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Honrando al Señor

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Basado en Juan 10:31-39 (Versión Reina Valera 1960)

Entonces los judíos volvieron a tomar piedras para apedrearle. Jesús les respondió: Muchas buenas obras os he mostrado de mi Padre; ¿por cuál de ellas me apedreáis? Le respondieron los judíos, diciendo: Por buena obra no te apedreamos, sino por la blasfemia; porque tú, siendo hombre, te haces Dios. Jesús les respondió: ¿No está escrito en vuestra ley: Yo dije, dioses sois? Si llamó dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios (y la Escritura no puede ser quebrantada), ¿al que el Padre santificó y envió al mundo, vosotros decís: Tú blasfemas, porque dije: Hijo de Dios soy? Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis. Mas si las hago, aunque no me creáis a mí, creed a las obras, para que conozcáis y creáis que el Padre está en mí, y yo en el Padre. Procuraron otra vez prenderle, pero él se escapó de sus manos.

Hoy en día, vivimos en un tiempo donde un gran grupo de personas no respetan ni las leyes, ni las autoridades, ni menos a sus semejantes. Aunque siempre ha existido este mal (como dijo el Predicador: …nada hay nuevo debajo del sol), la Palabra se está cumpliendo donde la maldad se multiplicará, lo que significa que ahora el porcentaje de aquellos que hacen el mal es mucho más alto que lo que era antes (tratando de poner esta perspectiva en números, para que se entienda). En otras palabras, hay un numeró mucho más grande de un grupo de personas que se atreven a faltarle el respeto a lo establecido. Básicamente, hay una anarquía creciente en nuestro mundo, y principalmente, en contra de Dios, e inclusive, entre aquellos que se llaman ser creyentes y seguidores de Cristo.

El desorden y la rebeldía en realidad no tiene lógica, como lo podemos ver en el pasaje de hoy. ¿Qué lógica tenía que los supuestos líderes religiosos, los que más conocían la Palabra de Dios, quisieran apedrear, y finalmente, matar al Señor? ¿Cuál fueron las malas obras del Señor? ¿Sanar a los enfermos, alimentar a las multitudes de gratis, liberar a los endemoniados, e inclusive, levantar hasta los muertos? ¿Estás fueron las malas obras del Señor, por las cuales tenía que pagar? ¿Fue Su maldad hacer cosas que jamás se habían visto en el mundo, mostrando a través de ellas el poder del Dios vivo? Porque ni Abraham, ni Moisés, ni Elías, ni David, ni nadie antes hizo lo que Jesús hizo. Entonces, ¿la verdadera justicia consta de matar al que hacía solo el bien? ¿Ven lo ilógico que es la rebeldía? No obstante, así es que está pensando el hombre hoy en día (más que antes).

El ser humano tiene un severo problema, que se cree mucho más de lo que realmente es. Muchos piensan que, porque no ven algo en el momento, sienten que salieron con la suya, o que son más poderosos; se aprovechan de la inmensa bondad de Dios. En el caso del Señor, mientras estuvo aquí en la tierra, vino en son de paz. El no vino para hacer caer fuego del cielo (como lo había hecho antes). Los religiosos (y la humanidad) en ese momento se aprovecharon de El porque vino como el Santo Cordero para el sacrificio, no para traer castigo. Aún sigue la dispensación de la gracia del Señor en estos tiempos. Y el ser humano sigue pensando que Dios no existe, o más bien, no le respeta porque no ve algo suceder por las maldades que hace. Pero, eso no siempre durará. El juicio de Dios viene, y para cada persona, sin excepciones. La misericordia de Dios cesará en algún momento, y ahí vera cada ser humano (personalmente) quien es Dios, al Señor que desprecian, ni respetan, ni honran. La Palabra de Dios dice esto: Por tanto, Jehová el Dios de Israel dice: Yo había dicho que tu casa y la casa de tu padre andarían delante de mí perpetuamente; más ahora ha dicho Jehová: Nunca yo tal haga, porque yo honraré a los que me honran, y los que me desprecian serán tenidos en poco. 1 Samuel 2:30.

Cuando el Señor regresé para lidiar con todo esto de una vez y por todas, vendrá así: Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo. Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS. Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos. De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso. Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES. Y vi a un ángel que estaba en pie en el sol, y clamó a gran voz, diciendo a todas las aves que vuelan en medio del cielo: Venid, y congregaos a la gran cena de Dios, para que comáis carnes de reyes y de capitanes, y carnes de fuertes, carnes de caballos y de sus jinetes, y carnes de todos, libres y esclavos, pequeños y grandes. Y vi a la bestia, a los reyes de la tierra y a sus ejércitos, reunidos para guerrear contra el que montaba el caballo, y contra su ejército. Y la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que había hecho delante de ella las señales con las cuales había engañado a los que recibieron la marca de la bestia, y habían adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre. Y los demás fueron muertos con la espada que salía de la boca del que montaba el caballo, y todas las aves se saciaron de las carnes de ellos. Apocalipsis 19:11-21. Entonces, sí, ningún ejército, ni siquiera del que describe aquí, el cual será el ejército más poderoso que el ser humano tendrá con toda su tecnología y ciencia; ni siquiera Satanás y su deidad maligna podrá resistir al Señor, ¿Qué crees que podrá hacer cualquier otra persona en contra de Dios? ¿Quién podrá enfrentar al REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES en el día del juicio?

Y para aquellos de nosotros que hemos creído y aceptado al Señor, un día también compareceremos delante del tribunal de Cristo. Nosotros también tendremos que dar cuentas delante del Todopoderoso. No es tan sencillo como lo predican los que tratan de guiar mal al pueblo del Señor, predicando cosas que le agradan a las multitudes para quitarles cualquier sentido de responsabilidad con el don de la salvación, porque escrito esta: Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo. Porque escrito está: Vivo yo, dice el Señor, que ante mí se doblará toda rodilla, y toda lengua confesará a Dios. De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí. Romanos 14:10-12. ¿Prefieres creer que el juicio para los creyentes solo será para repartir recompensas? Está bien, sigue tratando de convencerte a ti mismo, y vivirás después la dura realidad que uno si es responsable por lo que hace, si no se arrepiente y cambia.   

En fin, hay que honrar al Señor Jesús y Su Palabra, para nuestro propio bien. Dios es amor, pero también es fuego consumidor. Entonces, ¿le estas honrando lo mejor que puedes? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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¿Le Perteneces a Jesus?

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Basado en Juan 10:22-30 (Versión Reina Valera 1960)

Celebrábase en Jerusalén la fiesta de la dedicación. Era invierno, y Jesús andaba en el templo por el pórtico de Salomón. Y le rodearon los judíos y le dijeron: ¿Hasta cuándo nos turbarás el alma? Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente. Jesús les respondió: Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ellas dan testimonio de mí; pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas, como os he dicho. Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. Yo y el Padre uno somos.

¿Es malo hacerle preguntas al Señor? En muchos lugares se enseña que no se debe preguntarle nada a Dios, que uno solo debe aceptar. Pero, eso no es verdad. A Dios no le molestan las preguntas. Es más, El prefiere que le preguntemos todo, y esto lo vemos en distintos lugares en la Biblia. Por ejemplo, David le preguntaba muchas cosas al Señor, porque deseaba Su dirección, y El nunca le negó respuestas, como esta escrito: Después de esto aconteció que David consultó a Jehová, diciendo: ¿Subiré a alguna de las ciudades de Judá? Y Jehová le respondió: Sube. David volvió a decir: ¿A dónde subiré? Y él le dijo: A Hebrón. 2 Samuel 2:1. Moisés también le hizo preguntas al Señor, al encontrarse con El, como también esta escrito: Entonces Moisés respondió a Dios: ¿Quién soy yo para que vaya a Faraón, y saque de Egipto a los hijos de Israel? Y él respondió: Ve, porque yo estaré contigo; y esto te será por señal de que yo te he enviado: cuando hayas sacado de Egipto al pueblo, serviréis a Dios sobre este monte. Dijo Moisés a Dios: He aquí que llego yo a los hijos de Israel, y les digo: El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros. Si ellos me preguntaren: ¿Cuál es su nombre?, ¿qué les responderé? Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros. Además dijo Dios a Moisés: Así dirás a los hijos de Israel: Jehová, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob, me ha enviado a vosotros. Este es mi nombre para siempre; con él se me recordará por todos los siglos. Éxodo 3:11-15. Y a través de la búsqueda y las preguntas de Moisés, no solo Dios le respondió, sino el Altísimo hasta converso con Moisés. Así que, a Dios no le molestan las preguntas.

Lo que determina si Dios puede que tenga un problema con alguna pregunta es la intención del corazón. La intención del corazón es todo en esta vida. Por ejemplo (y como vemos en el pasaje de introducción de hoy), hay personas que hacen preguntas, pero no de una manera genuina, sino más bien, con otros propósitos, o motivos alternativos. Hay ocasiones que las personas preguntan, pero con su cierto que, no porque necesariamente están buscando una respuesta, sino porque hay algo encubierto. Y aquí es donde Dios si tiene un problema.

Hay que mantener algo en mente. Dios es Dios, y es el Dios Todopoderoso y Soberano (estos son unos pocos de sus tantos distintivos). El hizo todo. El sabe todo. El todo lo puede, y no hay nadie mas alto que El. Entonces, si Dios es todo eso y tiene todas esas aptitudes, ¿No piensás que debemos tener a lo menos un cierto respeto? ¿Cómo se puede cuestionar a alguien así? ¿Puede un ser humano más que Dios, si ni siquiera sabes lo que va a suceder con tu vida en los próximos cinco minutos? ¿Puede uno saber más que Dios?

Lo otro es que la existencia de Dios no depende de nuestra fe o respeto. Dios es Dios, y El es y hace todo lo que hace independiente de lo que uno crea. Entonces, lo crea uno o no, Dios es Dios; El es una realidad. La realidad de que Jesús era (y es) el Hijo de Dios, pero a la misma vez también, Dios Todopoderoso; no dependía ni de los fariseos ni de los escribas, ni tampoco depende de nadie más. También hay que tener en mente, solo porque Dios es increíblemente misericordioso y amoroso, no parte a una persona con un rayo instantáneamente por su maldad y falta de respeto (que es una de las tantas maneras que Dios pudiera hacer algo, porque El puede hacer lo que quiere), esto no quiere decir que uno puede tomarlo livianamente. Porque escrito esta: Jehová es tardo para la ira y grande en poder, y no tendrá por inocente al culpable. Jehová marcha en la tempestad y el torbellino, y las nubes son el polvo de sus pies. El amenaza al mar, y lo hace secar, y agosta todos los ríos; Basán fue destruido, y el Carmelo, y la flor del Líbano fue destruida. Los montes tiemblan delante de él, y los collados se derriten; la tierra se conmueve a su presencia, y el mundo, y todos los que en él habitan. ¿Quién permanecerá delante de su ira? ¿y quién quedará en pie en el ardor de su enojo? Su ira se derrama como fuego, y por él se hienden las peñas. Nahum 1:3-6. Así que, solo porque es “tardo para la ira” no quiere decir que nunca vendrá Su ira, si una persona desea permanecer en su maldad. Inevitablemente, cada persona, al final dará cuentas, o aquí en la tierra, o en el cielo delante de Su trono.

También hay otra cosa que meditar. Nadie que le ha entregado la vida a Dios puede ser arrebatado de Su mano, y también; Dios nunca abandona a nadie, pase lo que pase. El problema viene cuando la persona, bajo su propio criterio o voluntad, se separa de Dios (porque el Señor no fuerza a nadie; El no fuerza a Sus ovejas). Porque escrito esta: Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden. Juan 15:4-6. Entonces, la decisión de permanecer en El es plenamente de uno. El Señor puede tratar de ayudar a una persona a entender a través de la disciplina, para que pueda entrar en razón. Pero Dios no fuerza a nadie para que se quede con El, porque la base de todo es el amor, y el amor es una decisión. Dios desea que decidamos por El, y que deseemos seguir perteneciéndole, pase lo que pase, igual como nosotros deseamos que nos amen; no por interés ni por obligación, sino con un deseo bien intencionado.

Así que, ¿entiendes quien es Dios (Jesús)? Y si has entendido, ¿tus preguntas hacia El son genuinas? Y finalmente, ¿deseas pertenecerle al Señor, y seguir perteneciéndole, para corresponder a Su gran amor por ti? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Un Pastor sin Igual

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Basado en Juan 10:7-21 (Versión Reina Valera 1960)

Volvió, pues, Jesús a decirles: De cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que antes de mí vinieron, ladrones son y salteadores; pero no los oyeron las ovejas. Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos. El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas. Mas el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa. Así que el asalariado huye, porque es asalariado, y no le importan las ovejas. Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen, así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas. También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor. Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar. Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre. Volvió a haber disensión entre los judíos por estas palabras. Muchos de ellos decían: Demonio tiene, y está fuera de sí; ¿por qué le oís? Decían otros: Estas palabras no son de endemoniado. ¿Puede acaso el demonio abrir los ojos de los ciegos?

A través de los siglos, ha habido un sinfín de dioses, deidades, ídolos, lideres, y guías espirituales; sean de la imaginación del hombre, o manifestaciones demoniacas y satánicas, o hombres que se han levantado a sí mismos, o hombres que han sido levantados por otras personas. Por ejemplo, ha habido tales como Amón, el dios principal de los egipcios; Asera, la diosa cananea; Astarot, la diosa de la guerra y de la fertilidad; Baal, un dios cananeo y fenicio de fertilidad y lluvia; Baal-zebub, una deidad popular de los filisteos; Bel o Marduk, la deidad principal de Babilonia; o el hijo de Marduk; Nebo, el dios de aprendizaje y escritura; Quemos, el dios principal de Moab; Dagón, una deidad adorada por los babilonios y filisteos; Moloc, la deidad principal de los amonitas; Tamuz, un dios babilonio de la fertilidad; Zeus, el dios principal de los griegos; Mercurio, un dios Romano; la diosa griega Artemis o Diana; Castor y Polox, los dos hijos de Zeus que son vistos como los guardianes de los marineros. Y ahora, en tiempos mas modernos, tenemos a Mahoma, el profeta principal de Alá; Buda, el maestro bueno hecho dios por muchos asiáticos, y bueno, hay una lista mucha mas larga. Y cada uno de estos tienen sus propias reglas religiosas y practicas paganas. Cada uno demanda distintos tipos de sacrificios y regalos para lograr tener su favor, o a lo menos, requieren una lealtad inconmovible. Cada uno de estos dioses o deidades enfatizan la decadencia o destrucción humana, desde aquellos que propagan la fornicación y el adulterio, hasta los que demandan que recién nacidos sean quemados vivos en un altar de piedra. Estos son parte de los pastores o guías que hablo el Señor.

También existen los falsos pastores (y maestros) dentro de los llamados creyentes en Cristo, los asalariados. Esta es la persona que supuestamente sirve a Dios, pero solo con el interés de dinero. Estos son los que usan el nombre de Dios para su propia conveniencia. Y aquí también hay una larga lista de personajes, y también existen muchos hoy en día; demasiados realmente (pero bendito sea Dios, que no son todos; que hay algunos fieles que sirven en el ministerio como corresponde). Hoy en día, muchos han convertido el ministerio en una máquina de dinero, aprovechándose de la ignorancia y la inocencia de los creyentes más nuevos e indoctos. Hay muchos de estos que en vez de conseguirse un empleo o obtener una carrera, y trabajar como muchos de nosotros lo hacemos, ven la oportunidad de aprovecharse de los demás y vivir a cuestas de la buena voluntad y el esfuerzo de otros. Esto es lo que enseña la Palabra acerca de los cuales buscan el dinero y el bienestar en el ministerio, para su propia conveniencia: Si alguno enseña otra cosa, y no se conforma a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo, y a la doctrina que es conforme a la piedad, está envanecido, nada sabe, y delira acerca de cuestiones y contiendas de palabras, de las cuales nacen envidias, pleitos, blasfemias, malas sospechas, disputas necias de hombres corruptos de entendimiento y privados de la verdad, que toman la piedad como fuente de ganancia; apártate de los tales. Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento; porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto. Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición; porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores. 1 Timoteo 6:3-10. Entonces, si vemos la avaricia y la mala enseñanza, hay que tomar distancia. Uno no puede quedarse al lado de algún asalariado, porque la piedad nunca puede convertirse en fuente de ganancia, y menos, ser apoyada como tal.

Ahora bien, volvamos a lo principal, al que lo hace todo distinto. ¡Quién es como nuestro Señor Jesucristo! Ninguna de las otras deidades se puede comparar a El. El es el Dios de amor, de consuelo, de misericordia, y de bondad. El que en vez de traer juicio sobre nuestras cabezas por todos nuestros pecados, hizo el mas grande sacrificio para pagar por todos nuestros pecados, en vez de dar castigo, El ofrece el perdón y la salvación eterna. El nunca te abandonará. El siempre estará contigo, si permaneces en El. Y la otra diferencia que El tiene con los demás es que El no solamente murió, sino que también, fue resucitado al tercer día de entre los muertos, y ahora está sentado a la Diestra del Trono de Dios, del único y verdadero Dios; a El sea toda gloria, poder, y majestad por los siglos de los siglos. Amen. Porque escrito esta: Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. Juan 11:25-26a. El Señor es el único que nos puede dar vida eterna porque es el único que venció la muerte.

Habiendo dicho todo esto, ¿dónde está tu fe realmente? ¿Crees más en otras cosas, en otras personas, en otras deidades, en las riquezas, en ti mismo, más que en Jesús? ¿El Señor es en realidad la figura principal dentro de tu vida, de tu corazón, sobre todas las cosas? ¿Le estás correspondiendo a Su amor fielmente? En rendidas cuentas, no solamente El es el único que vale la pena seguir, sino también, la fe y el amor inconmovible en El hace posible ver grandes cosas en nuestra vida y alrededor de nosotros. Porque escrito esta: Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios? Juan 11:40.

Así que, ¿realmente crees y sigues fielmente al Pastor que es distinto a todos lo demás? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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¿A Quien Estas Siguiendo?

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Basado en Juan 10:1-6 (Versión Reina Valera 1960)

De cierto, de cierto os digo: El que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que sube por otra parte, ése es ladrón y salteador. Mas el que entra por la puerta, el pastor de las ovejas es. A éste abre el portero, y las ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por nombre, y las saca. Y cuando ha sacado fuera todas las propias, va delante de ellas; y las ovejas le siguen, porque conocen su voz. Mas al extraño no seguirán, sino huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños. Esta alegoría les dijo Jesús; pero ellos no entendieron qué era lo que les decía.

Hoy en día, hay probablemente muchas más voces (por decir) que antes, en el sentido que hay todos tipos de medios que nos están bombardeando a cada momento. Hoy, gracias a la tecnología, tenemos material impreso como los libros, los periódicos, etc. Tenemos la radio donde se transmite la música, comentarios, opiniones, etc. Tenemos la televisión que no solamente hace lo que la radio hace, pero también, nos muestra visualmente sus distintos mensajes. Y claro, ahora tenemos el internet con millones de sitios web. De acuerdo a una encuesta de Netcraft hecha en enero del 2018, se estima que hay más de 1.8 billones de sitios web en el internet. Y a través del internet, uno tiene todo lo que el mundo impreso, la radio, y la televisión combinado pueden ofrecer, y aún más, a la punta de sus dedos. ¡Bienvenido al mundo de los medios y las comunicaciones! Y todos estos medios te están constantemente diciendo que debes hacer, como debes vivir la vida, un sinfín de consejos, opiniones, etc. La mayoría de los medios te tratan de controlar hasta lo que crees, lo que piensas, cual debiera ser tu preferencia sexual, por quien debes votar, lo que es una familia, etc., etc. ¡Hay mucha información que nos trata de penetrar por donde sea posible! Con tanta información, tanto como lo que se recibe personalmente o a través de los distintos medios, ¿Cómo poder descifrar lo que es verdad o no, lo que sirve o no sirve, y a lo que debo prestarle atención e ignorar?

Para poder enfocarnos un poco más, hay que asignarle el valor apropiado a lo que se debe buscar, lo que nos ayude a llegar y crecer en la Verdad de Dios. Hay muchas cosas que pueden que sean buenas e importantes, pero nada puede darte la vida eterna y la sabiduría para poder vivir esa vida que no tiene fin como la Verdad de Dios. La Verdad de Dios es lo único que nos ayuda a llegar a las cosas que en realidad llenan, que cambian nuestra vida, y que nos enseña a como tratar a nuestros semejantes. Pero de nuevo, con todo lo que existe, con todas las distintas fuentes de información, ¿Cómo uno sabe lo que realmente proviene de Dios? ¿Cómo uno puede saber si lo que está leyendo, o escuchando, o viendo es parte de la Verdad de Dios?

Ahora bien, ¿Dónde esta la Verdad de Dios? La Verdad de Dios se encuentra en la Santa Biblia, lo cual es la inerrante e infalible Palabra de Dios. Necesitamos tener un tiempo a solas con Su Palabra para poder leerla, meditarla, estudiarla, y dejar que el Señor nos hable a través de ella. Nosotros tenemos que cultivar nuestra propia relación directa con el Señor para poder entenderle y escucharle claramente. Cuando escuchamos, o leemos, o vemos a algo o alguien, uno tiene que verlo con cuidado, si es que concuerda con la Palabra de Dios o no. Las Escrituras nos da un ejemplo de como hacer las cosas, donde dice: Y éstos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así. Hechos 17:11. A pesar de que eran los mismos Apóstoles que le estaban ministrando, y con señales, milagros, y prodigios, hechas a través de la obra del Espíritu Santo, tuvieron el celo para poder discernir si lo que se les enseñaba estaba bien o no, si concordaba con las Escrituras o no. Es por eso que todo lo que yo mismo comparto siempre lo trato de hacer inspirado y basado en las Escrituras, y no usando las Escrituras para poder apoyar lo que yo quiero decir (como ejemplo). Todo se tiene que ver con mucho cuidado, porque hay de todo. No todo lo que se dice ser bueno, es bueno.

Lo otro lo que hay que tener en mente es que el enemigo de nuestra alma de disfraza con cosas que lucen ser bonitas, y agradables, y atrayentes, y hasta buenas. Satanás nunca se va acercar con su real apariencia, para tratar de tentarte a seguir algo falso. Todo lo que él usa para engañar suena como la verdad, parece verdad. Esto es lo que la Biblia dice al respecto: Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras. 2 Corintios 11:14-15.

Tenemos que tener mucho cuidado a quien escuchamos. Desgraciadamente, hay mucha maldad, muchas personas que solo buscan aprovecharse de los demás, buscan su propia conveniencia o interés. Pero el Señor nos advirtió de los problemas que sucederían, y nos dio clave para poder cuidarnos de los tales, porque escrito esta: Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. Así que, por sus frutos los conoceréis. No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad. Mateo 7:15-23. Entonces, hay que sencillamente ver su conducta, su estilo de vida, por lo menos, cuando sea posible.  

Hay que tener mucho cuidado con la falta de conocimiento, porque también escrito esta: Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento. Por cuanto desechaste el conocimiento, yo te echaré del sacerdocio; y porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos. Oseas 4:6. La Palabra de Dios está al alcance de cada uno de nosotros. Pero si la desechamos, la consecuencia natural es que estaremos desechando lo único que nos puede guiar a todo lo que es bueno.

Entonces, ¿estás buscando del conocimiento y siguiendo fielmente al que murió por ti (a Jesús) para que pudieras tener vida, y tenerla en abundancia? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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¿Por que a veces Suceden Ciertas Cosas?

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Basado en Juan 9 (Versión Reina Valera 1960)

Al pasar Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento. Y le preguntaron sus discípulos, diciendo: Rabí, ¿quién pecó, éste o sus padres, para que haya nacido ciego? Respondió Jesús: No es que pecó éste, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él. Me es necesario hacer las obras del que me envió, entre tanto que el día dura; la noche viene, cuando nadie puede trabajar. Entre tanto que estoy en el mundo, luz soy del mundo. Dicho esto, escupió en tierra, e hizo lodo con la saliva, y untó con el lodo los ojos del ciego, y le dijo: Ve a lavarte en el estanque de Siloé (que traducido es, Enviado). Fue entonces, y se lavó, y regresó viendo. Entonces los vecinos, y los que antes le habían visto que era ciego, decían: ¿No es éste el que se sentaba y mendigaba? Unos decían: El es; y otros: A él se parece. El decía: Yo soy. Y le dijeron: ¿Cómo te fueron abiertos los ojos? Respondió él y dijo: Aquel hombre que se llama Jesús hizo lodo, me untó los ojos, y me dijo: Ve al Siloé, y lávate; y fui, y me lavé, y recibí la vista. Entonces le dijeron: ¿Dónde está él? El dijo: No sé. Llevaron ante los fariseos al que había sido ciego. Y era día de reposo cuando Jesús había hecho el lodo, y le había abierto los ojos. Volvieron, pues, a preguntarle también los fariseos cómo había recibido la vista. El les dijo: Me puso lodo sobre los ojos, y me lavé, y veo. Entonces algunos de los fariseos decían: Ese hombre no procede de Dios, porque no guarda el día de reposo. Otros decían: ¿Cómo puede un hombre pecador hacer estas señales? Y había disensión entre ellos. Entonces volvieron a decirle al ciego: ¿Qué dices tú del que te abrió los ojos? Y él dijo: Que es profeta. Pero los judíos no creían que él había sido ciego, y que había recibido la vista, hasta que llamaron a los padres del que había recibido la vista, y les preguntaron, diciendo: ¿Es éste vuestro hijo, el que vosotros decís que nació ciego? ¿Cómo, pues, ve ahora? Sus padres respondieron y les dijeron: Sabemos que éste es nuestro hijo, y que nació ciego; pero cómo vea ahora, no lo sabemos; o quién le haya abierto los ojos, nosotros tampoco lo sabemos; edad tiene, preguntadle a él; él hablará por sí mismo. Esto dijeron sus padres, porque tenían miedo de los judíos, por cuanto los judíos ya habían acordado que si alguno confesase que Jesús era el Mesías, fuera expulsado de la sinagoga. Por eso dijeron sus padres: Edad tiene, preguntadle a él. Entonces volvieron a llamar al hombre que había sido ciego, y le dijeron: Da gloria a Dios; nosotros sabemos que ese hombre es pecador. Entonces él respondió y dijo: Si es pecador, no lo sé; una cosa sé, que habiendo yo sido ciego, ahora veo. Le volvieron a decir: ¿Qué te hizo? ¿Cómo te abrió los ojos? El les respondió: Ya os lo he dicho, y no habéis querido oír; ¿por qué lo queréis oír otra vez? ¿Queréis también vosotros haceros sus discípulos? Y le injuriaron, y dijeron: Tú eres su discípulo; pero nosotros, discípulos de Moisés somos. Nosotros sabemos que Dios ha hablado a Moisés; pero respecto a ése, no sabemos de dónde sea. Respondió el hombre, y les dijo: Pues esto es lo maravilloso, que vosotros no sepáis de dónde sea, y a mí me abrió los ojos. Y sabemos que Dios no oye a los pecadores; pero si alguno es temeroso de Dios, y hace su voluntad, a ése oye. Desde el principio no se ha oído decir que alguno abriese los ojos a uno que nació ciego. Si éste no viniera de Dios, nada podría hacer. Respondieron y le dijeron: Tú naciste del todo en pecado, ¿y nos enseñas a nosotros? Y le expulsaron. Oyó Jesús que le habían expulsado; y hallándole, le dijo: ¿Crees tú en el Hijo de Dios? Respondió él y dijo: ¿Quién es, Señor, para que crea en él? Le dijo Jesús: Pues le has visto, y el que habla contigo, él es. Y él dijo: Creo, Señor; y le adoró. Dijo Jesús: Para juicio he venido yo a este mundo; para que los que no ven, vean, y los que ven, sean cegados. Entonces algunos de los fariseos que estaban con él, al oír esto, le dijeron: ¿Acaso nosotros somos también ciegos? Jesús les respondió: Si fuerais ciegos, no tendríais pecado; más ahora, porque decís: Vemos, vuestro pecado permanece.

Todo lo malo que sucede en esta vida es, primero que nada, causado por algo. Aunque Dios permite absolutamente todas las cosas (porque El es Dios Soberano), el vehículo que produce todo lo malo en este mundo es el pecado. Por eso es que se tiene que entender que el pecado, sea grande o chiquito, es un problema. Por eso es que, aunque Dios permitió que existiera el pecado, para que pudiera haber un genuino libre albedrio; Dios lo detesta. Y si entendemos que el pecado es lo que produce todo lo malo; las enfermedades, el dolor, y finalmente la muerte, entonces debiéramos tener el mismo sentir que Dios tiene hacia él.

Aunque nosotros casi siempre somos la causa de nuestras propias desgracias (por nuestro propio pecado), hay situaciones que suceden que no sean la culpa de uno, y recién leímos de una instancia como esa, de la posibilidad de que algo malo pasó sin ser la culpa de nadie. Muchas veces, aún entre los “supuestos” más sabios y eruditos de las Escrituras (los religiosos, como hoy leímos), siempre apuntan con el dedo que si algo malo le paso a una persona, es porque hicieron algo malo. Y aún más, muchos asocian la prosperidad y el bienestar personal con la bendición de Dios, porque piensan que están haciendo bien las cosas. Y eso puede estar muy lejos de la verdad. No siempre le va bien al que hace bien las cosas, y también, no siempre le va mal al que hace mal las cosas, por el momento. El mismo pecado que existe en el mundo permite que haya este desbalance. Así que, hay que tener mucho cuidado con asumir demasiado. Cada uno finalmente conoce su propio cuento delante de Dios.

Ahora bien, todo lo que sucede, sea malo o sea bueno, tiene un propósito. Y claro, todo sucede de alguna forma con la venia de Dios. Todo lo que sucede envuelve el permiso de Dios, tanto en el afectado como en los que los rodean, y sucede por alguna razón. El primer propósito es que, si realmente entendemos que el pecado es malo, entonces el propósito del pecado es para que veamos lo que sucede, y acudamos al que nos puede librar del pecado; del pecado nuestro, y del pecado universal, para que busquemos de Dios, y poder ser librados eternamente. Y el segundo propósito es que, los efectos del pecado prueban la intención del corazón de cada persona en todo sentido. En este pasaje, vemos a un hombre totalmente abandonado y despreciado. Nadie se preocupó por él hasta que sucedió este milagro. Luce que hasta sus padres lo abandonaron, y le dejaron que viviera en la calle limosneando. Había una apatía increíble a todo su alrededor. ¡Estaba solo! El único que tuvo misericordia de él fue el Señor. Y esto es lo que dice la Palabra: Aquel siervo que conociendo la voluntad de su señor, no se preparó, ni hizo conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes. Mas el que sin conocerla hizo cosas dignas de azotes, será azotado poco; porque a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará; y al que mucho se le haya confiado, más se le pedirá. Lucas 12:47-48. Dios permite todo en esta vida, para finalmente ver que hace cada ser humano; los afectados, y los espectadores, y esto es lo que hace posible el juicio de Dios, porque cada persona es responsable por sus hechos delante de los ojos de Dios.

Entonces, ¿Dónde te encuentras, y como estas reaccionando a tus propias circunstancias, y a las circunstancias de los que te rodean? Piénsalo bien, porque Dios está mirando, y algún día tendrás que dar cuenta de todo. ¡Qué el Señor les bendiga! John

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La Incredulidad del Hombre

Basado en Juan 8:48-59 (Versión Reina Valera 1960)

Respondieron entonces los judíos, y le dijeron: ¿No decimos bien nosotros, que tú eres samaritano, y que tienes demonio? Respondió Jesús: Yo no tengo demonio, antes honro a mi Padre; y vosotros me deshonráis. Pero yo no busco mi gloria; hay quien la busca, y juzga. De cierto, de cierto os digo, que el que guarda mi palabra, nunca verá muerte. Entonces los judíos le dijeron: Ahora conocemos que tienes demonio. Abraham murió, y los profetas; y tú dices: El que guarda mi palabra, nunca sufrirá muerte. ¿Eres tú acaso mayor que nuestro padre Abraham, el cual murió? ¡Y los profetas murieron! ¿Quién te haces a ti mismo? Respondió Jesús: Si yo me glorifico a mí mismo, mi gloria nada es; mi Padre es el que me glorifica, el que vosotros decís que es vuestro Dios. Pero vosotros no le conocéis; mas yo le conozco, y si dijere que no le conozco, sería mentiroso como vosotros; pero le conozco, y guardo su palabra. Abraham vuestro padre se gozó de que había de ver mi día; y lo vio, y se gozó. Entonces le dijeron los judíos: Aún no tienes cincuenta años, ¿y has visto a Abraham? Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy. Tomaron entonces piedras para arrojárselas; pero Jesús se escondió y salió del templo; y atravesando por en medio de ellos, se fue.

Para muchas personas, el Señor nunca puede hacer suficiente para que puedan creer en El cómo es necesario. Siempre desean algo más, que les muestre más señales, que les cumpla sus deseos, que les haga un milagro, pero parece que nunca es suficiente, aún para aquellos que dicen creer en El. Dentro de lo más íntimo de la mayoría de las personas, todavía existe la duda: ¿Será Jesús Dios?

Por desgracia, muchos siguen siendo como esos fariseos y religiosos, y aún como mucha gente que existió en ese tiempo. Porque escrito esta: Y no pudo hacer allí ningún milagro, salvo que sanó a unos pocos enfermos, poniendo sobre ellos las manos. Y estaba asombrado de la incredulidad de ellos. Y recorría las aldeas de alrededor, enseñando. Marcos 6:5-6. La gran mayoría de las personas no creían en el Señor como lo que El es, aún hasta sus propios discípulos. Porque también hubo un momento antes que fuese arrestado que también fue abandonado por sus discípulos, porque escrito esta: Pero hay algunos de vosotros que no creen. Porque Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían, y quién le había de entregar. Y dijo: Por eso os he dicho que ninguno puede venir a mí, si no le fuere dado del Padre. Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con él. Dijo entonces Jesús a los doce: ¿Queréis acaso iros también vosotros? Juan 6:64-67. Cuando fue arrestado, todos los que quedaron también huyeron, dejándole totalmente solo. Y finalmente, cuando fue sepultado, nadie espero ver Su resurrección, por mucho que El les dijo lo que iba a suceder. Así que, hasta sus mas escogidos no creyeron totalmente, porque si hubieran creído, hubieran estado esperando al lado de Su tumba para poder verle resucitado al tercer día.  

Podemos comenzar a contemplar todas las distintas razones por lo cual les cuesta a las personas creer, pero el asunto es que: casi nadie cree en Jesús como lo que El es: Dios, Señor, y el Todopoderoso. Sea cual sea la razón, o las razones, la incredulidad del hombre lleva un precio: la perdición eterna. Digan lo digan, y hagan lo hagan, si no hay una real fe en el Señor, no hay salvación, porque a Dios no se le puede engañar. Porque escrito esta: No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad. Mateo 7:21-23. El sabe hasta lo mas intimo del hombre; los pensamientos, los sentimientos, absolutamente todo. Porque también esta escrito: Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras. Jeremías 17:9-10. Entonces, no hay nada que se le esconda. Y una cosa es cierta, lo crean o no las personas, el poder del juicio esta en las manos del Señor, y esto es lo que más pendiente debieran tener todos. Porque también dice las Escrituras: Lo que os digo en tinieblas, decidlo en la luz; y lo que oís al oído, proclamadlo desde las azoteas. Y no temáis a los que matan el cuerpo, más el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno. ¿No se venden dos pajarillos por un cuarto? Con todo, ni uno de ellos cae a tierra sin vuestro Padre. Mateo 10:27-29.

Pero aquí se ve el gran amor de Dios (aunque muchos lo menosprecian porque no saben el valor que tiene), que si tu aún no crees como debes creer en El, si estas leyendo esto, El (y solamente El) todavía te está dando las fuerzas, la habilidad, y el intelecto para poder llegar a creer como es necesario. Si una persona sigue viva, es la manifestación del Todopoderoso en todo Su amor y esplendor que sigue dando oportunidad para poder creer, porque también está escrito: Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad. Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad. Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo. 1 Timoteo 2:1-6. Aunque una persona no lo crea, El sigue dando oportunidades para que pueda creer. Esta es la verdadera manifestación de Su amor, Su poder, Su gloria, y de todo lo que le hace Digno, porque tal paciencia y bondad no sería posible de otra manera.

A lo mejor el mas grande problema que muchos tienen es que no tienen suficiente capacidad de darse cuenta que Dios realmente le está tratando de ayudar. Están ciegos a la realidad de que se van a perder, sino cambian y se arrepienten. El milagro mas grande de todo el universo es la salvación eterna de un alma. No hay nada mas que valga la pena. La eternidad si existe, e importa más que estos míseros y tristes años aquí en la tierra. Y si no lo entiendes, por amor a ti mismo, trata de llegar a entenderlo, antes que tu tiempo se termine, porque las oportunidades terminarán.  

Entonces, ¿hay algo que te detiene creer en el Señor como necesitas hacerlo? Si tienes algo que, si está interfiriendo, mi más excelente consejo es que lo deseches porque nada puede valer más que tu alma. La duda te mandará al infierno. La decisión de creer en el Señor como lo que es, y de todo corazón, es tu responsabilidad. ¡Qué el Señor les bendiga! John

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La Verdad y Las Afinidades

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Basado en Juan 8:31-47 (Versión Reina Valera 1960)

Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. Le respondieron: Linaje de Abraham somos, y jamás hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: Seréis libres? Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado. Y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí queda para siempre. Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres. Sé que sois descendientes de Abraham; pero procuráis matarme, porque mi palabra no halla cabida en vosotros. Yo hablo lo que he visto cerca del Padre; y vosotros hacéis lo que habéis oído cerca de vuestro padre. Respondieron y le dijeron: Nuestro padre es Abraham. Jesús les dijo: Si fueseis hijos de Abraham, las obras de Abraham haríais. Pero ahora procuráis matarme a mí, hombre que os he hablado la verdad, la cual he oído de Dios; no hizo esto Abraham. Vosotros hacéis las obras de vuestro padre. Entonces le dijeron: Nosotros no somos nacidos de fornicación; un padre tenemos, que es Dios. Jesús entonces les dijo: Si vuestro padre fuese Dios, ciertamente me amaríais; porque yo de Dios he salido, y he venido; pues no he venido de mí mismo, sino que él me envió. ¿Por qué no entendéis mi lenguaje? Porque no podéis escuchar mi palabra. Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira. Y a mí, porque digo la verdad, no me creéis. ¿Quién de vosotros me redarguye de pecado? Pues si digo la verdad, ¿por qué vosotros no me creéis? El que es de Dios, las palabras de Dios oye; por esto no las oís vosotros, porque no sois de Dios.

¿Qué es lo que hace la verdad, una verdad? En la sociedad de hoy, se enseña que la verdad es relativa, o sea, que lo que es verdad para una persona no necesariamente puede ser verdad para otra persona; que la verdad esta basada desde un punto de vista. Esta idea claramente no es nada nuevo. Todos los grandes filósofos de la antigüedad creían algo parecido, los cuales proponían ciertas teorías sobre la verdad; porque ellos también no creían en una verdad absoluta.

También existe la idea de que todas las religiones llevan al mismo Dios, y hay muchas personas que creen esto. Por ejemplo, hay muchos que dirán que Ala, Jehová, y Buda son la misma deidad, y que distintas personas han sencillamente usado diferentes nombres para El.  Pero la idea es que, si seguimos a cualquiera de ellos fielmente, se llegara al mismo sitio porque total, es la misma persona.

Ahora, también se ha creado un relativismo religioso, o sea, personas que han juntado el asunto de como se define la verdad (como lo vimos hace un momento) con la idea de que todas las religiones llevan al mismo lugar. Por ejemplo, si eres una persona que crees en un dios, y eso te cae bien, entonces síguelo. Y si eres una persona que crees en muchos dioses, y eso te place, entonces también, sigue haciéndolo. En rendidas cuentas, si una persona se siente bien con lo que cree, entonces esa es su preferencia, y está bien, porque la realidad está definida por las creencias de una persona. Y bueno, hay muchas otras ideas para todos tipos de persona.

El asunto es que, si en realidad se define la verdad como verdad, entonces solo puede haber una sola verdad. Es igual como la idea de la perfección, que no puede haber muchas versiones de la misma perfección. El grave problema con las ideas que se mencionaron antes es que nuestra opinión no define la realidad. La realidad no es relativa porque la realidad es algo que no depende de nosotros. Por ejemplo, si yo decido creer que la gravedad no existe en este planeta, no quiere decir que la gravedad deja de existir. Entonces, si yo me lanzo de un avión, sin ningún tipo de paracaídas, puede que por el momento de mi descenso luzca como si estuviere volando. Pero, la realidad es que estoy cayendo a ración de aproximadamente 122 mi/h (195 km/h), y por mucho que yo piense que la gravedad no existe, me voy a dar cuenta bien rápido que si existe, cuando azote el piso a esa velocidad mi cuerpo. Y si ese momento sucediere, también podre confirmar rápido que Dios es real. Entonces, si la verdad es verdad, y es algo que esta mas allá de nosotros, que no depende de nosotros, sino de algo más grande, la lógica dictaría que nuestra opinión no puede definir la realidad. Hay que buscar algo o alguien que va más allá de nosotros.

Ahora bien, el Señor dijo que El era la Verdad, y que El nos hará libres. Sé que es algo ultra definido, lo cual a mucha gente no le gusta, o a lo menos, le cuesta creer, pero se debiera considerar la fuente. Una persona lógica debiera por lo menos pesar todo lo que el Señor hizo; sano enfermedades incurables, hizo milagros que nunca antes se habían visto, levanto hasta los muertos, etc., etc. Y como muestra de Su amor, murió por todos nosotros, para que pudiéramos tener vida eterna. Pero no solamente murió, sino también, fue resucitado de entre los muertos, porque Su tumba esta vacía. Hay hechos históricos irrefutables que hablan de esta verdad, o realidad. Nadie ha podido hacer las cosas que hizo el Señor aquí en la tierra.

El otro punto que debemos tener en mente es que, la realidad del Señor transciende los tiempos, o sea, que sigue siendo hoy una realidad. Y la manera que sigue siendo una realidad en nosotros (no porque nosotros lo definimos) es cuando se trata de seguir el camino que El trazo a través de Su Palabra. Si en realidad un grupo de personas tienen al Señor en sus vidas, y ese grupo de persona trata de seguir fielmente lo que El enseñó, habrá una unidad que traspasa las razas, los lenguajes, las distancias, y toda otra cosa que pueda existir. La Palabra nos enseña esto: ¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo? Amos 3:3. El Señor también dijo esto: Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste. Juan 17:20-21. Entonces, si seguimos al mismo Señor, y tratamos de hacer las cosas que El enseño, habrá una unidad inalterable, porque existirá una afinidad entre nosotros basada en el Espíritu y la Palabra de Dios.

Jesús y Su Palabra son la Verdad. Entonces, ¿has conocido la Verdad de Dios que te hace libre y crea una afinidad inquebrantable con El y con los que le siguen fielmente? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Rendirse a Jesus

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Basado en Juan 8:21-30 (Versión Reina Valera 1960)

Otra vez les dijo Jesús: Yo me voy, y me buscaréis, pero en vuestro pecado moriréis; a donde yo voy, vosotros no podéis venir. Decían entonces los judíos: ¿Acaso se matará a sí mismo, que dice: A donde yo voy, vosotros no podéis venir? Y les dijo: Vosotros sois de abajo, yo soy de arriba; vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo. Por eso os dije que moriréis en vuestros pecados; porque si no creéis que yo soy, en vuestros pecados moriréis. Entonces le dijeron: ¿Tú quién eres? Entonces Jesús les dijo: Lo que desde el principio os he dicho. Muchas cosas tengo que decir y juzgar de vosotros; pero el que me envió es verdadero; y yo, lo que he oído de él, esto hablo al mundo. Pero no entendieron que les hablaba del Padre. Les dijo, pues, Jesús: Cuando hayáis levantado al Hijo del Hombre, entonces conoceréis que yo soy, y que nada hago por mí mismo, sino que según me enseñó el Padre, así hablo. Porque el que me envió, conmigo está; no me ha dejado solo el Padre, porque yo hago siempre lo que le agrada. Hablando él estas cosas, muchos creyeron en él.

Hay muchas personas que piensan que el creer nada mas en el Señor es suficiente, que esto es lo único que es necesario. Pero el asunto es que, un mero creer no es lo que transforma una vida, ni produce el fruto eterno del cual hablo Jesús. El creer solamente no es lo que llena la vida de una persona, ni cambia las cosas, ni consigue el perdón de Dios, ni aun menos, producir la vida eterna. Porque escrito esta: Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras. Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan. Santiago 2:18-19. Entonces, vemos que no solamente los demonios creen, pero ellos van aún más allá que muchos que profesan creer en el Señor; que ellos creen y aun tiemblan ante la presencia del Altísimo. Y pienso que todos sabemos que los demonios, como los ángeles caídos que son, no tienen ningún tipo de posibilidad de salvación ni de redención. Entonces, ¿Qué es lo que realmente se necesita?

El primer asunto es que una persona tiene que entender claramente, sin ningún tipo de cuestionamiento, cuál es su real posición. Nuestra realidad era (o para algunos, todavía es) que estábamos completamente separados de Dios, perdidos en nuestros pecados. Porque escrito esta: por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios. Romanos 3:23. Hay tal cosa como el destino en el ser humano, cuando no ha llegado como corresponde al Señor, que su fin indudablemente es el infierno, y no hay nada que le pueda hacer por si mismo para cambiar ese rumbo. El pecado con el cual nacimos (He aquí, en maldad he sido formado, y en pecado me concibió mi madre. Salmo 51:5), y practicamos (allá sido poco o mucho) por nuestra propia voluntad era (o es) lo que trazó ese camino cuyo fin es la destrucción eterna. Si una persona no entiende claramente esa verdad, no puede haber salvación, porque el arrepentimiento y conversión a Cristo es lo que borra nuestros pecados (para comenzar), porque escrito esta: Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio. Hechos 3:19.

El otro asunto es que no solamente tiene que haber un creer, sino aún más, un completo convencimiento de quien es Jesús; que es Dios (como Hijo de Dios Padre que es), Señor, Salvador, que El lo es todo. Y cuando eso se entiende, tiene que suceder el creer y confesarle como Señor de nuestras vidas. Porque escrito esta: Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos: que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. Romanos 10:8-10. El Señor tiene que convertirse en el Señor y Dueño de nuestras vidas. Después de todo, ¿Cómo le vendremos a pertenecer si nunca nos entregamos a El?

Y como resultado de ese arrepentimiento, conversión, y entrega al Señor, viene lo esencial también; el hacer la voluntad del Padre. La voluntad del Padre no consiste en ser un religioso, que solo observa las cosas de Dios como una práctica, cumpliendo una lista de quehaceres. Hay muchas personas que hacen las cosas correctas por las razones incorrectas. Hay muchas personas que imponen esta lista personalizada de que hacer o no hacer sobre otras personas, enseñando como esencial aquello que no es prioridad para Dios, y poniendo lo que, si es esencial para Dios como opcional, o ni siquiera lo mencionan, porque andan muy lejos de la voluntad de Dios. El propio Señor nos enseñó esto: No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad. Mateo 7:21-23. Las buenas obras si son necesarias, pero cuando se hacen por las razones correctas, con este completo foco en su plenitud: Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Deuteronomio 6:5. El amor por Dios tiene que ser lo que produce el hacer lo correcto en nuestras vidas, y solo eso. La obra por si misma no es lo que nos define como reales.

Ahora bien, ya que se ha tratado de explicar de cómo poder llegar a tener una relación personal con el Señor (que va más allá del creer solamente), ¿A qué se llega a través de todo esto? Cuando uno realmente entrega su vida a Dios, de lleno y completamente, el milagro que sucede (porque es el milagro mas grande que un ser humano puede experimentar, aún mas allá de las sanidades, y el mover montañas, y de partir los mares) es que la presencia de Dios (el Padre y el Hijo) viene a morar dentro de nosotros. Esto es lo que transforma a una persona. Esto es lo que produce el milagro de la salvación, de la restauración, de la regeneración del alma. El Altísimo y Soberano Rey de Reyes y Señor de Señores, el Dios que hace lo imposible posible viene a morar en nuestros corazones, en el centro de nuestro ser. Porque: Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él. Juan 14:23. ¡Esto es lo que cambia todo!

Entonces, ¿has podido no solamente creer, pero también rendirte completamente a Jesús para que Dios cambie y llene tu vida? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Luz Como Ninguna Otra

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Basado en Juan 8:12-20 (Versión Reina Valera 1960)

Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida. Entonces los fariseos le dijeron: Tú das testimonio acerca de ti mismo; tu testimonio no es verdadero. Respondió Jesús y les dijo: Aunque yo doy testimonio acerca de mí mismo, mi testimonio es verdadero, porque sé de dónde he venido y a dónde voy; pero vosotros no sabéis de dónde vengo, ni a dónde voy. Vosotros juzgáis según la carne; yo no juzgo a nadie. Y si yo juzgo, mi juicio es verdadero; porque no soy yo solo, sino yo y el que me envió, el Padre. Y en vuestra ley está escrito que el testimonio de dos hombres es verdadero. Yo soy el que doy testimonio de mí mismo, y el Padre que me envió da testimonio de mí. Ellos le dijeron: ¿Dónde está tu Padre? Respondió Jesús: Ni a mí me conocéis, ni a mi Padre; si a mí me conocieseis, también a mi Padre conoceríais. Estas palabras habló Jesús en el lugar de las ofrendas, enseñando en el templo; y nadie le prendió, porque aún no había llegado su hora.

¿Qué tipo de luz es Jesús? Solo se puede entender cuando se entiende quién es el Señor (lo cual veremos un poco más adelante). Pero, para comenzar, la luz que emana del Señor tiene distintas formas, distintas dimensiones, y distintos aspectos; no hay un solo tipo de luz, o una forma de Su Luz, y veremos solamente algunas de ellas.

Un aspecto de la luz de Dios es que Dios hizo la luz física. Si podemos ver hoy físicamente las cosas, es porque Dios lo hizo. Porque escrito esta: En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz. Y vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de las tinieblas. Y llamó Dios a la luz Día, y a las tinieblas llamó Noche. Y fue la tarde y la mañana un día. Genesis 1:1-5. Entonces, si no fuere por el Señor, no tendríamos ningún tipo de luz física para poder ver lo que vemos a diario; los objetos, los colores, la naturaleza, el cielo, las estrellas, el firmamento, el mar, prácticamente todo lo que existe, todo lo que se puede contemplar con la vista.

Otro aspecto de la luz de Dios es la vida humana. Sin la luz de Dios, no puede existir el ser humano. Lo crean las personas o no, la luz de Dios es lo que permite que cada ser humano pueda vivir físicamente hablando. Porque escrito esta: En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. Juan 1:1-4. En Su luz, hay vida física. Sin todo lo creado, y que las cosas subsisten en El, sencillamente no puede haber vida para el hombre, porque escrito esta: Así dice Jehová Dios, Creador de los cielos, y el que los despliega; el que extiende la tierra y sus productos; el que da aliento al pueblo que mora sobre ella, y espíritu a los que por ella andan. Isaías 42:5. La luz de Dios es lo que permite que absolutamente todo tenga vida material.

El otro aspecto de la luz de Dios es la guía hacia las cosas eternas y también, la guía para poder tener una vida distinta aquí en la tierra. La Biblia nos enseña esto: Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino. Salmo 119:105. El Señor nos da la luz para poder llegar a la vida eterna. Sin Su guía, no podemos llegar a la eternidad. El es el que ilumina nuestro camino para entender el error y el pecado, para poder entender que tenemos que dejar atrás esas cosas, y que tenemos que invitarle a que sea el Dueño y Señor de nuestras vidas, porque Su Luz nos muestra que si no lo hacemos, permaneceremos en la oscuridad con un destino seguro hacia el infierno, donde la Biblia dice que solo existe el lloro y el crujir de dientes. Y en conjunto con eso, con la nueva vida del Señor que nos da a través de Su luz, también nos da la luz de la razón, de la sabiduría, de la visión, del conocimiento de Dios, para poder entender lo que conviene hacer y no conviene hacer aquí en la tierra, para que lo que hagamos aquí sea para nuestro bien y el bien de los demás ahora, y para que cuente en la eternidad, porque las buenas obras en Cristo si cuentan, y si tienen recompensa.

Pero hay algo que hace esta Luz lo grandioso que es, que le da un poder único e ilimitable, y es que, cuando uno acepta al Señor, uno acepta a la Trinidad Divina de Dios. Vimos en el pasaje de hoy que, si conocemos al Hijo, también conoceremos al Padre. Y la Palabra no solamente dice que le conoceremos a Ellos, pero pueden venir a morar en nuestras vidas, si amamos a Jesús y guardamos Su Palabra, porque está escrito: …El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él. Juan 14:23b. La Biblia también nos enseña que los Tres son Uno, así que, al recibir a Jesús, también recibimos la plenitud de los Trinidad Divina, porque también está escrito: Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno. 1 Juan 5:7. Entonces, al tener a Jesús en nuestra vida, recibimos toda la magnitud del Ser (Seres) más grandiosos del universo, lo cual puede cambiar absolutamente todo en nuestro ser. Nada se puede comparar a la presencia de Ellos. Por eso que los grandes de la fe entregaron todo lo que tenían, hasta sus propias vidas por esta fe, por la realidad de experimentar al Altísimo en su ser, tales como Abraham, Moisés, David, Daniel, Pablo, Juan, Pedro, y tantos otros mas que nos precedieron. Porque, en fin, si verdaderamente creemos y recibimos la luz del Señor, veremos grandes cosas aquí y en la eternidad, porque escrito esta: Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios? Juan 11:40.

En resumen y a través de todo esto, entendemos que la luz del Señor ha hecho y sostiene todo lo creado, e inclusive, le da hasta la vida física al hombre, tanto como al creyente y al incrédulo. Y también entendemos que Su Luz nos da la vida eterna y todo el conocimiento para poder vivir la vida aquí. Entonces, ¿entiendes lo que realmente significa la luz que el Señor ofrece? Y si lo entiendes, ¿hás logrado entregarle tu vida de tal manera que puedas experimentar una luz como ninguna otra, la luz de Jesús? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Nadie Sabe Mas Que Dios

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Basado en Juan 8:1-11 (Versión Reina Valera 1960)

Y Jesús se fue al monte de los Olivos. Y por la mañana volvió al templo, y todo el pueblo vino a él; y sentado él, les enseñaba. Entonces los escribas y los fariseos le trajeron una mujer sorprendida en adulterio; y poniéndola en medio, le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio. Y en la ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú, pues, ¿qué dices? Mas esto decían tentándole, para poder acusarle. Pero Jesús, inclinado hacia el suelo, escribía en tierra con el dedo. Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella. E inclinándose de nuevo hacia el suelo, siguió escribiendo en tierra. Pero ellos, al oír esto, acusados por su conciencia, salían uno a uno, comenzando desde los más viejos hasta los postreros; y quedó solo Jesús, y la mujer que estaba en medio. Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más.

Puede que sea difícil para muchos entender que existe un ser que todo lo sabe y lo ve, sin ningún tipo de limite. Y creo que la razón por lo cual les cuesta a muchas personas entender esto es por sus propias limitaciones. El asunto es que, crean las personas o no, sí existe un Ser que todo lo sabe, y ese es Dios. Y claro, ya que Jesús era (y es Dios), por supuesto que El tenia esta misma capacidad, de saberlo todo, sin ningún tipo de limite. Y en conjunto con el poder saberlo todo, Su conocimiento también era ilimitado. No hay nadie que sepa mas que Dios.

Para comenzar, el Señor sabia que ya algo estaba mal cuando trajeron solo a la mujer adúltera para ser apedreada. Primero que nada, una persona no puede adulterar por si misma (porque la sorprendieron en el acto mismo). Tiene que haber estado otra persona con ella. Así que, si legítimamente estaban tratando de probarle con la ley de Moisés (finalmente la ley de Dios, porque Dios se la dio a Moisés), debieran haber traído a dos personas para ser apedreadas, tanto como la mujer y el hombre, porque esto es lo que realmente mandaba la ley: Si un hombre cometiere adulterio con la mujer de su prójimo, el adúltero y la adúltera indefectiblemente serán muertos. Levítico 20:10. Así que, tanto el adultero y la adultera, ambos tenían que ser muertos. Entonces, ¿Dónde estaba la otra persona? Nadie podía tener mas conocimiento de la Palabra de Dios que Dios mismo (y Jesús es Dios, también conocido como Jehová en el Antiguo Testamento). Cuando Moisés estaba recibiendo la ley de Jehová, era Jesús mismo el que se la estaba dictando. Entonces, ¿Cómo puede tratar un ser humano probar al propio autor con Su mismo conocimiento? Absurdo, ¿no?

El otro asunto es que nadie podía saber (hablando de las habilidades de poder ver todo, y hasta antes que sucedieran) más que el Señor. Antes que vinieran con la mujer para probarle, El ya sabía lo que iba a suceder, la via por la cual iban a caminar para llegar a donde El estaba, y hasta la ropa que tenían puesta en ese momento. Esto es lo que se entiende del Señor; que El sabe todas las cosas porque las puede ver antes que suceden, y mientras están sucediendo. Físicamente, El no tiene límites, porque escrito esta: Los ojos de Jehová están en todo lugar, mirando a los malos y a los buenos. Proverbios 15:3. Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta. Hebreos 4:13. Entonces, físicamente, El puede ver antes que las cosas sucedan, y mientras están sucediendo. El puede ver todo en todo sitio, sin ningún tipo de limite.

El otro aspecto de su omnisciencia es que El sabia el porque lo estaban haciendo. Entonces, El no solamente sabía físicamente todo lo que iba a suceder, pero también entendía todas las razones, hasta los pensamientos mas íntimos de ellos, del porque lo hacían. La Palabra nos explica esto: Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras. Jeremiah 17:9-10. El Señor conoce hasta lo mas intimo de cada persona; sus intenciones, sus pensamientos, y hasta sus sentimientos. El Rey David conocía bien el poder y las habilidades del Altísimo, y lo explico de esta manera: Oh Jehová, tú me has examinado y conocido. Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme; has entendido desde lejos mis pensamientos. Has escudriñado mi andar y mi reposo, y todos mis caminos te son conocidos. Pues aún no está la palabra en mi lengua, y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda. Salmo 139:1-4.

Ahora bien, ya que entendemos que el Señor todo lo sabe, El también sabia que la mujer si cometió adulterio. A pesar de que era una trampa, el hecho si ocurrió. No sabemos que era lo que Señor escribió en la tierra mientras todo esto estaba sucediendo, pero si vemos lo que hizo. Aunque si hubo pecado, y El sabiendo todo lo que El sabia, teniendo todo el derecho y la potestad de castigar como el Dios Santo que es, El actuó en misericordia. Y aquí es donde se ve el gran amor de Dios, la misericordia de Dios, la dispensación de Su gracia. En vez de ejecutar justicia sobre todos ellos; sobre la mujer adúltera y hasta sobre los religiosos malos, cada uno pudo salir caminando con vida de esa escena. Escrito esta: Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. Juan 3:16-17.

Pero, para poder recibir la gran misericordia de Dios, hay que confesar los pecados delante de El: Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. 1 Juan 1:9, y también hay que creer en el Señor con todo el corazón: El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios. John 3:18. Y como el mismo Señor le dijo a la mujer: …Ni yo te condeno; vete, y no peques más; algo que muchos no enseñan: tiene que haber un arrepentimiento y una conversión completa de la vida pasada, del pecado, para que pueda haber vida eterna. Dios perdona y desea enterrar todo nuestro pecado, hasta en lo mas profundo del mar; pero uno también tiene que dejarlo enterrado, sin volver atrás.

Entonces, ¿vives tu vida de tal manera, con la certeza de que Dios lo sabe todo, hasta lo más íntimo de tu corazón? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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La Fe con el Conocimiento Biblico Produce Verdadera Vida

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Basado en Juan 7:37-53 (Versión Reina Valera 1960)

En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado. Entonces algunos de la multitud, oyendo estas palabras, decían: Verdaderamente éste es el profeta. Otros decían: Este es el Cristo. Pero algunos decían: ¿De Galilea ha de venir el Cristo? ¿No dice la Escritura que del linaje de David, y de la aldea de Belén, de donde era David, ha de venir el Cristo? Hubo entonces disensión entre la gente a causa de él. Y algunos de ellos querían prenderle; pero ninguno le echó mano. Los alguaciles vinieron a los principales sacerdotes y a los fariseos; y éstos les dijeron: ¿Por qué no le habéis traído? Los alguaciles respondieron: ¡Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre! Entonces los fariseos les respondieron: ¿También vosotros habéis sido engañados? ¿Acaso ha creído en él alguno de los gobernantes, o de los fariseos? Mas esta gente que no sabe la ley, maldita es. Les dijo Nicodemo, el que vino a él de noche, el cual era uno de ellos: ¿Juzga acaso nuestra ley a un hombre si primero no le oye, y sabe lo que ha hecho? Respondieron y le dijeron: ¿Eres tú también galileo? Escudriña y ve que de Galilea nunca se ha levantado profeta. Cada uno se fue a su casa.

La fe es algo esencial para poder vivir la vida. Nada se puede hacer sin fe, especialmente nada de gran valor. Todo en esta vida depende de la fe, y estoy hablando, para comenzar, de la fe común (nada espiritual, a lo menos, todavía no). Todos los grandes aciertos, descubrimientos, grandes logros, etc. se han logrado con fe, en el creer sin todavía ver el producto de esa creencia. La fe es sinónima a la visión, el poder imaginar y luchar por el resultado de algo muy esperado hasta que se cumple. Ha habido muchas personas a través de la historia que han demostrado gran fe. Y a través de esa gran fe, han podido conseguir lo que creían, y también le han abierto la oportunidad a otros para poder lograr grandes cosas a través de sus hazañas. Recuerdo por ejemplo a Cristóbal Colón, que aunque fue por accidente, si no hubiera determinado en sí mismo que había otra manera mejor de llegar a su destino, enfrentando lo desconocido de aquel entonces, no hubiera descubierto a America (aunque fueron los asiáticos primeros, y después los vikingos que redescubrieron, pero ambos no tenían ni idea lo que estaban haciendo; y esto también tiene un punto muy importante que ver después). Y si Cristóbal Colón no hubiera descubierto America, no tendríamos el mundo que conocemos hoy. ¿Cuántos otros grandes aciertos se han logrado en la ciencia, en la medicina, y en tantas otras cosas que han cambiado la faz de este planeta, hecho por personas que han tenido algo de fe? La fe produce lucha, esmero, el tomar grandes riesgos, el enfrentar grandes oposiciones, etc. La fe es algo poderoso. Sin fe, nada se puede hacer.

Ahora bien, ¿Qué hacemos con la habilidad de la fe que fue introducida en nuestro ser (porque cada persona tiene esta habilidad)? El poder tener fe es parte de la semejanza que cada ser humano tiene con Dios, como los seres creados que somos (y aquí es donde comienza a entrar nuestro pasaje de hoy). Toda persona implementa su fe en distintas cosas, y eso es una elección. Uno elige donde poner su fe, y exactamente como poner su fe. Por ejemplo, veamos cuando una persona implementa su fe en cosas seculares, y no en Dios. La gran mayoría de las personas usan su fe solamente para cosas perdurables, limitadas, o superficiales. Ponen toda su fe para poder lograr tener cosas materiales, carreras, logros, éxito, la fama, planes, relaciones personales, buen físico, poder, etc. No es que estas cosas sean necesariamente malas, pero si eso es todo para lo que uno usa la fe, entonces no va ha recibir nada duradero. Probablemente recibirá lo que desea, pero esas cosas terminan cuando esta vida terrenal termina, o cuando esta misma vida cambie las cosas de alguna manera, porque todo aquí es muy incierto. La Biblia nos enseña una realidad de mucho valor a través de este pasaje: Porque ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? Marcos 8:36. Las cosas materiales se pueden ir en un momento. La carrera solamente dura mientras uno tiene sus facultades mentales, buena salud, o aptitudes necesarias. Los logros y el éxito ya no son recordados en el lecho de la muerte. Y todas esas personas que erase una vez lo rodeaban a uno cuando era respetado o conocido, ya no están, porque lo han abandonado. Los planes de uno pueden cambiar en un momento, con un accidente o por cualquier circunstancia inesperada. Las relaciones personales e intimas pueden deshacerse también por un accidente, por cambios de actitud, o hasta sencillamente por el ambiente y lo que esta misma vida puede traer. El bienestar físico y las apariencias se desvanecen por una enfermedad, por el tiempo, etc. La ciencia tiene sus límites. Y bueno, el poder también se puede ir en un momento. Y hay que pensar también, ¿Qué es el poder humano contra las fuerzas de la naturaleza, o contra una enfermedad incurable? Todos morimos, hasta los más grandes.

Ahora, ¿cómo exactamente decidimos emplear nuestra fe en Dios (porque esto también es muy importante)? Hay muchas personas que creen tener puesta su fe en Dios, e inclusive, piensan que hasta mueven montañas con su fe, pero ¿cómo exactamente están usando su fe? Hay muchas personas que usan su fe en Dios para tratar de conseguir lo perdurable, las mismas cosas escritas antes. Muchos creyentes usan su fe para tratar de usar a Dios, y ellos seguir siendo el señor de sus vidas. La gran mayoría de las personas quieren seguir haciendo lo que bien le parece. Esto no es nada nuevo, porque escrito esta: …cada uno hacía lo que bien le parecía. Jueces 21:25b. Muchos quieren seguir siendo su propio dueño, y hacer todo lo que desean nada más. Y bueno, en algún momento de necesidad, humillarse al Señor para conseguir ayuda. Pero cuando pasa el susto, tratan de volver a que Dios sea el siervo, y ellos el señor. Y no necesito explicar por qué esto está mal, ¿verdad?

Pero, cuando se usa la fe legítimamente para con el Señor, no solamente poniendo nuestra fe en el Señor, sino también, enfocándola en Su voluntad como corresponde (lo cual solo se encuentra en el buen uso de la Palabra de Dios), entonces nuestra sed va ha ser saciada, y correrán ríos de agua viva de nuestro interior, no importando cuales sean nuestras circunstancias. Porque el Señor mismo dijo: Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios? Juan 11:40. La Gloria de Dios supera cualquier cosa creada, cualquier emoción o sentimiento; supera la muerte misma, trayendo vida, y vida en abundancia, porque es la combinación de la fe en Dios con el conocimiento de Su Santa Palabra. Porque si estos mismos eruditos de la ley y de las Escrituras hubieran escudriñado bien, el Señor sí vino del linaje de David, y de la aldea de Belén. Toda profecía escrita del Mesías se cumplió a la perfección en Jesús. Pero, sencillamente, no querían creer, hiciera lo que hiciera el Señor. Igual son muchas personas hoy. Usan su fe para distintas cosas; y algunos, ponen su fe en Dios, pero tanto el incrédulo y muchos supuestos creyentes usan su fe solo para lograr cosas terrenales o cumplir su voluntad humana. Uno no puede cometer el error de los asiáticos y vikingos (lo que mencione antes), que no tenían el conocimiento de lo que estaban haciendo. La fe no sirve para mucho sin el acertado uso del conocimiento de Dios, lo cual conlleva a la voluntad y autoridad del Señor. Entonces, ¿has puesto tu fe en Jesús y en Su Palabra para que puedan correr aguas de vida en tu ser? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Venciendo el Pecado Interno Para Desear a Jesus

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Basado en Juan 7:25-36 (Versión Reina Valera 1960)

Decían entonces unos de Jerusalén: ¿No es éste a quien buscan para matarle? Pues mirad, habla públicamente, y no le dicen nada. ¿Habrán reconocido en verdad los gobernantes que éste es el Cristo? Pero éste, sabemos de dónde es; más cuando venga el Cristo, nadie sabrá de dónde sea. Jesús entonces, enseñando en el templo, alzó la voz y dijo: A mí me conocéis, y sabéis de dónde soy; y no he venido de mí mismo, pero el que me envió es verdadero, a quien vosotros no conocéis. Pero yo le conozco, porque de él procedo, y él me envió. Entonces procuraban prenderle; pero ninguno le echó mano, porque aún no había llegado su hora. Y muchos de la multitud creyeron en él, y decían: El Cristo, cuando venga, ¿hará más señales que las que éste hace? Los fariseos oyeron a la gente que murmuraba de él estas cosas; y los principales sacerdotes y los fariseos enviaron alguaciles para que le prendiesen. Entonces Jesús dijo: Todavía un poco de tiempo estaré con vosotros, e iré al que me envió. Me buscaréis, y no me hallaréis; y a donde yo estaré, vosotros no podréis venir. Entonces los judíos dijeron entre sí: ¿Adónde se irá éste, que no le hallemos? ¿Se irá a los dispersos entre los griegos, y enseñará a los griegos? ¿Qué significa esto que dijo: Me buscaréis, y no me hallaréis; y a donde yo estaré, vosotros no podréis venir?

Recuerdo que tuve una etapa durante mi niñez que comía muy poco, y especialmente comía muy poca comida saludable. Detestaba comer vegetales, y otras comidas que eran saludables. ¡Yo era pésimo para comer! Mis padres intentaron hacerme comer por las buenas, y también por las malas, y nada trabajaba. Creo que lo único lo que les falto hacer era ponerme anestesia para dormirme, y tratar de alimentarme por suero. Al pasar unos pocos años, y por debilidad, y al haberme expuesto a un frio muy inesperado, me enferme gravemente. Y a raíz de eso, casi me costó la vida. Sino fuera por el poder divino del Señor sobre mi vida, no estaría contando esta historia hoy.

¿Cuál fue mi problema? ¿Por qué no escogí comer lo que debiera mientras aún todo estaba bien, y pudiera haber evitado la desgracia? Se me explico miles de veces que tenia que comer, que era bueno para mí, para poder crecer y evitar enfermedades. Aunque era un niño, yo tenía suficiente edad para entender lo que se me explicaba. No era cuestión de falta de intelecto. No era que se me decía hacer algo que no estuviera a mi alcance físico, porque mis padres siempre encontraron la manera de darme buena comida todos los días. No era que me faltaban las aptitudes o habilidades para poder hacerlo, porque tenía mis manos, tenía mi boca, tenía muy buenos dientes (porque a veces mordía a mi hermana cuando a peleábamos. Ella les dirá que yo tenía dientes excelentes). Podía ver lo que estaba delante de mí, y a veces para convencerme de comer, me adornaban la comida para que luciera más bonita y apetecible. ¿Cuál era mi problema? No me gustaba el sabor y las sensaciones que me daban muchas comidas. Sencillamente, era pura obstinación. No me gustaba, y nadie me iba a forzar hacer algo que no me gustara, ni por las buenas, ni menos por las malas. Y esa tonta obstinación casi me lleva a la tumba siendo aún muy pequeño. ¿Qué tiene que ver esto con el pasaje de hoy?

Leemos que muchos se preguntaban que, si Jesús era el Cristo, el Mesías. Vemos que algunos le buscaban para matarle. Otros que estaban indecisos. Otros que puede que si creían, pero no hasta el punto de dejarlo todo para seguirlo, sin una entrega plena. Y similar al problema que yo tenia con la comida, el no poder aceptarle como el Mesías no era un problema de aprendizaje, o un problema de poder entender, o un problema de no tener la capacidad de poder creer. Nada físicamente o mentalmente les impedía el poder creer como corresponde. No había impedimentos mecánicos, por decir. Porque el mismo Señor lo declaro: A mi me conocéis, y sabeis de donde soy… Si el Señor lo dijo, entonces era así. Dios no se equivoca. El problema era uno solo: el pecado. Es el pecado que esta dentro de uno mismo que interfiere con el creer como es debido. Ahora, hay que hacer una distincion dentro del mismo mal que existe, hay que diseccionar el pecado, por decir. Porque hay que entender algo. Dentro de nuestro ser, hay tal cosa como la decisión, el poder razonar y tomar decisiones a pesar de lo que podamos sentir o querer. El pecado que no permite tomar esa decisión de creer es: el orgullo. Aunque uno sabe que algo es bueno, rehúsa hacerlo o creerlo sencillamente, porque siente que tiene la potestad de poder hacerlo. Así que, no son necesariamente otros pecados que limitan la fe. El orgullo hacia Dios es el mas destructivo de todos los pecados. Es cuando una persona dice dentro de sí mismo: no quiero creer porque no me da la gana creer; no me voy a rendir al Señor porque quiero hacer como a mí me place. El pecado del orgullo es sinónimo al de la rebelión. Y si se pregunta la razón, si fueren sinceros, dirían: porque a mí me place, y nada más.

La Biblia nos enseña de que cuando el Señor realmente ama, pero tiene que lidiar con el pecado del orgullo, entonces trata de quebrar ese orgullo. No es porque Dios desea quebrar, porque Dios es amor, sino mas bien, porque el nivel de orgullo que la persona tiene lo determina. Esto nos cuenta las Escrituras del pecado de Su llamado pueblo: Sacerdotes, oíd esto, y estad atentos, casa de Israel, y casa del rey, escuchad; porque para vosotros es el juicio, pues habéis sido lazo en Mizpa, y red tendida sobre Tabor. Y haciendo víctimas han bajado hasta lo profundo; por tanto, yo castigaré a todos ellos. Yo conozco a Efraín, e Israel no me es desconocido; porque ahora, oh Efraín, te has prostituido, y se ha contaminado Israel. No piensan en convertirse a su Dios, porque espíritu de fornicación está en medio de ellos, y no conocen a Jehová. La soberbia de Israel le desmentirá en su cara; Israel y Efraín tropezarán en su pecado, y Judá tropezará también con ellos. Con sus ovejas y con sus vacas andarán buscando a Jehová, y no le hallarán; se apartó de ellos. Contra Jehová prevaricaron, porque han engendrado hijos extraños; ahora en un solo mes serán consumidos ellos y sus heredades. Tocad bocina en Gabaa, trompeta en Ramá: sonad alarma en Bet-avén; tiembla, oh Benjamín. Efraín será asolado en el día del castigo; en las tribus de Israel hice conocer la verdad. Los príncipes de Judá fueron como los que traspasan los linderos; derramaré sobre ellos como agua mi ira. Efraín es vejado, quebrantado en juicio, porque quiso andar en pos de vanidades. Yo, pues, seré como polilla a Efraín, y como carcoma a la casa de Judá. Y verá Efraín su enfermedad, y Judá su llaga; irá entonces Efraín a Asiria, y enviará al rey Jareb; mas él no os podrá sanar, ni os curará la llaga. Porque yo seré como león a Efraín, y como cachorro de león a la casa de Judá; yo, yo arrebataré, y me iré; tomaré, y no habrá quien liberte. Andaré y volveré a mi lugar, hasta que reconozcan su pecado y busquen mi rostro. En su angustia me buscarán. Oseas 5. El Señor da oportunidad, pero también advierte que hay un límite, y hay que buscarle mientras de esa oportunidad. Porque escrito esta: Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano. Isaías 55:6. Puede que llegue el momento que si hay un orgullo impenetrable dentro de un ser humano, el llamado del Señor puede terminar. ¿Cuándo sucede eso? Solo Dios lo sabe. Así que, ¿Estas tratando de vencer el pecado del orgullo dentro de ti mismo para poder desear a Jesús, como es necesario? ¡Qué el Señor les bendiga! John

 

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Alineandose con Jesus

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Basado en Juan 7:14-24 (Versión Reina Valera 1960)

Mas a la mitad de la fiesta subió Jesús al templo, y enseñaba. Y se maravillaban los judíos, diciendo: ¿Cómo sabe éste letras, sin haber estudiado? Jesús les respondió y dijo: Mi doctrina no es mía, sino de aquel que me envió. El que quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá si la doctrina es de Dios, o si yo hablo por mi propia cuenta. El que habla por su propia cuenta, su propia gloria busca; pero el que busca la gloria del que le envió, éste es verdadero, y no hay en él injusticia. ¿No os dio Moisés la ley, y ninguno de vosotros cumple la ley? ¿Por qué procuráis matarme? Respondió la multitud y dijo: Demonio tienes; ¿quién procura matarte? Jesús respondió y les dijo: Una obra hice, y todos os maravilláis. Por cierto, Moisés os dio la circuncisión (no porque sea de Moisés, sino de los padres; y en el día de reposo circuncidáis al hombre. Si recibe el hombre la circuncisión en el día de reposo, para que la ley de Moisés no sea quebrantada, ¿os enojáis conmigo porque en el día de reposo sané completamente a un hombre? No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo juicio.

Hay muchas cosas que se pueden ver en este pasaje, pero veremos solo algunas. Una de las cosas que se tiene que ver es que, aunque Jesús era 100% Hombre, también era 100% Dios. Hubo un proceso de desarrollo muy distinto al nuestro en el Señor. El si creció humanamente como todos nosotros, en el sentido de Su cuerpo físico. El también se desarrollo como todos nosotros en sus capacidades intelectuales, como ejemplo, en aprender a hablar, y expresarse. Pero, donde se comienza a mostrar Su aspecto divino es en el conocimiento de las cosas de Dios, y en Su revelación. Y aquí es donde hay una gran diferencia entre El y nosotros.

Ellos mismos (los religiosos) se dieron cuenta de que había en El un aprendizaje muy avanzado, a pesar de que no había seguido los pasos que ellos siguieron. El Señor no fue enseñado en las Escrituras por los eruditos judíos. El no estudio en sus escuelas. El nunca obtuvo las credenciales que las personas de educación conseguían en ese entonces. Su trasfondo humilde no le dio esa posibilidad, ya que ese tipo de cosa estaba reservado para personas de posición. Carnalmente hablando, el Señor no fue ninguna de esas cosas, sino mas bien, todo lo contrario.

Entonces ¿cómo sabía lo que sabía, y aún más, como aprendió hacer lo que hacía? La respuesta es muy sencilla, y está en Su naturaleza divina. Jesús era (y es) Dios. Y como Dios, el poseía naturalmente el conocimiento de Dios; estaba dentro de si mismo. Y para poder entender aún más, El era (y es) el Verbo, o mas bien, la Palabra de Dios. Juan dijo esto de El cuándo Dios se lo reveló: En el principio era el Verbo (hablando de Jesús), y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. Juan 1:1-3. Entonces, aunque El hablaba de Su Padre, Jesús no podía evitar revelarse a si mismo, porque El era tan Dios como Dios Padre. Entonces, cuando El revelaba al Padre, El no podía evitar de hablar de si mismo, porque El era la Palabra de Dios. Y aún más, cuando todo fue creado, Dios Padre lo creo en conjunto y a través del Señor, cuando “dijo” que se hicieran las cosas. El Señor es el vehículo (por decir) a través de lo cual la creación fue posible. O sea, sin Jesús, Dios Padre no pudiera haber creado nada, porque no hubiera existido tal “palabra”. Y aquí se ve la integridad, como un ser de la Trinidad, pero en particular, las dinámicas entre Dios Padre y el Hijo (con Jesús). Aunque son dos seres muy distinguibles, los dos también son parte de la integridad del uno y del otro; ambos son necesarios el uno para el otro. Sin el pensamiento de Dios Padre, el Hijo no puede hacer nada, porque el inicio de todo pensamiento divino origina del Padre. Pero también, sin el Hijo, Dios Padre no puede hacer sus pensamientos una realidad en el universo físico o espiritual. Esto es lo que rehusaron aceptar los judíos, porque ellos tenían la capacidad de entender estos conceptos. Pero, aunque rehusaron creer, y aun le mataron, la Verdad de que Jesús es Dios no se pudo tapar o parar porque la Verdad es imparable, especialmente la Verdad de que Dios es Dios, y no hay nada ni nadie que pueda cambiar eso.

El otro asunto que hay que ver aquí es el asunto de que si una persona se alinea con el Señor o no. Como leemos en el pasaje de hoy, y lo hemos visto en otras ocasiones, fueron muy pocos lo que escucharon y aceptaron a Jesús. Fueron más sus enemigos que amigos, y tales enemigos que finalmente le mataron. Y lo irónico (aunque cuando se entiende la realidad, no tiene ninguna ironía) fue que los religiosos eran los que lo odiaban, y lo odiaron hasta la muerte. ¿Por qué? Porque sencillamente, no estaban alineados. Aunque los religiosos decían creer en Dios, y respetar y enseñar las cosas de Dios, estaban muy lejos de Dios mismo. ¿Cómo pasa eso? Una de las cosas principales que determina eso es la intención del corazón, o el “porque” se hacen las cosas. Los fariseos no hacían las cosas para Dios, sino mas bien, para hacerse relucir a ellos mismos, para sobresalir, para tener dominio sobre el pueblo, para poder tener un estatus económico excelente, etc.; por las mismas razones por lo cual muchos los hacen hoy en día. Si el Señor estuviera hoy en la tierra, los religiosos lo tratarían de matar de nuevo, y en ese grupo estaría la mayoría de los sacerdotes, pastores, predicadores, ministros, etc. Todo volvería a pasar tal como paso antes. Hay muchos que lucen ser seguidores de Dios, pero es solo una apariencia. ¿Cómo sé eso? Fácil, porque si todas esas personas estuvieran con Dios, harían tal como Dios manda. Y todos los que en realidad buscamos amar y seguir a Dios estaríamos todos unidos en armonía haciendo lo que el Señor desea. Muchas veces, esos seres religiosos se enfocan en cosas que no tienen gran importancia, y dejan a un lado lo que es de extrema importancia para Dios. Porque el Señor mismo lo dijo: Mas ¡ay de vosotros, fariseos! que diezmáis la menta, y la ruda, y toda hortaliza, y pasáis por alto la justicia y el amor de Dios. Esto os era necesario hacer, sin dejar aquello. Lucas 11:42.

¿Cuál es finalmente la voluntad de Dios? Exactamente lo que el Señor mismo hizo en la tierra. El Señor nos enseño que lo principal es amar a Dios por sobre todas las cosas, y segundo, amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. El Señor enseñó de la vida eterna, la voluntad de Dios, y ayudo a todos los necesitados, aquellos que tenían suficiente fe para que pudiera obrar el poder de Dios en sus vidas. El Señor no lucho por construir edificios, ni para que su fama se propagará por toda la tierra, ni por cosas materiales, ni por halagos humanos, ni por posiciones de poder, etc. El no hablaba para halagar a las personas, sino solo para decirles la Verdad. Y Su fruto fue: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; los frutos del Espíritu. Y si somos de un mismo sentir con El, entonces estaríamos haciendo y manifestando las mismas cosas, y saldría naturalmente de nosotros porque son cosas que El produce en nosotros mismos; no hay que forzarlas.

Entonces, ¿estamos alineados con el Dios Eterno, con Jesús? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Valorando a Jesus

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Basado en Juan 7:1-13 (Versión Reina Valera 1960)

Después de estas cosas, andaba Jesús en Galilea; pues no quería andar en Judea, porque los judíos procuraban matarle. Estaba cerca la fiesta de los judíos, la de los tabernáculos; y le dijeron sus hermanos: Sal de aquí, y vete a Judea, para que también tus discípulos vean las obras que haces. Porque ninguno que procura darse a conocer hace algo en secreto. Si estas cosas haces, manifiéstate al mundo. Porque ni aun sus hermanos creían en él. Entonces Jesús les dijo: Mi tiempo aún no ha llegado, más vuestro tiempo siempre está presto. No puede el mundo aborreceros a vosotros; más a mí me aborrece, porque yo testifico de él, que sus obras son malas. Subid vosotros a la fiesta; yo no subo todavía a esa fiesta, porque mi tiempo aún no se ha cumplido. Y habiéndoles dicho esto, se quedó en Galilea. Pero después que sus hermanos habían subido, entonces él también subió a la fiesta, no abiertamente, sino como en secreto. Y le buscaban los judíos en la fiesta, y decían: ¿Dónde está aquél? Y había gran murmullo acerca de él entre la multitud, pues unos decían: Es bueno; pero otros decían: No, sino que engaña al pueblo. Pero ninguno hablaba abiertamente de él, por miedo a los judíos.

Yo les quisiera hacer algunas preguntas (y sé que a lo mejor ya muchos de Uds. posiblemente han tenido esta experiencia, porque dolorosamente, ya es algo común). Si uno de Uds. ha tenido ciertos problemas o síntomas en su salud que dan la apariencia de cáncer, y el médico les ha mandado a que se hagan muchas pruebas y análisis para ver que exactamente esta pasando, y viene el día en que el médico tiene que dar su diagnóstico, basado en toda la información que tiene, y el actuar rápido con un tratamiento es crítico, ¿Qué quisieran, que el médico haga con Uds.? ¿Quisieras que el médico demore la cita y evite hablar con Ud. porque está preocupado, más por su reacción que por su salud? ¿Quisiera que le mienta y que le diga que todo esta bien, para no asustarlo o incomodarlo? ¿Quisiera que le hable a Ud. con rodeos, no hablándole claramente, arriesgando que Ud. no entienda de lo que está hablando, y dejándole más confuso que nada? ¿O quisiera que el médico le diga la verdad (aunque le cueste aceptarla), y como mejor y más rápidamente lidiar con la situación para que pueda tener una buena oportunidad de sobrevivir? Creo que, a todos nosotros, aunque nos cueste, quisiéramos la ultima opción, por muy dura que sea, ¿verdad?

Ahora, la mayoría de nosotros pensaríamos que es apremiante saber la verdad cuando algo pasa con nuestra salud. Al ver la reacción de muchos a través de los años, me he dado cuenta de que todos no solamente deseamos saber todos los detalles, pero también tratamos de buscar todo tipo de soluciones, especialmente si se trata de algo que es de vida o muerte. Pero, lo curioso es que cuando comenzamos a hablar de cosas espirituales, de la eternidad, no existe tal alarma, por lo menos entre aquellos que sienten que tienen tiempo o que todo esta relativamente tranquilo. Y volviendo a las preguntas de antes, por lo menos al prestarle atención a como la gente actúa (no prestándole atención a lo que dicen, porque dicen muchas cosas); a la gran mayoría les gusta, o que no le digan lo que necesitan escuchar, porque les choca, o que le mientan descaradamente para no incomodarlos, o que les hablen con rodeos porque de alguna manera la confusión se deja a un lado para resolverse otro día. Donde muchos creen que las cosas de Dios, la vida y la muerte, y la eternidad no son apremiantes, o que sencillamente, no son reales (por lo menos al momento); entonces no lo toman en serio. Y a la gran mayoría no les gusta que le digan la verdad de Dios. Y creo que este es el gran problema que existió con el Señor mientras estaba aquí en la tierra, y aun ahora. He observado que en rendidas cuentas, a la mayoría les atrae la mentira, y por eso que no buscan del Señor, o sencillamente, no les gusta. Y aquí es donde entramos en el pasaje de hoy.

En lo que leímos hoy, vemos que no mucha gente eran fans (por decir) del Señor. Ni los judíos (que supuestamente eran los más religiosos, y más creyentes en Dios), ni la gente en general, ni siquiera sus hermanos (porque claramente, aunque eran hermanos, no creían en El). Las grandes multitudes solamente lo seguían porque les hacía milagros, los sanaba, los alimentaba, etc. Pero a la hora de hablar la verdad, no le agradaba mucho a la gente. Porque escrito esta: Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con él. Dijo entonces Jesús a los doce: ¿Queréis acaso iros también vosotros? Juan 6:66-67. En ese momento, los miles lo abandonaron, y solo le quedaron los doce, con algunas mujeres. Y claro, cuando hablamos de los religiosos, les caía mal de tal manera que lo querían matar, y buscaban ocasiones para hacerlo. Por eso que cuando estuvo delante de Pilato, y Pilato le pregunto al pueblo que hacer con el Señor, la multitud grito: ¡Crucifícale! Porque ya no les complacía, ni les agradaba.

El asunto con no valorar a Jesús y Su Verdad es que es uno el que arruina su vida, más tarde o más temprano. A Dios no le pasa nada con no querer escucharlo, y la falta de fe y aprecio por la verdad no le hace menos real, ni afecta la realidad de que El es Dios. Nosotros somos lo que necesitamos de Su verdad. El no nos necesita a nosotros. El no depende de nosotros. La gente se tiene que convencer que por mucho que no les guste, que lo eviten, o que deseen la mentira más que la verdad, la Verdad es lo único que ayuda, por difícil que sea. Es el enfermo que necesita la medicina, y no la medicina al enfermo. Porque escrito esta: Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. Juan 8:31-32. La Verdad de Dios es lo único que trae libertad. Y en conjunto con esa Verdad vienen otras cosas esenciales como el camino hacia Dios y la vida. Porque también esta escrito: Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. Juan 14:6. Pedro dijo esto cuando el Señor les pregunto si lo querían abandonar también: Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. Y nosotros hemos creído y conocemos que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. Juan 6:68-69.

El grave problema es que cuando mas se evita la verdad de Dios, a Jesús, la maldad comienza a llenar el vacío de la verdad. La Biblia nos enseña esto: Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas. 2 Timoteo 4:3-4. El que viene a llenar el vacío que deja la verdad cuando esta se desprecia es mentira, nada más. Y con la mentira viene el diablo, porque escrito esta: …El (hablando del diablo) ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira. Juan 8:44b. La mentira solo trae destrucción y muerte, por muy atractiva que suene, por mucho que les guste escucharla. ¡Ancho y fácil es el camino a la perdición!

Para poder tener la vida eterna, no solo se necesita creer en Jesús, sino más bien, hay que seguirlo. Y la única manera que se sigue algo realmente es cuando se valora. Entonces, ¿valoras más la mentira?, o ¿estas aprendiendo a valorar a Jesús y Su Verdad, para que puedas ser verdaderamente libre y alcanzar la vida eterna? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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La Manera Que Necesitamos Aceptar a Jesus

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Basado en Juan 6:41-71 (Versión Reina Valera 1960)

Murmuraban entonces de él los judíos, porque había dicho: Yo soy el pan que descendió del cielo. Y decían: ¿No es éste Jesús, el hijo de José, cuyo padre y madre nosotros conocemos? ¿Cómo, pues, dice éste: Del cielo he descendido? Jesús respondió y les dijo: No murmuréis entre vosotros. Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero. Escrito está en los profetas: Y serán todos enseñados por Dios. Así que, todo aquel que oyó al Padre, y aprendió de él, viene a mí. No que alguno haya visto al Padre, sino aquel que vino de Dios; éste ha visto al Padre. De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna. Yo soy el pan de vida. Vuestros padres comieron el maná en el desierto, y murieron. Este es el pan que desciende del cielo, para que el que de él come, no muera. Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo. Entonces los judíos contendían entre sí, diciendo: ¿Cómo puede éste darnos a comer su carne? Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero. Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él. Como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, asimismo el que me come, él también vivirá por mí. Este es el pan que descendió del cielo; no como vuestros padres comieron el maná, y murieron; el que come de este pan, vivirá eternamente. Estas cosas dijo en la sinagoga, enseñando en Capernaum. Al oírlas, muchos de sus discípulos dijeron: Dura es esta palabra; ¿quién la puede oír? Sabiendo Jesús en sí mismo que sus discípulos murmuraban de esto, les dijo: ¿Esto os ofende? ¿Pues qué, si viereis al Hijo del Hombre subir adonde estaba primero? El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida. Pero hay algunos de vosotros que no creen. Porque Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían, y quién le había de entregar. Y dijo: Por eso os he dicho que ninguno puede venir a mí, si no le fuere dado del Padre. Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con él. Dijo entonces Jesús a los doce: ¿Queréis acaso iros también vosotros? Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. Y nosotros hemos creído y conocemos que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. Jesús les respondió: ¿No os he escogido yo a vosotros los doce, y uno de vosotros es diablo? Hablaba de Judas Iscariote, hijo de Simón; porque éste era el que le iba a entregar, y era uno de los doce.

La gran mayoría de las personas creen en algo o en alguien. Casi nadie tiene problemas con aceptar que existe algo en el mas allá, o en algo que esta sobre nosotros. En Estados Unidos, de acuerdo a una encuesta hecha por Pew Religious Landscape en el 2014, aproximadamente 3.1% de la populación dicen ser ateos, y el 4% dicen ser agnósticos. Todos los demás dicen creer en un Dios o en un ser. Yo he podido más o menos comprobar estos datos personalmente con la gran mayoría de las personas con que yo he conversado a través de los años, e inclusive, hasta en países extranjeros que he visitado o vivido en ellos, de que casi todos me han dicho que creen en alguien, y que no les cuesta creer en un dios. El otro día mismo conversaba con un joven que es un alcohólico en recuperación que lleva varios años sin probar el alcohol que le habían enseñado en Alcohólicos Anónimos que tenía que aferrarse a un poder mas alto que él, y que le había servido esa fe para salir adelante. Pero, hubo un problema con la conversación. No tuvimos ningún problema hablar de un poder mas alto, o hasta de concentrar ese poder más alto en Dios. El problema surgió cuando comenzamos a hablar de Jesús, y de cómo se tenía que creer en Jesús. Todo iba bien hasta que llegamos a esto.

Aquí es donde comienza el problema de la fe en muchos, a la hora que comenzamos a hablar de Jesús y de quién es Jesús. Muchos tienen este problema, y el gran porcentaje de creyentes que dan las encuestas comienza a cambiar. De acuerdo a Pew Research Center, alrededor del 67% de la populación de Estados Unidos dicen ser cristianos. Todavía es una mayoría considerable en Estados Unidos (aunque en el resto del mundo es mucho menos), pero las cosas comienzan a cambiar. Entonces, y tal como paso con este joven, la gran mayoría creen en alguien, pero no necesariamente en Jesús.

Ahora, dentro de los que se dicen ser cristianos, ¿Cómo exactamente creen en Jesús? Hay muchos que, si dicen creer, pero las diferencias comienzan a surgir en “como” creen en El. La gran mayoría le ven como el Salvador. Y si, por supuesto que es el Salvador del mundo. Pero ¿cuántos realmente creen en El como nos enseña la Biblia, como el Señor y Dios que es? Y, muchos dirán que creen de esta manera en El, pero ¿será una realidad? ¿Creerán y seguirán a Jesús como se nos enseña? ¿Es El en realidad el todo de nuestras vidas, la razón de nuestro existir, El que dicta el curso de nuestra vida diaria? Y aquí es donde todo cambia, y ese gran porcentaje se vuelve un número muy pequeño. ¿Cómo puedo decir esto? ¡Fácil! A lo menos en Estados Unidos, si decimos que somos tantos los que creemos en Cristo, ¿cómo puede haber tanto pecado (aunque Dios no espera que seamos perfectos)? ¿Cómo puede haber tanta equivocación, comenzando por aquellos que dicen no solo ser creyentes, sino mas bien, hasta ministros y predicadores de la Palabra de Dios? Y aquí es donde entra el pasaje de hoy.

La Biblia nos enseña de que debemos creer en Jesús como el Señor, como Dios, y como el Salvador; como el unigénito Hijo de Dios. Y no solamente creer y aceptarle como tal, pero también, para que pueda ser algo completo, tenemos que hacernos uno con El. Esto es lo que significa comer Su carne y beber Su sangre. Tenemos que lograr tener tal relación íntima con El, que no solamente debe entrar en nuestra vida, pero a través de la obra del Espíritu Santo y Su Palabra, El tiene que formar parte de todo en nosotros, como la comida. Cuando comemos o bebemos algo, esas sustancias entran en nuestra boca, se digieren en el estómago, y sus elementos se transforman y viajan por todo el cuerpo, a cada célula dentro de nuestro ser, dándonos nutrición y vida. La comida y los líquidos nos sustentan, y también nos ayudan a reparar lo dañado. Sin estas cosas, no se puede vivir, ni ver el mañana. Igual debe ser el Señor en nuestras vidas. Vemos en la Biblia que muchos pudieron llegar a creer en El de alguna manera, y hasta seguirle, pero la gran mayoría no pudo con esto, y le dejaron. A penas quedaron los doce y algunas mujeres, y hasta uno de los doce no era de fiar, porque le vendería más adelante. Lo mismo pasa hoy. La gran mayoría buscan del Señor para resolver problemas, por un sinfín de razones, pero no para hacerse uno con El, y para que El llegue a ser el centro de sus vidas. Y el problema con esto, es que no se puede llegar a la vida que nos habla Dios, a no ser que Cristo se convierta en tu alimento. Sino se come y se bebe del Señor, no hay vida; igual como si dejaremos los alimentos a un lado. Mas tarde o temprano moriríamos. Entonces, ¿aceptas a Jesús como debiera ser para que puedas tener la vida que El tanto desea darte? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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El Problema con la Incredulidad

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Basado en Juan 6:27-40 (Versión Reina Valera 1960)

Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a éste señaló Dios el Padre. Entonces le dijeron: ¿Qué debemos hacer para poner en práctica las obras de Dios? Respondió Jesús y les dijo: Esta es la obra de Dios, que creáis en el que él ha enviado. Le dijeron entonces: ¿Qué señal, pues, haces tú, para que veamos, y te creamos? ¿Qué obra haces? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: Pan del cielo les dio a comer. Y Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: No os dio Moisés el pan del cielo, más mi Padre os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es aquel que descendió del cielo y da vida al mundo. Le dijeron: Señor, danos siempre este pan. Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás. Mas os he dicho, que aunque me habéis visto, no creéis. Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera. Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió. Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero. Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquél que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.

Todas las personas escogen creer en algo o en alguien; porque sencillamente fuimos hechos con esa capacidad y función. Es algo inevitable en realidad. Hasta el ateo más acérrimo que dice no creer en absolutamente nada cree en algo o en alguien. Si rehúsa creer en Dios, o en algún tipo de deidad, por eso que entonces por virtud de no querer creer, llega mas bien a creer en lo más mínimo; en sí mismo y en su intelecto. Entonces, si entendemos que cada persona por virtud de ser una persona cree en algo, cada persona tiene la habilidad (por decir) de la fe.

Como hemos explicado muchas veces antes, cada persona tiene la capacidad de tener fe, y mucha fe. La persona que dice no poder tener mucha fe no es muy observante, y aún más, usa su fe para cosas, o hace cosas que en realidad debieran dar mucho miedo. La lógica va mano en mano con la fe divina. Pensemos un poco en lo que muchas personas que dicen no tener mucha fe que hacen a diario; y con esto les doy el aviso de que vamos a entrar en cosas muy personales.

Una de las cosas que mas se práctica hoy en día es el sexo libre, y a lo que me refiero es todo acto sexual que está fuera del matrimonio, sean personas solteras o casadas que tienen aventuras. La Biblia se refiere a esto como: fornicación. La gran mayoría de las personas practican esto, de tener relaciones sexuales con distintas personas (no entraremos en el asunto de la homosexualidad, el lesbianismo, etc., porque eso va mucho mas allá de la fornicación, y claro, para mal). En EEUU, antes de graduarse de la secundaria, el 62% de los estudiantes ya han tenido sexo. Y por supuesto, los números saltan aún más cuando se hacen adultos. Entre los supuestos “más sanos” son las personas que tienen relaciones sexuales con personas que están conociendo, o están en una relación un poco más profunda (antes del matrimonio). Y lo hacen por muchas razones distintas. El grave problema con esto es que sí, es pecado ante los ojos de Dios, pero también, hay aspectos muy lógicos por lo cual es malo (porque Dios es el ser más lógico que existe). Hay personas que viven lavándose las manos, y desinfectándose, pero, no obstante, tienen intimidad con personas que apenas conocen, intercambiando fluidos y dejándose tocar el cuerpo, sin ninguna preocupación. Hay personas que detestan usar un baño público, pero se meten íntimamente con personas que usan esos mismos baños públicos, a los cuales temen, y claro, exponen sus cuerpos al contacto mas intimo con la suciedad a que le temen. Usando solo estadísticas relacionadas con Estados Unidos (porque en muchos otros países, las estadísticas son aún peores), de acuerdo al American Sexual Health Association y Centers for Disease Control and Prevention, uno de cada dos personas (o sea el 50%) que están activas sexualmente “contraerán” una enfermedad de transmisión sexual (ETS) antes de los 25 años. Casi 20 millones de nuevos casos de ETS ocurren cada año en este país, y 10 millones de ellos son jóvenes entre las edades de 15-24. Hoy, el 25% de los Estados Unidenses tienen una ETS que es “incurable”, 1 de cada 4 personas. 85% de los Estado Unidenses con herpes (se estima 42 millones de personas) no saben que lo han contraído. Conociendo esto, y por mucho que uno se cuide, sea hasta manteniendo una relación monógama, ¿Qué seguridad hay que una persona no contraiga algo, o que ya tenga algo, aun sin saberlo? Y bueno, muchos escogen creer que un pedacito de material sobre el cuerpo los cubre por completo, como si fuera una fuerza protectora mágica que los aislara de toda enfermedad y suciedad.

Y bueno, podríamos hablar de cosas también tanto o mas peligrosas, de meterse con un ser desconocido y compartir momentos íntimos cuando uno es mas vulnerable físicamente. ¿Han pensado todas las personas que invitan a sus camas a un ser desconocido que les puede tocar alguien con una inestabilidad mental, o un asesino o asesina? ¿No piensan en que algo puede fallar con su método de anticonceptivo, y alguien puede quedar embarazada? ¿No piensan que la otra persona con quién se meten puede tener razones alternativas por lo cual están teniendo relaciones íntimas? La mayoría de las personas tienen malas intenciones, especialmente cuando se refiere a tener relaciones sexuales. Hay muchos riesgos reales envueltos. Pero, la gran mayoría ni siquiera piensan en alguna de estas cosas antes de meterse con alguien. Escogen creer en sus instintos (o en dejarse llevar), en su intelecto, en la otra persona, en tantas cosas que son falibles, limitadas, desconfiables, o hasta desconocidas e inciertas, y no “pueden” llegar a creer en Dios como es debido.          

El problema con la incredulidad es este: El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él. Juan 3:36. Y el simple hecho por lo cual una persona no “puede” creer lo explica la Palabra de esta manera: El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios. Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:18-21. Entonces, no es falta de fe el problema, sino más bien, una persona no quiere cambiar y dejar el pecado atrás; y nada más.

Si no se cree en el Señor como es necesario, no hay salvación, no hay perdón, y no hay vida. Y una persona se expone a todos los males que el pecado acarrea, porque el pecado solo trae destrucción, mas tarde o mas temprano. Así que, ¿crees como necesitas creer en Jesús y en lo que El enseña para que puedas tener vida y vida en abundancia? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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¿Que Hacemos con Jesus?

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Basado en Juan 6:16-26 (Versión Reina Valera 1960)

Al anochecer, descendieron sus discípulos al mar, y entrando en una barca, iban cruzando el mar hacia Capernaum. Estaba ya oscuro, y Jesús no había venido a ellos. Y se levantaba el mar con un gran viento que soplaba. Cuando habían remado como veinticinco o treinta estadios, vieron a Jesús que andaba sobre el mar y se acercaba a la barca; y tuvieron miedo. Mas él les dijo: Yo soy; no temáis. Ellos entonces con gusto le recibieron en la barca, la cual llegó en seguida a la tierra adonde iban. El día siguiente, la gente que estaba al otro lado del mar vio que no había habido allí más que una sola barca, y que Jesús no había entrado en ella con sus discípulos, sino que éstos se habían ido solos. Pero otras barcas habían arribado de Tiberias junto al lugar donde habían comido el pan después de haber dado gracias el Señor. Cuando vio, pues, la gente que Jesús no estaba allí, ni sus discípulos, entraron en las barcas y fueron a Capernaum, buscando a Jesús. Y hallándole al otro lado del mar, le dijeron: Rabí, ¿cuándo llegaste acá? Respondió Jesús y les dijo: De cierto, de cierto os digo que me buscáis, no porque habéis visto las señales, sino porque comisteis el pan y os saciasteis.

¿A qué realmente vino el Señor a la tierra? A través de los Evangelios vemos que el Señor hizo muchas cosas. El sanó a los enfermos, liberó a los endemoniados, hizo prodigios y señales, alimento a miles de personas, enseño muchas cosas, y hasta resucitó a algunas personas. Juan también nos explica que se escribió solo alguna de las cosas que hizo el Señor, como explica en el siguiente pasaje: Y hay también otras muchas cosas que hizo Jesús, las cuales si se escribieran una por una, pienso que ni aun en el mundo cabrían los libros que se habrían de escribir. Amén. Juan 21:25. Así que, solo sabemos lo necesario nada más a través de las Escrituras.

Aunque todas esas cosas son buenas, y parte de la manifestación del Mesías, lo principal para que vino el Señor a este mundo es para tomar nuestra forma carnal, derramar Su sangre y morir en la cruz, y ser resucitado de entre los muertos. ¿Por qué? Porque esta era la única manera que nosotros podíamos tener la salvación de la cual nos enseñó, el poder nacer de nuevo en el Espíritu. Y en conjunto con eso, era la única manera en que Dios mismo puede venir a morar dentro de nuestro ser por medio de la fe en Jesús. De otra manera, Dios no puede convertirnos en Sus templos, los que no son hechos con manos humanas.

¿Por qué es tan importante que Dios venga a morar dentro de nuestro ser? Uno de los problemas que tuvieron los discípulos, y todos aquellos que fueron antes de la resurrección del Señor, es que Dios no podía habitar dentro de sus vidas, porque no existía el perdón de pecados. Los sacrificios y el seguir la fe en el Señor solo permitía el cubrir los pecados. Y el Espíritu de Dios solo podía estar sobre, o con una persona, pero no dentro. En este mismo pasaje vemos que los discípulos pasaban tiempo separados del Señor, aunque le estaban siguiendo. En este pasaje no vemos el detalle de que el Señor mismo les dijo que se adelantaran e ir sin El. Tanto Mateo 14:22 y Marcos 6:45 nos da parte del recuento de que el Señor si les mando que fuesen sin El. Así que, no partieron sin El porque querían.

El asunto es que hay una gran diferencia entre Dios estar con uno y alrededor de uno, a que este dentro de nuestro ser. El Señor solo puede venir a morar dentro de nosotros cuando nos damos, o nos rendimos totalmente a El. Así es que le llegamos a pertenecer, y no de otra manera. Y por virtud de que El mora dentro de nosotros, Su Espíritu Santo puede obrar dentro de nuestra intimidad, en los lugares mas profundos dentro de nosotros, los cuales que ni siquiera nosotros mismo estamos muy atentos a ellos. Entonces, cuando le invitas a estar dentro de ti por fe, no tienes que preocuparte si lo llevaste a alguna parte, si lo tuviste que dejar en algún lado porque El esta haciendo otras cosas, etc. El estará dentro de ti adonde quiera que vayas. Porque escrito esta: …El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él. Juan 14:23b.

Ahora, ¿que tratan de hacer las personas con el Señor? Increíblemente, muchos no buscan tener al Señor dentro de si, y por muchas razones. Por lo que vemos en este pasaje, hay personas que sencillamente buscan del Señor para recibir cosas, para lograr lo que quieren, y cumplir sus deseos. No desean una relación personal con El, o aún menos, un compromiso. La gran mayoría buscan resolver sus problemas, tanto como ayuda económica, por sanidad, por muchas distintas cosas, casi todas las razones son por cosas temporales. No es que estas cosas sean malas y que no debamos pedir por ellas, pero no puede ser la razón principal por lo cual se busca al Señor, o aun peor, que estas cosas sean la única razón por lo cual se le busca.

Hay algo que todos conocemos que aplica con este concepto, y este es: la regla dorada. La regla dorada fue dicha por el Señor, y esta es: Y como queréis que hagan los hombres con vosotros, así también haced vosotros con ellos. Lucas 6:31. Esta regla también aplica a Dios, y se puede decir de esta manera: Y como queréis que haga Dios con vosotros, así también haced vosotros con Dios. Por ejemplo, ¿a ti te gustaría que tus seres queridos solo te busquen porque quieren algo de ti? ¿Te gustaría que te traten de manipular para conseguir otras cosas de ti? ¿Te gustaría que estuvieran contigo solo porque les das en el gusto? ¿Te gustaría que te fingieran amor para utilizarte? Creo que todos queremos ser amados genuinamente, y que los que están nosotros estén porque desean estar con nosotros, a pesar de las circunstancias. Entonces, si nosotros deseamos real amor y lealtad, ¿no creen que Dios merece lo mismo, especialmente considerando todo lo que El ha hecho, y hace, y promete hacer por nosotros en el futuro?  

Entonces, la gran pregunta es: ¿Qué es lo que estas tratando de hacer con el Señor? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Conceptos Erroneos

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Basado en Juan 6:1-15 (Versión Reina Valera 1960)

Después de esto, Jesús fue al otro lado del mar de Galilea, el de Tiberias. Y le seguía gran multitud, porque veían las señales que hacía en los enfermos. Entonces subió Jesús a un monte, y se sentó allí con sus discípulos. Y estaba cerca la pascua, la fiesta de los judíos. Cuando alzó Jesús los ojos, y vio que había venido a él gran multitud, dijo a Felipe: ¿De dónde compraremos pan para que coman éstos? Pero esto decía para probarle; porque él sabía lo que había de hacer. Felipe le respondió: Doscientos denarios de pan no bastarían para que cada uno de ellos tomase un poco. Uno de sus discípulos, Andrés, hermano de Simón Pedro, le dijo: Aquí está un muchacho, que tiene cinco panes de cebada y dos pececillos; mas ¿qué es esto para tantos? Entonces Jesús dijo: Haced recostar la gente. Y había mucha hierba en aquel lugar; y se recostaron como en número de cinco mil varones. Y tomó Jesús aquellos panes, y habiendo dado gracias, los repartió entre los discípulos, y los discípulos entre los que estaban recostados; asimismo de los peces, cuanto querían. Y cuando se hubieron saciado, dijo a sus discípulos: Recoged los pedazos que sobraron, para que no se pierda nada. Recogieron, pues, y llenaron doce cestas de pedazos, que de los cinco panes de cebada sobraron a los que habían comido. Aquellos hombres entonces, viendo la señal que Jesús había hecho, dijeron: Este verdaderamente es el profeta que había de venir al mundo. Pero entendiendo Jesús que iban a venir para apoderarse de él y hacerle rey, volvió a retirarse al monte él solo.

Desgraciadamente, muchos de nosotros erramos porque no entendemos lo que necesitamos entender. Y al no querer entender (porque el “poder” entender no es el problema), nos hacemos la vida mas difícil, y segamos más del mal que del bien. Y al tomar decisiones equivocadas, desperdiciamos un sin fin de recursos de mucho valor, como el tiempo, dinero, y finalmente, ganancias espirituales. Cuando se yerra, aunque puede que luzcan bien las cosas, se esta yendo por un camino torcido cuyo fin es incierto y malo. Por lo tanto, hay que corregir los conceptos erróneos para que se logren cosas mejores (para el bien de uno, y el de los demás), pero no será fácil, porque va en contra de nuestra naturaleza.

El primer concepto erróneo que vemos en este pasaje (o mas bien, el de mayor importancia) es el asunto de que veían a Jesús como un profeta. Ese es un problema gravísimo. Jesús no era profeta, y como tal, no se le puede reconocer. Si no se reconoce a Jesús como lo que El es, y con la convicción plena que se necesita dentro de uno mismo, no se llegará a nada. Ni habrá salvación, ni perdón de pecados, ni dirección divina, ni bendiciones divinas, etc., etc. Sencillamente, sin reconocer y aceptar a Jesús como lo que es, no habrá otro camino que el infierno (no es mi opinión, sino, es lo que dice la Palabra de Dios).  

Jesús era y es Dios. Tiene que ser reconocido y aceptado personalmente como el Dios Todopoderoso, el Altísimo, el Creador, y todo lo que incumbe ser el único Dios, como parte del Dios Trino (Padre, Hijo, y Espíritu Santo), porque los tres son uno. Si no se cree en Su divinidad, entonces no podrás experimentar Su poder divino, comenzando por la vida eterna. Y el segundo modo que debe ser reconocido es como el Señor. Para que la salvación de Dios tome efecto en tu vida, tienes que pertenecerle plenamente y completamente a El. El tiene que ser el Señor de tu vida. Como pueden ver, esto no tiene nada que ver con ser profeta.

El segundo concepto erróneo que va relacionado con el primero es: Nosotros no somos los que mandamos, sino Dios es el que manda. Desde el momento que reconocemos a Jesús como Dios y Señor, entonces como dictaría la lógica, tenemos que hacer lo que El dice; no que nosotros tratemos de mandarlo a El, o de tratar de manipularlo. Mandarlo y manipularlo es imposible y absurdo. Y aparte de eso, nada bueno viene por eso. El problema es que el buscar lo que quieres y el tratar de cumplir tus deseos nada bueno acarrea (y sé que es difícil aceptar esto). Tenemos que entender que nuestros instintos y deseos son gobernados por el pecado que mora en nosotros. Ese es el problema. Al rendir nuestras vidas al Señor, es solo el comienzo de un largo y duro proceso, de someter esos instintos y deseos bajo Su dominio. Así que, por nosotros mismos, somos incapaces de hacer y pensar el bien (se que es duro, pero no te desanimes, o rebeles, porque te vas a hacer daño a ti mismo nada más).

Esto lo vemos por ejemplo cuando Pedro trata de persuadir al Señor de no morir: Entonces Pedro, tomándolo aparte, comenzó a reconvenirle, diciendo: Señor, ten compasión de ti; en ninguna manera esto te acontezca. Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres. Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. Mateo 16:22-24. Cuando pensamos carnalmente, estamos solo poniendo por obra la voluntad de Satanás, no la de Dios. También dice esto la Palabra: Porque no hablé yo con vuestros padres, ni nada les mandé acerca de holocaustos y de víctimas el día que los saqué de la tierra de Egipto. Mas esto les mandé, diciendo: Escuchad mi voz, y seré a vosotros por Dios, y vosotros me seréis por pueblo; y andad en todo camino que os mande, para que os vaya bien. Y no oyeron ni inclinaron su oído; antes caminaron en sus propios consejos, en la dureza de su corazón malvado, y fueron hacia atrás y no hacia adelante. Jeremías 7:22-24. Cuando buscamos cumplir nuestra voluntad (o conseguir nuestra supuesta felicidad), volvemos atrás, al pasado que Dios necesita enterrar para hacer cosas nuevas en nuestras vidas, para que podamos vivir la vida abundante que El desea darnos. No se trata de felicidad, sino más bien, de propósitos eternos que van mucho mas allá de una supuesta felicidad o de cumplimientos de deseos personales. Esto es lo que también dice la Palabra: Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar. Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos. Isaías 55:7-9. Si deseamos el bien en nuestras vidas, tenemos que cambiar nuestro modo de pensar a través de la obra del Espíritu Santo y de Su Palabra en nosotros. Tiene que cambiar nuestro entendimiento, como también nos aconseja Dios: No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. Romanos 12:2.

¿Deseas que tu vida cambie realmente para bien? Mi mejor consejo para ti es que dejes estos malos conceptos atrás, y aférrate con todo tu corazón al Señor, siguiéndole a El (no a tus deseos carnales) cada día fielmente. ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Viviendo la Vida para el Señor

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Basado en Juan 5:30-47 (Versión Reina Valera 1960)

No puedo yo hacer nada por mí mismo; según oigo, así juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del Padre. Si yo doy testimonio acerca de mí mismo, mi testimonio no es verdadero. Otro es el que da testimonio acerca de mí, y sé que el testimonio que da de mí es verdadero. Vosotros enviasteis mensajeros a Juan, y él dio testimonio de la verdad. Pero yo no recibo testimonio de hombre alguno; más digo esto, para que vosotros seáis salvos. El era antorcha que ardía y alumbraba; y vosotros quisisteis regocijaros por un tiempo en su luz. Mas yo tengo mayor testimonio que el de Juan; porque las obras que el Padre me dio para que cumpliese, las mismas obras que yo hago, dan testimonio de mí, que el Padre me ha enviado. También el Padre que me envió ha dado testimonio de mí. Nunca habéis oído su voz, ni habéis visto su aspecto, ni tenéis su palabra morando en vosotros; porque a quien él envió, vosotros no creéis. Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí; y no queréis venir a mí para que tengáis vida. Gloria de los hombres no recibo. Mas yo os conozco, que no tenéis amor de Dios en vosotros. Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibís; si otro viniere en su propio nombre, a ése recibiréis. ¿Cómo podéis vosotros creer, pues recibís gloria los unos de los otros, y no buscáis la gloria que viene del Dios único? No penséis que yo voy a acusaros delante del Padre; hay quien os acusa, Moisés, en quien tenéis vuestra esperanza. Porque si creyeseis a Moisés, me creeríais a mí, porque de mí escribió él. Pero si no creéis a sus escritos, ¿cómo creeréis a mis palabras?

¿Para qué o para quién es que tu vives tu vida? ¿Alguna vez te has hecho esta pregunta? Para algunos, creo que la respuesta es sencilla. Para otros, yo no creo que se hayan hecho esa pregunta. Y bueno, creo que algunos piensan que saben la respuesta, pero si miran sus vidas, puede que vean otra cosa. Y si hay algo que trato en el Señor de hacer intencionalmente, en lo mas mínimo, es hacer a las personas meditar y pensar. El meditar y pensar es algo poco común hoy en día. Es irónico que esto, este sucediendo en un tiempo como ahora que tenemos el acceso mas grande que el hombre haya tenido a la información. No pensamos mucho, porque si lo hiciéramos, nuestras vidas serían muy distintas (a lo menos, esperaría que eso fuere así).

No sé si muchas personas entienden el valor de esta vida, y aún más, el valor de lo por venir. Pero, concentremos un poco en lo de aquí y al momento. ¿Cuál es el propósito de la vida de las personas? Si observamos y miramos a nuestro alrededor, distintas personas han escogido tener distintas razones para su existencia. El más común es el egoísmo, el vivir para darse en el gusto a sí mismos, de una forma u otra. Hay otros que han decidido vivir primordialmente por un amor humano, por la familia, por una carrera, por algún ideal, por lo material, por los placeres, por un sinfín de otras cosas. Hay personas que no tiene curso su vida. Viven nada más. Se tratan a si mismo como una pieza muy pequeña en una maquina gigantesca. En fin, si quieres ver a donde está la devoción de una persona, simplemente observa su vida. La fe de cada persona se ve en la manera que vive su vida. Y claro, si realmente quieres ver cuál es la razón de tu existir, yo te aconsejaría que te sientes por un momento (o hazlo caminando, como sea), pero en silencio, sin nada o nadie a tu alrededor; sin distracciones; y piensa y medita en lo que haces diariamente, y porqué lo haces. Si lo haces genuinamente, la respuesta vendrá muy claramente.

¿Por qué importa el saber porque uno hace las cosas? Porque tu vida tiene un valor. Desde el momento que estas respirando y viviendo en este instante, Dios ha permitido que tu existas. Y por mucho que Satanás y los hombres tratan de quitar la vida de distintas maneras y en distintos momentos (antes de nacer, cuando niños, o como adultos), tú estas vivo en este instante, y por alguna razón o con algún propósito. Hasta el ser humano más duro y malvado está vivo en este momento porque Dios lo permite. No hay otra razón, y esa vida tiene un propósito. Y cuando se vive la vida sin un rumbo bueno, finalmente se daña a sí mismo y a los que lo rodean. Y posiblemente el propósito mas dañino para cualquier persona es el vivir para si mismo (puede que suene ilógico, pero es la verdad).

Si vemos la vida del Señor, El aun siendo Dios, no vivió para si mismo. Todo lo que hizo lo hizo para el Padre. El buscaba solo hacer la voluntad del que le envió. El hacia lo que veía hacer al Padre. El Señor imitó a la perfección la vida y las obras de Su Padre. El nos habló del Padre. Nos compartió de como tener vida y hacer el bien. Hizo milagros y prodigios, tal como el mundo jamás haya visto. Sanó a los quebrantados de corazón. Hizo a los paralíticos caminar, a los ciegos ver, y a los demás enfermos restauro. Liberó a los endemoniados. Resucitó a los muertos; niños y adultos. El obedeció al Padre hasta el punto de entregar Su vida en la manera más dolorosa y agonizante que cualquier ser humano halla experimentado. Pero, no obstante, aunque le costo ese dolor y sacrificio, hizo la voluntad del que le envió. ¡Y bendito sea el Dios Todopoderoso y nuestro Señor Jesús! Porque, ¿Qué hubiera pasado si el Señor no hubiera hecho todo lo que hizo? ¿Qué hubiera sucedido si El se hubiera olvidado de Su propósito, de la razón por la cual vino a este mundo? El era (y es) Dios y tenía la potestad de decidir y hacer como le placiera. El no hubiera dejado de ser lo que era si hubiera hecho algo distinto, porque es sencillamente un hecho, que El es Dios. Y nada puede cambiar eso.  

Y ahora, ¿cómo nos debiera afectar la vida del Señor? Si entendemos nuestra posición (que nada somos y ninguna esperanza teníamos fuera de El), y que El hizo algo grandioso por ti y por mi (personalmente) porque sencillamente quiso, ¿no crees que es suficiente vivir la vida por El? Si has realmente decidido seguir a Cristo, y hacer al Señor el dueño de tu vida, la Biblia nos enseña esto: Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres. Colosenses 3:23. Si deseamos tener una vida plena aquí, y principalmente después, la Biblia también nos enseña esto: No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; más el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna. No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos. Gálatas 6:7-9.

Entonces, si vives la vida solamente para ti mismo y para cosas temporales (aunque en si no sean malas), recibirás algo temporal (si es que logras tener lo quieres). Pero, si vives la vida para el Señor y sus propósitos, tendrás garantizado lo eterno, y Dios también te puede sorprender en el aquí y ahora. Así que, ¿estás viviendo tu vida para el Señor? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Reconociendo a Jesus

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Basado en Juan 5:16-29 (Versión Reina Valera 1960)

Y por esta causa los judíos perseguían a Jesús, y procuraban matarle, porque hacía estas cosas en el día de reposo. Y Jesús les respondió: Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo. Por esto los judíos aún más procuraban matarle, porque no sólo quebrantaba el día de reposo, sino que también decía que Dios era su propio Padre, haciéndose igual a Dios. Respondió entonces Jesús, y les dijo: De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente. Porque el Padre ama al Hijo, y le muestra todas las cosas que él hace; y mayores obras que estas le mostrará, de modo que vosotros os maravilléis. Porque como el Padre levanta a los muertos, y les da vida, así también el Hijo a los que quiere da vida. Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo, para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió. De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, más ha pasado de muerte a vida. De cierto, de cierto os digo: Viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oyeren vivirán. Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha dado al Hijo el tener vida en sí mismo; y también le dio autoridad de hacer juicio, por cuanto es el Hijo del Hombre. No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; más los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación.

En este pasaje, vemos un par de razones por lo cual los judíos procuraban matar a Jesús; por hacer cosas que ellos consideraban no licitas durante el día de reposo, y porque decía que Dios era Su propio Padre, haciéndose igual a Dios. Pero también había otra razón aún mas poderosa que les carcomía el alma misma, porque estaban llenos de maldad. El Apóstol Juan se había dado cuenta de las dos razones de las cuales escribió, pero increíblemente, un hombre incrédulo se dio cuenta de la principal, la cual era la envidia. Porque escrito esta: Reunidos, pues, ellos, les dijo Pilato: ¿A quién queréis que os suelte: a Barrabás, o a Jesús, llamado el Cristo? Porque sabía que por envidia le habían entregado. Mateo 27:17-18. La envidia fue la raíz de todo el odio que sentían por el Señor. Esto fue el mal que nació en el corazón de ellos, el cual los estimulo a matar al propio Hijo de Dios, cuyo Dios decían ellos seguir. ¿Por qué?

Era una hipocresía de ellos de justificar su odio con razones Bíblicas. Si, era verdad que se tenia que respetar el día de reposo (aunque Jesús como Dios podía hacer Su voluntad). Si, era verdad que nadie se podía igualar a Dios, porque la pena de la blasfemia era la muerte (aunque era verdad que El era el unigénito Hijo de Dios). Pero, la ira creció en ellos porque sencillamente ellos sabían dentro de si, que el Señor era verdaderamente el Hijo Unigénito de Dios, que era Dios en realidad. Lo sabían y lo creían, pero no para arrepentimiento y conversión, sino mas bien, surgió la envidia y el odio. Odiaban la idea de que el Señor pudo hacer cosas que ellos no podían. Odiaban la idea de que lo siguieran las multitudes. Odiaban la idea de que ellos no eran el foco del pueblo, sino mas bien, el Hijo de Dios. No importa que absurdo suene esto, pero era la verdad.

Vemos a alguien en la historia también llevado por la envidia, a Satanás. La Biblia nos enseña acerca de la envidia y el orgullo que sintió Satanás (antes conocido como Lucero) en contra del Altísimo mismo, por Dios Padre. Porque escrito esta: ¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones. Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo. Mas tú derribado eres hasta el Seol, a los lados del abismo. Isaías 14:12-15. Satanás, al haberse llenado de un orgullo sin fundamento, envidio a Dios, y por eso fue su caída. No supo aceptar la realidad de que él no era como Dios, ni podía ser como Dios, ni nunca podia tomar el puesto legitimo del Altísimo. Este fue el mismo mal de los judíos por lo cual mataron al Señor. Ellos querían ser como el Señor, y nunca lo podrían ser, y eso les carcomió el alma. Hay seres que tienen un complejo de sentirse como Dios, y este mal es mucho más común de lo que creen.

Aunque fuimos hechos a imagen y semejanza de Dios, el asunto es que nadie puede ser como Dios, bajo ningún punto. Es naturalmente imposible. Y a la misma vez, no debe existir ni siquiera ni el más remoto sentimiento que se asemeje a querer ser como El. Aún más, y este es la culminación del pensamiento de hoy, el Unigénito Hijo de Dios, Jesús, tiene que convertirse en el todo de nuestra vida. Jesús tiene que ser no solo nuestro Salvador y Señor, sino también, nuestro Dios. Jesús de Nazaret, el Hijo de David, el Mesías, era y es Dios. Y si no existe esa realización en nuestra vida, dentro de nuestro corazón, y de nuestra alma, y de nuestra mente, y en todo nuestro ser, entonces no hay nada. La Biblia nos enseña esto: El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él. Juan 3:36.

Así que, esto es lo que tenemos que tener en cuenta: En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. Juan 1:1-4. Jesús es el Verbo. Jesús era desde el principio. Jesús hizo todas las cosas. Jesús es la vida y la luz. Jesús hizo al hombre, porque escrito esta: Entonces dijo Dios: Hagamos [Dios plural] al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza. Genesis 1:26a. Jesús (o Dios) se hizo carne. Dios estuvo con el hombre en la tierra. Dios fue escarnecido y azotado. Dios fue crucificado. Dios descendió a las profundidades de la tierra. Pero, Dios fue levantado al tercer día de entre los muertos, y ahora, Dios está sentado en Su trono legítimo, en lo más alto de los cielos, donde quiso estar Satanás. Y Dios vendrá por Su pueblo y juzgará a las naciones. Dios condenará al castigo eterno a todos los que no le aceptaron como tal. Y Dios reinara por los siglos de los siglos, Amen.  

Ahora, ¿has reconocido y aceptado a Jesús (a Dios) como lo que El es? o ¿eres parte de aquellos que le envidian, tratando de hacerte semejante a El? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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