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Como se hereda la vida eterna - Lucas 18:18-30

Basado en Lucas 18:18-30 (Versión Reina Valera 1960)

Un hombre principal le preguntó, diciendo: Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna? Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino solo Dios. Los mandamientos sabes: No adulterarás; no matarás; no hurtarás; no dirás falso testimonio; honra a tu padre y a tu madre. Él dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud. Jesús, oyendo esto, le dijo: Aún te falta una cosa: vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme. Entonces él, oyendo esto, se puso muy triste, porque era muy rico. Al ver Jesús que se había entristecido mucho, dijo: ¡Cuán difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas! Porque es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios. Y los que oyeron esto dijeron: ¿Quién, pues, podrá ser salvo? Él les dijo: Lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios. Entonces Pedro dijo: He aquí, nosotros hemos dejado nuestras posesiones y te hemos seguido. Y él les dijo: De cierto os digo, que no hay nadie que haya dejado casa, o padres, o hermanos, o mujer, o hijos, por el reino de Dios, que no haya de recibir mucho más en este tiempo, y en el siglo venidero la vida eterna.

Una vez escuche a Billy Graham decir en uno de sus mensajes: Cristo no sufrió y murió para ofrecer una gracia barata. Jesús no fue gustosamente a la cruz para que pudiéramos vivir una vida fácil o para ofrecer una fe construida sobre una creencia fácil. Como alguien dijo: La salvación es gratuita, pero no es barata. Le costo a Jesús Su vida. Hay muchas cosas que en realidad no se le toman el peso que tienen, lo que realmente significan, y el poder heredar la vida eterna es una de ellas. Demasiadas personas malentienden el camino a la vida eterna. Hay muchas personas que prefieren creer cosas más fáciles, y placenteras, cosas sin ningún tipo de sacrificio o responsabilidad que aceptar la realidad de cómo verdaderamente se llega a obtener la vida eterna. Tristemente, muchos creen que sus opiniones gobiernan la realidad, que en alguna manera el universo y lo establecido por Dios se tiene que someter a algo tan falible e insignificante como la opinión de un ser finito, débil, y pobre. Suena feo, pero ¿Qué somos comparados a la magnificencia del universo y de todo lo que es Dios y Su reino? La vanidad y la insensatez reinan en muchas personas. No obstante, ¿Cómo en realidad se llega a heredar la vida eterna?

Lo que vemos claro en el pasaje que hemos leímos es que el propio Señor hace la aclaración de que muchas cosas tienen que ser parte de la vida de uno para poder heredar la vida eterna. Noten que el comienza a enumerar los mandamientos. El Señor no quita de la explicación el cumplir los mandamientos, por ejemplo. El da más aclaración para poder obtener la vida eterna en su plenitud. Y se necesita ver con lo que El culmina. El Señor le dijo: Aún te falta una cosa: vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme. Noten que el Señor no le dijo que dejara de hacer o ignorar lo anterior. El añadió el amar al prójimo como a uno mismo al decirle que vendiere todos sus bienes y que lo diere a los pobres. Y claro, da el punto mas importante al final, lo que realmente completa el asunto, de que viniera y le siguiera, tal como lo hicieron los otros discípulos. Y vemos que con lo primero que, por decir, choca este hombre principal es que él no quería soltar nada en su vida, ni por su prójimo, ni tampoco por el Señor que le estaba hablando. Era una persona que quería seguir con su vida tal cual, sin ningún tipo de sacrificio, y más encima tener acceso a la vida eterna. ¿Suena familiar? Casi nadie quiere pasar algún tipo de inconveniencia, sino todo lo contrario. Ese es la gracia barata que hablo Billy Graham como citamos al comienzo. Todos quieren ir al cielo y tener las recompensas eternas del Todopoderoso, pero casi nadie quiere ni vivir, ni aun menos morir, para poder obtenerlas. ¿Qué hubiera sido de nosotros si el Señor hubiera pensado de esa manera? Su vida aquí en este mundo fue difícil. El fue pobre, despreciado, perseguido, traicionado, burlado, azotado, escarnecido, y hasta crucificado por nosotros. Nada de Su vida en este mundo fue fácil. Por eso que es anatema (maldición) toda enseñanza y doctrina que no esté de acuerdo con la enseñanza y el estilo de vida del Señor.

El seguir al Señor tiene un precio, hay un costo que pagar. Esa es la realidad. Y es lo justo, porque si El hizo tales cosas por nosotros, ¿Cómo pudiéramos no hacer lo mismo, si fuere necesario? De eso se trata la justicia. La justicia no se trata de que las cosas salgan a nuestro favor. Eso es egoísmo. La justicia se trata de ser justo con Dios, de tratar de devolver Su amor inmerecido, de apreciar y valorar Su gracia que nos mostró, y de darle todo lo que El se merece, y nada menos. No se trata de moralidades o de prácticas religiosas. Lo que se trata es de seguir al Santo Ser que nos creó e hizo, y que, a pesar de nuestros pecados y rebeliones, nos amó, y de tal manera que hasta dió Su vida por nosotros. Quieran creerlo o no, Dios nos creo. Nosotros no somos el producto de algún accidente cósmico. Y Dios nos creo para El, para que aprendamos a amarle y de hacer como El hace. Somos su creación y la creación nunca estará en paz hasta que reconozca y siga a su Creador, hasta que acepte la realidad de que El es Rey de reyes y Señor de señores, y lo trate como tal. Esto es lo que está escrito: Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, este la salvará. Pues ¿qué aprovecha al hombre, si gana todo el mundo, y se destruye o se pierde a sí mismo? Porque el que se avergonzare de mí y de mis palabras, de este se avergonzará el Hijo del Hombre cuando venga en su gloria, y en la del Padre, y de los santos ángeles. Lucas 9:23-26.

Por eso que lo que conviene es tomar una decisión hoy. Es apremiante aceptar al Señor porque uno nunca sabe cuándo puede venir su momento. No hay tiempo ni para dedicarse a los deleites, ni para acumular riquezas, ni aún menos, seguir doctrinas y enseñanzas que alimentan el apetito y los deseos de la carne que los llevaran a la perdición eterna. Como esta escrito: Y dijo: Esto haré: derribaré mis graneros, y los edificaré mayores, y allí guardaré todos mis frutos y mis bienes; y diré a mi alma: Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos años; repósate, come, bebe, regocíjate. Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será? Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios. Lucas 12:18-21. Y también advirtió el Señor: No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad. Mateo 7:21-23. Entonces, esa cosa que muchos piensan que van a tener vida eterna con solo creer en el Señor y no hacen como El manda ni buscan Su verdadera voluntad, no es del Señor, y por lo tanto, no los va a llevar a ningún lado bueno. El que hace la voluntad del Padre es el que va a entrar en el reino de los cielos. Y Su voluntad es amarle con todo lo que uno es, y amar a nuestro prójimo como a uno mismo, tal como lo enseñó y vivió el Señor. Así que, ¿estás amando y siguiendo al Señor, pagando el precio que cuesta seguirle, para poder heredar la vida eterna? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Buscando la dirección de Dios, y siguiéndola - 2 Samuel 2:1-7

Basado en 2 Samuel 2:1-7 (Versión Reina Valera 1960)

Después de esto aconteció que David consultó a Jehová, diciendo: ¿Subiré a alguna de las ciudades de Judá? Y Jehová le respondió: Sube. David volvió a decir: ¿A dónde subiré? Y él le dijo: A Hebrón. David subió allá, y con él sus dos mujeres, Ahinoam jezreelita y Abigail, la que fue mujer de Nabal el de Carmel. Llevó también David consigo a los hombres que con él habían estado, cada uno con su familia; los cuales moraron en las ciudades de Hebrón. Y vinieron los varones de Judá y ungieron allí a David por rey sobre la casa de Judá. Y dieron aviso a David, diciendo: Los de Jabes de Galaad son los que sepultaron a Saúl. Entonces envió David mensajeros a los de Jabes de Galaad, diciéndoles: Benditos seáis vosotros de Jehová, que habéis hecho esta misericordia con vuestro señor, con Saúl, dándole sepultura. Ahora, pues, Jehová haga con vosotros misericordia y verdad; y yo también os haré bien por esto que habéis hecho. Esfuércense, pues, ahora vuestras manos, y sed valientes; pues muerto Saúl vuestro señor, los de la casa de Judá me han ungido por rey sobre ellos.

Uno de los problemas más grandes que hay, es que no se busca la dirección del Señor. La gran mayoría buscan seguir sus propias ideas y buscan hacer su propia voluntad. Muchos solo desean cumplir sus deseos carnales, por desgracia. Muchos del pueblo de Dios han determinado más bien buscar de Dios, para ver como El les pueden servir y solucionar sus problemas (por decir), a poner a trabajar al Altísimo para que cumpla sus voluntades. Y eso va totalmente en contra de todo orden establecido. Esa es la razón por la cual tenemos lo que tenemos hoy en día en el mundo, que ha sido desde el comienzo cuando cayó el hombre, porque el hombre se había apartado de su Creador, y dió lugar a que apareciera el diablo. El diablo vino a llenar el vacío que el hombre había creado entre si con Dios, porque claramente se ve que Dios no estaba en el pensamiento del hombre cuando el hombre fue tentado.

El ejemplo que vemos en el pasaje de hoy es lo que hace David. David consultó al Señor. El no se dejó llevar por sus ideas, ni aún menos, busco cumplir sus deseos. David trato al Señor como Señor. Y cuando el Señor le dió dirección, él fue y lo hizo, y no solamente eso, sino que llevo a todos los que estaban bajo su responsabilidad a hacerlo también. David siguió, y supo guiar a todo lo que tenía hacia esa misma obediencia. David en ese instante muestra el patrón que debemos seguir, si realmente deseamos lo que Dios tiene para nosotros. La única manera de recibir lo que solamente Dios puede dar, es a través de buscar Su voluntad, de hacer como El guía, y también, llevar a aquellos que están bajo nuestra responsabilidad a hacerlo. Esto es lo que es recto ante el Señor.

Esto fue lo que vino a establecer como ejemplo el propio Señor, al venir al mundo. El vino a salvar al mundo, y también, a demostrar cómo se consigue lo eterno. El es nuestro modelo. Por eso que hasta nos enseñó esta manera de orar, como está escrito: Y les dijo: Cuando oréis, decid: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. Lucas 11:2. En este patrón de oración que nos dejó, vemos que debemos entender a Quién es que nos estamos acercando, y este es un increíble problema que existe hoy en el hombre. Es imposible que pueda haber un trato por decir de “tú a tú”, entre Dios y el hombre. Y tan distorsionada esta la mentalidad de muchos que ven a Dios como a igual, o aún peor, como alguien que existe para servirles a ellos. Si Dios hace algo, lo hace porque quiere, pero no porque le debe algo a alguien, ni aún menos, El no es súbdito de nadie, especialmente del hombre. Dios es Dios, y se le debe tratar como tal. Así que, el propio Señor que era (y es) el Hijo unigénito de Dios Padre, y también Dios, enseñó que debemos buscar que se haga la voluntad del Padre. Ese debe ser el foco de nuestra oración, y ese debe ser nuestro foco de vida. Para eso nos hizo Dios.

En el siguiente pasaje veremos un claro ejemplo de cómo una persona se debe dejar guiar por el Espíritu Santo, a través de aquellos que están determinados hacer la voluntad de Dios Padre: Un ángel del Señor habló a Felipe, diciendo: Levántate y ve hacia el sur, por el camino que desciende de Jerusalén a Gaza, el cual es desierto. Entonces él se levantó y fue. Y sucedió que un etíope, eunuco, funcionario de Candace reina de los etíopes, el cual estaba sobre todos sus tesoros, y había venido a Jerusalén para adorar, volvía sentado en su carro, y leyendo al profeta Isaías. Y el Espíritu dijo a Felipe: Acércate y júntate a ese carro. Acudiendo Felipe, le oyó que leía al profeta Isaías, y dijo: Pero ¿entiendes lo que lees? Él dijo: ¿Y cómo podré, si alguno no me enseñare? Y rogó a Felipe que subiese y se sentara con él. El pasaje de la Escritura que leía era este: Como oveja a la muerte fue llevado; y como cordero mudo delante del que lo trasquila, así no abrió su boca. En su humillación no se le hizo justicia; mas su generación, ¿quién la contará? Porque fue quitada de la tierra su vida. Respondiendo el eunuco, dijo a Felipe: Te ruego que me digas: ¿de quién dice el profeta esto; de sí mismo, o de algún otro? Entonces Felipe, abriendo su boca, y comenzando desde esta escritura, le anunció el evangelio de Jesús. Y yendo por el camino, llegaron a cierta agua, y dijo el eunuco: Aquí hay agua; ¿qué impide que yo sea bautizado? Felipe dijo: Si crees de todo corazón, bien puedes. Y respondiendo, dijo: Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios. Y mandó parar el carro; y descendieron ambos al agua, Felipe y el eunuco, y le bautizó. Cuando subieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe; y el eunuco no le vio más, y siguió gozoso su camino. Pero Felipe se encontró en Azoto; y pasando, anunciaba el evangelio en todas las ciudades, hasta que llegó a Cesarea. Hechos 8:26-40.

¿Cuál es finalmente el lado práctico de porqué debemos buscar la dirección del Señor y cumplirla? Veamos esto por un momento: Desde entonces comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día. Entonces Pedro, tomándolo aparte, comenzó a reconvenirle, diciendo: Señor, ten compasión de ti; en ninguna manera esto te acontezca. Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres. Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. Mateo 16:21-24. ¿Pedro fue poseído por Satanás en ese instante? No. Pero, al buscar solamente cumplir sus deseos carnales y egoístas, estaba haciendo la voluntad del enemigo. Y eso pasa cuando nos dejamos llevar por el pecado que mora dentro de nosotros mismos. Este es el consejo que nos da la Palabra: Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y estos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis. Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley. Gálatas 5:16-18. Entonces, ¿estás buscando la dirección del Señor y tratas de hacer como El dice, y también, tratas de influenciar a los demás que están contigo a hacer lo mismo? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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El juicio del Señor viene - Mateo 25:31-46

Basado en Mateo 25:31-46 (Versión Reina Valera 1960)

Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria, y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos? ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti? Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis. Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; fui forastero, y no me recogisteis; estuve desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis. Entonces también ellos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo, o en la cárcel, y no te servimos? Entonces les responderá diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis. E irán estos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.

Hay realidades que son incambiables y también cosas venideras que son inevitables. La realidad de que Dios es Dios, lo quieran creer las personas o no, es una de esas realidades incambiables. Todo el ateísmo o la falta de fe del mundo no puede cambiar esa realidad. Las verdades del universo no están sujetas a la opinión del hombre. El hombre es carne y la Trinidad es lo que es. Y también, otra cosa tan cierta como la Santa Trinidad y el reino de Dios es el juicio que viene para cada persona en el futuro. Nadie puede ni evitar ni manipular ese momento. Todo ser humano comparecerá ante el trono de Cristo y tendrá que dar cuentas, sin excepciones, lo cual nos lleva a nuestro próximo punto.

¿Quién es Jesús hoy? Comenzaremos a decir lo que ya no es. El ya no es el humilde y pobre hombre, que no tuvo donde recostar su cabeza, el que fue condenado por los religiosos, por la multitud, y las autoridades romanas. El ya no es el que muestran colgado en una cruz. El ahora es y será por siempre Rey de reyes y Señor de señores, el Altísimo Dios. El es ahora el mismo que vió Esteban a través del Espíritu como está escrito: Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús que estaba a la diestra de Dios, y dijo: He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre que está a la diestra de Dios. Hechos 7:55-56. Esta también es una verdad irrefutable. Y este mismo Hijo del Hombre es el que va a venir en gloria y también ejercerá Su dominio y juicio sobre todo ser viviente, tal como leímos al comienzo, sin excepciones, tanto como al creyente y al incrédulo. Hay muchas personas que piensan que ya no habrá más juicio para ellos, pero esa opinión no está de acuerdo con lo que enseña la Palabra. Porque esto es lo que dicen las Escrituras: Por tanto procuramos también, o ausentes o presentes, serle agradables. Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo. 2 Corintios 5:9-10. Y también dicen esto: Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios. El que viola la ley de Moisés, por el testimonio de dos o de tres testigos muere irremisiblemente. ¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia? Pues conocemos al que dijo: Mía es la venganza, yo daré el pago, dice el Señor. Y otra vez: El Señor juzgará a su pueblo. ¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo! Hebreos 10:26-31. No debe caber ninguna duda de que todos, tú y yo, daremos cuentas al Señor.

Por eso que es apremiantemente necesario hacer la voluntad de Dios. De eso se trata la fe en Cristo, de buscar y vivir como El vivió. El decir ser un cristiano no consta de palabras ni de buenas intenciones, ni aún menos de aprovecharse o de hacerle daño a los demás, sino más bien, de hacer las cosas para las cuales fuimos creados, para hacer la voluntad de Dios que está en los cielos a través del poder del Espíritu Santo, porque escrito esta: Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle? Y si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día, y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha? Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma. Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras. Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan. ¿Mas quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta? Santiago 2:14-20.

Esto finalmente enseña la Palabra de Dios, de lo por venir: Vosotros, pues, también, estad preparados, porque a la hora que no penséis, el Hijo del Hombre vendrá. Entonces Pedro le dijo: Señor, ¿dices esta parábola a nosotros, o también a todos? Y dijo el Señor: ¿Quién es el mayordomo fiel y prudente al cual su señor pondrá sobre su casa, para que a tiempo les dé su ración? Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así. En verdad os digo que le pondrá sobre todos sus bienes. Mas si aquel siervo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir; y comenzare a golpear a los criados y a las criadas, y a comer y beber y embriagarse, vendrá el señor de aquel siervo en día que este no espera, y a la hora que no sabe, y le castigará duramente, y le pondrá con los infieles. Aquel siervo que conociendo la voluntad de su señor, no se preparó, ni hizo conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes. Mas el que sin conocerla hizo cosas dignas de azotes, será azotado poco; porque a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará; y al que mucho se le haya confiado, más se le pedirá. Lucas 12:40-48. El Señor permite distintas cosas en el mundo para ver como trata el hombre a sus semejantes. Hay muchos que juzgan a Dios diciendo: Si Dios es tan bueno, ¿Por qué permite tanto mal en el mundo? Y la respuesta es muy sencilla: Para que hallan hechos para juzgar, porque: ¿cómo juzgará el Señor al impío si no lo deja hacer su maldad? Y también, ¿Cómo recompensará el Señor al justo si no le deja hacer justicia? Amar a Dios con todo lo que somos y amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos es el todo del hombre para que pueda alcanzar la vida eterna a través de Jesucristo. Así que, ¿estás preparándote para el juicio venidero con una verdadera fe que consiste en seguir a Cristo y así hacer la voluntad del Padre? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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El llamado de Dios a salvación - Hechos 9:1-9

Basado en Hechos 9:1-9 (Versión Reina Valera 1960)

Saulo, respirando aún amenazas y muerte contra los discípulos del Señor, vino al sumo sacerdote, y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, a fin de que si hallase algunos hombres o mujeres de este Camino, los trajese presos a Jerusalén. Mas yendo por el camino, aconteció que al llegar cerca de Damasco, repentinamente le rodeó un resplandor de luz del cielo; y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Él dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón. Él, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? Y el Señor le dijo: Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer. Y los hombres que iban con Saulo se pararon atónitos, oyendo a la verdad la voz, mas sin ver a nadie. Entonces Saulo se levantó de tierra, y abriendo los ojos, no veía a nadie; así que, llevándole por la mano, le metieron en Damasco, donde estuvo tres días sin ver, y no comió ni bebió.

Dios llama al hombre a salvación a cada instante. Incontables son los momentos que llama El a Su conocimiento, a saber Quién es Dios, y lo hace de manera muy obvia y personal. Muchos preguntarán: ¿Cómo es que El hace Su llamado, porque yo ni lo veo, ni lo escucho? La principal manera que lo hace es a través de todo lo creado, para que el hombre pueda comenzar su búsqueda por el Altísimo, como está escrito: Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad; porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. Romanos 1:18-20. Todo lo que existe proclama Su grandeza, Su omnipotencia, desde lo más grande e ilimitado del universo, el espacio, las galaxias, las estrellas, y los planetas, hasta lo más cotidiano (por decir) como el palpitar de nuestros corazones, las funciones de nuestros sentidos, y hasta nuestros pensamientos, tanto los voluntarios como los involuntarios, los que nos mantienen vivos hasta este momento. Dios creo todo, y todo lo mantiene en existencia con Su solo pensamiento. Esto dice la Palabra: Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten. Colosenses 1:16-17. Todo existe porque El lo hizo y estableció un día, y todo sigue subsistiendo hasta hoy, e inclusive nuestras propias vidas porque en El subsistimos.

Después de eso, hay un tiempo cuando Dios comienza a llamar directamente a salvación, a través de Su Espíritu Santo y de Su Palabra. Estas dos identidades (por decir), trabajando juntos, son los que Dios utiliza para llamar a salvación, y estos también están siempre operando, y de distintas formas. Hay muchas veces que la Palabra de Dios aparece hasta en los lugares más inusuales. Dios llama en distintos lugares. Hasta en los símbolos, aunque los hombres lo usen de otras maneras, hablan de El y de lo que El hizo por la humanidad. La más común es el símbolo de la cruz. Es imposible poder evitar la explicación de lo que simboliza la cruz cuando se ve. Es algo tan singular, tan único, y no tiene otra interpretación. Incontables son los momentos y las distintas formas que Dios trata de llamar la atención, para que lleguemos a la salvación a través del Señor. 

Ahora bien, ¿Qué fue lo que llevo al Señor para llamar a Pablo de esa manera? El grave problema es que, por alguna razón u otra, la gran mayoría de las personas no buscan de la salvación del Señor a no ser que haya un momento difícil. Casi nadie busca del Señor cuando todo está tranquilo, por decir, o que las cosas estén marchando más o menos bien, aun dentro de este mundo tan desordenado y desastroso. La gran mayoría de las personas están o contentas con las migajas que nos tira este mundo, o tan seguros de sí mismos que no sienten que necesitan de la salvación de Dios, o tan concentrados en lo que desean o están persiguiendo, que no están prestando atención, aún a las cosas tan obvias y poderosas que hablamos antes. Finalmente, están presos en las mentiras e ilusiones que el diablo pone alrededor de todos aquellos que todavía no han sido iluminados por la verdad de Dios. La gran mayoría están tan ocupados sirviendo al pecado que los domina que no pueden ver ni sentir a Dios. Y esto es lo que dice la Palabra al respecto: ¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia? Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados; y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia. Romanos 6:16-18. Pablo, antes de tener su encuentro con el Señor, estaba tan ensimismado en su religiosidad que no se daba ni cuenta que estaba enfrentando a Dios mismo.

El pasaje que recién leímos apunta un detalle muy grande, y este es: que la salvación es una obediencia. Cuando venimos al Señor, al arrepentirnos de nuestros pecados y reconocerle como tal, estamos realmente obedeciendo la justicia de Dios. ¿Qué significa esto? El aceptar a Jesús como Señor es simplemente la aceptación de una realidad. O sea, Jesús es Señor, queramos creer en El o no. En el universo no existe la democracia. Dios no es Dios porque un grupo de personas voto por El. Dios es Dios porque es realmente Dios, y Jesús es el Rey de reyes, y Señor de señores porque así es nada más. Es una verdad inevitable e irrefutable. Entonces, cuando el Señor llama a salvación, El llama a la aceptación de una realidad, y a aceptar esa realidad mientras haya tiempo es lo que produce la salvación (porque hay un tiempo donde ya no se puede tomar esa decisión). Y esto es lo que advierte la Palabra: Pero él, mirándolos, dijo: ¿Qué, pues, es lo que está escrito: La piedra que desecharon los edificadores ha venido a ser cabeza del ángulo? Todo el que cayere sobre aquella piedra, será quebrantado; mas sobre quien ella cayere, le desmenuzará. Lucas 9:17-18. Pablo, por misericordia de Dios, cayó sobre la piedra, y así fue quebrantado para poder reconocer y obedecer una realidad cierta, por su propio bien. ¡Hay de aquellos que no llegan a obedecerle a Dios a tiempo, y en vez de ellos ser quebrantados, serán desmenuzados! Como también advierte la Palabra: Por lo cual, como dice el Espíritu Santo: Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones, como en la provocación, en el día de la tentación en el desierto, donde me tentaron vuestros padres; me probaron, y vieron mis obras cuarenta años. A causa de lo cual me disgusté contra esa generación, y dije: Siempre andan vagando en su corazón, y no han conocido mis caminos. Por tanto, juré en mi ira: No entrarán en mi reposo. Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo; antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado. Hebreos 3:7-13. Así que, ¿has aceptado realmente a Jesús como tu literal Señor, obedeciendo al llamado de Dios a la Salvación, o sigues endurecido en tu pecado? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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El único camino a la salvación es el Señor - Gálatas 1:1-10

Basado en Gálatas 1:1-10 (Versión Reina Valera 1960)

Pablo, apóstol (no de hombres ni por hombre, sino por Jesucristo y por Dios el Padre que lo resucitó de los muertos), y todos los hermanos que están conmigo, a las iglesias de Galacia: Gracia y paz sean a vosotros, de Dios el Padre y de nuestro Señor Jesucristo, el cual se dio a sí mismo por nuestros pecados para librarnos del presente siglo malo, conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre, a quien sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén. Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente. No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema. Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo.

Inspirado por el Espíritu Santo, el Apóstol Pablo advierte acerca de no obedecer a otro evangelio, y que hay un solo evangelio, un solo camino hacia la salvación. Y advierte de tal modo que cualquier cosa que se predique distinto, y aún, si un supuesto ángel enseñara algo distinto, que sea tomado como anatema, como algo maldito. Esa advertencia por sí misma descartaría algunas religiones y creencias muy populares que hay hoy en día. Finalmente, nada que este fuera de la Biblia, de la Palabra de Dios puede ser aceptado como parte del evangelio de Dios. Y si hay consejos o enseñanzas, deben ser directamente relacionadas y basadas en la plenitud de la Palabra de Dios, y no solamente de acuerdo con ciertos pasajes en la Biblia. Para que algo pueda ser tomado como proveniente de Dios, debe ser basado en la Palabra de Dios.

Ahora bien, ¿Qué es este evangelio del cual habla Pablo que es tan singular y exacto? El evangelio como tal, fue el que introdujo el Señor mismo como está escrito: Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios, diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio. Marcos 1:14-15. Todo consiste primero en el arrepentimiento de los pecados, de volverse de ellos con todo el corazón. Este es el primer paso fundamental en el evangelio. Y el Señor se refiere también después de mencionar el arrepentimiento, a creer en el evangelio. La base de todo también es la fe, el creer en lo que Dios dice que hagamos. O sea, ¿qué importaría el arrepentimiento de los pecados si una persona ni siquiera esta convencida en lo que es y no es el pecado? Ese es el primer dilema que existe en nuestra sociedad hoy, y donde el error de muchos comienza, el entender y comprender lo que es pecado y también entender y comprender que hay que volverse de todo lo que es malo ante los ojos de Dios. Pero también, el creer en “el evangelio” no se trata de una doctrina nada más, sino más bien, de una Persona. Cristo es “el Evangelio”. Hay que creer en el Señor. Este mensaje de salvación o del evangelio también se enseña así en otro lugar como tal: Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio. Hechos 3:19. El arrepentimiento ya debe entenderse, y el convertirse significa volverse o cambiar de curso, y claro, debe ser un girar hacia Dios, hacia el Señor mismo, como El también dijo: …Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. Juan 14:6b. Y esto es lo que también enseña la Palabra al respecto: Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos: que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. Romanos 10:8-10. Por lo tanto, el evangelio o el comienzo de este camino empieza con esto, con el completo arrepentimiento de los pecados, y el convertirse o volverse totalmente hacia el Señor, y aceptarle como tal, literalmente.

Entonces, ¿eso es todo? Si y no, y aquí es donde muchos también yerran. Si una persona acepta a Jesús como el Señor de sus vidas, entonces, debe seguirle como tal. El Señor no solamente vino para darnos vida, sino también, para darnos un ejemplo de vida, porque si El es el Señor, entonces debemos hacer como El hizo y como El nos sigue guiando a través del Espíritu Santo. El propio Señor nos enseñó a orar así: Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. Mateo 6:9-10. El vino a hacer la voluntad del Padre. Entonces, si El vino a hacer la voluntad de Dios, ¿Qué es lo que nosotros que decimos creer y seguirle debemos hacer también? Buscar también hacer lo mismo. Esto enseña la Palabra de Dios: El que hace caso del día, lo hace para el Señor; y el que no hace caso del día, para el Señor no lo hace. El que come, para el Señor come, porque da gracias a Dios; y el que no come, para el Señor no come, y da gracias a Dios. Porque ninguno de nosotros vive para sí, y ninguno muere para sí. Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos, o que muramos, del Señor somos. Porque Cristo para esto murió y resucitó, y volvió a vivir, para ser Señor así de los muertos como de los que viven. Romanos 14:6-9. Pablo mismo también dijo esto: Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo. 1 Corintios 11:1. Y esto es lo que produce el desvío más grande del verdadero evangelio, el no buscar hacer la voluntad del Padre, sino mas bien, el buscar complacerse a si mismo. Si una persona, no importa lo que profese creer, busca solamente cumplir su voluntad, no esta ya basada en el evangelio, sino que se sirve a si misma. Uno le pertenece a quien escoge servir. Esto también dicen las Escrituras: Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y estos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis. Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley. Gálatas 5:16-18. Así que, si una persona sigue los deseos de su carne, ya no está en el camino a la salvación. Puede que una persona diga que: Pero yo creo en Dios, y mi fe esta puesta en El. Y si, puede ser, pero tu señor es al que sirves. Esto también esta escrito: Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma. Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras. Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan. ¿Mas quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta? Santiago 2:17-20.

Finalmente, nosotros somos salvos por la gracia de Dios, pero con un propósito, y si ese propósito no se cumple, la fe no sirve de nada. Uno debe buscar hacer siempre la voluntad del Padre en todas las cosas porque para eso fuimos creados. Como dice la Palabra: Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas. Efesios 2:8-10. Si no estamos sirviendo al Señor, buscando hacer Su voluntad en toda área de nuestra vida, no hay salvación. Nadie puede engañar a Dios. Así que, ¿estás siguiendo el verdadero camino de salvación que conduce hacia el Padre, hacia la vida eterna? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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El Juicio de Dios sobre la idolatría - 2 Reyes 10:1-17

Basado en 2 Reyes 10:1-17 (Versión Reina Valera 1960)

Tenía Acab en Samaria setenta hijos; y Jehú escribió cartas y las envió a Samaria a los principales de Jezreel, a los ancianos y a los ayos de Acab, diciendo: Inmediatamente que lleguen estas cartas a vosotros los que tenéis a los hijos de vuestro señor, y los que tienen carros y gente de a caballo, la ciudad fortificada, y las armas, escoged al mejor y al más recto de los hijos de vuestro señor, y ponedlo en el trono de su padre, y pelead por la casa de vuestro señor. Pero ellos tuvieron gran temor, y dijeron: He aquí, dos reyes no pudieron resistirle; ¿cómo le resistiremos nosotros? Y el mayordomo, el gobernador de la ciudad, los ancianos y los ayos enviaron a decir a Jehú: Siervos tuyos somos, y haremos todo lo que nos mandes; no elegiremos por rey a ninguno, haz lo que bien te parezca. Él entonces les escribió la segunda vez, diciendo: Si sois míos, y queréis obedecerme, tomad las cabezas de los hijos varones de vuestro señor, y venid a mí mañana a esta hora, a Jezreel. Y los hijos del rey, setenta varones, estaban con los principales de la ciudad, que los criaban. Cuando las cartas llegaron a ellos, tomaron a los hijos del rey, y degollaron a los setenta varones, y pusieron sus cabezas en canastas, y se las enviaron a Jezreel. Y vino un mensajero que le dio las nuevas, diciendo: Han traído las cabezas de los hijos del rey. Y él le dijo: Ponedlas en dos montones a la entrada de la puerta hasta la mañana. Venida la mañana, salió él, y estando en pie dijo a todo el pueblo: Vosotros sois justos; he aquí yo he conspirado contra mi señor, y le he dado muerte; pero ¿quién ha dado muerte a todos estos? Sabed ahora que de la palabra que Jehová habló sobre la casa de Acab, nada caerá en tierra; y que Jehová ha hecho lo que dijo por su siervo Elías. Mató entonces Jehú a todos los que habían quedado de la casa de Acab en Jezreel, a todos sus príncipes, a todos sus familiares, y a sus sacerdotes, hasta que no quedó ninguno. Luego se levantó de allí para ir a Samaria; y en el camino llegó a una casa de esquileo de pastores. Y halló allí a los hermanos de Ocozías rey de Judá, y les dijo: ¿Quiénes sois vosotros? Y ellos dijeron: Somos hermanos de Ocozías, y hemos venido a saludar a los hijos del rey, y a los hijos de la reina. Entonces él dijo: Prendedlos vivos. Y después que los tomaron vivos, los degollaron junto al pozo de la casa de esquileo, cuarenta y dos varones, sin dejar ninguno de ellos. Yéndose luego de allí, se encontró con Jonadab hijo de Recab; y después que lo hubo saludado, le dijo: ¿Es recto tu corazón, como el mío es recto con el tuyo? Y Jonadab dijo: Lo es. Pues que lo es, dame la mano. Y él le dio la mano. Luego lo hizo subir consigo en el carro, y le dijo: Ven conmigo, y verás mi celo por Jehová. Lo pusieron, pues, en su carro. Y luego que Jehú hubo llegado a Samaria, mató a todos los que habían quedado de Acab en Samaria, hasta exterminarlos, conforme a la palabra de Jehová, que había hablado por Elías.

Cualquiera que leyere este pasaje, sin entender lo que había traído tal juicio sobre la casa de Acab, diría: ¡Esto se ve algo demasiado extremo y hasta barbárico! ¿Dónde se ve el amor de Dios en algo así? Y como todas las cosas, hay que entender el asunto completo antes de llegar a conclusiones muy rápidas. El gran pecado que Acab había cometido fue el de la idolatría, y tal idolatría que hasta forzó a todo el reino de Israel a servir a Baal, a un dios pagano. Acab no solamente sostuvo esta idolatría en su vida, sino que también hasta lo metió en el templo de Jehová, y persiguió y hasta mato a la gran mayoría de los profetas de Dios. Acab no tuvo limite en su rebeldía en contra de Dios, y estaba tan arraigado este mal en su familia y en todos los que lo rodeaban, que Dios mando a exterminarlo. El mal tenia que ser acabado por completo. Era como un cáncer que se había formado.

Ahora, es muy posible que todavía hallan personas que, aunque reciban esta explicación, todavía se atrevan a juzgar a Dios, y en lo mas mínimo, decidir verlo como un Ser no bueno. Hay personas que se creen mas justas que Dios, y piensan que tienen mejor criterio que el Altísimo. Y bueno, esto es lo que dice el Señor, especialmente a aquellos que se atreven a juzgarlo: Mas el impío, si se apartare de todos sus pecados que hizo, y guardare todos mis estatutos e hiciere según el derecho y la justicia, de cierto vivirá; no morirá. Todas las transgresiones que cometió, no le serán recordadas; en su justicia que hizo vivirá. ¿Quiero yo la muerte del impío? dice Jehová el Señor. ¿No vivirá, si se apartare de sus caminos? Mas si el justo se apartare de su justicia y cometiere maldad, e hiciere conforme a todas las abominaciones que el impío hizo, ¿vivirá él? Ninguna de las justicias que hizo le serán tenidas en cuenta; por su rebelión con que prevaricó, y por el pecado que cometió, por ello morirá. Y si dijereis: No es recto el camino del Señor; oíd ahora, casa de Israel: ¿No es recto mi camino? ¿no son vuestros caminos torcidos? Apartándose el justo de su justicia, y haciendo iniquidad, él morirá por ello; por la iniquidad que hizo, morirá. Y apartándose el impío de su impiedad que hizo, y haciendo según el derecho y la justicia, hará vivir su alma. Porque miró y se apartó de todas sus transgresiones que había cometido, de cierto vivirá; no morirá. Si aún dijere la casa de Israel: No es recto el camino del Señor; ¿no son rectos mis caminos, casa de Israel? Ciertamente, vuestros caminos no son rectos. Ezequiel 18:21-29. Por lo tanto, es imposible que una persona sea mas buena que Dios, y que tenga mejor criterio que Dios, y claro, que se piense con mas derecho que Dios. Finalmente, el hombre es solo eso: hombre. Y Dios es Dios y no hay nadie ni mas bueno, ni más sabio, ni aún menos, ni más poderoso que Dios.

¿Cuál es el problema con la idolatría? Definamos rápidamente lo que es: Todo lo que se pone antes que, a Dios, y se le sirve con esa prioridad. Esto dice la Palabra: No tendrás dioses ajenos delante de mí. No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos. Éxodo 20:3-6. Cuando una persona pone otras cosas o personas, o a si misma antes que Dios, y le sirve como tal, eso es idolatría. Y esto es un problema demasiado común hoy en día, y por eso que todo se está complicando mucho. Dios está juzgando, y seguirá juzgando la idolatría aún más. Desgraciadamente hay demasiada idolatría en el supuesto pueblo de Dios. Otras cosas y personas han tomado la prioridad a todo nivel. El Señor no es en realidad Señor en la vida de la gran mayoría de Su pueblo. Es más, muchos se atreven a tratar de poner a Dios como siervo, y que Dios existe para cumplir sus malos deseos, antojos, metas egoístas, etc. Y muchos lideres sirven mas bien a su vientre y a su bienestar que a Dios. Y sencillamente, nadie puede engañar a Dios, y este pecado no quedara impune, ni ahora, ni aún menos, en el juicio eterno. Como esta escrito: Pues conocemos al que dijo: Mía es la venganza, yo daré el pago, dice el Señor. Y otra vez: El Señor juzgará a su pueblo. ¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo! Hebreos 10:30-31. Entonces, ¿vás a seguir dándole la prioridad a otras cosas y personas antes que, al Altísimo, siguiendo los pasos de Acab? O ¿tratarás al Señor como Quién es, para el propio bien tuyo? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Encontrando el favor de Dios - Jueces 6:11-32

Basado en Jueces 6:11-32 (Versión Reina Valera 1960)

Y vino el ángel de Jehová, y se sentó debajo de la encina que está en Ofra, la cual era de Joás abiezerita; y su hijo Gedeón estaba sacudiendo el trigo en el lagar, para esconderlo de los madianitas. Y el ángel de Jehová se le apareció, y le dijo: Jehová está contigo, varón esforzado y valiente. Y Gedeón le respondió: Ah, señor mío, si Jehová está con nosotros, ¿por qué nos ha sobrevenido todo esto? ¿Y dónde están todas sus maravillas, que nuestros padres nos han contado, diciendo: No nos sacó Jehová de Egipto? Y ahora Jehová nos ha desamparado, y nos ha entregado en mano de los madianitas. Y mirándole Jehová, le dijo: Ve con esta tu fuerza, y salvarás a Israel de la mano de los madianitas. ¿No te envío yo? Entonces le respondió: Ah, señor mío, ¿con qué salvaré yo a Israel? He aquí que mi familia es pobre en Manasés, y yo el menor en la casa de mi padre. Jehová le dijo: Ciertamente yo estaré contigo, y derrotarás a los madianitas como a un solo hombre. Y él respondió: Yo te ruego que si he hallado gracia delante de ti, me des señal de que tú has hablado conmigo. Te ruego que no te vayas de aquí hasta que vuelva a ti, y saque mi ofrenda y la ponga delante de ti. Y él respondió: Yo esperaré hasta que vuelvas. Y entrando Gedeón, preparó un cabrito, y panes sin levadura de un efa de harina; y puso la carne en un canastillo, y el caldo en una olla, y sacándolo se lo presentó debajo de aquella encina. Entonces el ángel de Dios le dijo: Toma la carne y los panes sin levadura, y ponlos sobre esta peña, y vierte el caldo. Y él lo hizo así. Y extendiendo el ángel de Jehová el báculo que tenía en su mano, tocó con la punta la carne y los panes sin levadura; y subió fuego de la peña, el cual consumió la carne y los panes sin levadura. Y el ángel de Jehová desapareció de su vista. Viendo entonces Gedeón que era el ángel de Jehová, dijo: Ah, Señor Jehová, que he visto al ángel de Jehová cara a cara. Pero Jehová le dijo: Paz a ti; no tengas temor, no morirás. Y edificó allí Gedeón altar a Jehová, y lo llamó Jehová-salom; el cual permanece hasta hoy en Ofra de los abiezeritas. Aconteció que la misma noche le dijo Jehová: Toma un toro del hato de tu padre, el segundo toro de siete años, y derriba el altar de Baal que tu padre tiene, y corta también la imagen de Asera que está junto a él; y edifica altar a Jehová tu Dios en la cumbre de este peñasco en lugar conveniente; y tomando el segundo toro, sacrifícalo en holocausto con la madera de la imagen de Asera que habrás cortado. Entonces Gedeón tomó diez hombres de sus siervos, e hizo como Jehová le dijo. Mas temiendo hacerlo de día, por la familia de su padre y por los hombres de la ciudad, lo hizo de noche. Por la mañana, cuando los de la ciudad se levantaron, he aquí que el altar de Baal estaba derribado, y cortada la imagen de Asera que estaba junto a él, y el segundo toro había sido ofrecido en holocausto sobre el altar edificado. Y se dijeron unos a otros: ¿Quién ha hecho esto? Y buscando e inquiriendo, les dijeron: Gedeón hijo de Joás lo ha hecho. Entonces los hombres de la ciudad dijeron a Joás: Saca a tu hijo para que muera, porque ha derribado el altar de Baal y ha cortado la imagen de Asera que estaba junto a él. Y Joás respondió a todos los que estaban junto a él: ¿Contenderéis vosotros por Baal? ¿Defenderéis su causa? Cualquiera que contienda por él, que muera esta mañana. Si es un dios, contienda por sí mismo con el que derribó su altar. Aquel día Gedeón fue llamado Jerobaal, esto es: Contienda Baal contra él, por cuanto derribó su altar.

Puede que muchas veces las personas se pregunten tal como lo hizo Gedeón: …si Jehová está con nosotros, ¿Por qué nos ha sobrevenido todo esto? O, pongámoslo como dicen muchos hoy en día, ¿Si Dios existe, porque permite El tantas cosas malas? Sé que estamos pasando un tiempo muy difícil, por alguna razón o por otra. Hay problemas de guerra y salvajismo, como no solamente lo vemos en Europa en este momento, sino que también en muchas otras partes del mundo donde miles de personas pierden la vida, o son abusados o mutilados, o perseguidos, tanto como por ejércitos, o por milicias, o por el mundo de la droga y la corrupción. Hay mucha esclavitud o tráfico humano en todo el mundo. También hay no miles, sino millones de personas que sufren enfermedades terminales alrededor del mundo en este mismo momento, mientras escribo este mensaje. Hay problemas serios de hambre en distintas partes del mundo. Las Naciones Unidas estimaron en el 2021 que más de 957 millones de personas en 93 países del mundo no tuvieron suficiente comida. Eso es casi una séptima parte de la populación mundial. Y hay muchos otros problemas serios. Y la pregunta se reitera: Si Dios existe: ¿Por qué permite El tantas cosas malas en el mundo?

Una respuesta muy clara que se puede dar hoy, y relacionado al pasaje de hoy es: que, en vez de juzgar a Dios, porqué no nos hacemos mejor nosotros esta pregunta: ¿Qué hemos hecho en contra de Dios para que El permita tales cosas? Gedeón muy fácil pudiera haber comenzado por ahí. ¿Qué te hicimos Señor? Y como lo relata la Biblia, Israel había hecho lo malo ante los ojos de Dios por muchos años. Y la Palabra nos cuenta de que Dios permitió que los madianitas atormentaran a Su pueblo porque se habían apartado de El. ¿Qué pecado principal vemos que hizo Israel? El mismo pecado que vemos en el padre de Gedeón, el buscar y adorar a los ídolos y a otros dioses. Se apartaron del Dios que les había dado todo, hasta una tierra que nunca se habían ni soñado, ni merecían, volviéndose a los dioses ajenos e ídolos. ¿Qué vemos hoy? Mucho de lo mismo. Pero los dioses e ídolos de hoy no solamente envuelven la oscuridad directamente, sino que también, tienen apariencias más agradables o cotidianas, como el dinero, las riquezas, personas conocidas o hasta desconocidas, los dioses del placer y del desvío, todo lo que glorifica al pecado, que, en fin, todos conllevan a una sola cosa, a la muerte. Todo lo que está fuera de Dios lleva a la muerte.

Ahora, uno diría: ¿Por qué Dios castiga en vez de llamar con amor? Y bueno, tal ceguera existe en el mundo que no desean ver el bien que Dios sí ha dado. El problema es que hay tal rebelión en contra de Dios que ven lo que Dios da como algo insignificante o de muy poco valor. Nadie estaría vivo en este mundo si no fuera por Dios. Todo lo que respira es porque Dios lo permite. Y también, y aun ahora más que nunca, hay un juicio pendiente aún más grande sobre la humanidad, y tiene que ver con el desprecio al sacrificio de Cristo, de verlo como algo ridículo, o poca cosa. Entonces, el mal viene como consecuencia natural, tal como lo dijo el padre de Gedeón cuando hablo acerca de Baal: Si es un dios, contienda por sí mismo con el que derribó su altar. ¿De qué sirve buscar a los ídolos y dioses que no pueden hacer nada ni aquí ni ahora, ni aun menos, en la eternidad? Y aún más, ¿Qué bien más puede dar Dios si lo ha dado todo por nosotros? Y también, ¿Va acaso Satanás pelear contra sí mismo, cuando una persona se aferra a cosas que producen el mal, que son producto de él mismo? Suena ridículo, ¿no? Bueno, eso es lo que pasa cuando uno se desvía de las cosas de Dios, y ve precisamente lo que produce vida eterna como algo inútil o de poco valor. Es como un enfermo que se le pone la cura a su mal en sus manos, y en vez de tomarla para su propio bien, la bota a la basura. Nada bueno puede salir de la idolatría. El pecado ni salva ni ayuda a nadie, y mientras los hombres sigan adorando a su pecado y honrando a su desvío, más problemas habrán, los mismos que ellos crean para sí mismo y para los demás, y se perderán en la eternidad donde más importa la salvación de Cristo, la cual desprecian. Así que, ¿decidirás encontrar el favor de Dios como Gedeón, o seguirás idolatrando al pecado? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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La fe determina nuestro caminar en Cristo - Hebreos 10:26-11:2

Basado en Hebreos 10:26-11:2 (Versión Reina Valera 1960)

Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios. El que viola la ley de Moisés, por el testimonio de dos o de tres testigos muere irremisiblemente. ¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia? Pues conocemos al que dijo: Mía es la venganza, yo daré el pago, dice el Señor. Y otra vez: El Señor juzgará a su pueblo. ¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo! Pero traed a la memoria los días pasados, en los cuales, después de haber sido iluminados, sostuvisteis gran combate de padecimientos; por una parte, ciertamente, con vituperios y tribulaciones fuisteis hechos espectáculo; y por otra, llegasteis a ser compañeros de los que estaban en una situación semejante. Porque de los presos también os compadecisteis, y el despojo de vuestros bienes sufristeis con gozo, sabiendo que tenéis en vosotros una mejor y perdurable herencia en los cielos. No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande galardón; porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa. Porque aún un poquito, y el que ha de venir vendrá, y no tardará. Mas el justo vivirá por fe; y si retrocediere, no agradará a mi alma. Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma. Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Porque por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos.

En nuestra sociedad cristiana de hoy en día, hay muchas ideas de lo que supuestamente Dios desea que hagamos. Hay un sin fin de creencias y prácticas que se han creado a través del tiempo, y se enseñan como cosas que Dios manda que en realidad no son parte de la voluntad de Dios. Hay cosas que se han creado con buenas intenciones, y otras con no buenas intenciones. En fin, y como se ha dicho antes, las personas que desconocen la Verdad de Dios y están legítimamente buscando encontrar al Todopoderoso tienen una increíble tarea, por decir, porque ¿dónde empiezan, y que es en realidad es la Verdad? ¿Puede acaso haber varias verdades o formas de la verdad? Y el asunto es que es imposible que hayan distintas verdades o formas de la verdad. Si fuere así, entonces tendríamos que decir ciertas cosas de Dios, de que no es perfecto, o que es un ser que sufre de tener múltiples personalidades, o en lo más mínimo, que es un ser voluble. Bendito sea el Altísimo que no es ninguna de esas cosas, ni nada semejante a eso. Dios es uno solo, y es Perfecto, y no varía en Su parecer. Dios es Dios, y como tal, hay un solo camino hacia El. No existen múltiples versiones de la Verdad, o distintas formas de la Verdad, sino que existe una sola Verdad, y un solo Camino, y eso es todo, porque Dios es uno y no tiene variaciones, como está escrito: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Deuteronomio 6:4b.

Para poder entender entonces este asunto de tantas variaciones dentro de la fe cristiana, hay que explicar el concepto del pecado. Por definición, la palabra “pecado” es un término de artillería, que significa: errarle al blanco. Otra definición sería: el no ser perfecto, o no ser exacto. Hay una sola verdad, un solo camino, hay una línea muy recta, fina, y exacta que guía hacia Dios. Y cuando se peca, o se yerra, entonces viene el desvío de la verdad. Entonces, ¿Qué provoca tanto desvío dentro de una fe que supuestamente debiera ser tan exacta? Dios es perfecto, pero el diablo es todo lo contrario, y su trabajo, por decir, es extremadamente sencillo. Dios diseñó y expuso lo recto, lo derecho, lo exacto, y el diablo trata de provocar el desvío. Para seguir la definición del pecado y la artillería, si una persona tratara de lanzar una flecha hacia el blanco, el diablo seria o el que topa el arco, o el que produce el disturbio visual, o hasta el que te susurra despacio en el oído para que se pierda la concentración, en fin, hace todo lo posible para poder provocar el desvío. El acertar al blanco es extremadamente difícil, pero el errarle al blanco es lo más fácil del mundo.

Ahora bien, el diablo puede solamente influenciar o interferir, pero nunca puede obligar o controlar. El hombre siempre tiene libre albedrio. Entonces, ¿Por qué tanto desvío? El asunto es que el mal está dentro de nosotros, gracias a la herencia que nos dieron Adán y Eva. El pecado viene dentro de nuestro ser, es parte integral de lo que somos, como está escrito: Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron. Romanos 5:12. Y también dice la Palabra: He aquí, en maldad he sido formado, y en pecado me concibió mi madre. Salmo 51:5. Entonces, el trabajo del diablo es aún más sencillo. El solo tiene que apelar a algo que ya está dentro de nuestro ser. Esto es lo que enseña la Palabra: Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie; sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte. Santiago 1:13-15. Por eso es que existe tanto desvío aun dentro de la fe, porque aunque una persona llegue hasta rendirle su vida a Cristo, todavía tiene que luchar con lo que tiene dentro de sí mismo, y claro, con un enemigo que solo desea su perdición porque él es toda maldad. No hay nada redimible ni bueno dentro de Satanás, y como tal, su producto es toda maldad.  

Entonces, ¿Qué podemos hacer para no solamente poder vencer lo que tenemos dentro de nosotros mismos, sino también, poder llegar a esa perfección a la que debemos llegar si legítimamente deseamos estar con Dios? ¿Cómo se puede ver a través de todo lo que hay para poder llegar a la verdad? Lo primero es realmente disponerse a tener un encuentro con Dios. No buscar a Dios solo para resolver problemas, o para cumplir deseos egoístas, o para tratar de manipular a Dios de alguna manera. Esto es uno de esos pecados que están más presentes en el llamado pueblo de Dios. La gran mayoría tienen motivos alternativos en vez de buscar de Dios legítimamente. Esto es una de las razones más grandes por lo cual existen tantos desvíos. Por eso que hay tanto pecado dentro del pueblo de Dios. El Señor dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. Juan 14:6b. Por lo tanto, uno no puede seguir sus propios designios o ideas o pareceres. Cristo tiene que ser el blanco, y como tal, El tiene que llegar a ser el Señor de nuestra vida. Tiene que ser el literal y verdadero Señor de nuestro ser. De otra manera, solo se promueve aún más el desvío. El comienzo del pecado voluntario que vimos al empezar es el retener a otras cosas o hasta a uno mismo como señor de nuestra vida en vez de tener a Jesús como el Señor de nuestra vida. Si una persona ya ha tenido ese conocimiento de la Verdad, de lo que Cristo tiene que ser en nuestras vidas, y escoge hacer otra cosa, no hay perdón. Y claro, si sigue esa trayectoria sin cambiar de rumbo, no vera la vida, sino que sufrirá la ira eterna de Dios. ¿Por qué? Porque conoció la Verdad y la desprecio. Entonces, lo que hace esta determinación posible en nosotros mismos es nuestra fe. Todo depende donde pones tu fe. Si pones tu fe en ti mismo, o en algo o alguien más, por mucho que digas que crees en Dios, no veras la vida. Pero, si pones legítimamente tu fe en el Señor Jesús y le tratas como tal, encontrarás la gracia de Dios. Así que, ¿está tu fe en el Señor o en tu pecado que todavía mora dentro de ti? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Sufriendo por un mejor futuro - Hechos 24

Basado en Hechos 24 (Versión Reina Valera 1960)

Cinco días después, descendió el sumo sacerdote Ananías con algunos de los ancianos y un cierto orador llamado Tértulo, y comparecieron ante el gobernador contra Pablo. Y cuando este fue llamado, Tértulo comenzó a acusarle, diciendo: Como debido a ti gozamos de gran paz, y muchas cosas son bien gobernadas en el pueblo por tu prudencia, oh excelentísimo Félix, lo recibimos en todo tiempo y en todo lugar con toda gratitud. Pero por no molestarte más largamente, te ruego que nos oigas brevemente conforme a tu equidad. Porque hemos hallado que este hombre es una plaga, y promotor de sediciones entre todos los judíos por todo el mundo, y cabecilla de la secta de los nazarenos. Intentó también profanar el templo; y prendiéndole, quisimos juzgarle conforme a nuestra ley. Pero interviniendo el tribuno Lisias, con gran violencia le quitó de nuestras manos, mandando a sus acusadores que viniesen a ti. Tú mismo, pues, al juzgarle, podrás informarte de todas estas cosas de que le acusamos. Los judíos también confirmaban, diciendo ser así todo. Habiéndole hecho señal el gobernador a Pablo para que hablase, este respondió: Porque sé que desde hace muchos años eres juez de esta nación, con buen ánimo haré mi defensa. Como tú puedes cerciorarte, no hace más de doce días que subí a adorar a Jerusalén; y no me hallaron disputando con ninguno, ni amotinando a la multitud; ni en el templo, ni en las sinagogas ni en la ciudad; ni te pueden probar las cosas de que ahora me acusan. Pero esto te confieso, que según el Camino que ellos llaman herejía, así sirvo al Dios de mis padres, creyendo todas las cosas que en la ley y en los profetas están escritas; teniendo esperanza en Dios, la cual ellos también abrigan, de que ha de haber resurrección de los muertos, así de justos como de injustos. Y por esto procuro tener siempre una conciencia sin ofensa ante Dios y ante los hombres. Pero pasados algunos años, vine a hacer limosnas a mi nación y presentar ofrendas. Estaba en ello, cuando unos judíos de Asia me hallaron purificado en el templo, no con multitud ni con alboroto. Ellos debieran comparecer ante ti y acusarme, si contra mí tienen algo. O digan estos mismos si hallaron en mí alguna cosa mal hecha, cuando comparecí ante el concilio, a no ser que estando entre ellos prorrumpí en alta voz: Acerca de la resurrección de los muertos soy juzgado hoy por vosotros. Entonces Félix, oídas estas cosas, estando bien informado de este Camino, les aplazó, diciendo: Cuando descendiere el tribuno Lisias, acabaré de conocer de vuestro asunto. Y mandó al centurión que se custodiase a Pablo, pero que se le concediese alguna libertad, y que no impidiese a ninguno de los suyos servirle o venir a él. Algunos días después, viniendo Félix con Drusila su mujer, que era judía, llamó a Pablo, y le oyó acerca de la fe en Jesucristo. Pero al disertar Pablo acerca de la justicia, del dominio propio y del juicio venidero, Félix se espantó, y dijo: Ahora vete; pero cuando tenga oportunidad te llamaré. Esperaba también con esto, que Pablo le diera dinero para que le soltase; por lo cual muchas veces lo hacía venir y hablaba con él. Pero al cabo de dos años recibió Félix por sucesor a Porcio Festo; y queriendo Félix congraciarse con los judíos, dejó preso a Pablo.

La vida del Apóstol Pablo es uno de nuestros ejemplos más claros de lo que puede suceder en la vida de un cristiano, aún cuando hace todo correcto. Se puede decir que fue la persona en la historia que más se asemejo al Señor, lo cual demuestra que el Espíritu Santo puede hacer un trabajo increíble de transformación, si una persona llega a someterse totalmente a Su voluntad. Pablo no se quedó como era al principio, sino más bien, fue una persona totalmente transformada llegando a ser muy semejante a Cristo. La gloria es del Señor, pero como se ha dicho muchas veces fundamentado sobre la Palabra, tenemos libre albedrio y ni Dios, ni el Espíritu Santo van a forzar a nadie, porque el amor siempre es voluntario. Pablo comenzó siendo una persona severa, autoritaria, y muy religiosa. Pero después de su encuentro con el Señor, tuvo completamente un cambio de perseguir a los cristianos, a convertirse a la fe de ellos, en el Señor dando su vida voluntariamente por la misma fe que el persiguió. Digo que “voluntariamente” dió su vida porque él pudiera haber comprometido su fe en cualquier momento, y todo lo malo que le estaba sucediendo hubiera terminado. Pero, él no comprometió su amor por el Señor, sino que fue fiel hasta el final.  

Ahora bien, y como habíamos comenzado a ver antes, Pablo a pesar de obedecer al Señor, sufrió mucha persecución injustamente. Y claro, lo mataron injustamente. Pero, de esto mismo nos advirtió el Señor, aun mucho antes que apareciera Pablo en la escena, por decir. Porque escrito esta: Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros. Mateo 5:10-12. La Palabra nos enseña que aun nuestros propios seres queridos se volverán en contra de nosotros, por seguir al Señor. La Palabra dice que hasta los padres entregaran a los hijos, y los hijos a los padres, y que nuestros enemigos pueden ser lo de nuestra casa. Entonces ¿es alguna sorpresa lo que le sucedió a Pablo? Así que, por esto mismo entendemos que es posible que no todo salga como uno desea, aun cuando uno busca servir al Señor y serle fiel. Y esto es lo que retiene a muchas personas de entregarse más al Señor. Esta es una de las razones por lo cual muchos solo tratan de acercarse al Señor, no porque le aman, sino suficientemente como para sacar provecho, pero sin correr el riesgo de sufrir. Esto es a lo que se refiere el Señor cuando habla en Apocalipsis acerca de los tibios. El tibio es el que dice creer, pero no está dispuesto a tomar decisiones que le afecten su bienestar momentáneo. Es el que desea el beneficio, pero sin que le cueste nada. Hay demasiada tibieza hoy en día.

Entonces, ¿Cuál era el pensar de Pablo? La Biblia nos dice esto, lo cual Pablo escribió: Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo, y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe; a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte, si en alguna manera llegase a la resurrección de entre los muertos. No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. Filipenses 3:7-14. ¿Qué era lo que metía a Pablo en problemas? Como él mismo lo dijo: el procurar tener siempre una conciencia sin ofensa ante Dios y ante los hombres, el hablar de la justicia, del dominio propio, y del juicio venidero. Pablo trato de vivir como Cristo y de hablar de Cristo y de lo que El predicaba. Pero, más tarde o más temprano, la mayoría se ofenden con las cosas del Señor. Pero finalmente, ¿deseas complacer a los hombres para ir al infierno, o prefieres sacrificar lo temporal para lograr la eternidad? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Porque puede ocurrir la destrucción - Jeremías 52:12-30

Basado en Jeremías 52:12-30 (Versión Reina Valera 1960)

Y en el mes quinto, a los diez días del mes, que era el año diecinueve del reinado de Nabucodonosor rey de Babilonia, vino a Jerusalén Nabuzaradán capitán de la guardia, que solía estar delante del rey de Babilonia. Y quemó la casa de Jehová, y la casa del rey, y todas las casas de Jerusalén; y destruyó con fuego todo edificio grande. Y todo el ejército de los caldeos, que venía con el capitán de la guardia, destruyó todos los muros en derredor de Jerusalén. E hizo transportar Nabuzaradán capitán de la guardia a los pobres del pueblo, y a toda la otra gente del pueblo que había quedado en la ciudad, a los desertores que se habían pasado al rey de Babilonia, y a todo el resto de la multitud del pueblo. Mas de los pobres del país dejó Nabuzaradán capitán de la guardia para viñadores y labradores. Y los caldeos quebraron las columnas de bronce que estaban en la casa de Jehová, y las basas, y el mar de bronce que estaba en la casa de Jehová, y llevaron todo el bronce a Babilonia. Se llevaron también los calderos, las palas, las despabiladeras, los tazones, las cucharas, y todos los utensilios de bronce con que se ministraba, y los incensarios, tazones, copas, ollas, candeleros, escudillas y tazas; lo de oro por oro, y lo de plata por plata, se llevó el capitán de la guardia. Las dos columnas, un mar, y los doce bueyes de bronce que estaban debajo de las basas, que había hecho el rey Salomón en la casa de Jehová; el peso del bronce de todo esto era incalculable. En cuanto a las columnas, la altura de cada columna era de dieciocho codos, y un cordón de doce codos la rodeaba; y su espesor era de cuatro dedos, y eran huecas. Y el capitel de bronce que había sobre ella era de una altura de cinco codos, con una red y granadas alrededor del capitel, todo de bronce; y lo mismo era lo de la segunda columna con sus granadas. Había noventa y seis granadas en cada hilera; todas ellas eran ciento sobre la red alrededor. Tomó también el capitán de la guardia a Seraías el principal sacerdote, a Sofonías el segundo sacerdote, y tres guardas del atrio. Y de la ciudad tomó a un oficial que era capitán de los hombres de guerra, a siete hombres de los consejeros íntimos del rey, que estaban en la ciudad, y al principal secretario de la milicia, que pasaba revista al pueblo de la tierra para la guerra, y sesenta hombres del pueblo que se hallaron dentro de la ciudad. Los tomó, pues, Nabuzaradán capitán de la guardia, y los llevó al rey de Babilonia en Ribla. Y el rey de Babilonia los hirió, y los mató en Ribla en tierra de Hamat. Así Judá fue transportada de su tierra. Este es el pueblo que Nabucodonosor llevó cautivo: En el año séptimo, a tres mil veintitrés hombres de Judá. En el año dieciocho de Nabucodonosor él llevó cautivas de Jerusalén a ochocientas treinta y dos personas. El año veintitrés de Nabucodonosor, Nabuzaradán capitán de la guardia llevó cautivas a setecientas cuarenta y cinco personas de los hombres de Judá; todas las personas en total fueron cuatro mil seiscientas.

Creo que posiblemente habrá personas que se pregunten: ¿Por qué sucede la destrucción? Y temo decir que siempre, la destrucción viene a raíz del pecado, especialmente cuando les concierne a personas que supuestamente saben de Dios. Hoy leímos de la destrucción que vino sobre el pueblo de Israel a manos de los Caldeos, del rey de Babilonia. Fue extremadamente difícil lo que le sucedió al pueblo de Israel. Fue un evento donde pocas personas conservaron la vida, en comparación a la populación que había en aquel entonces. Los pocos que se salvaron o fueron llevados cautivos, o fueron dejados para cultivar la tierra, pero nada más. El país fue enteramente desbastado. Entonces, puede que pregunten aún más, ¿Dios permitió eso? Y si lo permitió, ¿Por qué?

Casi siempre lo primero en las mentes y en los corazones de las personas existe el juzgar a Dios, y cuestionar Sus motivos y Sus acciones. Y como todo en el mundo tiene explicación, especialmente lo que Dios hace y permite, es fácil responder, pero siempre escogiendo ver el lado de Dios, a través de Su Palabra. Este es un gran problema que existe hoy, que la gran mayoría de las personas solo quieren ver su lado de la historia, pero nunca ponerse en el lado del Señor. Exigen ver el amor de Dios, y lo cuestionan, pero sin nunca ver el lado de Dios y lo que a El se le hace. A Dios se le ofende a cada momento, pero ni por un solo instante, se preocupan la gran mayoría en ver ¿Qué fue lo que se le hizo a Dios? Y recuerden que estamos hablando de personas que conocen de Dios, porque lo que leímos constaba del pueblo de Dios, y no de un pueblo que desconocía de Dios. Y eso podemos decir de casi todo el mundo hoy, que casi toda persona ha escuchado o sabe de Dios. Ya prácticamente se ha evangelizado el mundo entero. ¿Qué es el Evangelio? El no solamente hablar de Dios, sino de dar a conocer a Cristo y lo que El hizo por toda la humanidad, el mensaje de la cruz. Un gran ejemplo de eso fue Billy Graham quien predicó el evangelio a cientos de millones de personas por todo el mundo por varias décadas. Y claro, ¿qué se puede decir de la Iglesia Católica? Dirán lo que dirán, cada vez que una persona ve un crucifico, ve el símbolo único que habla de la misericordia y del amor de Dios. No se puede evitar la explicación del símbolo de la cruz. Y también, Dios dice: Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. Romanos 1:20. Así que, se puede concluir que casi todo el mundo, de alguna manera u otra, conoce de Dios y están conscientes de lo que hizo Cristo por todos nosotros.

Entonces, ¿qué hizo Israel con el conocimiento de Dios? Lo mismo que mucho del mundo hacen hoy con un hecho aún más grande que el que conocía el pueblo de Dios antiguo, de que no solamente existe Dios, sino que Cristo murió y resucito para darle vida eterna a todo aquel que creyere en El. Desgraciadamente, la gran mayoría desprecian conscientemente al Señor. Crean y siguen a sus ídolos, e inclusive, se convierten a sí mismo y a su pecado en ídolos, como está escrito: Vinieron a mí algunos de los ancianos de Israel, y se sentaron delante de mí. Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, estos hombres han puesto sus ídolos en su corazón, y han establecido el tropiezo de su maldad delante de su rostro. ¿Acaso he de ser yo en modo alguno consultado por ellos? Háblales, por tanto, y diles: Así ha dicho Jehová el Señor: Cualquier hombre de la casa de Israel que hubiere puesto sus ídolos en su corazón, y establecido el tropiezo de su maldad delante de su rostro, y viniere al profeta, yo Jehová responderé al que viniere conforme a la multitud de sus ídolos, para tomar a la casa de Israel por el corazón, ya que se han apartado de mí todos ellos por sus ídolos. Por tanto, di a la casa de Israel: Así dice Jehová el Señor: Convertíos, y volveos de vuestros ídolos, y apartad vuestro rostro de todas vuestras abominaciones. Ezequiel 14:1-6. Finalmente, ¿Cómo puede Dios darle de Su favor y gracia a personas que prefieren buscar en cosas que solo producen muerte? La paga del pecado es muerte, y mientras se justifica y se glorifica al pecado, entonces solo encontraran la muerte como fin. Todo ser tiene libre albedrio, pero como tal, toda decisión tiene su propia consecuencia, comenzando con el desprecio a Dios. Entonces, hoy te ofrezco un consejo: Busca ser más justo con el Señor y aprende a amarle (mientras haya tiempo), no solo para tratar de utilizarlo para resolver tus problemas temporales, sino más bien, para vida eterna, porque este mundo jamás será perfecto, y lo único que realmente importa es la eternidad. ¡Qué el Señor les bendiga! John

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El peligro en seguir la multitud - Hechos 21:15-36

Basado en Hechos 21:15-36 (Versión Reina Valera 1960)

Después de esos días, hechos ya los preparativos, subimos a Jerusalén. Y vinieron también con nosotros de Cesarea algunos de los discípulos, trayendo consigo a uno llamado Mnasón, de Chipre, discípulo antiguo, con quien nos hospedaríamos. Cuando llegamos a Jerusalén, los hermanos nos recibieron con gozo. Y al día siguiente Pablo entró con nosotros a ver a Jacobo, y se hallaban reunidos todos los ancianos; a los cuales, después de haberles saludado, les contó una por una las cosas que Dios había hecho entre los gentiles por su ministerio. Cuando ellos lo oyeron, glorificaron a Dios, y le dijeron: Ya ves, hermano, cuántos millares de judíos hay que han creído; y todos son celosos por la ley. Pero se les ha informado en cuanto a ti, que enseñas a todos los judíos que están entre los gentiles a apostatar de Moisés, diciéndoles que no circunciden a sus hijos, ni observen las costumbres. ¿Qué hay, pues? La multitud se reunirá de cierto, porque oirán que has venido. Haz, pues, esto que te decimos: Hay entre nosotros cuatro hombres que tienen obligación de cumplir voto. Tómalos contigo, purifícate con ellos, y paga sus gastos para que se rasuren la cabeza; y todos comprenderán que no hay nada de lo que se les informó acerca de ti, sino que tú también andas ordenadamente, guardando la ley. Pero en cuanto a los gentiles que han creído, nosotros les hemos escrito determinando que no guarden nada de esto; solamente que se abstengan de lo sacrificado a los ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación. Entonces Pablo tomó consigo a aquellos hombres, y al día siguiente, habiéndose purificado con ellos, entró en el templo, para anunciar el cumplimiento de los días de la purificación, cuando había de presentarse la ofrenda por cada uno de ellos. Pero cuando estaban para cumplirse los siete días, unos judíos de Asia, al verle en el templo, alborotaron a toda la multitud y le echaron mano, dando voces: ¡Varones israelitas, ayudad! Este es el hombre que por todas partes enseña a todos contra el pueblo, la ley y este lugar; y además de esto, ha metido a griegos en el templo, y ha profanado este santo lugar. Porque antes habían visto con él en la ciudad a Trófimo, de Éfeso, a quien pensaban que Pablo había metido en el templo. Así que toda la ciudad se conmovió, y se agolpó el pueblo; y apoderándose de Pablo, le arrastraron fuera del templo, e inmediatamente cerraron las puertas. Y procurando ellos matarle, se le avisó al tribuno de la compañía, que toda la ciudad de Jerusalén estaba alborotada. Este, tomando luego soldados y centuriones, corrió a ellos. Y cuando ellos vieron al tribuno y a los soldados, dejaron de golpear a Pablo. Entonces, llegando el tribuno, le prendió y le mandó atar con dos cadenas, y preguntó quién era y qué había hecho. Pero entre la multitud, unos gritaban una cosa, y otros otra; y como no podía entender nada de cierto a causa del alboroto, le mandó llevar a la fortaleza. Al llegar a las gradas, aconteció que era llevado en peso por los soldados a causa de la violencia de la multitud; porque la muchedumbre del pueblo venía detrás, gritando: ¡Muera!

¡Hay que tener mucho cuidado con seguir la multitud! La multitud en general casi nunca conlleva a hacer algo bueno. Como vimos en este pasaje, la multitud quiso matar a un hombre justo, a Pablo. ¿Por qué suceden cosas así? El asunto es que las masas casi nunca apoyan lo que esta bien, y esto lo vemos muy claramente a través de la Palabra. Es un fenómeno, por decir, que pasa frecuentemente. Pero claro, todo en el mundo espiritual tiene explicaciones muy sencillas. La Biblia nos enseña que el príncipe de este mundo es Satanás, y que sus demonios andan sueltos, habitando en cuerpos de seres humanos. Y ¡cuidado! No todo endemoniado va a hacer cosas siempre fuera de serie. A veces están tranquilos hasta que llega un momento donde son exaltados, y allí es que se ve lo que realmente está dentro del corazón de una persona. En el descontrol de una multitud es que mayormente se puede ver lo que hay dentro de las personas.

Vemos que no solamente Pablo fue víctima de una multitud perversa, sino aún más importante, el propio Señor sufrió en manos de la multitud. Cualquier persona supuestamente conocedora de la Palabra diría: Bueno, eso tenía que pasar. Y sí, es verdad, pero, no obstante, fue uno de los mecanismos principales que fueron instrumentales en la condena a muerte del Hijo de Dios. Pilato no quería en realidad mandar a crucificar al Señor, pero cedió ante la presión de la fuerza maligna que estaba en la multitud. Esto es lo que leemos: Ahora bien, en el día de la fiesta les soltaba un preso, cualquiera que pidiesen. Y había uno que se llamaba Barrabás, preso con sus compañeros de motín que habían cometido homicidio en una revuelta. Y viniendo la multitud, comenzó a pedir que hiciese como siempre les había hecho. Y Pilato les respondió diciendo: ¿Queréis que os suelte al Rey de los judíos? Porque conocía que por envidia le habían entregado los principales sacerdotes. Mas los principales sacerdotes incitaron a la multitud para que les soltase más bien a Barrabás. Respondiendo Pilato, les dijo otra vez: ¿Qué, pues, queréis que haga del que llamáis Rey de los judíos? Y ellos volvieron a dar voces: ¡Crucifícale! Pilato les decía: ¿Pues qué mal ha hecho? Pero ellos gritaban aún más: ¡Crucifícale! Y Pilato, queriendo satisfacer al pueblo, les soltó a Barrabás, y entregó a Jesús, después de azotarle, para que fuese crucificado. Marcos 15:6-15. Desgraciadamente, la misma multitud que una vez escuchaba los mensajes del Señor, y vieron prodigios, milagros, y tantas bondades que hizo, fueron los mismos que gritaron que le crucificaran. ¿Qué paso con los que gritaron una vez ¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!? Mateo 21:9b. Las cosas pueden cambiar para mal de un momento a otro, dependiendo de la influencia.

Y esto es una verdad que debemos atenernos, a los que deseamos seguir al Señor: si las multitudes se volvieron en contra del Señor, también puede ocurrirnos a nosotros, como le paso a Pablo. El mismo Señor advirtió: Y llevándole, tomaron a cierto Simón de Cirene, que venía del campo, y le pusieron encima la cruz para que la llevase tras Jesús. Y le seguía gran multitud del pueblo, y de mujeres que lloraban y hacían lamentación por él. Pero Jesús, vuelto hacia ellas, les dijo: Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí, sino llorad por vosotras mismas y por vuestros hijos. Porque he aquí vendrán días en que dirán: Bienaventuradas las estériles, y los vientres que no concibieron, y los pechos que no criaron. Entonces comenzarán a decir a los montes: Caed sobre nosotros; y a los collados: Cubridnos. Porque si en el árbol verde hacen estas cosas, ¿en el seco, qué no se hará? Lucas 23:26-31.

¿Qué podemos sacar en limpio con todo esto? Hay que tener mucho cuidado con seguir la multitud, porque la gran mayoría de las veces, las masas no están con Dios. Esto fue lo que dijo el Señor: Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan. Mateo 7:13-14. Los que seguimos realmente al Señor siempre seremos una minoría. Así que, ¿Estás siguiendo al Señor para vida eterna, o a la multitud que están bajo la mala influencia de Satanás y de sus legiones? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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El Señor sabe más que nosotros - Marcos 9:14-37

Basado en Marcos 9:14-37 (Versión Reina Valera 1960)

Cuando llegó a donde estaban los discípulos, vio una gran multitud alrededor de ellos, y escribas que disputaban con ellos. Y en seguida toda la gente, viéndole, se asombró, y corriendo a él, le saludaron. Él les preguntó: ¿Qué disputáis con ellos? Y respondiendo uno de la multitud, dijo: Maestro, traje a ti a mi hijo, que tiene un espíritu mudo, el cual, dondequiera que le toma, le sacude; y echa espumarajos, y cruje los dientes, y se va secando; y dije a tus discípulos que lo echasen fuera, y no pudieron. Y respondiendo él, les dijo: ¡Oh generación incrédula! ¿Hasta cuándo he de estar con vosotros? ¿Hasta cuándo os he de soportar? Traédmelo. Y se lo trajeron; y cuando el espíritu vio a Jesús, sacudió con violencia al muchacho, quien cayendo en tierra se revolcaba, echando espumarajos. Jesús preguntó al padre: ¿Cuánto tiempo hace que le sucede esto? Y él dijo: Desde niño. Y muchas veces le echa en el fuego y en el agua, para matarle; pero si puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros, y ayúdanos. Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible. E inmediatamente el padre del muchacho clamó y dijo: Creo; ayuda mi incredulidad. Y cuando Jesús vio que la multitud se agolpaba, reprendió al espíritu inmundo, diciéndole: Espíritu mudo y sordo, yo te mando, sal de él, y no entres más en él. Entonces el espíritu, clamando y sacudiéndole con violencia, salió; y él quedó como muerto, de modo que muchos decían: Está muerto. Pero Jesús, tomándole de la mano, le enderezó; y se levantó. Cuando él entró en casa, sus discípulos le preguntaron aparte: ¿Por qué nosotros no pudimos echarle fuera? Y les dijo: Este género con nada puede salir, sino con oración y ayuno. Habiendo salido de allí, caminaron por Galilea; y no quería que nadie lo supiese. Porque enseñaba a sus discípulos, y les decía: El Hijo del Hombre será entregado en manos de hombres, y le matarán; pero después de muerto, resucitará al tercer día. Pero ellos no entendían esta palabra, y tenían miedo de preguntarle. Y llegó a Capernaum; y cuando estuvo en casa, les preguntó: ¿Qué disputabais entre vosotros en el camino? Mas ellos callaron; porque en el camino habían disputado entre sí, quién había de ser el mayor. Entonces él se sentó y llamó a los doce, y les dijo: Si alguno quiere ser el primero, será el postrero de todos, y el servidor de todos. Y tomó a un niño, y lo puso en medio de ellos; y tomándole en sus brazos, les dijo: El que reciba en mi nombre a un niño como este, me recibe a mí; y el que a mí me recibe, no me recibe a mí sino al que me envió.

A través de toda instancia en la Palabra, debiéramos poder ver algo que es muy importante, y eso es: que el Señor sabe mucho más que nosotros. En este corto pasaje vemos tres instancias que demuestran esto. En la primera instancia, el Señor pregunta acerca de la disputa que había sucedido, pero El ya sabía cuál era el asunto (porque recuerden que El sabe aún nuestros pensamientos). Y El es el que libera al muchacho del espíritu inmundo. En la segunda instancia, El le habló a los discípulos acerca de Su muerte y resurrección, algo que no sabían, ni aún menos, entendían lo que iba a suceder, y la razón por lo cual iba a suceder. El sabia cosas que estaban totalmente fuera del alcance de los discípulos. Y en la tercera instancia, mientras los doce disputaban entre sí, de quien sería el primero, El les enseñó algo que va en contra de todo lo que ellos pensaban que debiera ser. En cada momento, se ve que El estuvo (y está siempre) varios pasos (por decir) más adelante de todos.

¿Cómo podemos ver que Dios sí en realidad sabe más que nosotros? Bueno, ya lo vimos que Su Palabra lo demuestra claramente. Pero también, Sus obras proclaman Su grandeza y Su inteligencia. Si solo realmente aceptara el hombre la realidad de que Dios sí lo hizo todo; el asunto de poder comprender lo más elemental, algo que hasta un niño puede entender, muchas cosas se les harían más fáciles. Todo lo creado habla de Su majestad, lo inmenso e incalculable de Su conocimiento. Como está escrito: Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos. Un día emite palabra a otro día, y una noche a otra noche declara sabiduría. Salmo 19:1-2. Y también escrito esta: Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. Romanos 1:20. Todo habla de la grandeza de Dios, desde lo invisible y microscópico, hasta lo más grande e infinito. Si Dios supo hacer todas esas cosas, cosas que nosotros nunca podremos ni saber, ni aun menos, hacerlas nosotros mismos, debiéramos poder entender que El sabe infinitamente mucho más que todos nosotros.

Ahora bien, ¿Qué debiera entonces hacer el hombre con este conocimiento? Muy fácil, buscar del Señor, con todo su corazón, como está escrito: Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano. Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar. Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos. Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come, así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié. Isaías 55:6-11. Todo lo que Dios dice será. No hay nada que pueda cambiar lo determinado por El. Lo que debemos siempre tener en mente es que la Palabra se puede cumplir para bien en nuestra vida, si amamos y obedecemos al Señor, o para mal, como simple consecuencia de lo que sucede cuando no se ama y no se le obedece. Hay personas que piensan que, porque una persona es expuesta a la Palabra de Dios, que eso la va a cambiar, más tarde o más temprano. Eso es lo que Dios quisiera, porque por algo la envía, con el propósito de que la persona cambie. Pero el asunto es que todo en el Señor es a través del amor, y en el amor, nunca se fuerzan las cosas. Dios provee las circunstancias con el fin de que una persona escuche y cambie, pero nunca la va a forzar. El libre albedrio nunca termina, aun cuando uno le ha dado su vida al Señor. La base de nuestra relación con el Señor siempre es el amor. Y como tal, todo está basado en la decisión, como está escrito: Porque muy cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón, para que la cumplas. Mira, yo he puesto delante de ti hoy la vida y el bien, la muerte y el mal. Deuteronomio 30:14-15.

En fin, él que realmente desea ser sabio, por su propio bien, debiera buscar obedecerle al Señor, porque escrito esta: ¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo? Todo aquel que viene a mí, y oye mis palabras y las hace, os indicaré a quién es semejante. Semejante es al hombre que al edificar una casa, cavó y ahondó y puso el fundamento sobre la roca; y cuando vino una inundación, el río dio con ímpetu contra aquella casa, pero no la pudo mover, porque estaba fundada sobre la roca. Mas el que oyó y no hizo, semejante es al hombre que edificó su casa sobre tierra, sin fundamento; contra la cual el río dio con ímpetu, y luego cayó, y fue grande la ruina de aquella casa. Lucas 6:46-49. Así que, ¿Entiendes, por tu bien, que el Señor sabe mucho más que tú? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Las prioridades de Dios - Mateo 12:1-14

Basado en Mateo 12:1-14 (Versión Reina Valera 1960)

En aquel tiempo iba Jesús por los sembrados en un día de reposo; y sus discípulos tuvieron hambre, y comenzaron a arrancar espigas y a comer. Viéndolo los fariseos, le dijeron: He aquí tus discípulos hacen lo que no es lícito hacer en el día de reposo. Pero él les dijo: ¿No habéis leído lo que hizo David, cuando él y los que con él estaban tuvieron hambre; cómo entró en la casa de Dios, y comió los panes de la proposición, que no les era lícito comer ni a él ni a los que con él estaban, sino solamente a los sacerdotes? ¿O no habéis leído en la ley, cómo en el día de reposo los sacerdotes en el templo profanan el día de reposo, y son sin culpa? Pues os digo que uno mayor que el templo está aquí. Y si supieseis qué significa: Misericordia quiero, y no sacrificio, no condenaríais a los inocentes; porque el Hijo del Hombre es Señor del día de reposo. Pasando de allí, vino a la sinagoga de ellos. Y he aquí había allí uno que tenía seca una mano; y preguntaron a Jesús, para poder acusarle: ¿Es lícito sanar en el día de reposo? Él les dijo: ¿Qué hombre habrá de vosotros, que tenga una oveja, y si esta cayere en un hoyo en día de reposo, no le eche mano, y la levante? Pues ¿cuánto más vale un hombre que una oveja? Por consiguiente, es lícito hacer el bien en los días de reposo. Entonces dijo a aquel hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y le fue restaurada sana como la otra. Y salidos los fariseos, tuvieron consejo contra Jesús para destruirle.

La gran mayoría de los supuestos creyentes apuntan muy fácil el dedo hacia los fariseos. Hay muchos que dirían que ellos eran tan malos y perversos que hasta fueron directamente responsables por la muerte del Señor. Y bueno, de cierto punto de vista, sí, tuvieron gran parte de culpa. Entonces, muchos concluirían que la religiosidad es mala, e inclusive, dirían aún más entre los más espirituales de hoy en día, que lo que realmente busca Dios es una relación con el hombre, y no que el hombre busque ser religioso. Pero, yo me pregunto, viendo las cosas como están hoy, y especialmente teniendo el privilegio de poder ver distintas personas en distintas partes del mundo, ¿los creyentes realmente tienen una relación con Dios, o también se han formado su propia religiosidad que es tan mala como la de los fariseos? El Espíritu revela que, como grupo, estamos tan mal como los que acusamos tan fácilmente como seres religiosos y malos. Hay un nuevo fariseísmo, por decir, que ha llenado nuestras iglesias, y aún peor, están en los pulpitos y plataformas de donde se debiera pregonar la Verdad de Dios. Sinceramente, lo que revela el Espíritu y demuestra el ambiente es que hay poca fe verdadera. Desgraciadamente, muchas personas viven una fe falsa, algo que parece genuino, pero que no es.

Hay muchas personas que hoy en día basan su fe en una supuesta gracia de Dios, algo que se dice o se da a entender que ya no es necesario hacer nada más, sino solo creer en Jesucristo y aceptarle como Salvador, y ya está, vive tu vida porque vas a llegar al cielo. Hay otros que piensan que solo se trata de ser una “buena persona”, y eso es muy subjetivo. Hay muchos también que piensan que el seguir al Señor consta de ir a la iglesia, y dar un poco de dinero, y de usar un vocabulario especial, y claro, cantar muchas canciones bonitas y entretenidas, las que les gustan por supuesto. Hay muchos que creen que el ser creyente se trata de tener compañerismo con otros creyentes, y tratar de pasarlo bien los unos con los otros. Y bueno, también hay muchos que creen que el aprenderse la Biblia de tapa a tapa, y de hacer estudios especiales y de poder llegar a entender cosas detalladamente, y de ser mejor que los demás, que eso es lo que Dios busca. En fin, hay muchas ideas y muchas cosas que se creen que son la voluntad de Dios, y creen que porque se hacen y se creen esas cosas, que todo estará bien. Como grupo, se ha creado tal variedad de supuestas verdades que ya ni se sabe que creer o no. Si yo fuera una persona inconversa, y mirara hacia nuestro grupo hoy en día para poder encontrar un norte, yo no tendría ni idea por donde comenzar. Hay tal variedad de cosas que esto le demuestra al mundo que debe haber muchos caminos a Dios en vez de uno solo como lo definió el Señor. ¡Y nos maravillamos de porque el mundo le cuesta tanto creer! Pero, sarcásticamente hablando, ese es problema de ellos, ¿verdad? Porque esta es la mentalidad que hoy sí reina en el pueblo de Dios: Cada uno por su cada uno, y cada uno hace como bien le parece, y como le conviene. Y si es así la cosa, entonces como grupo somos iguales que los fariseos. No hay diferencia.  

Si realmente entendemos lo que leímos hoy, debiéramos poder ver la Verdad que Dios realmente desea ver en nuestras vidas, y que no se trata de religiosidades o teologías huecas sin vida, ni aún menos, de conveniencias personales, sino de algo mucho más profundo y exacto. Para comenzar, lo que el propio Señor reiteraba a través de Sus hechos era lo que siempre ha sido Su voluntad desde el comienzo, como está escrito: Clama a voz en cuello, no te detengas; alza tu voz como trompeta, y anuncia a mi pueblo su rebelión, y a la casa de Jacob su pecado. Que me buscan cada día, y quieren saber mis caminos, como gente que hubiese hecho justicia, y que no hubiese dejado la ley de su Dios; me piden justos juicios, y quieren acercarse a Dios. ¿Por qué, dicen, ayunamos, y no hiciste caso; humillamos nuestras almas, y no te diste por entendido? He aquí que en el día de vuestro ayuno buscáis vuestro propio gusto, y oprimís a todos vuestros trabajadores. He aquí que para contiendas y debates ayunáis y para herir con el puño inicuamente; no ayunéis como hoy, para que vuestra voz sea oída en lo alto. ¿Es tal el ayuno que yo escogí, que de día aflija el hombre su alma, que incline su cabeza como junco, y haga cama de cilicio y de ceniza? ¿Llamaréis esto ayuno, y día agradable a Jehová? ¿No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresión, y dejar ir libres a los quebrantados, y que rompáis todo yugo? ¿No es que partas tu pan con el hambriento, y a los pobres errantes albergues en casa; que cuando veas al desnudo, lo cubras, y no te escondas de tu hermano? Isaías 58:1-7. Y también esto está escrito: Jesús le respondió: El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es. Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que estos. Marcos 12:29-31. Pero esto es lo que reclama el Señor hoy más que nunca: El hijo honra al padre, y el siervo a su señor. Si, pues, soy yo padre, ¿dónde está mi honra? Y si soy señor, ¿dónde está mi temor? dice Jehová de los ejércitos a vosotros, oh sacerdotes, que menospreciáis mi nombre. Y decís: ¿En qué hemos menospreciado tu nombre? Malaquias 1:6. En fin, el Camino es Cristo, y debemos hacer tal como el Señor hizo. El vino a hacer la voluntad de Dios Padre, no ha servirse a sí mismo, y hasta tal punto de dar Su vida sin ni siquiera abrir Su boca. Lo hizo todo por amor al Padre, y así cumplió la ley, el primer y segundo mandamiento, los cuales recién leímos. El amó y así, buscó hacer la voluntad de Dios, y a través de eso, le hizo el servicio más grande que la humanidad necesitaba, el darle el camino a la vida eterna. Eso es lo que Cristo demostró (porque Sus hechos lo publicaron, y no solo Sus palabras, porque la fe sin obras es muerta). Y esto es el punto más clave: El que no amare al Señor Jesucristo, sea anatema. El Señor viene. 1 Corintios 16:22. Si no se cumple las prioridades de Dios, no hay salvación. Así que, ¿vives por las prioridades de Dios, o vives por el anatema? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Cuando Dios aflige a una nación - 1 Reyes 17:1-6

Basado en 1 Reyes 17:1-6 (Versión Reina Valera 1960)

Entonces Elías tisbita, que era de los moradores de Galaad, dijo a Acab: Vive Jehová Dios de Israel, en cuya presencia estoy, que no habrá lluvia ni rocío en estos años, sino por mi palabra. Y vino a él palabra de Jehová, diciendo: Apártate de aquí, y vuélvete al oriente, y escóndete en el arroyo de Querit, que está frente al Jordán. Beberás del arroyo; y yo he mandado a los cuervos que te den allí de comer. Y él fue e hizo conforme a la palabra de Jehová; pues se fue y vivió junto al arroyo de Querit, que está frente al Jordán. Y los cuervos le traían pan y carne por la mañana, y pan y carne por la tarde; y bebía del arroyo.

Hay muchas teorías de porque están tan difíciles las cosas hoy en día. Hay personas que le echan la culpa a los políticos, y que la razón porque estamos como estamos, es porque no han hecho las cosas bien. Hay otros que dirían que tenemos la pandemia porque algo paso en alguna parte, sea por accidente, o a propósito. Hay personas que también dirían que las economías están atribuladas o inestables por los efectos de la pandemia, o porque también hay personas que se están aprovechando, o porque hay problemas de intercambios comerciales con otros países. Hay personas que también dirían que los problemas climáticos son producto del abuso humano sobre la tierra, y el descuido industrial en todo lo que hacemos. Y también hay un grupo de personas que dirían que los problemas de salud que existen hoy en día, son producto de químicos y sustancias malas que se emplean en todo lo que comemos. Y bueno, hay un sinfín de otras cosas que se pueden traer a la conversación sobre lo que está mal, y las razones por lo cual están mal, pero estoy muy seguro de que también habrá ciertas explicaciones humanas que tendrán algo de razón, pero no del todo. Son verdades parciales e incompletas. ¿Qué finalmente es lo que está provocándo toda esta ola de mal que tenemos hoy en día?

Una explicación basada en la Palabra de Dios y en los hechos de los hombres es que el mal que hoy vivimos no es exactamente culpa de cosas que nosotros pensamos como seres humanos, sino va más allá. El problema es que Dios está permitiendo todo esto, pero no porque Dios sea malo, y le guste hacer sufrir a la gente, sino más bien, es el producto del pecado que está excediendo los límites de lo que es soportable para Dios (porque Dios muchas veces frena el mal que debiera caer), especialmente considerando que la gran mayoría del planeta sabe Quien es Dios, y que fue lo que hizo Jesucristo por nosotros, pero la gran mayoría de las personas que conocen esta verdad, en vez de aceptarla y seguirle a El por su propio bien, prefieren hacer cosas que finalmente glorifican al pecado y promueven la muerte, porque escrito esta: Porque la paga del pecado es muerte… Romanos 6:23a. Es Dios el que está permitiendo las cosas, pero por la rebelión del hombre, por conocer la verdad, pero despreciarla por cosas que solo traen muerte y destrucción. Dios permite las cosas, pero también, suceden porque son sencillamente consecuencias del pecado. Dios no tiene que esforzarse mucho para traer juicio, sino solamente deja que las cosas sigan el curso que las propias personas desean. Todo comienza a caer por su propio peso. Habrán muchos supuestos creyentes que dirán: Pero yo estoy en la gracia de Dios, porque yo creo en El. Pero el mal prosigue si se practica el pecado. ¿De qué sirve la cura si sigues tomando veneno?

Dios permitió la sequía y muchas otras cosas más en Israel por el pecado de Israel. Recuerden que Israel fue (y sigue siendo) el pueblo de Dios, así que, Dios le cobro a Israel sus pecados, su idolatría, sus desordenes sexuales, sus abusos con los débiles e indefensos, sus rebeliones, etc. Y si Dios hizo eso con Israel ¿no lo hará también con los que supuestamente han sido añadidos por gracia (no por derecho) a ese pueblo, nosotros los gentiles que hemos creído en Cristo? ¡Cuidado que la gracia de Dios no es licencia para pecar, ni para seguir haciendo cosas que glorifican la maldad! Esto dicen las Escrituras: Así dijo Jehová de los ejércitos: Del todo rebuscarán como a vid el resto de Israel; vuelve tu mano como vendimiador entre los sarmientos. ¿A quién hablaré y amonestaré, para que oigan? He aquí que sus oídos son incircuncisos, y no pueden escuchar; he aquí que la palabra de Jehová les es cosa vergonzosa, no la aman. Por tanto, estoy lleno de la ira de Jehová, estoy cansado de contenerme; la derramaré sobre los niños en la calle, y sobre la reunión de los jóvenes igualmente; porque será preso tanto el marido como la mujer, tanto el viejo como el muy anciano. Y sus casas serán traspasadas a otros, sus heredades y también sus mujeres; porque extenderé mi mano sobre los moradores de la tierra, dice Jehová. Porque desde el más chico de ellos hasta el más grande, cada uno sigue la avaricia; y desde el profeta hasta el sacerdote, todos son engañadores. Y curan la herida de mi pueblo con liviandad, diciendo: Paz, paz; y no hay paz. ¿Se han avergonzado de haber hecho abominación? Ciertamente no se han avergonzado, ni aun saben tener vergüenza; por tanto, caerán entre los que caigan; cuando los castigue caerán, dice Jehová. Así dijo Jehová: Paraos en los caminos, y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma. Mas dijeron: No andaremos. Puse también sobre vosotros atalayas, que dijesen: Escuchad al sonido de la trompeta. Y dijeron ellos: No escucharemos. Por tanto, oíd, naciones, y entended, oh congregación, lo que sucederá. Oye, tierra: He aquí yo traigo mal sobre este pueblo, el fruto de sus pensamientos; porque no escucharon mis palabras, y aborrecieron mi ley. ¿Para qué a mí este incienso de Sabá, y la buena caña olorosa de tierra lejana? Vuestros holocaustos no son aceptables, ni vuestros sacrificios me agradan. Por tanto, Jehová dice esto: He aquí yo pongo a este pueblo tropiezos, y caerán en ellos los padres y los hijos juntamente; el vecino y su compañero perecerán. Jeremías 6:9-21.

Esto también está escrito: Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, cuando la tierra pecare contra mí rebelándose pérfidamente, y extendiere yo mi mano sobre ella, y le quebrantare el sustento del pan, y enviare en ella hambre, y cortare de ella hombres y bestias, si estuviesen en medio de ella estos tres varones, Noé, Daniel y Job, ellos por su justicia librarían únicamente sus propias vidas, dice Jehová el Señor. Ezekiel 14:12-14. ¿Qué tenían estos hombres en común? Noe enfrento al mundo entero por su fe y amor por Dios, y su fe condeno al mundo. Daniel se enfrentó a un imperio, y no considero su bienestar, sino que quiso honrar a Dios sobre su propia vida. Job, a pesar de todo lo que le aconteció, no blasfemo en contra de Dios, sino todo lo contrario, su fe y conocimiento creció en todo eso hasta poder acercarse y ver aún más claramente a Dios. Y Elías también encontró gracia delante de Dios porque le servía a pesar de las circunstancias, a pesar de como Israel vino aborrecer a Dios. Estos hombres amaron a Dios por sobre todas las cosas. ¿Cómo finalmente se encuentra tal gracia delante de Dios sino se ha amado a Dios como estos sí le amaron? Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio. Hechos 3:19. Dios es Dios de gracia y perdón, pero solamente cuando hay arrepentimiento y conversión de pecados, como comienzo. Entonces, ¿amarás a Cristo, o correrás el peligro de sufrir una aflicción permanente, donde todos los que no aman a Dios estarán eternamente, como consecuencia de sus propios malos hechos? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Tan cerca, pero también muy lejos - Hechos 26:12-32

Basado en Hechos 26:12-32 (Versión Reina Valera 1960)

Ocupado en esto, iba yo a Damasco con poderes y en comisión de los principales sacerdotes, cuando a mediodía, oh rey, yendo por el camino, vi una luz del cielo que sobrepasaba el resplandor del sol, la cual me rodeó a mí y a los que iban conmigo. Y habiendo caído todos nosotros en tierra, oí una voz que me hablaba, y decía en lengua hebrea: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Dura cosa te es dar coces contra el aguijón. Yo entonces dije: ¿Quién eres, Señor? Y el Señor dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues. Pero levántate, y ponte sobre tus pies; porque para esto he aparecido a ti, para ponerte por ministro y testigo de las cosas que has visto, y de aquellas en que me apareceré a ti, librándote de tu pueblo, y de los gentiles, a quienes ahora te envío, para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados. Por lo cual, oh rey Agripa, no fui rebelde a la visión celestial, sino que anuncié primeramente a los que están en Damasco, y Jerusalén, y por toda la tierra de Judea, y a los gentiles, que se arrepintiesen y se convirtiesen a Dios, haciendo obras dignas de arrepentimiento. Por causa de esto los judíos, prendiéndome en el templo, intentaron matarme. Pero habiendo obtenido auxilio de Dios, persevero hasta el día de hoy, dando testimonio a pequeños y a grandes, no diciendo nada fuera de las cosas que los profetas y Moisés dijeron que habían de suceder: Que el Cristo había de padecer, y ser el primero de la resurrección de los muertos, para anunciar luz al pueblo y a los gentiles. Diciendo él estas cosas en su defensa, Festo a gran voz dijo: Estás loco, Pablo; las muchas letras te vuelven loco. Mas él dijo: No estoy loco, excelentísimo Festo, sino que hablo palabras de verdad y de cordura. Pues el rey sabe estas cosas, delante de quien también hablo con toda confianza. Porque no pienso que ignora nada de esto; pues no se ha hecho esto en algún rincón. ¿Crees, oh rey Agripa, a los profetas? Yo sé que crees. Entonces Agripa dijo a Pablo: Por poco me persuades a ser cristiano. Y Pablo dijo: ¡Quisiera Dios que por poco o por mucho, no solamente tú, sino también todos los que hoy me oyen, fueseis hechos tales cual yo soy, excepto estas cadenas! Cuando había dicho estas cosas, se levantó el rey, y el gobernador, y Berenice, y los que se habían sentado con ellos; y cuando se retiraron aparte, hablaban entre sí, diciendo: Ninguna cosa digna ni de muerte ni de prisión ha hecho este hombre. Y Agripa dijo a Festo: Podía este hombre ser puesto en libertad, si no hubiera apelado a César.

La gran mayoría de las personas van a llegar cerca del reino de Dios, pero solamente eso. Por desgracia, no todos van a entender el Evangelio de Salvación. Y lo más irónico de todo, es que precisamente los que están tan cerca son los que serán los más grandes enemigos del Evangelio. Como vimos hoy, lo que previene a una persona de venir a tener un real encuentro con Dios no es una falta de aprendizaje o de entendimiento. Tan sencillamente, no es un problema de comprensión. El Señor mismo dijo que si no recibíamos el reino de Dios como un niño, que no entraríamos en el reino de Dios. Así que, los asuntos de Dios no tienen nada que ver ni con gran intelecto, ni tampoco es necesario una gran educación. ¿Qué es lo que debe suceder?

De acuerdo con el Señor, para poder no solamente ver el reino de Dios, sino entrar y ser parte del reino de Dios, debe haber un nuevo comienzo, un nacer de nuevo del agua y del Espíritu. Esto es lo que leemos en Su Palabra: Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal entre los judíos. Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él. Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer? Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo. Juan 3:1-7. En fin, si Dios mismo es el que dice que esto es lo que es necesario, entonces tan sencillamente, es necesario. No hay otro camino.

Entonces, si supuestamente es algo tan sencillo, que hasta debemos hacernos como niños, ¿Qué finalmente hace a tantos llegar tan cerca, pero a la misma vez estar muy lejos del reino de Dios? El pecado. Pero aún más precisamente dentro del pecado, es el pecado del orgullo. Este es el mal más grande que existe. Todos los pecados son malos, y para llegar a Cristo, uno tiene que arrepentirse y convertirse absolutamente de todo pecado, pero el orgullo es lo que finalmente retiene a muchos de lograr llegar a lo necesario. ¿Cómo sé de esto? Comencemos a ver los verdaderos enemigos de Pablo. Los que querían matar directamente a Pablo eran los judíos, los religiosos, no necesariamente los romanos. Los judíos no desconocían la verdad, sino todo lo contrario, conocían hasta los últimos detalles de la Palabra de Dios. También se puede ver este mal en el principal ejemplo, porque los judíos finalmente mataron al propio Cristo por envidia, lo cual es la culminación del orgullo. Esto leemos: Reunidos, pues, ellos, les dijo Pilato: ¿A quién queréis que os suelte: a Barrabás, o a Jesús, llamado el Cristo? Porque sabía que por envidia le habían entregado. Mateo 27:17-18. El orgullo no tiene dirección en general. La envidia es cuando se manifiesta la dirección del orgullo, un enemigo es claramente definido. Este problema viene caminando desde el comienzo, porque fue la misma razón por lo cual el hombre cedió a la tentación del diablo, como vemos aquí: Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal. Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella. Genesis 3:4-6. El hombre quiso ser como Dios. Envidiaron a Dios. Y bueno, ¿Quién es el padre de toda maldad? Satanás. Cuando un ser humano manifiesta este pecado del orgullo y la envidia por Dios, sigue los mismos pasos del principal maligno. Satanás mismo envidió a Dios, porque esto fue lo que estaba en su corazón antes de caer: …y seré semejante al Altísimo. Isaías 14:14b.

No mucho ha cambiado hoy. El ser humano en general hoy desea más que nunca ser como Dios, de poder hacer como quiere, sin ningún tipo de consecuencia. Y muchos de los supuestos llamados creyentes no solamente desean esto, sino que, para empeorar más las cosas, quieren poner a Dios como su siervo. Tan cerca, pero también, todo lo contrario a lo que debe ser. Por eso es que el religioso, el que conoce las cosas de Dios, pero las trata de usar para su conveniencia es el peor enemigo del Señor. Esto es lo que enseñó el propio Señor: Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. Mateo 6:9-10. Dios es el que debe mandar en nuestras vidas, Cristo siendo el Señor de nosotros. Entonces, ¿estás solamente cerca del reino de Dios, o eres parte del reino de Dios al estar completamente sometido al Señorío de Jesús? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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La Verdad causa división - Hechos 22:30 – 23:15

Basado en Hechos 22:30 – 23:15 (Versión Reina Valera 1960)

Al día siguiente, queriendo saber de cierto la causa por la cual le acusaban los judíos, le soltó de las cadenas, y mandó venir a los principales sacerdotes y a todo el concilio, y sacando a Pablo, le presentó ante ellos. Entonces Pablo, mirando fijamente al concilio, dijo: Varones hermanos, yo con toda buena conciencia he vivido delante de Dios hasta el día de hoy. El sumo sacerdote Ananías ordenó entonces a los que estaban junto a él, que le golpeasen en la boca. Entonces Pablo le dijo: ¡Dios te golpeará a ti, pared blanqueada! ¿Estás tú sentado para juzgarme conforme a la ley, y quebrantando la ley me mandas golpear? Los que estaban presentes dijeron: ¿Al sumo sacerdote de Dios injurias? Pablo dijo: No sabía, hermanos, que era el sumo sacerdote; pues escrito está: No maldecirás a un príncipe de tu pueblo. Entonces Pablo, notando que una parte era de saduceos y otra de fariseos, alzó la voz en el concilio: Varones hermanos, yo soy fariseo, hijo de fariseo; acerca de la esperanza y de la resurrección de los muertos se me juzga. Cuando dijo esto, se produjo disensión entre los fariseos y los saduceos, y la asamblea se dividió. Porque los saduceos dicen que no hay resurrección, ni ángel, ni espíritu; pero los fariseos afirman estas cosas. Y hubo un gran vocerío; y levantándose los escribas de la parte de los fariseos, contendían, diciendo: Ningún mal hallamos en este hombre; que si un espíritu le ha hablado, o un ángel, no resistamos a Dios. Y habiendo grande disensión, el tribuno, teniendo temor de que Pablo fuese despedazado por ellos, mandó que bajasen soldados y le arrebatasen de en medio de ellos, y le llevasen a la fortaleza. A la noche siguiente se le presentó el Señor y le dijo: Ten ánimo, Pablo, pues como has testificado de mí en Jerusalén, así es necesario que testifiques también en Roma. Venido el día, algunos de los judíos tramaron un complot y se juramentaron bajo maldición, diciendo que no comerían ni beberían hasta que hubiesen dado muerte a Pablo. Eran más de cuarenta los que habían hecho esta conjuración, los cuales fueron a los principales sacerdotes y a los ancianos y dijeron: Nosotros nos hemos juramentado bajo maldición, a no gustar nada hasta que hayamos dado muerte a Pablo. Ahora pues, vosotros, con el concilio, requerid al tribuno que le traiga mañana ante vosotros, como que queréis indagar alguna cosa más cierta acerca de él; y nosotros estaremos listos para matarle antes que llegue.

Hay personas que creen que el Apóstol Pablo cometió equivocaciones en las cosas que hizo, pero entendemos a través de la Palabra, de lo que quedo escrito de su vida, que aunque no era un ser perfecto (porque solo Dios es perfecto), el Apóstol Pablo no cometió casi ningún error, sino todo lo contrario, hablo e hizo tal como era la voluntad de Dios. ¿A qué viene el asunto de hablar de los hechos de Pablo? No es para glorificar a Pablo porque toda la gloria es para el Señor, sino mas bien, para poder entender que, aunque estemos acertados en nuestras decisiones por el Señor, eso no quiere decir que va a ser una vida fácil y llena de victorias como muchos por allí pregonan y enseñan. En lo principal de este compartir, veremos que la verdad trae mas bien mas dificultad y causa divisiones, mas tarde o más temprano.

Para comenzar a tratar este asunto, tenemos que ver lo que el propio Señor mismo dijo, como esta escrito: No penséis que he venido para traer paz a la tierra; no he venido para traer paz, sino espada. Porque he venido para poner en disensión al hombre contra su padre, a la hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra; y los enemigos del hombre serán los de su casa. El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí; y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí. El que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará. Mateo 10:34-39. Ahora bien, ¿Por qué dió esta advertencia el Señor? ¿Es el deseo de Dios en realidad provocar divisiones, causar dolores y sufrimiento, y hasta que perdamos la vida? No. La voluntad de Dios no es necesariamente causarnos sufrimientos. Dios no es sádico. Si vemos el comienzo de las cosas, cuando termino Su creación, leemos lo siguiente:  Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Y fue la tarde y la mañana el día sexto. Genesis 1:31. Dios hizo todo bueno en gran manera. No vemos que El estableció el sufrimiento y el mal en lo que El hizo, sino todo lo contrario. ¿Qué fue entonces lo que cambio todo? El pecado. Cuando el hombre cayo en el pecado, ahí entro la muerte, el sufrimiento, los problemas, etc., etc. al mundo. Entonces, ¿podemos decir que Dios creo al hombre para sufrir? De ninguna manera.

Ahora, ¿Por qué el mismo Señor dijo que había venido para traer disensión y problemas? Por el mismo problema del pecado, porque El sabe que la gran mayoría de las personas prefieren seguir y complacer sus deseos pecaminosos, que servir al Dios Todopoderoso. Por ejemplo, cuando todo estaba bien y cayo el hombre en el pecado, ¿Qué fue lo que sucedió? El diablo si tentó al hombre, pero no le forzó a hacer nada. Esto es lo que leemos en respecto a los sucesos: Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal. Genesis 3:4-5. No hubo un discurso muy largo dado por la serpiente. Esta plantó primero la duda en lo que dijo Dios, que no iban a morir. Y después, alimento la envidia hacia Dios, de querer ser como Dios. Y de ahí, ya conocemos el resto, ¿No? No mucho a cambiado de aquel entonces en general. La gran mayoría del ser humano sigue en el asunto de desafiar lo que dice el Señor, y de que envidia a Dios, porque quiere ser como El, tener el poder de hacer lo que desea y que todo le salga de maravilla. Pero, la realidad nunca cambia. Satanás nunca será como Dios, por mucho que lo envidie y trate de sabotear todo lo que Dios hace. Ni aún menos, el hombre nunca vencerá la muerte por si mismo, y la consecuencia del pecado va a seguir siendo lo mismo, porque la paga del pecado es muerte, no importa cuanto el hombre trate de convencerse de lo contrario. Ese sentimiento de rebelión y de envidia es lo que provoca tales divisiones y tales problemas a los que sí deseamos seguir al Señor. Eso es lo que produce el sufrimiento. Ese es el precio que sí tiene la verdad de Dios, porque se está luchando contra poderes malignos. Pero también, a la gran mayoría de las personas les agrada seguir el desvió del pecado, y se dejan seducir fácilmente por su propia concupiscencia. Esta era la lucha que vimos en la vida de Pablo en este pasaje. Pablo no había hecho nada malo, sino todo lo contrario, estaba sufriendo persecución por la Verdad, porque los hombres deseaban más el pecado que la Verdad de Dios.

Entonces, ¿Qué debemos hacer si deseamos lograr tener lo que en realidad vale la pena? Amar a Dios, a pesar de las circunstancias, como está escrito: Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman. 1 Corintios 2:9. Tenemos que vencer a través del Señor, y no ser cobardes. Porque también está escrito: El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo. Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda. Apocalipsis 21:7-8. Entonces, ¿entiendes qué tiene mas valor, seguir la verdad de Dios, antes que dejarnos vencer por Satanás, como los que se dejan seducir por el mal, y hasta en nuestros propios malos deseos? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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La verdad y la libertad - Juan 8:31-47

Basado en Juan 8:31-47 (Versión Reina Valera 1960)

Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. Le respondieron: Linaje de Abraham somos, y jamás hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: Seréis libres? Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado. Y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí queda para siempre. Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres. Sé que sois descendientes de Abraham; pero procuráis matarme, porque mi palabra no halla cabida en vosotros. Yo hablo lo que he visto cerca del Padre; y vosotros hacéis lo que habéis oído cerca de vuestro padre. Respondieron y le dijeron: Nuestro padre es Abraham. Jesús les dijo: Si fueseis hijos de Abraham, las obras de Abraham haríais. Pero ahora procuráis matarme a mí, hombre que os he hablado la verdad, la cual he oído de Dios; no hizo esto Abraham. Vosotros hacéis las obras de vuestro padre. Entonces le dijeron: Nosotros no somos nacidos de fornicación; un padre tenemos, que es Dios. Jesús entonces les dijo: Si vuestro padre fuese Dios, ciertamente me amaríais; porque yo de Dios he salido, y he venido; pues no he venido de mí mismo, sino que él me envió. ¿Por qué no entendéis mi lenguaje? Porque no podéis escuchar mi palabra. Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira. Y a mí, porque digo la verdad, no me creéis. ¿Quién de vosotros me redarguye de pecado? Pues si digo la verdad, ¿por qué vosotros no me creéis? El que es de Dios, las palabras de Dios oye; por esto no las oís vosotros, porque no sois de Dios.

Vivimos en una época donde muchas personas piensan que saben mucho, a lo mejor porque nuestra supuesta ciencia y tecnología esta más avanzada que nunca. El hombre sí ha alcanzado muchas cosas. En el siglo 19, se llegó a producir la electricidad. En el año 1882, comenzó a funcionar la primera planta de electricidad, en la ciudad de Nueva York. Durante los cincuenta del siglo pasado, comenzó la famosa carrera al espacio. Y en el 20 de julio de 1969, el hombre piso por primera vez la luna, un tal astronauta norte americano llamado Neil Armstrong dio su primer paso donde se grabaron sus primeras palabras: Este es un pequeño paso para el hombre, pero un gran salto para la humanidad. Hoy tenemos muchas cosas inalámbricas, super computadoras, todo tipo de cosas inteligentes, los médicos ahora hacen cirugías muy complicadas asistidos por robot, e inclusive tenemos la inteligencia artificial, algo que maravilla a muchos, pero asusta a otros por temor de lo que vendría a suceder si no se usa ética o moralmente. Y esto no es un temor de los ignorantes o de poca educación. Pero, mientras más supuestamente sabemos, más ilusoria y subjetiva se ha vuelto la verdad. Muchos dirían hoy que la verdad es relativa, y que no existe la verdad absoluta. ¡Tan inteligentes somos ahora que ni sabemos lo que es verdad! ¿Qué es la verdad?

Como todas las cosas en la vida, en todo se requiere algún tipo de fe, de creer en algo que no se puede ver. El que descubrió la electricidad comenzó con conceptos, con ideas, pero creyó en sus suposiciones, con lo poco que si sabía más conclusivamente. Y así, cada persona que alcanzó grandes metas y llego a cumplir logros significativos tenían una idea, una visión, pero no habían visto nada concreto cuando comenzaron su búsqueda. Cada persona ejercita algún tipo de fe, de creer en algo sin verlo realizado, suponiendo que, si ciertas cosas si existen y son, y se hace lo necesario, se llegará a hacerse realidad lo que esperan. La fe es algo vital para poder llegar a la verdad. Sin fe, es imposible llegar a la verdad, porque sí hay una verdad absoluta, a pesar de que muchos lo nieguen. Hay Algo o Alguien que, sí existe que es sobre todas las cosas precisamente porque hay tantas cosas que sí se ven y se experimentan y que demuestran que sí existe. La “Verdad que realmente importa” no es subjetiva o relativa, sino es totalmente absoluta aquí y en todo el universo.

Ahora, ¿Por qué hago el hincapié en “la Verdad que realmente importa”? Porque a pesar de nuestros grandes logros como seres humanos, donde nos creemos muy inteligentes y avanzados, todavía hay cosas muy sencillas que son realidades incambiables e irrefutables. Cada ser humano nace y va a morir un día. A cada persona le llegará su hora, y todo el dinero del mundo no parará eso. Ni toda la ciencia y el avance tecnológico cambiará esa realidad. Puede que ayuden a extender un poco la vida (posiblemente), pero la verdad es que todos moriremos un día. Entonces, mirando el gran esquema de las cosas, ¿qué importa lo que pueda alcanzar y hacer una persona toda su vida si un día llegará a lo mismo, a morir como todos los mortales? Los faraones egipcios construyeron con la sangre y sufrimiento de muchos esclavos por décadas grandes edificios con la idea de llevarse sus riquezas al otro mundo, por ejemplo. Ellos murieron y sus riquezas siguen allí enterradas o a lo mejor en algún museo, pero no pudieron llevarse nada de lo que deseaban. Y estoy muy seguro de que no llegaron a un lugar agradable tampoco. Entonces, ¿de qué sirvió todo lo que hicieron? No hay nada humano que pueda vencer la muerte. Esta es una verdad irrefutable.

Entonces, ¿Qué es la Verdad, que sí importa, la que no es relativa o subjetiva? La Verdad de que Dios es Dios, y que Jesucristo es el único que conocemos que si venció la muerte. El Señor es Señor en el cielo, en la tierra, debajo de la tierra y el mar, en la próxima galaxia; desde el comienzo fue el Señor, hoy es Señor, y seguirá siendo Señor por los siglos de los siglos. Amén. Y no importa lo que quiera creer el hombre, esa realidad, esa Verdad no puede ser cambiada. La pueden tratar de ignorar, pero el ignorar algo no lo hace una irrealidad. Esto es lo que está escrito: Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres. Juan 8:36. En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. Juan 1:1-4. El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ese es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él. Juan 14:21. Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre. 1 Timoteo 2:5. Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. Juan 14:6. Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él. El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió. Juan 14:23-24. Tan sencillamente, no hay verdadera libertad de la muerte, no hay vida eterna sino se acepta la Verdad de que Jesucristo es el Señor, y si no se hace tal como El nos enseñó. Su Verdad es la Palabra de Dios, y no hay libertad sin aceptarla, guardarla, y ponerla en práctica, desde el Genesis hasta el Apocalipsis, comenzando por lo principal: Amando a Dios por sobre todas las cosas, y amando a nuestro prójimo como a nosotros mismos. De estas cosas dependen toda la ley y los profetas. Esto es el todo del hombre, la única verdad que importa para ser hechos eternamente libres a través de Jesucristo, El único que venció la muerte. Así que, ¿eres verdaderamente libre? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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El camino a la salvación - Lucas 3:1-14

Basado en Lucas 3:1-14 (Versión Reina Valera 1960)

En el año decimoquinto del imperio de Tiberio César, siendo gobernador de Judea Poncio Pilato, y Herodes tetrarca de Galilea, y su hermano Felipe tetrarca de Iturea y de la provincia de Traconite, y Lisanias tetrarca de Abilinia, y siendo sumos sacerdotes Anás y Caifás, vino palabra de Dios a Juan, hijo de Zacarías, en el desierto. Y él fue por toda la región contigua al Jordán, predicando el bautismo del arrepentimiento para perdón de pecados, como está escrito en el libro de las palabras del profeta Isaías, que dice: Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor; enderezad sus sendas. Todo valle se rellenará, y se bajará todo monte y collado; los caminos torcidos serán enderezados, y los caminos ásperos allanados; y verá toda carne la salvación de Dios. Y decía a las multitudes que salían para ser bautizadas por él: ¡Oh generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera? Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento, y no comencéis a decir dentro de vosotros mismos: Tenemos a Abraham por padre; porque os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras. Y ya también el hacha está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto se corta y se echa en el fuego. Y la gente le preguntaba, diciendo: Entonces, ¿qué haremos? Y respondiendo, les dijo: El que tiene dos túnicas, dé al que no tiene; y el que tiene qué comer, haga lo mismo. Vinieron también unos publicanos para ser bautizados, y le dijeron: Maestro, ¿qué haremos? Él les dijo: No exijáis más de lo que os está ordenado. También le preguntaron unos soldados, diciendo: Y nosotros, ¿qué haremos? Y les dijo: No hagáis extorsión a nadie, ni calumniéis; y contentaos con vuestro salario.

Hay muchos que piensan que la salvación se alcanza con solamente creer en Cristo, y nada más. De cierto punto de vista: por supuesto. La fe en el Señor es lo que nos salva a través de Su propia gracia. No hay otro camino a Dios, sino solo a través del Señor. No obstante, hay algo crucial que debe suceder antes de entregarle la vida al Señor, antes que El pueda efectivamente entrar en el corazón y morar dentro de una persona a través del Espíritu Santo. Si vemos claramente lo que el propio Dios estableció, es imposible llegar a ser salvo si no ocurre un completo arrepentimiento y conversión de pecados, y también, si no prosigue un continuo arrepentimiento y conversión de pecados. Tan sencillamente, no hay salvación sin el inicial arrepentimiento y conversión, y el continuo proceso de cambio y transformación a través del arrepentimiento y conversión. El no cumplir esto al inicio, ni permanecer en ese continuo cambio previene a muchos el poder experimentar la salvación del Señor.

Como comienzo, el ministerio de Juan el Bautista precisamente se trataba de eso, de preparar el camino del Señor. Esto es lo que hace tan importante el ministerio de Juan el Bautista. El propio Señor dijo que no ha habido ningún profeta más grande que Juan el Bautista. ¿Por qué? Porque Dios mismo a través de Juan establece el principio del camino a la salvación, y también el proseguir. Esto lo vemos muy claramente que el mensaje de Juan fue precisamente del arrepentimiento y conversión, de que tiene que suceder un cambio en la vida de las personas, un volverse del pecado. Esto es lo que prepara el camino del Señor, para que pueda entrar en el corazón del hombre, cuando se rinde por completo a El. El Espíritu Santo no puede venir a morar en un corazón lleno de pecado, donde todavía reina la muerte, porque esa es la realidad cuando no hay un volverse del pecado. Si Juan no hubiera preparado el camino del Señor antes de Su ministerio publico, no hubiera pasado nada. Increíblemente, el ministerio del propio Hijo de Dios hubiera sido estéril. Y no tendríamos salvación.

Vemos que este arrepentimiento y conversión es algo que sigue en efecto como un principio para escapar de la condenación. Y esto se tiene que aclarar porque muchas personas piensan que hubo cosas escritas en la Biblia que supuestamente ya no aplican. Veamos lo siguiente: Y por la mañana volvió al templo, y todo el pueblo vino a él; y sentado él, les enseñaba. Entonces los escribas y los fariseos le trajeron una mujer sorprendida en adulterio; y poniéndola en medio, le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio. Y en la ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú, pues, ¿qué dices? Mas esto decían tentándole, para poder acusarle. Pero Jesús, inclinado hacia el suelo, escribía en tierra con el dedo. Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella. E inclinándose de nuevo hacia el suelo, siguió escribiendo en tierra. Pero ellos, al oír esto, acusados por su conciencia, salían uno a uno, comenzando desde los más viejos hasta los postreros; y quedó solo Jesús, y la mujer que estaba en medio. Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más. Juan 8:2-11. Aquí, al final, vemos un gran detalle. Ni los religiosos pudieron condenar a la mujer delante del Señor, ni el Señor condeno a la mujer, El cual, sí pudiera haber condenado a la mujer. ¿Pero qué le dijo el Señor?: Vete, y no peques más. Es el mismo Dios diciendo: te perdono, te doy un nuevo comienzo, pero cambia, deja atrás el pecado, arrepiéntete, conviértete de tus malos caminos, no lo hagas más.

Así que, ese nuevo comienzo que da Dios no debe ser abusado. Dios no concede el perdón para que una persona persista en el pecado. Cuando una persona se arrepiente y se convierte de sus pecados para pedirle al Señor que entre en su vida, debe seguir ese proceso de arrepentimiento y conversión. Uno no puede volver vez tras vez reincidiendo en lo malo. La Palabra explica lo siguiente: Ciertamente, si habiéndose ellos escapado de las contaminaciones del mundo, por el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo, enredándose otra vez en ellas son vencidos, su postrer estado viene a ser peor que el primero. Porque mejor les hubiera sido no haber conocido el camino de la justicia, que después de haberlo conocido, volverse atrás del santo mandamiento que les fue dado. Pero les ha acontecido lo del verdadero proverbio: El perro vuelve a su vómito, y la puerca lavada a revolcarse en el cieno. 2 Pedro 2:20-22. La Palabra nos insta a seguir cambiando, y a buscar de El para seguir el proceso de transformación. Es una obra continua que el Espíritu Santo prosigue en nosotros mientras nosotros permanezcamos en esa decisión. Dios no fuerza a nadie, aún cuando le ha entregado su vida. El libre albedrio nunca termina porque la base de nuestra relación con El es el amor. Esto dice la Palabra acerca de como se culmina en la salvación de Cristo: Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar por las puertas en la ciudad. Mas los perros estarán fuera, y los hechiceros, los fornicarios, los homicidas, los idólatras, y todo aquel que ama y hace mentira. Apocalipsis 22:14-15. En el lenguaje original también usa el termino “él que hace Sus mandamientos” en lugar de “los que lavan sus ropas”. De cualquier manera, para poder tener derecho al árbol de la vida, y poder entrar por las puertas en la ciudad, debe haber una conversión inicial y una continua conversión, y no seguir reincidiendo en las cosas que producen la muerte, porque la paga del pecado es muerte. No somos perfectos, ni lo vamos a hacer mientras estemos en la carne, pero tiene que haber un progreso de santificación. Entonces, ¿vas por el camino hacia la salvación eterna, o sigues practicando el pecado? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Oraciones contestadas - 1 Samuel 1

Basado en 1 Samuel 1 (Versión Reina Valera 1960)

Hubo un varón de Ramataim de Zofim, del monte de Efraín, que se llamaba Elcana hijo de Jeroham, hijo de Eliú, hijo de Tohu, hijo de Zuf, efrateo. Y tenía él dos mujeres; el nombre de una era Ana, y el de la otra, Penina. Y Penina tenía hijos, mas Ana no los tenía. Y todos los años aquel varón subía de su ciudad para adorar y para ofrecer sacrificios a Jehová de los ejércitos en Silo, donde estaban dos hijos de Elí, Ofni y Finees, sacerdotes de Jehová. Y cuando llegaba el día en que Elcana ofrecía sacrificio, daba a Penina su mujer, a todos sus hijos y a todas sus hijas, a cada uno su parte. Pero a Ana daba una parte escogida; porque amaba a Ana, aunque Jehová no le había concedido tener hijos. Y su rival la irritaba, enojándola y entristeciéndola, porque Jehová no le había concedido tener hijos. Así hacía cada año; cuando subía a la casa de Jehová, la irritaba así; por lo cual Ana lloraba, y no comía. Y Elcana su marido le dijo: Ana, ¿por qué lloras? ¿por qué no comes? ¿y por qué está afligido tu corazón? ¿No te soy yo mejor que diez hijos? Y se levantó Ana después que hubo comido y bebido en Silo; y mientras el sacerdote Elí estaba sentado en una silla junto a un pilar del templo de Jehová, ella con amargura de alma oró a Jehová, y lloró abundantemente. E hizo voto, diciendo: Jehová de los ejércitos, si te dignares mirar a la aflicción de tu sierva, y te acordares de mí, y no te olvidares de tu sierva, sino que dieres a tu sierva un hijo varón, yo lo dedicaré a Jehová todos los días de su vida, y no pasará navaja sobre su cabeza. Mientras ella oraba largamente delante de Jehová, Elí estaba observando la boca de ella. Pero Ana hablaba en su corazón, y solamente se movían sus labios, y su voz no se oía; y Elí la tuvo por ebria. Entonces le dijo Elí: ¿Hasta cuándo estarás ebria? Digiere tu vino. Y Ana le respondió diciendo: No, señor mío; yo soy una mujer atribulada de espíritu; no he bebido vino ni sidra, sino que he derramado mi alma delante de Jehová. No tengas a tu sierva por una mujer impía; porque por la magnitud de mis congojas y de mi aflicción he hablado hasta ahora. Elí respondió y dijo: Ve en paz, y el Dios de Israel te otorgue la petición que le has hecho. Y ella dijo: Halle tu sierva gracia delante de tus ojos. Y se fue la mujer por su camino, y comió, y no estuvo más triste. Y levantándose de mañana, adoraron delante de Jehová, y volvieron y fueron a su casa en Ramá. Y Elcana se llegó a Ana su mujer, y Jehová se acordó de ella. Aconteció que al cumplirse el tiempo, después de haber concebido Ana, dio a luz un hijo, y le puso por nombre Samuel, diciendo: Por cuanto lo pedí a Jehová. Después subió el varón Elcana con toda su familia, para ofrecer a Jehová el sacrificio acostumbrado y su voto. Pero Ana no subió, sino dijo a su marido: Yo no subiré hasta que el niño sea destetado, para que lo lleve y sea presentado delante de Jehová, y se quede allá para siempre. Y Elcana su marido le respondió: Haz lo que bien te parezca; quédate hasta que lo destetes; solamente que cumpla Jehová su palabra. Y se quedó la mujer, y crio a su hijo hasta que lo destetó. Después que lo hubo destetado, lo llevó consigo, con tres becerros, un efa de harina, y una vasija de vino, y lo trajo a la casa de Jehová en Silo; y el niño era pequeño. Y matando el becerro, trajeron el niño a Elí. Y ella dijo: ¡Oh, señor mío! Vive tu alma, señor mío, yo soy aquella mujer que estuvo aquí junto a ti orando a Jehová. Por este niño oraba, y Jehová me dio lo que le pedí. Yo, pues, lo dedico también a Jehová; todos los días que viva, será de Jehová. Y adoró allí a Jehová.

Vemos a través de esta historia una oración milagrosamente contestada. Puede que muchos se hagan esta pregunta, ¿Cómo puedo asegurar que mis oraciones sean contestadas? Muchos llamados predicadores de la Palabra han desarrollado métodos para asegurar que Dios supuestamente conteste todas las peticiones que uno desea, dando supuestas claves para tratar de manipular a Dios, y claro, han vendido muchos libros, y les pagan para dar seminarios, etc., porque claro, ¿quién no quisiera que sus oraciones sean contestadas como las desean verdad?

Un problema que puede afectar que Dios responda a una oración es que no hay buenas intenciones detrás de tal oración. La gran mayoría de las peticiones tienen que ver con vanidades, con cosas que no tienen nada que ver con la voluntad de Dios. Y recuerden que la vanidad que habla la Biblia no consta solamente de lo material o superficial, sino también, de cualquier cosa que sencillamente no tiene ningún valor eterno, sino con el mundo temporal. Esto es lo que dice la Palabra con respecto a las oraciones que tiene que ver con las vanidades, en el contexto que lo pusimos recién: ¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros? Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís. Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites. ¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios. Santiago 4:1-4. Este es el problema con la relación con el mundo, que hay una afinidad tanto con lo pecaminoso como con lo temporal. Si una persona esta enfocada en este mundo solamente, y en las cosas que están afines con las cosas de este mundo, entonces lo único que va a pedirle a Dios son cosas de esa índole y con esas intenciones. Como dice el dicho: Dime con quien andas y yo te diré quien eres.

La Biblia también habla al respecto de que Dios disciplina a Sus hijos, cuando hay cosas que no están bien. Ahora, ¿qué tiene que ver esto con la oración? Leamos: …Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, ni desmayes cuando eres reprendido por él; porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo. Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina? Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos. Hebreos 12:5b-8. Si una persona pide mal, o por cosas que no son buenas, o no tiene buenas intenciones: si Dios lo toma como a bastardo, y sí permitirá que salga con las suya. O sea, que una persona obtenga lo que desea no quiere decir necesariamente que está bien delante de Dios. Todo depende de lo que está en ese corazón.

Entonces, esto es lo que dice la Biblia cuando Dios es El que concede peticiones para bien: Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, este lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden. Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho. En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos. Juan 15:5-8. Dios si puede responder a la oración, y para bien, pero cuando una persona no tiene un corazón vano, sino porque está dando fruto, porque pide de acuerdo con la voluntad de Dios. Ana no pidió un hijo por vanidad, sino que su propósito fue divino. Ana había puesto los ojos en el Señor y el fruto de su petición contestada fue Samuel, el bendito ser que Dios uso para ungir al Rey David, de donde iba a salir el Mesías, porque el Hijo del Altísimo había de ser Hijo de David. Entonces, ¿Tu corazón esta enfocado en el mundo o en los propósitos eternos de Dios? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Encontraras la gracia de Dios cuando le creas - Jonás 3

Basado en Jonás 3 (Versión Reina Valera 1960)

Vino palabra de Jehová por segunda vez a Jonás, diciendo: Levántate y ve a Nínive, aquella gran ciudad, y proclama en ella el mensaje que yo te diré. Y se levantó Jonás, y fue a Nínive conforme a la palabra de Jehová. Y era Nínive ciudad grande en extremo, de tres días de camino. Y comenzó Jonás a entrar por la ciudad, camino de un día, y predicaba diciendo: De aquí a cuarenta días Nínive será destruida. Y los hombres de Nínive creyeron a Dios, y proclamaron ayuno, y se vistieron de cilicio desde el mayor hasta el menor de ellos. Y llegó la noticia hasta el rey de Nínive, y se levantó de su silla, se despojó de su vestido, y se cubrió de cilicio y se sentó sobre ceniza. E hizo proclamar y anunciar en Nínive, por mandato del rey y de sus grandes, diciendo: Hombres y animales, bueyes y ovejas, no gusten cosa alguna; no se les dé alimento, ni beban agua; sino cúbranse de cilicio hombres y animales, y clamen a Dios fuertemente; y conviértase cada uno de su mal camino, de la rapiña que hay en sus manos. ¿Quién sabe si se volverá y se arrepentirá Dios, y se apartará del ardor de su ira, y no pereceremos? Y vio Dios lo que hicieron, que se convirtieron de su mal camino; y se arrepintió del mal que había dicho que les haría, y no lo hizo.

En este pasaje, se puede ver un gran detalle, el cual hace toda la diferencia delante de Dios, y este es: Y los hombres de Nínive creyeron a Dios... Puede que pregunte una persona: ¿Por qué dice que Nínive le creyó a Dios si Jonás fue el que les predico? Y la respuesta es simple. El trabajo del profeta es sencillamente ser vocero de Dios. O sea, Jonás no dió su mensaje, ni fue su profecía, sino más bien, habló, comunicó lo que Dios le mando. Ese es el trabajo del profeta, hablar de parte de Dios, no necesariamente como muchos lo piensan, que solo se trata de hablar o predecir cosas que pasarán en el futuro. El real profeta Bíblico es aquel quien comunica la verdadera Palabra de Dios. Por lo tanto, Nínive no vió que era palabra de Jonás, de un judío quien los detestaba (porque esa era la realidad), sino más bien, se dieron cuenta que era Dios quien hablaba a través de esta vasija muy imperfecta y desobediente (porque esta era la realidad de Jonás). Por lo tanto, vemos que la verdadera fe es lo que hace lo imposible posible. Esto es lo que vemos, por ejemplo, en Abraham, en el padre de la fe, como lo menciona la Palabra: Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia. Genesis 15:6. Nada bueno se puede lograr sin una verdadera fe en Dios. Porque también está escrito: Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan. Hebreos 11:6. Y también está escrito: Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios? Juan 11:40.

Pero ¿de qué tipo de fe estamos hablando? ¿Qué tipo de fe fue la que hizo que el propio Dios se arrepintiera del mal que había dicho que le haría a Nínive? Esto es algo que realmente se debe entender, y creo que la verdadera fe no le agradará a la mayoría de las personas, y desgraciadamente, a los que se llaman ser creyentes y seguidores de Dios. ¿Creen que la fe que habla la Biblia tiene que ver con el tratar de utilizar a Dios, para tratar de conseguir lo que uno quiere? ¿Creen que la fe se trata de buscar cumplir nuestra propia voluntad y aborrecer hacer la voluntad de Dios? ¿Creen que la fe tiene que ver con buscar solucionar nuestros propios problemas? ¿Fue esta la fe que movió a Dios de la ira, a la gracia? No lo creo. Por eso que hay que tener tanto cuidado con cosas que suenan como la verdad, y no lo son, porque esa es la manera que Satanás y los demonios manipulan la verdad.

Esta es la fe que movió a Dios. Como está escrito: Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón; y salva a los contritos de espíritu. Salmo 34:18. Porque no quieres sacrificio, que yo lo daría; no quieres holocausto. Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios. Salmo 51:16-17. Tan sencillamente, y aunque eran páganos y malos, creyeron con el corazón que, si hacían justicia delante de un Dios justo, obedeciendo Su voluntad, que Su ira se apartaría y encontrarían gracia delante de El. Ellos legítimamente le creyeron a Dios, creyeron en Su Palabra, y obedecieron. Escucharon a Dios y les fue contado como justicia, porque sus hechos demostraron lo que había pasado en sus corazones.  

Uno de los problemas más grandes que el hombre tiene en estos tiempos, es que no quiere escuchar la verdadera Palabra de Dios. Desean más bien escuchar y seguir cosas que les acomoda carnalmente, donde el dios del egoísmo es alimentado, donde se les dice que Dios puede ser su siervo, y que El existe para conceder sus deseos y obtener sus metas. La gran mayoría de las personas solamente buscan sus propios intereses carnales, y ponen a un lado lo que Dios desea, finalmente ignoran la voluntad de Dios. Hay muchos que puede que digan: Es que tengo grandes problemas, y necesito la ayuda de Dios. Y sí, puede ser cierto, y que no necesariamente es malo buscar la ayuda de Dios, pero también, tiene que parar que el foco sea siempre uno mismo. El ser humano debe dejarse de ver como un dios donde esta solamente enfocado en sí mismo, porque si nunca mira a Dios genuinamente, y busca escucharle, nunca llegará a encontrarse con Dios para su bien. Esto leemos de Job: Respondió Job a Jehová, y dijo: Yo conozco que todo lo puedes, y que no hay pensamiento que se esconda de ti. ¿Quién es el que oscurece el consejo sin entendimiento? Por tanto, yo hablaba lo que no entendía; cosas demasiado maravillosas para mí, que yo no comprendía. Oye, te ruego, y hablaré; te preguntaré, y tú me enseñarás. De oídas te había oído; mas ahora mis ojos te ven. Por tanto me aborrezco, y me arrepiento en polvo y ceniza. Job 42:1-6. No hay nadie que pueda decir que tuvo más problemas que Job, pero Job pudo ver a Dios más claramente cuando dejo a un lado su persona, sus necesidades, y se dispuso de corazón a entender Quién realmente era Dios. Algunos preguntarán: ¿Cuándo me hablo Dios? Y esto dice la Palabra: La sabiduría clama en las calles, alza su voz en las plazas; clama en los principales lugares de reunión; en las entradas de las puertas de la ciudad dice sus razones. ¿Hasta cuándo, oh simples, amaréis la simpleza, y los burladores desearán el burlar, y los insensatos aborrecerán la ciencia? Proverbios 1:20-22. Y también dice esto la Palabra: Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. Romanos 1:20. Dios habla a cada instante a través de Sus hechos, de la creación, y de la cruz, y Su Palabra está en todos lados, de alguna manera u otra; y la razón por lo cual existen los problemas mayormente es porque Dios está llamando al arrepentimiento. Cada vez que amanece es una oportunidad que Dios le da al hombre para busque de El, de Sus razonamientos, y deje atrás su pecado y su rebelión para buscar del Omnipotente, y entender que Su voluntad es supremamente más grande que cualquier idea que tenga el hombre. Finalmente, no hay salvación para el hombre mientras no trate y acepte a Jesús literalmente como Señor, comenzando con el arrepentimiento. Entonces, la pregunta es: ¿Le crees realmente al Señor, de tal manera de poder encontrar Su gracia, o sigues buscando cumplir tu voluntad, y así, traer sobre ti tu propia destrucción eterna? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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