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Promesas a Traves del Proceso

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Basado en Miqueas 4 (Versión Reina Valera 1960)

Acontecerá en los postreros tiempos que el monte de la casa de Jehová será establecido por cabecera de montes, y más alto que los collados, y correrán a él los pueblos. Vendrán muchas naciones, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, y a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará en sus caminos, y andaremos por sus veredas; porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová. Y él juzgará entre muchos pueblos, y corregirá a naciones poderosas hasta muy lejos; y martillarán sus espadas para azadones, y sus lanzas para hoces; no alzará espada nación contra nación, ni se ensayarán más para la guerra. Y se sentará cada uno debajo de su vid y debajo de su higuera, y no habrá quien los amedrente; porque la boca de Jehová de los ejércitos lo ha hablado. Aunque todos los pueblos anden cada uno en el nombre de su dios, nosotros con todo andaremos en el nombre de Jehová nuestro Dios eternamente y para siempre. En aquel día, dice Jehová, juntaré la que cojea, y recogeré la descarriada, y a la que afligí; y pondré a la coja como remanente, y a la descarriada como nación robusta; y Jehová reinará sobre ellos en el monte de Sion desde ahora y para siempre. Y tú, oh torre del rebaño, fortaleza de la hija de Sion, hasta ti vendrá el señorío primero, el reino de la hija de Jerusalén. Ahora, ¿por qué gritas tanto? ¿No hay rey en ti? ¿Pereció tu consejero, que te ha tomado dolor como de mujer de parto? Duélete y gime, hija de Sion, como mujer que está de parto; porque ahora saldrás de la ciudad y morarás en el campo, y llegarás hasta Babilonia; allí serás librada, allí te redimirá Jehová de la mano de tus enemigos. Pero ahora se han juntado muchas naciones contra ti, y dicen: Sea profanada, y vean nuestros ojos su deseo en Sion. Mas ellos no conocieron los pensamientos de Jehová, ni entendieron su consejo; por lo cual los juntó como gavillas en la era. Levántate y trilla, hija de Sion, porque haré tu cuerno como de hierro, y tus uñas de bronce, y desmenuzarás a muchos pueblos; y consagrarás a Jehová su botín, y sus riquezas al Señor de toda la tierra.

Rick Warren dijo una vez: La transformación es un proceso; y mientras la vida ocurre, hay muchos sube y bajas; es un viaje de descubrimiento, y hay momentos de cimas y momentos en valles profundos de desesperación. Creo que a todos nos gusta recibir promesas llenas de bendiciones, y cosas buenas, y de triunfos futuros. Las promesas alimentan nuestra esperanza, especialmente cuando estamos en momentos difíciles. Siempre deseamos tener la promesa de un mañana mejor, donde todas las cosas se resolverán, y donde lo malo y lo feo quede atrás para siempre. También están las promesas de amor, de cariño, y cuidado; cuando una pareja se promete amor eterno al unirse en matrimonio. Al igual, cuando una nueva madre o un padre reciben con amor a una nueva criatura que entra al mundo; pequeño, frágil, e indefenso; prometiendo cuidarlo y criarlo con todo el esfuerzo posible. Las promesas pueden dar mucha inspiración para seguir adelante. Pero, ¿Qué es lo que hace que una promesa tenga credibilidad, o tal validez que una persona pueda poner su confianza en esa promesa? Para que una promesa tenga algún valor para alguien, hay que considerar quién es el que promete; los factores que le dan validez a la persona y a la promesa misma.

Por ejemplo, en el vínculo del matrimonio, ¿Qué es lo que se debe tomar en cuenta para poder tomar en serio la promesa de amor de la otra persona? Una de las primeras cosas que una persona debiera considerar del que promete, es su carácter. ¿Qué tipo de persona es? ¿Es una persona que realmente la ama, y si sabe amar? ¿Es una persona responsable, capaz, de buenos sentimientos, leal, fiel, etc.? ¿Es una persona de fiar o confiable? Hay muchos elementos que son realmente críticos en el carácter de una persona, especialmente para poder poner algún tipo de confianza en ellos. Y esas cualidades no se ven enseguida, sino a través de cierto tiempo. Por eso que muchas relaciones fracasan porque se pone la confianza en una persona que no tiene buen carácter, o en lo más mínimo, no tienen las características que son necesarias para poder establecer un buen matrimonio. No quiero sonar mecánico o frio, pero ni las maripositas en el estómago sirven de mucho, ni la atracción física tampoco, ni las emociones que van y vienen. En conjunto con el amor (el ingrediente principal), hay otros ingredientes o características esenciales que deben ser parte de la persona, para que se pueda poner algún tipo de confianza en ellos, para que un matrimonio pueda a lo menos tener algún chance de sobrevivir.

Lo segundo que se debe tener en cuenta es la capacidad de la persona, o sea, si puede en realidad cumplir lo que está prometiendo. Aunque hallan las mejores intenciones y características en la otra persona, hay promesas que físicamente no pueden cumplir. Por ejemplo, hay personas que prometen que siempre estarán ahí, por la otra persona. Esto es realmente imposible cumplir. Hay a veces que la persona puede y va fallar porque no puede estar siempre a tu lado, a cada momento. Hay momentos que la vida se complica y las personas quedan solas, por decir, en un momento dado física y emocionalmente. Las preocupaciones cotidianas muchas veces crean tal distracción que no se da el tiempo ni para conversar, ni para desahogarse, etc. Hay parejas que son absorbidas por esta vida y los quehaceres, que, al trascurrir los años, solo terminan siendo dos extraños durmiendo en la misma cama. Y posiblemente, puede que hallan buenas intenciones, pero solo quedaron en eso; en buenas intenciones. Somos seres muy limitados y en distintos aspectos. El proceso de esta vida muchas veces ahoga aún las mejores intenciones y sentimientos. Muchas cosas se deshacen con el tiempo. Es como el mar que azota: año tras año, ola tras ola, va erosionando aún los terrenos más firmes.  

Ahora, ¿cómo concuerda todo esto con el pasaje de hoy? Bueno, las promesas de Dios se pueden tomar muy en serio al basarse en el primer punto que vimos: el carácter de Dios. Las virtudes que Dios tiene son incomparables. Dios es amor. Dios es fiel. Dios es misericordioso. Dios no miente. Dios nos ha dado muchas cosas sin merecerlas; entre ellas, la principal: la salvación eterna a través de Su Hijo Jesús. Dios no cambia; siempre ha sido, es, y será el mismo. Él es eterno. Y bueno, Dios tiene un sinfín de otras cualidades como el ser que es, que nos dá muchas razones para poder confiar en Sus promesas. El otro aspecto Dios también lo supera infinitamente: Su capacidad. Él es Dios. Es omnipresente, omnisciente, y omnipotente. O sea; puede estar en todas partes a la misma vez, todo lo sabe, y todo lo puede. Básicamente, no tiene limitaciones.

Y el último punto, en ruta a recibir esas promesas que Dios tiene para aquellos que le aman y le buscan, Dios desea llevar a cabo un proceso de transformación en cada ser humano. Y este proceso significa que vamos a pasar momentos difíciles, momentos que van a remover los cimientos de nuestra vida, pero con el fin de sacar lo que no sirve, y crear un tesoro de nuestra vida. El oro solo se limpia con el fuego. Entonces, el proceso es parte del camino para llegar a las promesas, si permanecemos en Él, dejándole completar Su obra en nosotros. Así que, ¿estás dispuesto seguir el proceso para poder recibir promesas eternas que solo Dios puede dar y cumplir? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Las Consecuencia de la Idolatria

Basado en Ezequiel 23:1-30 (Versión Reina Valera 1960)

Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, hubo dos mujeres, hijas de una madre, las cuales fornicaron en Egipto; en su juventud fornicaron. Allí fueron apretados sus pechos, allí fueron estrujados sus pechos virginales. Y se llamaban, la mayor, Ahola, y su hermana, Aholiba; las cuales llegaron a ser mías, y dieron a luz hijos e hijas. Y se llamaron: Samaria, Ahola; y Jerusalén, Aholiba. Y Ahola cometió fornicación aun estando en mi poder; y se enamoró de sus amantes los asirios, vecinos suyos, vestidos de púrpura, gobernadores y capitanes, jóvenes codiciables todos ellos, jinetes que iban a caballo. Y se prostituyó con ellos, con todos los más escogidos de los hijos de los asirios, y con todos aquellos de quienes se enamoró; se contaminó con todos los ídolos de ellos. Y no dejó sus fornicaciones de Egipto; porque con ella se echaron en su juventud, y ellos comprimieron sus pechos virginales, y derramaron sobre ella su fornicación. Por lo cual la entregué en mano de sus amantes, en mano de los hijos de los asirios, de quienes se había enamorado. Ellos descubrieron su desnudez, tomaron sus hijos y sus hijas, y a ella mataron a espada; y vino a ser famosa entre las mujeres, pues en ella hicieron escarmiento. Y lo vio su hermana Aholiba, y enloqueció de lujuria más que ella; y sus fornicaciones fueron más que las fornicaciones de su hermana. Se enamoró de los hijos de los asirios sus vecinos, gobernadores y capitanes, vestidos de ropas y armas excelentes, jinetes que iban a caballo, todos ellos jóvenes codiciables. Y vi que se había contaminado; un mismo camino era el de ambas. Y aumentó sus fornicaciones; pues cuando vio a hombres pintados en la pared, imágenes de caldeos pintadas de color, ceñidos por sus lomos con talabartes, y tiaras de colores en sus cabezas, teniendo todos ellos apariencia de capitanes, a la manera de los hombres de Babilonia, de Caldea, tierra de su nacimiento, se enamoró de ellos a primera vista, y les envió mensajeros a la tierra de los caldeos. Así, pues, se llegaron a ella los hombres de Babilonia en su lecho de amores, y la contaminaron, y ella también se contaminó con ellos, y su alma se hastió de ellos. Así hizo patentes sus fornicaciones y descubrió sus desnudeces, por lo cual mi alma se hastió de ella, como se había ya hastiado mi alma de su hermana. Aun multiplicó sus fornicaciones, trayendo en memoria los días de su juventud, en los cuales había fornicado en la tierra de Egipto. Y se enamoró de sus rufianes, cuya lujuria es como el ardor carnal de los asnos, y cuyo flujo como flujo de caballos. Así trajiste de nuevo a la memoria la lujuria de tu juventud, cuando los egipcios comprimieron tus pechos, los pechos de tu juventud. Por tanto, Aholiba, así ha dicho Jehová el Señor: He aquí que yo suscitaré contra ti a tus amantes, de los cuales se hastió tu alma, y les haré venir contra ti en derredor; los de Babilonia, y todos los caldeos, los de Pecod, Soa y Coa, y todos los de Asiria con ellos; jóvenes codiciables, gobernadores y capitanes, nobles y varones de renombre, que montan a caballo todos ellos. Y vendrán contra ti carros, carretas y ruedas, y multitud de pueblos. Escudos, paveses y yelmos pondrán contra ti en derredor; y yo pondré delante de ellos el juicio, y por sus leyes te juzgarán. Y pondré mi celo contra ti, y procederán contigo con furor; te quitarán tu nariz y tus orejas, y lo que te quedare caerá a espada. Ellos tomarán a tus hijos y a tus hijas, y tu remanente será consumido por el fuego. Y te despojarán de tus vestidos, y te arrebatarán todos los adornos de tu hermosura. Y haré cesar de ti tu lujuria, y tu fornicación de la tierra de Egipto; y no levantarás ya más a ellos tus ojos, ni nunca más te acordarás de Egipto. Porque así ha dicho Jehová el Señor: He aquí, yo te entrego en mano de aquellos que aborreciste, en mano de aquellos de los cuales se hastió tu alma; los cuales procederán contigo con odio, y tomarán todo el fruto de tu labor, y te dejarán desnuda y descubierta; y se descubrirá la inmundicia de tus fornicaciones, y tu lujuria y tu prostitución. Estas cosas se harán contigo porque fornicaste en pos de las naciones, con las cuales te contaminaste en sus ídolos.

John MacArthur dijo una vez: Un evangelio que no confronta el pecado no es el evangelio de Jesucristo. Esto es unos de los problemas más grandes que tiene el mundo cristiano hoy: el no confrontar el pecado. Esto ya lleva mucho tiempo, donde muchas iglesias y líderes cristianos han estado evadiendo el señalar el pecado, y actuar en contra del pecado como se debiera. Y bueno, a muchos también les gusta lo que escuchan. El diablo ha podido infiltrar su propio evangelio muy sutilmente, guiándolos a pecar (porque él no puede hacerte pecar), o a errarle al blanco.

Hay algo que hay que tener muy claro. Muchas veces asociamos el pecado con cosas que nos parecen terribles, como el matar a alguien. Pero la verdad es que el pecado significa “errarle al blanco”. Significa no ser exacto. Hay un punto preciso que hay que llegar, no a una área o lugar en general. Esto implica cierta perfección. Por ejemplo, no hay muchas perfecciones de algo. La perfección se refiere a algo singular, único, sin comparativos, exacto. Es igual que la verdad. No hay muchas verdades de algo; o algo es verdad o es mentira. Y, tanto como la exactitud de la perfección y la verdad no dependen de una perspectiva, sino más bien, la perfección y la verdad son tales en cualquier lugar del universo. O sea, Dios es perfecto y la verdad aquí en la tierra, en el planeta Neptuno, en otras galaxias, en el campo espiritual, otras dimensiones, etc. Por lo tanto, la tarea de Satanás es relativamente sencilla: desviar un poco nada más para persuadirte a pecar. Entonces, si la perfección del Evangelio de Jesucristo siempre confronta el pecado, de alguna manera u otra, ¿Cómo entonces se puede desechar algo tan importante? Por ejemplo, sin arrepentimiento y conversión de pecados, no puede haber salvación. Unos de los errores más grandes que se ha predicado desde muchos pulpitos y lugares es: para ser salvo, solo se tiene que creer en Cristo. Eso no es enteramente verdad. Tiene que haber arrepentimiento y conversión de pecados, o si no, el completo ministerio de Juan el Bautista fue totalmente innecesario; porque Juan el Bautista preparaba el camino para el Señor; el bautismo de Juan o el bautismo de arrepentimiento. Si Juan no hubiera existido, no hubiera sido todavía el tiempo de la manifestación del Mesías en la tierra para la salvación de los hombres.   

¿Qué tiene que ver esto con el pasaje de hoy? Leemos de la caída del pueblo de Dios y el castigo que Dios traería sobre ellos (lo cual sucedió) por su infidelidad a Él. A pesar que los rescato de Egipto, volvieron y empeoraron su pecado delante de Dios, poniendo los ojos y confianza en cosas que no debieran, haciendo idolatría con cosas temporales en vez de siempre agradecer lo que Él hizo por ellos, y mantener los ojos fijos en su Dios. Cuando nos olvidamos de las bondades de Dios, y comenzamos a confiar en otras cosas, más tarde o más temprano caeremos por nuestras propias maldades. ¡Nada debe tomar el lugar de Dios en nuestra vida! Ni la familia o los seres queridos, ni las cosas del mundo, etc. Él tiene que tener siempre el primer lugar en nuestras vidas. El pecar es excesivamente sencillo; es sencillamente perder el foco en Dios y en lo que Su Palabra enseña. No quiere decir que vamos a ser perfectos aquí, pero por tu propio bien, deja que Dios siga cambiando tu vida en vez de aceptar tu condición actual y excusar el pecado que todavía mora en tu vida. Nunca justifiques el pecado; ni el pecado tuyo, ni siendo cómplice del pecado de los demás. Vence en Cristo, porque puedes y debes hacerlo, al dejar todo tipo de ídolo (aquello que estorba tu caminar en Dios). ¿Estas tratando de evitar las consecuencias de la idolatría al confrontar el pecado en tu vida? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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El Avivamiento Viene con un Cambio de Corazon

Basado en Salmo 85 (Versión Reina Valera 1960)

Fuiste propicio a tu tierra, oh Jehová; volviste la cautividad de Jacob. Perdonaste la iniquidad de tu pueblo; todos los pecados de ellos cubriste. Selah. Reprimiste todo tu enojo; te apartaste del ardor de tu ira. Restáuranos, oh Dios de nuestra salvación, y haz cesar tu ira de sobre nosotros. ¿Estarás enojado contra nosotros para siempre? ¿Extenderás tu ira de generación en generación? ¿No volverás a darnos vida, para que tu pueblo se regocije en ti? Muéstranos, oh Jehová, tu misericordia, y danos tu salvación. Escucharé lo que hablará Jehová Dios; porque hablará paz a su pueblo y a sus santos, para que no se vuelvan a la locura. Ciertamente cercana está su salvación a los que le temen, para que habite la gloria en nuestra tierra. La misericordia y la verdad se encontraron; la justicia y la paz se besaron. La verdad brotará de la tierra, y la justicia mirará desde los cielos. Jehová dará también el bien, y nuestra tierra dará su fruto. La justicia irá delante de él, y sus pasos nos pondrá por camino.

¿Sientes que te están abrumando los problemas que tienes? ¿Sientes como que la vida no tiene mucho sentido? ¿Sientes que estas sola o solo, aunque estés rodeados de personas? ¿No puedes disfrutar de la vida como quisieras? ¿Te sientes vacío o vacía por dentro? ¿Sientes que cuando oras como que tus oraciones no llegan a donde tienen que llegar? ¿No tienes muchas ganas ni de orar o leer la Palabra de Dios? ¿Dios no te significa mucho estos días? Bueno, esto es común, y se puede hacer algo al respecto.

Para comenzar, unas de las cosas que tienes que entender es que la vida no debe ser así. Hay muchos que pasan por alto estos problemas, pensando que la vida no puede ser perfecta, y que es algo normal. Y claro, esta vida de aquí no es perfecta, y nunca lo será. Pero, no debes acostumbrarte a cosas que realmente son problemas. No debes quedarte así porque es apremiante que lo arregles, por tu propio bien. Entonces, el primer paso es reconocer que si hay un problema. Porque cuando los problemas se dejan estar, no se van arreglar, si no, empeorarán más con el tiempo. Nada se arregla solo. Todos los problemas necesitan atención y acción. Lo que también hay que tener en cuenta es que los problemas personales siempre se vuelen en problemas para los demás. Todo problema (pequeño o grande) afecta a la persona que lo tiene, y comenzará también a afectar a los que los rodean. Así que, no solo por tu propio bien tienes que hacer algo, sino también, por los que te rodean.

Ahora bien, el principal asunto que hay que ver es: la causa. ¿Qué es lo que hace que nos sintamos así? El gran desafío en poder resolver un problema es poder encontrar el problema. Y no se puede resolver un problema lidiando con los síntomas nada más. Por ejemplo, vamos a suponer que una persona tiene amigdalitis estreptocócica (o una infección a las amígdalas). Los síntomas son muy parecidos a la influenza o una gripe muy fuerte. Viene con dolor a la garganta, fiebre, toz, dolores de cabeza, etc. Ahora, si la persona toma cosas para aliviar los síntomas como jarabes, y pastillas para bajar la fiebre y aliviar el dolor de cabeza, lo único que está haciendo es lidiando con los síntomas, pero nunca habrá mejoría. La única manera de poder lidiar con esta enfermedad es: visitando a un médico, que le hagan distintas pruebas para ver que en realidad está pasando, y que se someta a un tratamiento con fuertes antibióticos por varios días. Esa es la única manera de poder sanar la enfermedad. Si una persona sigue tomando cosas para aliviar los síntomas, y nada más, se pondrá peor con el tiempo, llegando a una fiebre reumática, y posiblemente, la muerte. Pero, todo eso se puede evitar si se actúa, llegando a la raíz del mal, y tratando el mal de manera efectiva y enérgicamente.    

Entonces, ¿cuál pudiera ser el mal que produce algunos de los problemas (o similares a aquellos) que se mencionaron al comienzo? Como se debiera hacer para todas las cosas, hay que ser objetivo y sincero (y esto nunca es fácil porque la mayoría de las personas no les gusta ser sinceras con sí mismas, prefiriendo seguir engañándose). La Biblia nos enseña esto: Y habló Dios todas estas palabras, diciendo: Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre. No tendrás dioses ajenos delante de mí. No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos. Éxodo 20:1-6. El más grave problema que existe hoy tanto como en el incrédulo como en muchos de los “llamados” creyentes, es el problema de la idolatría (todo lo que se le da prioridad antes que a Dios). Y esto no siempre envuelve estatuas o imágenes, por decir. Con el simple hecho de poner la voluntad nuestra antes que la de Dios, ya se está cometiendo el más despreciable de los pecados, delante de los ojos de Dios (no dije que esto sería fácil). Dios debiera ocupar el primer el lugar en nuestras vidas. Si sencillamente el foco de tu vida eres tú, u otras cosas (sean tus problemas o preocupaciones, entretenciones, etc.), entonces, esos son ídolos. Hay un sinfín de dioses, con distintos nombres, apariencias, etc. Y por si acaso, eso no es culpa del diablo. El diablo te puede tentar, pero él nunca puede destronar a Dios en la vida de alguien. Esa es tu decisión.  

Pero, esto se puede cambiar. La decisión es tuya. Y aquí es donde se ve el verdadero amor de Dios (no el amor que se ha falsamente pintado con la aceptación del pecado, y el atropello a la gracia de Dios). Escrito esta: Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. 1 Juan 1:9. ¿Qué Dios como tú, que perdona la maldad, y olvida el pecado del remanente de su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque se deleita en misericordia. Miqueas 7:18. Si hay problemas en tu vida, eso es lo que Dios usa para acercarte más a Él. Porque Dios dice esto: Si yo cerrare los cielos para que no haya lluvia, y si mandare a la langosta que consuma la tierra, o si enviare pestilencia a mi pueblo; si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra. 2 Crónicas 7:13-14. Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio. Hechos 3:19. Lavaos y limpiaos; quitad la iniquidad de vuestras obras de delante de mis ojos; dejad de hacer lo malo. Isaías 1:16.

Todo avivamiento personal comienza con el cambio de corazón, al ver las cosas tal como son, no excusando lo malo. Dios advierte lo siguiente: ¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo! Isaías 5:20. Si deseas un verdadero cambio de vida, cambia tu manera de pensar y dale el primer lugar a Dios, porque esa es la única manera que, si se puede alcanzar el gozo, la paz, y la plena felicidad que cada uno de nosotros necesitamos, lo cual nunca depende de nuestras circunstancias. ¿Has cambiado tu corazón para poder tener un avivamiento de verdad? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Manteniendo Una Buena Relacion con el Señor

Basado en Juan 15:1-11 (Versión Reina Valera 1960)

Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado. Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden. Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho. En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos. Como el Padre me ha amado, así también yo os he amado; permaneced en mi amor. Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor. Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido.

Fred Brooks dijo una vez: ¿Cómo llega un proyecto atrasarse por un año?, un día a la vez. El tiempo es algo de gran importancia y valor. Los eruditos en el dinero, las finanzas, y los negocios dicen que: el tiempo es dinero. Todo toma tiempo. Hoy en día, parece que los días se hacen más cortos. Se siente como que hay menos tiempo que nunca, como si el sol se apresurara mucho más ahora para ponerse que antes. Lo más difícil del asunto del tiempo es que no hay nada que lo detenga. No existe una máquina del tiempo para poder volver hacia atrás, o saltar hacia adelante. Se hacen muchas cosas como para tratar de evitar los efectos del tiempo, pero nada puede contra él. Los días pasan, y los años quedan atrás, y vamos hacia un final inevitable. Mientras tanto, ¿qué hacemos con nuestros días, mientras estamos aquí en este mundo? Entiendo que todos tenemos obligaciones y responsabilidades, como con nuestras familias, con nuestras carreras y empleos, con el cuidar de lo que tenemos, con nuestra salud, etc. El tiempo se va muy rápido entre una cosa y otra. Todo requiere tiempo, y a muchas cosas le dedicamos ese tiempo. Hay algunos de nosotros que, si tenemos que trabajar muy duro a diario, para poder pagar deudas y cuentas. El dinero no es todo, pero si se necesita para muchas cosas. Y desgraciadamente, no podemos vivir del aire, nada más. Hay posiblemente algunos que ya no tienen que trabajar porque cumplieron su afán, pero ahora el reloj corre para ellos de otra manera. Van sintiendo todas las cosas que vienen con el tiempo, como el desgaste físico, las enfermedades, etc. No importa cuántas cirugías o tratamientos se hagan las personas para tratar de lucir jóvenes, o todo el ejercicio y dietas especiales que hagan, los órganos duran hasta cierto punto, y es muy limitada la ciencia con muchas cosas. No todo se puede arreglar hoy en día. Aun mas, parece que se echa a perder más cosas con los remedios que con las enfermedades. Si no lo creen, vean un comercial que anuncia algún tipo de medicamento, que hasta el remedio mismo le puede ocasionar la muerte, potencialmente pudiendo hacer más daño que la enfermedad misma.

¿A qué voy con todo esto? Nuestro pasaje de hoy nos anima a no solamente creer en el Señor, sino a algo más profundo y de continuidad; a permanecer en el Señor. Leemos muy claramente que el poder tener el beneficio del Señor en nuestra vida no consiste de una decisión tomada en un momento nada más. Sino más bien, hay que permanecer en esa decisión y en ese caminar continuamente. No es cuestión de un día, sino de toda una vida. La salvación no está basada en un momento, sino también en la continua permanencia en Él, haciendo aquellas cosas que Él nos aconseja y manda para nuestro propio bienestar, y para poder ser de bendición para los que están a nuestro alrededor. ¡Debemos dar fruto para poder serles agradables a Dios! Y si no hay fruto, en lo más mínimo, hay un severo problema, o más bien, ocurrirá algo muy duro y desagradable en el futuro, donde no hay bendición, ni eternidad.

¿Cómo se debe entonces permanecer en el Señor? ¡Diariamente! La Palabra nos explica lo siguiente: Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado; sino que en la ley de Jehová está su delicia, y en su ley medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará. No así los malos, que son como el tamo que arrebata el viento. Por tanto, no se levantarán los malos en el juicio, ni los pecadores en la congregación de los justos. Porque Jehová conoce el camino de los justos; más la senda de los malos perecerá. Salmo 1. Vemos que las Escrituras nos enseña que es cosa de día, y de noche; regularmente. El Señor también aclaró lo siguiente: Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. Lucas 9:23. Entonces, si queremos ser bendecidos realmente en Dios, y poder tener del fruto que Él busca, tenemos que permanecer en Cristo, caminando con Él diariamente. La Biblia también nos enseña que la manera que podemos comenzar de nuevo, sin ningún peso de pecado es al estar en Él, porque escrito esta: De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. 2 Corintios 5:17. Nueva criatura eres, cuando estas en Cristo, permaneciendo en Cristo; no por una oración que hiciste una vez y nada más paso en tu vida después.

En fin, el Señor nos enseña lo siguiente: Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis. Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley. Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. Más el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu. Gálatas 5:16-25. Tenemos que permanecer a diario en el Señor, buscando por Él regularmente, y haciendo regularmente lo que le agrada, llevando mucho fruto. Todas las cosas buenas, grandes y pequeñas, suceden con el diario caminar. Así que, ¿estas manteniendo una buena relación diariamente con el Señor? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Corriendo la Carrera

Basado en 1 Corintios 9:24-27 (Versión Reina Valera 1960)

¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis. Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible. Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire, sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado.

Vince Lombardi una vez dijo: Yo firmemente creo que la mejor hora de cualquier hombre, el más grande cumplimiento de todo lo que él valora como preciado, es aquel momento cuando él ha trabajado con todo su corazón para una buena causa y se encuentra agotado en el campo de batalla – victorioso. ¿Por cuantas cosas se luchan en la vida? Hay muchos niños y jóvenes que comienzan a luchar temprano en la vida por sobresalir en la escuela, pasando largas horas estudiando y haciendo tareas por muchos años para poder lograr sacar buenas calificaciones con el fin de poder entrar a una buena universidad. Y cuando logran entrar en esa universidad, sigue la lucha aún más difícil, posiblemente pasando muchas noches sin dormir, sin poder entretenerse, absteniéndose de muchos gustos y pasatiempos con tal de lograr ese título que tanto anhelan. Y claro, cuando se gradúan, llegan al comienzo de una larga carrera profesional, donde tienen que trabajar más duro para poder llegar a tener un buen empleo, o poder sobresalir para lograr metas trazadas (que van a tomar muchos años poder lograrlas), si es que las oportunidades se dan.   

De igual manera, hay muchos jóvenes que también trabajan muy duro por un deporte favorito, pasando muchas horas de su tiempo libre haciendo ejercicios, practicando, y entrenando para ser el mejor; tratando de producir mucho fruto con su talento natural. Posiblemente, tratan de comer sanamente, dejando a un lado vicios malos que solo pueden dañarles el cuerpo. Y los que se enfocan aún más escogen con cuidado hasta sus amistades y relaciones, para no envolverse con malas influencias, los cuales pueden arrastrar con ellos en algún momento dado llevando una posible carrera estelar a un fin muy repentino. Tanto el intelectual como el atleta trabajan muy duro para poder exceder sus propias expectativas. Y en esa entrega, se cultiva un cariño o amor especial que los anima hasta hacer duros sacrificios con tal de lograr sus sueños y metas. Muchas cosas en la vida demandan amor y pasión para poder sobresalir y ser el mejor; demanda sacrificio.  

El Apóstol Pablo habla de la misma manera de nuestro caminar con el Señor. E incluso, usa la metáfora de una carrera para poder explicar el nivel de dedicación que debiéramos aplicar a algo tan importante como la carrera espiritual. El correr es probablemente el más difícil del atletismo porque es el que está al alcance de muchas personas. Entonces, ya que muchos lo pueden hacer, se necesita tomar medidas aún más drásticas para poder sobresalir. Para poder ser un corredor competitivo, se necesita un rigor extremo físico que demanda una dieta muy estricta, una alta demanda física, y aun lo más importante, una fuerza de concentración muy grande, especialmente el corredor de distancia.

Pensemos por un momento, en lo que consiste correr una larga distancia como una maratón. La distancia oficial de un maratón son 42,195 kilómetros o 26,219 millas. El récord mundial masculino le pertenece a Dennis Kimetto de Kenya, el cual fue establecido en la maratón de Berlín del 2014, cuyo tiempo de carrera fue 2:02:57. Para poder cumplir ese tiempo, tuvo que mantener una velocidad promedio de 20,58 kilómetros por hora o 12,79 millas por hora. Pudo sostener un promedio de correr un kilómetro en menos de tres minutos o una milla en menos de cinco minutos. No solamente tuvo un guante físico fenomenal para la distancia, sino que pudo sostener una velocidad realmente increíble para un ser humano. ¿Se imaginan la increíble determinación y entrenamiento que este hombre tiene que haber tenido para poder lograr tal proeza?   

Ahora, volviendo a algo de más importancia, especialmente considerando que se relaciona a la inmortalidad, y no lo terrestre y material, (que hoy esta y mañana ya no existe), el escritor de Hebreos enseño esto: Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar. Porque aún no habéis resistido hasta la sangre, combatiendo contra el pecado. Hebreos 12:1-4. Para poder correr como es debido, es necesario despojarse de cualquier peso que este demás. El corredor es extremadamente liviano en su persona y con lo que tiene puesto. También debiéramos luchar por lo mismo espiritualmente.

Pero cada carrera tiene una meta, un foco, algo que nos motiva a correr. La Biblia nos enseña esto: Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy. Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve. El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, más se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará. 1 Corintios 13:1-8. Nuestra carrera debe consistir por el amor, y nada más. Se debiera tratar de corresponderle al amor que Dios tuvo por nosotros. Eso debiera ser nuestra razón por correr. Porque también está escrito: El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor. En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados. 1 Juan 4:8-10.

¿En qué consiste el amor para con Dios? Amarás, pues, a Jehová tu Dios, y guardarás sus ordenanzas, sus estatutos, sus decretos y sus mandamientos, todos los días. Deuteronomio 11:1. Si realmente amamos a Dios, buscaremos obedecerle, corriendo nuestra carrera en Él con paciencia, sabiendo que algún día le veremos cara a cara. Un día llegaremos a la meta, si legítimamente corremos hacia la meta. Ahora, ¿Corres la carrera, por amor a lo que Él hizo por ti? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Dandole al Señor

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Dándole al Señor

Basado en Marcos 12:38-44 (Versión Reina Valera 1960)

Y les decía en su doctrina: Guardaos de los escribas, que gustan de andar con largas ropas, y aman las salutaciones en las plazas, y las primeras sillas en las sinagogas, y los primeros asientos en las cenas; que devoran las casas de las viudas, y por pretexto hacen largas oraciones. Estos recibirán mayor condenación. Estando Jesús sentado delante del arca de la ofrenda, miraba cómo el pueblo echaba dinero en el arca; y muchos ricos echaban mucho. Y vino una viuda pobre, y echó dos blancas, o sea un cuadrante. Entonces llamando a sus discípulos, les dijo: De cierto os digo que esta viuda pobre echó más que todos los que han echado en el arca; porque todos han echado de lo que les sobra; pero ésta, de su pobreza echó todo lo que tenía, todo su sustento.

Francisco de Asís dijo una vez: Comienza por hacer lo necesario; después haz lo posible; y de repente estás haciendo lo imposible. A veces las personas no se meten a hacer ciertas cosas, o porque creen que son difíciles, o porque les da temor, o porque creen que es imposible hacer algún tipo de diferencia. El hacer lo correcto nunca es fácil. Posiblemente, y humanamente hablando, hacer lo que está bien puede ser lo más difícil de hacer en cualquier momento dado. Para poder entender un poco más, hay que ahondar en algo muy crítico: el poder entender que existe tal cosa como la verdad absoluta.

Unos de los graves problemas que existen hoy en día es el relativismo, y claro, se hace aún más grande el problema al tratar de usar este modo de pensar con el querer remover a Dios de las cosas. Un problema muy serio hoy en día es el poder definir el bien y el mal. A través del relativismo, el poder distinguir entre lo bueno y lo malo se pone bajo un foco muy subjetivo; o sea, la pregunta se vuelve muy rápido en: ¿Te parece a ti si algo es bueno o malo? Del momento que se lleva al nivel de opinión personal, y se saca a Dios de la ecuación, ya se vuelve en algo muy subjetivo, y por supuesto, relativo a lo que el individuo quiere o desea pensar; para hacer lo que le plazca. En otras palabras, el relativismo trata de sacar a Dios del trono universal (como si fuere posible), y sienta a cada ser humano en su propio trono, dándole un aparente poder sobre la realidad universal usando algo tan limitado y falible como la opinión personal. Esto es muy problemático.

Llevémoslo a una idea muy común hoy en día, en que muchos opinan que todas las religiones llevan al mismo dios. Básicamente, muchos piensan que el Dios judeo-cristiano es el mismo dios de los musulmanes, y es el mismo dios también de otras religiones. ¿Cómo pudo el mismo dios haber dicho desde los cielos que Jesús era Su Hijo Unigénito cuando fue bautizado por Juan, para decirle después de siglos a los musulmanes que Cristo es solo un profeta y que Muhammad es un profeta superior, y que nosotros los cristianos somos el diablo? En lo más mínimo, es un poco confuso, ¿no?

Y aquí es donde entra nuestra lectura de hoy. Hay tal cosa como la verdad absoluta, y lo define una persona (Dios, a través de Su Palabra). Si no se puede creer en una verdad absoluta, entonces la moralidad esta demás. Y claro, ¿para qué preocuparse de la hipocresía, o de tratar de hacer el bien, y hasta sacrificarse por aquello? ¡Bendito sea Dios que Él sí existe, y que nos ha dado el conocimiento no solo del bien y del mal, pero también de como poder lograr la vida eterna, a pesar de nuestra maldad! Es bueno que exista tal cosa como el conocimiento del bien y del mal. ¿Por qué tiene valor? Vamos a llevarlo a un nivel personal. ¿Qué pasaría si una persona te matara a un ser muy querido porque le dio la gana, y no hay nada que lo detenga, ni lo castigue por lo que ha hecho? ¿Cómo lo sentirías? Y que no solo no lo detengan o castiguen, sino aún más, ¿que lo aplaudan y que lo recompensen por haberte hecho ese mal? Llevémoslo a algo que muchas personas dirán que no es “tan malo”, como la mentira. ¿Te gusta que te mientan y que te engañen? ¿Vas entendiendo el valor del bien y del mal, y que no puede ser subjetivo o relativo?

Ahora, más allá del bien y del mal, Dios hizo algo aún más grande que la justicia. Él dió a Su Hijo Unigénito, a un ser Santo, sin pecado, que nunca hizo el mal, para que personas como tú y yo (que si hemos pecado y hemos hecho el mal en varios momentos de nuestra vida) podamos tener la esperanza de la vida eterna, y el conocimiento para hacer cosas que si le placen a Dios porque también le producen el bien y la bendición a los demás. Como está escrito: Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Juan 3:16. Y esto fue lo que sufrió Su Hijo por nosotros: Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos. Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; más Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros. Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca. Por cárcel y por juicio fue quitado; y su generación, ¿quién la contará? Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue herido. Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca. Isaías 53:3-9. ¿Fue justo? Para nada. No es justo que un ser verdaderamente bueno fuese sacrificado por aquellos que no hacemos el bien. No obstante, aquí es donde se ve el valor del Dios nuestro: un Dios de amor, de misericordia, de enseñanza y de instrucción para el bien universal (no para un bien subjetivo).  

Finalmente, Dios nos ofrece la salvación para que nosotros seamos parte del plan para ayudar a los demás. Él desea que el bien sea algo permanentemente fluyente. Porque también está escrito: Jesús le respondió: El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es. Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos. Marcos 12:29-31.

¿Quieres hacer lo imposible? Haz lo necesario, entregándole tu vida por completo a un Dios que realmente te ama; haz lo posible, y dedícale tu vida a Él porque es lo justo (Él te lo ha dado todo, aunque no lo entiendas todavía completamente); y veras que muy pronto, te encontraras haciendo cosas que nunca jamás imaginaste—lo imposible. ¡Qué el Señor les bendiga! John

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El Señor es Nuestra Ayuda

Basado en Salmo 121 (Versión Reina Valera 1960)

Alzaré mis ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene de Jehová, que hizo los cielos y la tierra. No dará tu pie al resbaladero, ni se dormirá el que te guarda. He aquí, no se adormecerá ni dormirá el que guarda a Israel. Jehová es tu guardador; Jehová es tu sombra a tu mano derecha. El sol no te fatigará de día, ni la luna de noche. Jehová te guardará de todo mal; Él guardará tu alma. Jehová guardará tu salida y tu entrada desde ahora y para siempre.

Creo que todos podemos estar de acuerdo de que vivimos en un mundo imperfecto, y a veces, desagradable. En lo general, pasan muchas injusticias y dolores. Como ejemplo, hay personas que mueren de hambre cada día, incluyendo niños inocentes. Las estadísticas son así de acuerdo a world hunger statistics (statisticbrain.com): Cada año mueren 7.665.000 personas por hambre. De esa cifra, 1.250.000 son niños. Personas que no tienen suficiente para comer diariamente se estima en 945.000.000, incluyendo el 11% de hogares en EU están en riesgo de hambre. Hay hambre básicamente en todas partes del mundo.

Hay personas que mueren a cada momento por distintas razones. En el 2014 en EU solamente, de acuerdo al Center for Disease Control and Prevention, las estadísticas son así: el número de muertes fueron 2.626.418. 614.348 de esas muertes fueron por problemas al corazón. 591.699 murieron por cáncer. 147.101 murieron por enfermedades crocinas de respiración. 136,053 murieron por algún tipo de accidente y el resto fueron por derrame cerebral, por Alzheimer’s, por diabetes, por influenza o neumonía, por nefritis, síndrome nefrótico, o nefrosis. Increíblemente, 42.773 de esas muertes fueron por suicidio; o sea, casi 5 personas se suicidaron por hora. ¡42.773 personas en el país más rico del mundo tomaron su vida porque sentían que su única solución era la muerte!

Y en todo esto, incluimos los miles de personas en el mundo entero que han perdido la vida por la guerra (como en Siria; vimos esta semana que muchos fueron brutalmente asesinados por un loco hambriento de poder). Los desastres naturales también han cobrado muchas vidas como en el Perú y en Colombia. La desesperación crece increíblemente en distintos países como en Venezuela por personas con una mentalidad corrupta, o como en centro America por la delincuencia, la violencia, y el crimen. Y a todo esto, le podemos añadir ataques terroristas como en Rusia y en Suecia que ocurrieron hace unos días solamente; y en Egipto muy recientemente, donde fueron atacados dos iglesias cristianas cópticas, donde llevan hasta ahora 43 muertos.

Estamos rodeados de alguna manera u otra, por la muerte, por el desastre, por el hambre, por la enfermedad, etc. Esta es nuestra realidad, aunque muchos traten de evitarla, pensando que, si lo ignoran, que no les alcanzará. Y como podemos comprender; ni el dinero, ni el poder, ni un lugar estable, ni la juventud, ni ninguna otra cosa puede asegurarnos que nada nos sucederá. ¡Necesitamos ayuda! O por lo menos, la persona con algún tipo de intelecto capta que se necesita ayuda (porque somos demasiado vulnerables y limitados).

Las buenas noticias es que Dios nos ofrece ayuda, especialmente en nuestros momentos de necesidad. Ahora, ¿puede Dios ayudarnos con nuestros problemas cotidianos? ¡Si puede! La Palabra de Dios habla de que Él escucha la oración de aquellos que le aman y le buscan. El Señor puede hacer grandes cosas en nuestras vidas y alrededor de nosotros. Pero, ¿el Señor contesta a todos sus oraciones como ellos quieren?  Y la respuesta es: No. Dios no es un mago, un genio, o menos que nada, nuestro siervo. Aquí es donde muchos se equivocan, especialmente cuando buscan al Señor por interés, o solo por “los panes y los peces”. Y claro, aquí es donde muchos también pierden el interés por Dios, porque no les cumple sus caprichos, o porque no reciben lo que piden.

La ayuda que el Señor ofrece, va mucho más allá de lo material, lo físico, y lo cotidiano. Lo que el Señor desea afectar con Su ayuda no envuelve solamente la necesidad del momento, sino también, la necesidad a largo plazo, y lo eterno. Y para poder entender esto, se necesita desechar una mentalidad superficial y egoísta. Se requiere ir mucho más profundo, donde el valor es más grande. Ahora, ¿digo esto para poder ponerle un tipo de aire como de seguridad a la fe, para poder responderle a aquellos que dudan de la existencia de Dios, de Su poder, y Su omnipotencia? ¡Claro que no! Para Dios, es relativamente fácil hacer lo que sea. Dios si puede derrotar a ejércitos enteros ahora, como lo hizo en tiempos Bíblicos. Si lo dudan, lean la historia reciente de la guerra de Seis Días en el mes de junio de 1967. Muchos entendidos dan la victoria como “milagrosa”. Dios puede levantar a los muertos, sanar del cáncer y otras enfermedades (a mí me sano y por eso estoy vivo hoy), proveer trabajo y suplir necesidades, quitar el hambre, y un sinfín de otras cosas. ¡No hay nada imposible para Él!   

Pero, ¿qué se saca con resolver solo los problemas cotidianos? Lázaro sí fue levantado de los muertos por el Señor, pero volvió a morir. Igual como si Dios sanara todas las enfermedades, esas mismas personas que fueron sanadas van a morir algún día por vejez. Igual que el dinero será consumido algún día. Y por supuesto, aunque hay muchas cosas que son bendiciones aquí y ahora, van a terminar o acabarse en algún momento, si le pertenecen al mundo material. Entonces, ¿Qué ayuda realmente vale la pena?

El socorro principal es el del alma. Dios es el único que puede regenerar el alma y la vida de una persona; cosas que nunca podrán ser cambiadas por este mundo ni por nada que hay en él. Y esto es de lo que más se preocupa Dios. Y por virtud de tener el poder de regenerar lo interno de una persona a través de Jesucristo, si pueden suceder muchos milagros y cosas increíbles. Por ejemplo, si esas 42.773 personas que tomaron sus vidas hubieran entendido y aceptado a Cristo como el Señor de sus vidas, ellos estarían vivos hoy. El adicto puede dejar su vicio, sea por alcohol o por drogas. Las familias pueden ser sanadas. Si tuviéramos todos el amor de Cristo, alimentaríamos al hambriento, apoyaríamos a la viuda y al huérfano. Existiría más paz alrededor nuestro. Nuestras oraciones si tendrían más poder, porque estaríamos unidos en un mismo sentir ante el Todopoderoso. La influencia de Cristo en este mundo sería increíble, si todos le buscaremos como debiéramos, obedeciéndole en Su Palabra. ¡El Señor puede ser nuestro socorro! Y si morimos, ¡Que importa! Dios es nuestro seguro socorro en la eternidad, donde recibiremos el fruto de nuestra esperanza: la vida eterna.

Entonces, ¿estás buscando la ayuda que solo puede venir de Dios a través de Cristo? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Manteniendo la Fe Hasta el Final

Basado en Génesis 25:29-34 (Versión Reina Valera 1960)

Y guisó Jacob un potaje; y volviendo Esaú del campo, cansado, dijo a Jacob: Te ruego que me des a comer de ese guiso rojo, pues estoy muy cansado. Por tanto fue llamado su nombre Edom. Y Jacob respondió: Véndeme en este día tu primogenitura. Entonces dijo Esaú: He aquí yo me voy a morir; ¿para qué, pues, me servirá la primogenitura? Y dijo Jacob: Júramelo en este día. Y él le juró, y vendió a Jacob su primogenitura. Entonces Jacob dio a Esaú pan y del guisado de las lentejas; y él comió y bebió, y se levantó y se fue. Así menospreció Esaú la primogenitura.

La Biblia nos enseña: Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá. Romanos 1:17. ¿Por qué es tan importante la fe? Bueno, dentro de lo natural, es bien importante. Porque, en fin, la sencilla definición de la fe es: creer en lo que no se ve. Las personas se den cuenta o no, todo en el mundo y cada persona en el mundo corre a través de la fe. Desde que salimos del vientre, practicamos la fe, aunque por instinto. El primer impulso de una criatura recién nacida es el comer. Y claro, la criatura no pregunta ni entiende lo que se le pone en la boca. Lo único que sabe es que tiene hambre, y lo que le pongan en la boca se lo tomara; sin ninguna duda. Mientras uno va creciendo, alguien le enseña a una criatura a caminar. Y ¿Cómo lo hace? Confiando en que la persona que lo tiene sujeto de alguna manera no lo va a soltar, y comienza a dar sus primeros pasos, confiando instintivamente que sus piernas le van a trabajar, no entendiendo cómo sucede. No sabe nada de músculos, ni de balance, ni de gravedad. Pero, no obstante, se impulsa a caminar con la ayuda de alguien en quien tiene algún tipo de confianza. De cualquier manera, es fe. Como niños, la mayoría de las cosas la aceptamos por fe. Aceptamos lo que se nos enseña como verdad, sin tener ningún tipo de idea si es correcto o no. Un ser humano no nace sabiendo. Todo es aprendido, especialmente lo intelectual. Cuando somos adultos, nuestra fe se practica de distintas maneras. Se practica cuando comemos (muy parecido cuando éramos niños – algunas cosas no cambian). Practicamos la fe cuando le creemos a un empleador que nos va a pagar en algún momento, y confiamos que ese pago va a llegar a su debido tiempo. Practicamos la fe cuando nos subimos a un auto o algún tipo de locomoción todos los días, confiando que llegaremos a nuestro destino. Nos subimos a un avión confiados que llegaremos al lugar que deseamos llegar, volando a kilómetros o millas de altura sobre la superficie terrestre.

¿Qué tienen que ver estos ejemplos mencionados con la fe? ¡Todo! Con referencia a la comida, ¿estuviste presente cuando se cultivaron las frutas; o las verduras, o cuando se crio y alimento el ganado; ¿o cuando se hizo el pan, o se cocinó todo esto? ¿Cómo sabes tu si todo está sano o limpio? Pero, sin saber nada de eso, te lo comiste, y ni siquiera dudaste ni por un instante. ¿Viste si la cuenta bancaria de la compañía a la que le trabajas tiene fondos para pagarte? O, ¿Cómo puedes estar tan seguro o segura que te van a pagar? Lo mismo con los vehículos o los aviones. ¿Sabes como funcionan? ¿Cómo sabes que no van a fallar? ¿Qué te lo asegura? No obstante, todo esto, y muchas cosas más las haces sin ninguna duda, sin saber ni como se hace, y sin ninguna seguridad concreta. Todo esto, y muchas cosas más se hacen con fe (y en algunos casos, con una fe increíble o muy necia, considerando la maldad que existe, y la negligencia que se ve a diario).

Pero ahora, vamos a tratar de empatar el pasaje que leímos hoy con todo esto. Usamos la fe a diario, y con cosas que hoy están y mañana no estarán. Esaú vendió su primogenitura (la cual no solamente significaba el suceder al padre como jefe de familia, sino aún más importante, recibir una bendición especial o privilegio espiritual que se traspasaba de padre a hijo), por un plato de comida. Esaú se fijó más bien en solucionar su problema momentáneo que en la importancia de lo que estaba entregando; como hombre, y como un ser con alma. Básicamente, Esaú vendió la bendición de su alma por suplir una necesidad física y momentánea. No empleo la fe ni para el bien familiar, ni para el bien económico (porque al suceder a su padre, todas las pertenencias económicas vendrían a ser suyas), ni menos, para el bien espiritual de sí mismo y de sus generaciones. ¡Lo boto todo por comida! Suena tonto, ¿no?

Bueno, el grave problema es que muchas personas venden su bienestar espiritual y familiar por cosas que no valen la pena; solo por solucionar o conseguir algo en el momento; o sacrifican lo santo por cosas que solo duran un poco de tiempo, por algo muy temporal. Las personas prefieren aplicar su fe a cosas materiales, o momentáneas, o vacías, que aplicar su fe para salvar y beneficiar su propia alma. Esto sucede todos los días. Y esta es la tentación que enfrentamos todos los días, especialmente como discípulos de Cristo (aquellos que han decido seguir a Cristo). Porque hay diversas tentaciones, pero la tentación principal es el abandonar las cosas de Dios por el pecado y el mundo. Hay muchos que sacrifican su caminar con Cristo por cederle a su propia concupiscencia. Se rinden y echan pie atrás por algún tipo de necesidad que los supera, o más bien, se dejan superar por aquello. Por ejemplo, esto sucede cuando un creyente no encuentra pareja, y prefiere no solo buscar en el mundo, sino también, comienza a adoptar las practicas del mundo con el fin de conquistar a alguien (no importa como sea). Al tratar de llenar su soledad, se apartan de Dios. Fornican si tienen que hacerlo. Se van enredando en el mundo de la otra persona. Hacen yugo desigual. Y siguen descendiendo hasta conseguir lo que desean. Pero esto no es lo que Dios enseña. Porque escrito esta: Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman. Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie; sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte. Santiago 1:12-15. Y existen un sin fin de muchos otros ejemplos de cómo se vende la primogenitura o la bendición de Dios por cosas que no valen la pena; por cosas temporales y pasajeras (como: por dinero, por relaciones nefastas, por vicios, por orgullo, por seguir a la sociedad, por cosas abominables a Dios, etc.). De cualquier manera, la práctica del pecado destruye a la persona, dejando daños en esta vida, pero aún más importante, afectando la eternidad. Nada en este mundo debiera valerte más que tu alma. En fin, esto dice el Señor: El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo. Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda. Apocalipsis 21:7-8. Dios te ama, y mucho, pero tienes que comenzar a amarte y a valorarte a ti mismo también. ¿Adquirirás y mantendrás tu fe en Cristo, hasta el final, te cueste lo que te cueste? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Siguiendo la Multitud

Basado en Apocalipsis 18:1-20 (Versión Reina Valera 1960)

Después de esto vi a otro ángel descender del cielo con gran poder; y la tierra fue alumbrada con su gloria. Y clamó con voz potente, diciendo: Ha caído, ha caído la gran Babilonia, y se ha hecho habitación de demonios y guarida de todo espíritu inmundo, y albergue de toda ave inmunda y aborrecible. Porque todas las naciones han bebido del vino del furor de su fornicación; y los reyes de la tierra han fornicado con ella, y los mercaderes de la tierra se han enriquecido de la potencia de sus deleites. Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas; porque sus pecados han llegado hasta el cielo, y Dios se ha acordado de sus maldades. Dadle a ella como ella os ha dado, y pagadle doble según sus obras; en el cáliz en que ella preparó bebida, preparadle a ella el doble. Cuanto ella se ha glorificado y ha vivido en deleites, tanto dadle de tormento y llanto; porque dice en su corazón: Yo estoy sentada como reina, y no soy viuda, y no veré llanto; por lo cual en un solo día vendrán sus plagas; muerte, llanto y hambre, y será quemada con fuego; porque poderoso es Dios el Señor, que la juzga. Y los reyes de la tierra que han fornicado con ella, y con ella han vivido en deleites, llorarán y harán lamentación sobre ella, cuando vean el humo de su incendio, parándose lejos por el temor de su tormento, diciendo: ¡Ay, ay, de la gran ciudad de Babilonia, la ciudad fuerte; porque en una hora vino tu juicio! Y los mercaderes de la tierra lloran y hacen lamentación sobre ella, porque ninguno compra más sus mercaderías; mercadería de oro, de plata, de piedras preciosas, de perlas, de lino fino, de púrpura, de seda, de escarlata, de toda madera olorosa, de todo objeto de marfil, de todo objeto de madera preciosa, de cobre, de hierro y de mármol; y canela, especias aromáticas, incienso, mirra, olíbano, vino, aceite, flor de harina, trigo, bestias, ovejas, caballos y carros, y esclavos, almas de hombres. Los frutos codiciados por tu alma se apartaron de ti, y todas las cosas exquisitas y espléndidas te han faltado, y nunca más las hallarás. Los mercaderes de estas cosas, que se han enriquecido a costa de ella, se pararán lejos por el temor de su tormento, llorando y lamentando, y diciendo: ¡Ay, ay, de la gran ciudad, que estaba vestida de lino fino, de púrpura y de escarlata, y estaba adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas! Porque en una hora han sido consumidas tantas riquezas. Y todo piloto, y todos los que viajan en naves, y marineros, y todos los que trabajan en el mar, se pararon lejos; y viendo el humo de su incendio, dieron voces, diciendo: ¿Qué ciudad era semejante a esta gran ciudad? Y echaron polvo sobre sus cabezas, y dieron voces, llorando y lamentando, diciendo: ¡Ay, ay de la gran ciudad, en la cual todos los que tenían naves en el mar se habían enriquecido de sus riquezas; pues en una hora ha sido desolada! Alégrate sobre ella, cielo, y vosotros, santos, apóstoles y profetas; porque Dios os ha hecho justicia en ella.  

Se acuerdan de este dicho muy famoso que la mayoría de los padres usaban con sus hijos: Si todos los demás saltaran del puente, ¿También lo harías tú? Aunque muchos de nosotros nos reíamos, o nos daba rabia cuando se nos decía, especialmente cuando queríamos hacer algo, creo que es algo que debe reinstalarse en el repertorio de nuevo. El asunto hoy no es de tratar de ser mejor o diferentes a los demás, sino más bien, tratar de imitar o de caber con todo el mundo. Voy a sonar como un viejo, pero antiguamente, existía una mentalidad de superación que ya no existe. Antes existía un querer ser mejor, especialmente como familia. Existían los modales, las buenas costumbres, la moral, etc. ¿Qué ha pasado con nuestra sociedad? Ahora existe el deseo de imitar y de caber con los demás más que nunca; y desgraciadamente, no para lo bueno. Aunque si es verdad que existían muchas hipocresías y cosas encubiertas, pero, el modo de tratar de a lo menos lucir decente existía. Y si existía ese tipo de mentalidad, había un límite social para la inmoralidad. Muchas cosas no se aceptaban porque eran vistas como malas. El asunto de lo que es malo se ha vuelto en una opinión o en una perspectiva. Y claro, después de usar el relativismo, lo malo se ha vuelto en algo aceptable. Algo que era visto como malo o inaceptable antes ya no es visto como tal; sino más bien, se ve como una opción o como un estilo de vida alternativo. Y todo se justifica con: si no le hace mal a nadie, entonces, ¡adelante!

La herramienta que se ha usado para promover este fenómeno, por decir, han sido los medios. No voy a decir que los inventos de la radio, o la televisión, o el internet son malos en sí, porque no lo son. Son herramientas. Una herramienta es solo un objeto, sin raciocinio, y sin decisión propia. El problema es como se han utilizado las herramientas. Y bueno, todo el mundo atentamente trata de imitar lo malo que se transmite a través de estas herramientas. A través de los medios se ha propagado la maldad a todas partes del mundo. Como ejemplo: Alguien pone alguna porquería en youtube aquí en EU, y en pocos momentos o en días, aparece otro haciendo lo mismo en China. Unos dirán, entonces, ¡abajo con el youtube! Pero esa no es la solución, porque la imitación ocurriría casi inmediatamente al ser expuesta personalmente. Lo único lo que sucedería es que se demoraría un poco más.

El asunto es ¿Por qué no se enseña ahora a ser distinto? Cosas como: ¡No importa que los padres de Pedro le dejen hacer lo que sea, tu no vas a hacer lo mismo! O, porque salieron miles de personas del “closet” no quiere decir que es aceptable, o aún menos, visto como algo bueno delante de los ojos de Dios. Ni la fornicación (el tener relaciones sexuales con alguien antes o afuera del matrimonio), ni el adulterio es aceptable tampoco. Lo que está mal, está mal, como lo enseña la Biblia (no la opinión o la exageración humana; porque también hay cosas que algunos religiosos dicen que son malas, y no las son). El punto es que hay que tener cuidado con seguir la multitud de hoy en día, no importa lo refulgente, o poderoso, o intocable que luzca (como leemos de Babilonia). Viene un inevitable juicio sobre cada nación y aún más importante, sobre cada persona que haga abominaciones en contra de sí mismo, y en contra del Dios Santo del universo. Solo porque tus ojos no lo han visto hasta ahora (o no te habrás dado cuenta todavía), no quiere decir que no vendrá. Por lo tanto, Dios dice así: Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan. Mateo 7:13-14. Dios, a través de Jesucristo es el único quien tiene lo eterno, porque también dice: Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. Juan 14:6. También enseña esto la sabiduría divina: Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará. Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma? Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras. Mateo 16:25-27. El mundo solo te llevara a tu destrucción. Dios te ama y desea el bien para ti, que te arrepientas y evites lo que viene, mientras aún hay tiempo. Entonces, ¿sigues a la multitud, o sigues a Dios? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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La Importancia de la Fidelidad

Basado en Rut 4 (Versión Reina Valera 1960)

Booz subió a la puerta y se sentó allí; y he aquí pasaba aquel pariente de quien Booz había hablado, y le dijo: Eh, fulano, ven acá y siéntate. Y él vino y se sentó. Entonces él tomó a diez varones de los ancianos de la ciudad, y dijo: Sentaos aquí. Y ellos se sentaron. Luego dijo al pariente: Noemí, que ha vuelto del campo de Moab, vende una parte de las tierras que tuvo nuestro hermano Elimelec. Y yo decidí hacértelo saber, y decirte que la compres en presencia de los que están aquí sentados, y de los ancianos de mi pueblo. Si tú quieres redimir, redime; y si no quieres redimir, decláramelo para que yo lo sepa; porque no hay otro que redima sino tú, y yo después de ti. Y él respondió: Yo redimiré. Entonces replicó Booz: El mismo día que compres las tierras de mano de Noemí, debes tomar también a Rut la moabita, mujer del difunto, para que restaures el nombre del muerto sobre su posesión. Y respondió el pariente: No puedo redimir para mí, no sea que dañe mi heredad. Redime tú, usando de mi derecho, porque yo no podré redimir. Había ya desde hacía tiempo esta costumbre en Israel tocante a la redención y al contrato, que para la confirmación de cualquier negocio, el uno se quitaba el zapato y lo daba a su compañero; y esto servía de testimonio en Israel. Entonces el pariente dijo a Booz: Tómalo tú. Y se quitó el zapato. Y Booz dijo a los ancianos y a todo el pueblo: Vosotros sois testigos hoy, de que he adquirido de mano de Noemí todo lo que fue de Elimelec, y todo lo que fue de Quelión y de Mahlón. Y que también tomo por mi mujer a Rut la moabita, mujer de Mahlón, para restaurar el nombre del difunto sobre su heredad, para que el nombre del muerto no se borre de entre sus hermanos y de la puerta de su lugar. Vosotros sois testigos hoy. Y dijeron todos los del pueblo que estaban a la puerta con los ancianos: Testigos somos. Jehová haga a la mujer que entra en tu casa como a Raquel y a Lea, las cuales edificaron la casa de Israel; y tú seas ilustre en Efrata, y seas de renombre en Belén. Y sea tu casa como la casa de Fares, el que Tamar dio a luz a Judá, por la descendencia que de esa joven te dé Jehová. Booz, pues, tomó a Rut, y ella fue su mujer; y se llegó a ella, y Jehová le dio que concibiese y diese a luz un hijo. Y las mujeres decían a Noemí: Loado sea Jehová, que hizo que no te faltase hoy pariente, cuyo nombre será celebrado en Israel; el cual será restaurador de tu alma, y sustentará tu vejez; pues tu nuera, que te ama, lo ha dado a luz; y ella es de más valor para ti que siete hijos. Y tomando Noemí el hijo, lo puso en su regazo, y fue su aya. Y le dieron nombre las vecinas, diciendo: Le ha nacido un hijo a Noemí; y lo llamaron Obed. Este es padre de Isaí, padre de David. Estas son las generaciones de Fares: Fares engendró a Hezrón, Hezrón engendró a Ram, y Ram engendró a Aminadab, Aminadab engendró a Naasón, y Naasón engendró a Salmón, Salmón engendró a Booz, y Booz engendró a Obed, Obed engendró a Isaí, e Isaí engendró a David.

A.W. Tozer dijo una vez: Rehúsa ser mediocre; deja que tu corazón vuele tan alto como desee. Una de las cosas más difíciles de encontrar en este mundo es la fidelidad. Lo normal (o lo mediocre) es ser infiel. Entre la mediocridad, se encuentra las relaciones íntimas. Si el matrimonio no era respetado antes, ahora menos que nunca. Cada persona pone condiciones y limites, con acuerdos muy materiales y superficiales dentro del matrimonio. A la hora que la otra persona no cumple como está supuesto cumplir, de acuerdo a algún tipo de criterio personal (no lo que enseña Dios; el creador del matrimonio), o no llena los requisitos debidos, viene el divorcio o el engaño dentro del mismo matrimonio. Muy pocos soportan los momentos difíciles, o también, seden donde no debiera haber ningún tipo de negociación. En cambio, permanecen fieles a la maldad, o a una relación nefasta, haciendo cosas que van en contra de la voluntad de Dios. Se cumple lo escrito: Llamaran a lo bueno malo, y a lo malo bueno.  

En la misma manera, o aun de peor modo, se trata a Dios también. Muchos llamados creyentes tratan a Dios como un sirviente. Y, pobre de Dios (por decir) que no cumpla con las peticiones superficiales que se le piden. Piensan que, con dedicarle una oración egoísta, enfocada muchas veces en vanidades, que Dios les “tiene” que cumplir. No se busca la voluntad de Él, sino más bien, que se haga “mi voluntad”. Se le exige a Dios, sin ningún tipo de respeto, o temor (ni siquiera pensemos que existe algún tipo de amor hacia Él). Sencillamente no se tiene en cuenta que Dios es Dios. Muchos siguen viendo a un Cristo crucificado en la cruz; listo para recibir azotes, insultos, y humillaciones. No existe ni el respeto a Dios; pero aún más, hay demasiada poca fidelidad hacia Él.

¿Qué tiene que ver esto con el pasaje de hoy? Rut es un ejemplo Bíblico de la fidelidad. Siendo una mujer de origen pagano, supo lo que era ser fiel. Si leen el libro (lo cual se lo aconsejo), verán que Rut pudiera haber dejado sola a Noemí, una pobre mujer viuda que también había perdido a sus hijos (uno de ellos siendo el esposo de Rut). Ya no había ninguna relación humana entre las dos. Pero Rut no lo hizo. Aún más, a pesar de que era una mujer pagana, acepta al Dios de Noemí por el cariño y la fidelidad que le tenía, y acompaña a su suegra de vuelta a su tierra. Ella encontró a Dios a través de la fidelidad, al serle fiel a una persona que verdaderamente necesitaba de esa fidelidad. Y la fidelidad a lo bueno tiene grandes recompensas, porque lo vemos en Rut. A pesar de venir de algo detestable a Dios, por su fidelidad, no solo encuentra la gracia de Dios de volver a rehacer su vida, sino también que llega a ser parte de algo supremamente importante y Santo a Dios. Su hijo Obed llegaría a ser el abuelo del Rey David. Rut llega a tener parte de la genealogía más importante de la historia, la genealogía del Hijo de Dios; porque el Mesías seria llamado “Hijo de David”.   

Dios busca la fidelidad en nosotros, en Su pueblo. Dios desea que seamos parte de algo verdaderamente especial. Pero si no somos fieles a Él, ¿llegaremos entonces a formar parte de los planes de Dios? El mal obrero enseña el abuso a la gracia de Dios; que no importa lo que hagas; porque Dios permanece fiel. Pero la Biblia enseña esto: Tú, pues, hijo de hombre, di a la casa de Israel: Vosotros habéis hablado así, diciendo: Nuestras rebeliones y nuestros pecados están sobre nosotros, y a causa de ellos somos consumidos; ¿cómo, pues, viviremos? Diles: Vivo yo, dice Jehová el Señor, que no quiero la muerte del impío, sino que se vuelva el impío de su camino, y que viva. Volveos, volveos de vuestros malos caminos; ¿por qué moriréis, oh casa de Israel? Ezequiel 33:10-11. También está escrito: Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. 1 Juan 1:8-9. La fidelidad de Dios se ve al perdonar el pecado cuando nos arrepentimos con todo nuestro corazón; no cuando persistimos en nuestra maldad. Si no has sido fiel, ¡Cambia! Así que, ¿le estas siendo fiel a Dios? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Mas Que Palabras

Basado en Isaías 55 (Versión Reina Valera 1960)

A todos los sedientos: Venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid, comprad y comed. Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche. ¿Por qué gastáis el dinero en lo que no es pan, y vuestro trabajo en lo que no sacia? Oídme atentamente, y comed del bien, y se deleitará vuestra alma con grosura. Inclinad vuestro oído, y venid a mí; oíd, y vivirá vuestra alma; y haré con vosotros pacto eterno, las misericordias firmes a David. He aquí que yo lo di por testigo a los pueblos, por jefe y por maestro a las naciones. He aquí, llamarás a gente que no conociste, y gentes que no te conocieron correrán a ti, por causa de Jehová tu Dios, y del Santo de Israel que te ha honrado. Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano. Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar. Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos. Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come, así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié. Porque con alegría saldréis, y con paz seréis vueltos; los montes y los collados levantarán canción delante de vosotros, y todos los árboles del campo darán palmadas de aplauso. En lugar de la zarza crecerá ciprés, y en lugar de la ortiga crecerá arrayán; y será a Jehová por nombre, por señal eterna que nunca será raída.

Blaise Pascal dijo una vez: Las palabras ordenadas de distinta manera tienen un significado distinto, y los significados distintamente ordenados tienen distintos efectos. ¿Has pensado alguna vez en la naturaleza de las palabras? ¿Cómo es que vino a ser el lenguaje? ¿Por qué las palabras nos pueden afectar positiva o negativamente? ¿Qué hay en realidad detrás de las palabras? ¿Qué es lo que en realidad le da significado a una palabra? ¿Qué es lo que le da su valor?

Si lo pensamos bien, en una manera muy sencilla, las palabras son solo letras o caracteres (como en las lenguas asiáticas) basadas en ciertos sonidos, dependiendo como se pronuncian y son unidas. En el mundo material, una palabra es algo muy insignificante. No obstante, para la raza humana, sin palabras no puede existir la comunicación o el entendimiento. Es la única manera de entendernos, de poder conversar, llegar a acuerdos, darle valor a las cosas, expresar sentimientos, estipular contratos, etc. A través de las palabras es la única manera de poder claramente expresar pensamientos completos e ideas. No tenemos otra manera de comunicarnos efectivamente. Entonces, ¿Cómo es que esta colección de letras o caracteres llegan a tener algún tipo de sentido para nosotros (estoy tratando de ir más allá de los idiomas a algo más profundo)?

Mirando las cosas científicamente, todo lo que se experimenta como ser humano en este planeta está basado en las interpretaciones del cerebro al recibir señales eléctricas transmitidas por detectores conectados con los cinco sentidos: la visión, el tacto, el olfato, el sabor, y la audición. Entonces, si nuestra realidad es determinada por pulsaciones eléctricas interpretadas por el cerebro, ¿Qué es la realdad? (eso es otro tema, pero está relacionado a lo que estamos tratando hoy). Al juntar ambas cosas, las palabras trabajan en conjunto con nuestros sentidos para poder ayudarnos a entender y sobrevivir en el mundo material.

Ahora bien, si introducimos la Palabra de Dios, ahora se hace más complejo el asunto. En lo que nos metemos es en algo muy profundo: el enlace entre los sentidos, lo mental, las palabras, el mundo visible, y la dimensión invisible y eterna. Aquí es donde la idea de las palabras tiene un impacto multidimensional. Si nos guiamos por la Palabra de Dios, las palabras son esenciales, pero cuando se alternan con el alma. O sea, no se trata de solo lo intelectual, sino también, de enlazar las palabras con el alma de una persona; lo más profundo del ser humano. Las palabras que encontramos en las Sagradas Escrituras son mucho más que buena literatura, sino la explicación del universo y de lo eterno.

Para comenzar, todo empezó con Dios Omnipotente pronunciando o mencionando la creación para que existiera. Él hablo y las cosas vinieron a existir; todo lo creado (no somos un accidente cósmico). Todo fue hecho a través de la Palabra de Dios. Porque escrito esta: En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. Juan 1:1-4. El Verbo, o el Logos (en griego), era la Palabra de Dios hecha vida a través de Cristo. Cristo es la Palabra de Dios o la acción de Dios. La existencia solo es posible a través de Él. La luz, los árboles, los animales, las estrellas; lo más pequeño hasta lo infinito fue hecho a través de la Palabra de Dios. El ser humano existe y subsiste porque la Palabra de Dios lo hace posible. Todo ser humano vive porque la persona de Dios a través de Cristo lo hace posible.

Y bueno, hay algunos que aceptan la Palabra de Dios, y otros no. Las Escrituras relatan esta historia: Al oírlas, muchos de sus discípulos dijeron: Dura es esta palabra; ¿quién la puede oír? Sabiendo Jesús en sí mismo que sus discípulos murmuraban de esto, les dijo: ¿Esto os ofende? ¿Pues qué, si viereis al Hijo del Hombre subir adonde estaba primero? El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida. Pero hay algunos de vosotros que no creen. Porque Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían, y quién le había de entregar. Y dijo: Por eso os he dicho que ninguno puede venir a mí, si no le fuere dado del Padre. Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con él. Dijo entonces Jesús a los doce: ¿Queréis acaso iros también vosotros? Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. Y nosotros hemos creído y conocemos que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. Juan 6:60-69. Pedro había comenzado a entender el valor de las palabras del Señor; que eran mucho más que palabras. También está escrito: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra de Dios. Lucas 4:4. Mientras un ser humano no se dé cuenta de la importancia de lo que Dios dice, nunca podrá llegar a entender que, en Dios, en Sus palabras, esta todo. Se hundirá en otras palabras sin sentido y sin significado. Él que busca de Dios y de Su Palabra encontrará el conocimiento eterno que traspasa lo temporal e imperfecto. ¿Entiendes que Dios es más que palabras? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Haciendo lo Necesario

Basado en Hechos 6 (Versión Reina Valera 1960)

En aquellos días, como creciera el número de los discípulos, hubo murmuración de los griegos contra los hebreos, de que las viudas de aquéllos eran desatendidas en la distribución diaria. Entonces los doce convocaron a la multitud de los discípulos, y dijeron: No es justo que nosotros dejemos la palabra de Dios, para servir a las mesas. Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes encarguemos de este trabajo. Y nosotros persistiremos en la oración y en el ministerio de la palabra. Agradó la propuesta a toda la multitud; y eligieron a Esteban, varón lleno de fe y del Espíritu Santo, a Felipe, a Prócoro, a Nicanor, a Timón, a Parmenas, y a Nicolás prosélito de Antioquía; a los cuales presentaron ante los apóstoles, quienes, orando, les impusieron las manos. Y crecía la palabra del Señor, y el número de los discípulos se multiplicaba grandemente en Jerusalén; también muchos de los sacerdotes obedecían a la fe. Y Esteban, lleno de gracia y de poder, hacía grandes prodigios y señales entre el pueblo. Entonces se levantaron unos de la sinagoga llamada de los libertos, y de los de Cirene, de Alejandría, de Cilicia y de Asia, disputando con Esteban. Pero no podían resistir a la sabiduría y al Espíritu con que hablaba. Entonces sobornaron a unos para que dijesen que le habían oído hablar palabras blasfemas contra Moisés y contra Dios. Y soliviantaron al pueblo, a los ancianos y a los escribas; y arremetiendo, le arrebataron, y le trajeron al concilio. Y pusieron testigos falsos que decían: Este hombre no cesa de hablar palabras blasfemas contra este lugar santo y contra la ley; pues le hemos oído decir que ese Jesús de Nazaret destruirá este lugar, y cambiará las costumbres que nos dio Moisés. Entonces todos los que estaban sentados en el concilio, al fijar los ojos en él, vieron su rostro como el rostro de un ángel.

Craig Groeschel escribió una vez: La creencia se desborda en comportamiento; primero, necesitamos cambiar lo que creemos; cuando realmente cambiamos lo que creemos, entonces plácidamente cambiaremos nuestro comportamiento. Hay un increíble número de ideales y creencias. La mayoría de las personas profesan tener algún tipo de ideal. Es más, hay aquellos que se dicen ser moderados, o sea, no son mucho de un lado, ni del otro. Están en algún lugar en el medio. Y bueno, eso también es un ideal. Muchas personas tratan de expresar lo que creen. Muchas personas declaran ideales en conversaciones, escriben de aquellos ideales, y hasta enseñan estos ideales. Están los ideales personales, los ideales religiosos y políticos, los ideales profesionales, etc. Toda persona cree en algo, o en algunas cosas que componen su carácter o forma de ser. Y claro, no importa cuanto lo diga, lo enseñe, y hasta lucre con el escribirlos; en fin, lo que una persona realmente cree se verá en su manera de ser; en su comportamiento.  

Ahora, volviendo las cosas hacia creencias o ideales cristianos, ¿cuántos profesan creer en Dios? ¿Cuántos profesan ser cristianos, o seguidores de Cristo? ¿Cuántos predican, enseñan, y hasta escriben de su fe en Cristo? ¡Muchos! Pero, ¿Por qué están las cosas tan difíciles? ¿Por qué hay más desorden que orden? ¿Por qué hay personas con más necesidades que antes? ¿Por qué hay más dolor y menos esperanza? Porque si somos el número que decimos ser, a lo menos en EU, la vida no sería tan difícil. No sería perfecta, pero si sería mejor. Yo no creo en las falsas doctrinas que enseñan que Dios te va a hacer rico y que nunca tendrás enfermedades (porque no sigue lo que la Biblia enseña, o si no, Cristo y los Apóstoles serían los primeros fracasados), pero si realmente creyéramos todos lo que decimos creer, el mundo si sería un mejor lugar. ¿Qué creemos?

Para comenzar, muchas personas no estarían tan desprovistas porque la iglesia atendería las necesidades (no los deseos o las glotonerías) de ellos. Habría menos enfermos porque habría más poder en la iglesia local y en su oración. Una iglesia local que práctica lo que enseña la Biblia, comenzando con su pastor, sería una iglesia llena de amor y provisión espiritual. Estamos llamados como discípulos del Señor a proveer para las necesidades tal como el Señor lo hizo en la tierra. Él dio amor, ejemplo, enseñanza, alimento, sanidad, liberación, y hasta resurrección antes que Él mismo fuese resucitado. Unos dirán: Bueno, Él fue el Hijo de Dios. Y si es así, pero Él mismo dijo que nosotros haríamos mayores cosas que las que Él hizo (Juan 14:12). Esto enseño el Señor: Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria, y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos? ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti? Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis. Mateo 25:31-40. Aunque no podamos cambiar al mundo entero (porque todo esto pasará), eso no quiere decir que no debemos luchar, y que nos dejemos absorber por el mundo y por nuestro propio pecado. ¡Necesitamos pelear!

Nosotros, como hijos de Dios, tenemos que dar fruto, si en realidad creemos lo que creemos. En fin, lo que somos se verá claramente en nuestras acciones (nuestros frutos). Porque escrito esta: Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. Así que, por sus frutos los conoceréis. Mateo 7:20. Y también, seremos juzgados por lo que hacemos, o no hacemos. También está escrito: En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios. Porque este es el mensaje que habéis oído desde el principio: Que nos amemos unos a otros. 1 Juan 3:10-11. El Evangelio se trata de nuestra salvación personal, pero también se trata de seguir a Cristo, compartir el Evangelio con los demás, servir las necesidades de los demás, y aun posiblemente, hasta padecer tribulación por hacer lo agradable ante Dios (como Esteban). También es verdad, aunque difícil: no porque hagas el bien quiere decir que todo saldrá bien aquí. Pero, en fin, es de extrema urgencia hacer lo necesario; para el bien tuyo y para los demás. ¿Estás haciendo lo necesario para el Señor? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Seguidores de Cristo

Basado en 1 Juan 2:1-17 (Versión Reina Valera 1960)

Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo. Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos. El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él; pero el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él. El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo. Hermanos, no os escribo mandamiento nuevo, sino el mandamiento antiguo que habéis tenido desde el principio; este mandamiento antiguo es la palabra que habéis oído desde el principio. Sin embargo, os escribo un mandamiento nuevo, que es verdadero en él y en vosotros, porque las tinieblas van pasando, y la luz verdadera ya alumbra. El que dice que está en la luz, y aborrece a su hermano, está todavía en tinieblas. El que ama a su hermano, permanece en la luz, y en él no hay tropiezo. Pero el que aborrece a su hermano está en tinieblas, y anda en tinieblas, y no sabe a dónde va, porque las tinieblas le han cegado los ojos. Os escribo a vosotros, hijitos, porque vuestros pecados os han sido perdonados por su nombre. Os escribo a vosotros, padres, porque conocéis al que es desde el principio. Os escribo a vosotros, jóvenes, porque habéis vencido al maligno. Os escribo a vosotros, hijitos, porque habéis conocido al Padre. Os he escrito a vosotros, padres, porque habéis conocido al que es desde el principio. Os he escrito a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes, y la palabra de Dios permanece en vosotros, y habéis vencido al maligno. No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.

Unos de los versículos más abusados, por decir, es el primer versículo de nuestra lectura de hoy. Muchas veces se usa para predicar un evangelio muy liberal. Se saca de contexto para ser utilizado para promover una doctrina que busca complacer a las masas. Es realmente un problema muy común el tratar de abusar de la gracia de Dios.

Ahora bien, ¿Dios en realidad es paciente y perdonador? Por supuesto que sí. Él es más que misericordioso con nuestra imperfección, sabiendo que tenemos mucho que aprender y cambiar. Pero el problema viene cuando se trata de abusar de la Gracia de Dios. Digo que se “trata” porque no puede ser abusado. O sea, la Gracia de Dios no opera al placer de nosotros, pensando que nuestra opinión cambia la Santidad y Soberanía de Dios. Lo he tratado de aclarar muchas veces, que ni el mundo visible, y menos el invisible corre al criterio nuestro. Dios no trabaja con nuestra opinión, sino con una realidad y Verdad inalterable. El que quiera seguir una doctrina incierta con fundamentos muy débiles es libre para hacerlo, pero no piense por un momento que Dios es “tan bueno”, o que Él ejercerá una bondad subjetiva, que Él cambiaría Su característica de ser Santo por Su característica de amor (o más bien, convertirla en malacrianza). Él es tanto Amor como Santo. Y en ninguno de los dos términos existe el atropello. Sus dos características son idénticamente importantes.

¿Qué es lo que las Escrituras enseñan entonces? Lo que enseñan es que el que se llama ser cristiano tiene que ser lo que determina el nombre, o sea, seguidor de Cristo. El Señor Jesús es nuestro ejemplo, y como tal, si en realidad queremos hacer las cosas legítimamente, debemos ser seguidores o discípulos del Señor, igual como lo fueron los Apóstoles, y todos los que hemos seguidos después de ellos.

El Apóstol Juan es muchas veces nombrado como el Apóstol del amor. Pero si leemos lo que Dios inspiró a través de él, podremos ver mucho la palabra “amor”, pero rodeado de muchos determinantes. Juan fue el escritor de la Biblia más rígido en la definición de una persona que se llama ser creyente. En nuestro pasaje de hoy, Juan es grandemente determinante: o eres del Señor, o no lo eres; y se verá lo que se vera por lo que haces; no por lo que dices. Él en realidad es muy tajante en sus determinaciones, no dando bajo ningún punto algún lado para la aceptación de la tibieza o lo mediocre. Para Juan, o eres, o no eres.

Guiándonos por el contexto, y en la epístola en su plenitud, podemos ver que el Santo abogado que tenemos ejerce Su defensa para con los que tratan de ser seguidores de Cristo. O sea, esta basado en la persona que trata de cumplir los mandamientos de Dios, y en conjunto, ama a su prójimo. En su totalidad, es basado en los mandamientos principales que volvió a establecer el Señor en los Evangelios: Amaras al Señor tu Dios con todo lo que eres (el primer mandamiento), y; amaras a tu prójimo como a ti mismo (el segundo mandamiento). El asunto es que un discípulo de Cristo debiera tratar de seguir a su Señor; tratando de caminar como Él anduvo. No es una persona que busca desobedecer a Dios y tratar de escaparse con lo que pueda; y aun menos, ser una persona que vive como el mundo vive, haciendo lo que el mundo hace. En rendidas cuentas, la Biblia nos llama a ser Santos, o apartados. No podemos ser parte del montón. Tenemos que dejar que se lleve acabo el proceso que Dios desea llevar acabo en nuestras vidas; día a día cambiando, dejando atrás lo que produce muerte. Ahí es donde principalmente se ve el amor de Dios en nosotros. Su deseo es renovar, reparar, y finalmente, hacer nuevo lo que estaba perdido, roto, y destruido. El tiene como fin ayudarnos a llegar a la perfección, a que nos convirtamos en un tesoro especial; no en que nos conformemos en ser algo sin valor por el asunto de seguir la fuerza maligna que sigue la mayoría del mundo. Él nos quiere transformar para la eternidad; lo incorruptible; para la inmortalidad.

Si entendemos esto, entenderemos entonces que vale mucho mas la pena pasar momentos difíciles aquí en la tierra, que permanecer igual a todos los demás. Y aún más, Su deseo es que nosotros seamos transformados para que ayudemos a ganar a los que están perdidos (nuestro prójimo) como nosotros lo estuvimos. El reino de Dios solo puede crecer al nosotros persistir en vencer al mundo que nos rodea, al tratar de seguir a Cristo fielmente. De otra manera, muchos seres no experimentaran la gracia de Dios por culpa de los que conocieron la Verdad, pero decidieron en vez por la muerte y el mundo que por la vida y la eternidad. Dice así la Palabra: No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos. Gálatas 6:9. En fin, ¿Sigues al Señor, o al mundo? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Manten a Dios Primero

Basado en Génesis 2:8-25 (Versión Reina Valera 1960)

Y Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso allí al hombre que había formado. Y Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer; también el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y del mal. Y salía de Edén un río para regar el huerto, y de allí se repartía en cuatro brazos. El nombre del uno era Pisón; éste es el que rodea toda la tierra de Havila, donde hay oro; y el oro de aquella tierra es bueno; hay allí también bedelio y ónice. El nombre del segundo río es Gihón; éste es el que rodea toda la tierra de Cus. Y el nombre del tercer río es Hidekel; éste es el que va al oriente de Asiria. Y el cuarto río es el Eufrates. Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase. Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; más del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás. Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él. Jehová Dios formó, pues, de la tierra toda bestia del campo, y toda ave de los cielos, y las trajo a Adán para que viese cómo las había de llamar; y todo lo que Adán llamó a los animales vivientes, ese es su nombre. Y puso Adán nombre a toda bestia y ave de los cielos y a todo ganado del campo; más para Adán no se halló ayuda idónea para él. Entonces Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y mientras éste dormía, tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar. Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre. Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona, porque del varón fue tomada. Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne. Y estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, y no se avergonzaban.

Kirk Cameron dijo una vez: La historia del mundo es la historia de las personas perdiendo su curso. Hoy leímos como fueron al comienzo las cosas. Dios había hecho al mundo y todo lo que en él había. Y dice la Palabra que había visto que era bueno. Y hacia el final de la creación, Dios hizo al hombre y a la mujer. Hasta ese momento, no había ningún problema. No existía ni la muerte, ni la guerra, ni las enfermedades. Adán y Eva literalmente tuvieron al paraíso en sus manos. ¿Qué fue lo que paso? Por lo que podemos ver y observar, todo lo creado, aún lo celestial, tiene la potestad de escoger. En la Biblia se nos explica hasta la caída de Lucero y la tercera parte de los ángeles (los cuales ahora son conocidos como Satanás y sus demonios), y como escogieron. Dios también hizo al hombre con la misma capacidad. Todo ser con la capacidad de razonar (lo que tiene alma), tiene la habilidad de escoger, porque Dios desea que la base de todo sea el amor. Y el amor es una elección. En el amor no existe la obligación, el deber, o la esclavitud. Dios desea que todo ser escoja lo que quiera ser o hacer, porque es un Dios de libre albedrio. De otra manera, el amor no puede funcionar.  

Entonces, ¿qué fue lo que paso con Adán y Eva? Antes que apareciera Satanás en la escena, podemos deducir que algo ya estuvo ocurriendo en el corazón del hombre (por sus frutos los conoceréis), y tristemente, es algo que sigue produciéndose aún hoy; y a lo mejor, más que nunca. El hombre perdió la facultad de agradecer y valorar lo que Dios había hecho por él. No se ve un contacto o comunicación con Dios, y eso que Dios los había creado, y que no conocían nada más. Se envolvieron en sus tareas y en ellos mismos. En vez de acercarse más a Dios para aprender quien era Él, y como había hecho las cosas; hubo un apartarse, y un enfocarse en otras cosas.

Hoy pasa lo mismo. La mayoría de las personas se olvidan de Dios. No agradecen lo que Él ha hecho, y lo que sigue haciendo día a día. En vez de buscar al Creador al ver la creación, se enfocan en la creación y en sí mismo para poder comprobar como no existe Dios. Prefieren creer en un accidente antes de ver que existe un Dios que les ama; Él cual ha hecho todas las cosas. Y no solo eso, entrego hasta lo más preciado para que fuésemos salvos; a Jesucristo, el Unigénito Hijo de Dios. Hay seres que convierten su raciocinio en algo más bajo que los animales; porque hasta los animales que no tienen alma saben agradecerle al que les da de comer.   

Y el problema que sucede es que nada puede trabajar sin Dios. Es simplemente una mecánica del universo. Dios es la clave para todo en la vida. Sin Dios, nada puede ser bueno, nada puede durar, y nada se puede conseguir en la eternidad. Si recordamos la historia de la caída del hombre, vemos que Adán y Eva estaban separados en el momento que Satanás tentó a Eva. Y cuando leemos lo que paso, vemos que Dios no era una prioridad en la vida de ninguno de los dos. Prefirieron creerle a un animal que no les había dado nada antes de recordar las palabras del Omnipotente que les había dado todo, hasta el aliento de vida. Nunca ni siquiera paso por la mente de ellos que no podían defraudar a Dios. No se relata ningún sentimiento hacia Dios. Todo lo contrario. Fueron tentados con la idea de ser como Dios. ¡Lo envidiaban!

¿Cómo podemos evitar tal caída y enfriamiento en nuestra vida? El amor a Dios es todo. Es lo primordial. Porque escrito esta: Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas. Mateo 22:37-40. No puedes perder el foco de que Dios tiene que ser primero. Al no poner a Dios en primer lugar, conviertes las bendiciones y bondades de Dios en maldición para tu propia vida, como lo hicieron Adán y Eva, al enfocarse más en el paraíso y en sí mismo, en vez de buscar del Creador. Tener una familia es bueno. Tener una carrera y un trabajo es bueno. El poder tener posesiones y dinero es bueno también. Pero no se puede amar más a esas cosas que al que te las dio: a Dios. No te puedes olvidar que todo lo que tienes y eres es por Él. El Señor también enseño esto: El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí; y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí. Mateo 10:37-38. Pablo también dijo: Yo, Pablo, os escribo esta salutación de mi propia mano. El que no amare al Señor Jesucristo, sea anatema. El Señor viene. 1 Corintios 16:21-22.

Sino mantienes a Dios primero, traerás la destrucción y la maldición a tu vida y a todo lo que Dios te ha dado. ¿Estas manteniendo a Dios en primer lugar en tu vida? ¿Amándole, y buscándole diariamente? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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Un Proposito Mas Grande

Basado en Génesis 47:1-12 (Versión Reina Valera 1960)

Vino José y lo hizo saber a Faraón, y dijo: Mi padre y mis hermanos, y sus ovejas y sus vacas, con todo lo que tienen, han venido de la tierra de Canaán, y he aquí están en la tierra de Gosén. Y de los postreros de sus hermanos tomó cinco varones, y los presentó delante de Faraón. Y Faraón dijo a sus hermanos: ¿Cuál es vuestro oficio? Y ellos respondieron a Faraón: Pastores de ovejas son tus siervos, así nosotros como nuestros padres. Dijeron además a Faraón: Para morar en esta tierra hemos venido; porque no hay pasto para las ovejas de tus siervos, pues el hambre es grave en la tierra de Canaán; por tanto, te rogamos ahora que permitas que habiten tus siervos en la tierra de Gosén. Entonces Faraón habló a José, diciendo: Tu padre y tus hermanos han venido a ti. La tierra de Egipto delante de ti está; en lo mejor de la tierra haz habitar a tu padre y a tus hermanos; habiten en la tierra de Gosén; y si entiendes que hay entre ellos hombres capaces, ponlos por mayorales del ganado mío. También José introdujo a Jacob su padre, y lo presentó delante de Faraón; y Jacob bendijo a Faraón. Y dijo Faraón a Jacob: ¿Cuántos son los días de los años de tu vida? Y Jacob respondió a Faraón: Los días de los años de mi peregrinación son ciento treinta años; pocos y malos han sido los días de los años de mi vida, y no han llegado a los días de los años de la vida de mis padres en los días de su peregrinación. Y Jacob bendijo a Faraón, y salió de la presencia de Faraón. Así José hizo habitar a su padre y a sus hermanos, y les dio posesión en la tierra de Egipto, en lo mejor de la tierra, en la tierra de Ramesés, como mandó Faraón. Y alimentaba José a su padre y a sus hermanos, y a toda la casa de su padre, con pan, según el número de los hijos.

John MacArthur dijo una vez: Tu eres la única Biblia que algunos incrédulos leerán, y tu vida está bajo el escrutinio diario; ¿Qué aprenden los demás de ti? Y ¿Ven una imagen precisa de tu Dios? No sé cuántos de Uds. recordaran la vida de Jose (el hijo de Jacob), él no siempre fue una vida de grandezas, felicidad, y prosperidad como leemos en el pasaje de hoy. Para aquellos que no conocen la vida de Jose: Él fue vendido por sus hermanos como esclavo cuando era muy joven (se cree que era un adolescente), porque le envidiaban. Y para poder esconder la maldad que hicieron, le dijeron a su padre Jacob que había sido muerto por un animal salvaje.

Y bueno, cuando una persona era esclava, especialmente en esos tiempos, no tenían ningún tipo de derecho. No existían los derechos humanos, o alguna organización del gobierno que velará por el bienestar de todas las personas. No tenían vacaciones, plan de retiro, seguro de salud, posesiones, etc. Inclusive, en esos tiempos, dependiendo de la nacionalidad o trasfondo, podían tener menos valor que un animal. Los esclavos eran golpeados, encarcelados, abusados, y hasta muertos, sin ningún tipo de represalia, porque eran de su propiedad. Un esclavo no tenía mucho valor; sino solamente un uso. Esa fue la realidad de Jose por muchos años, antes que Dios permitiera que fuese levantado para ser segundo en Egipto, después de Faraón, se cree que fue el hombre más poderoso del mundo durante esa época. Puedo creer que Jose nunca se imaginó que llegaría donde llego. No creo que se lo imagino mientras estaba con su padre y sus hermanos, antes que fuere vendido. No creo que se lo imagino mientras fue comprado como esclavo; ni mientras fue esclavo. Ni menos se lo imagino cuando fue encarcelado por un mal que no cometió. Ni siquiera creo que se lo imagino en el momento cuando le interpreto el sueño a Faraón, lo cual fue lo que Dios uso para poder darle la autoridad que finalmente obtuvo. El solo pudo ver las cosas claras mientras sucedían, pero no porque sabía cómo exactamente iban a suceder. Lo único que vio fue un sueño que tuvo donde vio que los manojos de sus hermanos se inclinaban al de él (Génesis 37).

En esta vida, es demasiado difícil saber lo que sucederá en el futuro con cada persona. Hay personas que piensan que siempre estarán bien, y que tendrán de todo, y algo pasa en el camino que les cambia el rumbo por completo. Hay personas que piensan que nunca saldrán de la desdicha, que nunca verán un mejor mañana. Esta vida está llena de sorpresas; buenas y malas sorpresas. Es impredecible. La persona que entiende algo de la realidad sabe que no hay nada seguro aquí, y que cualquier cosa le puede pasar a cualquiera, en cualquier momento.

Pero, si vamos aún más profundo. ¿Qué repercusión tendrán nuestras acciones? Sabemos que las cosas de gran escala ya están fijadas, hagamos lo que hagamos. Dios si ha establecido el correr del universo bajo un orden supremo o una estructura previamente dictada, y no hay nada que se pueda hacer con eso. Eso nadie lo puede cambiar, ni siquiera Satanás. Pero dentro de las piezas grandes e inconmovibles existe cierto nivel o dimensión que si deja muchas cosas movibles y ajustables. Y ahí es donde necesitamos llegar a entender ciertas cosas muy importantes, cómo lo pudo entender Jose.

Jose pudo llegar a donde llego, no solo porque Dios ya se lo estaba mostrando antes que sucediera, sino también porque mantuvo su curso y su disposición para con Dios para poder llegar a donde tenía que llegar. Lo que Jose logro no fue por accidente, sino fue el complemento de la obra de Dios con su determinación para poder permanecer fiel al Dios que él seguía. Jose no se rindió en su fe ni cuando fue vendido como esclavo, ni cuando fue acusado injustamente, ni cuando estuvo en la cárcel, ni menos cuando llego a ser grande. Se mantuvo fiel y firme en su fe hacia su Dios. Hizo lo correcto durante los tiempos buenos y malos. La gracia de Dios nunca lo dejo por eso mismo. Y porque se mantuvo fiel a Dios, pudo bendecir a su padre quien nunca lo dejo de amar, a una nación entera, e inclusive, a sus hermanos que solo le habían producido dolor. Y con eso, pudo formar parte del rompecabezas que Dios estaba armando mientras pasaba el tiempo. Las acciones de Jose siguen repercutiendo hasta hoy, y seguirán mientras permanezca la Palabra de Dios, para siempre.

Lo que tenemos que mantener en mente, es que nuestras acciones pueden tener repercusiones increíbles. Hay muchas veces que puede que nos preguntemos: ¿Qué hago aquí? ¿Cuál es mi propósito? Y lo cierto es que no importa donde estemos, si permanecemos fiel al Señor, haciendo como a Él le agrada, podemos tener un impacto increíble e incalculable, el cual no se puede imaginar. Todo depende de cómo actuemos, si decidimos ser sal y luz en el mundo, a pesar de nuestras circunstancias. Pero si te conviertes al mundo que te rodea, oscuro e insípido, pasarás al olvido y nadie tendrá memoria de ti, ni siquiera Dios. Mi pregunta es esta para ti: ¿Formas parte del propósito más grande de Dios al permanecer fiel a Él, aun en los tiempos malos? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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La Oposicion a Dios

Basado en Esdras 4 (Versión Reina Valera 1960)

Oyendo los enemigos de Judá y de Benjamín que los venidos de la cautividad edificaban el templo de Jehová Dios de Israel, vinieron a Zorobabel y a los jefes de casas paternas, y les dijeron: Edificaremos con vosotros, porque como vosotros buscamos a vuestro Dios, y a él ofrecemos sacrificios desde los días de Esar-hadón rey de Asiria, que nos hizo venir aquí. Zorobabel, Jesúa, y los demás jefes de casas paternas de Israel dijeron: No nos conviene edificar con vosotros casa a nuestro Dios, sino que nosotros solos la edificaremos a Jehová Dios de Israel, como nos mandó el rey Ciro, rey de Persia. Pero el pueblo de la tierra intimidó al pueblo de Judá, y lo atemorizó para que no edificara. Sobornaron además contra ellos a los consejeros para frustrar sus propósitos, todo el tiempo de Ciro rey de Persia y hasta el reinado de Darío rey de Persia. Y en el reinado de Asuero, en el principio de su reinado, escribieron acusaciones contra los habitantes de Judá y de Jerusalén. También en días de Artajerjes escribieron Bislam, Mitrídates, Tabeel y los demás compañeros suyos, a Artajerjes rey de Persia; y la escritura y el lenguaje de la carta eran en arameo. Rehum canciller y Simsai secretario escribieron una carta contra Jerusalén al rey Artajerjes. En tal fecha escribieron Rehum canciller y Simsai secretario, y los demás compañeros suyos los jueces, gobernadores y oficiales, y los de Persia, de Erec, de Babilonia, de Susa, esto es, los elamitas, y los demás pueblos que el grande y glorioso Asnapar transportó e hizo habitar en las ciudades de Samaria y las demás provincias del otro lado del río. Y esta es la copia de la carta que enviaron: Al rey Artajerjes: Tus siervos del otro lado del río te saludan. Sea notorio al rey, que los judíos que subieron de ti a nosotros vinieron a Jerusalén; y edifican la ciudad rebelde y mala, y levantan los muros y reparan los fundamentos. Ahora sea notorio al rey, que si aquella ciudad fuere reedificada, y los muros fueren levantados, no pagarán tributo, impuesto y rentas, y el erario de los reyes será menoscabado. Siendo que nos mantienen del palacio, no nos es justo ver el menosprecio del rey, por lo cual hemos enviado a hacerlo saber al rey, para que se busque en el libro de las memorias de tus padres. Hallarás en el libro de las memorias, y sabrás que esta ciudad es ciudad rebelde, y perjudicial a los reyes y a las provincias, y que de tiempo antiguo forman en medio de ella rebeliones, por lo que esta ciudad fue destruida. Hacemos saber al rey que si esta ciudad fuere reedificada, y levantados sus muros, la región de más allá del río no será tuya. El rey envió esta respuesta: A Rehum canciller, a Simsai secretario, a los demás compañeros suyos que habitan en Samaria, y a los demás del otro lado del río: Salud y paz. La carta que nos enviasteis fue leída claramente delante de mí. Y por mí fue dada orden y buscaron; y hallaron que aquella ciudad de tiempo antiguo se levanta contra los reyes y se rebela, y se forma en ella sedición; y que hubo en Jerusalén reyes fuertes que dominaron en todo lo que hay más allá del río, y que se les pagaba tributo, impuesto y rentas. Ahora, pues, dad orden que cesen aquellos hombres, y no sea esa ciudad reedificada hasta que por mí sea dada nueva orden. Y mirad que no seáis negligentes en esto; ¿por qué habrá de crecer el daño en perjuicio de los reyes? Entonces, cuando la copia de la carta del rey Artajerjes fue leída delante de Rehum, y de Simsai secretario y sus compañeros, fueron apresuradamente a Jerusalén a los judíos, y les hicieron cesar con poder y violencia. Entonces cesó la obra de la casa de Dios que estaba en Jerusalén, y quedó suspendida hasta el año segundo del reinado de Darío rey de Persia.

Joyce Meyer digo una vez: La paciencia no es sencillamente la habilidad de esperar; es como nos comportamos mientras esperamos. El hacer el bien siempre tendrá obstáculos en este mundo temporal. No hay manera de evitarlo. Cuando uno se propone cumplir con las cosas de Dios, el mundo en general no nos apoyará porque está en contra de Dios. Por eso es que el Señor enseño acerca del camino estrecho en los Evangelios, porque es más fácil seguir o ceder a lo malo que a lo que complace a Dios. Como ejemplo, y como leemos en el pasaje de hoy, aunque fue por decreto del rey Ciro que el Templo de Dios se tenía que reedificar, no paso mucho tiempo para que los enemigos de Judá y Benjamín se opusieran a la obra de Dios. Estas distintas personas pudieron estorbar la obra de Dios de tal manera que la reconstrucción del templo fue suspendida por muchos años. ¿Porque Dios permite que sucedan cosas así? ¿Por qué parece que el mal siempre gana o tiene más poder que el bien?

Antes de responder a esas preguntas, hay que entender antes otras cosas, para poder llegar a una respuesta más completa. Hay dos poderes que producen obstáculos para que el bien no prevalezca. Uno es más reconocido que el otro. El primer poder es el diablo y sus huestes. Desde algún momento antes de la creación del hombre, cuando nació en el corazón de Lucero el orgullo, deseando ser como Dios, es que nació el enemigo número uno de Dios. Y cuando él cayo, lo siguieron la tercera parte de los ángeles (los cuales son conocidos hoy como demonios o huestes espirituales de maldad). Esto es lo que constituye el principal enemigo y obstáculo para Dios. El segundo poder es menos conocido, o más bien, reconocido como tal. La Biblia nos enseña acerca del pecado que mora en nuestros miembros. Cada uno de nosotros nace con este fallo; porque fuimos concebidos en pecado como lo enseñan las Escrituras. Este muy rara vez se desea reconocer, por el orgullo que existe en el corazón del hombre. En realidad, nuestra concupiscencia es más bien el obstáculo más grande que hay para la obra de Dios, aún más que Satanás mismo. Hay a veces que se le da demasiado crédito a Satanás por los males de este mundo. Él solo puede tentar nada más. Lo que pone a correr la maldad a su plenitud en este mundo es cuando el ser humano lo pone en acción. Por ejemplo, Satanás no mato a los millones de millones de judíos que mato Adolf Hitler, como ejemplo. El solo le dio la idea, la motivación; y de ahí, hechó Hitler a correr su máquina de muerte con la ayuda de otros miles de miles que también les gustó la idea (Hitler no lo hizo solo). Y así, existen incontables otras ocasiones donde el diablo solo habla o susurra en el oído del hombre; como lo hizo con Eva, cuando la tentó con el fruto prohibido.

Pero, ¿dónde entra la paciencia con todo esto? A pesar de que parezca que el mal gana, si deseamos la eternidad, debemos luchar con paciencia por el bien. Mantengamos estos principios en nuestro corazón: Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Romanos 8:37. No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal. Romanos 12:21. No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos. Gálatas 6:9. El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo. Apocalipsis 21:7. Si permanecemos y somos pacientes en Cristo, venciendo lo que todavía tenemos dentro, a pesar de que nos encontremos luchando en contra de todo el mundo que nos rodea, lograremos la inmortalidad; lo cual ni el diablo, ni sus huestes, ni nada en este mundo nos puede dar. Puede que perdamos aquí ciertas batallas, pero habremos ganado la guerra eterna, venciendo con el REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES. La pregunta de hoy es: ¿De qué lado tu estas? ¿De parte de Dios, o de lo que se opone a Dios? ¡Qué el Señor les bendiga! John

 

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La Disposicion de tu Corazon

Basado en Hechos 14:1-23 (Versión Reina Valera 1960)

Aconteció en Iconio que entraron juntos en la sinagoga de los judíos, y hablaron de tal manera que creyó una gran multitud de judíos, y asimismo de griegos. Más los judíos que no creían excitaron y corrompieron los ánimos de los gentiles contra los hermanos. Por tanto, se detuvieron allí mucho tiempo, hablando con denuedo, confiados en el Señor, el cual daba testimonio a la palabra de su gracia, concediendo que se hiciesen por las manos de ellos señales y prodigios. Y la gente de la ciudad estaba dividida: unos estaban con los judíos, y otros con los apóstoles. Pero cuando los judíos y los gentiles, juntamente con sus gobernantes, se lanzaron a afrentarlos y apedrearlos, habiéndolo sabido, huyeron a Listra y Derbe, ciudades de Licaonia, y a toda la región circunvecina, y allí predicaban el evangelio. Y cierto hombre de Listra estaba sentado, imposibilitado de los pies, cojo de nacimiento, que jamás había andado. Este oyó hablar a Pablo, el cual, fijando en él sus ojos, y viendo que tenía fe para ser sanado, dijo a gran voz: Levántate derecho sobre tus pies. Y él saltó, y anduvo. Entonces la gente, visto lo que Pablo había hecho, alzó la voz, diciendo en lengua licaónica: Dioses bajo la semejanza de hombres han descendido a nosotros. Y a Bernabé llamaban Júpiter, y a Pablo, Mercurio, porque éste era el que llevaba la palabra. Y el sacerdote de Júpiter, cuyo templo estaba frente a la ciudad, trajo toros y guirnaldas delante de las puertas, y juntamente con la muchedumbre quería ofrecer sacrificios. Cuando lo oyeron los apóstoles Bernabé y Pablo, rasgaron sus ropas, y se lanzaron entre la multitud, dando voces y diciendo: Varones, ¿por qué hacéis esto? Nosotros también somos hombres semejantes a vosotros, que os anunciamos que de estas vanidades os convirtáis al Dios vivo, que hizo el cielo y la tierra, el mar, y todo lo que en ellos hay. En las edades pasadas él ha dejado a todas las gentes andar en sus propios caminos; si bien no se dejó a sí mismo sin testimonio, haciendo bien, dándonos lluvias del cielo y tiempos fructíferos, llenando de sustento y de alegría nuestros corazones. Y diciendo estas cosas, difícilmente lograron impedir que la multitud les ofreciese sacrificio. Entonces vinieron unos judíos de Antioquía y de Iconio, que persuadieron a la multitud, y habiendo apedreado a Pablo, le arrastraron fuera de la ciudad, pensando que estaba muerto. Pero rodeándole los discípulos, se levantó y entró en la ciudad; y al día siguiente salió con Bernabé para Derbe. Y después de anunciar el evangelio a aquella ciudad y de hacer muchos discípulos, volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquía, confirmando los ánimos de los discípulos, exhortándoles a que permaneciesen en la fe, y diciéndoles: Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios. Y constituyeron ancianos en cada iglesia, y habiendo orado con ayunos, los encomendaron al Señor en quien habían creído.

Marco Tulio Cicerón dijo: La función de la sabiduría es poder discriminar entre el bien y el mal. Si nos guiamos por lo que dijo Cicerón, no se vio mucha sabiduría en el público que estuvo presente en nuestro pasaje de hoy. ¿Cuál fue el problema? ¿Cómo pudo haber tantas distintas reacciones, cambios de ánimo, y aparentes malos entendidos? Por lo menos, no luce que haya habido un problema de lenguaje. Entonces, ¿Qué fue? El grave problema que hubo, y que todavía hay hoy en día es la disposición del hombre. La disposición del hombre es conducida por algo que solo le pertenece a él. Dentro del gran espectro del poder y dominio de Dios en el cual todo lo que Dios ha establecido está sujeto al gran diseño cósmico, existe la medida de libertad a lo cual muchos se refieren como al libre albedrio. Y el libre albedrio está bajo del dominio del pensamiento y el raciocinio del hombre. Dios hizo a las personas con la capacidad de pensar, de sentir, de poder interpretar lo que desea interpretar y como interpretarlo. Desgraciadamente, este raciocinio es muchas veces guiado por la concupiscencia o a la afinidad al pecado que cada ser humano posee dentro de su ser. En vez de escuchar el anhelo del alma que desea desesperadamente ser redimida del castigo del pecado, cede más bien a la maldad de sus pensamientos y al pecado dentro de sus miembros. O sea, es guiado por el querer satisfacer los malos designios contenidos dentro de su ser, los cuales solo pueden ser entretenidos temporalmente a través de los cinco sentidos físicos.

Podemos ver los designios de los distintos grupos envuelto en la historia de esta manera. Habían judíos que sencillamente se rebelaban a creer, hicieran lo que hicieran los apóstoles. Había una envidia o rabia muy interna en ellos, lo cual se extendía desde aquellos que fueron instrumentales en la muerte del Señor (aunque todos somos responsables, pero estos en particular envidiaban a Cristo), y su maldad se trasmitía de la misma manera a otros como ellos. Estaban otras personas que estaban consumidas con la idolatría y toda la vanidad que venía con aquello. Entre la idolatría, existía mucho la exploración de los placeres, incluyendo los placeres desviados del sexo y las sustancias. Muchos de los ritos consistían de orgias, borracheras, exploración de sustancias estupefacientes, glotonerías, desenfreno, etc. Y bueno, entre el desvarió moral y espiritual, la maldad y envidia de los judíos, todo se fue en: de adorarlos como a dioses hasta llegar a matar a Pablo (era una multitud muy mercurial), el cual fue resucitado en esta ocasión. Y en su minoría, hubo algunos que sí pudieron entender lo que Pablo y Bernabé predicaban, y lograron no solo creer en Cristo, pero también ser sanados (como en el hombre cojo, donde comenzó el problema por decir).

Hoy en día sucede el mismo problema. Hay una gran tupición espiritual porque hay muchas personas que tienen la disposición de su corazón solo enfocados en la maldad, en el complacer sus malos deseos, y en rebeldía en contra de Dios. Vemos esta aclaración en la Escrituras: Entonces, acercándose los discípulos, le dijeron: ¿Por qué les hablas por parábolas? El respondiendo, les dijo: Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos; mas a ellos no les es dado. Porque a cualquiera que tiene, se le dará, y tendrá más; pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado. Por eso les hablo por parábolas: porque viendo no ven, y oyendo no oyen, ni entienden. De manera que se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dijo: De oído oiréis, y no entenderéis; y viendo veréis, y no percibiréis. Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, y con los oídos oyen pesadamente, y han cerrado sus ojos; para que no vean con los ojos, y oigan con los oídos, y con el corazón entiendan, y se conviertan, y yo los sane. Mateo 13:10-15. En fin, hay muchos que no tienen ningún problema con el lenguaje, ni con el entendimiento, ni con el poder hacer un cambio; sino sencillamente, tienen el corazón engrosado en su pecado, con muy poca disposición de escuchar las razones del Todopoderoso. Y con esto entendemos que, aunque Dios es amor, también tiene un límite con la rebelión constante. Pero, Dios sigue llamando al arrepentimiento porque desea el bien para el hombre, y no el castigo eterno.

La pregunta de hoy es: ¿Dónde está la disposición de tu corazón, en Dios o en algo más? ¡Qué el Señor les bendiga! John

 

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La Verdadera Libertad en Cristo

Basado en Gálatas 5 (Versión Reina Valera 1960)

Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud. He aquí, yo Pablo os digo que si os circuncidáis, de nada os aprovechará Cristo. Y otra vez testifico a todo hombre que se circuncida, que está obligado a guardar toda la ley. De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído. Pues nosotros por el Espíritu aguardamos por fe la esperanza de la justicia; porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor. Vosotros corríais bien; ¿quién os estorbó para no obedecer a la verdad? Esta persuasión no procede de aquel que os llama. Un poco de levadura leuda toda la masa. Yo confío respecto de vosotros en el Señor, que no pensaréis de otro modo; mas el que os perturba llevará la sentencia, quienquiera que sea. Y yo, hermanos, si aún predico la circuncisión, ¿por qué padezco persecución todavía? En tal caso se ha quitado el tropiezo de la cruz. ¡Ojalá se mutilasen los que os perturban! Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros. Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Pero si os mordéis y os coméis unos a otros, mirad que también no os consumáis unos a otros. Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis. Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley. Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu. No nos hagamos vanagloriosos, irritándonos unos a otros, envidiándonos unos a otros.

El Papa Juan Pablo II dijo: La libertad no consiste en hacer lo que quieras, sino en tener el derecho de hacer lo que se debiera. Muchas controversias han existido acerca de cómo se llega a la salvación, y si la salvación se pierde o no. Como siempre, las opiniones varían y hay muchas. Y como muchas veces se ha mencionado en el pasado, el universo no está basado en una opinión. Existe tal cosa como la verdad absoluta: la Verdad de Dios. No hay opinión que cambie o haga nula la existencia del Dios Todopoderoso. Es imposible que las opiniones de una persona o de una sociedad entera impacten de alguna manera al Omnipotente. Y es por eso, que si en realidad es irrefutable la Verdad de Dios, entonces no queda otra que depender en Su Palabra y escudriñar Su Palabra para poder encontrar aquello que es Verdad.

Un principio importante de mantener en mente es que se puede depender de la Palabra de Dios porque no hay controversias; desde Génesis hasta Apocalipsis. Su Palabra trabaja en un conjunto perfecto, cada parte concordando con la otra. El que encuentra algún tipo de contradicción es porque, o está estudiando una versión de la Biblia no fiable (porque si hay versiones incompletas o mal traducidas de la Biblia, especialmente en estas últimas décadas), o le faltan piezas intermediarias, cuyas partes enlazan distintos pasajes al trabajar en conjunto.

El primer punto es la salvación. La Biblia es muy clara en que la salvación no se alcanza a través de las obras. Uno nunca puede justificarse a través de obras humanas, o penitencias, o prácticas religiosas, etc. Esto es lo que declara la Biblia: Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Efesios 2:8-9. Y este es el problema que el Apóstol Pablo está tratando de remediar a través de esta carta a los Gálatas, porque muchos de los judíos habían comenzado a “judaizar” a los creyentes, al enseñar que se tenía que creer en Cristo y cumplir los requisitos de la ley Mosaica para poder obtener la vida eterna (como la circuncisión). El Señor Jesús plasmo el completo plan de salvación en este solo pasaje: Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios, diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio. Marcos 1:14-15. El arrepentimiento consta de: pedirle perdón a Dios por todos tus pecados y el dejarlos atrás. Y el creer en el Evangelio consiste en creer y hacer a Jesús (el Evangelio) el Señor de tu vida; porque después de todo, ¿Cómo le vas a pertenecer a Dios si nunca le entregas tu vida, haciéndole el Señor o dueño de tu vida? Esta es la manera que somos salvos en Cristo. No se necesita nada más.

El segundo tema, acerca de qué, si se pierde la salvación o no, lo podemos explicar de esta manera. El Apóstol Pablo explica muy claramente que hay cosas que no deben formarse en práctica en la vida de un creyente, o sea, que se conviertan en el estilo de vida de uno que se llama ser de Cristo. El Señor a través de Pablo enseña que debemos andar en el Espíritu. Las Escrituras también dicen así: Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas. Efesios 2:10. Así que, es muy claro que la salvación que Dios nos dio a través del Señor no es para que sigamos en las cosas que producen muerte, sino más bien, que nos dediquemos a hacer buenas obras. Tiene también mucha lógica en que, si Dios nos rescató de la muerte eterna, ¿porque seguir buscando en aquellas cosas que producen muerte? Pongamos este ejemplo. Supongamos que una persona fumo cigarrillos por muchos años, y esto produjo cáncer al pulmón. Pero, pudo ser curada de su cáncer. ¿Tendría entonces lógica que esa persona siguiera fumando los mismos cigarrillos que le podrían ocasionar la muerte una vez más? Eso es lo que pasa cuando un creyente practica aquellas cosas que si producen la muerte espiritual. Puede que no crean que sea pecado porque piensa que no dañan a nadie con lo que hacen, pero solo se engañan así mismos, porque sí está dañando a alguien: es así mismo. La Palabra también dice: ¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia? Pues conocemos al que dijo: Mía es la venganza, yo daré el pago, dice el Señor. Y otra vez: El Señor juzgará a su pueblo. Hebreos 10:29-30. ¿Puedes jugar con Dios?

Así que, si no eres salvo en Cristo, ¿Qué esperas? Y si eres salvo en Cristo, ¡No vuelvas atrás! ¡No te metas en cosas que no valen la pena! Recuerda siempre: tu salvación es gratuita, pero costo el precio más alto que pudiera existir. ¡Disfruta tu libertad en Cristo, pero para el bien! ¡Qué el Señor les bendiga! John

 

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Como Se Gana el Favor de Dios

Basado en 2 Crónicas 7:12-22 (Versión Reina Valera 1960)

Y apareció Jehová a Salomón de noche, y le dijo: Yo he oído tu oración, y he elegido para mí este lugar por casa de sacrificio. Si yo cerrare los cielos para que no haya lluvia, y si mandare a la langosta que consuma la tierra, o si enviare pestilencia a mi pueblo; si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra. Ahora estarán abiertos mis ojos y atentos mis oídos a la oración en este lugar; porque ahora he elegido y santificado esta casa, para que esté en ella mi nombre para siempre; y mis ojos y mi corazón estarán ahí para siempre. Y si tú anduvieres delante de mí como anduvo David tu padre, e hicieres todas las cosas que yo te he mandado, y guardares mis estatutos y mis decretos, yo confirmaré el trono de tu reino, como pacté con David tu padre, diciendo: No te faltará varón que gobierne en Israel. Mas si vosotros os volviereis, y dejareis mis estatutos y mandamientos que he puesto delante de vosotros, y fuereis y sirviereis a dioses ajenos, y los adorareis, yo os arrancaré de mi tierra que os he dado; y esta casa que he santificado a mi nombre, yo la arrojaré de mi presencia, y la pondré por burla y escarnio de todos los pueblos. Y esta casa que es tan excelsa, será espanto a todo el que pasare, y dirá: ¿Por qué ha hecho así Jehová a esta tierra y a esta casa? Y se responderá: Por cuanto dejaron a Jehová Dios de sus padres, que los sacó de la tierra de Egipto, y han abrazado a dioses ajenos, y los adoraron y sirvieron; por eso él ha traído todo este mal sobre ellos.

John C. Maxwell dijo: Un hombre debe ser suficientemente grande para admitir sus errores, suficientemente inteligente para sacar provecho de ellos, y suficientemente fuerte para corregirlos. En el pasaje de hoy, leemos del increíble encuentro que un hombre tuvo con Dios. Leemos de la promesa que Dios le hizo a Salomón en respuesta a su sincera oración y sacrificios. Fue evidente que Salomón había encontrado el favor de Dios.

Mientras leemos de la vida de Salomón en la Biblia, podemos ver que Dios permitió que grandes cosas le sucedieran a él y a su pueblo. El reino de Israel alcanzo su cima durante el reinado de Salomón. Él fue conocido como el hombre más sabio que el mundo a conocido, y posiblemente también, el hombre más rico. Como testamento de la increíble prosperidad que Dios permitió que Israel disfrutara, Salomón hizo edificios con grandes cantidades de oro, plata, bronce, y distintas piedras preciosas. Pero, a pesar de todas las cosas que Dios permitió que sucedieran, algo fue mal. Aunque Salomón tuvo un glorioso comienzo, él no tuvo un buen final. Al envolverse con tantas mujeres (700 esposas y 300 concubinas), muchas de ellas eran paganas, él se olvidó exactamente de lo que Dios le había advertido. Salomón cedió al pecado de las distintas mujeres con que se envolvió. La Biblia dice que él finalmente adoro a otros dioses, siéndole infiel a Dios. Se olvidó de lo que justamente le había advertido Dios; algo que le dijo personalmente. Y no solo Salomón, pero también todo Israel y Judá después de él. ¿Qué paso?

Desafortunadamente, este es un problema común, aun hoy. Muchos o se acercan a personas que no debieran, o se pierden en la iniquidad que todavía está en su carne. Si queremos obtener y permanecer en el favor de Dios, hay cosas con las que debemos tener cuidado. John Maxwell nos da un mapa muy bueno (basado en enseñanzas Bíblicas) en la cita previa; para no solo cambiar nuestras vidas, sino también, para ayudar a cambiar el ambiente que nos rodea.

El primer paso es: admitir nuestros errores (o pecados). Y aquí esta uno de los problemas principales de hoy. Muchos son muy rápidos para justificar el pecado, o no quieren ver lo que está mal como malo. De acuerdo a la Biblia, está el bien y el mal. Y si nos distanciamos del estandarte, entonces ¿Qué se convierte en el estandarte? ¿Sabemos más que Dios para poder tener la habilidad de conocer completamente lo que es bueno y malo? Luce que hay muchos que no tienen un problema en decirle a Dios que está equivocado, o por lo menos, no tienen un problema en distorsionar el estandarte que enseña la Biblia. Sin admitir nuestro pecado y verlo por lo que es, es imposible ser restaurado delante de los ojos de Dios. Sin un completo arrepentimiento, no hay salvación, no hay restauración, no hay sanidad, y finalmente, no hay vida.   

El segundo paso (si puedes pasar el primero) es donde ocurre el aprender. Dios quiere que aprendamos de nuestros pecados, poder entender lo que es bueno y malo. Si aprendemos de nuestros pecados, entonces podremos sacar provecho. Cuando aprendemos de nuestros errores es que entonces podemos evitar trampas similares en el futuro. El ciclo se rompe, y una nueva tendencia comienza. ¡El ciclo necesita ser roto!

El tercer paso es: cuando comenzamos a afectar nuestro ambiente, al corregir nuestros errores. La Biblia se refiere a esto a “frutos dignos de arrepentimiento”. Si podemos corregir el mal, restaurar lo roto, y recompensar al agraviado, ahí es donde las personas verán físicamente la manifestación de Dios. Dios está en el negocio de cambiar las vidas, e impactar las vidas de los demás a través de aquellos que Él ha cambiado. Aquí es donde se ha abusado de la gracia de Dios. Muchos maestros y predicadores errados enseñan que, si Dios te ha perdonado, no tienes que preocuparte de nada más. Eso está muy lejos de la Verdad. A través de las Escrituras, somos enseñados a corregir lo malo. Dentro de nuestros medios, tenemos que restaurar al agraviado. Esto es lo que trae sanidad a nuestras vidas, y a aquellos que hemos dañado. Esto es lo que le trae realmente gloria a Dios. La gracia de Dios necesita ser expresada en acción, y no solo en palabras. ¿Te imaginas como sería el mundo si cada persona que profesa creer en Cristo tratara de restaurar el daño que le ha hecho a los demas? ¡La sanidad que ocurriría seria increíble!

Somos enseñados a través de los ejemplos Bíblicos para que podamos aprender de los errores de los demás. Podemos encontrar el favor de Dios al sencillamente seguir a Cristo y a lo menos, tratar de hacer aquellas cosas que realmente complacen a Dios. Aquí está el tema principal de la Biblia: Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio. Hechos 3:19. Puedes encontrar el favor de Dios al venir a Cristo y completamente rendirte a Él, y al hacer lo que Él nos enseñó. ¿Tienes el favor de Dios hoy? ¡Qué el Señor les bendiga! John

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¿Que es la Fe?

¿Qué Es La Fe?

Basado en Hebreos 11:30 – 12:2 (Versión Reina Valera 1960)

Por la fe cayeron los muros de Jericó después de rodearlos siete días. Por la fe Rahab la ramera no pereció juntamente con los desobedientes, habiendo recibido a los espías en paz. ¿Y qué más digo? Porque el tiempo me faltaría contando de Gedeón, de Barac, de Sansón, de Jefté, de David, así como de Samuel y de los profetas; que por fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones, apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batallas, pusieron en fuga ejércitos extranjeros. Las mujeres recibieron sus muertos mediante resurrección; mas otros fueron atormentados, no aceptando el rescate, a fin de obtener mejor resurrección. Otros experimentaron vituperios y azotes, y a más de esto prisiones y cárceles. Fueron apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de espada; anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres, angustiados, maltratados; de los cuales el mundo no era digno; errando por los desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la tierra. Y todos éstos, aunque alcanzaron buen testimonio mediante la fe, no recibieron lo prometido; proveyendo Dios alguna cosa mejor para nosotros, para que no fuesen ellos perfeccionados aparte de nosotros. Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.

Billy Graham dijo una vez: El legado más grande que puede dejarle a sus hijos y nietos no es el dinero o las cosas materiales acumuladas durante la vida de uno, sino más bien, un legado de carácter y fe. Muchos encuentran importante el concepto de la fe y lo usan para muchas cosas. Creen que la fe es esencial para poder triunfar en la vida. Muchos conferencistas motivacionales te dirán que necesitas tener fe en ti mismo para poder alcanzar tus metas, o ser feliz. Hay personas fuertes en gerencia que entrenan a las personas a que se designen varios hitos o metas, así ejerciendo su fe en un sistema o practica para lograrlos. Hay aquellos que te enseñan tener fe en las personas, en ideologías, etc.

Lo que hace a estos conceptos muy atractivos para muchos, es porque todos quisieran alcanzar sus propias metas personales. Y lo que causa aún más atracción es que algunos parecen haber encontrado la respuesta para tener lo que quieren. Muchos libros son vendidos. Programas de televisión y entrevistas ocurren siempre con personas que lucen ser exitosas. Algunos parecen haber alcanzado sus metas y objetivos, y viven una vida “envidiable”; y muchos quieren saber lo que hicieron para llegar a eso.

Hay aquellos que se consideran religiosos o espirituales que enseñan también mucho acerca de la fe, y como la fe bien crecida o ejercitada permite que alcances muchas cosas. Aquellos que son más carismáticos te enseñaran que la fe apropiada te permitirá causar que sucedan milagros, disfrutando una salud perfecta, y por supuesto, tener prosperidad económica. Pintan una imagen de que el cielo es posible aquí en la tierra. Pero, a pesar de los muchos usos que han encontrado por la fe, debemos tratar de entender lo que la fe realmente es (porque hay muchas opiniones); a lo menos, que es lo que Dios dice que es. Y creo que la pregunta más grande es: ¿la fe produce éxito?

En relación a la definición de la fe, la Biblia nos dice esto: Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Hebreos 11.1. La Biblia nos dice que la fe es esencial. Porque dice: Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan. Hebreos 11:6. Uno de los ejemplos principales que tenemos de la fe en la Biblia, es Abraham, porque él es conocido como el padre de la fe. La Biblia menciona esto acerca de Abraham: Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba. Por la fe habitó como extranjero en la tierra prometida como en tierra ajena, morando en tiendas con Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa; porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios. Hebreos 11:8-10.

¿Es la fe el vehículo para poder alcanzar lo que deseas? Bíblicamente hablando, no lo es. Leemos que muchas cosas increíbles sucedieron por la fuerte fe de muchos, en la Biblia. Pero también leemos (como en el pasaje de hoy), que muchos no recibieron la promesa aquí en la tierra. Ellos tuvieron en realidad una vida muy dura. Así que, vemos que la fe es algo muy distinto a lo que muchos creen, aún comparado a aquellos que se consideran maestros “espirituales”. Entendemos a través de varios pasajes Bíblicos que la fe debe ser puesta en Dios. Y que nuestro creer debe ser tan fuerte en Dios que debemos obedecer lo que Dios quiere que hagamos. Así que, podemos definir la fe Bíblica así: Es una relación personal con Dios que te permite creer sin ninguna reserva, poniendo todo tu ser en Dios, y haciendo lo que Él te dice hacer; lo entiendas o no, o las cosas salgan bien o no. La obediencia es el fruto de la real fe en Dios. Porque si no hay obediencia a la Palabra de Dios, entonces no hay fe, a lo menos de la manera que la vemos en la Biblia. Todos los ejemplos de fe que vemos en la Biblia obedecieron a Dios.

Algunos puede que logren tener lo quieren aquí en la tierra, alcanzando sus metas y deseos personales, adquiriendo alguna medida de éxito humana. Pero, eso es todo lo que recibirán. Tendrás que tener cuidado también con lo que quieras porque puede que Dios no sea el que te lo de. A Satanás le encanta ayudar a las personas a seguir el camino del error. Pero cuando ejercitamos la verdadera fe Bíblica, le estamos permitiendo a la sabiduría infinita de Dios a que se realice en nuestras vidas. Y en eso, debemos mantener esto en mente: Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar. Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos. Isaías 55:7-9.

Así que, ¿estas ejercitando un método muy limitado y carnal a tu fe? o ¿estás viviendo una fe que rinde cosas increíbles que transcienden este mundo muy temporal? ¿Tu fe consiste en obedecerle a Dios? o ¿en tratar de hacer a Dios obedecerte a ti?  ¡Qué el Señor les bendiga! John

 

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