recibir algo bueno de ello. ¿Te gusta perder a ti?

Lo crean o no, Dios también tiene expectativas. Aunque Él nos haya dado tanto por amor, incluyendo la vida de Su unigénito Hijo, a Jesús, para que podamos ser salvos, Él si desea ver algo a cambio; no por obligación, pero, no obstante, algo bueno. El Señor nos dio el siguiente ejemplo: Porque el reino de los cielos es como un hombre que yéndose lejos, llamó a sus siervos y les entregó sus bienes. A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y luego se fue lejos. Y el que había recibido cinco talentos fue y negoció con ellos, y ganó otros cinco talentos. Asimismo el que había recibido dos, ganó también otros dos. Pero el que había recibido uno fue y cavó en la tierra, y escondió el dinero de su señor. Después de mucho tiempo vino el señor de aquellos siervos, y arregló cuentas con ellos. Y llegando el que había recibido cinco talentos, trajo otros cinco talentos, diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros cinco talentos sobre ellos. Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. Llegando también el que había recibido dos talentos, dijo: Señor, dos talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros dos talentos sobre ellos. Su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. Pero llegando también el que había recibido un talento, dijo: Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste; por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo. Respondiendo su señor, le dijo: Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no sembré, y que recojo donde no esparcí. Por tanto, debías haber dado mi dinero a los banqueros, y al venir yo, hubiera recibido lo que es mío con los intereses. Quitadle, pues, el talento, y dadlo al que tiene diez talentos. Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado. Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes. Mateo 25:14-30.

Y aquí es donde entra el pasaje de hoy. Pablo comienza el pasaje con sentimientos muy fuertes de admiración y gozo hacia aquellos que le escribe. Y por esos sentimientos fuertes, un gran amor se ha desarrollado por ellos. Estas personas le producen gozo. Y no solo eso, si no que él también quisiera invertir en ellos, para que puedan crecer más, teniendo más fruto. El fruto es imperativo en la vida de cada creyente. La gracia de Dios a través de Jesucristo es gratuita, pero Él desea que se produzca fruto de cada uno de nuestras vidas. Porque escrito esta: Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. Juan 15:1-2. En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos. Juan 15:8. Así también vosotros, hermanos míos, habéis muerto a la ley mediante el cuerpo de Cristo, para que seáis de otro, del que resucitó de los muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios. Romanos 7:4.

El no poder producir fruto es un gran problema. Jesús nos dió este ejemplo: Por la mañana, volviendo a la ciudad, tuvo hambre. Y viendo una higuera cerca del camino, vino a ella, y no halló nada en ella, sino hojas solamente; y le dijo: Nunca jamás nazca de ti fruto. Y luego se secó la higuera. Mateo 21:18-19. Así que, algo bueno debe producirse en nuestras vidas, y debiera ser para Él.

¿Qué es este fruto que Él espera? La Biblia nos enseña esto: Más el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. Gálatas 5:22-23. Dios finalmente desea verse a sí mismo en alguna manera en nosotros, lo cual es el milagro que ocurre cuando somos regenerados a través de la obra del Espíritu Santo; transformados para poder tener las características de Dios para que seamos luz en este mundo oscuro y perdido. Para nuestro propio bien, debiéramos inspeccionarnos con la Palabra de Dios, para poder entender lo que en realidad está pasando en nuestras vidas. Así que, ¿se está produciendo el fruto de Dios en tu vida? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Transformacion a Traves de la Obediencia

Basado en Romanos 1:1-7 (Versión Reina Valera 1960)

Pablo, siervo de Jesucristo, llamado a ser apóstol, apartado para el evangelio de Dios, que él había prometido antes por sus profetas en las santas Escrituras, acerca de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que era del linaje de David según la carne, que fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos, y por quien recibimos la gracia y el apostolado, para la obediencia a la fe en todas las naciones por amor de su nombre; entre las cuales estáis también vosotros, llamados a ser de Jesucristo; a todos los que estáis en Roma, amados de Dios, llamados a ser santos: Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.

Watchman Nee una vez dijo: Tratando de seguirle (a Dios) sin negarse a sí mismo es la raíz de todos los fracasos. Para poder entender el libro de Romanos aún mejor, hay que entender quién es el escritor (aunque toda Escritura fue inspirada por Dios). El Apóstol Pablo no fue siempre, el Apóstol Pablo. E inclusive, antes de convertirse al Señor, él era Saulo de Tarso. Él era posiblemente el enemigo más grande que tenía la cristiandad en ese tiempo. Pablo cuenta un poco de cómo era en el siguiente pasaje: Yo ciertamente había creído mi deber hacer muchas cosas contra el nombre de Jesús de Nazaret; lo cual también hice en Jerusalén. Yo encerré en cárceles a muchos de los santos, habiendo recibido poderes de los principales sacerdotes; y cuando los mataron, yo di mi voto. Y muchas veces, castigándolos en todas las sinagogas, los forcé a blasfemar; y enfurecido sobremanera contra ellos, los perseguí hasta en las ciudades extranjeras. Hechos 26:9-11. Él no hacía por maldad lo que había hecho con la Iglesia. Si no más bien, él pensaba que servía al Dios de sus padres al perseguir algo que era visto como pagano y blasfemo, algo que iba en contra de su Dios.

La Biblia da el recuento de la conversión de Pablo de esta manera: Saulo, respirando aún amenazas y muerte contra los discípulos del Señor, vino al sumo sacerdote, y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, a fin de que si hallase algunos hombres o mujeres de este Camino, los trajese presos a Jerusalén. Mas yendo por el camino, aconteció que al llegar cerca de Damasco, repentinamente le rodeó un resplandor de luz del cielo; y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Él dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón. El, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? Y el Señor le dijo: Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer. Y los hombres que iban con Saulo se pararon atónitos, oyendo a la verdad la voz, mas sin ver a nadie. Entonces Saulo se levantó de tierra, y abriendo los ojos, no veía a nadie; así que, llevándole por la mano, le metieron en Damasco, donde estuvo tres días sin ver, y no comió ni bebió. Hechos 9:1-9.

¿Qué sucedió? Pablo tuvo un encuentro con Dios. Pero no solamente eso, algo paso en el corazón de Pablo que cambio completamente el rumbo de su vida. Él supo reconocer y respetar al que había salido a encontrarse con él. Supo reconocer a Dios como Dios tiene que ser reconocido; como Señor. Y no solamente le llamo Señor, sino que le obedeció como tal. No hubo preguntas. No hubo discusión. Pablo no expreso su opinión en ningún momento. No hubo un: déjame primero meditar lo que me estas pidiendo, y si me parece, lo haré. A pesar que era un hombre grandemente reverenciado en su sociedad, una autoridad religiosa y política, un hombre de poder, y posiblemente, hasta de cierta riqueza, él tuvo la capacidad de respetar la visión y saber que era Alguien que tenía la autoridad suprema. Que no era solo una luz radiante, sino más bien, era Jesús, el unigénito Hijo de Dios. Y esto fue suficiente para cambiar el completo rumbo de su vida. En un momento clave, se rindió totalmente al señorío del Señor.

Esto es uno de los más grandes problemas que tiene la cristiandad hoy en día, a lo menos, el cristianismo en los países desarrollados. Los llamados creyentes no ven a Dios como Dios. Ha ocurrido un fenómeno, que ha minimizado a Dios en la fe de muchos. Se ve al Señor como un salvador, como un siervo, como un ser casi igual a nosotros. No se le ve como Señor, como Dios, como el que está sentado a Diestra del Trono de Dios, y como Su real título: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES. No se respeta al Señor. Se predica a un Dios que se sujeta a las malacrianzas de las personas, que se debe sujetar a las opiniones nuestras, que el obedecerle es una opción, y que Su Palabra es un libro de sugerencias. He escuchado personalmente a llamados creyentes decir cuando se le ha compartido una verdad Bíblica: ¡No lo acepto! Y bueno, puede que muchos no lo digan, pero con sus hechos lo gritan; y peor de todo, se lo gritan a Dios. Pero, para desgracia de muchos, la obstinación y la opinión de los seres humanos no dictan ni el rumbo del universo, ni aun menos, poner a Dios como su siervo.

Jesús es nuestro Salvador. Para eso vino al mundo. Pero, para que allá salvación, no puede ser reconocido como Salvador solamente; tiene que ser reconocido y aceptado como Señor. Porque escrito esta: Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos: que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Romanos 10:8-9. Cuando le aceptas como el Señor de tu vida, es Él el que debe tener el dominio y la autoridad en tu vida. Tú te tienes que rendir a Él completamente, el 100%, para que puedas pertenecerle. De otra manera, estas solo siguiendo una triste y mal estructurada religión que no te llevara a ningún lado, por mucho que te laves el cerebro. ¡Dios no es el esclavo de nadie! Y, no se puede confundir la inmensa misericordia de Dios por tolerancia, o menos que nada, por aprobación.

La otra verdad es que el rendir tu vida a Cristo es una obediencia (porque el reconocerlo como Señor es sencillamente una realidad, no un favor). Porque escrito esta: Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu… 1 Pedro 1:22ª. La obediencia a Dios sin reservas es primordial y esencial para que Dios pueda obrar en nuestras vidas. Como también está escrito: Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros. Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación. 1 Samuel 15:22-23ª. Y finalmente, el mejor consejo que Maria, la madre carnal del Señor dejo plasmado en las Escrituras refiriéndose al Señor: Su madre dijo a los que servían: Haced todo lo que os dijere. Juan 2:5.

La transformación de una persona solo puede venir a través de la obediencia total al Señor. Sin obediencia, no hay salvación, no hay transformación, no hay promesas; en fin, no hay nada. Así que, ¿le estas obedeciendo a Dios, siendo transformado diariamente? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Promesas a Traves del Proceso

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Basado en Miqueas 4 (Versión Reina Valera 1960)

Acontecerá en los postreros tiempos que el monte de la casa de Jehová será establecido por cabecera de montes, y más alto que los collados, y correrán a él los pueblos. Vendrán muchas naciones, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, y a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará en sus caminos, y andaremos por sus veredas; porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová. Y él juzgará entre muchos pueblos, y corregirá a naciones poderosas hasta muy lejos; y martillarán sus espadas para azadones, y sus lanzas para hoces; no alzará espada nación contra nación, ni se ensayarán más para la guerra. Y se sentará cada uno debajo de su vid y debajo de su higuera, y no habrá quien los amedrente; porque la boca de Jehová de los ejércitos lo ha hablado. Aunque todos los pueblos anden cada uno en el nombre de su dios, nosotros con todo andaremos en el nombre de Jehová nuestro Dios eternamente y para siempre. En aquel día, dice Jehová, juntaré la que cojea, y recogeré la descarriada, y a la que afligí; y pondré a la coja como remanente, y a la descarriada como nación robusta; y Jehová reinará sobre ellos en el monte de Sion desde ahora y para siempre. Y tú, oh torre del rebaño, fortaleza de la hija de Sion, hasta ti vendrá el señorío primero, el reino de la hija de Jerusalén. Ahora, ¿por qué gritas tanto? ¿No hay rey en ti? ¿Pereció tu consejero, que te ha tomado dolor como de mujer de parto? Duélete y gime, hija de Sion, como mujer que está de parto; porque ahora saldrás de la ciudad y morarás en el campo, y llegarás hasta Babilonia; allí serás librada, allí te redimirá Jehová de la mano de tus enemigos. Pero ahora se han juntado muchas naciones contra ti, y dicen: Sea profanada, y vean nuestros ojos su deseo en Sion. Mas ellos no conocieron los pensamientos de Jehová, ni entendieron su consejo; por lo cual los juntó como gavillas en la era. Levántate y trilla, hija de Sion, porque haré tu cuerno como de hierro, y tus uñas de bronce, y desmenuzarás a muchos pueblos; y consagrarás a Jehová su botín, y sus riquezas al Señor de toda la tierra.

Rick Warren dijo una vez: La transformación es un proceso; y mientras la vida ocurre, hay muchos sube y bajas; es un viaje de descubrimiento, y hay momentos de cimas y momentos en valles profundos de desesperación. Creo que a todos nos gusta recibir promesas llenas de bendiciones, y cosas buenas, y de triunfos futuros. Las promesas alimentan nuestra esperanza, especialmente cuando estamos en momentos difíciles. Siempre deseamos tener la promesa de un mañana mejor, donde todas las cosas se resolverán, y donde lo malo y lo feo quede atrás para siempre. También están las promesas de amor, de cariño, y cuidado; cuando una pareja se promete amor eterno al unirse en matrimonio. Al igual, cuando una nueva madre o un padre reciben con amor a una nueva criatura que entra al mundo; pequeño, frágil, e indefenso; prometiendo cuidarlo y criarlo con todo el esfuerzo posible. Las promesas pueden dar mucha inspiración para seguir adelante. Pero, ¿Qué es lo que hace que una promesa tenga credibilidad, o tal validez que una persona pueda poner su confianza en esa promesa? Para que una promesa tenga algún valor para alguien, hay que considerar quién es el que promete; los factores que le dan validez a la persona y a la promesa misma.

Por ejemplo, en el vínculo del matrimonio, ¿Qué es lo que se debe tomar en cuenta para poder tomar en serio la promesa de amor de la otra persona? Una de las primeras cosas que una persona debiera considerar del que promete, es su carácter. ¿Qué tipo de persona es? ¿Es una persona que realmente la ama, y si sabe amar? ¿Es una persona responsable, capaz, de buenos sentimientos, leal, fiel, etc.? ¿Es una persona de fiar o confiable? Hay muchos elementos que son realmente críticos en el carácter de una persona, especialmente para poder poner algún tipo de confianza en ellos. Y esas cualidades no se ven enseguida, sino a través de cierto tiempo. Por eso que muchas relaciones fracasan porque se pone la confianza en una persona que no tiene buen carácter, o en lo más mínimo, no tienen las características que son necesarias para poder establecer un buen matrimonio. No quiero sonar mecánico o frio, pero ni las maripositas en el estómago sirven de mucho, ni la atracción física tampoco, ni las emociones que van y vienen. En conjunto con el amor (el ingrediente principal), hay otros ingredientes o características esenciales que deben ser parte de la persona, para que se pueda poner algún tipo de confianza en ellos, para que un matrimonio pueda a lo menos tener algún chance de sobrevivir.

Lo segundo que se debe tener en cuenta es la capacidad de la persona, o sea, si puede en realidad cumplir lo que está prometiendo. Aunque hallan las mejores intenciones y características en la otra persona, hay promesas que físicamente no pueden cumplir. Por ejemplo, hay personas que prometen que siempre estarán ahí, por la otra persona. Esto es realmente imposible cumplir. Hay a veces que la persona puede y va fallar porque no puede estar siempre a tu lado, a cada momento. Hay momentos que la vida se complica y las personas quedan solas, por decir, en un momento dado física y emocionalmente. Las preocupaciones cotidianas muchas veces crean tal distracción que no se da el tiempo ni para conversar, ni para desahogarse, etc. Hay parejas que son absorbidas por esta vida y los quehaceres, que, al trascurrir los años, solo terminan siendo dos extraños durmiendo en la misma cama. Y posiblemente, puede que hallan buenas intenciones, pero solo quedaron en eso; en buenas intenciones. Somos seres muy limitados y en distintos aspectos. El proceso de esta vida muchas veces ahoga aún las mejores intenciones y sentimientos. Muchas cosas se deshacen con el tiempo. Es como el mar que azota: año tras año, ola tras ola, va erosionando aún los terrenos más firmes.  

Ahora, ¿cómo concuerda todo esto con el pasaje de hoy? Bueno, las promesas de Dios se pueden tomar muy en serio al basarse en el primer punto que vimos: el carácter de Dios. Las virtudes que Dios tiene son incomparables. Dios es amor. Dios es fiel. Dios es misericordioso. Dios no miente. Dios nos ha dado muchas cosas sin merecerlas; entre ellas, la principal: la salvación eterna a través de Su Hijo Jesús. Dios no cambia; siempre ha sido, es, y será el mismo. Él es eterno. Y bueno, Dios tiene un sinfín de otras cualidades como el ser que es, que nos dá muchas razones para poder confiar en Sus promesas. El otro aspecto Dios también lo supera infinitamente: Su capacidad. Él es Dios. Es omnipresente, omnisciente, y omnipotente. O sea; puede estar en todas partes a la misma vez, todo lo sabe, y todo lo puede. Básicamente, no tiene limitaciones.

Y el último punto, en ruta a recibir esas promesas que Dios tiene para aquellos que le aman y le buscan, Dios desea llevar a cabo un proceso de transformación en cada ser humano. Y este proceso significa que vamos a pasar momentos difíciles, momentos que van a remover los cimientos de nuestra vida, pero con el fin de sacar lo que no sirve, y crear un tesoro de nuestra vida. El oro solo se limpia con el fuego. Entonces, el proceso es parte del camino para llegar a las promesas, si permanecemos en Él, dejándole completar Su obra en nosotros. Así que, ¿estás dispuesto seguir el proceso para poder recibir promesas eternas que solo Dios puede dar y cumplir? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Las Consecuencia de la Idolatria

Basado en Ezequiel 23:1-30 (Versión Reina Valera 1960)

Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, hubo dos mujeres, hijas de una madre, las cuales fornicaron en Egipto; en su juventud fornicaron. Allí fueron apretados sus pechos, allí fueron estrujados sus pechos virginales. Y se llamaban, la mayor, Ahola, y su hermana, Aholiba; las cuales llegaron a ser mías, y dieron a luz hijos e hijas. Y se llamaron: Samaria, Ahola; y Jerusalén, Aholiba. Y Ahola cometió fornicación aun estando en mi poder; y se enamoró de sus amantes los asirios, vecinos suyos, vestidos de púrpura, gobernadores y capitanes, jóvenes codiciables todos ellos, jinetes que iban a caballo. Y se prostituyó con ellos, con todos los más escogidos de los hijos de los asirios, y con todos aquellos de quienes se enamoró; se contaminó con todos los ídolos de ellos. Y no dejó sus fornicaciones de Egipto; porque con ella se echaron en su juventud, y ellos comprimieron sus pechos virginales, y derramaron sobre ella su fornicación. Por lo cual la entregué en mano de sus amantes, en mano de los hijos de los asirios, de quienes se había enamorado. Ellos descubrieron su desnudez, tomaron sus hijos y sus hijas, y a ella mataron a espada; y vino a ser famosa entre las mujeres, pues en ella hicieron escarmiento. Y lo vio su hermana Aholiba, y enloqueció de lujuria más que ella; y sus fornicaciones fueron más que las fornicaciones de su hermana. Se enamoró de los hijos de los asirios sus vecinos, gobernadores y capitanes, vestidos de ropas y armas excelentes, jinetes que iban a caballo, todos ellos jóvenes codiciables. Y vi que se había contaminado; un mismo camino era el de ambas. Y aumentó sus fornicaciones; pues cuando vio a hombres pintados en la pared, imágenes de caldeos pintadas de color, ceñidos por sus lomos con talabartes, y tiaras de colores en sus cabezas, teniendo todos ellos apariencia de capitanes, a la manera de los hombres de Babilonia, de Caldea, tierra de su nacimiento, se enamoró de ellos a primera vista, y les envió mensajeros a la tierra de los caldeos. Así, pues, se llegaron a ella los hombres de Babilonia en su lecho de amores, y la contaminaron, y ella también se contaminó con ellos, y su alma se hastió de ellos. Así hizo patentes sus fornicaciones y descubrió sus desnudeces, por lo cual mi alma se hastió de ella, como se había ya hastiado mi alma de su hermana. Aun multiplicó sus fornicaciones, trayendo en memoria los días de su juventud, en los cuales había fornicado en la tierra de Egipto. Y se enamoró de sus rufianes, cuya lujuria es como el ardor carnal de los asnos, y cuyo flujo como flujo de caballos. Así trajiste de nuevo a la memoria la lujuria de tu juventud, cuando los egipcios comprimieron tus pechos, los pechos de tu juventud. Por tanto, Aholiba, así ha dicho Jehová el Señor: He aquí que yo suscitaré contra ti a tus amantes, de los cuales se hastió tu alma, y les haré venir contra ti en derredor; los de Babilonia, y todos los caldeos, los de Pecod, Soa y Coa, y todos los de Asiria con ellos; jóvenes codiciables, gobernadores y capitanes, nobles y varones de renombre, que montan a caballo todos ellos. Y vendrán contra ti carros, carretas y ruedas, y multitud de pueblos. Escudos, paveses y yelmos pondrán contra ti en derredor; y yo pondré delante de ellos el juicio, y por sus leyes te juzgarán. Y pondré mi celo contra ti, y procederán contigo con furor; te quitarán tu nariz y tus orejas, y lo que te quedare caerá a espada. Ellos tomarán a tus hijos y a tus hijas, y tu remanente será consumido por el fuego. Y te despojarán de tus vestidos, y te arrebatarán todos los adornos de tu hermosura. Y haré cesar de ti tu lujuria, y tu fornicación de la tierra de Egipto; y no levantarás ya más a ellos tus ojos, ni nunca más te acordarás de Egipto. Porque así ha dicho Jehová el Señor: He aquí, yo te entrego en mano de aquellos que aborreciste, en mano de aquellos de los cuales se hastió tu alma; los cuales procederán contigo con odio, y tomarán todo el fruto de tu labor, y te dejarán desnuda y descubierta; y se descubrirá la inmundicia de tus fornicaciones, y tu lujuria y tu prostitución. Estas cosas se harán contigo porque fornicaste en pos de las naciones, con las cuales te contaminaste en sus ídolos.

John MacArthur dijo una vez: Un evangelio que no confronta el pecado no es el evangelio de Jesucristo. Esto es unos de los problemas más grandes que tiene el mundo cristiano hoy: el no confrontar el pecado. Esto ya lleva mucho tiempo, donde muchas iglesias y líderes cristianos han estado evadiendo el señalar el pecado, y actuar en contra del pecado como se debiera. Y bueno, a muchos también les gusta lo que escuchan. El diablo ha podido infiltrar su propio evangelio muy sutilmente, guiándolos a pecar (porque él no puede hacerte pecar), o a errarle al blanco.

Hay algo que hay que tener muy claro. Muchas veces asociamos el pecado con cosas que nos parecen terribles, como el matar a alguien. Pero la verdad es que el pecado significa “errarle al blanco”. Significa no ser exacto. Hay un punto preciso que hay que llegar, no a una área o lugar en general. Esto implica cierta perfección. Por ejemplo, no hay muchas perfecciones de algo. La perfección se refiere a algo singular, único, sin comparativos, exacto. Es igual que la verdad. No hay muchas verdades de algo; o algo es verdad o es mentira. Y, tanto como la exactitud de la perfección y la verdad no dependen de una perspectiva, sino más bien, la perfección y la verdad son tales en cualquier lugar del universo. O sea, Dios es perfecto y la verdad aquí en la tierra, en el planeta Neptuno, en otras galaxias, en el campo espiritual, otras dimensiones, etc. Por lo tanto, la tarea de Satanás es relativamente sencilla: desviar un poco nada más para persuadirte a pecar. Entonces, si la perfección del Evangelio de Jesucristo siempre confronta el pecado, de alguna manera u otra, ¿Cómo entonces se puede desechar algo tan importante? Por ejemplo, sin arrepentimiento y conversión de pecados, no puede haber salvación. Unos de los errores más grandes que se ha predicado desde muchos pulpitos y lugares es: para ser salvo, solo se tiene que creer en Cristo. Eso no es enteramente verdad. Tiene que haber arrepentimiento y conversión de pecados, o si no, el completo ministerio de Juan el Bautista fue totalmente innecesario; porque Juan el Bautista preparaba el camino para el Señor; el bautismo de Juan o el bautismo de arrepentimiento. Si Juan no hubiera existido, no hubiera sido todavía el tiempo de la manifestación del Mesías en la tierra para la salvación de los hombres.   

¿Qué tiene que ver esto con el pasaje de hoy? Leemos de la caída del pueblo de Dios y el castigo que Dios traería sobre ellos (lo cual sucedió) por su infidelidad a Él. A pesar que los rescato de Egipto, volvieron y empeoraron su pecado delante de Dios, poniendo los ojos y confianza en cosas que no debieran, haciendo idolatría con cosas temporales en vez de siempre agradecer lo que Él hizo por ellos, y mantener los ojos fijos en su Dios. Cuando nos olvidamos de las bondades de Dios, y comenzamos a confiar en otras cosas, más tarde o más temprano caeremos por nuestras propias maldades. ¡Nada debe tomar el lugar de Dios en nuestra vida! Ni la familia o los seres queridos, ni las cosas del mundo, etc. Él tiene que tener siempre el primer lugar en nuestras vidas. El pecar es excesivamente sencillo; es sencillamente perder el foco en Dios y en lo que Su Palabra enseña. No quiere decir que vamos a ser perfectos aquí, pero por tu propio bien, deja que Dios siga cambiando tu vida en vez de aceptar tu condición actual y excusar el pecado que todavía mora en tu vida. Nunca justifiques el pecado; ni el pecado tuyo, ni siendo cómplice del pecado de los demás. Vence en Cristo, porque puedes y debes hacerlo, al dejar todo tipo de ídolo (aquello que estorba tu caminar en Dios). ¿Estas tratando de evitar las consecuencias de la idolatría al confrontar el pecado en tu vida? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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El Avivamiento Viene con un Cambio de Corazon

Basado en Salmo 85 (Versión Reina Valera 1960)

Fuiste propicio a tu tierra, oh Jehová; volviste la cautividad de Jacob. Perdonaste la iniquidad de tu pueblo; todos los pecados de ellos cubriste. Selah. Reprimiste todo tu enojo; te apartaste del ardor de tu ira. Restáuranos, oh Dios de nuestra salvación, y haz cesar tu ira de sobre nosotros. ¿Estarás enojado contra nosotros para siempre? ¿Extenderás tu ira de generación en generación? ¿No volverás a darnos vida, para que tu pueblo se regocije en ti? Muéstranos, oh Jehová, tu misericordia, y danos tu salvación. Escucharé lo que hablará Jehová Dios; porque hablará paz a su pueblo y a sus santos, para que no se vuelvan a la locura. Ciertamente cercana está su salvación a los que le temen, para que habite la gloria en nuestra tierra. La misericordia y la verdad se encontraron; la justicia y la paz se besaron. La verdad brotará de la tierra, y la justicia mirará desde los cielos. Jehová dará también el bien, y nuestra tierra dará su fruto. La justicia irá delante de él, y sus pasos nos pondrá por camino.

¿Sientes que te están abrumando los problemas que tienes? ¿Sientes como que la vida no tiene mucho sentido? ¿Sientes que estas sola o solo, aunque estés rodeados de personas? ¿No puedes disfrutar de la vida como quisieras? ¿Te sientes vacío o vacía por dentro? ¿Sientes que cuando oras como que tus oraciones no llegan a donde tienen que llegar? ¿No tienes muchas ganas ni de orar o leer la Palabra de Dios? ¿Dios no te significa mucho estos días? Bueno, esto es común, y se puede hacer algo al respecto.

Para comenzar, unas de las cosas que tienes que entender es que la vida no debe ser así. Hay muchos que pasan por alto estos problemas, pensando que la vida no puede ser perfecta, y que es algo normal. Y claro, esta vida de aquí no es perfecta, y nunca lo será. Pero, no debes acostumbrarte a cosas que realmente son problemas. No debes quedarte así porque es apremiante que lo arregles, por tu propio bien. Entonces, el primer paso es reconocer que si hay un problema. Porque cuando los problemas se dejan estar, no se van arreglar, si no, empeorarán más con el tiempo. Nada se arregla solo. Todos los problemas necesitan atención y acción. Lo que también hay que tener en cuenta es que los problemas personales siempre se vuelen en problemas para los demás. Todo problema (pequeño o grande) afecta a la persona que lo tiene, y comenzará también a afectar a los que los rodean. Así que, no solo por tu propio bien tienes que hacer algo, sino también, por los que te rodean.

Ahora bien, el principal asunto que hay que ver es: la causa. ¿Qué es lo que hace que nos sintamos así? El gran desafío en poder resolver un problema es poder encontrar el problema. Y no se puede resolver un problema lidiando con los síntomas nada más. Por ejemplo, vamos a suponer que una persona tiene amigdalitis estreptocócica (o una infección a las amígdalas). Los síntomas son muy parecidos a la influenza o una gripe muy fuerte. Viene con dolor a la garganta, fiebre, toz, dolores de cabeza, etc. Ahora, si la persona toma cosas para aliviar los síntomas como jarabes, y pastillas para bajar la fiebre y aliviar el dolor de cabeza, lo único que está haciendo es lidiando con los síntomas, pero nunca habrá mejoría. La única manera de poder lidiar con esta enfermedad es: visitando a un médico, que le hagan distintas pruebas para ver que en realidad está pasando, y que se someta a un tratamiento con fuertes antibióticos por varios días. Esa es la única manera de poder sanar la enfermedad. Si una persona sigue tomando cosas para aliviar los síntomas, y nada más, se pondrá peor con el tiempo, llegando a una fiebre reumática, y posiblemente, la muerte. Pero, todo eso se puede evitar si se actúa, llegando a la raíz del mal, y tratando el mal de manera efectiva y enérgicamente.    

Entonces, ¿cuál pudiera ser el mal que produce algunos de los problemas (o similares a aquellos) que se mencionaron al comienzo? Como se debiera hacer para todas las cosas, hay que ser objetivo y sincero (y esto nunca es fácil porque la mayoría de las personas no les gusta ser sinceras con sí mismas, prefiriendo seguir engañándose). La Biblia nos enseña esto: Y habló Dios todas estas palabras, diciendo: Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre. No tendrás dioses ajenos delante de mí. No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos. Éxodo 20:1-6. El más grave problema que existe hoy tanto como en el incrédulo como en muchos de los “llamados” creyentes, es el problema de la idolatría (todo lo que se le da prioridad antes que a Dios). Y esto no siempre envuelve estatuas o imágenes, por decir. Con el simple hecho de poner la voluntad nuestra antes que la de Dios, ya se está cometiendo el más despreciable de los pecados, delante de los ojos de Dios (no dije que esto sería fácil). Dios debiera ocupar el primer el lugar en nuestras vidas. Si sencillamente el foco de tu vida eres tú, u otras cosas (sean tus problemas o preocupaciones, entretenciones, etc.), entonces, esos son ídolos. Hay un sinfín de dioses, con distintos nombres, apariencias, etc. Y por si acaso, eso no es culpa del diablo. El diablo te puede tentar, pero él nunca puede destronar a Dios en la vida de alguien. Esa es tu decisión.  

Pero, esto se puede cambiar. La decisión es tuya. Y aquí es donde se ve el verdadero amor de Dios (no el amor que se ha falsamente pintado con la aceptación del pecado, y el atropello a la gracia de Dios). Escrito esta: Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. 1 Juan 1:9. ¿Qué Dios como tú, que perdona la maldad, y olvida el pecado del remanente de su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque se deleita en misericordia. Miqueas 7:18. Si hay problemas en tu vida, eso es lo que Dios usa para acercarte más a Él. Porque Dios dice esto: Si yo cerrare los cielos para que no haya lluvia, y si mandare a la langosta que consuma la tierra, o si enviare pestilencia a mi pueblo; si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra. 2 Crónicas 7:13-14. Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio. Hechos 3:19. Lavaos y limpiaos; quitad la iniquidad de vuestras obras de delante de mis ojos; dejad de hacer lo malo. Isaías 1:16.

Todo avivamiento personal comienza con el cambio de corazón, al ver las cosas tal como son, no excusando lo malo. Dios advierte lo siguiente: ¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo! Isaías 5:20. Si deseas un verdadero cambio de vida, cambia tu manera de pensar y dale el primer lugar a Dios, porque esa es la única manera que, si se puede alcanzar el gozo, la paz, y la plena felicidad que cada uno de nosotros necesitamos, lo cual nunca depende de nuestras circunstancias. ¿Has cambiado tu corazón para poder tener un avivamiento de verdad? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Manteniendo Una Buena Relacion con el Señor

Basado en Juan 15:1-11 (Versión Reina Valera 1960)

Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado. Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden. Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho. En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos. Como el Padre me ha amado, así también yo os he amado; permaneced en mi amor. Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor. Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido.

Fred Brooks dijo una vez: ¿Cómo llega un proyecto atrasarse por un año?, un día a la vez. El tiempo es algo de gran importancia y valor. Los eruditos en el dinero, las finanzas, y los negocios dicen que: el tiempo es dinero. Todo toma tiempo. Hoy en día, parece que los días se hacen más cortos. Se siente como que hay menos tiempo que nunca, como si el sol se apresurara mucho más ahora para ponerse que antes. Lo más difícil del asunto del tiempo es que no hay nada que lo detenga. No existe una máquina del tiempo para poder volver hacia atrás, o saltar hacia adelante. Se hacen muchas cosas como para tratar de evitar los efectos del tiempo, pero nada puede contra él. Los días pasan, y los años quedan atrás, y vamos hacia un final inevitable. Mientras tanto, ¿qué hacemos con nuestros días, mientras estamos aquí en este mundo? Entiendo que todos tenemos obligaciones y responsabilidades, como con nuestras familias, con nuestras carreras y empleos, con el cuidar de lo que tenemos, con nuestra salud, etc. El tiempo se va muy rápido entre una cosa y otra. Todo requiere tiempo, y a muchas cosas le dedicamos ese tiempo. Hay algunos de nosotros que, si tenemos que trabajar muy duro a diario, para poder pagar deudas y cuentas. El dinero no es todo, pero si se necesita para muchas cosas. Y desgraciadamente, no podemos vivir del aire, nada más. Hay posiblemente algunos que ya no tienen que trabajar porque cumplieron su afán, pero ahora el reloj corre para ellos de otra manera. Van sintiendo todas las cosas que vienen con el tiempo, como el desgaste físico, las enfermedades, etc. No importa cuántas cirugías o tratamientos se hagan las personas para tratar de lucir jóvenes, o todo el ejercicio y dietas especiales que hagan, los órganos duran hasta cierto punto, y es muy limitada la ciencia con muchas cosas. No todo se puede arreglar hoy en día. Aun mas, parece que se echa a perder más cosas con los remedios que con las enfermedades. Si no lo creen, vean un comercial que anuncia algún tipo de medicamento, que hasta el remedio mismo le puede ocasionar la muerte, potencialmente pudiendo hacer más daño que la enfermedad misma.

¿A qué voy con todo esto? Nuestro pasaje de hoy nos anima a no solamente creer en el Señor, sino a algo más profundo y de continuidad; a permanecer en el Señor. Leemos muy claramente que el poder tener el beneficio del Señor en nuestra vida no consiste de una decisión tomada en un momento nada más. Sino más bien, hay que permanecer en esa decisión y en ese caminar continuamente. No es cuestión de un día, sino de toda una vida. La salvación no está basada en un momento, sino también en la continua permanencia en Él, haciendo aquellas cosas que Él nos aconseja y manda para nuestro propio bienestar, y para poder ser de bendición para los que están a nuestro alrededor. ¡Debemos dar fruto para poder serles agradables a Dios! Y si no hay fruto, en lo más mínimo, hay un severo problema, o más bien, ocurrirá algo muy duro y desagradable en el futuro, donde no hay bendición, ni eternidad.

¿Cómo se debe entonces permanecer en el Señor? ¡Diariamente! La Palabra nos explica lo siguiente: Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado; sino que en la ley de Jehová está su delicia, y en su ley medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará. No así los malos, que son como el tamo que arrebata el viento. Por tanto, no se levantarán los malos en el juicio, ni los pecadores en la congregación de los justos. Porque Jehová conoce el camino de los justos; más la senda de los malos perecerá. Salmo 1. Vemos que las Escrituras nos enseña que es cosa de día, y de noche; regularmente. El Señor también aclaró lo siguiente: Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. Lucas 9:23. Entonces, si queremos ser bendecidos realmente en Dios, y poder tener del fruto que Él busca, tenemos que permanecer en Cristo, caminando con Él diariamente. La Biblia también nos enseña que la manera que podemos comenzar de nuevo, sin ningún peso de pecado es al estar en Él, porque escrito esta: De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. 2 Corintios 5:17. Nueva criatura eres, cuando estas en Cristo, permaneciendo en Cristo; no por una oración que hiciste una vez y nada más paso en tu vida después.

En fin, el Señor nos enseña lo siguiente: Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis. Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley. Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. Más el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu. Gálatas 5:16-25. Tenemos que permanecer a diario en el Señor, buscando por Él regularmente, y haciendo regularmente lo que le agrada, llevando mucho fruto. Todas las cosas buenas, grandes y pequeñas, suceden con el diario caminar. Así que, ¿estas manteniendo una buena relación diariamente con el Señor? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Corriendo la Carrera

Basado en 1 Corintios 9:24-27 (Versión Reina Valera 1960)

¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis. Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible. Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire, sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado.

Vince Lombardi una vez dijo: Yo firmemente creo que la mejor hora de cualquier hombre, el más grande cumplimiento de todo lo que él valora como preciado, es aquel momento cuando él ha trabajado con todo su corazón para una buena causa y se encuentra agotado en el campo de batalla – victorioso. ¿Por cuantas cosas se luchan en la vida? Hay muchos niños y jóvenes que comienzan a luchar temprano en la vida por sobresalir en la escuela, pasando largas horas estudiando y haciendo tareas por muchos años para poder lograr sacar buenas calificaciones con el fin de poder entrar a una buena universidad. Y cuando logran entrar en esa universidad, sigue la lucha aún más difícil, posiblemente pasando muchas noches sin dormir, sin poder entretenerse, absteniéndose de muchos gustos y pasatiempos con tal de lograr ese título que tanto anhelan. Y claro, cuando se gradúan, llegan al comienzo de una larga carrera profesional, donde tienen que trabajar más duro para poder llegar a tener un buen empleo, o poder sobresalir para lograr metas trazadas (que van a tomar muchos años poder lograrlas), si es que las oportunidades se dan.   

De igual manera, hay muchos jóvenes que también trabajan muy duro por un deporte favorito, pasando muchas horas de su tiempo libre haciendo ejercicios, practicando, y entrenando para ser el mejor; tratando de producir mucho fruto con su talento natural. Posiblemente, tratan de comer sanamente, dejando a un lado vicios malos que solo pueden dañarles el cuerpo. Y los que se enfocan aún más escogen con cuidado hasta sus amistades y relaciones, para no envolverse con malas influencias, los cuales pueden arrastrar con ellos en algún momento dado llevando una posible carrera estelar a un fin muy repentino. Tanto el intelectual como el atleta trabajan muy duro para poder exceder sus propias expectativas. Y en esa entrega, se cultiva un cariño o amor especial que los anima hasta hacer duros sacrificios con tal de lograr sus sueños y metas. Muchas cosas en la vida demandan amor y pasión para poder sobresalir y ser el mejor; demanda sacrificio.  

El Apóstol Pablo habla de la misma manera de nuestro caminar con el Señor. E incluso, usa la metáfora de una carrera para poder explicar el nivel de dedicación que debiéramos aplicar a algo tan importante como la carrera espiritual. El correr es probablemente el más difícil del atletismo porque es el que está al alcance de muchas personas. Entonces, ya que muchos lo pueden hacer, se necesita tomar medidas aún más drásticas para poder sobresalir. Para poder ser un corredor competitivo, se necesita un rigor extremo físico que demanda una dieta muy estricta, una alta demanda física, y aun lo más importante, una fuerza de concentración muy grande, especialmente el corredor de distancia.

Pensemos por un momento, en lo que consiste correr una larga distancia como una maratón. La distancia oficial de un maratón son 42,195 kilómetros o 26,219 millas. El récord mundial masculino le pertenece a Dennis Kimetto de Kenya, el cual fue establecido en la maratón de Berlín del 2014, cuyo tiempo de carrera fue 2:02:57. Para poder cumplir ese tiempo, tuvo que mantener una velocidad promedio de 20,58 kilómetros por hora o 12,79 millas por hora. Pudo sostener un promedio de correr un kilómetro en menos de tres minutos o una milla en menos de cinco minutos. No solamente tuvo un guante físico fenomenal para la distancia, sino que pudo sostener una velocidad realmente increíble para un ser humano. ¿Se imaginan la increíble determinación y entrenamiento que este hombre tiene que haber tenido para poder lograr tal proeza?   

Ahora, volviendo a algo de más importancia, especialmente considerando que se relaciona a la inmortalidad, y no lo terrestre y material, (que hoy esta y mañana ya no existe), el escritor de Hebreos enseño esto: Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar. Porque aún no habéis resistido hasta la sangre, combatiendo contra el pecado. Hebreos 12:1-4. Para poder correr como es debido, es necesario despojarse de cualquier peso que este demás. El corredor es extremadamente liviano en su persona y con lo que tiene puesto. También debiéramos luchar por lo mismo espiritualmente.

Pero cada carrera tiene una meta, un foco, algo que nos motiva a correr. La Biblia nos enseña esto: Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy. Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve. El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, más se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará. 1 Corintios 13:1-8. Nuestra carrera debe consistir por el amor, y nada más. Se debiera tratar de corresponderle al amor que Dios tuvo por nosotros. Eso debiera ser nuestra razón por correr. Porque también está escrito: El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor. En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados. 1 Juan 4:8-10.

¿En qué consiste el amor para con Dios? Amarás, pues, a Jehová tu Dios, y guardarás sus ordenanzas, sus estatutos, sus decretos y sus mandamientos, todos los días. Deuteronomio 11:1. Si realmente amamos a Dios, buscaremos obedecerle, corriendo nuestra carrera en Él con paciencia, sabiendo que algún día le veremos cara a cara. Un día llegaremos a la meta, si legítimamente corremos hacia la meta. Ahora, ¿Corres la carrera, por amor a lo que Él hizo por ti? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Dandole al Señor

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Dándole al Señor

Basado en Marcos 12:38-44 (Versión Reina Valera 1960)

Y les decía en su doctrina: Guardaos de los escribas, que gustan de andar con largas ropas, y aman las salutaciones en las plazas, y las primeras sillas en las sinagogas, y los primeros asientos en las cenas; que devoran las casas de las viudas, y por pretexto hacen largas oraciones. Estos recibirán mayor condenación. Estando Jesús sentado delante del arca de la ofrenda, miraba cómo el pueblo echaba dinero en el arca; y muchos ricos echaban mucho. Y vino una viuda pobre, y echó dos blancas, o sea un cuadrante. Entonces llamando a sus discípulos, les dijo: De cierto os digo que esta viuda pobre echó más que todos los que han echado en el arca; porque todos han echado de lo que les sobra; pero ésta, de su pobreza echó todo lo que tenía, todo su sustento.

Francisco de Asís dijo una vez: Comienza por hacer lo necesario; después haz lo posible; y de repente estás haciendo lo imposible. A veces las personas no se meten a hacer ciertas cosas, o porque creen que son difíciles, o porque les da temor, o porque creen que es imposible hacer algún tipo de diferencia. El hacer lo correcto nunca es fácil. Posiblemente, y humanamente hablando, hacer lo que está bien puede ser lo más difícil de hacer en cualquier momento dado. Para poder entender un poco más, hay que ahondar en algo muy crítico: el poder entender que existe tal cosa como la verdad absoluta.

Unos de los graves problemas que existen hoy en día es el relativismo, y claro, se hace aún más grande el problema al tratar de usar este modo de pensar con el querer remover a Dios de las cosas. Un problema muy serio hoy en día es el poder definir el bien y el mal. A través del relativismo, el poder distinguir entre lo bueno y lo malo se pone bajo un foco muy subjetivo; o sea, la pregunta se vuelve muy rápido en: ¿Te parece a ti si algo es bueno o malo? Del momento que se lleva al nivel de opinión personal, y se saca a Dios de la ecuación, ya se vuelve en algo muy subjetivo, y por supuesto, relativo a lo que el individuo quiere o desea pensar; para hacer lo que le plazca. En otras palabras, el relativismo trata de sacar a Dios del trono universal (como si fuere posible), y sienta a cada ser humano en su propio trono, dándole un aparente poder sobre la realidad universal usando algo tan limitado y falible como la opinión personal. Esto es muy problemático.

Llevémoslo a una idea muy común hoy en día, en que muchos opinan que todas las religiones llevan al mismo dios. Básicamente, muchos piensan que el Dios judeo-cristiano es el mismo dios de los musulmanes, y es el mismo dios también de otras religiones. ¿Cómo pudo el mismo dios haber dicho desde los cielos que Jesús era Su Hijo Unigénito cuando fue bautizado por Juan, para decirle después de siglos a los musulmanes que Cristo es solo un profeta y que Muhammad es un profeta superior, y que nosotros los cristianos somos el diablo? En lo más mínimo, es un poco confuso, ¿no?

Y aquí es donde entra nuestra lectura de hoy. Hay tal cosa como la verdad absoluta, y lo define una persona (Dios, a través de Su Palabra). Si no se puede creer en una verdad absoluta, entonces la moralidad esta demás. Y claro, ¿para qué preocuparse de la hipocresía, o de tratar de hacer el bien, y hasta sacrificarse por aquello? ¡Bendito sea Dios que Él sí existe, y que nos ha dado el conocimiento no solo del bien y del mal, pero también de como poder lograr la vida eterna, a pesar de nuestra maldad! Es bueno que exista tal cosa como el conocimiento del bien y del mal. ¿Por qué tiene valor? Vamos a llevarlo a un nivel personal. ¿Qué pasaría si una persona te matara a un ser muy querido porque le dio la gana, y no hay nada que lo detenga, ni lo castigue por lo que ha hecho? ¿Cómo lo sentirías? Y que no solo no lo detengan o castiguen, sino aún más, ¿que lo aplaudan y que lo recompensen por haberte hecho ese mal? Llevémoslo a algo que muchas personas dirán que no es “tan malo”, como la mentira. ¿Te gusta que te mientan y que te engañen? ¿Vas entendiendo el valor del bien y del mal, y que no puede ser subjetivo o relativo?

Ahora, más allá del bien y del mal, Dios hizo algo aún más grande que la justicia. Él dió a Su Hijo Unigénito, a un ser Santo, sin pecado, que nunca hizo el mal, para que personas como tú y yo (que si hemos pecado y hemos hecho el mal en varios momentos de nuestra vida) podamos tener la esperanza de la vida eterna, y el conocimiento para hacer cosas que si le placen a Dios porque también le producen el bien y la bendición a los demás. Como está escrito: Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Juan 3:16. Y esto fue lo que sufrió Su Hijo por nosotros: Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos. Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; más Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros. Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca. Por cárcel y por juicio fue quitado; y su generación, ¿quién la contará? Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue herido. Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca. Isaías 53:3-9. ¿Fue justo? Para nada. No es justo que un ser verdaderamente bueno fuese sacrificado por aquellos que no hacemos el bien. No obstante, aquí es donde se ve el valor del Dios nuestro: un Dios de amor, de misericordia, de enseñanza y de instrucción para el bien universal (no para un bien subjetivo).  

Finalmente, Dios nos ofrece la salvación para que nosotros seamos parte del plan para ayudar a los demás. Él desea que el bien sea algo permanentemente fluyente. Porque también está escrito: Jesús le respondió: El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es. Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos. Marcos 12:29-31.

¿Quieres hacer lo imposible? Haz lo necesario, entregándole tu vida por completo a un Dios que realmente te ama; haz lo posible, y dedícale tu vida a Él porque es lo justo (Él te lo ha dado todo, aunque no lo entiendas todavía completamente); y veras que muy pronto, te encontraras haciendo cosas que nunca jamás imaginaste—lo imposible. ¡Qué el Señor les bendiga! John

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El Señor es Nuestra Ayuda

Basado en Salmo 121 (Versión Reina Valera 1960)

Alzaré mis ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene de Jehová, que hizo los cielos y la tierra. No dará tu pie al resbaladero, ni se dormirá el que te guarda. He aquí, no se adormecerá ni dormirá el que guarda a Israel. Jehová es tu guardador; Jehová es tu sombra a tu mano derecha. El sol no te fatigará de día, ni la luna de noche. Jehová te guardará de todo mal; Él guardará tu alma. Jehová guardará tu salida y tu entrada desde ahora y para siempre.

Creo que todos podemos estar de acuerdo de que vivimos en un mundo imperfecto, y a veces, desagradable. En lo general, pasan muchas injusticias y dolores. Como ejemplo, hay personas que mueren de hambre cada día, incluyendo niños inocentes. Las estadísticas son así de acuerdo a world hunger statistics (statisticbrain.com): Cada año mueren 7.665.000 personas por hambre. De esa cifra, 1.250.000 son niños. Personas que no tienen suficiente para comer diariamente se estima en 945.000.000, incluyendo el 11% de hogares en EU están en riesgo de hambre. Hay hambre básicamente en todas partes del mundo.

Hay personas que mueren a cada momento por distintas razones. En el 2014 en EU solamente, de acuerdo al Center for Disease Control and Prevention, las estadísticas son así: el número de muertes fueron 2.626.418. 614.348 de esas muertes fueron por problemas al corazón. 591.699 murieron por cáncer. 147.101 murieron por enfermedades crocinas de respiración. 136,053 murieron por algún tipo de accidente y el resto fueron por derrame cerebral, por Alzheimer’s, por diabetes, por influenza o neumonía, por nefritis, síndrome nefrótico, o nefrosis. Increíblemente, 42.773 de esas muertes fueron por suicidio; o sea, casi 5 personas se suicidaron por hora. ¡42.773 personas en el país más rico del mundo tomaron su vida porque sentían que su única solución era la muerte!

Y en todo esto, incluimos los miles de personas en el mundo entero que han perdido la vida por la guerra (como en Siria; vimos esta semana que muchos fueron brutalmente asesinados por un loco hambriento de poder). Los desastres naturales también han cobrado muchas vidas como en el Perú y en Colombia. La desesperación crece increíblemente en distintos países como en Venezuela por personas con una mentalidad corrupta, o como en centro America por la delincuencia, la violencia, y el crimen. Y a todo esto, le podemos añadir ataques terroristas como en Rusia y en Suecia que ocurrieron hace unos días solamente; y en Egipto muy recientemente, donde fueron atacados dos iglesias cristianas cópticas, donde llevan hasta ahora 43 muertos.

Estamos rodeados de alguna manera u otra, por la muerte, por el desastre, por el hambre, por la enfermedad, etc. Esta es nuestra realidad, aunque muchos traten de evitarla, pensando que, si lo ignoran, que no les alcanzará. Y como podemos comprender; ni el dinero, ni el poder, ni un lugar estable, ni la juventud, ni ninguna otra cosa puede asegurarnos que nada nos sucederá. ¡Necesitamos ayuda! O por lo menos, la persona con algún tipo de intelecto capta que se necesita ayuda (porque somos demasiado vulnerables y limitados).

Las buenas noticias es que Dios nos ofrece ayuda, especialmente en nuestros momentos de necesidad. Ahora, ¿puede Dios ayudarnos con nuestros problemas cotidianos? ¡Si puede! La Palabra de Dios habla de que Él escucha la oración de aquellos que le aman y le buscan. El Señor puede hacer grandes cosas en nuestras vidas y alrededor de nosotros. Pero, ¿el Señor contesta a todos sus oraciones como ellos quieren?  Y la respuesta es: No. Dios no es un mago, un genio, o menos que nada, nuestro siervo. Aquí es donde muchos se equivocan, especialmente cuando buscan al Señor por interés, o solo por “los panes y los peces”. Y claro, aquí es donde muchos también pierden el interés por Dios, porque no les cumple sus caprichos, o porque no reciben lo que piden.

La ayuda que el Señor ofrece, va mucho más allá de lo material, lo físico, y lo cotidiano. Lo que el Señor desea afectar con Su ayuda no envuelve solamente la necesidad del momento, sino también, la necesidad a largo plazo, y lo eterno. Y para poder entender esto, se necesita desechar una mentalidad superficial y egoísta. Se requiere ir mucho más profundo, donde el valor es más grande. Ahora, ¿digo esto para poder ponerle un tipo de aire como de seguridad a la fe, para poder responderle a aquellos que dudan de la existencia de Dios, de Su poder, y Su omnipotencia? ¡Claro que no! Para Dios, es relativamente fácil hacer lo que sea. Dios si puede derrotar a ejércitos enteros ahora, como lo hizo en tiempos Bíblicos. Si lo dudan, lean la historia reciente de la guerra de Seis Días en el mes de junio de 1967. Muchos entendidos dan la victoria como “milagrosa”. Dios puede levantar a los muertos, sanar del cáncer y otras enfermedades (a mí me sano y por eso estoy vivo hoy), proveer trabajo y suplir necesidades, quitar el hambre, y un sinfín de otras cosas. ¡No hay nada imposible para Él!   

Pero, ¿qué se saca con resolver solo los problemas cotidianos? Lázaro sí fue levantado de los muertos por el Señor, pero volvió a morir. Igual como si Dios sanara todas las enfermedades, esas mismas personas que fueron sanadas van a morir algún día por vejez. Igual que el dinero será consumido algún día. Y por supuesto, aunque hay muchas cosas que son bendiciones aquí y ahora, van a terminar o acabarse en algún momento, si le pertenecen al mundo material. Entonces, ¿Qué ayuda realmente vale la pena?

El socorro principal es el del alma. Dios es el único que puede regenerar el alma y la vida de una persona; cosas que nunca podrán ser cambiadas por este mundo ni por nada que hay en él. Y esto es de lo que más se preocupa Dios. Y por virtud de tener el poder de regenerar lo interno de una persona a través de Jesucristo, si pueden suceder muchos milagros y cosas increíbles. Por ejemplo, si esas 42.773 personas que tomaron sus vidas hubieran entendido y aceptado a Cristo como el Señor de sus vidas, ellos estarían vivos hoy. El adicto puede dejar su vicio, sea por alcohol o por drogas. Las familias pueden ser sanadas. Si tuviéramos todos el amor de Cristo, alimentaríamos al hambriento, apoyaríamos a la viuda y al huérfano. Existiría más paz alrededor nuestro. Nuestras oraciones si tendrían más poder, porque estaríamos unidos en un mismo sentir ante el Todopoderoso. La influencia de Cristo en este mundo sería increíble, si todos le buscaremos como debiéramos, obedeciéndole en Su Palabra. ¡El Señor puede ser nuestro socorro! Y si morimos, ¡Que importa! Dios es nuestro seguro socorro en la eternidad, donde recibiremos el fruto de nuestra esperanza: la vida eterna.

Entonces, ¿estás buscando la ayuda que solo puede venir de Dios a través de Cristo? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Manteniendo la Fe Hasta el Final

Basado en Génesis 25:29-34 (Versión Reina Valera 1960)

Y guisó Jacob un potaje; y volviendo Esaú del campo, cansado, dijo a Jacob: Te ruego que me des a comer de ese guiso rojo, pues estoy muy cansado. Por tanto fue llamado su nombre Edom. Y Jacob respondió: Véndeme en este día tu primogenitura. Entonces dijo Esaú: He aquí yo me voy a morir; ¿para qué, pues, me servirá la primogenitura? Y dijo Jacob: Júramelo en este día. Y él le juró, y vendió a Jacob su primogenitura. Entonces Jacob dio a Esaú pan y del guisado de las lentejas; y él comió y bebió, y se levantó y se fue. Así menospreció Esaú la primogenitura.

La Biblia nos enseña: Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá. Romanos 1:17. ¿Por qué es tan importante la fe? Bueno, dentro de lo natural, es bien importante. Porque, en fin, la sencilla definición de la fe es: creer en lo que no se ve. Las personas se den cuenta o no, todo en el mundo y cada persona en el mundo corre a través de la fe. Desde que salimos del vientre, practicamos la fe, aunque por instinto. El primer impulso de una criatura recién nacida es el comer. Y claro, la criatura no pregunta ni entiende lo que se le pone en la boca. Lo único que sabe es que tiene hambre, y lo que le pongan en la boca se lo tomara; sin ninguna duda. Mientras uno va creciendo, alguien le enseña a una criatura a caminar. Y ¿Cómo lo hace? Confiando en que la persona que lo tiene sujeto de alguna manera no lo va a soltar, y comienza a dar sus primeros pasos, confiando instintivamente que sus piernas le van a trabajar, no entendiendo cómo sucede. No sabe nada de músculos, ni de balance, ni de gravedad. Pero, no obstante, se impulsa a caminar con la ayuda de alguien en quien tiene algún tipo de confianza. De cualquier manera, es fe. Como niños, la mayoría de las cosas la aceptamos por fe. Aceptamos lo que se nos enseña como verdad, sin tener ningún tipo de idea si es correcto o no. Un ser humano no nace sabiendo. Todo es aprendido, especialmente lo intelectual. Cuando somos adultos, nuestra fe se practica de distintas maneras. Se practica cuando comemos (muy parecido cuando éramos niños – algunas cosas no cambian). Practicamos la fe cuando le creemos a un empleador que nos va a pagar en algún momento, y confiamos que ese pago va a llegar a su debido tiempo. Practicamos la fe cuando nos subimos a un auto o algún tipo de locomoción todos los días, confiando que llegaremos a nuestro destino. Nos subimos a un avión confiados que llegaremos al lugar que deseamos llegar, volando a kilómetros o millas de altura sobre la superficie terrestre.

¿Qué tienen que ver estos ejemplos mencionados con la fe? ¡Todo! Con referencia a la comida, ¿estuviste presente cuando se cultivaron las frutas; o las verduras, o cuando se crio y alimento el ganado; ¿o cuando se hizo el pan, o se cocinó todo esto? ¿Cómo sabes tu si todo está sano o limpio? Pero, sin saber nada de eso, te lo comiste, y ni siquiera dudaste ni por un instante. ¿Viste si la cuenta bancaria de la compañía a la que le trabajas tiene fondos para pagarte? O, ¿Cómo puedes estar tan seguro o segura que te van a pagar? Lo mismo con los vehículos o los aviones. ¿Sabes como funcionan? ¿Cómo sabes que no van a fallar? ¿Qué te lo asegura? No obstante, todo esto, y muchas cosas más las haces sin ninguna duda, sin saber ni como se hace, y sin ninguna seguridad concreta. Todo esto, y muchas cosas más se hacen con fe (y en algunos casos, con una fe increíble o muy necia, considerando la maldad que existe, y la negligencia que se ve a diario).

Pero ahora, vamos a tratar de empatar el pasaje que leímos hoy con todo esto. Usamos la fe a diario, y con cosas que hoy están y mañana no estarán. Esaú vendió su primogenitura (la cual no solamente significaba el suceder al padre como jefe de familia, sino aún más importante, recibir una bendición especial o privilegio espiritual que se traspasaba de padre a hijo), por un plato de comida. Esaú se fijó más bien en solucionar su problema momentáneo que en la importancia de lo que estaba entregando; como hombre, y como un ser con alma. Básicamente, Esaú vendió la bendición de su alma por suplir una necesidad física y momentánea. No empleo la fe ni para el bien familiar, ni para el bien económico (porque al suceder a su padre, todas las pertenencias económicas vendrían a ser suyas), ni menos, para el bien espiritual de sí mismo y de sus generaciones. ¡Lo boto todo por comida! Suena tonto, ¿no?

Bueno, el grave problema es que muchas personas venden su bienestar espiritual y familiar por cosas que no valen la pena; solo por solucionar o conseguir algo en el momento; o sacrifican lo santo por cosas que solo duran un poco de tiempo, por algo muy temporal. Las personas prefieren aplicar su fe a cosas materiales, o momentáneas, o vacías, que aplicar su fe para salvar y beneficiar su propia alma. Esto sucede todos los días. Y esta es la tentación que enfrentamos todos los días, especialmente como discípulos de Cristo (aquellos que han decido seguir a Cristo). Porque hay diversas tentaciones, pero la tentación principal es el abandonar las cosas de Dios por el pecado y el mundo. Hay muchos que sacrifican su caminar con Cristo por cederle a su propia concupiscencia. Se rinden y echan pie atrás por algún tipo de necesidad que los supera, o más bien, se dejan superar por aquello. Por ejemplo, esto sucede cuando un creyente no encuentra pareja, y prefiere no solo buscar en el mundo, sino también, comienza a adoptar las practicas del mundo con el fin de conquistar a alguien (no importa como sea). Al tratar de llenar su soledad, se apartan de Dios. Fornican si tienen que hacerlo. Se van enredando en el mundo de la otra persona. Hacen yugo desigual. Y siguen descendiendo hasta conseguir lo que desean. Pero esto no es lo que Dios enseña. Porque escrito esta: Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman. Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie; sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte. Santiago 1:12-15. Y existen un sin fin de muchos otros ejemplos de cómo se vende la primogenitura o la bendición de Dios por cosas que no valen la pena; por cosas temporales y pasajeras (como: por dinero, por relaciones nefastas, por vicios, por orgullo, por seguir a la sociedad, por cosas abominables a Dios, etc.). De cualquier manera, la práctica del pecado destruye a la persona, dejando daños en esta vida, pero aún más importante, afectando la eternidad. Nada en este mundo debiera valerte más que tu alma. En fin, esto dice el Señor: El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo. Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda. Apocalipsis 21:7-8. Dios te ama, y mucho, pero tienes que comenzar a amarte y a valorarte a ti mismo también. ¿Adquirirás y mantendrás tu fe en Cristo, hasta el final, te cueste lo que te cueste? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Siguiendo la Multitud

Basado en Apocalipsis 18:1-20 (Versión Reina Valera 1960)

Después de esto vi a otro ángel descender del cielo con gran poder; y la tierra fue alumbrada con su gloria. Y clamó con voz potente, diciendo: Ha caído, ha caído la gran Babilonia, y se ha hecho habitación de demonios y guarida de todo espíritu inmundo, y albergue de toda ave inmunda y aborrecible. Porque todas las naciones han bebido del vino del furor de su fornicación; y los reyes de la tierra han fornicado con ella, y los mercaderes de la tierra se han enriquecido de la potencia de sus deleites. Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas; porque sus pecados han llegado hasta el cielo, y Dios se ha acordado de sus maldades. Dadle a ella como ella os ha dado, y pagadle doble según sus obras; en el cáliz en que ella preparó bebida, preparadle a ella el doble. Cuanto ella se ha glorificado y ha vivido en deleites, tanto dadle de tormento y llanto; porque dice en su corazón: Yo estoy sentada como reina, y no soy viuda, y no veré llanto; por lo cual en un solo día vendrán sus plagas; muerte, llanto y hambre, y será quemada con fuego; porque poderoso es Dios el Señor, que la juzga. Y los reyes de la tierra que han fornicado con ella, y con ella han vivido en deleites, llorarán y harán lamentación sobre ella, cuando vean el humo de su incendio, parándose lejos por el temor de su tormento, diciendo: ¡Ay, ay, de la gran ciudad de Babilonia, la ciudad fuerte; porque en una hora vino tu juicio! Y los mercaderes de la tierra lloran y hacen lamentación sobre ella, porque ninguno compra más sus mercaderías; mercadería de oro, de plata, de piedras preciosas, de perlas, de lino fino, de púrpura, de seda, de escarlata, de toda madera olorosa, de todo objeto de marfil, de todo objeto de madera preciosa, de cobre, de hierro y de mármol; y canela, especias aromáticas, incienso, mirra, olíbano, vino, aceite, flor de harina, trigo, bestias, ovejas, caballos y carros, y esclavos, almas de hombres. Los frutos codiciados por tu alma se apartaron de ti, y todas las cosas exquisitas y espléndidas te han faltado, y nunca más las hallarás. Los mercaderes de estas cosas, que se han enriquecido a costa de ella, se pararán lejos por el temor de su tormento, llorando y lamentando, y diciendo: ¡Ay, ay, de la gran ciudad, que estaba vestida de lino fino, de púrpura y de escarlata, y estaba adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas! Porque en una hora han sido consumidas tantas riquezas. Y todo piloto, y todos los que viajan en naves, y marineros, y todos los que trabajan en el mar, se pararon lejos; y viendo el humo de su incendio, dieron voces, diciendo: ¿Qué ciudad era semejante a esta gran ciudad? Y echaron polvo sobre sus cabezas, y dieron voces, llorando y lamentando, diciendo: ¡Ay, ay de la gran ciudad, en la cual todos los que tenían naves en el mar se habían enriquecido de sus riquezas; pues en una hora ha sido desolada! Alégrate sobre ella, cielo, y vosotros, santos, apóstoles y profetas; porque Dios os ha hecho justicia en ella.  

Se acuerdan de este dicho muy famoso que la mayoría de los padres usaban con sus hijos: Si todos los demás saltaran del puente, ¿También lo harías tú? Aunque muchos de nosotros nos reíamos, o nos daba rabia cuando se nos decía, especialmente cuando queríamos hacer algo, creo que es algo que debe reinstalarse en el repertorio de nuevo. El asunto hoy no es de tratar de ser mejor o diferentes a los demás, sino más bien, tratar de imitar o de caber con todo el mundo. Voy a sonar como un viejo, pero antiguamente, existía una mentalidad de superación que ya no existe. Antes existía un querer ser mejor, especialmente como familia. Existían los modales, las buenas costumbres, la moral, etc. ¿Qué ha pasado con nuestra sociedad? Ahora existe el deseo de imitar y de caber con los demás más que nunca; y desgraciadamente, no para lo bueno. Aunque si es verdad que existían muchas hipocresías y cosas encubiertas, pero, el modo de tratar de a lo menos lucir decente existía. Y si existía ese tipo de mentalidad, había un límite social para la inmoralidad. Muchas cosas no se aceptaban porque eran vistas como malas. El asunto de lo que es malo se ha vuelto en una opinión o en una perspectiva. Y claro, después de usar el relativismo, lo malo se ha vuelto en algo aceptable. Algo que era visto como malo o inaceptable antes ya no es visto como tal; sino más bien, se ve como una opción o como un estilo de vida alternativo. Y todo se justifica con: si no le hace mal a nadie, entonces, ¡adelante!

La herramienta que se ha usado para promover este fenómeno, por decir, han sido los medios. No voy a decir que los inventos de la radio, o la televisión, o el internet son malos en sí, porque no lo son. Son herramientas. Una herramienta es solo un objeto, sin raciocinio, y sin decisión propia. El problema es como se han utilizado las herramientas. Y bueno, todo el mundo atentamente trata de imitar lo malo que se transmite a través de estas herramientas. A través de los medios se ha propagado la maldad a todas partes del mundo. Como ejemplo: Alguien pone alguna porquería en youtube aquí en EU, y en pocos momentos o en días, aparece otro haciendo lo mismo en China. Unos dirán, entonces, ¡abajo con el youtube! Pero esa no es la solución, porque la imitación ocurriría casi inmediatamente al ser expuesta personalmente. Lo único lo que sucedería es que se demoraría un poco más.

El asunto es ¿Por qué no se enseña ahora a ser distinto? Cosas como: ¡No importa que los padres de Pedro le dejen hacer lo que sea, tu no vas a hacer lo mismo! O, porque salieron miles de personas del “closet” no quiere decir que es aceptable, o aún menos, visto como algo bueno delante de los ojos de Dios. Ni la fornicación (el tener relaciones sexuales con alguien antes o afuera del matrimonio), ni el adulterio es aceptable tampoco. Lo que está mal, está mal, como lo enseña la Biblia (no la opinión o la exageración humana; porque también hay cosas que algunos religiosos dicen que son malas, y no las son). El punto es que hay que tener cuidado con seguir la multitud de hoy en día, no importa lo refulgente, o poderoso, o intocable que luzca (como leemos de Babilonia). Viene un inevitable juicio sobre cada nación y aún más importante, sobre cada persona que haga abominaciones en contra de sí mismo, y en contra del Dios Santo del universo. Solo porque tus ojos no lo han visto hasta ahora (o no te habrás dado cuenta todavía), no quiere decir que no vendrá. Por lo tanto, Dios dice así: Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan. Mateo 7:13-14. Dios, a través de Jesucristo es el único quien tiene lo eterno, porque también dice: Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. Juan 14:6. También enseña esto la sabiduría divina: Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará. Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma? Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras. Mateo 16:25-27. El mundo solo te llevara a tu destrucción. Dios te ama y desea el bien para ti, que te arrepientas y evites lo que viene, mientras aún hay tiempo. Entonces, ¿sigues a la multitud, o sigues a Dios? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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La Importancia de la Fidelidad

Basado en Rut 4 (Versión Reina Valera 1960)

Booz subió a la puerta y se sentó allí; y he aquí pasaba aquel pariente de quien Booz había hablado, y le dijo: Eh, fulano, ven acá y siéntate. Y él vino y se sentó. Entonces él tomó a diez varones de los ancianos de la ciudad, y dijo: Sentaos aquí. Y ellos se sentaron. Luego dijo al pariente: Noemí, que ha vuelto del campo de Moab, vende una parte de las tierras que tuvo nuestro hermano Elimelec. Y yo decidí hacértelo saber, y decirte que la compres en presencia de los que están aquí sentados, y de los ancianos de mi pueblo. Si tú quieres redimir, redime; y si no quieres redimir, decláramelo para que yo lo sepa; porque no hay otro que redima sino tú, y yo después de ti. Y él respondió: Yo redimiré. Entonces replicó Booz: El mismo día que compres las tierras de mano de Noemí, debes tomar también a Rut la moabita, mujer del difunto, para que restaures el nombre del muerto sobre su posesión. Y respondió el pariente: No puedo redimir para mí, no sea que dañe mi heredad. Redime tú, usando de mi derecho, porque yo no podré redimir. Había ya desde hacía tiempo esta costumbre en Israel tocante a la redención y al contrato, que para la confirmación de cualquier negocio, el uno se quitaba el zapato y lo daba a su compañero; y esto servía de testimonio en Israel. Entonces el pariente dijo a Booz: Tómalo tú. Y se quitó el zapato. Y Booz dijo a los ancianos y a todo el pueblo: Vosotros sois testigos hoy, de que he adquirido de mano de Noemí todo lo que fue de Elimelec, y todo lo que fue de Quelión y de Mahlón. Y que también tomo por mi mujer a Rut la moabita, mujer de Mahlón, para restaurar el nombre del difunto sobre su heredad, para que el nombre del muerto no se borre de entre sus hermanos y de la puerta de su lugar. Vosotros sois testigos hoy. Y dijeron todos los del pueblo que estaban a la puerta con los ancianos: Testigos somos. Jehová haga a la mujer que entra en tu casa como a Raquel y a Lea, las cuales edificaron la casa de Israel; y tú seas ilustre en Efrata, y seas de renombre en Belén. Y sea tu casa como la casa de Fares, el que Tamar dio a luz a Judá, por la descendencia que de esa joven te dé Jehová. Booz, pues, tomó a Rut, y ella fue su mujer; y se llegó a ella, y Jehová le dio que concibiese y diese a luz un hijo. Y las mujeres decían a Noemí: Loado sea Jehová, que hizo que no te faltase hoy pariente, cuyo nombre será celebrado en Israel; el cual será restaurador de tu alma, y sustentará tu vejez; pues tu nuera, que te ama, lo ha dado a luz; y ella es de más valor para ti que siete hijos. Y tomando Noemí el hijo, lo puso en su regazo, y fue su aya. Y le dieron nombre las vecinas, diciendo: Le ha nacido un hijo a Noemí; y lo llamaron Obed. Este es padre de Isaí, padre de David. Estas son las generaciones de Fares: Fares engendró a Hezrón, Hezrón engendró a Ram, y Ram engendró a Aminadab, Aminadab engendró a Naasón, y Naasón engendró a Salmón, Salmón engendró a Booz, y Booz engendró a Obed, Obed engendró a Isaí, e Isaí engendró a David.

A.W. Tozer dijo una vez: Rehúsa ser mediocre; deja que tu corazón vuele tan alto como desee. Una de las cosas más difíciles de encontrar en este mundo es la fidelidad. Lo normal (o lo mediocre) es ser infiel. Entre la mediocridad, se encuentra las relaciones íntimas. Si el matrimonio no era respetado antes, ahora menos que nunca. Cada persona pone condiciones y limites, con acuerdos muy materiales y superficiales dentro del matrimonio. A la hora que la otra persona no cumple como está supuesto cumplir, de acuerdo a algún tipo de criterio personal (no lo que enseña Dios; el creador del matrimonio), o no llena los requisitos debidos, viene el divorcio o el engaño dentro del mismo matrimonio. Muy pocos soportan los momentos difíciles, o también, seden donde no debiera haber ningún tipo de negociación. En cambio, permanecen fieles a la maldad, o a una relación nefasta, haciendo cosas que van en contra de la voluntad de Dios. Se cumple lo escrito: Llamaran a lo bueno malo, y a lo malo bueno.  

En la misma manera, o aun de peor modo, se trata a Dios también. Muchos llamados creyentes tratan a Dios como un sirviente. Y, pobre de Dios (por decir) que no cumpla con las peticiones superficiales que se le piden. Piensan que, con dedicarle una oración egoísta, enfocada muchas veces en vanidades, que Dios les “tiene” que cumplir. No se busca la voluntad de Él, sino más bien, que se haga “mi voluntad”. Se le exige a Dios, sin ningún tipo de respeto, o temor (ni siquiera pensemos que existe algún tipo de amor hacia Él). Sencillamente no se tiene en cuenta que Dios es Dios. Muchos siguen viendo a un Cristo crucificado en la cruz; listo para recibir azotes, insultos, y humillaciones. No existe ni el respeto a Dios; pero aún más, hay demasiada poca fidelidad hacia Él.

¿Qué tiene que ver esto con el pasaje de hoy? Rut es un ejemplo Bíblico de la fidelidad. Siendo una mujer de origen pagano, supo lo que era ser fiel. Si leen el libro (lo cual se lo aconsejo), verán que Rut pudiera haber dejado sola a Noemí, una pobre mujer viuda que también había perdido a sus hijos (uno de ellos siendo el esposo de Rut). Ya no había ninguna relación humana entre las dos. Pero Rut no lo hizo. Aún más, a pesar de que era una mujer pagana, acepta al Dios de Noemí por el cariño y la fidelidad que le tenía, y acompaña a su suegra de vuelta a su tierra. Ella encontró a Dios a través de la fidelidad, al serle fiel a una persona que verdaderamente necesitaba de esa fidelidad. Y la fidelidad a lo bueno tiene grandes recompensas, porque lo vemos en Rut. A pesar de venir de algo detestable a Dios, por su fidelidad, no solo encuentra la gracia de Dios de volver a rehacer su vida, sino también que llega a ser parte de algo supremamente importante y Santo a Dios. Su hijo Obed llegaría a ser el abuelo del Rey David. Rut llega a tener parte de la genealogía más importante de la historia, la genealogía del Hijo de Dios; porque el Mesías seria llamado “Hijo de David”.   

Dios busca la fidelidad en nosotros, en Su pueblo. Dios desea que seamos parte de algo verdaderamente especial. Pero si no somos fieles a Él, ¿llegaremos entonces a formar parte de los planes de Dios? El mal obrero enseña el abuso a la gracia de Dios; que no importa lo que hagas; porque Dios permanece fiel. Pero la Biblia enseña esto: Tú, pues, hijo de hombre, di a la casa de Israel: Vosotros habéis hablado así, diciendo: Nuestras rebeliones y nuestros pecados están sobre nosotros, y a causa de ellos somos consumidos; ¿cómo, pues, viviremos? Diles: Vivo yo, dice Jehová el Señor, que no quiero la muerte del impío, sino que se vuelva el impío de su camino, y que viva. Volveos, volveos de vuestros malos caminos; ¿por qué moriréis, oh casa de Israel? Ezequiel 33:10-11. También está escrito: Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. 1 Juan 1:8-9. La fidelidad de Dios se ve al perdonar el pecado cuando nos arrepentimos con todo nuestro corazón; no cuando persistimos en nuestra maldad. Si no has sido fiel, ¡Cambia! Así que, ¿le estas siendo fiel a Dios? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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