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Dios Obra Cuando le Permites

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Basado en Romanos 16:25-27 (Versión Reina Valera 1960)

Y al que puede confirmaros según mi evangelio y la predicación de Jesucristo, según la revelación del misterio que se ha mantenido oculto desde tiempos eternos, pero que ha sido manifestado ahora, y que por las Escrituras de los profetas, según el mandamiento del Dios eterno, se ha dado a conocer a todas las gentes para que obedezcan a la fe, al único y sabio Dios, sea gloria mediante Jesucristo para siempre. Amén.

Mientras viene el cierre de un año, y comienza otro, debemos mantener algo en mente y en nuestro corazón: Dios está en todas las cosas, en las buenas, en las más o menos, y en las desagradables. El no produce el mal de Su propia mano, sino que permite que agentes del mal hagan la maldad que desean hacer, aún hasta el mismo Satanás. Nada se mueve sin que Dios de permiso. Dios es el Soberano de todo el universo, y no hay nadie mas alto que Él. Y bueno, siendo así las cosas, me imagino que algunos de ustedes se están preguntando: ¿Cómo Dios que supuestamente es bueno puede permitir el mal?

El mal existe con un solo propósito: para poder hacer posible algo tan complejo, como la elección o el libre albedrio. Para que el libre albedrio exista, tiene que haber alguna diferencia entre las cosas. Tiene que haber un bien y un mal. Tiene que haber un positivo y un negativo. Y para que haya una elección genuina, el mal que existe tiene que ser casi igual de poderoso que el bien; tiene que ser algo atractivo, deseable, y tentador, a lo menos, a primera vista. Vemos esto desde el comienzo de la humanidad, cuando Eva vió el árbol que Dios dijo que no se debiera comer del fruto de él. Ella vió que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría. Eva encontró que el árbol era tanto o más especial que todos los otros árboles que existían en el paraíso. Y bueno, conocemos el resultado de esa elección, que Eva comió del fruto prohibido como también lo hizo Adán, y por eso que estamos hoy a donde estamos. Y a los que creen que no hubieran caído como cayerón Adán y Eva, desgraciadamente tienen un problema con la realidad, de que todos fuimos hechos de la misma materia de ellos. Por nuestra naturaleza, hubiéramos caído también, ya que todos hemos pecado. Y el resultado de nuestro pecado es que seguimos el camino de nuestras consecuencias hasta terminar en el infierno, tal como fue diseñado por Dios (porque Dios creo todo, y Él está detrás de todo), a no ser que se haga algo distinto con nuestra potestad de decisión; a no ser que se rompa el ciclo destructivo del pecado.

Y, aquí es donde viene la diferencia: de la misma manera que Dios estableció un camino de perdición por consecuencia del pecado, también estableció un camino de salvación eterna, a través del Señor Jesús. Aunque Dios diseño un camino de perdición, Su deseo no es que nos perdamos. Él no hizo al hombre para que se perdiera, sino mas bien, para que tuviera la oportunidad de decidir por Él, a pesar de su condición mala y pecaminosa. Porque escrito esta: El cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad. 1 Timoteo 2:4. Dios quiere que decidamos por Él, luchando en contra de nuestros propios malos deseos y concupiscencia. Dios creo la salvación a través de Su Hijo Unigénito, porque también escrito esta: Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna. Juan 3:16.

Hay que entender algo muy básico. El reconocer a Jesús como Señor no es un favor que le hacemos a Dios, sino mas bien, es el reconocer una realidad irrefutable. Ahora, si se hace a tiempo, antes del gran juicio, al usar nuestro libre albedrio para decidir por Dios, nos hacemos el favor a nosotros mismos, logrando así la salvación. Porque al final, absolutamente todo ser en el universo tendrá que reconocer y humillarse ante el REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES, aún Satanás mismo y todas sus legiones de demonios: Porque escrito está: Vivo yo, dice el Señor, que ante mí se doblará toda rodilla, y toda lengua confesará a Dios. Romanos 14:11.

Ahora, ¿cómo enlaza todo esto con el pasaje de hoy? Al usar nuestro libre albedrio para elegir por Dios, Dios entonces puede obrar en nuestras vidas para bien, usando el bien y aún el mal para nuestro beneficio. Si decidimos amarle, a pesar de las circunstancias y los dolores que el pecado produce en esta vida, Dios puede usar aún lo malo para nuestro bien, porque escrito esta: Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. Romanos 8:28. Y así, Dios puede confirmar el evangelio que hemos recibido y la predicación de Jesucristo, puede revelarnos personalmente el misterio que se ha mantenido oculto desde tiempos eternos, puede manifestarnos las Escrituras y ayudarnos a seguir la obediencia que es por la fe. Dios es el que hace todo posible en nuestras vidas, a pesar de nuestra caída naturaleza, a través de Su Espíritu Santo, al transformarnos después del arrepentimiento y la conversión.

Y finalmente, Dios nos da este consejo: Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros. Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo. Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca. A él sea la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén. 1 Pedro 5:6-11.

Entonces, les hago esta pregunta (que también me la hago a mí mismo): ¿Dejaremos a Dios obrar en nuestras vidas, a pesar de lo difícil que se pongan las cosas, para poder llegar a convertirnos en aquello que le glorifica a Él? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Nuestra Familia en la Fe

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Basado en Romanos 16:21-24 (Versión Reina Valera 1960)

Os saludan Timoteo mi colaborador, y Lucio, Jasón y Sosípater, mis parientes. Yo Tercio, que escribí la epístola, os saludo en el Señor. Os saluda Gayo, hospedador mío y de toda la iglesia. Os saluda Erasto, tesorero de la ciudad, y el hermano Cuarto. La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén.

Uno de los graves problemas que he visto en muchas congregaciones a través de los años: Es el problema de cómo nos tratamos los unos a los otros. Por ejemplo, he visitado muchas iglesias en distintos lugares, y en la mayoría de los casos, he pasado totalmente desapercibido (no es que esté buscando atención). Y eso les pasa a muchas personas. El único cariño que se puede observar es entre familia y entre un círculo de amistades, pero no hay lugar para nada más. En otros casos, y también un problema muy común, es que cuando si se forman algún tipo de relación entre los hermanos, se tratan entre si mas bien como amigos superficiales, o como un club social de amigos, en vez de tratarse como se debiera. Y el otro problema relacionado con ese, es que hay un tratamiento frio, superficial, y pasajero; solo para pasarlo bien en vez de preocuparse por los problemas y necesidades los unos de los otros. En rendidas cuentas, y de cualquier manera, no se vive lo que nos enseña el Señor a través de Su Palabra.

Lo primero, es que la iglesia no puede ser un lugar frio, especialmente para aquellos que lo visitan. Estamos supuestos a mostrar el amor de Dios a aquellos que vienen en busca de Él. Y claro, no prestarle atención a una persona por lo que tiene o no tiene. El que muestra que tiene bienes, sí, recibe algo de atención, pero la persona que se ve humilde o común, nadie la toma mucho en cuenta. ¿Se imaginan si Cristo solo se hubiera preocupado por su familia carnal y de Su círculo de amistades cercanas o de la niñez nada más? ¿Qué hubiera pasado si el Señor solo hubiera compartido la verdad y muerto solo por un selecto grupo de personas? ¡Bendito sea el Dios del universo, que mando a Su Hijo Unigénito a morir por todo el mundo, y no solo por unos pocos, y que dejo la puerta ampliamente abierta para que todos vinieran a Él! Y aún más, cuando venimos a Él, Él se acerca a nosotros y nos abraza, buscando una relación íntima con cada uno. Nosotros también debemos hacer lo mismo, sin excepciones.

El Señor aclaró quien era verdaderamente Su familia, como lo relata el siguiente pasaje: Y se le avisó, diciendo: Tu madre y tus hermanos están fuera y quieren verte. Él entonces respondiendo, les dijo: Mi madre y mis hermanos son los que oyen la palabra de Dios, y la hacen. Lucas 8:20-21. Así que, la familia carnal no debiera necesariamente ser la relación mas cercanas o la prioridad, especialmente si no les interesa mucho las cosas de Dios. Aun el Señor estando aquí en la tierra tuvo que lidiar con la incredulidad de Su familia carnal, porque escrito esta: Después de estas cosas, andaba Jesús en Galilea; pues no quería andar en Judea, porque los judíos procuraban matarle. Estaba cerca la fiesta de los judíos, la de los tabernáculos; y le dijeron sus hermanos: Sal de aquí, y vete a Judea, para que también tus discípulos vean las obras que haces. Porque ninguno que procura darse a conocer hace algo en secreto. Si estas cosas haces, manifiéstate al mundo. Porque ni aun sus hermanos creían en él. Juan 7:1-5. No es que uno se olvide de la familia, pero si no quieren escuchar, se ora por ellos, pero también, uno se debe unir mas a los que si buscan de Dios, a la familia en la fe.

El otro asunto es que, como cristianos, no somos un club de amigos para pasarlo bien, o para entretenernos. El problema con eso, es que solo se busca pasarlo bien, igual como lo hace el mundo. Ese tipo de relaciones se cortan fácilmente cuando hay algún problema o cuando ya no se da lo que se quiere, entonces ha sido la base solo un interés, en vez que el vínculo sea el Espíritu de Dios y la fe común que tenemos.  Debemos tener mucho mas que eso, y en muchos lugares de las Escrituras vemos el ejemplo de que tipo de relaciones hubo antes en el cuerpo del Cristo. Por ejemplo: Entonces vinieron unos judíos de Antioquía y de Iconio, que persuadieron a la multitud, y habiendo apedreado a Pablo, le arrastraron fuera de la ciudad, pensando que estaba muerto. Pero rodeándole los discípulos, se levantó y entró en la ciudad; y al día siguiente salió con Bernabé para Derbe. Y después de anunciar el evangelio a aquella ciudad y de hacer muchos discípulos, volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquía, confirmando los ánimos de los discípulos, exhortándoles a que permaneciesen en la fe, y diciéndoles: Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios. Hechos 14:19-22. Este pasaje nos enseña que hubo mas que una amistad superficial, sino mas bien, hubo un estar ahí (físicamente) en el momento de necesidad, y también hubo tal entrega y oración por Pablo que aun Dios actuó y le levanto de su estado agonizante para poder seguir su camino y su misión.

Vemos también el precioso ejemplo en los fieles que estuvieron al pie de la cruz del Señor, no dejándolo solo en Su muerte. Y vemos que hubo tal lazo de amor entre el Señor y Juan, que hasta le encomienda a Su madre carnal, lo cual no pudo hacer ni con sus hermanos carnales, porque escrito esta: Estaban junto a la cruz de Jesús su madre, y la hermana de su madre, María mujer de Cleofas, y María Magdalena. Cuando vio Jesús a su madre, y al discípulo a quien él amaba, que estaba presente, dijo a su madre: Mujer, he ahí tu hijo. Después dijo al discípulo: He ahí tu madre. Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa. Juan 19:25-27. Vemos la fidelidad de Juan, que cumplió con Su Señor hasta que Maria murió, o en lo mas mínimo, hasta que fue encarcelado.

En fin, cuando Cristo vive en el corazón de las personas, somos más que amigos, más que familia carnal, somos hecho familia a través del Espíritu Santo, donde no debe existir ningún tipo de diferencia, ni por dinero o clase social, ni por raza, ni por ningún tipo de razón. Porque también se nos enseñó esto: Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios. El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor. En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados. Amados, si Dios nos ha amado así, debemos también nosotros amarnos unos a otros. Nadie ha visto jamás a Dios. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros, y su amor se ha perfeccionado en nosotros. 1 Juan 4:7-12. El amor consiste en tener una relación cerca e íntima, preocupándonos por las necesidades de los demás, acompañándonos e intercediendo en oración los unos por los otros, aún dando hasta la vida si fuere necesario, como lo hizo el Señor por nosotros. 

Entonces, ¿eres parte de la familia de Dios? Y si lo eres, ¿Cómo estas tratando a tu verdadera familia? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Lo Necesario del Conocimiento Biblico

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Basado en Romanos 16:17-20 (Versión Reina Valera 1960)

Mas os ruego, hermanos, que os fijéis en los que causan divisiones y tropiezos en contra de la doctrina que vosotros habéis aprendido, y que os apartéis de ellos. Porque tales personas no sirven a nuestro Señor Jesucristo, sino a sus propios vientres, y con suaves palabras y lisonjas engañan los corazones de los ingenuos. Porque vuestra obediencia ha venido a ser notoria a todos, así que me gozo de vosotros; pero quiero que seáis sabios para el bien, e ingenuos para el mal. Y el Dios de paz aplastará en breve a Satanás bajo vuestros pies. La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros.

Algunas personas puede que digan que este pasaje es un poco contradictorio, en el sentido que dice que tengamos cuidado con aquellos que causan divisiones, y que nos apartemos de ellos; y en otra parte de las Escrituras el mismo Señor pidió de esta manera: Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste. Juan 17:20-21. Entonces ¿Cuándo debe haber unidad y cuando debe haber separación?

Lo primero, y lo esencial es que tenemos que entender que el conocimiento Bíblico, desde el Genesis hasta el Apocalipsis, es vital. Hoy en día, uno de los problemas mas grandes que tiene la Iglesia universal de Cristo es que falta el conocimiento de la Palabra. Muchos no están estudiando las Escrituras como debieran. Se conforman con saber un poco, escuchar un poco en la iglesia el Domingo (si es que van a la iglesia regularmente), etc. Y desgraciadamente, cuando se toma tan leve o poco en serio el conocimiento de Dios, se cometen muchos errores, y están expuestos a las decepciones de Satanás, a las doctrinas demoniacas que se han infiltrado en la iglesia, y a los lobos rapaces que se meten en el ministerio solo para vivir de la lana de las ovejas. Al no saber lo necesario, caen como presa muy fácil con aquellos que nos advierte hoy la Palabra. Y bueno, ¿cómo no caer en la trampa si ellos usan palabras suaves, y lisonjas, usando un aparente cariño y adulación para poder aprovecharse de las personas? Parecen personas muy amables, con bonitas y convincentes sonrisas. Y el arma mas grande que tienen es que te dicen lo que tú quieres escuchar, apelando a tus deseos y egoísmos. Lo que enseñan parece y suena como la verdad, usando ciertos pasajes en la Biblia para poder respaldar lo que quieren decir. Son sutiles y difíciles de detectar. Entonces, si no se conoce la Palabra como se debiera, lo único lo que va a pasar es que el ignorante tranquilamente va caminando hacia su perdición eterna, mientras le llenan los bolsillos de dinero a los inicuos.

Volviendo a nuestro pasaje, la Biblia explícitamente enseña que debemos tratar de estar unidos, pero solamente cuando estamos de acuerdo con lo Santo de Dios. Es posible que no todos estemos de acuerdo en todas las cosas, pero si tenemos que estar de acuerdo en lo esencial. En relación a la división, el Señor enseño lo siguiente: A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos. Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también le negaré delante de mi Padre que está en los cielos. No penséis que he venido para traer paz a la tierra; no he venido para traer paz, sino espada. Porque he venido para poner en disensión al hombre contra su padre, a la hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra; y los enemigos del hombre serán los de su casa. El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí; y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí. El que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará. Mateo 10:32-39. El Apóstol Pablo muestra un camino aún más estricto, con referencia a nuestras relaciones con supuestos hermanos en la fe que andan en desorden: Os he escrito por carta, que no os juntéis con los fornicarios; no absolutamente con los fornicarios de este mundo, o con los avaros, o con los ladrones, o con los idólatras; pues en tal caso os sería necesario salir del mundo. Más bien os escribí que no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón; con el tal ni aun comáis. 1 Corintos 5:9-11. Así que, el Señor es muy claro con la compañía que no debemos tener. Debemos tener mucho cuidado con quién nos juntamos, y a quién seguimos, en respecto a líder o guía espiritual. Como dice el dicho: Dime con quien andas, y yo te diré quien eres.

Entonces, ¿cómo podemos darnos cuenta si hay malas intenciones en algún llamado siervo de Dios que solo busca llenar su vientre? En la primera instancia, usar el sentido común. Si una persona vive mejor que las personas que lo mantienen, en lo mas mínimo hay un problema. Aún más, el Apóstol Pablo mandaba a que trabajasen los siervos, como él mismo dió ejemplo. Lo único lo que no lo dejo cumplir con un empleo regular era la cárcel, o la salud, o casos extenuantes. Pero de otra manera, Pablo siempre trabajo con sus manos para sostenerse. En lo mas mínimo, si una persona es sostenida por una congregación, debe vivir humildemente, por muy rica y dadivosa que sea esa congregación.

La segunda manera de poder darse cuenta de que uno está siendo presa de algún lobo encubierto es cuando te dicen lo que deseas escuchar, especialmente cuando tiene que ver con alimentar tu ego, excusar tus pecados, y buscar solamente tu bienestar; como ejemplos. ¿Como sé esto? Porque basado en las Escrituras, todo es para la gloria del Señor (y no de nosotros), el Señor siempre nos esta llamando al arrepentimiento, al cambio, y a la santificación, y el Señor nos enseña que puede que hasta tengamos que dar la vida por Él en algún momento dado. Con este mismo razonar entendemos que el utilizar la psicología (como ejemplo) en el ministerio no tiene relación con lo que la Biblia nos enseña, porque si uno mira la cosas psicológicamente, los pecados que uno comete siempre van a ser la culpa de alguien más, y no nuestra. Cada uno es responsable por sus propios pecados. No importa ni el trasfondo de una persona, ni lo que hicieron o no hicieron sus padres, etc. El que peca, peca porque quiso, y tiene que arrepentirse de ese pecado para poder recibir el perdón de Dios. Y siempre hay una elección, aunque la elección sea morir. Como lo hicieron los héroes de la fe cuando Cesar les mandaba que blasfemasen, reconociéndolo a él como señor, y renunciando a Jesús como el Señor. Su elección era blasfemar y poder vivir, o no blasfemar y morir. Eligieron morir. Tenían una elección.

En fin, hay que ser sabios para el bien. Hay que buscar del conocimiento de Dios, si deseas evitar ser presa de alguien con malas intenciones. Entonces, ¿entiendes la necesidad de tener más conocimiento Bíblico, por tu propio bien? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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El Buen Testimonio

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Basado en Romanos 16:1-16 (Versión Reina Valera 1960)

Os recomiendo además nuestra hermana Febe, la cual es diaconisa de la iglesia en Cencrea; que la recibáis en el Señor, como es digno de los santos, y que la ayudéis en cualquier cosa en que necesite de vosotros; porque ella ha ayudado a muchos, y a mí mismo. Saludad a Priscila y a Aquila, mis colaboradores en Cristo Jesús, que expusieron su vida por mí; a los cuales no sólo yo doy gracias, sino también todas las iglesias de los gentiles. Saludad también a la iglesia de su casa. Saludad a Epeneto, amado mío, que es el primer fruto de Acaya para Cristo. Saludad a María, la cual ha trabajado mucho entre vosotros. Saludad a Andrónico y a Junias, mis parientes y mis compañeros de prisiones, los cuales son muy estimados entre los apóstoles, y que también fueron antes de mí en Cristo. Saludad a Amplias, amado mío en el Señor. Saludad a Urbano, nuestro colaborador en Cristo Jesús, y a Estaquis, amado mío. Saludad a Apeles, aprobado en Cristo. Saludad a los de la casa de Aristóbulo. Saludad a Herodión, mi pariente. Saludad a los de la casa de Narciso, los cuales están en el Señor. Saludad a Trifena y a Trifosa, las cuales trabajan en el Señor. Saludad a la amada Pérsida, la cual ha trabajado mucho en el Señor. Saludad a Rufo, escogido en el Señor, y a su madre y mía. Saludad a Asíncrito, a Flegonte, a Hermas, a Patrobas, a Hermes y a los hermanos que están con ellos. Saludad a Filólogo, a Julia, a Nereo y a su hermana, a Olimpas y a todos los santos que están con ellos. Saludaos los unos a los otros con ósculo santo. Os saludan todas las iglesias de Cristo.

 ¿Qué significan todos estos nombres escritos por el Apóstol Pablo? ¿Por qué dejar grabado los nombres de personas en cartas que debieran contener solamente enseñanza y doctrina Bíblica? ¿Qué importancia tiene el nombre de una persona? Bueno, los nombres de estas personas son cruciales que estén inscritos porque significan mucho. Veremos que exactamente significan.

En la primera observación, podemos entender que eran hermanos y hermanas de buen testimonio. O sea, su entrega a las cosas de Dios, y al cuidado de la familia de la fe era sobresaliente. Pero ¿en qué se basa el buen testimonio y el cuidado? ¿En el cariño, en las bonitas palabras, en los halagos, en las atenciones superficiales? ¡Claro que no! Aunque no es malo recibir una expresión física de afecto, o que le digan algo agradable de vez en cuando, o recibir alguna atención o agasajo, estas cosas no son lo que definen lo que tiene real valor. Y el buen testimonio tampoco consta de las bonitas palabras, o de levantar las manos, o de gritar palabras santas, o de alabar en voz alta, o de hacer cosas religiosas. Va mucho mas allá. En fin, todo tiene que ir mas allá; a la acción, al esmero, al sacrificio, y hasta la muerte si fuere necesario, y eso no lo dan las cosas o sentimientos superficiales. Desgraciadamente, muchos se dejan llevar por estas cosas como pruebas o expresiones de amor, y se dejan llevar por cosas superficiales y huecas. Y no se dan cuenta que él que emplea tales artimañas solo desea sacar provecho. Muchos se ponen en una posición que los deja totalmente abiertos al ataque del lobo, porque se dejan llevar por pensamientos vanos y superficiales.

¿Qué es lo que hace a una persona distinta, especialmente delante de los ojos de Dios? Aunque somos salvos por gracia solamente, la obra tiene mucho valor después que uno ha recibido la gracia de Dios. Somos salvos con un propósito; para buenas obras. Y como parte de esas buenas obras, es cuestión de aprender lo que es la voluntad de Dios, practicarla, y llevarla a cabo. Porque escrito esta: De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos. Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. Mateo 5:19-20. También nos enseño esto el Señor mismo: No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad. Mateo 7:21-23.

La segunda observación es: que estos nombres significan que personas como tú y como yo pudieron hacer cosas que complacieron a Dios, y que ayudaron a sus hermanos en Cristo. Estos nombres demuestran que si es posible hacer cosas dignas de reconocimiento, cosas que van más allá de la palabrería y superficialidad. Y esto hace una gran diferencia en la vida del creyente. Porque de nuevo, se trata de acción. Y al hacer lo que Dios dice hace toda la diferencia en nuestras vidas y en la de los demás. Porque escrito esta: Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina. Mateo 7:24-27.

Y finalmente, la tercera observación. El nombre de una persona significa mucho, en términos de lo que ha podido lograr a través del Señor. Aunque el mundo y los que no saben reconocer lo que realmente tiene valor no se acuerden de aquellos que si hicieron la voluntad de Dios, sus nombres si permanecerán perpetuamente y para siempre. Sus nombres serán conocidos en el reino de Dios para siempre, y todas las obras que hicieron. El Altísimo y Todopoderoso Dios escribirá sus acciones para memoria de ellos. De eso consta la vida eterna, que esa persona y su identidad existirá para siempre, y que formará parte de lo inconmovible de Dios. Porque escrito esta: “El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.” Apocalipsis 3:5-6. Aunque el mundo recuerde como preciada a ciertas personas, si esas personas no tienen escritos sus nombres en el libro de la vida, sus nombres quedaran en el olvido porque se quemaran junto con las cosas de este mundo. Todo lo que vemos algún día desaparecerá, y sus nombres e identidades también. No quedara memoria de lo que fue, especialmente de aquellos que se encuentren en el infierno. Quedarán como si nunca hubieran existido.  

Entonces, ¿buscas tener buen testimonio delante del Altísimo o delante de los hombres? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Responsabilidades Divinas

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Basado en Romanos 15:22-33 (Versión Reina Valera 1960)

Por esta causa me he visto impedido muchas veces de ir a vosotros. Pero ahora, no teniendo más campo en estas regiones, y deseando desde hace muchos años ir a vosotros, cuando vaya a España, iré a vosotros; porque espero veros al pasar, y ser encaminado allá por vosotros, una vez que haya gozado con vosotros. Mas ahora voy a Jerusalén para ministrar a los santos. Porque Macedonia y Acaya tuvieron a bien hacer una ofrenda para los pobres que hay entre los santos que están en Jerusalén. Pues les pareció bueno, y son deudores a ellos; porque si los gentiles han sido hechos participantes de sus bienes espirituales, deben también ellos ministrarles de los materiales. Así que, cuando haya concluido esto, y les haya entregado este fruto, pasaré entre vosotros rumbo a España. Y sé que cuando vaya a vosotros, llegaré con abundancia de la bendición del evangelio de Cristo. Pero os ruego, hermanos, por nuestro Señor Jesucristo y por el amor del Espíritu, que me ayudéis orando por mí a Dios, para que sea librado de los rebeldes que están en Judea, y que la ofrenda de mi servicio a los santos en Jerusalén sea acepta; para que con gozo llegue a vosotros por la voluntad de Dios, y que sea recreado juntamente con vosotros. Y el Dios de paz sea con todos vosotros. Amén.

¿Qué es lo que uno debe hacer como discípulo de Cristo? ¿Debemos solamente preocuparnos de las necesidades espirituales, y nada más? ¿Debemos solo preocuparnos de las necesidades físicas de una persona? ¿Cuál es nuestro deber con los que no conocen el Evangelio, y aún más, con esas personas que se oponen a lo que Dios enseña? ¿Cuál es realmente la función que debe tener cada seguidor y grupo de seguidores de Cristo? Trataremos de explicarlo concisamente.

El primer punto es que debemos entender que Dios no solamente busca creyentes, porque el ser creyente no establece mucho. Es más, la Biblia enseña que los demonios creen y tiemblan ante la presencia de Dios, irónicamente mostrándole mucho más reconocimiento al Altísimo que los seres humanos, e inclusive, más reconocimiento que muchos llamados creyentes. Dios busca discípulos, personas que se dejen enseñar por Dios, sujetos a Él y a Sus principios. Así que, no solo debemos creer, si no aún más, aprender y practicar lo que nos enseña. Y en este caso, el discípulo no pone límites para lo que se le pide. Si se le pone limites a Dios, diciéndole que no es su llamado, o que no le parece hacer lo que le pide, o que eso era para aquellos apóstoles como Pablo y los demás; siento decirlo, pero debiera pensar la persona que es lo que realmente cree. Pero en lo mas mínimo, hay un serio problema espiritual. Si no hay sujeción a Dios, no hay discipulado. Y si no hay discipulado, entonces no está entrando en lo que puede serle útil a Dios. Y si no le puede ser útil a Dios, entonces, ¿de que sirve? Todo en Dios tiene un propósito. Dios no necesita adornos, ni tampoco está buscando adornos.  

El segundo punto, si en realidad uno es discípulo de Cristo, es que siempre tiene que estar en movimiento. Si recién llego al Señor, entonces tiene que alimentarse y crecer, al buscar de la Palabra de Dios, porque es la única manera que una persona puede crecer. Y mientras crece, tiene que moverse. Lo físico nos enseña muy claro este concepto. Si uno no come, se muere. Y si uno come, y no se mueve, mas tarde o temprano, se va a enfermar y se va a morir. Uno persona tiene que comer y moverse regularmente para poder ser una persona saludable. Es exactamente lo mismo en lo espiritual.

Entonces, ¿en que nos debemos mover? En muchas cosas. Si vemos el pasaje y respondemos a las preguntas hechas al comienzo, la respuesta a todas es que debemos hacerlas todas. Como discípulos del Señor, y como grupo de discípulos (la iglesia local), debe preocuparse de las necesidades espirituales y físicas, sin excepciones. Debemos individualmente, y como grupo, ayudar en todo lo posible, e inclusive llevar el Evangelio a aquellas personas que todavía no conocen al Señor. Y como Pablo hizo, si no hay mas campo, ve a otro lugar, pero busca. Hoy en día, se puede alcanzar prácticamente a cualquier persona en el mundo a través de la televisión, de la radio, por el internet, a través del teléfono, por correo electrónico (como esto mismo), por texto, etc. ¡No hay límites! Si Pablo hubiera tenido los medios que tenemos hoy en día, el mundo sería muy distinto. Tenemos que orar los unos por los otros, apoyándonos en nuestras necesidades. Y claro, debemos amar a nuestros enemigos. No es parte de lo que enseña Dios que protestemos para luchar por las cosas de Él. Lo que Dios nos enseña es que el mundo y a nuestros enemigos se les gana con oración, de rodillas, con un verdadero testimonio, practicando la Palabra de Dios; no usando las armas del mundo. Cristo nunca protesto, ni inspiro a otros hacerlo tampoco. No hubo ninguna marcha o solicitación de políticos. La guerra se gana al hacer el bien, y nada más.  

En fin, ¿es fácil seguir al Señor y ser Su discípulo? Claro que no. Nadie dijo que seria fácil. El Señor nunca predico un evangelio de paz mundial, de prosperidad, y de que todo aquí seria perfecto. Es difícil seguir a Cristo. La esperanza no esta en las cosas de aquí. Pablo dijo esto: Si en esta vida solamente esperamos en Cristo, somos los más dignos de conmiseración de todos los hombres. 1 Corintios 15:19. Él dijo esto porque el seguir a Cristo también tiene su precio. Todo en la vida tiene un precio. Pero lo que hay que tener en mente es lo siguiente: Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo, y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe; a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte, si en alguna manera llegase a la resurrección de entre los muertos. No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. Filipenses 3:7-14.

Lo que Dios tiene para nosotros en el futuro, para aquellos que le siguen fielmente, es de mucho mas valor que lo que este mundo puede ofrecer. Así que, ¿estás cumpliendo con tus responsabilidades divinas, por tu propio bien, y por el bien de los demás? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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La Puerta que Cristo Abrio

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Basado en Romanos 15:7-21 (Versión Reina Valera 1960)

Por tanto, recibíos los unos a los otros, como también Cristo nos recibió, para gloria de Dios. Pues os digo, que Cristo Jesús vino a ser siervo de la circuncisión para mostrar la verdad de Dios, para confirmar las promesas hechas a los padres, y para que los gentiles glorifiquen a Dios por su misericordia, como está escrito: Por tanto, yo te confesaré entre los gentiles, y cantaré a tu nombre. Y otra vez dice: Alegraos, gentiles, con su pueblo. Y otra vez: Alabad al Señor todos los gentiles, y magnificadle todos los pueblos. Y otra vez dice Isaías: Estará la raíz de Isaí, y el que se levantará a regir los gentiles; los gentiles esperarán en él. Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo. Pero estoy seguro de vosotros, hermanos míos, de que vosotros mismos estáis llenos de bondad, llenos de todo conocimiento, de tal manera que podéis amonestaros los unos a los otros. Mas os he escrito, hermanos, en parte con atrevimiento, como para haceros recordar, por la gracia que de Dios me es dada para ser ministro de Jesucristo a los gentiles, ministrando el evangelio de Dios, para que los gentiles le sean ofrenda agradable, santificada por el Espíritu Santo. Tengo, pues, de qué gloriarme en Cristo Jesús en lo que a Dios se refiere. Porque no osaría hablar sino de lo que Cristo ha hecho por medio de mí para la obediencia de los gentiles, con la palabra y con las obras, con potencia de señales y prodigios, en el poder del Espíritu de Dios; de manera que desde Jerusalén, y por los alrededores hasta Ilírico, todo lo he llenado del evangelio de Cristo. Y de esta manera me esforcé a predicar el evangelio, no donde Cristo ya hubiese sido nombrado, para no edificar sobre fundamento ajeno, sino, como está escrito: Aquellos a quienes nunca les fue anunciado acerca de él, verán; y los que nunca han oído de él, entenderán.

La Gracia de Dios tiene un valor incalculable para nosotros los humanos. Puede que hallan algunos de Uds. que lo vean como algo bueno, pero no entienden realmente lo que es y lo que significa, y esta es la raíz de muchos problemas que vemos hoy en día, especialmente en el pueblo de Dios. No se entiende el valor de las cosas, especialmente, las cosas de Dios. Entonces, para poder entender el valor de algo, hay que entender bien lo que es y lo que hace. O si no, no se valora y se trata como algo común. Y aún más, se le da mas prioridad a cosas que son en realidad de menos valor.

Entendamos el concepto del valor primero. ¿Qué es lo que le da valor a algo? Muchos piensan que el dinero lo es todo, y hasta lo aman y ponen toda su confianza en él. ¿Qué es el dinero? Si lo vemos tal como lo que es, y especialmente como lo conocemos hoy en día, es en realidad un artículo, o récord verificable que generalmente se acepta como pago por bienes y servicios y pago de deudas en una nación particular o en un contexto socioeconómico. En pocas palabras, es un articulo que un grupo de personas le ha atribuido algún tipo de valor, dependiendo de la demanda y de condiciones económicas, por supuesto. Pero, en realidad, es un poco de material con tinta especial que puede valer algo un día, y no servir para nada en otra ocasión. Y si quieres ver el real valor del dinero, ve como te va con un millón de dólares o de euros en el medio de un desierto sin contacto con ninguna persona. No te sirven ni para beber o comer. Vas a lo mejor a morir de peor manera si te lo tratas de comer, por los gérmenes. Así que, el real valor de algo lo determinan las circunstancias.

Por ejemplo, Bill Gates, el co-fundador de Microsoft, es el hombre con el valor personal más alto del mundo. De acuerdo a Forbes, su valor personal se estima en US$89,4 billones entre acciones, propiedades, etc. El personalmente puede hacer correr la infraestructura de varias naciones por si mismo por un año. No obstante, si Bill Gates no llega a obtener la salvación a través de Jesucristo, sus billones de dólares, acciones, etc. no le van a servir de nada cuando este delante del trono de Dios, porque todas esas cosas (aunque no son malas en sí), no tienen ningún valor en el reino de Dios; menos para la salvación de un alma. Lo único que tiene valor delante del trono de Dios para la salvación es el ser redimido por la sangre de Cristo. No hay otro camino. Hay un solo camino para llegar a Dios y a la vida eterna: Jesús.

Ahora bien, ¿Qué tiene que ver esto con el pasaje de hoy? Este mensaje aplica mas bien a nosotros los gentiles (por lo menos, creo que la mayoría que leen estos mensajes son gentiles). Antes que Cristo muriera en la cruz por nuestros pecados, nosotros los gentiles (los que no somos Israelitas), no teníamos un camino abierto al Padre. E inclusive, ni los judíos podían llegar a Dios antes que muriera Cristo, aunque fueran hijos legítimos de Abraham. El judío (el religioso) solo podía aspirar al Seno de Abraham, si es que realmente guardaba la ley. No había nada que el ser humano podía hacer para salvarse, y menos que nadie, los gentiles. La Biblia nos enseña esto: Por tanto, acordaos de que en otro tiempo vosotros, los gentiles en cuanto a la carne, erais llamados incircuncisión por la llamada circuncisión hecha con mano en la carne. En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo. Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo. Efesios 2:11-13. Sino fuera por el Señor, ni los judíos tendrían salvación, pero aún mucho menos, nosotros los gentiles. Estábamos totalmente excluido de la salvación, salvo unos pocos que Dios escogió llamar personalmente, porque todos antes eran severamente paganos, con una mente reprobada. Aunque sea difícil aceptar, esa era la realidad. Por eso que Dios mandaba al pueblo judío a acabar con todas las distintas naciones antes de Cristo porque eran irredimibles. ¿Dios fue duro o severo? No, Él sabe todas las cosas, hasta lo mas intimo del ser humano.

Pero, aquí es donde se ve la misericordia de Dios, y el valor de la dispensación de la Gracia de Dios a través del Señor Jesús. Porque escrito esta: Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida. Romanos 5:10. Aún siendo enemigos de Dios, especialmente como gentiles, Él dió a Su Hijo Unigénito para cambiar nuestro destino (porque nuestro destino era el infierno). El Señor también dijo: Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos. Juan 10:9.

Así que, ¿Entiendes la puerta que Cristo ha abierta para ti? Y si lo entiendes, ¿la valoras? ¡Qué el Señor les bendiga! John

 

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Edificando un Cuerpo Unido en Cristo

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Basado en Romanos 15:1-6 (Versión Reina Valera 1960)

Así que, los que somos fuertes debemos soportar las flaquezas de los débiles, y no agradarnos a nosotros mismos. Cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno, para edificación. Porque ni aun Cristo se agradó a sí mismo; antes bien, como está escrito: Los vituperios de los que te vituperaban, cayeron sobre mí. Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza. Pero el Dios de la paciencia y de la consolación os dé entre vosotros un mismo sentir según Cristo Jesús, para que unánimes, a una voz, glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.

Una de las cosas que hace muy difícil el seguir a Cristo es el convertir a Dios y a los demás en prioridad, antes de cumplir nuestros propios deseos y anhelos. ¿Por qué es difícil? Porque vivimos en un mundo que te impulsa a hacerte feliz a ti mismo. En la sociedad de hoy en día existe más que nunca la enseñanza de autosatisfacerse. Se levantan cada vez más altares al egocentrismo, o el glorificar al yo. Un mensaje muy claro que se propaga, por ejemplo, es: tu solamente te puedes hacer feliz. Hay un sinfín de oradores motivacionales y filósofos modernos que te instan a cumplir tus deseos, a perseguir tus metas, y a llegar a lo que quieres no importando lo que tengas que sacrificar. Y aún más, se han levantado muchos falsos evangelios que te enseñan que la fe es lo que te ayuda a lograr las cosas que quieres. Y de acuerdo con esos evangelios, Dios no es el Señor, sino más bien, Dios es tu siervo y tu fe hace que Él llene tu felicidad. Y claro, en eso entra la prosperidad y otras cosas. En fin, tanto lo pagano, lo mundano, y hasta lo llamado “evangélico”; todos propagan el glorificarte a ti mismo.

¿Es malo buscar la felicidad de alguna manera? En realidad, no. Pero, no a expensas de destronar a Dios del primer lugar, y también de convertir a los demás seres humanos que te rodean en tus peones o súbditos. En mis humildes observaciones, he podido darme cuenta de que lo que hace tan malo el mundo en que vivimos, es el nivel de egoísmo que existe. La mayoría de las personas solo quieren sacar provecho de cada persona. Por eso que los matrimonios y las familias se rompen, porque hay dos personas compitiendo que quieren cumplir sus deseos personales. Todos quieren perseguir sus propios éxitos, y no importa lo que les cueste (por supuesto, lo que le cuesta a la otra persona). No hay muchas personas que piensen en el bien de la otra persona. Y muchos se tratan de aprovechar de la buena voluntad de las pocas personas que no son egoístas. Por ejemplo, el que roba no le importa robarle a otra persona porque es más su deseo por tener lo que tiene la otra persona que el daño que le causa. El que engaña a su pareja lo engaña porque es más grande su deseo de vivir una aventura o desahogar sus necesidades antes de pensar en el dolor que le puede ocasionar a la otra persona. Y bueno, su egoísmo lo lleva también a destruir a su familia. Cuando se hacen los males, solo se está pensando en sí mismo, más que en el afectado. Y por supuesto, el que piensa en sí mismo no piensa en los demás, y menos en Dios. No tiene tampoco la capacidad de pensar en las personas que sufren a su alrededor. La mayoría de las personas son impenetrables cuando se trata de la necesidad ajena.

Lo que vemos en el pasaje de hoy va totalmente en contra de lo que pasa en nuestra sociedad de hoy en día. Dios nos llama a ayudarnos mutuamente, a edificarnos, a poder ayudar a los que están realmente en necesidad, o sufriendo. Dios es la prioridad, y por virtud que Dios es la prioridad, nuestro prójimo también se convierte en nuestra prioridad. En esto verdaderamente se ve la espiritualidad de una persona; no en lo bonito o espiritual que hable, sino más bien, en sus acciones. La Biblia nos enseña esto también: De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; más cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos. Mateo 5:19. Así que, el que es grande hace lo que Dios dice, no solamente lo habla o lo predica.

Una de las cosas que el Señor mismo oro por nosotros, es para que haya unidad genuina dentro de aquellos que le siguen. Es más, la única manera que el mundo sabrá que Dios envió a Su Hijo a este mundo es a través de nuestra unidad. Porque escrito esta: Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste. Juan 17:20-21. Puede que tengamos distintas ideas o maneras de ser, pero si creemos como lo enseña la Biblia, tenemos que estar unidos, velando por las necesidades de los que nos rodea. Y esto se debe convertir en algo reciproco.

Lo único que nos podría separar como cuerpo de Cristo es el pecado, o sea, que alguno que se llame ser creyente, viva un estilo de vida de pecado. Porque escrito esta: Os he escrito por carta, que no os juntéis con los fornicarios; no absolutamente con los fornicarios de este mundo, o con los avaros, o con los ladrones, o con los idólatras; pues en tal caso os sería necesario salir del mundo. Más bien os escribí que no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón; con el tal ni aun comáis. 1 Corintios 5:9-11. El pecado los destruye todo, inclusive la unidad y el amor a lo que nos llama Dios, lo cual debiéramos tener los unos por los otros. Pero, en base a buscar el bien de la otra persona, estamos llamados también a ayudarnos a salir de esas cosas que solo traen destrucción. Uno debe estar claro en el mal que cada persona hace, pero no para juicio, sino para poder amonestar y aconsejar en amor, considerando las debilidades que uno mismo tiene. Porque también se nos enseña esto: Hermanos, si alguno de entre vosotros se ha extraviado de la verdad, y alguno le hace volver, sepa que el que haga volver al pecador del error de su camino, salvará de muerte un alma, y cubrirá multitud de pecados. Santiago 5:19-20.

En fin, el que está en Cristo esta para ayudar a los creyentes como él, y también a los que necesitan la salvación de Dios. Pero, siempre debe mantener este sentir y cuidado en todo lo que hace: Por tanto, así dijo Jehová: Si te convirtieres, yo te restauraré, y delante de mí estarás; y si entresacares lo precioso de lo vil, serás como mi boca. Conviértanse ellos a ti, y tú no te conviertas a ellos. Jeremías 15:19.

Así que, ¿estas ayudando a tu prójimo llegar a Cristo, y, edificando en tu familia en la fe? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Somos Responsables Por Nuestras Acciones

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Basado en Romanos 14 (Versión Reina Valera 1960)

Recibid al débil en la fe, pero no para contender sobre opiniones. Porque uno cree que se ha de comer de todo; otro, que es débil, come legumbres. El que come, no menosprecie al que no come, y el que no come, no juzgue al que come; porque Dios le ha recibido. ¿Tú quién eres, que juzgas al criado ajeno? Para su propio señor está en pie, o cae; pero estará firme, porque poderoso es el Señor para hacerle estar firme. Uno hace diferencia entre día y día; otro juzga iguales todos los días. Cada uno esté plenamente convencido en su propia mente. El que hace caso del día, lo hace para el Señor; y el que no hace caso del día, para el Señor no lo hace. El que come, para el Señor come, porque da gracias a Dios; y el que no come, para el Señor no come, y da gracias a Dios. Porque ninguno de nosotros vive para sí, y ninguno muere para sí. Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos, o que muramos, del Señor somos. Porque Cristo para esto murió y resucitó, y volvió a vivir, para ser Señor así de los muertos como de los que viven. Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo. Porque escrito está: Vivo yo, dice el Señor, que ante mí se doblará toda rodilla, y toda lengua confesará a Dios. De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí. Así que, ya no nos juzguemos más los unos a los otros, sino más bien decidid no poner tropiezo u ocasión de caer al hermano. Yo sé, y confío en el Señor Jesús, que nada es inmundo en sí mismo; mas para el que piensa que algo es inmundo, para él lo es. Pero si por causa de la comida tu hermano es contristado, ya no andas conforme al amor. No hagas que por la comida tuya se pierda aquel por quien Cristo murió. No sea, pues, vituperado vuestro bien; porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo. Porque el que en esto sirve a Cristo, agrada a Dios, y es aprobado por los hombres. Así que, sigamos lo que contribuye a la paz y a la mutua edificación. No destruyas la obra de Dios por causa de la comida. Todas las cosas a la verdad son limpias; pero es malo que el hombre haga tropezar a otros con lo que come. Bueno es no comer carne, ni beber vino, ni nada en que tu hermano tropiece, o se ofenda, o se debilite. ¿Tienes tú fe? Tenla para contigo delante de Dios. Bienaventurado el que no se condena a sí mismo en lo que aprueba. Pero el que duda sobre lo que come, es condenado, porque no lo hace con fe; y todo lo que no proviene de fe, es pecado.

El asunto que el Señor a través del Apóstol Pablo trata aquí en este pasaje a veces se malentiende, y al no entenderse como es debido, se cometen errores. Y bueno, lo que el Señor más desea es que aprendamos lo que es necesario para que lo errores paren, no solo para nuestro propio beneficio, sino también, para el beneficio de los demás. Porque el punto más importante que se trata en distintas partes de las Escrituras es que nuestro caminar en el Señor se mide no solo a través de lo personal e íntimo, sino también, en conjunto, que es lo que hacemos con los que nos rodean. Todo lo que hacemos en esta tierra siempre tendrá dos direcciones: verticales, entre Dios y nosotros, y horizontales, entre nuestro semejante y nosotros; idéntico a lo que señala la cruz.

La primera observación que haremos es acerca del débil en la fe. El débil en la fe es la persona que recién llega a Cristo, que básicamente es una criatura recién nacida en el Espíritu. Y como toda criatura recién nacida, todavía no puede caminar ni alimentarse por sí misma, y obviamente, no se puede defender mucho tampoco. El débil en la fe es dependiente de aquellos que ya han crecido un poco más en el Señor, y necesita esa ayuda para poder desarrollarse y fortalecerse, para que pueda alimentarse, y caminar, y defenderse por si mismo. Esto implica un discipulado, pero obviamente, depende del débil en este caso si en realidad tiene hambre y está buscando de las cosas de Dios. Nada se puede forzar o imponer, y le tiene que nacer a la persona misma si desea ser discipulada, si en verdad ha nacido de nuevo y está siendo guiada por el Espíritu Santo en su vida. Los apóstoles pasaron ese proceso, y el Señor mismo los discipuló durante su etapa de debilidad. El Apóstol Pablo también fue débil en su comienzo y tuvo que depender por algún tiempo de hermanos que llevaban más tiempo en el Señor. Y en eso entra también la amonestación (muy diferente a la condena), lo cual implica compartir aquellas cosas con una persona para que puedan crecer, aprender, y dejar de hacer aquellas cosas que no le convienen. De otra manera, ¿cómo va a saber una criatura en el Señor si está haciendo bien o mal? Tiene que haber instrucción, y muchas veces, ayuda para corregir lo que está mal (porque la Biblia define lo que es bueno y malo, la justicia y el pecado, para el bien de nosotros mismos). Estamos supuestos a ayudarnos e instarnos a seguir lo que es del agrado del Señor. Pero, tiene que llegar el momento que la debilidad quede atrás y una persona se fortalezca en el Señor para poder seguir su camino y así, ayudar a otros más nuevos y débiles que ella. La persona tiene que dejar de tomar leche en algún punto, y comenzar a comer carne y cosas sólidas, caminando por si misma. Si una persona no se desarrolla, hay un problema, como la misma naturaleza nos enseña. Y eso es un estudio mucho más largo.

La otra observación es acerca de la comida. El problema que había con la comida en ese tiempo es que era muy común que se le ofreciera como sacrificio y ofrenda para los ídolos y dioses paganos. Casi todo lo que se vendía en el mercado, especialmente en las tierras a fuera de Israel, era sacrificado a los ídolos. Entonces, el asunto era que provocaba tropiezo para los nuevos convertidos o débiles al ver a los creyentes más maduros, por decir, comer de cosas que ellos mismos sabían que eran sacrificado a los ídolos. Creaba confusión. También entraba el asunto del tomar vino, y hay una diferencia entre el jugo de uva y el vino fermentado (otro estudio más largo). Había hermanos débiles o pequeños que habían llegado al Señor siendo alcohólicos (igual como hoy en día) que habían dejado atrás el licor, y les provocaba confusión al ver a los supuestos cristianos más maduros tomar alcohol. Y bueno, tienen razón. No hay nada peor que tomar alcohol delante de un alcohólico en recuperación. Si quieres hacer recaer a un alcohólico, solamente comienza a tomar delante de él.    

Tratando de recapitular a grandes rasgos este pasaje, el Señor nos enseña aquí que debemos estar muy pendientes de lo que hacemos porque podemos afectar negativamente a los que nos rodean, y también, que todos (si, también los que hemos llegado a una nueva vida con el Señor), daremos cuentas de nuestras acciones aquí, y también después, depende de lo que sea. Estamos aquí para desarrollar nuestra relación con el Señor para llevar acabo Sus propósitos, lo cual envuelve a toda persona que nos rodea. Esto también nos aconseja el Señor: Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís. Mas el que hace injusticia, recibirá la injusticia que hiciere, porque no hay acepción de personas. Colosenses 3:23-25. Así que, ¿entiendes que darás cuentas por todo lo que haces aquí, sea bueno o sea malo? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Esta Vida es Pasajera

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Basado en Romanos 13:11-14 (Versión Reina Valera 1960)

Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos. La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz. Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia, sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne.

Durante la semana, vimos el trágico incidente que ocurrió en Nueva York, donde una persona decidió tomar las vidas de otros intencionalmente al meterse con una camioneta en la via que es solo para ciclistas. De acuerdo a múltiples fuentes de noticias, ocho personas murieron y un grupo más fueron lesionados, incluyendo dos niños que estaban en el transporte escolar que finalmente ayudo a evitar aún más tragedia. Entre los muertos, se encontraron: a Darren Drake, de 32 años, de New Milford, New Jersey; Nicholas Cleves, de 23 años, de New York, New York; Ann-Laure Decadt, de 31 años, de Bélgica; y finalmente Hernan Diego Mendoza-Espino, de 47 años, Alejandro Damian Pagrucco, de 47 años, Herman Ferruchi, de 47 años, Diego Enrique Angelini, de 47 años, y Ariel Erlis, de 48 años, los cuales eran de la Argentina. No quiero enfocarme en la persona que hizo el ataque, sino más bien, en las victimas. ¿Quiénes eran?

Darren era un joven muy sano, de acuerdo a su padre. Era un muchacho que mientras sus compañeros de trabajo salían a tomarse un descanso para fumar o tomarse un café, Darren salía casi siempre a montar su bicicleta, por lo menos por 15 a 20 minutos. En esta ocasión, el salió a darse una vuelta entre reuniones. Ann-Laure Decadt era una madre de dos niños, uno de 3 años y otro de 3 meses, y esposa también. Ella estaba de viaje con su madre y dos hermanas durante el tiempo del ataque, como relató su esposo que estaba desconsolado. No se sabe mucho de Nicholas Cleves. Solo se puede deducir que era muy joven y más que seguro, de buena salud. Y entre las víctimas se encontraban cinco hombres de la Argentina que estaban celebrando su 30 aniversario de su graduación escolar. Todos habían sido buenos amigos todos esos años, y hasta de antes. Ellos se habían prometido un viaje como este para la celebración. Uno de los cinco, Ariel Erlis, era un empresario que le pago el viaje a algunos de sus compañeros para que pudieran lograr cumplir su tan anhelada celebración. Mi pregunta es: ¿Qué estuvo pasando por sus cabezas esa mañana al levantarse? ¿Se hubieran imaginado tanto ellos como sus familiares y seres queridos lo que iba a suceder más tarde ese día?  

¿Qué tenían en común estas personas? Bueno, eran jóvenes aún, lucían saludables, y estaban haciendo algo que no demostraba gran peligro. Es más, estaban haciendo algo que era muy sano. Lo otro en común es que no creo que ellos ni se imaginaron lo que iba suceder ese día, porque si hubieran tenido la más mínima preocupación, no creo que hubieran salido a dar una vuelta, ¿verdad? Lo que más tienen en común por esta desgracia es que sus familias nunca van a ser iguales. Cada uno de ellos deja un vacío que no se podrá llenar. Una era madre, esposa, hija, y hermana. Los demás habrán tenido relaciones similares. Queda un hueco muy doloroso, porque fue repentino y sin sentido sus muertes.

Esta tragedia, como tantas otras que suceden a diario, nos muestra una vez más lo que el Señor a través del Apóstol Pablo nos está enseñando en este pasaje: esta vida es temporal y muy insegura. Y sabiendo esa realidad, necesitamos saber vivir esta vida como conviene, pensando de que solo estamos de paso aquí, con los ojos puestos en el porvenir. Si nos enfocamos demasiado en el aquí y ahora, perderemos de vista lo que realmente importa, y no estaremos listo para lo que puede pasar inesperadamente. Nadie sabe cuándo le va a tocar, pero si debemos tener algo muy claro: que solo es cuestión de cuándo y cómo. Para algunas personas, le toca a una edad muy temprana. Para otros, a media edad. Y claro, algunos de nosotros llegaremos a vivir mas años. Y cuando va a pasar algo, no hay discriminación. Le sucede al rico y al pobre, a la mujer y al hombre, a personas de distintas razas, etc. La Biblia nos enseña esto: ¡Vamos ahora! los que decís: Hoy y mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá un año, y traficaremos, y ganaremos; cuando no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece. En lugar de lo cual deberíais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello. Pero ahora os jactáis en vuestras soberbias. Toda jactancia semejante es mala; y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado. Santiago 4:13-17. Nadie se debe jactar del mañana, ni siquiera del más tarde, porque uno nunca sabe, y debiera vivir como tal; a lo menos si no quiere vivir una sorpresa muy desagradable.

Si sabemos que lo de aquí es solo pasajero e incierto, lo que nos aconseja el Señor es que debemos pensar como pasamos nuestro tiempo aquí, sabiendo que hay algo más grande después. Todo lo que vemos hoy se desaparecerá mañana, incluyéndonos a nosotros mismos, y nuestros seres queridos. Lo otro que hay que tener en mente es que, si a estas personas les sucedió una desgracia no haciendo nada malo, sino todo lo contrario, algo sano y saludable, ¿cuánto más cuidado debemos tener con cosas que no glorifican a Dios? A lo mejor sin saberlo, ¿Cuántas veces te expusiste a la desgracia al estar en lugares dudosos, con un mal elemento, con personas con no muy buenas intenciones, o te metiste a hacer cosas que no convienen? Si es así, ¿crees que no pasó nada porque eres más inteligente o listo, o porque mereces vivar más que estas ocho personas? Por muy listos que nos creamos, nunca tenemos idea de lo que circula a nuestro alrededor. Vivimos en un mundo de mucha maldad y desorden, y si algo no nos pasa, es solo por la misericordia de Dios, y nada más. ¿Qué dice la Escritura acerca de esto?: No tentarás al Señor tu Dios. Así que, si puede pasarle algo malo a alguien sin estar haciendo nada malo, ¿Cuánto más puede salir mal, al hacer cosas que no glorifican a Dios, exponiéndonos a un mundo malo, perverso, y destructivo?  

Finalmente, debemos buscar de las cosas del Señor, haciendo aquellas cosas que son para nuestro bien y el bien de los demás aquí, y principalmente, para después. Todo lo que hacemos aquí cuenta. Así que, ¿estás viviendo conscientemente de que solo estamos de paso en este mundo temporal? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Como Debemos Tratar a las Personas (Continuado)

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Basado en Romanos 13:8-10 (Versión Reina Valera 1960)

No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley. Porque: No adulterarás, no matarás, no hurtarás, no dirás falso testimonio, no codiciarás, y cualquier otro mandamiento, en esta sentencia se resume: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor.

Unas de las cosas claves en el caminar en el Señor, es de poder aprender cómo tratar a nuestro prójimo. He escuchado a veces la interpretación de que nuestro prójimo es la persona que nos hace el bien sin ningún tipo de obligación. Bajo esta explicación, nuestro principal prójimo seria Dios Padre, ya que Él nos creó junto con Su Hijo, y también entrego a Su Hijo, al Señor Jesús, para que muriera por nuestros pecados; y claro, sin ningún tipo de obligación. Todo lo hizo por amor. Así que, Él sería nuestro prójimo por excelencia. Pero, hay que tener mucho cuidado con solamente enfocarnos en eso, tratando de ser muy espirituales, por decir. Porque, también es muy necesario entender que el prójimo es también nuestro semejante, cada persona que nos rodea, sea por un tiempo extendido, o por un momento.

Hay muchas personas que supuestamente se enfocan tanto en que nuestro deber es solo con el Señor, que olvidan lo que el mismo Señor nos enseña. Por ejemplo, hay muchos que dicen: ya le pedí perdón al Señor por el mal que hice, y no necesito hacer nada más para ser perdonado. El error es que esa no es toda la verdad, es solo parte de la ecuación. Es tan vital arrepentirse y convertirse delante del Señor, como mostrar frutos dignos de arrepentimiento con la persona que afectamos con nuestra mala acción. De acuerdo a la Palabra de Dios, debemos restituir al agraviado (Isaías 1:17).

Si entendemos bien la Palabra, comenzando con algo tan básico como los diez mandamientos, podríamos ver el orden que Dios le indica al hombre; que se le debe amar a Él primero (los primero cuatro mandamientos), y segundo, a nuestro prójimo (los próximo seis mandamientos). Recuerden también, que el Señor dijo que no vino abrogar la ley, sino a cumplir, y claro, cumplirla en nosotros a través del obrar de Su Espíritu Santo, mientras Él nos va transformando y cambiando para ser lo que Dios desea que seamos. Así que, el que crea que ya no hay que hacerle caso al Antiguo Testamento, está negando la misión completa del Señor en nuestras vidas. Un cristiano “tiene” que proseguir hacia la meta, tal como lo enseño el Apóstol Pablo. Así que, si el agua se estanca, se pudre.

El asunto que Dios quiere llevar a cabo en nuestras vidas es que necesitamos aprender a tratarnos bien como seres humanos, de la misma manera como Él nos trató. Una clara explicación de esto es la llamada regla dorada: Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas. Mateo 7:12. ¿A ti te gustaría que te deshonren tus hijos como padre o madre? ¿A ti te gustaría que te traten de matar? ¿A ti te gustaría que te engañen como esposo o esposa? ¿A ti te gustaría que te roben? ¿A ti te gustaría que hablen cosas falsas de ti? ¿A ti te gustaría que te envidien lo que tienes, hasta al punto de fantasear de como poder quitarte lo que es tuyo? ¡Si no te gusta que te lo hagan a ti, entonces no se lo hagas a los demás! Este es el punto. La Biblia también dice: Balanzas justas, pesas justas y medidas justas tendréis. Yo Jehová vuestro Dios, que os saqué de la tierra de Egipto. Levítico 19:36. Tenemos que practicar la justicia con cada persona.

El grave problema es que existe una espiritualidad falsa. ¿Cómo puedo decir esto? ¡Fácil! Si todos los que profesan ser creyentes en Dios practicaran lo que Dios manda, el mundo sería un lugar mucho mejor y distinto. Mas específicamente, de acuerdo a Pew Research Center, en el 2010, se estimó más de 2,2 billones de cristianos mundialmente. ¿Se imaginan si 2,2 billones de personas a lo menos trataran de hacer lo que Dios enseña como seria el mundo, la cantidad de problemas que se resolverían? No obstante, el Señor mismo amonesta a Su propio pueblo de esta manera: Clama a voz en cuello, no te detengas; alza tu voz como trompeta, y anuncia a mi pueblo su rebelión, y a la casa de Jacob su pecado. Que me buscan cada día, y quieren saber mis caminos, como gente que hubiese hecho justicia, y que no hubiese dejado la ley de su Dios; me piden justos juicios, y quieren acercarse a Dios. ¿Por qué, dicen, ayunamos, y no hiciste caso; humillamos nuestras almas, y no te diste por entendido? He aquí que en el día de vuestro ayuno buscáis vuestro propio gusto, y oprimís a todos vuestros trabajadores. He aquí que para contiendas y debates ayunáis y para herir con el puño inicuamente; no ayunéis como hoy, para que vuestra voz sea oída en lo alto. ¿Es tal el ayuno que yo escogí, que de día aflija el hombre su alma, que incline su cabeza como junco, y haga cama de cilicio y de ceniza? ¿Llamaréis esto ayuno, y día agradable a Jehová? ¿No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresión, y dejar ir libres a los quebrantados, y que rompáis todo yugo? ¿No es que partas tu pan con el hambriento, y a los pobres errantes albergues en casa; que cuando veas al desnudo, lo cubras, y no te escondas de tu hermano? Isaías 58:1-7. Puedes tratar de hacer todo tipo de cosas que lucen religiosas y buenas, pero no sirve de nada si no estás haciendo el bien a tu prójimo.

Finalmente, necesitamos practicar el amor con nuestro prójimo, tratándonos como Dios manda, porque es urgente y necesario. Porque escrito esta: Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios. El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor. En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados. Amados, si Dios nos ha amado así, debemos también nosotros amarnos unos a otros. Nadie ha visto jamás a Dios. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros, y su amor se ha perfeccionado en nosotros. 1 Juan 4:7-11.  

Así que, ¿estas amando a tu prójimo, mostrando la evidencia de que Dios realmente está trabajando en tu vida? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Como Debemos Tratar a Nuestras Autoridades

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Basado en Romanos 13:1-7 (Versión Reina Valera 1960)

Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos. Porque los magistrados no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo. ¿Quieres, pues, no temer la autoridad? Haz lo bueno, y tendrás alabanza de ella; porque es servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme; porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo. Por lo cual es necesario estarle sujetos, no solamente por razón del castigo, sino también por causa de la conciencia. Pues por esto pagáis también los tributos, porque son servidores de Dios que atienden continuamente a esto mismo. Pagad a todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que respeto, respeto; al que honra, honra.

En el pasaje de hoy, aprendemos que Dios nos enseña algo muy contrario a lo que muchos creen en nuestra sociedad, sobre el respeto a las autoridades. Vemos a través de la Biblia, y aún a través de la vida del Señor aquí en la tierra, que no es la voluntad de Dios oponerse a las autoridades, aunque no sean ni pacificas o justas. Tanto el Señor Jesús como Pablo vivieron durante el dominio del Imperio Romano, unos de los imperios mas duros que el mundo allá visto. El Imperio Romano era pagano, cruel, y extremadamente dominante, especialmente para subyugar a las naciones que quería dominar o conquistar. Ellos practicaron el método de matar por crucifixión, no solo para darle una muerte agónica a sus opositores, sino también para exponerle a sus opositores lo que les pasaría si no seguían sus reglas y sus mandatos. Se cree que muchos de los caminos eran alineados con seres crucificados, que constaban hasta de cientos de personas, uno atrás del otro, en secuencia, con la idea de dar escarmiento e intimidación. Durante la persecución de los cristianos, se practicó un sinfín de torturas y maneras de dar muerte, muchas veces hasta como espectáculos en el famoso Coliseo Romano, para entretener a las masas. 

No obstante, el Señor nunca predico en contra del Imperio Romano, aunque muchos de sus seguidores creían que Él podía ser el líder o el rey que los levantaria contra el dominio que ellos aborrecían. Inclusive, el Señor explico cuando se le pregunto si se le debia pagar impuestos a Cesar, y Él dijo: Dad a Cesar lo que es de Cesar… Y nos dejó el ejemplo que Él y Pedro pagaron impuestos cuando le dijo a Pedro que fuera pescar, y que encontraría una moneda en la boca del pez, y así pagara para no ofender a las autoridades. No existe ninguna enseñanza dada por el Señor que nos muestre que nos debiéramos rebelar o aborrecer a nuestras autoridades.

Pablo refuerza ese sentir a través de este pasaje. Como creyentes, nosotros debemos respetar a toda autoridad, hasta los que no nos gusta. Por mucho que no les guste un presidente o un líder, se debe orar por ellos, no para desearles el mal, sino mas bien, para que Dios pueda obrar en sus vidas si no conocen la Verdad de Dios. Y le puedo asegurar, por muy mala que sea una autoridad de hoy en día, no creo que sean tan malos o despiadados como los Cesares de aquel entonces. Así que, si el Señor mismo siendo Dios, y Pablo, enseñaron a respetarlos, ¿Cuánto más crees que debiéramos respetar a los que tenemos ahora?

Sé que esto no es fácil o del agrado para muchas personas, pero si deseamos finalmente servir a Cristo, y seguir los principios que Dios establece, debiéramos considerar lo que nos enseña la autoridad suprema del universo. Así que, mientras no nos obliguen a ir en contra de Dios mismo y de lo que El nos enseña, debemos someternos a las autoridades, respetarlas, obedecerles, seguir sus leyes, pagar impuestos, ser honestos, etc. Y no solamente hacer estas cosas, sino también ayudar cuando se puede, porque escrito esta: Recuérdales que se sujeten a los gobernantes y autoridades, que obedezcan, que estén dispuestos a toda buena obra. Que a nadie difamen, que no sean pendencieros, sino amables, mostrando toda mansedumbre para con todos los hombres. Tito 3:1-2.

Finalmente, si deseamos cambiar las cosas, para bien, hay algunas maneras de proceder. La Biblia nos enseña lo siguiente: No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal. Romanos 12:21. Las cosas no se deben cambiar a través de protestas, o a través del desafío, o con falta de respeto, o por la fuerza y la violencia, o por política, etc. Esto es lo que dice también las Escrituras: Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad. Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad. 1 Timoteo 2:1-4. La manera que podemos y debiéramos afectar positivamente todo lo que nos rodea debe ser a través de la oración y de practicar lo que la Biblia nos enseña, a través de nuestro testimonio, tal como lo hizo nuestro ejemplo (Jesucristo). Es la voluntad de Dios que seamos buenos ciudadanos.

Así que, ¿estas tratando a tus autoridades como manda el Señor? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Como Debemos Tratar a Las Personas

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Basado en Romanos 12:14-21 (Versión Reina Valera 1960)

Bendecid a los que os persiguen; bendecid, y no maldigáis. Gozaos con los que se gozan; llorad con los que lloran. Unánimes entre vosotros; no altivos, sino asociándoos con los humildes. No seáis sabios en vuestra propia opinión. No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres. Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres. No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor. Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza. No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal.

A el Señor no solo le importa como lo tratemos a Él, sino también, como cada creyente trata a sus semejantes. Muchas personas piensan que si tratan de mantener una buena relación con Dios directamente, que no deben hacer nada más, pero eso está lejos de la verdad. Es más, la manera como Dios vé, si nuestra relación realmente esta bien con Él es a través de la manera que nos tratamos los unos a los otros, y mucho de lo que Él enseña con relación a esto va en contra de nuestra naturaleza, como veremos a través del compartir de hoy. Así que, debemos dejar a un lado nuestra opinión. Solo debe reinar el consejo de Dios en nuestras vidas.  

En el pasaje de hoy, lo primero que vemos es un principio que va claramente en contra de nuestros instintos y sentimientos. Lo mas natural en una persona es tratar de devolver el mal que se le hace, donde muchos se aferran a la idea de: ojo por ojo, y diente por diente. El Señor Jesús cambio ese concepto, especialmente al introducir la dispensación de la gracia de Dios a través de Su propio sacrificio en la cruz, al lavar los pecados de todos aquellos que le aceptan a Él como el Señor de sus vidas. Es más, Él nos enseñó lo siguiente: Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos. Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen también lo mismo los publicanos? Y si saludáis a vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? ¿No hacen también así los gentiles? Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto. Mateo 5:43-48. Se que es difícil devolver bien por mal, pero, Dios desea que nosotros actuemos con los demás igual como Él actuó con nosotros, especialmente cuando consideramos que nosotros éramos Sus enemigos, cuando estábamos perdidos en nuestros pecados. Y con esto también tiene que ver el: no pagar mal por mal y la venganza.

En conexión con este concepto, el perdón inmerecido se introduce a la misma vez. El Señor también enseño lo siguiente: Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas. Porque si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos os perdonará vuestras ofensas. Marcos 11:25-26. Esto va obviamente en contra de nuestra naturaleza e instintos, pero por eso que es necesario nacer de nuevo en Él para poder hacerlo, lo cual provee el único medio que hace lo imposible posible en nuestras vidas. Solamente con la ayuda del Espíritu Santo es que este proceso transformador que Dios desea llevar acabo en cada vida puede hacer esto posible. El hombre por si solo no puede vencer su naturaleza pecaminosa. Por eso es que el creyente no puede quedarse estancado, sino siempre tiene que se seguir adelante, prosiguiendo hacia la meta que las Escrituras nos trazan.

En el pasaje también se nos enseña que debemos tener una unidad singular con los demás, compenetrándonos con las alegrías y tristezas de los demás. Casi siempre es mas fácil estar con las personas cuando todo esta bien. Pero cuando hay tristeza, la mayoría de las veces, las personas se encuentran muy solas y abandonadas. En esto también entra el acompañarnos y ayudarnos los unos a los otros en nuestros momentos de dolor, de enfermedad, de confusión, y todas las otras ocasiones difíciles que se puede encontrar una persona. No se puede estar en las buenas nada más, sino también, en las malas.

Y finalmente, tenemos que ver el punto de: vencer con el bien al mal. Lo mas fácil de hacer en esta vida es rendirse. Hay muchas veces que decimos: para que seguir peleando con la corriente; ya no puedo más. O también: que saco con hacer las cosas bien si solo se me devuelve el mal. Puede que te cause mas problemas hacer lo que esta bien, o que te canses al no ver ninguna recompensa aquí. Pero, hay que tener algo muy claro, especialmente antes de rendirse: Dios esta mirando. Y, si entendemos que Dios esta mirando, entonces sabemos que, salgan bien o mal las cosas, Dios nos recompensara al final, y eternamente. Y eso es en realidad lo que vale la pena. Yo prefiero la recompensa de Dios que es infinita, antes de la gratitud del hombre y las cosas de aquí que solo duran muy poco tiempo, y luego se desvanecen. Como final a este pensamiento, el Señor dice lo siguiente en Su Palabra: No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna. No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos. Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe. Gálatas 6:7-10.

Así que, ¿Qué ve Dios como tratas a los demás que te rodean? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Consejo Divino (Continuado)

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Basado en Romanos 12:11-13 (Versión Reina Valera 1960)

En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor; gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración; compartiendo para las necesidades de los santos; practicando la hospitalidad.

Dios nos sigue dando más de Su consejo divino a través del Apóstol Pablo en el pasaje de hoy. Parte de ello es entendible (hablando en términos humanos), pero parte de ello (si somos sinceros), es difícil de aceptar. Como he comentado antes, muchos de los conceptos que Dios enseña requiere desaprender lo que ya llevamos dentro de nosotros. En la mayoría de los casos, especialmente si una persona ha llegado a Dios como adulto, tiene que permitirle como “reprogramarlo” al Espíritu Santo. O sea, el viejo hombre tiene que quedar atrás para que comience a funcionar el nuevo hombre, día a día. Si eso no sucede, una persona nunca podrá experimentar la vida abundante que Dios nos quiere dar a través de Su Hijo Jesús. La única manera que puede darse el nuevo comienzo en la vida de una persona es al dejar atrás lo viejo, y comenzar a aplicar el consejo de Dios, poniendo en práctica lo que Dios enseña. Pero bueno, comencemos viendo parte por parte, pequeños pedazos de lo entendible, y, lo difícil de aceptar.

La diligencia, o dejando atrás la flojera (usando términos mas claros), es necesario para las cosas cotidianas, y claro, aún más, para las cosas eternas y profundas. Si una persona no se dedica a pasar tiempo con el Señor, leyendo y estudiando Su Palabra, orando, ocupado en las cosas que Él enseña, ¿Cómo llegara a lograr crecer y desarrollarse espiritualmente? Uno de los problemas más grandes que hay hoy en día en el pueblo de Dios es la falta del estudio Bíblico. No se busca del conocimiento divino como se debiera. Y eso en sí, trae graves problemas. Porque escrito esta: Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento. Por cuanto desechaste el conocimiento, yo te echaré del sacerdocio; y porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos. Oseas 4:6. En los tiempos de los apóstoles, las únicas copias de las Escrituras (el Antiguo Testamento era lo único que había) se encontraban en las sinagogas. Todo se escuchaba y se memorizaba. Era un gran privilegio tener acceso a una copia de las Escrituras. Hoy en día, la Biblia (el Antiguo y Nuevo Testamento en conjunto) es todavía el libro más impreso del mundo, con millones de copias circulando en decenas de distintos lenguajes. Se puede tener acceso a la Biblia en línea, a través de aplicaciones en los teléfonos inteligentes (yo personalmente tengo dos versiones en inglés, y una en español). Se puede escuchar también la Biblia a través de estos aparatos magníficos. Hoy escuche los primeros diez capítulos del libro del Éxodo mientras trabajaba afuera. Y si se tiene tantos recursos para poder leer, escuchar, y estudiar la Biblia, ¿Por qué no se aprovecha? ¿Cuál es el problema? ¿Porque no se es ferviente? Somos fervientes para muchas otras cosas.

Creo que se entiende lo de “gozosos en la esperanza”, en que, a pesar de cualquier problema que pasemos mientras estemos aquí en este mundo, siempre debemos tener el gozo de la salvación, la esperanza de la eternidad (para aquellos que le han dado su vida a Cristo), donde ya no habrá mas muerte, ni sufrimiento, ni lágrimas, ni dolor, etc. Pero, ¿qué pasa que nos amedrentamos tan fácil con las situaciones de esta vida? Hay veces que cosas muy insignificantes nos arruinan el día, a lo menos, comparando el asunto que sea con la eternidad que Dios tiene para aquellos que le aman. Necesitamos siempre tener presente lo inmenso que es nuestra salvación, y que no estamos solos, sino que Dios mora en nuestro corazón.

Ahora, referente a: sufridos en la tribulación, esto sé que nos cuesta a todos entender. La Biblia nos enseña que: …Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios. Hechos 14:22b. La tribulación va mas allá de los problemas cotidianos. No se trata de cosas como: que se me rompió el auto, me dio una gripe mala, mi hijo o hija se dobló el tobillo haciendo deportes, etc. La tribulación consiste de cosas que están completamente fuera de nuestro control y de lo normal, y que afecta a muchas personas, algunas cosas ocasionadas por autoridades terrestres, y otras cosas por desastres naturales, o enfermedades mortales, o hechos catastróficos; y que le sucede a todos sin discriminación, tanto a creyentes como a incrédulos. La persecución mundial de los cristianos es un ejemplo de tribulación, donde decenas de personas son muertas o torturadas por su fe en Cristo diariamente. El cáncer es parte de la tribulación, donde se produce en millones de personas con o sin razón (o por lo menos, no se sabe la causa). El hambre mundial, donde millones de personas esperan la muerte porque no tiene comida o agua, y no hay nada que ellos pueden hacer para mejorar su situación. La tribulación es necesaria porque nos limpia, nos hace más fuertes, (a lo menos, a aquellos que deciden seguir adelante, porque muchos negaran la fe por causa de la tribulación). La tribulación purifica el cuerpo universal de la Iglesia de Dios.

En conjunto con la tribulación, y los problemas cotidianos, la oración es esencial. Deberíamos pasar orando, no solo para pedir ayuda, sino también, para hablar con el Señor. En la oración entra la conversación con el Altísimo, la alabanza, la adoración; todo lo que se puede comunicar con el hablar. La oración es parte de nuestra comunicación con el Señor. Si el cristiano no ora, no se está comunicando con Dios.

Y finalmente: compartiendo para las necesidades de los santos; practicando la hospitalidad. El Evangelio de Dios no solo son palabras, sino mas bien acción. En conjunto con compartir la Verdad de Dios con todos, tenemos que ayudar también; y la oración no es suficiente. Si solo se ora, sin suplir la necesidad de nuestros hermanos, especialmente si esta dentro de nuestro alcance, entonces estas perdiendo tu tiempo. De acuerdo a la Palabra de Dios, la fe sin obras es muerta; no sirve para nada. Y todos podemos y debemos ayudar tanto como al creyente, como al incrédulo en su momento de necesidad, como Cristo lo hizo, y como el Padre lo hace todos los días, porque hace llover sobre justos e injustos.

Busca del consejo de Dios diariamente porque es para tu propio bien. ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Consejo Divino

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Basado en Romanos 12:1-10 (Versión Reina Valera 1960)

 Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno. Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función, así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros. De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe; o si de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza; el que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría. El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo, seguid lo bueno. Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros.

El pasaje de hoy tiene algunos consejos divinos que aplican a nuestra vida diaria. Si logramos entender y practicar lo que Dios nos comparte hoy, podríamos entender y resolver muchas cosas en nuestra vida. Nuestra vida no se nos haría necesariamente más fácil (y sé que con decir tal cosa, algunos ya se habrán desanimado, porque todo lo queremos fácil), pero lograríamos tener una dirección clara, con principios lógicos y aplicativos para prácticamente cada aspecto de nuestra vida. ¡Sean valientes! Si siguen adelante, lograran grandes cosas.

El primer punto se trata de poder usar nuestro raciocinio para las cosas de Dios, para que, de una manera muy practica podamos aprender lo necesario, y desechar lo innecesario y dañino. De esto se trata el “culto racional”, de que se debe usar el raciocinio o la razón para las cosas de Dios. Lo que Dios en realidad enseña tiene gran lógica, especialmente en el gran y eterno esquema. Si hemos aprendido cosas del mundo para poder llevar nuestra vida (y las cosas del mundo son ajenas a las cosas de Dios), tenemos que dejar o desaprender esas cosas, y aprender lo que Dios enseña. Tenemos que dejar que el Espíritu Santo nos enseñe a través de las Escrituras cuales son las cosas que realmente conviene entender, aprender, y practicar; y así, renovar nuestro entendimiento. Dios no aborrece la mente. Todo lo contrario, el corazón y el alma necesitan la mente para poder llevar a las fuerzas a hacer (cumplir con acción) aquellas cosas que Dios enseña. Recuerden que la fe sin obras es muerta, no tiene vida si no hay acción. Y muchas veces, se requiere mucha fuerza para las cosas de Dios, especialmente cuando se encuentran obstáculos.

En adición a esto, es totalmente necesario envolver la mente en las cosas de Dios. El entendimiento renovado es lo que nos ayuda a comprender cual es la buena, agradable, y perfecta voluntad de Dios. Porque de otra manera, se vuelve en nuestro peor enemigo. La mas grande lucha que un ser humano puede enfrentar es consigo mismo. Suena absurdo, pero es verdad. El corazón puede que este dispuesto. El alma anhela a Dios, pero la influencia del mundo sobre la mente de la persona siempre es el obstáculo principal en muchas personas. El Espíritu Santo te manda a hacer algo, pero tu mente humana dice: eso no tiene sentido; por lo tanto, no lo voy a hacer. Entonces, se tiene que lavar la mente con la Palabra de Dios, para que pueda ser renovada y limpiada de todo lo que va en contra de Dios.

Es segundo punto es: que debemos ser humildes. No hay nadie que se lo sepa todo, y que se lo pueda todo por sí mismo. Todos necesitamos de los demas, y aún más, los creyentes nos necesitamos los unos a los otros. El que cree que se lo puede todo solo, tiene un gran problema con la realidad y con su ego (se lo digo con todo amor en el Señor). Esto es una guerra espiritual, y para poder pelear una guerra, se necesitan soldados; muchos soldados; y cada soldado tiene su función y responsabilidad. Si no se aprende a trabajar en conjunto, no hay guerra que se pueda ganar. La única manera por lo cual el mundo creerá que Dios envió a Su Hijo Unigénito al mundo es a través de nuestra unidad; no por nuestra predica y palabrería. Porque escrito esta: para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste. Juan 17:21. Así que, tenemos que aprender a llevarnos bien, si es que somos guiados por el mismo Espíritu Santo. 

Y finalmente, la motivación principal para todo en el Señor tiene que ser el amor. La Biblia nos enseña esto: Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy. Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve. El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, más se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará. 1 Corintios 13:1-8. Lo único que permanecerá siempre es el amor, porque Dios es amor. Y por si acaso, no estamos hablando del amor que habla el mundo. El verdadero amor que proviene de Dios nunca puede justificar el pecado, porque el pecado produce muerte, pero el amor de Dios siempre producirá y perpetuará la vida, porque Cristo es vida.

La Biblia también nos enseña este principio: Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios. El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor. En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados. Amados, si Dios nos ha amado así, debemos también nosotros amarnos unos a otros. 1 Juan 4:7-11.

El consejo de Dios siempre es para nuestro bien, y para el bien de los demás, aunque los demás no lo entiendan al momento. Asi que, ¿estas buscando del consejo de Dios para tu vida? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Entendiendo Nuestra Oportunidad Como Gentiles

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Basado en Romanos 11:25-36 (Versión Reina Valera 1960)

Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles; y luego todo Israel será salvo, como está escrito: Vendrá de Sion el Libertador, que apartará de Jacob la impiedad. Y este será mi pacto con ellos, cuando yo quite sus pecados. Así que, en cuanto al evangelio, son enemigos por causa de vosotros; pero en cuanto a la elección, son amados por causa de los padres. Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios. Pues como vosotros también en otro tiempo erais desobedientes a Dios, pero ahora habéis alcanzado misericordia por la desobediencia de ellos, así también éstos ahora han sido desobedientes, para que por la misericordia concedida a vosotros, ellos también alcancen misericordia. Porque Dios sujetó a todos en desobediencia, para tener misericordia de todos. ¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos! Porque ¿quién entendió la mente del Señor? ¿O quién fue su consejero? ¿O quién le dio a él primero, para que le fuese recompensado? Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén.

Hay algo muy importante que hay que entender a través de este pasaje (aunque se pueden ver muchas cosas), y es que, tenemos que entender que exactamente se le ha concedido al gentil, a las personas que no son judíos (al judío que se refiere aquí es aquel que ha sido perfecto en sus generaciones, tratando de guardar la ley de Moisés y no mezclándose con personas de pueblos extranjeros y paganos). La verdad es que, por nuestros ancestros paganos estábamos ajenos a las cosas de Dios, especialmente antes de Cristo. Nuestros antepasados eran lo perdido del mundo, era parte de la oscuridad, entregados totalmente a la adoración pagana, sirviendo a todo lo relacionado a Satanás, incluyendo hasta el mismo Satanás. Es triste (me afecta personalmente), pero es la verdad.

El propio Señor aclaraba aún más que las promesas y el llamamiento a la salvación era primero para el pueblo judío. El Señor no vino por causa del pueblo gentil (para comenzar), porque venia a hablarle primero a Israel. Esto se ve claro en el siguiente pasaje: Y he aquí una mujer cananea que había salido de aquella región clamaba, diciéndole: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí! Mi hija es gravemente atormentada por un demonio. Pero Jesús no le respondió palabra. Entonces acercándose sus discípulos, le rogaron, diciendo: Despídela, pues da voces tras nosotros. El respondiendo, dijo: No soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel. Entonces ella vino y se postró ante él, diciendo: ¡Señor, socórreme! Respondiendo él, dijo: No está bien tomar el pan de los hijos, y echarlo a los perrillos. Mateo 15:22-26. El Señor finalmente sana a la hija de la mujer cananea, pero deja bien claro que Israel era la prioridad.

¿Por qué es necesario tener esto claro, como la importancia del pueblo judío? Por dos motivos muy importantes. La primera razón es porque hay que tener claro la realidad, que la salvación que tenemos es solo posible por la falla del pueblo amado. Si Israel hubiera reconocido a Cristo como lo que es, el pueblo gentil no tendría salvación, ni siquiera a través de la cruz de Cristo. Pero, por la desobediencia de Israel es que el Evangelio llego a los gentiles. Entonces, tenemos que entender que nosotros los gentiles le debemos mucho a Israel. Por lo tanto, no solo se debe orar por él, sino también, ayudarlo y apoyarlo de cualquier manera posible. Así que, es imposible que cualquiera que se llame seguidor de Cristo pueda aborrecer al pueblo judío, porque estaría aborreciendo su propia salvación y los mandatos y designios de Dios. Porque todavía sigue vigente la promesa de Dios a Abraham y a su descendencia: ...y a los que te maldijeren maldeciré... Esto debe producir una humildad más profunda en nosotros. No hay lugar para ningún tipo de orgullo en nosotros.   

El segundo motivo crucial es que, tenemos que valorar nuestra salvación. Nuestra salvación y la gracia que Dios a derramado sobre nosotros a través de Cristo no se puede abusar. Si entendemos bien las Escrituras, no se puede inferir en ninguna parte de que se puede tomar tan livianamente la salvación que Dios nos otorga. Esto es lo que nos debe ayudar a entender la diferencia entre una doctrina santa, dirigida por la Palabra de Dios, y otras doctrinas orquestadas y creadas por falsos profetas y demonios, pregonando mentiras que llevaran a muchos a la perdición eterna, tomando por asentado cosas que son santas y puras. Porque escrito esta: Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos. Porque si la palabra dicha por medio de los ángeles fue firme, y toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución, ¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? La cual, habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron, testificando Dios juntamente con ellos, con señales y prodigios y diversos milagros y repartimientos del Espíritu Santo según su voluntad. Hebreos 2:1-4. La Palabra también enseña esto: Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios. El que viola la ley de Moisés, por el testimonio de dos o de tres testigos muere irremisiblemente. ¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia? Pues conocemos al que dijo: Mía es la venganza, yo daré el pago, dice el Señor. Y otra vez: El Señor juzgará a su pueblo. ¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo! Hebreos 10:26-31.

Así que, conociendo estas verdades, es imposible justificar doctrinas o evangelios (por decir) que no enseñan ni del arrepentimiento y conversión de pecados, ni del proceso de transformación y santificación que el Espíritu Santo necesita llevar acabo en cada creyente, ni de la obediencia a las cosas de Dios. No somos perfectos, pero un real seguidor de Cristo no puede vivir una vida liberal, justificando el pecado, si es que en realidad desea recibir las promesas y bendiciones que Dios desea dar. De otra manera, o nunca llegará a la gran salvación que Dios ofrece, o perderá la oportunidad otorgada por la divina gracia de Dios que solo se hizo posible a través del fallo del pueblo amado, los cuales Dios volverá a llamar hacia Él, cuando el pueblo gentil deje de escuchar y obedecer el evangelio de Dios. Porque si llegará el momento que los gentiles dejen de escuchar (lo cual esta sucediendo al presente). Entonces, ¿realmente entiendes y aprecias lo que Dios te ha dado, o quiere darte a través del Señor Jesús? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Israel y Nuestra Salvacion

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Basado en Romanos 11:1-24 (Versión Reina Valera 1960)

Digo, pues: ¿Ha desechado Dios a su pueblo? En ninguna manera. Porque también yo soy israelita, de la descendencia de Abraham, de la tribu de Benjamín. No ha desechado Dios a su pueblo, al cual desde antes conoció. ¿O no sabéis qué dice de Elías la Escritura, cómo invoca a Dios contra Israel, diciendo: Señor, a tus profetas han dado muerte, y tus altares han derribado; y sólo yo he quedado, y procuran matarme? Pero ¿qué le dice la divina respuesta? Me he reservado siete mil hombres, que no han doblado la rodilla delante de Baal. Así también aun en este tiempo ha quedado un remanente escogido por gracia. Y si por gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya no es gracia. Y si por obras, ya no es gracia; de otra manera la obra ya no es obra. ¿Qué pues? Lo que buscaba Israel, no lo ha alcanzado; pero los escogidos sí lo han alcanzado, y los demás fueron endurecidos; como está escrito: Dios les dio espíritu de estupor, ojos con que no vean y oídos con que no oigan, hasta el día de hoy. Y David dice: Sea vuelto su convite en trampa y en red, en tropezadero y en retribución; sean oscurecidos sus ojos para que no vean, y agóbiales la espalda para siempre. Digo, pues: ¿Han tropezado los de Israel para que cayesen? En ninguna manera; pero por su transgresión vino la salvación a los gentiles, para provocarles a celos. Y si su transgresión es la riqueza del mundo, y su defección la riqueza de los gentiles, ¿cuánto más su plena restauración? Porque a vosotros hablo, gentiles. Por cuanto yo soy apóstol a los gentiles, honro mi ministerio, por si en alguna manera pueda provocar a celos a los de mi sangre, y hacer salvos a algunos de ellos. Porque si su exclusión es la reconciliación del mundo, ¿qué será su admisión, sino vida de entre los muertos? Si las primicias son santas, también lo es la masa restante; y si la raíz es santa, también lo son las ramas. Pues si algunas de las ramas fueron desgajadas, y tú, siendo olivo silvestre, has sido injertado en lugar de ellas, y has sido hecho participante de la raíz y de la rica savia del olivo, no te jactes contra las ramas; y si te jactas, sabe que no sustentas tú a la raíz, sino la raíz a ti. Pues las ramas, dirás, fueron desgajadas para que yo fuese injertado. Bien; por su incredulidad fueron desgajadas, pero tú por la fe estás en pie. No te ensoberbezcas, sino teme. Porque si Dios no perdonó a las ramas naturales, a ti tampoco te perdonará. Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios; la severidad ciertamente para con los que cayeron, pero la bondad para contigo, si permaneces en esa bondad; pues de otra manera tú también serás cortado. Y aun ellos, si no permanecieren en incredulidad, serán injertados, pues poderoso es Dios para volverlos a injertar. Porque si tú fuiste cortado del que por naturaleza es olivo silvestre, y contra naturaleza fuiste injertado en el buen olivo, ¿cuánto más éstos, que son las ramas naturales, serán injertados en su propio olivo?

En el pasaje de hoy, se pueden observar dos puntos a plena vista: lo que paso con Israel y nuestra salvación. En el primer punto, tenemos que entender que fue lo que paso con el pueblo de Israel o los judíos (los religiosos), no solo por el asunto de aprender algo intelectualmente (porque habrán algunas personas que no le interese saberlo), sino también, lo que debe formar parte de cada cristiano en su vida diaria. Si solo le prestamos atención a los primeros versículos de este capítulo, se puede malentender que Dios sencillamente le endureció el corazón a Israel; y eso no es así. Si leemos el pasaje completo, nos daremos cuenta de que hubo más bien transgresión de parte de los judíos. Ellos no quisieron escuchar. Y como resultado, Dios les endureció el corazón; lo cual ilustra un asunto muy importante: que se puede despreciar a Dios hasta cierto punto. Aunque Dios es misericordioso, aun su misericordia tiene límites. Cuando se abusa de la extrema bondad de Dios, y no se le da atención a tiempo, Dios puede cambiar de parecer, de un Dios de bondad y amor a un Dios digno, santo, y justo.

Volviendo al punto del pueblo judío, tenemos que tener en cuenta que las promesas siguen vigentes según el trato con ellos. Porque Dios le dijo esto a Abram: Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré... Genesis 12:3a. Entonces, tiene que haber un trato especial con el pueblo judío. Por eso que a lo menos en Estados Unidos, cuando somos regidos por autoridades creyentes (como el que tenemos ahora), en general apoyamos a Israel casi incondicionalmente. No solo se hace por ser un punto estratégico en el medio oriente, sino porque todavía hay fieles a Dios en nuestro gobierno que creen en el principio de “bendecir” a Israel. También el Señor mismo dejo esto establecido como Su ministerio en la tierra: A estos doce envió Jesús, y les dio instrucciones, diciendo: Por camino de gentiles no vayáis, y en ciudad de samaritanos no entréis, sino id antes a las ovejas perdidas de la casa de Israel. Y yendo, predicad, diciendo: El reino de los cielos se ha acercado. Mateo 10:5-7. Así que, le guste o no le guste al pueblo gentil (de lo cual somos la mayoría), Israel todavía tiene ese lugar preciado para Dios. Y también justifica este punto lo que debiera ser obvio: el Señor mismo salió de los judíos, porque el Mesías tenia que ser Hijo de David. Teniendo esto en mente, nuestra oración de continuo debe ser por la salvación y bendición para el pueblo judío, y nuestra practica diaria debe ser de ayudarlo y apoyarlo.

Y el segundo punto es relacionado de alguna manera, explicándonos una realidad muy crítica. Nosotros como cristianos gentiles no podemos tomar livianamente nuestra salvación (como erróneamente se enseña en muchas iglesias). Si tuvieron grandes problemas el pueblo judío por no aferrarse, creer y someterse a Cristo como lo debieran haber hecho, ¿Cuánto mas grave puede ser para nosotros que solo fuimos adoptados a través de Cristo? Porque escrito esta: Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos. Porque si la palabra dicha por medio de los ángeles fue firme, y toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución, ¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? La cual, habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron, testificando Dios juntamente con ellos, con señales y prodigios y diversos milagros y repartimientos del Espíritu Santo según su voluntad. Hebreos 2:1-4. Tenemos que cuidar nuestra salvación. No podemos tomar las cosas de Dios tan livianamente. El temer y obedecer a Dios tiene que ser la prioridad en la vida del creyente, no el dejarse influenciar por una sociedad o costumbres que no tienen nada que ver con Dios. Y esto no se trata de legalismo, sino mas bien, de responsabilidad y de agradecimiento. El Apóstol Pablo también enseño esto: Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor. Filipenses 2:12. La salvación no es por obras, pero cuando se recibe, tiene que producir algo en nuestras vidas de significado, lo cual debe producir obras, y obras que glorifican a Dios, no que lo avergüencen.

Así que, debemos bendecir y ayudar a Israel, como también entender nuestra realidad, porque un día si daremos cuentas, y no tendremos excusas. ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Salvacion Para Todos

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Basado en Romanos 10 (Versión Reina Valera 1960)

Hermanos, ciertamente el anhelo de mi corazón, y mi oración a Dios por Israel, es para salvación. Porque yo les doy testimonio de que tienen celo de Dios, pero no conforme a ciencia. Porque ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se han sujetado a la justicia de Dios; porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree. Porque de la justicia que es por la ley Moisés escribe así: El hombre que haga estas cosas, vivirá por ellas. Pero la justicia que es por la fe dice así: No digas en tu corazón: ¿Quién subirá al cielo? (esto es, para traer abajo a Cristo); o, ¿quién descenderá al abismo? (esto es, para hacer subir a Cristo de entre los muertos). Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos: que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. Pues la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado. Porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que le invocan; porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo. ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas! Mas no todos obedecieron al evangelio; pues Isaías dice: Señor, ¿quién ha creído a nuestro anuncio? Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios. Pero digo: ¿No han oído? Antes bien, por toda la tierra ha salido la voz de ellos, y hasta los fines de la tierra sus palabras. También digo: ¿No ha conocido esto Israel? Primeramente Moisés dice: Yo os provocaré a celos con un pueblo que no es pueblo; con pueblo insensato os provocaré a ira. E Isaías dice resueltamente: Fui hallado de los que no me buscaban; me manifesté a los que no preguntaban por mí. Pero acerca de Israel dice: Todo el día extendí mis manos a un pueblo rebelde y contradictor.

Este pasaje cubre muchos conceptos que son vitales y fundamentales para nuestra fe en Cristo, para poder llegar a tener aquello que solo Dios puede dar: la vida eterna o el poder nacer de nuevo. El primer concepto consta de la fe. La fe es vital para poder tener acceso al mundo y la plenitud espiritual que Dios ofrece. La salvación viene solamente a través de la fe; al no solamente creer en Dios, sino mas bien, creerle a Dios, creer lo que Él dice. Porque claro está, o a lo menos, debiera estar: de creer lo que se esta haciendo, y mayormente, creer firmemente lo que Dios afirma a través de Su Palabra. En realidad, la fe es todo, de lo que depende plenamente de nosotros mismos.

Por eso que la salvación no es por obras. Y bendito sea Dios que la salvación no consta de nuestros méritos porque somos incapaces de llegar a la perfección por nosotros mismos. Ni siquiera podemos llegar cerca. Por lo tanto, escrito esta: Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Efesios 2:8-9. La Biblia también reafirma este concepto en otro lugar de la siguiente forma: Sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado. Gálatas 2:16. Este fue el error que cometieron, y siguen cometiendo muchas personas: pensando que es posible llegar a cumplir la ley o ser suficientemente bueno por si mismo para un Dios Santo. ¡No es posible!

La salvación es posible a través de un proceso de dos pasos, a través de: 1) el arrepentimiento y la conversión, y, a través de 2) el rendirse y aceptar. El arrepentimiento y conversión no solo se trata de pedir perdón, sino también, de volvernos de nuestros pecados, dejándolos atrás. Necesitamos convertirnos de nuestros malos caminos. De esto se trataba el completo ministerio de Juan el Bautista. Como está escrito en Isaías el profeta: He aquí yo envío mi mensajero delante de tu faz, el cual preparará tu camino delante de ti. Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor; enderezad sus sendas. Bautizaba Juan en el desierto, y predicaba el bautismo de arrepentimiento para perdón de pecados. Marcos 1:2-4. También está escrito: Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio. Hechos 3:19. Sin el arrepentimiento y la conversión, no puede haber salvación. Uno tiene que comenzar de cero con Dios para que Él pueda edificar algo totalmente nuevo y diferente en nuestras vidas. Para usar términos de construcción, si el fundamento y la estructura de un edificio se ha dañado por haber sido construido sobre una superficie no estable o inseguro, se tiene que comenzar hacer una nueva construcción en un terreno apto, sobre un nuevo fundamento, edificando un nuevo edificio. Uno tiene que comenzar de nuevo.    

El segundo paso, el rendirse y aceptar, consta de una persona rindiéndose a Dios incondicionalmente, sin reservas, y aceptando a Jesús como el Señor y dueño de su vida. Y esto debiera ser obvio, pero elude a muchas personas. ¿Cómo le puedes pertenecer a Dios si nunca le has entregado tu vida a Él? Si no le perteneces a Dios, entonces, no eres de Él, ¿verdad? Jesucristo es nuestro Salvador, pero para poder salvarnos, tenemos que pertenecerle. Entonces, la salvación va mas allá de necesitar a un Salvador. La salvación consta de darle tu vida a Dios para que legítimamente seas de Él, por tu propia voluntad. El ser humano no nace siendo hijo de Dios. Uno solo puede ser hecho hijo de Dios al recibir a Cristo en Su vida, porque escrito esta: Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios. Juan 1:12.

Y finalmente, el pasaje nos habla de aquellos que predican y comparten el evangelio de Dios, y la bendición que son. Pero, para poder hacer eso, necesitamos estar convencidos de lo que ha sucedido en nuestras vidas, si es que en realidad ha sucedido. De otra manera, ¿de qué le vamos a hablar a las personas si ni nosotros mismos creemos o estamos seguros de todo esto? A la misma vez, si una persona no le nace compartir esta fe con los demás, entonces se debiera preguntar: ¿Qué estoy haciendo?, o ¿Por qué sigo lo que sigo? Cuando Cristo realmente entra en nuestras vidas, no debiera ser algo común o sin novedad. Es el Rey de reyes y Señor de señores que ha entrado en nuestras vidas, el Creador de los cielos y la tierra.

Así que, si todavía no has llegado a tener esta preciosa experiencia personal con Dios, ¿Qué esperas? Y si la has tenido, ¡necesitas compartirla con todo el mundo, porque esta salvación es para todos! ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Somos Responsables por la Oportunidad

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Basado en Romanos 9 (Versión Reina Valera 1960)

Verdad digo en Cristo, no miento, y mi conciencia me da testimonio en el Espíritu Santo, que tengo gran tristeza y continuo dolor en mi corazón. Porque deseara yo mismo ser anatema, separado de Cristo, por amor a mis hermanos, los que son mis parientes según la carne; que son israelitas, de los cuales son la adopción, la gloria, el pacto, la promulgación de la ley, el culto y las promesas; de quienes son los patriarcas, y de los cuales, según la carne, vino Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén. No que la palabra de Dios haya fallado; porque no todos los que descienden de Israel son israelitas, ni por ser descendientes de Abraham, son todos hijos; sino: En Isaac te será llamada descendencia. Esto es: No los que son hijos según la carne son los hijos de Dios, sino que los que son hijos según la promesa son contados como descendientes. Porque la palabra de la promesa es esta: Por este tiempo vendré, y Sara tendrá un hijo. Y no sólo esto, sino también cuando Rebeca concibió de uno, de Isaac nuestro padre (pues no habían aún nacido, ni habían hecho aún ni bien ni mal, para que el propósito de Dios conforme a la elección permaneciese, no por las obras sino por el que llama), se le dijo: El mayor servirá al menor. Como está escrito: A Jacob amé, más a Esaú aborrecí. ¿Qué, pues, diremos? ¿Que hay injusticia en Dios? En ninguna manera. Pues a Moisés dice: Tendré misericordia del que yo tenga misericordia, y me compadeceré del que yo me compadezca. Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia. Porque la Escritura dice a Faraón: Para esto mismo te he levantado, para mostrar en ti mi poder, y para que mi nombre sea anunciado por toda la tierra. De manera que de quien quiere, tiene misericordia, y al que quiere endurecer, endurece. Pero me dirás: ¿Por qué, pues, inculpa? porque ¿quién ha resistido a su voluntad? Mas antes, oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques con Dios? ¿Dirá el vaso de barro al que lo formó: ¿Por qué me has hecho así? ¿O no tiene potestad el alfarero sobre el barro, para hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para deshonra? ¿Y qué, si Dios, queriendo mostrar su ira y hacer notorio su poder, soportó con mucha paciencia los vasos de ira preparados para destrucción, y para hacer notorias las riquezas de su gloria, las mostró para con los vasos de misericordia que él preparó de antemano para gloria, a los cuales también ha llamado, esto es, a nosotros, no sólo de los judíos, sino también de los gentiles? Como también en Oseas dice: Llamaré pueblo mío al que no era mi pueblo, y a la no amada, amada. Y en el lugar donde se les dijo: Vosotros no sois pueblo mío, allí serán llamados hijos del Dios viviente. También Isaías clama tocante a Israel: Si fuere el número de los hijos de Israel como la arena del mar, tan sólo el remanente será salvo; porque el Señor ejecutará su sentencia sobre la tierra en justicia y con prontitud. Y como antes dijo Isaías: Si el Señor de los ejércitos no nos hubiera dejado descendencia, como Sodoma habríamos venido a ser, y a Gomorra seríamos semejantes. ¿Qué, pues, diremos? Que los gentiles, que no iban tras la justicia, han alcanzado la justicia, es decir, la justicia que es por fe; más Israel, que iba tras una ley de justicia, no la alcanzó. ¿Por qué? Porque iban tras ella no por fe, sino como por obras de la ley, pues tropezaron en la piedra de tropiezo, como está escrito: He aquí pongo en Sion piedra de tropiezo y roca de caída; y el que creyere en él, no será avergonzado.

Hay personas que piensan que Dios es un ser déspota y caprichoso, y por eso que les cuesta creer en Él. Al leer este pasaje, pudiera dar esa idea. Pero, como todas las cosas en la Palabra de Dios, hay que ahondar un poco más. No todas las respuestas están en la superficie. Muchas veces, se tiene que investigar y estudiar, y por supuesto, con la ayuda del Espíritu Santo. No es que Dios quiere hacer las cosas difíciles (porque Él mismo dijo que debemos hacernos como niños para poder entender el reino de Dios), sino para ver que tanto lo deseamos. Cuando uno en realidad desea algo, lucha por obtenerlo (porque todo se revela a través de eso). Lo primero que hay que entender es que un principio Bíblico no se puede basar en un solo pasaje, sino que se tiene que ver a través del contexto de la Biblia (de Genesis hasta el Apocalipsis); ni siquiera en el contexto del capitulo mismo. Por eso que es necesario estudiar la Palabra de Dios, de tapa a tapa, y muchas veces. Y claro, eso demanda devoción y esfuerzo. Entonces, el conocimiento divino no es ni para los incrédulos ni para los altivos (y aquí vamos entrando en la explicación).

Cuando una persona cree algo, lo busca, lo sigue; trata de ver hasta lo mas profundo para conocer lo que necesita conocer, o llegar hasta donde siente que tiene que llegar. Esto explica el asunto de la incredulidad. Cuando uno no cree algo, no hay interés, no hay atracción. Por lo tanto, no hay incentivo. Tiene que haber fe. La Biblia enseña esto al respecto: Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Hebreos 11:1. También, está el problema de cuando una persona es altiva, la persona que cree saber suficiente, o que no necesita de nada porque se siente autosuficiente. Es a través de estos dos elementos que se comienza a revelar lo que hay realmente en el corazón de una persona. Para poder aprender cualquier cosa en la vida, aun lo mas básico, se necesita humildad. ¡Cuánto mas necesario es la humildad con Dios! Porque escrito esta: Porque Jehová es excelso, y atiende al humilde, más al altivo mira de lejos. Salmo 138:6.

Cada ser humano tiene la capacidad de ser humilde y de tener fe, porque ambos dependen de la decisión de la persona, lo cual esta relacionado al raciocinio (contenido dentro del alma del ser). El asunto es: ¿con qué decide ser humilde y en qué decide poner su fe? Por ejemplo, el ateo decide creer en si mismo y en lo que ve (su fe), y no le importa como llegaron a ser las cosas, y porque son las cosas (la altivez). El tomar por asentada las cosas es el nivel mas alto de altivez que existe, porque en ese sentir no hay agradecimiento. La Palabra de Dios enseña esto: Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad; porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. Romanos 1:18-21. Faraón cayo porque no le interesaba saber quién era Dios (aunque pasados Faraones si le supieron respetar y creer en Él). Faraón se creyó un Dios. Y claro, Dios uso la dureza de su corazón para convertirle en ejemplo. Algo similar desgraciadamente sucedió con muchos del pueblo judío; que no quisieron creer en Cristo. Pero en esa instancia, Dios uso su incredulidad para que entrásemos nosotros, los paganos e indeseables del mundo. ¡Le debemos una bien grande a Israel! Por lo cual debiéramos sentir como Pablo sintió por ellos. Si puedes ver la creación, si tienes el raciocinio para poder entender las cosas mas básicas de la vida, y la Palabra de Dios esta llegando a ti de alguna manera, Dios te está dando una buena oportunidad. Pero, si desechas tal oportunidad de creer y seguir a Cristo, ¿no crees que te hará responsable por lo que ya sabes? Dios es amor, pero Dios es Dios y Él será tenido eternamente digno. ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Al Amor es Todo

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Basado en Romanos 8:28-39 (Versión Reina Valera 1960)

Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó. ¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aún, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros. ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; somos contados como ovejas de matadero. Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.

Este pasaje tiene uno de los mensajes mas profundos de amor, pero también de confusión. Trataremos de explicar un poco lo que causa confusión para poder llegar a lo que realmente importa (porque desgraciadamente, el enemigo trata de turbar las cosas de Dios con polémicas que dividen y destruyen). ¿Qué significa la palabra predestinación? La Real Academia Española lo define de la siguiente forma: destinación anterior de algo; ordenación de la voluntad divina con que tiene elegidos a quienes por medio de su gracia han de lograr la gloria. Si creemos en el Dios de la Biblia, entendemos que el Ser Supremo es eterno. Él siempre es; sin principio, y sin fin (Apocalipsis 1:8). Aún más, si creemos en el Dios de la Biblia, creemos que es compuesto por tres personas (Padre, Hijo, y Espíritu Santo) (véase 1 Juan 5:7 en versión Reina-Valera 1960 porque otras versiones más modernas omiten esto, incluyendo otras partes de las Escrituras originales). Entonces, por definición de que Dios es un ser eterno (el hombre no es eterno, porque tiene un comienzo), entonces es el único que pudiera haber sido predestinado desde el principio. Dios ya sabia que el hombre iba caer, y preparo de antemano que Cristo iba a morir por Su creación antes que el hombre cayere.

Aquí viene la otra parte de la explicación. Dios creo al hombre para bien, no para que se quemara en el infierno. Así que, su “predestinación” (antes que cayere en el pecado) era para practicar la justicia. Porque escrito esta: Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas. Efesios 2:10. Entonces la “predestinación” o “destinación anterior de algo” fue para buenas obras. Porque el infierno no fue hecho para el hombre, sino para el diablo y sus ángeles. Porque escrito esta: Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Mateo 25:41. No era la intención de Dios enviar al infierno al hombre, pero por su obstinación en pecar y no sujetarse al Señorío de Dios, se envía por si mismo a un lugar que Dios nunca predestino para él.

Entonces, la respuesta a la predestinación es que: Dios predestino a Cristo para salvar al hombre de su pecado, para que aquellos que “escogen” bajo el “libre albedrio” que existe, de someterse bajo la poderosa mano de Dios, haciendo a Jesús el Señor y dueño de sus vidas, para que puedan entonces formar parte de nuevo de esa predestinación, cumpliendo el propósito original de Dios. Porque escrito esta: Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad. Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad. Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo. 1 Timoteo 2:1-6. Una persona finalmente decide ser parte de Cristo, o no. Dios nos llama, pero está de uno contestar el llamado del Señor. Pero, si estuviera de Dios, Él quisiera que todos fuesen salvos. Así que, el hombre nunca fue predestinado para perderse. Lo decide bajo su propia voluntad.   

Ahora, a lo mas importante. Dios nos ama increíblemente a cada uno de nosotros. No hay nada que nos separe de Su amor. Él ha provisto una salvación increíble, removiendo la maldición del pecado para siempre a través de Su Hijo Jesucristo. Pero, hay algo que hay que entender. Es necesario corresponder al amor de Dios. Dios nos ama incondicionalmente, pero espera que ese amor sea correspondido. Porque escrito esta: Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Y estas palabras [el de amarle] que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas. Deuteronomio 6:4-9. Acuérdense que las promesas de Dios son condicionales. Todas las cosas ayudaran a bien si “amamos a Dios”. Si no amamos a Dios, no hay nada. Por eso que hay que aprender a amarle como el nos enseña a través de Su Palabra. El amor a Dios es todo. Y cuando se ama a Dios, todas las cosas con posibles. El amor a Él hace que uno le obedezca, le siga a pesar de las circunstancias, a pesar de las pruebas, a pesar de los desprecios y las persecuciones, etc. Por amor a Él, uno puede hasta llegar a dar la vida, como lo hicieron mucho de los santos apóstoles, profetas, y muchos otros creyentes que existieron antes de nosotros. El verdadero amor no tiene límites. Porque escrito esta: El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará. 1 Corintios 13:4-8. El amor de Dios no tiene nada que ver con el amor del mundo o el amor humano. Va mucho mas allá. Y el amor de Dios nunca justifica o acepta el pecado.

Así que, ¿Conoces el amor de Dios, que no se compara a nada más en este mundo? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Deshaciendonos de Nuestra Carne

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Basado en Romanos 8:1-27 (Versión Reina Valera 1960)

Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte. Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne; para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz. Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios. Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él. Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a causa del pecado, más el espíritu vive a causa de la justicia. Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros. Así que, hermanos, deudores somos, no a la carne, para que vivamos conforme a la carne; porque si vivís conforme a la carne, moriréis; más si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis. Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados. Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse. Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios. Porque la creación fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza; porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios. Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora; y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo. Porque en esperanza fuimos salvos; pero la esperanza que se ve, no es esperanza; porque lo que alguno ve, ¿a qué esperarlo? Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo aguardamos. Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos.

El pasaje de hoy es muy claro. Tenemos que dejar a un lado la carne, nuestra carne. Nada bueno sacamos si nos seguimos aferrando a aquello que produjo, o que sigue produciendo nuestra caída. Hay muchos que usan el pasaje (muchas veces ilegítimamente o como conveniencia): …ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús… Y si, es verdad que no hay ninguna condenación para los que “están en Cristo Jesús”. Pero, hay que leer a lo menos el versículo entero, porque la promesa es condicional (como muchas cosas en la Biblia). No hay condena para aquellos que: no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Pero, si una persona sigue persistiendo en las cosas de la carne, entonces ¿Qué pasa? Bueno, cualquier persona que entiende el idioma diría que, al andar conforme a la carne, y no conforme al Espíritu, entonces la condición de “ninguna condenación” es anulada o cancelada. Y claro, esto es un gran problema.

Se han levantado muchos predicadores, pastores, teólogos, oradores motivacionales, etc. con una doctrina que contradicen mucho de las Escrituras. Básicamente, y para conveniencia de las masas, han creado, o mas bien, el diablo los ha inspirado a enseñar que el pecado no importa en el creyente, porque Dios ha perdonado todos los pecados; pasados, presentes, y futuros. Por lo tanto, justifican que la persona que profesa tener una relación con Dios puede seguir en la carne, y en sus designios. E incluso, muchas denominaciones cristianas dan pase y ponen como ejemplo el amor de Dios con la aceptación de la homosexualidad, el adulterio, y la fornicación. O sea, ellos dicen: No te preocupes; Dios te ama y te acepta tal como eres. Y esto está muy lejos de lo que enseña la Biblia.

El asunto es que Dios si te ama, y si te llama a la salvación, pero con el fin de liberarte de aquello que produce la muerte: el pecado que está en tu carne. Dios tiene el plan de transformar a las personas, no que sigan tal como son. Dios envió a Su Hijo Jesucristo a morir en la cruz para que todos los pecadores pudieran obtener el perdón de sus pecados, y ser liberados del poder de la carne que todavía mora en nuestro ser. El envió a Su Hijo para que dejásemos de ser como nos encontró, perdidos en nuestros pecados, siguiendo los malos deseos de nuestra carne. O sea, el que es ladrón, que deje de ser ladrón. El que era asesino, que deje de matar. El que era fornicario o adultero, que deje de practicar tales cosas. Igual como el homosexual, o la lesbiana, o tales como ellos, que dejen de practicar aquellas cosas que no le ayudan a ningún bien. Dios ama al pecador, pero desea que deje de serlo, que sea libre de esas cosas, y que comience a hacer lo que produce vida, no que siga haciendo lo que produce muerte. Desea que se rompa el ciclo. Por eso que es necesario deshacernos de nuestra carne a través de Jesucristo.

Juan el Bautista dijo esto: Es necesario que él [hablando de el Señor] crezca, pero que yo mengüe. Juan 3:30. La Biblia también nos enseña esto: Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna. Gálatas 6:8. También nos enseña que podemos lograr cambiar las cosas en nuestra vida a través de Su Espíritu, a través del dominio propio. Porque también está escrito: Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. 2 Timoteo 1:7. El que ha realmente ha nacido de nuevo tiene el Espíritu Santo en su vida, y puede vencer todas las cosas, incluyendo la carne que todavía forma parte de su ser. No quiere decir que vamos a ser perfectos en seguida (porque nadie es perfecto), pero lo que debe suceder en el creyente es un proceso de transformación, paso a paso, dejando de hacer aquellas cosas que son parte de la carne, del pecado. Uno siempre debe seguir hacia adelante. De otro modo, nosotros salimos perdiendo al seguir persistiendo en aquello que solo destruye y trae dolor, más tarde o más temprano. Si buscamos vivir en el Espíritu, siguiendo lo que Dios nos enseña, entonces todas las condiciones para bendición se harán realidad. Así que, ¿te estas deshaciendo de los deseos de la carne, dejando que Dios siga cambiando tu vida? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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